martes, 27 de junio de 2023

Apego Ansioso Ambivalente

 ¿Qué es el apego ansioso ambivalente?

El apego ansioso ambivalente en una persona se caracteriza por una necesidad de contacto constante. Su origen se relaciona con las experiencias vividas en la edad temprana respecto a las figuras de cuidado (generalmente, la madre y el padre). A este tipo de apego también se le conoce como resistente o síndrome de los niños preocupados.

La confianza en la figura de apego es la base de una personalidad estable y segura.

En la vida adulta, un niño que ha sufrido este tipo de apego recuerda que cuando tenía una necesidad, el cuidador aparecía algunas veces y otras no. Esto les hace desarrollar una gran sensibilidad emocional debido a que, para sobrevivir o captar la atención de los demás, necesitaba exacerbar sus emociones para ser atendido o cuidado.

¿Cómo se manifiesta en la edad adulta?

Todo lo anterior redunda en que el apego ansioso ambivalente en la edad adulta los ha llevado a tener una gran dependencia emocional por la falta de independencia y la necesidad de llamar la atención a edad temprana. Las personas que padecen este tipo de apego tienden a exagerar sus angustias, emociones y necesidades para intentar asegurarse de que la persona querida esté lo más cerca posible, emocionalmente hablando.

Como resultado de todo ello, las personas que sufren este tipo de apego son extremadamente sensibles a la sensación de abandono cuando están en pareja, ya que, constantemente están pensando que todos los indicios que se salgan de su comprensión conducen a ese abandono tan temido. Por eso, tratan de evitarlo a toda costa para que no se repitan las heridas sufridas en su niñez.

Características de las personas con apego ansioso ambivalente:

  • Una persona con apego ansioso ambivalente suele tener las siguientes características:
  • Dan una gran prioridad a sus emociones y actúan conforme a ellas.
  • En sus relaciones necesitan una gran aprobación por parte de la otra persona.
  • Ante cambios de comportamiento de terceros, temen una situación de abandono.
  • Tienen muchas dificultades para confiar en los demás.
  • Sienten un gran miedo ante las separaciones.
  • Son altamente dependientes emocionalmente.
  • Suelen tener una baja estima de sí mismos.
  • Necesitan un contacto continuo con su pareja.
  • Son muy negativos ante una actitud distante. Un clásico ejemplo de esto es una llamada o un mensaje sin responder, ante estas situaciones se ponen siempre en lo peor; ¿me habrá dejado?, ¿no querrá saber nada de mí?
  • Su permanente estado de miedo y angustia les hace muy difícil alcanzar un estado de felicidad y tranquilidad.
  • Siempre esperan recibir el máximo de los demás.
  • No soportan la incertidumbre.
  • En pareja tienen una constante preocupación por si son amados.
  • Son personas altamente emocionales e impulsivas.

¿Cómo afecta el apego ansioso a una relación de pareja?

Si nos atenemos a las características citadas anteriormente, podemos anticipar de una forma muy clara cómo actuará una persona que sufra apego ansioso ambivalente en una relación de pareja. En primer lugar, sienten la relación de una forma muy intensa, con una gran pérdida de control en sus emociones. Pocas veces están calmados y esto solo ocurre cuando están en contacto con la persona amada.

Esto, no necesariamente implica que tenga conductas de control (aunque en algunos casos puede ocurrir), pero, sí necesitan continuamente saber qué está haciendo la persona amada. Sienten una gran necesidad de estar en compañía y de tener contacto físico para encontrarse bien. Esto los lleva a un gran miedo ante una separación y, cuando esto ocurre, necesitan encadenar una relación inmediatamente después de otra, por lo que no suelen estar durante largos periodos sin tener pareja.

Otra característica es su tendencia a los pensamientos negativos, sobre todo cuando demanda la atención de la otra persona y esta no aparece. Esto origina una espiral tóxica autoimpuesta que degrada poco a poco la relación de pareja.

El miedo al abandono y a no ser querido siempre está patente en sus pensamientos, por ello demandan una gran atención, teniendo un exceso de expectativas en la relación, ya que, esperan recibir mucho a cambio y experimentan una gran frustración cuando esto no ocurre. Estos miedos a no ser querido provocan grandes dudas en sus acciones y grandes reticencias ante la persona querida al menor signo negativo que interpretan.

Todas estas inseguridades provocan, en muchos casos, conductas contraproducentes que no hacen más que favorecer el rechazo por parte de su pareja. La forma de actuar de las personas con apego ansioso genera evitación de sus parejas y, con ello, se reafirma la sensación de rechazo y abandono temida. De ahí, la búsqueda de ayuda profesional es fundamental para que estas personas que sufren este tipo de apego puedan establecer vínculos satisfactorios y sanos en una relación sentimental.

¿Cómo superarlo?

Afortunadamente, hay muchas cosas que una persona con apego ansioso ambivalente puede hacer para superarlo o hacerle frente. Estos pueden ponerlos en práctica por sí mismas las personas que lo sufren, pero, lo ideal sería buscar la ayuda de un psicólogo y comenzar terapia.

Pero, veamos algunos de los consejos que puedo ofrecerte si te has sentido identificado con este tipo de apego.

Analiza tu comportamiento, sé consciente de tu forma de actuar

Analizar tu comportamiento es esencial para comprender, y sobre todo entender, cómo actúan los demás contigo. La característica principal de una persona que tiene apego ansioso ambivalente es la necesidad extrema de atención y cariño. Si este es tu caso, es bueno aceptarlo, pero sin forzar las situaciones para que aparezca. Piensa en una de las leyes fundamentales de la física: toda acción tiene una reacción, y esto es perfectamente aplicable en una relación de pareja o de otro tipo con cualquier otra persona.

Comunicarse es importante

Si notas que tu carácter está influenciado por este tipo de apego, acéptalo y comunícaselo a tu pareja; es la mejor forma de forjar un vínculo sano y evitar las situaciones sobrevenidas por actos infantiles. Además, si tu persona querida es consciente, puede ayudarte y poner sus propias soluciones para ser empática con tus pensamientos y favorecer, así, los ingredientes necesarios para tener una buena relación de pareja.

Mejora tu autoestima

El miedo y la incertidumbre son los mayores enemigos en toda relación. Si te sientes insignificante o insuficiente, sin ser consciente, provocarás con tus acciones un rechazo en las personas cercanas a ti, y esto reafirmará tus miedos al abandono. Mejorar tu amor propio y tu autosuficiencia te hará menos susceptible y compensará todo esto. Sobre todo, piensa que, si alguien se marcha, no es culpa tuya. Todo ello, ayudará a relacionarte con los demás con más naturalidad.

Echa un vistazo a tu pasado

Si eres consciente de que sufres de apego ansioso, ya te habrás dado cuenta a estas alturas que es debido a la relación con tus progenitores en la tu infancia. Por ello, revisar el pasado es fundamental para poder avanzar en tu edad adulta. Además, te servirá para saber por qué te has comportado así hasta ahora y qué puedes hacer para mejorarlo en el futuro.

Practica ejercicios de atención plena

Los ejercicios de atención plena buscan calmar la mente y relajar el cuerpo para tener una alta percepción del presente. Uno de los más conocidos es la meditación y puede ayudarte a regular tus comportamientos y tus emociones (aspecto muy importante si sufres apego ansioso ambivalente), del mismo disminuyen el estrés y mejoran considerablemente la calidad de vida.

Establece momentos solo para ti

Una de las características del apego ansioso es la necesidad continua de estar con la persona querida. Y en muchas de las ocasiones, esto se ve agudizado por las pocas ganas que se tienen de hacer otras cosas o por espacios prolongados de estar desocupado.

Tener tiempo para uno mismo realizando actividades que gustan y que producen placer, evita esa dependencia continua de otra persona. Además, el espacio es un gran aliado en una relación de pareja, debes ser consciente de que no todo lo que hagas tienes que llevarlo a cabo con tu ser querido; pasar tiempo a solas, haciendo algo que te gusta, es gratificante para ti y para tu relación.

Pide ayuda

Por último, te recomiendo pedir ayuda profesional. Un psicólogo podrá guiarte y asesorarte sobre cómo minimizar todos los efectos derivados del apego ansioso ambivalente y mejorar la forma en la que te relacionas con el resto de personas.

¿Cómo ayuda la terapia a una persona con apego ansioso ambivalente?

La terapia psicológica puede ayudarte a ser consciente de que no necesitas recurrir constantemente a tu pareja para sentirte bien. Ayuda a calmar tus angustias y favorece la posibilidad de identificar las emociones de manera racional y autónoma.

Hablando en lenguaje sencillo, el paciente aprende a que no necesita a una tercera persona para estar calmado y que el hecho de no encontrarse físicamente con ella no significa que vaya a ser abandonado. En definitiva, el objeto de la terapia es demostrar que se puede estar apoyado incondicionalmente sin necesidad de expresar continuamente sus sentimientos o demandar constantemente atención.

Al mismo tiempo, cuando la persona hace terapia puede aprender y ser consciente de que no estar continuamente con la persona querida no tiene por qué implicar necesariamente una intención de abandono por parte de ella. Todo ello reforzará la confianza y seguridad necesaria para poder explorar todo lo que le rodea sin necesidad de que otras personas estén pendientes de él y sin demandar atención por parte de los demás.

El objetivo final es conseguir mayor seguridad y confianza para ser independiente y poder adquirir el comportamiento necesario para vivir en sociedad y poder establecer una relación de pareja madura, sana y estable.

El apego ansioso ambivalente existe y es más frecuente de lo que podamos llegar a pensar. Si detectas a través de este artículo que lo padeces, ya sabes cuáles son sus causas y qué puedes hacer para remediarlo.


Fuente: Iratxe López Fuentes Doctora cum laude en Psicología por la Universidad de Deusto y Psicóloga Clínica.