lunes, 10 de noviembre de 2014

La Oniomanía: Compras Compulsivas

Comprar es una actividad rutinaria de la vida para la mayoría de las personas. Pero los adictos a las compras se muestran incapaces de controlar un fuerte impulso al consumo, que domina sus vidas y produce consecuencias graves.
La oniomanía o compra compulsiva es un trastorno psicológico cuyo síntoma es un deseo desenfrenado por comprar sin una necesidad real, frecuente en personas que padecen trastornos del estado de ánimo. Esta psicopatología suele estar asociada con trastornos depresivos y baja autoestima, aunque la compra compulsiva puede estar presente en otras enfermedades mentales como el trastorno bipolar o el trastorno límite de la personalidad.

El trastorno de compras compulsivas (TCC) es un trastorno psicológico del control de impulsos, caracterizado por preocupaciones excesivas relacionadas con las compras y por la necesidad irresistible de comprar de forma masiva objetos superfluos, acompañados de sentimientos de ansiedad, irritabilidad o malestar, y consecuencias adversas como el endeudamiento. Tras el alivio momentáneo al realizar la conducta adictiva, la persona experimenta sentimientos de culpabilidad.Es otra de las adicciones comportamentales más frecuentes. La caracteriza el deseo irresistible por comprar algo sin que exista una necesidad real de tal objeto.  Suele estar asociada con trastornos depresivos y baja autoestima.

El adicto a las compras sufre de un impulso incontrolable por adquirir objetos inútiles o superfluos. La gratificación deriva, más que de la utilidad de los productos, del propio proceso de comprar. Este consumo, no planificado, excede de las posibilidades económicas de la persona.

Se pueden identificar cuatro fases distintas de la compra compulsiva:

Anticipación: pensamientos, impulsos o preocupaciones sobre un artículo específico, o sobre el acto de la compra.
Preparación: decisiones sobre cuándo y dónde ir, como vestirse, e incluso que las tarjetas de crédito va utilizar. averiguaciones acerca de los artículos en venta, modas nuevas, o nuevas tiendas.
Compra propiamente dicha: experiencia de compra real, que muchos individuos describen como muy excitante, e incluso puede conducir a sensaciones de índole sexual.
Gasto: el acto se completó con la paga, a menudo seguida de una sensación de decepción o desilusión con uno mismo.

Generalmente el comprador compulsivo compra solo, sin la compañía de otra persona, debido a que se suelen sentir avergonzados. En su mayoría, los afectados reconocen que tienen un problema. Puede llegar a pasar por un centro comercial y sufrir un síndrome de abstinencia, es decir, un estado de nerviosismo que sólo se calma cuando entra a comprar.

El sentimiento de autoestima y de poder se satisface con la conducta de comprar, sin embargo hay una pérdida de interés por los productos una vez comprados. La mayoría de estas personas están alrededor de los 30 años pero empezaron a comprar en torno a los 18 o 20 años.

Desde la perspectiva epidemiológica, ente el 1% y el 5% de la población puede sufrir esta adicción, con una proporción de 4 mujeres /1 hombre. La mujer está más representada porque está más sujeta al dictado de la moda y por padecer más sentimientos de soledad y baja autoestima.

La motivación en ambos casos es aumentar la autoestima, las mujeres derivan la autoestima en el aspecto físico y los hombres por ser expertos o poseer riquezas.

El ciclo habitual de esta conducta adictiva es el siguiente:
  • Estado de ánimo disfórico
  • Excitación ante las expectativas de comprar
  • Adquisición placentera de objetos superfluos
  • Arrepentimiento y autorreproches por el dinero gastado y por la pérdida de control
  • Repetición del ciclo para la superación del malestar
  • Es frecuente la asociación de esta adicción con alteraciones psicopatológicas como la depresión, trastornos de ansiedad o de la conducta alimentaria. Todos estos problemas denotan una baja autoestima y una falta de autocontrol, reflejo de la impulsividad del sujeto.
Los factores de riesgo de esta adicción son: La soledad, el alejamiento de la familia, el trabajo o la insatisfacción con la pareja. Comprar puede ser una manera de relacionarse con los demás y de ver gente. En otros casos adquirir regalos es un modo de conseguir el aprecio de los demás.

Las consecuencias de la adicción a las compras: suelen ser muy negativas como deudas, problemas con la justicia, ruina, deterioro de las relaciones interpersonales, soledad, divorcio e intentos de suicidio. De hecho, la depresión puede facilitar esta adicción, pero también puede ser una consecuencia de la misma.

Test de auto-evaluación para compras compulsivas:
  1. Cuando tengo dinero, no puedo evitar gastar todo o parte del mismo.
  2. A menudo soy impulsivo en mi comportamiento de compra.
  3. Para mí, ir de compras es una forma de aliviar el estrés diario. Me resulta relajante.
  4. A veces siento que algo dentro mío me empujó a ir de compras.
  5. Hay veces tengo un fuerte impulso por comprar.
  6. A veces he sentido un poco de culpa después de comprar algo que no necesitaba.
  7. Escondo algunas cosas que compro, por temor a ser tildado como irracional en mi comportamiento de compra.
  8. A menudo tengo un impulso inexplicable, un deseo repentino de ir y comprar algo.
  9. Tan pronto como entro en un shopping, tengo un irresistible deseo de entrar en una tienda y comprar algo.
  10. Tiendo a responder a ofertas que llegan por correo.
  11. A menudo he comprado un producto que  no necesitaba, sabiendo que me quedaba muy poco dinero.
  12. Soy un derrochador.
  13. A veces he pensado "Si tuviera que comprarlo otra vez, lo haría…" y me he sentido arrepentido por ello.
Si contestó afirmativamente a varias de estas preguntas, es probable que usted esté padeciendo este problema.

Criterios diagnósticos

Los criterios diagnósticos utilizados como referencia para determinar si la persona cursa con el cuadro patológico son:
  • Presencia de impulsos excesivos y recurrentes por comprar, que producen importantes problemas personales y familiares.
  • Impulsividad y repetición de la conducta de compra, pese a las consecuencias negativas que trae esta conducta para la persona.
  • Necesidad urgente e irreprimible de comprar.
  • Intentos fracasados de controlar gastos.
  • La existencia de consecuencias negativas tangibles de comprar excesivamente, como agotamiento marcado, deterioro social o laboral, y problemas financieros o familiares.
El tratamiento en este tipo de adicciones se puede resumir en:

En primer lugar, antes de iniciar la intervención, es importante poder realizar una buena evaluación del problema sobre el que vamos a intervenir, para poder evaluar su magnitud y cada uno de los factores y variables que giran en torno a éste. Es importante antes de la intervención, valorar la consciencia de problema de la persona adicta, así como la motivación de ésta para realizar el cambio.

La intervención psicológica de elección, no obstante, para este tipo de adicciones es la cognitivo conductual, es decir, la modificación de los aspectos cognitivos y la intervención sobre los aspectos conductuales. Centraremos la intervención en dos técnicas conductuales que nos servirán para romper el automatismo de la conducta adictiva: el control de estímulos y la exposición en vivo con prevención de respuesta. 
  • La primera, es una técnica paliativa y provisional, que permite detener la conducta problema mediante la manipulación del entorno del individuo, para reducir o eliminar situaciones y estímulos condicionados que eliciten la aparición de la conducta adictiva (centros comerciales en adictos a compras por ejemplo).
  •  La segunda técnica, la exposición en vivo con prevención de respuesta, es una técnica conductual útil para aprender a afrontar el deseo o impulso de realizar la conducta, exponiéndose de forma controlada y progresiva a aquellos estímulos que facilitan la aparición de la conducta. La recuperación total, es decir, la desaparición del ansia por la conducta inadecuada, sólo se produce cuando el sujeto se expone, en una segunda fase del tratamiento, a los indicios de riesgo de forma progresiva y regular y es capaz de resistirse a ellos sin adoptar conductas de escape.
La parte cognitiva de la intervención, se centra en detectar y modificar aquellos pensamientos y distorsiones cognitivas que puedan facilitar la aparición o mantenimiento de la conducta adictiva, incluso un tiempo después de su desaparición.

Se debe entender el trastorno dentro de un contexto más amplio. No hay medicamentos "exclusivos" para una patología específica llamada comprador compulsivo, por ello es importante priorizar el diagnóstico. Algunos inhibidores de determinados neurotransmisores, como la serotonina (muy relacionada con el estado de ánimo) funciona.

Fuentes: Compilador de la red