lunes, 20 de julio de 2015

Perfil Psicológico del Chapo

Una persona se convierte en narcotraficante por tener un gusto desarrollado por el poder, les gusta el riesgo y son calculadores en la toma de decisiones, que acceden a un grupo temido por la sociedad y les gusta romper reglas. Presentan una apariencia afable, sentimientos de inferioridad, resentimiento social, deslealtad, altos niveles de agresividad y violencia, ausencia de sentimientos de culpa, tendencia a la mentira, la manipulación y vengativos. Tendencia a asumir altos riesgos, además rechazan el empleo formal y prefieren la autogestión. Son impacientes y buscan los resultados inmediatos. Algunos con gran tolerancia a la frustración, lo que les permite planificar sus venganzas para el momento oportuno, evitando actuar con impulsividad.
“Un hombre muy inteligente y de extraordinaria capacidad de reacción, lo que le había permitido convertirse en un “héroe” en las comunidades en donde opera y era protegido por el apoyo económico que da a la población”. (J.L Vasconcelos)

Vale la pena dar a conocer su perfil criminológico psicológico del 2005 de este jefe de la mafia, elaborado por peritos de la PGR:

El Chapo, nacido en la localidad de la Tuna, municipio de Badiraguato (Sinaloa, Mex) el 4 de abril de 1957, en un entorno mísero y agrícola, maltratado por su padre, acomplejado por su baja estatura (de ahí el apelativo chapo, corto), el líder del cártel de Sinaloa es un volcán de resentimientos que a diferencia de la mayoría de sus pares, ha encauzado su brutal agresividad con una “alta capacidad de reacción racional”. De niño era tan pobre que tenía que vender naranjas para juntar algunas monedas para medio comer. Muchos asumen que su padre fue “gomero”, una persona que cultivaba amapolas de opio y heroína. Y cuando era adolescente, lo corrió de la casa, por lo que se fue a vivir con su abuelo. Este pequeño hombre de 1.55 metros de estatura acumula un gran odio contra la sociedad, es vengativo, calculador, inteligente y  cuando él y su familia son agredidos utiliza todos los medios a su alcance para vengarse en el momento más oportuno, es decir su reacción es calculada para hacer el mayor daño posible.

Es considerado un individuo de alta peligrosidad, que define claramente sus metas y la forma de alcanzarlas, utilizando sus habilidades de planeación, organización, negociación y proyección al futuro; siendo él mismo responsable directo de la planeación y seguimiento de sus acciones para concretar exitosamente sus objetivos.

Su tenacidad es producto del sentimiento de inferioridad que le produce el factor endógeno concerniente a su baja estatura, que refleja mediante una expresión de superioridad intelectual y de ambición desmedida por el poder. Destaca su alta capacidad de reacción con raciocinio, tiene necesidad de liderazgo, controla de manera adecuada su entorno, es obsesivo pero mesurado durante sus actos vindicativos, que son orientados al fortalecimiento de la estructura. Se considera una persona estable emocionalmente.

En su realidad interna no existe la culpa, se reconoce a sí mismo como un líder con buenos sentimientos, su rol en la organización criminal se perfila como autor intelectual, pero sin necesidad de la operación directa, esto con el objeto de mantenerse a salvo de detenciones y atentados.

El éxito de sus acciones radica en sus habilidades para manipular su entorno y anticiparse a las reacciones de sus antagonistas.

Lo caracteriza su egocentrismo, lo que lo lleva a pretender mantenerse en el centro de atención e importancia al interior de su grupo, para conservar el mando y al exterior para denotar superioridad.

Encuentra fortaleza en la generación natural de sentimientos de dependencia y lealtad hacia su persona, para crear un entorno de complicidad en el que él resulta ser el más beneficiado, a grado tal que el compromiso de sus dominados podría llevarlos a sacrificar su propia integridad física por resguardar la de él o la de su familia.

La traición es un factor detonante de la agresividad que imprime a sus acciones, no le interesa ocultar su autoría, pero es reservado para aceptar su responsabilidad directa o indirecta.

Su carácter afable le reditúa un convencimiento natural de las personas con las que interactúa, especialmente de aquellos con los que mantiene vínculos orientados a su protección.

Cumple sus compromisos, pero también sus acciones de venganza, utilizando cualquier método violento si se siente amenazado.

Es seductor, en apariencia espléndido y protector, genera círculos de confianza, garantiza el éxito de la estructura mediante la identificación y permanencia del grupo.

Sin embargo, no es indulgente con sus detractores y no vacila en romper alianzas; este factor pasa desapercibido entre su círculo principal por las muestras de solidaridad que tiene con ellos, infundiendo al mismo tiempo al resto del grupo temor reverencial.

Una de sus fortalezas es la tolerancia a la frustración, por lo que la venganza no es un hecho que ejecute con la inmediatez de una persona impulsiva, su respuesta es calculada, pero insistente, su visión es dañar a su adversario utilizando sus debilidades para producir el mayor daño posible.

Su capacidad de análisis y de recuperación es elevada, por lo que sus debilidades las transforma en fortalezas que le permiten superar inmediatamente los problemas que enfrenta.

En ese sentido se observa que algunas de sus debilidades son el temor a la pérdida de lo que considera sus logros, en primera instancia su libertad, lo que le produciría un estado depresivo, en segundo lugar la pérdida de algún miembro de su núcleo primario podría desencadenar una venganza planeada pero devastadora y ejemplar para los responsables.

Su necesidad de convivencia social puede llevarlo a la pérdida de su bien más preciado, que es la liberta.

Fuente: Contralínea, universal.


Estas conductas antisociales “no” solo merecen el castigo de la cárcel, pues estas personalidades no tienen probabilidades de rehabilitación e inserción psicosocial aunque en algún momento puedan fingirla. Los políticos deben actuar con responsabilidad y no meter un elefante en la tienda de cristales.

“Difícilmente será capaz de quedarse en la sombra. El Chapo vuelve a estar libre”.