martes, 13 de mayo de 2014

Drunkorexia: cuando el Alcohol sustituye a la Comida

Es un término no oficial que deriva de la palabra inglesa drunk (bebido o ebrio) y del sufijo griego orexia (apetetito).
La drunkorexia consiste en dejar de comer para poder beber. La persona cambia las calorías de los alimentos por la bebida, de esta forma cree que no engordará. Esta enfermedad mezcla la anorexia y el alcoholismo, ya que la persona reemplaza los alimentos por las bebidas alcohólicas.

Síntomas

1.- Muestra un carácter agresivo y poco afable con la familia y el entorno cercano.
2.- No realiza las comidas en familia y si lo hacen comen compulsivamente.
3.- Se observa una bajada de peso importante en poco tiempo y muestra signos de obsesión con el peso.
4.- Presenta deterioro físico, tiene la cara hinchada o piel alterada
5.- Necesita el consumo de alcohol para relajarse, divertirse, suelen beber a solas o a escondidas.

Es un problema que afecta sobre todo a los adolescentes, que beben alcohol para conseguir la aceptación de los demás y se sienten obligados a mantenerse delgados por la misma razón: en nuestra sociedad, y especialmente en esas edades, la obesidad es vista como una debilidad personal que descalifica a quien la padece y lleva a la marginación.

Las más propensas a sufrir este trastorno son las mujeres, ya que en su búsqueda de no ganar peso pero sí de disfrutar de las fiestas, dejan de comer para no acumular tantas calorías y quienes son las que más se preocupan por su imagen y peso, sin embargo es a quien más le afecta sufrir pues tanto su hígado como su corazón son mucho más susceptibles a ser dañados aunque consuma menos cantidad de alcohol que un hombre, esto porque la sangre femenina tiene una mayor capacidad de absorción que la sangre masculina, a un nivel superior de entre un 30 y 40%. También los principales  afectados son jóvenes preocupados por mantenerse delgados que no quieren renunciar al consumo de bebidas alcohólicas para divertirse, la solución: no comer

El alcohol actúa más sobre el estómago vacío: La obsesión por estar delgado y la aceptación social del consumo del alcohol han extendido peligrosamente este hábito, que se ha puesto de moda sobre todo entre las chicas. Su planteamiento es el siguiente: “Si esta noche voy a beber y, por tanto, voy a ingerir alcohol y calorías vacías, puedo ganar peso; así que para compensar, no como”. El problema es doble porque el alcohol, con el estómago vacío, tiene un efecto superior, con lo que es más fácil pasarse y llegar a la embriaguez.

La drunkorexia va incrementando día con día, y es que los jóvenes tienen un motivo más para dejar de comer y esto es para gastar menos, es decir que el dinero que tienen destinado para comida los fines de semana, prefieren guardarlo para usarlo en comprar bebida al momento de convivir con sus amigos, así que la mentalidad de hoy en día es “No como, así ahorro y además no engordo”.

Nota: Los jóvenes no se preocupan por ingerir alimentos que funcionarían como una especie de amortiguador en el estómago, puesto que de esta forma el alcohol se absorbería de forma más lenta por la sangre, y los riesgos de comas alcohólicos disminuirían. El alcohol es un ácido para nuestro estómago, que si cae de forma directa, lo más seguro es que raspe sus paredes ocasionando úlceras y quemaduras internas.

Las consecuencias de la drunkorexia son catastróficas, pues además de generar trastornos físicos evidentes, conlleva trastornos mentales irreparables.

Los efectos más peligrosos son: el deterioro de las neuronas a causa del alcohol; la pérdida de la conciencia o distorsión de la realidad, de tal forma que las personas tienen una percepción errónea de la imagen y se ven gordas cuando están muy delgadas. También pueden manifestar conductas violentas o aislamiento social. 

La práctica habitual puede producir desnutrición, intoxicaciones por etanol, llegar a los comas etílicos. En el peor de los casos se puede llegar incluso hasta la muerte. Esta enfermedad puede causar graves daños en el hígado. Asimismo, son más propensas a sufrir problemas de cardiopatía.

Es fundamental alertar y dar a conocer este trastorno de la conducta alimentaria a la población ya que es una enfermedad poco conocida, que se padece en silencio y es difícil de identificar por el entorno. Como la anorexia, bulimia o vigorexia (suele estar ligada a personas que la han padecido) es peligrosa a nivel nutricional, funcional y cognitivo, provocando situaciones de desnutrición severa y un incremento del daño hepático.

Tratamiento de la drunkorexia: Este tipo de enfermedades no solamente presentan una cuadro clínico. Las patologías psicológicas asociadas con la comida cada vez son más. Se deberá intervenir un equipo multidisciplinar, esto es, al menos un psicólogo (para tratar la adicción, los problemas asociados y la pauta errónea adquirida), un nutricionista para restaurar el equilibrio nutricional perdido y un médico de cabecera. Es importante valorar el problema como doble, por un lado el trastorno de no comer, y por otro, una posible adicción al alcohol. Las patologías psicológicas asociadas con la comida cada vez son más. Cuando se tenga un panorama más claro de sur real condición y gravedad seguramente se vayan sumando más especialistas, pero lo más. importante es actuar con rapidez y acudir urgentemente a un médico que pueda diagnosticar y hacer la apropiada derivación. Permitiendo aportar una solución integral a este nuevo problema social.
  
Su familia, su entorno, su círculo íntimo de amigos son el otro pilar del tratamiento, ya que de ellos depende en gran parte hacerle entender al afectado (a). En el caso de que la persona se haya recuperado física y psicológicamente, es un trastorno que deja muchas secuelas a nivel psíquico y para evitar la recaída de la persona es necesario el seguimiento psicológico aunque su vida vuelva parcialmente a la normalidad.

Es importante que si conoces a alguien que decide no gastar en comida para gastarlo en bebida, o que deja de comer para que “se le suba más rápido”, busques ayuda psicológica, ya que este trastorno puede tener desenlaces fatales. Sí que es interesante ser consciente de esto y en la medida de lo posible vivir de forma saludable realizando ejercicio físico diario, moderar el consumo y mantener una alimentación saludable. 

El entorno social ha aceptado el alcohol como medio de diversión y el culto a la imagen como bandera del éxito. Sin embargo, no está todo perdido. Una buena educación paternal unida a una aceptación del cuerpo y la existencia de hobbies y actividades que alejen al joven del alcohol pueden dar como resultado un adolescente saludable. Se recomienda tratamiento por parte del médico de familia, psicólogo clinico y nutricionista. 

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