jueves, 14 de septiembre de 2017

Disciplina Positiva: Poner Limites al Adolescente

La disciplina sigue siendo tan importante en la educación de un adolescente como durante el resto de la infancia. Cuando los niños son pequeños nos centramos mucho en enseñarles normas, en ponerles límites y en educarles de la mejor manera para que puedan desarrollarse adecuadamente. Cuando llegan a la adolescencia esto se convierte en algo muy importante, puesto que en esta edad de cambios, tanto internos como externos, es imprescindible marcarles un buen camino para que puedan desarrollarse adecuadamente como adultos.
Para ello es fundamental que la pareja esté de acuerdo en los límites que marcan a sus hijos y que conozcan la razón por la que ponen una norma. Las normas que se les pongan deben ser seguras, claras y ante todo coherentes con las que siguen los propios padres. El establecimiento de ciertas normas puede estar sujeto a la negociación entre padres e hijos, teniendo en cuenta que nunca será una negociación entre partes iguales, los padres deben poner límites al proceso negociador.

Ayudarles a expresar sus sentimientos

Para marcar límites, primero debe haber una buena comunicación.

Expresar reconocimiento

Expresa reconocimiento por su buen comportamiento, ya sea llegar a la hora acordada o sacar buenas notas en la escuela. A todos nos gusta y nos motiva las palabras de reconocimiento.

Permitir que participe tu adolescente

Deja que tu hijo participe en el establecimiento de las normas y los límites. Así no las sentirá como algo impuesto y no estará tan tentado a incumplirlas por sentirlas injustas y se sentirá implicado en ellas. Haz que las entienda, tienen un por qué, además esto le ayudará a hablar negociando, algo que le servirá mucho en su vida adulta y a saber escuchar sin ser intransigente porque es lo que haces con él cuando le dejas participar, le escuchas y le das la oportunidad de colaborar.

Dar ejemplo

El ejemplo es la mejor manera de establecer límites. Si le pegas o le gritas a tu hijo, le estás enseñando de una forma directa que son métodos viables de actuación ante un desacuerdo en lugar de enseñarle a negociar y a debatir. Los gritos duelen y alejan, en vez de eso, respira hondo y enséñale a discutir hablando de una forma inteligente y mostrando respeto.

Darle alguna margen de decisión

Establece tareas domésticas y responsabilidades dándole un margen de decisión. Para ello, siéntate con tu hijo y con papel y bolígrafo estableced un cuadro de responsabilidades para los miembros del hogar, donde tengan cabida las decisiones de cada uno.

Ser muy consistentes y firmes

Muéstrate consistente y firme ante las decisiones. Cuando tu hijo aprenda que no cedes, dejará de insistir en que lo hagas. Si se da cuenta que cedes o que eres vulnerable, aprenderá a cuestionarte todo lo que digas o cualquier norma que le impongas.

Ser fiel a tus principios (cierta flexibilidad al cambio positivo)

Sé fiel a tus valores y tus principios. Tu hijo adolescente deberá aprender a respetar tus valores, dentro del comportamiento del adolescente cuestionar el sistema que le controla es normal y seguirá intentando mover esos límites.

Nota: Los jóvenes, por naturaleza, tienen la necesidad de trasgredir las normas. Se rebelan cuando se les dice NO a algo. Por eso, cuanto más facilidad tenga para hacer cualquier cosa, mayor será el límite que romperán. Una buena estrategia puede ser la de prohibir cosas absurdas y sin importancia para que el adolescente sienta que está rompiendo normas.

Recomendaciones generales

Nunca castigue cuando esté enojado

En el calor del momento, es posible que diga algo de lo que después se puede arrepentir o establezca una restricción demasiado severa.

Nunca imponga un castigo que no esté preparado para cumplirlo.

Las consecuencias de corto plazo funcionan mejor

Me refiero a castigos que duran varias horas, o varios días para faltas mayores. Castigar a un menor por un mes puede crear el escenario para que él actúe de alguna otra manera. Es posible que piense, ¿Qué puedo perder? Ya estoy castigado por un mes. La mayoría de los castigos pierden su efectividad si duran mucho tiempo.

Castigue a la parte culpable solamente, no a otros miembros de la familia.

No utilice la culpa como un medio de disciplina

Esto a menudo no consigue los resultados deseados e incluso cuando funciona, los adolescentes (así como los adultos) lo resienten y lo encuentran injusto.

Ayude a sus hijos a aprender de sus errores

Confrontar a un adolescente por una falta de conducta no tiene que convertirse en una inquisición. "Se debe establecer un diálogo". Para que un adolescente aprenda de sus errores, primero tiene que reflexionar en lo que hizo y los motivos para hacerlo. El siguiente paso es replantear y aclarar el problema, luego ayudarla a determinar una o más soluciones. Hay dos mensajes esenciales que se deben transmitir: Primero, todo problema tiene una solución. Segundo, su hijo es responsable de su propia conducta.

Imponga disciplina de manera constante

No como un dogma. La regla general, cuando los padres ponen un castigo al azar, están reforzando el comportamiento negativo. Una vez establezca un límite, manténgase firme.

Paternidad: nunca es tarde para hacer ajustes

Si se describe como excesivamente estricto (o quizás así lo considera su cónyuge o su hijo adolescente), empiece a cambiar a un punto medio aprendiendo a elegir sus batallas. Sin embargo, probablemente usted tenga el problema opuesto y sea excesivamente permisivo.

Los jóvenes necesitan que seamos sus padres primero y sus amigos después. Mantener consistentemente los límites y seguirlos hasta llegar a las consecuencias toma mayor importancia cuando los padres permisivos intentan convertirse en padres más autoritarios. Hasta ahora, sus hijos han estado acostumbrados a manipular a mamá y papá. Se puede esperar que se rebelen contra esos nuevos límites. De hecho, su mal comportamiento puede ser cada vez peor en un tiempo. Una vez que se dan cuenta de que sus padres están hablando en serio acerca de hacer cumplir la disciplina, usualmente aprenden a respetar las reglas del hogar.

Conclusión

Los límites son los valores, reglas y normas en los cuales cada ser humano se basa para comportarse. Se debe de comprender como evolucionan nuestros hijos y las necesidades que necesitan cubrir en las diferentes etapas de su desarrollo. Hay que brindarles confianza y amor siempre. Pero los buenos sentimientos no son suficientes para educar. Al cariño, el buen ejemplo y la motivación hay que añadir cierta dosis de autoridad y límites. Amarlos implica respetar su dignidad humana, acogerlos con responsabilidad para acompañarlos afectuosamente en el recorrido hacia la construcción de un adulto sano, creativo, respetuoso y feliz.

La disciplina positiva brinda a los padres las herramientas para guiar a sus hijos en forma positiva y efectiva. Nuestra responsabilidad como padres, como hemos visto, debe dar respuesta a estas dos necesidades, afecto incondicional bien manifestado, junto a límites y normas claras. Solo con estos dos ingredientes bien combinados podremos garantizar que nuestros hijos estarán preparados para integrarse en la sociedad y encontrar su particular camino a la felicidad.