lunes, 23 de mayo de 2016

Autopsia Psicológica

Se define a la autopsia psicológica como un método de investigación retrospectivo de las características de la personalidad y las condiciones que en vida tuvo un individuo, teniendo como objetivo acercarse a la compresión de las circunstancias de su muerte.
La autopsia psicológica nació como una técnica de investigación empleada para determinar la manera de muerte en casos dudosos, para descartar el suicidio, en casos de muertes violentas, accidentes. Para descubrir los siempre ambiguos “suicidios encubiertos”  y los “equivalentes suicidas” o bien, los camuflajes de los médicos de cabecera para evitar problemas judiciales a la familia

Cuando un Ministerio Público se encuentra ante un caso donde, de acuerdo con sus investigaciones, no tiene los elementos para establecer si una persona fue asesinada o si falleció por su propia mano, es decir se suicidó, recurre al perito en psicología forense para solicitar que se realice una Autopsia Psicológica a la persona fallecida.

Se trata de "una técnica que mediante un protocolo específico busca saber cómo era el estilo de vida de la persona a través de un estudio extenso de sus actividades, gustos, relaciones, ámbitos que frecuentaba, estudios médicos, etc. Para eso se necesita investigar las huellas psicológicas -todo lo que dejó a lo largo de su vida- sobre todo en los últimos tiempos y que den indicios sobre cómo era y cómo se relacionaba en su entorno (si dejó proyectos, tareas por terminar, etc.) y para saber si dejó rastros que den indicios de intenciones de suicidio, No sólo se trata de administrar un protocolo sino analizar un resultado porque lo que se busca es llegar a hacer justicia".

La autopsia psicológica es entonces un estudio que tiene la finalidad de establecer si la persona tenía una personalidad de tipo depresiva con pensamientos auto-agresivos de muerte, y en todo caso, si había tenido pensamientos suicidas, ideas de muerte, conductas autodestructivas o intentos fallidos de suicidio.

“Construcción retrospectiva de la personalidad y conducta social – aquí se analizan adiciones a las drogas o el alcohol, las relaciones de pareja y vínculos de amigos, relaciones laborales y académicas, sentimientos de rabia o ira por alguna persona en especial por parte del occiso, la historia familiar, historia de muertes en la familia, la afición del occiso por instrumentos con los cuales se pudiera hacer daño o causar la muerte, la diversión y hobbies, gastos personales, círculos sociales como comunidades religiosas, filosóficas, e ideológicas, estresores psicosociales (muerte pariente querido, separaciones, cambios de localidad, ascensos o remoción de cargos) Anotaciones y conclusiones: allí se establecen las anotaciones de las entrevistas y las percepciones del examinador”. Desde una perspectiva más conductual, se consideran más en profundidad los comportamientos y acontecimientos en que se involucra la vida humana, su razón de ser y por lo tanto su relación directa con la realidad y congruencia de los hechos

Para este tipo de estudio el perito recurrirá a todas las fuentes de datos disponibles y accesibles que le permitan reunir toda la información necesaria para establecer cuál era el comportamiento de la persona previo a su muerte.

El psicólogo forense pedirá al ministerio público se le faciliten los medios para poder entrevistar a la mayor cantidad posible de personas que tuvieron relación con el occiso, desde familiares directos e indirectos, profesores, compañeros de escuela o trabajo, jefes inmediatos y superiores, amigos, parejas sentimentales, novias, esposa, etcétera, sobre todo las personas con las que convivió los últimos días previos al fallecimiento.

Asimismo se pedirá acceso al lugar donde se encontró el cuerpo, y al expediente o averiguación previa, para conocer todos los detalles relacionados con las circunstancias y causas del fallecimiento. También se analizaran  los objetos personales como son ropa, calzado, artículos de arreglo personal, cuadernos, notas escolares, historias académicas, diarios personales, correspondencia, etcétera. Si existe una carta o recado póstumo también se analizará.

En la investigación de muertes violentas, el análisis del funcionamiento mental de las víctimas puede arrojar datos reveladores para la prevención y predicción de las mismas. Además de la aplicación en su esclarecimiento, este procedimiento puede servir como instrumento de investigación de primer orden en áreas de psicología y psiquiatría forense y criminología.

En los casos penales, junto a la investigación criminalística, indicios, evidencias, que pueden ser sumados a un informe pericial forense, debieran servir para llevar un caso de imputación objetiva. Aunque dicho informe se presenta en términos probabilísticos pues se trata de una evaluación indirecta y de conclusiones inferenciales que cobran valor solo al sumarse al resto de los elementos criminalísticos, policiales y forenses.

Existirán casos en donde también se podrán solicitar expedientes personales de tipo laboral, que aportarán datos importantes como resultados de pruebas psicológicas aplicadas durante el proceso de reclutamiento y selección, incapacidades, faltas, cambios de puestos, y expedientes médicos.

Toda la información recabada tendrá la finalidad de establecer el perfil de personalidad y su estado emocional previo al fallecimiento, detectando posibles estados depresivos, trastornos de la personalidad, intentos de suicidio previos, comentarios de muerte o deseos de morir, cambios significativos, problemas de pareja, familia, laborales o económicos.

Se tomarán también en cuenta si tenía metas o proyectos personales o profesionales a corto, mediano y largo plazo.

Finalmente, el dictamen o informe deberá dar luz al ministerio público sobre la personalidad y el estado emocional de la persona previo a su muerte. Y si tenía o no un comportamiento pre-suicida que hubiera influido para que se quitara la muerte por su propia mano. Teniendo siempre presente que la conclusión será si el sujeto tenía o no ideas suicidas, pensamientos de muerte o estados depresivos previos a su deceso y nunca se asegurará que el sujeto se quitó la vida por sí mismo.

Recientemente, se han realizado trabajos de investigación, usando algún método de autopsia psicológica, para trabajos de grupos etéreos del suicidio y fundamentalmente para aspectos preventivos y también para la caracterización de la víctima de homicidio y en un estudio de homicidio seguido de suicidio.

La sociedad americana de medicina (AMA) y la sociedad americana de psiquiatría (APA), también usaron entrevistas semi estructuradas para el estudio del suicidio consumado en médicos durante los años 1982 a 1984, el cuestionario tenía 58 páginas, con datos de la historia médica, personal, familiar y educacional, salud física y mental, relaciones interpersonales, vida familiar, práctica profesional, circunstancias financieras.

En el modelo de autopsia psicológica integrado la entrevista está totalmente estructurada y sistematizado con más de 100 preguntas, con dos versiones el MAPI -I para Suicidios y el MAPI -II para Homicidios.

Pero de alguna manera en estas investigaciones, no se ha usado la técnica, como surgió inicialmente, en las muertes indeterminadas o equivocas y más aún, para su uso en el proceso penal. La gente de Psiquiatría y Psicología forense, que trabaja en el área del derecho penal, puede usar esta técnica, que se emplea a la manera histórica, inicial y como una prueba pericial más, dentro de la acusación y sustentación durante el juicio oral.

La autopsia debe ser llevada por psicólogos ya sea clinico y/o forense y psiquiatras.


Fuentes: Compilador red

www.cristianaraos.files.wordpress.com