martes, 17 de septiembre de 2019

TDA-H Y Abusos de Sustancias

Los niños y adolescentes con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) tienen más probabilidades que otros niños de fumar, beber o consumir drogas.
Sin embargo, sólo porque un niño sufra de TDAH no garantiza que él o ella sufrirán de problemas de alcohol o drogas  durante la adolescencia. La clave para los padres es ser conscientes de la relación entre los dos, establecer medidas de prevención en casa y buscar ayuda profesional si se sospecha de un problema de drogas.

Trastorno por uso de sustancias (TUS)

En las últimas décadas se ha mostrado gran interés en el estudio de la relación entre Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad y el uso o abuso de substancias ilícitas.

Las substancias psicoactivas de uso más extendido entre la población de 15 a 64 años son el alcohol y el tabaco. En cuanto a las drogas ilícitas, las más extendidas son el cannabis y la cocaína en polvo, cuyo consumo entre la población juvenil ha aumentado considerablemente en los últimos años. Estas drogas se consumen en muchas ocasiones combinadas con otras substancias (alcohol, tabaco, éxtasis) con fines recreativos y socializantes. 

La edad de mayor riesgo para el inicio de consumo de substancias es la adolescencia. El adolescente es especialmente vulnerable ya que el consumo de estas substancias va asociado con una serie de necesidades propias de esta etapa: afirmación de la identidad, miedo a la evaluación negativa por parte de los demás, oposición a las normas de los adultos, sobre adaptación a las normas del grupo de amigos, la necesidad de afrontar altibajos emocionales.

Nota: En pacientes con trastorno por déficit de atención e hiperactividad en comorbilidad con el trastorno por consumo de sustancias, resulta fundamental contar con un diagnóstico oportuno con el fin de administrar un tratamiento adecuado.

Relación entre TDAH y drogas

Estudios realizados sobre la comorbilidad con TUS han revelado tasas de abuso y dependencia de sustancias más elevadas en sujetos con TDAH que en población general. En un estudio se halló que el 52% de pacientes diagnosticados de TDAH en la infancia, presentaban un TUS a lo largo de la vida, mientras que en población sin TDAH, este porcentaje era del 27%. Asimismo, entre un 32 a 53% de los adultos diagnosticados de TDAH, presentaron de forma comórbida un trastorno por consumo de alcohol y entre un 8-32% un trastorno por consumo de otras drogas. Por otra parte, en estudios realizados con pacientes que consultan por problemas derivados del consumo de alcohol, cocaína o heroína, se ha encontrado una mayor prevalencia del TDAH respecto a la población general.

Se estima que entre el 31% y el 75 % de pacientes con trastorno por dependencia al alcohol presentan criterios DSM-IV- DSM-5 de TDAH en la infancia, y hasta un 35% de pacientes cocainómanos presentan un TDAH. Asimismo, en un estudio realizado con pacientes en tratamiento de mantenimiento con metadona por dependencia a heroína, se halló que el 17 % cumplían criterios de TDAH.

Este y otros estudios más recientes sugieren que las personas que padecen TDAH se inician en el consumo de substancias más temprano y la tendencia a evolucionar hacia el abuso es más rápida que en las personas que no lo padecen.

En los pacientes adultos que acuden al especialista por TDAH se ha encontrado que entre un 17% a 45% muestran un abuso o dependencia del alcohol y un abuso o dependencia de otras drogas entre el 9% a 30%. (Entre el 30 y el 40 por ciento de las personas adultas con TDAH son consumidores habituales de alcohol u otras drogas y pueden presentar trastornos de conducta adictiva con más frecuencia que el resto de la población).

Cada vez se objetiva una mayor correlación entre adultos con diagnóstico de TDAH y abuso o dependencia de estas sustancias. Esta relación no es extraña desde el punto de vista del consumo de drogas como una automedicación, lo que significa que los usuarios de sustancias las consumen buscando una regulación del malestar cuando no reciben el abordaje terapéutico que necesitan, a modo de una medicación que les evite el sufrimiento.

Este resultado pone de manifiesto que la presencia de un trastorno de conducta incrementa el riesgo de drogodependencias en los pacientes con TDAH.

¿Por qué existe relación entre el TDAH y drogas?

Al haber tantos casos de TDAH con comorbilidad con Trastorno por Uso de Substancias y viceversa, se han sugerido varias hipótesis que expliquen esta relación:
  1. Las características propias del TDAH, como la impulsividad o los problemas sociales que conlleva, podrían predisponer al consumo de drogas. Una de las consecuencias de la impulsividad es la falta de medida en cuanto al riesgo que conllevan las decisiones tomadas y las actuaciones. Por lo tanto, los adolescentes con TDAH podrían tener menos miedo a la hora de probar las drogas y hacerlo a una edad más temprana.
  2. Otra hipótesis que se baraja es la de la automedicación, que sugiere que los pacientes con alteraciones psicopatológicas como el TDAH, inician el consumo de sustancias al hallar alivio a sus síntomas con ellas, aunque posteriormente sufrirían todas las consecuencias negativas de las drogodependencias.
  3. También se han planteado las hipótesis de identificación de genes relacionados con ambos trastornos y de la predisposición genética común entre los dos trastornos.
  4. La impulsividad, falta de juicio y problemas escolares que pueden estar ligados con el TDAH y pueden aumentar el riesgo para iniciar el uso de sustancias.
  5. Podría haber un vínculo genético entre el TDAH y la vulnerabilidad para desarrollar un trastorno por sustancias de abuso.
  6. Los individuos con TDAH podrían probar los psicofármacos para auto medicarse.
Tratamiento farmacológico del TDAH con patología dual

Existe un gran volumen de investigación centrada en el tratamiento psicofarmacológico del TDAH en la infancia. Los estudios centrados en evaluar la evolución los niños con TDAH han permitido obtener importantes datos clínicos sobre el beneficio del tratamiento con psicoestimulantes como el metilfenidato. Éste es el tratamiento de primera elección en el TDAH tanto de niños como en adultos.

Frecuencia de comorbilidad psiquiátrica en adultos con TDAH.
  • Trastornos por consumo de alcohol 32 - 53 %
  • Trastornos por otras drogodependencias 8 - 32 %
  • Trastorno por ansiedad generalizada 24 - 43 %
  • Trastorno distímico 19 - 37 %
  • Trastorno depresivo mayor 16 - 31 %
  • Trastorno de la personalidad antisocial 7 - 18 %
  • Trastorno obsesivo compulsivo 2 - 14 %
Lo que los padres pueden hacer:
  1. Preste mucha atención a cualquier cambio de comportamiento, incluso si cree que podría atribuirse al TDAH de su hijo.
  2. Hable con su hijo adolescente sobre lo que es un comportamiento seguro y aceptable. Sea usted mismo un buen ejemplo y no consuma bebidas alcohólicas, tabaco o drogas ilegales.
  3. Preste atención a los amigos de su hijo. Si su hijo está saliendo con alguien que está metido en drogas, es muy probable que su hijo también pueda estar expuesto a las drogas.
  4. Hable con su niño acerca de la importancia de tomar todos los medicamentos, incluidos los estimulantes, exactamente como son prescritos. Discuta los efectos secundarios y otras inquietudes con el médico de su hijo.
  5. Compartir, vender o distribuir medicamentos estimulantes es ilegal siempre y es peligroso. Mantenga una estrecha vigilancia sobre los medicamentos para el TDAH de su adolescente debido a que el abuso de drogas de prescripción entre los adolescentes sigue en aumento. Asegúrese de que el niño entienda que no debe darle su medicamento a nadie.
  6. No guarde el medicamento en un lugar público como en el baño o la cocina o en cualquier otro lugar donde la gente lo pueda ver. Asegúrese de que mantenerlo bajo llave y vigilado. Enseñe también a sus hijos a ser responsables por su medicamento. Ayúdale a que aprenda a manejar su TDAH y a ser responsable por su afección y a estar informado sobre los altos riesgo que corre de ciertos problemas.
+ Recomendaciones
  1. Apoyo, cariño y un entorno seguro son tres claves que ayudan en el paso de la infancia a la adolescencia. La buena comunicación con el adolescente es fundamental, así como saber ponerse en su lugar, descubrir qué es lo que piensa y ayudarle a reflexionar sobre las situaciones y comportamientos.
  2. Hablar en casa sobre las drogas de forma honesta, sin dramatizar y sin ser muy catastrofista. Utilizar un tono sencillo y evitar interrogarles insistentemente sobre si consume o va a consumir. Es mejor entablar una conversación donde él pueda expresar su opinión sin acosarle.
  3. Antes de hablar sobre las drogas debes informarte bien, tanto sobre el consumo, el efecto y las consecuencias, para que lo que le transmitas no sean los típicos clichés que se oyen y que no le aportan ninguna credibilidad a tu argumentación.
  4. No esperar a la adolescencia para hablar sobre las drogas. La pre-adolescencia es una etapa muy importante en la que ya podemos ir dando explicaciones y consejos para que vaya formando su opinión y postura respecto a las drogas.
  5. Convertir las drogas en un tema tabú en el entorno familiar no va a reducir las posibilidades de que los adolescentes se enfrenten a la droga en algún momento, así que es mejor buscar la forma de hablar del tema de forma cómoda para todos.
  6. Es importante ser coherente con lo que se dice y se hace. Si lo que decimos al adolescente no va acompañado de una conducta coherente, se pierde credibilidad. Esto puede llegar a ser más importante que los propios consejos o la información que le facilites.
Conclusión: Se aboga por una máxima racionalización de los diagnósticos fiables y multidisciplinarios por profesionales expertos, así como por plantear alternativas terapéuticas efectivas, biológicas, psicológicas y educacionales, para dotar desde la infancia el máximo bienestar posible a estos niños y evitar una vulnerabilidad adquirida para el desarrollo de dificultades psicológicas o trastorno mentales en la adolescencia y, consecuentemente, disminuir la actual prevalencia de consumo de drogas y adicciones en personas adultas que padecen TDAH. La comorbilidad de TDAH y abuso de sustancias requiere un tratamiento multimodal.

“La prevención contra el abuso de las drogas empieza con los padres”


Compilador