viernes, 6 de julio de 2012

El Sindrome de Peter Pan

The Peter Pan Syndrome: Men Who Have Never Grown Up (El síndrome de Peter Pan, la persona que nunca crece) escrito por el Dr. Dan Kiley.

El libro de Kiley enfatiza sobre él, pero no hace más que dar un nombre ya casi literario a un elemento que ha estado presente, desde siempre, en toda caracterización neurótica, desde los comienzos de los enfoques de la terapia psicoanalítica. Cuando Freud ha hablado de la fijación, se ha referido, de alguna manera al estancamiento de la evolución de la personalidad que se verifica en los sujetos que padecen estos tipos de sintomatología. Tal vez, lo que sobreviene es que este conjunto de síntomas que singularmente nos ocupa, no ha tenido una categorización en la bibliografía psiquiátrica, en general, lo cual es asombroso. De hecho, “el síndrome de Peter Pan” no constituye una psicosis. Es un trastorno neurótico o acaso definidamente caracterológico. Kiley mismo insiste en su obra sobre la dificultad en la modificación de la anomalía de estas conductas, pero sin hacer referencia a las mismas o parejas dificultades que se presentan, en toda terapia, para la reacomodación de los cuadros negativos que entorpecen la evolución del sujeto.
El síndrome de Peter Pan es un trastorno del desarrollo de la personalidad, donde el sujeto se niega a asumir el paso del tiempo y desempeñar un rol de adulto.


El síndrome de Peter Pan se caracteriza por la inmadurez en ciertos aspectos psicológicos, sociales. La personalidad masculina (o femenina) en cuestión es inmadura y narcisista. El sujeto crece, pero la representación internalizada de su yo es el paradigma de su infancia que se mantiene a lo largo del tiempo. De forma más abarcadora, según Kiley, las características de un "Peter-Pan" incluyen algunos rasgos de irresponsabilidad, rebeldía, cólera, narcisismo, dependencia, negación del  envejecimiento, manipulación y la creencia de que está más allá de las leyes de la sociedad y de las normas por ella establecidas. En ocasiones los que padecen este síndrome acaban siendo personajes solitarios. Con escasa capacidad de empatía o de apertura al mundo de los "grandes", al no abrirse sentimentalmente, son vividos como individuos fríos o no predispuestos a darse, lo que vuelve como un "boomerang" a través de la no recepción de entregas o muestras ajenas de cariño. Algunos profesionales avanzando tal vez audazmente en sus diagnósticos los han denominado esquizo - afectivos. También se dice que este padecimiento se da por no haber vivido una infancia normal, por haber trabajado desde edades demasiado tempranas o por otros motivos.

“Se trata de personas que aunque han alcanzado la edad adulta, viven como adolescentes, están rodeados de amigos menores que ellos, son incapaces de afrontar las responsabilidades y son inmaduros emocionalmente”. Este síndrome puede aparecer en mujeres y hombres, pero en el 99 por ciento de los casos, son varones los que sufren esta patología de la cual no es nada fácil recuperarse.
Síntomas
Es frecuente que haya crisis de ansiedad, de angustia y de depresión. Los años van pasando, y aun cuando el sujeto está como protegido con una suerte de coraza psicológica para no advertir el paso del tiempo, esporádicamente ésta desaparece por circunstancias imprevisibles. Es entonces cuando el paciente se encuentra con las manos vacías y con una vida dolorosamente irrealizada. Con parejas inadecuadas, o de modo extremo -lo que también suele pasar- sin pareja alguna. El nido infantil es una inconsciente referencia a la que siempre apunta. Allí, no había problemas, y la nostalgia por el mismo es persistente, aunque no se lo declare. Afecta notoriamente a la auto-estima y el auto-concepto, viéndose muy afectado. Cabe destacar que como deformación de la personalidad puede cabalgar sobre patologías psiquiátricas clásicas y específicas. De esta manera puede darse vinculada a enfoques ligeramente delirantes de tipo paranoide o a neurosis declaradamente histéricas u obsesivas.
Cómo reconocer el síndrome de Peter pan:
  • No saben estar solos
  • Siempre están rodeados por gente más joven.
  • No se responsabiliza de sus actos
  • Es un ser permanentemente insatisfecho
  • Puede vivir con sus padres o con una pareja que contenga sus actos
  • Tiene ideas sobre grandes proyectos y aventuras amorosas que nunca se cumplen
  • Suele quejarse y culpar al resto del mundo de sus problemas. Espera siempre que alguien se los solucione
  • Les gusta estar siempre contentos y siempre están buscando maneras de divertirse y evadirse de la realidad
  • Cambian continuamente de pareja. En general siempre se conectan con mujeres más jóvenes
Otros rasgos de su personalidad:
  • Rebelde
  • Narcisista
  • Dependiente
  • Se niega a envejecer
  • Manipulador
Tratamiento
El tratamiento debe ser el que corresponde a toda neurosis estructurada. Pero es difícil de concretar, puesto que el sujeto que experimenta este trastorno, no acepta su infantilismo y se niega a modificar sus conductas. No existe el deseo de abandonar el mundo de la infancia, ni una conciencia del fracaso en la aproximación al mundo adulto. Se presenta una dificultad de aceptar las normas y la necesidad de tomar responsabilidades o forjar vínculos maduros con los demás. La situación se complica mucho más cuando estos varones encuentran una pareja que los sostiene ( mantiene) y se encarga de justificar todos sus actos. El tratamiento, en casos como éstos, debe ser doble. El trastorno psicopatológico de base, sumado al del carácter.
Conclusión
No existe evidencia que muestre que el síndrome de Peter Pan sea una enfermedad psicológica existente y no se encuentra listada en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales aunque podamos ver estos síntomas en diferentes entidades y ha sido aceptada en la psicología popular.

La Filosofia del Amor

Recordando mi epoca de pasion como estudiante de Filosofia.
Escuchamos la palabra amor y pensamos, invariablemente, en una pareja o en el amor romántico, todos parecemos estar familiarizados con este concepto, sin embargo, es más complicado definir el amor como idea o incluso como sentimiento. El amor no ha sido siempre el mismo: las costumbres, la cultura, el tiempo, lo han matizado y han hecho que varíe de rostro.
Definición de Amor en Filosofía
 El problema de las definiciones en filosofía no es que se carezca de ellas, es que nos enfrentamos a la abundancia de las mismas; esto mismo se aplica al concepto de ‘amor’, hay casi tantas definiciones del mismo como filósofos han existido, sin embargo, yo diría que, en este caso, se pueden reducir a dos principales núcleos semánticos: Eros y Ágape. Esto es válido para la filosofía occidental, que se ha nutrido históricamente de dos fuentes culturales básicas, me refiero al pensamiento clásico grecolatino y a la matriz judeocristiana. Los griegos llegaron al punto en el que las principales discusiones alrededor del amor se centraron en el tema “erótico”, es decir, en los afectos del alma que partían del impulso hacia los cuerpos bellos y llegaban al ámbito de lo divino; así tenemos, por ejemplo, a Platón para quien el amor es el producto de una tensión entre la abundancia y la necesidad, de ahí su plenitud pero también su carencia: el amor es análogo al deseo que busca completar su satisfacción, pero cuya dinámica existencial es terriblemente agotadora por el proceso de búsqueda que supone. Por otro lado, la noción cristiana de ágape refiere más bien al ámbito de la gracia divina, su modelo es la plenitud y perfección del amor de Dios hacia los hombres, amor inmerecido que se otorga sin condiciones a quien incluso lo desprecia, el patetismo propio de esta noción cristiana tiene su precisa iconografía en la crucifixión del hijo de Dios, sangrando por su insensato amor a los hombres.
Ciertamente, entre los mismos griegos no hay un genuino consenso respecto a la naturaleza del “eros”, muestra de ello es la serie de opiniones expresadas por los diversos personajes del Banquete de Platón, texto celebérrimo en la historia filosófica del tema, ahí los personajes discuten si eros refiere a un dios y de ser así cuál es su naturaleza y cuál nuestra capacidad para comprenderlo; se le exalta como divinidad primordial, como energía cósmica que mantiene unidos a los entes, como mero impulso sexual (heterosexual y homosexual) y como demonio que habita en la región intermedia entre humanos y dioses. El mismo Platón parece no llegar a un acuerdo definitivo en lo tocante a las implicaciones existenciales de “lo erótico”, por ejemplo, en el Banquete se concluye con la defensa de la autarquía socrática, incorruptible por el mero apetito carnal, que es capaz de desprenderse de toda afección que pudiera desfigurar la belleza del alma; pero en el Fedro, otro de sus diálogos, defiende más bien la noción maniática del rapto erótico que implica una serie de desfiguros patéticos para el alma: desasosiego, dolor, locura… ¿cuál es la verdadera posición platónica respecto a la naturaleza del amor? Es asunto interpretable. Con todo, como debe ser obvio, la noción platónica del amor sigue en la línea antes dicha, el amor es un deseo que busca su satisfacción y en esa búsqueda imprime sus huellas existenciales dolorosas, de ahí que Platón concluya su “imperfección” intrínseca.
No se afirma que todo “amor” en nuestros días sea amor pasional (trágico, malhadado, doloroso), sino que dicha noción pertenece a nuestra herencia simbólica, psíquica, que lidiamos con ella en el seno de nuestras relaciones ordinarias, que los medios de comunicación se encargan de recordarnos este arquetipo y que las crisis amorosas de quienes nos rodean suelen dar una vuelta más a la tuerca del amor pasión. Pero hay que traer a la memoria otra revolución axiológica: la del nihilismo, que ciertamente no pudo anular el halo significativo del amor pasional, en venganza lo hizo “extraordinario” e inoculó dosis letales de amor aletargado, intrascendente, indoloro. Pero cabe la pregunta de si es este tipo del que hablamos cuando pensamos en el “amor” hoy en día, me parece que no es así, y que de hecho la fuerza simbólica que adquieren las obras nihilistas es posibilitada por la nostalgia de algo que se ha perdido para siempre. Nos alarma pensar, lo digo por la opinión generalizada, que nuestras relaciones amorosas sean frágiles y estrictamente temporales, imperfectas, ordinarias e irredentas. .
Cuando nuestros sentidos nos acercan a realidades capaces de producir ciertos pensamientos, bien merece dedicar unas líneas a denunciar la unión de ciertas ideologías con ciertos conceptos que más que una aproximación al ser humano y a la construcción de una sociedad, se refieren a una terminología falsa y que da lugar a confusión. Un “filósofo” comentaba que: “el amor es una relación entre dos conciencias libres donde la más débil es la que ama más, es la que más se somete. Quien ama menos es quien manipula.”. Más que hablar de amor pareciera que se tratara de una transacción económica, de poder, donde lo único realmente importante no es ya el dar sin esperar nada a cambio sino un toma y daca, donde se trata de cuantificar para establecer así la regla del dominio. ¿Cuestión de cantidad? Lo realmente implícito en estas frases es la entrada a toda velocidad en un callejón sin salida donde nos estampamos sin remedio contra el muro de nuestro narcisismo, porque amar según lo expuesto, se realizaría con único interés: ser amados. ¿Esa es la finalidad del amor?
 Amar con lleva la satisfacción en ese gesto, pues es dar lo que no se tiene a quien no es... La implicación aquí es nula y las reglas numerosas con tal de seguir abrazados  a una de las teorías del origen del vocablo amor: como raíz hindio-europea “amma”, que significa voz infantil para llamar a la madre. Si pensamos el amor en torno a esta idea de posesión y de demanda infantil ¿qué queda del crecimiento, la libertad, la tolerancia y el amor por los demás?
Me gustaría dejar claro que no hay una “naturaleza del amor” que deba ser respetada, nada hay que no esté condicionado por la relatividad, lo que llamamos “amor” está atravesado por las contingencias del lenguaje y sus símbolos. A partir de esto podemos desprender algunos corolarios, por ejemplo que el amor posee su fabulación histórica, y que dicha fabulación vive en nuestra piel nostálgica por una otredad que suele adornarse, cristalizarse, con mil y un virtudes. Es la mano del imaginario colectivamente aceptado la que nos encamina en la búsqueda del grial amoroso, y no hablo del patético “príncipe azul”, o de supuesto “amor de mi vida”, sino de algo más elemental, de la pretensión de inmutabilidad de los afectos, de imperturbabilidad de la alegría. Me parece que debemos desdibujar nuestros prejuicios respecto al amor, no sólo por llana salud mental, sino para conducir de mejor forma nuestras experiencias amorosas en el campo magnético de los símbolos.
Las parejas que permanecen  unidos es por  se aman y se admiran mutuamente por lo que son. Descubrirse a uno mismo y respetarse, es abrir el horizonte a cosas nuevas, enriquecerse como persona, elevar la autoestima y mantener para siempre el interés del otro.




 




jueves, 5 de julio de 2012

Trastorno Limite de la Personalidad

El trastorno límite de la personalidad o borderline, también llamado limítrofe o fronterizo (abreviado como TLP). Es un trastorno de la personalidad que se caracteriza primariamente por desregulación emocional, pensamiento extremadamente polarizado y relaciones interpersonales caóticas.
El perfil global del trastorno también incluye típicamente una inestabilidad generalizada del estado de ánimo, de la autoimagen y de la conducta, así como del sentido de identidad, que puede llevar a periodos de disociación. Es un padecimiento en el cual las personas tienen patrones prolongados de emociones turbulentas o inestables, como sentimientos acerca de sí mismos y de los demás. Estas experiencias interiores a menudo los llevan a tomar acciones impulsivas y tener relaciones interpersonales caóticas. Se incluye dentro del grupo B de trastornos de la personalidad, los llamados "dramático-emocionales". Es, con mucho, el más común de los trastornos de la personalidad.

Síntomas
Las personas con este trastorno a menudo presentan incertidumbre acerca de su identidad y como resultado sus intereses y valores pueden cambiar rápidamente. Las personas con este trastorno también tienden a ver las cosas en términos extremos, o todo es bueno o todo es malo. Sus puntos de vista sobre otras personas pueden cambiar rápidamente. Una persona que luce admiradora un día puede lucir despreciativa al siguiente día. Estos sentimientos súbitamente cambiantes a menudo llevan a relaciones intensas e inestables.

Otros síntomas de este trastorno abarcan:

•Miedo de ser abandonado.
•Sentimientos de vacío y aburrimiento.
•Manifestaciones frecuentes de ira inapropiada.
•Impulsividad con el dinero, el consumo de sustancias, las relaciones sexuales, el apetito desenfrenado y el hurto en tiendas.
•Intolerancia a la soledad
•Crisis repetitivas y actos de lesionarse a sí mismo, como hacerse cortes en las muñecas o tomar sobredosis.

Causas
Las causas del trastorno límite de la personalidad se desconocen. Se cree que los factores genéticos, sociales y psicológicos juegan un papel.

Entre los factores de riesgo que predisponen a este trastorno están:

•Abandono en la niñez o en la adolescencia
•Vida familiar disociada
•Comunicación deficiente en la familia
•Abuso sexual
Este trastorno de la personalidad tiende a ocurrir más a menudo en las mujeres y entre pacientes psiquiátricos hospitalizados.

Comorbilidad
Del TLP se ha dicho en ocasiones que es el "Paradigma de la comorbilidad" Supone que algunas afecciones suelen aparecer conjuntamente con el TLP. Cuando se comparan individuos diagnosticados de TLP con otros diagnosticados de otro tipo de trastornos, los primeros muestran una elevada tasa de cumplimiento de criterios para:
  • Trastornos por ansiedad.
  • Trastornos de la afectividad, incluyendo depresión clínica y trastorno bipolar.
  • Trastorno narcisista
  • Trastornos de la alimentación, incluyendo anorexia nerviosa y bulimia.
  • Con menor frecuencia, trastornos somatomorfos.
  • Depresión.
  • Trastorno por déficit de atención/Hiperactividad (TDAH)
  • Afecciones psicosomática.
Tema común en el TLP, tanto si es debido a la impulsividad o bien a un mecanismo para soportar otros síntomas y entre un 50-70% de los pacientes psiquiátricos con TLP cumplen el criterio de un trastorno por abuso de substancias.

Esquemas de pensamiento
La base del trastorno está constituida por tres supuestos fundamentales:

1. Conciben el mundo como un lugar peligroso y a las demás personas como malévolas o potencialmente dañinas.
2. Piensan que son vulnerables e incapaces de salir adelante por sí mismos.
3. Se ven a sí mismos como inaceptables, malas personas e indignos de amor.

Criterios diagnósticos según el DSM-5

Trastorno de la personalidad: Grupo B TLP 301.83 (f60.3)
Patrón dominante de inestabilidad de las relaciones interpersonales, de la autoimagen y de los afectos, e impulsividad intensa que comienza en las primeras etapas de la edad adulta y está presente en diversos contextos, y que se manifiesta por cinco (o más) de los hechos siguientes:

1.- Esfuerzo desesperados para evitar el desamparo real o imaginado.
2.- Patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas que se caracteriza por una alternancia entre los extremos de idealización y de devaluación.
3.- Alteración de la identidad: Inestabilidad intensa y persistente de la autoimagen y del sentido del yo.
4.- Impulsividad en dos o más áreas que son potencialmente autolesivas.
5.- Comportamientos, actitud o amenazas recurrentes de suicidio o comportamientos de automutilación.
6.- Inestabilidad afectiva debida a una reactividad notable del estado de ánimo.
7.- Sensación crónica de vacío.
8.- Enfado inapropiado e intenso o dificultad para controlar la ira.
9.- Ideas recurrentes transitorias relacionadas con el estrés o síntomas disociativos graves.

Criterios diagnósticos según el DSM-IV
  1. Inestabilidad afectiva debida a una notable reactividad del estado de ánimo (p. ej., episodios de intensa disforia, irritabilidad o ansiedad, que suelen durar unas horas y rara vez unos días).
  2. Ira inapropiada e intensa o dificultades para controlarla (p. ej., muestras frecuentes de mal genio, enfado constante, peleas físicas recurrentes).
  3. Sentimientos crónicos de vacío o inutilidad. Síntomas impulsivos.
  4. Comportamientos, intentos o amenazas suicidas recurrentes o comportamiento de automutilación.
  5. Un patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas caracterizado por extremos de idealización y devaluación.
  6. Impulsividad en al menos dos áreas que es potencialmente dañina para sí mismo (p. ej., gastos, sexo, abuso de sustancias, conducción temeraria, atracones de comida). Nota: no incluir los comportamientos suicidas o de automutilación que se recogen en el criterio 4. Síntomas interpersonales
  7. Esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o imaginado. Nota: no incluir los comportamientos suicidas o de automutilación que se recogen en el criterio 4.
  8. Alteración de la identidad: autoimagen o sentido de sí mismo acusada y persistentemente inestable. Síntomas cognitivos
  9. Ideación paranoide transitoria relacionada con el estrés o síntomas disociativos graves.
Psicopatología: Características generales de las personas con TLP

Se ha dicho que probablemente no existe un trastorno mental que haya suscitado tanta literatura, aunque muy poca de ella se basa en investigación empírica.
  1. Aversión: los estudios sugieren que los individuos con TLP tiende a experimentar frecuentes y severos estados de tensión aversiva, de larga duración y a menudo desencadenados por rechazo perceptivo solamente o bien por fallos en la percepción.
  2. Labilidad: los individuos que padecen TLP pueden mostrar labilidad emocional entre la ira y la ansiedad o depresión y ansiedad. También sensibilidad temperamental a los estímulos emocionales.
  3. Los estados emocionales negativos que están particularmente asociados con el TLP han sido agrupados en tres categorías: sentimientos de destructividad o autodestructividad, sentimientos de fragmentación o ausencia de identidad y sentimientos de victimización.
  4. Extrema sensibilidad hacia la forma de trato de los demás hacia ellos, reaccionando enérgicamente cuando perciben críticas o comentarios hirientes u ofensivos.
  5. Cambios (pueden ser muy rápidos) de positivo a negativo
  6. En sus sentimientos hacia los demás, generalmente temor a la decepción o la percepción de que van a perder a alguien. Estudios sobre la generación de vínculos afectivos por parte del sujeto sugiere que los afectados, aunque con elevada búsqueda de la intimidad o la novedad, pueden estar en ambos casos en un estado de hiperalerta. También aparecen signos de rechazo o de invalidación y tienden a ser inseguros, evitativos, ambivalentes o a mostrar pautas de preocupación y temor en sus relaciones.
  7. - La autoimagen también cambia rápidamente de extremadamente positiva a extremadamente negativa.
  8.  Conductas impulsivas, como el alcohol o las toxicomanías, el sexo no seguro, la ludopatía y conductas imprudentes en general.
  9.  Tienden a ver el mundo generalmente como peligroso y malvado y a verse a sí mismos como impotentes, vulnerables, no dignos de aceptación e inseguros en su identidad.
  10.  Manipulación: los afectados de TLP son descritos a menudo, incluso por algunos profesionales de la salud mental y el DSM-IV,28 como deliberadamente manipuladores o personas difíciles, pero al analizar esta conducta se ve que son conductas defensivas por su impotencia contra su dolor interno y turbación o bien limitadas a competencias y habilidades sociales.
  11. Familia: existe un cierto número limitado de investigaciones sobre la comprensión de los miembros de una familia de un TLP sobre el problema y la sensación de llevar una carga o las emociones negativas experimentadas o expresadas por los miembros de la familia. Los padres y madres de los sujetos con TLP manifiestan extremos de sobre implicación y desentendimiento.
  12. Relaciones de pareja: el TLP ha sido relacionado con una especie de niveles exacerbados de estrés crónico y conflicto en relaciones románticas, insatisfacción con sus compañeros románticos, abusos y embarazos no deseados.
Tratamiento
El tratamiento del trastorno debe tener en cuenta la complejidad intrínseca de la enfermedad. En primer lugar se debe decidir si se realiza en régimen ambulatorio, de hospitalización parcial o de internación. Esta decisión se basa en principalmente en el riesgo de suicidio o autolesiones, así como en manifestaciones lo suficientemente severas para interferir con la vida diaria del paciente en su entorno. Otro asunto es el elevado nivel de comorbilidades y situaciones individuales, por lo que en el tratamiento es esencial la flexibilidad. Dado el doble componente del trastorno, biológico y ambiental, el tratamiento debe abordar ambos capítulos. Por una parte se debe tratar las vulnerabilidades biológicas y la desregulación en la fisiología de los neurotransmisores que se manifiestan en: síntomas de desregulación afectiva, síntomas de descontrol impulsivo-conductual y síntomas cognitivos-perceptuales. La medicación ayuda a aliviar la sintomatología en los periodos de descompensación aguda, así como los trastornos comórbidos. Un facultativo debe establecer, en base a protocolos y de forma individualizada la duración del tratamiento farmacológico, así como la dosificación. De otra parte, la medicación por sí sola no ayuda al individuo a enfrentarse a las situaciones ambientales concretas y en todo caso está indicada la psicoterapia. Su meta es tratar los conflictos intrapsíquicos, las defensas, el progreso en el desarrollo de la personalidad y sus bloqueos, la adaptabilidad, en especial en cuanto al establecimiento de vínculos afectivos seguros y las competencias para el manejo de estresantes psicosociales.

Psicoterapia
Se ha observado tradicionalmente de forma escéptica el tratamiento psicológico de los trastornos de la personalidad, pero se han desarrollado en los últimos años algunos tipos específicos de psicoterapia para el TLP. Los pocos estudios efectuados hasta la fecha no nos proporcionan determinaciones seguras sobre la eficacia de las mismas, pero sugieren que las personas diagnosticadas de TLP pueden beneficiarse en al menos alguna de las medidas resultantes. Una simple terapia de soporte por sí sola puede mejorar la autoestima y movilizar las fuerzas existentes en los individuos con TLP. Las psicoterapias específicas pueden implicar sesiones de varios meses, o como suele ser particularmente común en los trastornos de la personalidad, varios años. La psicoterapia habitualmente puede estar dirigida a individuos o grupos. La terapia de grupo puede ayudar en el aprendizaje y la práctica de habilidades interpersonales y autoconsciencia en los afectados por TLP aunque las tasas de abandono pueden ser problemáticas. Hay tres tipos más habituales de psicoterapia que estimula mejoras sustanciales en las personas que padecen este trastorno, que son la terapia dialéctico-conductual, la terapia enfocada a la transferencia y la terapia focal de esquemas. La psicoterapia que se centra en temas emocionales surgiendo en la interacción entre el paciente y el terapeuta, conocida como terapia enfocada a la transferencia, es la que más estimula cambios en las personas que padecen el trastorno límite de la personalidad.128 Los principales obstáculos para la terapia son el pensamiento polarizado y el establecimiento de límites.

Medicación
Se han usado algunos medicamentos conjuntamente con otros tratamientos del TLP, aunque la base de evidencia está limitada. Puesto que el TLP ha sido tradicionalmente considerado como una afección primariamente psicosocial, la medicación va destinada a tratar los síntomas comórbidos, como la ansiedad y la depresión, más que el propio TLP. Para los síntomas de desregulación afectiva se utilizan los antidepresivos, así como los estabilizadores del estado de ánimo (anticonvulsivantes). Si la afección comórbida afectiva consiste principalmente en ansiedad, se pueden prescribir benzodiacepinas. Para desregulaciones y alteraciones de la conducta y de la percepción se emplean los neurolépticos. En algunos casos especialmente severos en los que existe comorbilidad con trastornos del eje I, en especial depresión grave refractaria a la farmacoterapia, se puede llegar a emplear la terapia electro convulsiva.

Algunos medicamentos: Antidepresivos, Antipsicóticos, Anticonvulsivos.

Las psicoterapias y la medicación forman parte del contexto completo de los servicios de salud mental y las necesidades psicosociales relacionadas con el TLP.

Consulte con el médico si usted o su hijo tienen síntomas del trastorno de personalidad límite. Es especialmente importante buscar ayuda de inmediato si usted o su hijo están teniendo pensamientos de suicidio.

martes, 3 de julio de 2012

¿Por qué es Difícil Olvidar a un Gran Amor?

Hace pocos días, un artículo del diario El Tiempo publicó un estudio científico que revelaría por qué es tan difícil olvidar un gran amor. Dice que las relaciones amorosas intensas provocan en el cerebro ciertas huellas que, al reactivarse fácilmente, mantienen los recuerdos vívidos. Empezando a desenredar la neurobiología para explicar por qué resulta tan difícil olvidar a un gran amor.

“Desde el punto de vista neurológico, quedarse solo durante un tiempo no ayuda a superar el fin de una relación”, dice Antoine Bechara, un neurobiólogo reconocido mundialmente por sus investigaciones sobre las funciones cerebrales que intervienen en la toma de decisiones. Se refiere a que estar solo después de una separación o tapar todo con una nueva pareja no evita que el cerebro siga enviando recuerdos. Lo que Bechara investigó es lo que llama “conflicto cerebral”: por un lado la relación se termina; por otro, el cerebro sigue disparando imágenes y reacciones corporales. Para estudiarlo, los neurobiólogos utilizan la Resonancia Magnética Funcional, una técnica que les permite determinar qué áreas cerebrales desempeñan ciertas funciones, como el habla, el movimiento y la sensibilidad.

¿Qué hace que un recuerdo quede sellado? En el lóbulo temporal hay dos estructuras. Una se llama hipocampo y por allí pasa la memoria declarativa, es decir, desde acordarse qué día es hoy hasta la cara de una pareja.

Al lado hay otra llamada amígdala, que contiene a la memoria emocional. Para que la información declarativa pase por el hipocampo y se distribuya en el cerebro, debe haber un contexto emocional: por ejemplo, una situación atípica y desconocida vivida con ese gran afecto. Cuando la amígdala detecta ese contexto emocional envía neurotransmisores al hipocampo. Así se incorpora en la memoria como fenómeno de fijación, detalla Ignacio Brusco, director del Centro de Neurología de la Conducta y Neuropsiquiatría de la UBA.

¿Por qué entonces, aún después de un largo tiempo, vuelven esas imágenes y esas sensaciones que secuestran al cuerpo? “Es la amígdala que sigue respondiendo con descargas emocionales involuntarias, como el dolor en el estómago o las palpitaciones”.

Cuanto mayor sea la información que se grabó hacia ese afecto, en cantidad o calidad, más grabado va a estar en la amígdala y más reacciones van a seguir enviando. Estos recuerdos pueden aparecer como imágenes pero también como olores, sensaciones auditivas y como procesos de pensamiento, agrega. Quienes aún están transitando el año que suele demorar un duelo amoroso saben lo que duelen. Cruzarse con una ex pareja y sentir cómo se despliega una catarata de recuerdos vívidos (aunque él o ella ni nos haya visto) también es frecuente.

Así, la frase hecha “el tiempo ayuda a olvidar” también tiene su explicación científica: “Con el tiempo, cuando las conexiones cerebrales que facilitan la revisión de situaciones críticas y emociones negativas se saturan, pueden sufrir lo que se llama ‘down regulation’: una disminución de los neurotransmisores en la zona de intercambio neuronal. Esto explicaría por qué los recuerdos vinculados a alguien importante van perdiendo peso”, dice Claudio Waisburg, neurólogo de la Fundación Favaloro. "Tiempo al tiempo”.

Personalmente, estoy de acuerdo en que el tiempo cura casi todo aunque no sana las heridas solo las hace menos doloroso, incluso las penas de amor. Hay que tomar la decisión de decir adiós a esa etapa de nuestra vida y cerrar ese circulo y decidirnos hacer el duelo correspondiente. No podemos aferrarnos a esa persona que tanto daño nos ha hecho, recuerda que el amor de tu vida eres tú mismo. También es importante vivir en el presente al 100%, ya que si nos instalamos en el pasado nos quedaremos enganchando en ese sentimiento y no nos daremos cuanta de todas las posibilidades que tenemos para sentirnos bien, ser feliz y permitir que llegue esa persona  especial que nos haga sentir y soñar de nuevo. ”Quienes se quedan añorando el pasado y no pueden construir nuevas relaciones, se pierden la posibilidad de crecer, de seguir, de avanzar, de poner el cuerpo y la cabeza en el futuro".

Enamorarse es algo especial, lo malo es cuando sientes que ese gran amor se enferma. Por muchas razones, convirtiéndose en un capricho, una obsesión, en peleas  y  enredos, que se torna un círculo viciosos una y otra vez, es ahí cuando debes darte el tiempo de preguntarte ¿Vale la pena sufrir tanto por alguien? Sufrir no es tu destino es una elección.

Volver a abrirnos a una relación que nos haga felices es bien posible, ya que la capacidad de amar es nuestra y podemos compartirla nuevamente con quien sea nuestra próxima pareja.

lunes, 2 de julio de 2012

Cerrando Puertas

Reflexión.
Paulo Coelho
Hay que saber cuándo una etapa llega a su fin. Cuando insistimos en alargarla más de lo necesario, perdemos la alegría y el sentido de las otras etapas que tenemos que vivir.

Poner fin a un ciclo, cerrar puertas, concluir capítulos… no importa el nombre que le demos, lo importante es dejar en el pasado los momentos de la vida que ya terminaron. ¿Me han despedido del trabajo? ¿Ha terminado una relación? ¿Me he ido de casa de mis padres? ¿Me he ido a vivir a otro país? Esa amistad que tanto tiempo cultivé, ¿ha desaparecido sin más? Puedes pasar mucho tiempo preguntándote por qué ha sucedido algo así. Puedes decirte a ti mismo que no darás un paso más hasta entender por qué motivo esas cosas que eran tan importantes en tu vida se convirtieron de repente en polvo.

Pero una actitud así supondrá un desgaste inmenso para todos: tu país, tu cónyuge, tus amigos, tus hijos, tu hermano, todos ellos estarán cerrando ciclos, pasando página, mirando hacia delante y todos sufrirán al verte paralizado.

RECUERDOS. Nadie puede estar al mismo tiempo en el presente y en el pasado, ni siquiera al intentar entender lo sucedido. El pasado no volverá: no podemos ser eternamente niños, adolescentes tardíos, hijos con sentimientos de culpa o de rencor hacia sus padres, amantes que reviven día y noche su relación con una persona que se fue para no volver. No podemos ser empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Todo pasa, y lo mejor que podemos hacer es no volver a ello. Por eso es tan importante ¡por muy doloroso que sea! destruir recuerdos, cambiar de casa, donar cosas a los orfanatos y deshacernos de todo aquello que ya no es útil para nosotros incluso los recuerdos que lastiman.

Todo en este mundo visible es una manifestación del mundo invisible, de lo que sucede en nuestro corazón. Deshacerse de ciertos recuerdos significa también dejar libre un espacio para que otras cosas ocupen su lugar. Dejar para siempre. Soltar. Desprenderse. Nadie en esta vida juega con cartas marcadas. Por ello, unas veces ganamos y otras, perdemos. No esperes que te devuelvan lo que has dado, no esperes que reconozcan tu esfuerzo, que descubran tu genio, que entiendan tu amor.

Deja de encender tu televisión emocional y ver siempre el mismo programa, en el que se muestra cómo has sufrido con determinada pérdida, eso no hace sino envenenarte. Nada hay más peligroso que las rupturas amorosas que no aceptamos, las promesas de empleo que no tienen fecha de inicio, las decisiones siempre pospuestas en espera del "momento ideal".

La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando puertas abiertas "por si acaso", nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones?, ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.

Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.

DEJARLO IR. Antes de comenzar un nuevo capítulo hay que terminar el anterior: repítete a ti mismo que lo pasado no volverá jamás. Recuerda que hubo una época en que podías vivir sin aquello, sin aquella persona, que no hay nada insustituible, que un hábito no es una necesidad.

Puede parecer obvio, puede que sea difícil, pero es muy importante. Cerrar ciclos. No por orgullo, ni por incapacidad, ni por soberbia, sino porque, sencillamente, aquello ya no encaja en tu vida. Cierra la puerta, cambia el disco, limpia la casa, sacude el polvo.

Deja de ser quien eras y transfórmate en el que eresEsa es la vida.