martes, 19 de enero de 2016

Exhibicionismo Virtual

El fenómeno del excibicionismo virtual (EV), que consiste en realizar autorretratos o vídeos digitales de desnudos espontáneos en solitario o en compañía para luego distribuirlos de forma anónima en alguna red virtual, es una tendencia creciente directamente relacionada con la facilidad actual que tienen los preadolescentes (menores de 13 años de edad) para recolectar y compartir información digital.

Los adolescentes han cambiado las formas de como quieren ser percibidos por los demás. Rompen la idea tradicional de mantener los aspectos de la vida personal en la esfera privada, para ellos se hace necesario “el mostrarse”. Ya que a partir de ello, logran el reconocimiento social que buscan.

Vemos como para los adolescentes la sobreexposición de sus vidas es crucial, surgiendo un concepto que hemos denominado como “exhibicionismo virtual”, el cual no sólo va ligado a la exposición del cuerpo, sino también a mostrar al otro la propia cotidianidad de forma constante y excesiva.
Los adolescentes muestran su cuerpo a través de fotografías publicadas en la red, principalmente en Facebook, destacando los atributos que ellos consideran más atractivos, promoviendo muchas veces una imagen erótica exacerbada de si mismos. Es así como sus cuerpos parecieran promocionarse como objetos.

Existe una postura positiva frente “al mostrarse”, para ellos es elemental tener la posibilidad de que otras personas puedan observarlos, por ello están dispuestos a promocionar su mejor faceta a través de la imagen o aparentar ser como desean verse y ser!.

Desde los adolescentes podemos definir a Facebook como un lugar donde el exhibicionismo no tiene cargas sociales negativas ¿o donde se esconde esas cuestiones perversas de nuestra mente?

Las corrientes teóricas actuales divergen en cuanto al valor significativo que puede tener este tipo de actividades. Para algunos representa una clara manifestación auto-agresiva como síntoma reactivo a antecedentes de abuso físico o sexual; para otros, son agresiones proactivas resultantes de la necesidad de exaltación narcisista; para unos terceros, simplemente son la versión generacional de los juegos exploratorios de pares de la era anterior a los sistemas de comunicación virtual.

Si nos decantamos por pensar que consistentemente las tres explicaciones son plausibles, debemos recurrir a la literatura científica actual para dilucidar las herramientas diagnósticas con las que contamos para responder de forma profesional, ética y con evidencias, cuando en el servicio de psicología recibimos padres de familia con dudas respecto a actividades de sus hijos preadolescentes como las que ilustra la imagen de arriba.

¿Se puede establecer una correlación del EV con alguna manifestación clínica en población preadolescente?

Prevalencia actual de actividades exploratorias con pares

 Los estudios más recientes no revelan variación entre las tendencias reportadas en literatura clásica y las observadas en nuestras actuales. En general, las actividades exploratorias con pares pueden distinguirse en 3 grupos:
1.- mostración + caricia de los pechos (mujeres)
2.- mostración genital (ambos sexos)
3.- mostración + caricia a genitales (ambos sexos).
Sin embargo, estas actividades no suelen presentarse de forma aislada, y a los doce años, el 18% de las pre-adolescentes han reportado caricias en los pechos con sus pares, 44% de la población (sin variación significativa entre sexos) han reportado mostración genital a sus pares y sólo el 19% de la población han tenido caricias a genitales con sus pares.
Presencia del EV en la actualidad
 La EV es una variación indirecta de los dos primeros grupos de actividad exploratoria con pares. Su estudio es apenas reciente y pocos datos de su prevalencia pueden analizarse con suficiente confiabilidad. Sin embargo, se estima que su posibilidad de ocurrencia es directamente proporcional a la facilidad que los preadolescentes tienen para disponer de los recursos virtuales idóneos. Es decir, el hecho de que un preadolescente cuente con una cámara digital antes de los 12 años hace que sus actividades exploratorias con pares involucren el uso de la cámara digital con la misma posibilidad que con el cuarto de los baños de la escuela.
Correlaciones entre el desarrollo pre-adolescente y el EV
 El EV se ha visto fuertemente estudiado en casos de pre-adolescentes agresivos. El EV se observa como una necesidad de exaltar el narcisismo pre-adolescente de forma proactiva. Esta lectura del EV es válida cuando viene acompañada de otras manifestaciones de narcisismo proactivo como puede ser la vanidad, autoritarismo o la explosividad. El EV en este caso suele ser un evento espontáneo, realizado en grupo o en parejas, que suele repetirse a modo de juego entre las amistades del pre-adolescente. El EV puede convertirse incluso en un ritual de aceptación en el grupo o en la relación de pares.
 Por otro lado y en fuerte contraste, el EV puede entenderse como una reacción agresiva o auto-agresiva cuando se manifiesta de forma repetitiva, en solitario y de forma anónima. Un EV de estas características puede ser sintomático de un manejo inadecuado de la ansiedad proveniente de situaciones relacionales u otro tipo de acercamientos inadecuados con la intimidad del pre-adolescente.  En estos casos, el EV puede servir al pre-adolescente como una forma de controlar la ansiedad, o como una provocación dirigida a un tercero perpetrador de una agresión.

Conclusiones

El presente articulo sistemático es un intento parcial por dilucidar la significancia clínica del EV en el entorno actual. El fácil alcance que los pre-adolescentes tienen para utilizar recursos digitales como teléfonos celulares con cámara, cámaras web, vídeo-grabado digital y el uso de internet, hacen que estas nuevas tecnologías se incorporen a las actividades de exploración de la sexualidad por pares que suele presentarse antes de la sexualización del cuerpo propio.

En este blog  he dado cuenta que la demostración genital es un actividad recurrente en el 44% de los pre-adolescentes, y que una adecuada recolección de información clínica nos permite ponderar esta actividad como normal, o como manifestación sintomática.

Será una actividad normal, cuando se realice con las mismas características de la exploración sexual por pares: en pareja o grupo, de forma espontánea, sin involucramiento del sexo opuesto y a manera de código de identidad con el grupo o el par.

Será una actividad sintomática, reactiva y agresiva cuando se utilice como una forma inadecuada de canalizar la ansiedad o propiciar provocación, con actividades de EV caracterizados por realizarse en solitario, con distribución anónima o a desconocidos y de forma recurrente o compulsiva.

Ante la falta de mayor evidencia para cuantificar las correlaciones establecidas por la literatura actual, el psicólogo deberá recolectar los antecedentes clínicos de cada caso individual para evitar desestimar una manifestación de EV como una actividad “normal” cuando no lo sea.