lunes, 10 de octubre de 2022

12 Razones para Acudir a Terapia Psicológica

En ocasiones la vida nos presenta desafíos y aunque en muchos casos somos capaces de afrontarlos solos, en otros momentos estos pueden llegar a dominarnos y hacer que parezca imposible avanzar. Momento en el que debemos plantearnos la posibilidad de acudir a terapia psicológica. 

No obstante, no siempre tiene que ocurrir un evento estresante o un gran cambio vital para recurrir a la ayuda de un psicólogo. Sino existen infinidad de motivos o situaciones en las que la psicología puede facilitarnos las cosas.

 ¿Por qué recurrir a la psicología?

La terapia psicológica consiste en mucho más que es estar sentado en un sillón contando tus problemas. En la actualidad, todavía existen una gran cantidad de conceptos erróneos sobre lo que realmente significa acudir a terapia psicológica o hablar con un profesional de la psicología.

Por desgracia, aún existen muchas personas que perciben el hecho acudir a terapia y de la necesidad de hablar son las propias emociones como algo vergonzoso o que hace débil a la persona. Estos mismos estigmas son, a menudo, el principal motivo por el cual las personas no se deciden a ir a terapia psicológica.

Pero la realidad de la psicología es bien diferente, la terapia psicológica es un recurso increíblemente eficaz que puede facilitarnos las cosas a la hora de manejar todo tipo de situaciones. Desde pérdidas de seres queridos o dificultades en la pareja, hasta situaciones emocionales complejas o, incluso, problemas para dormir.

12 razones para acudir a terapia psicológica

Aunque algunas parecen más obvias, otras nos ayudarán a reflexionar acerca de cuándo puede ser un buen momento para levantar el teléfono y decidirnos a realizar los cambios necesarios en nuestra vida.

1. Hemos sufrido una pérdida

Esta puede parecer el momento más obvio para recurrir a la ayuda de un psicoterapeuta, pero no todo el mundo lo ve igual. Pero la verdad es que, aunque la muerte es una parte inevitable de la vida, eso no la hace más fácil de afrontar y el duelo por la pérdida de un ser querido puede llegar a ser muy difícil de superar.

Un duelo que no se ha sabido llevar puede convertirse en un duelo patológico, el cual puede conducir a problemas emocionales más largos e intensos. Un profesional en terapia psicológica puede ayudarnos a encontrar la forma más apropiada de manejar las emociones que aparecen como respuesta a la muerte de un ser querido.

2. Nos estamos enfrentando a un cambio en nuestra vida

Los grandes cambios vitales, como la maternidad y la paternidad, iniciar una nueva etapa de la vida en un lugar nuevo o el mero hecho de comenzar un nuevo trabajo o una nueva carrera pueden resultar estresantes o difíciles de manejar.

En las sesiones de terapia psicológica, se puede trabajar el desarrollo de habilidades y estrategias que nos ayuden a reducir o controlar los eventos estresantes o los cambios vitales. Además, la terapia resulta sumamente útil para identificar nuevos objetivos y desarrollar un plan para lograrlos.

3. Aprender a manejar emociones

En ciertos momentos, podemos experimentar emociones negativas o angustiosas que no siempre sabemos manejar. No es necesario que ocurran grandes desgracias o cambios, muchas veces las presiones diarias ejercen un ligero efecto sobre nuestro estado de ánimo que, si se acumula, puede derivar en sentimientos o pensamientos negativos.

Antes de que esto ocurra, es muy recomendable acudir a la consulta de un profesional en psicología que nos ayuda a explorar y manejar estos sentimientos contra los que estamos luchando.

4. Evitar pensamientos negativos o dañinos

Aunque a primera vista pueda parecernos algo extremo, las situaciones emocionales complicadas que quedan por resolver pueden acabar por convertirse en problemas o trastornos emocionales graves. Estos ocurren porque las emociones negativas conducen a pensamientos negativos o dañinos que, de no ser tratados con la ayuda de un profesional, pueden acabar mucho peor.

5. Superar un temor

Tanto si se trata de una fobia como de un temor menos intenso, los miedos pueden llegar a interferir significativamente en nuestro día a día o impedirnos hacer cosas que realmente nos gustaría experimentar.

Con la ayuda de un psicólogo o psicóloga experimentado, podemos comenzar a superar nuestros miedos y llevar a cabo todo aquello que deseemos.

6. Recuperar la motivación por aquello que antes nos hacía sentir bien

La pérdida de la motivación en aquellos aspectos de la vida o situaciones que antes nos hacían sentir bien es un indicador de que algo nos está pasando. Si antes nos encantaba salir y estar con más gente, pero últimamente nos estamos alejando de nuestro entorno social puede que, en realidad, estemos experimentando algo más profundo.

7. Evitar tener que recurrir a otras alternativas que pueden ser dañinas

Algunas situaciones vitales pueden llevarnos a tal extremo emocional que algunas personas se sienten en la necesidad de recurrir al alcohol o las drogas como forma de lidiar con aquello que está sucediendo en su vida.

Acudir a terapia psicológica a tiempo, puede ayudarnos a evitar el tener que recurrir a estas alternativas que pueden llegar a convertirse en una adicción o en un trastorno por consumo de sustancias. Aun así, en el caso de haber comenzado a consumir, acudir a terapia también nos ayudará a salir de dicha situación.

8. Nos sentimos solos

Paradójicamente, en una era en la que estamos más conectados que nunca con el resto del mundo, la soledad es uno de los sentimientos que afecta a mayor número de personas. La terapia psicológica, tanto individual como grupal, nos puede ayudar a lidiar con estos sentimientos y cambiar esta situación de soledad.

9. Mejorar nuestra relación sentimental o de pareja

Las relaciones de pareja, sin importar de qué tipo sean estas, implican un trabajo duro en el que no siempre obtenemos los resultados que queremos. En estos casos, la terapia puede ayudarnos a explorar mejores maneras de comunicarnos con nuestra pareja, así como nos ofrece las herramientas necesarias para resolver aquellos posibles problemas que puedan aparecer.

10. Aprender a tomar el control (o aceptar que no lo tenemos)

Bajo ciertas circunstancias, podemos experimentar esa desagradable sensación de que hemos perdido el control de nuestra vida. Tanto si poseemos ese control y lo hemos perdido, como si en realidad no está en nuestras manos, la terapia psicológica nos ofrecerá las técnicas y recursos necesarios para afrontar esta situación.

11. Dormir mejor

La experimentación de estados emocionales intensos, estrés o las preocupaciones del día a día, pueden alterar nuestros patrones de sueño, impidiendo que descansemos bien, favoreciendo el insomnio y, por lo tanto, haciendo que nos sintamos más cansados y de peor humor.

La terapia psicológica nos puede ayudar a manejar estas emociones y evitar que estas afecten a nuestro descanso.

12. Simplemente hablar con alguien

Finalmente, y haciendo hincapié en todo lo que hemos dicho anteriormente, no es necesario tener que esperar a que algo malo nos ocurra para acudir a terapia psicológica. En ciertos momentos, solamente necesitamos a alguien que nos escuche, alguien que no nos juzgue y para ello, nada mejor que un buen profesional en psicología.


Psic. y Mente