viernes, 18 de septiembre de 2015

Trastorno de la Excreción: Tratamiento Psicológico

La terapia va dirigida a encontrar la causa y a utilizar técnicas para que el niño aprenda a controlar los esfínteres.
Los trastornos de eliminación de orina y heces, enuresis y encopresis respectivamente, son característicos de la infancia. Pueden tener una causa orgánica o psicológica y en ambos casos, tienen tratamiento. La terapia psicológica comprende la enseñanza para aprender a controlar los esfínteres, psicoterapia y una serie de recomendaciones para los padres del niño afectado sobre cómo afrontar la situación y resolverla.

La enuresis es el escape involuntario de la orina durante la noche. Consiste en la aparición de una emisión repetida de la orina en la cama o en la ropa, superados los cuatro años de edad, tiempo en el que el niño debería haber adquirido la continencia urinaria. Para que se pueda hablar de enuresis también hay que hablar de frecuencia: este tipo de incontinencia tiene que ser de dos episodios semanales al menos durante tres meses consecutivos.

La encopresis, por su parte, es la evacuación repetida de heces en cualquier lugar inadecuado que no sea el retrete, como en el suelo o la ropa. Y al menos tiene que producirse una vez a la semana durante tres meses consecutivos. La edad a partir de la cual puede considerarse encopresis son los cuatro años.

Por lo general, la enuresis es el trastorno de la eliminación más común y por ello, más estudiado. Este trastorno ocurre por igual en menores de ambos sexos, en cambio, la encopresis es más frecuente en niños. La enuresis nocturna afecta al 15% de los niños de cinco años. El porcentaje de afectados va disminuyendo con la edad. En el 70% de los casos no está diagnosticada y, según un 83% de los casi 1.200 pediatras a los que se consultó para elaborar el libro, los progenitores no acuden a la consulta por sentir vergüenza de que sus hijos sigan teniendo pérdidas de orina.

En la encopresis, a los cuatro años se les escapan las heces al 3% de los niños una vez por semana y a los siete años, y tiene una prevalencia del 2,3% en los niños y del 0,7% en las niñas, según datos de un documento sobre los "Trastornos de la eliminación: enuresis y encopresis". Además, se sabe que un tercio de los niños con encopresis sufre también enuresis nocturna, un 20% enuresis diurna y que un 10% de las niñas padecen infecciones urinarias recurrentes.

Causas Orgánicas y Psicológicas

Cuando un niño mayor de cuatro años se orina durante la noche es importante acudir al pediatra para descartar alguna causa orgánica.

El trastorno enurético puede tener causas orgánicas por afecciones urológicas, irritaciones o algún proceso infeccioso como una cistitis, pero también puede ser debido a que la capacidad funcional de la vejiga esté disminuida, lo que implica que los niños enuréticos necesiten ir más con más frecuencia al baño. Otras veces puede tener su origen en trastornos neuromusculares que afectan al sistema genitourinario, en la médula espinal o en los centros del cerebro.

Cuando un niño de más de cuatro años orina durante la noche y fuera del retrete, es importante acudir al pediatra para que descarte cualquiera de las causas orgánicas anteriores. Una vez descartadas, si se determina que la enuresis tiene un origen psicológico, se hace necesario acudir a un psicólogo clínico.  Las causas psicológicas que están detrás de la enuresis también pueden ser múltiples: falta de aprendizaje del niño porque no se le ha enseñado correctamente, insensibilización de la piel a la humedad, favorecida o provocada por usar pañales hasta edades avanzadas, lo que priva al menor del mecanismo de emergencia que le lleva a despertarse cuando se siente húmedo.

También puede haber un interés del niño por conseguir una reacción de sus padres, porque obtiene algo, que habitualmente es su atención. O problemas emocionales, como cambio de colegio, de casa, la separación de los padres o el nacimiento de un hermano pequeño; en definitiva, cualquier factor que altere el entorno del niño.

De la misma manera, detrás de las causas de la encopresis puede estar el estreñimiento: los niños retienen tanto las heces que la presión del colon vence al esfínter y se producen evacuaciones involuntarias.

Tratamiento para la Enuresis

"Se Utiliza técnicas conductuales porque son los procedimientos más seguros, no tienen efectos secundarios y consiguen una mejor cura a corto y a largo plazo". El tratamiento de la enuresis se dirige a corregir los defectos de aprendizaje que existen detrás, a encontrar su causa y a utilizar técnicas conductuales para que el niño aprenda a controlar la micción. Y la duración del tratamiento varía notablemente de un niño a otro. Depende del origen del trastorno y de si éste está asociado a problemas emocionales. En promedio, duran unas diez sesiones máximo.

Entre otros aspectos, se trabaja para que los niños afectados aumenten la capacidad funcional de su vejiga a través de una serie de ejercicios: mediante un entrenamiento se les enseña a aguantar las contracciones del detrusor (músculo que envuelve la vejiga) a retener la orina y a aumentar la capacidad de la vejiga. También se les prescriben ejercicios para que fortifiquen sus esfínteres, cortando el flujo de la orina, mientras están miccionando.

Para que fortifiquen el esfínter también se les puede proveer de unos aparatos antienuréticos o de alarma (el Pipí-stop), provistos de un sensor de humedad y un timbre que se activa ante las primeras gotas de orina que se escapan. Al encenderse esta alarma, el pequeño tiene que despertarse, cerrar el esfínter y levantarse para ir al baño y terminar de orinar. Este sistema se debe mantener hasta que el niño afectado haya pasado dos semanas seguidas sin pérdidas de orina nocturnas, después se le puede retirar gradualmente.

“No hay que castigar al niño afectado ni tampoco ponerle pañales durante mucho tiempo”.

Sin embargo, todo este entrenamiento se debe acompañar de un refuerzo por parte de los progenitores para que el niño descubra las ventajas de no orinarse, ya que puede ocurrir que los padres no le presten tanta atención cuando deja de escapársele la orina. Por este motivo, Chicote explica a los padres que se les tiene que demostrar que hacerlo bien sí resulta ventajoso.

Tratamiento de la Encopresis

El tratamiento de la encopresis es similar al de la enuresis. Primero se deben descartar las causas orgánicas y se pide a los padres que realicen un registro de defecaciones de los niños. En este caso, en que también se trabaja mucho con los padres, la media de duración del tratamiento es de unas diez sesiones aunque, de nuevo, depende del niño y su familia. Si los niños afectados por este trastorno de eliminación sufren estreñimiento, deben seguir un tratamiento dietético.

Como en el caso de la enuresis, a los niños con encopresis se les entrena en hábitos defecatorios y se utiliza una estrategia de recompensa y de reforzamiento e, igualmente, debe ser el niño quien se quite la ropa, la lleve a la lavadora, busque su ropa limpia y se cambie. Otro ejercicio que se aconseja en estos casos es una práctica positiva, es decir, dejar que el niño permanezca solo en su habitación tranquilamente sentado durante diez minutos. Después, repetir el ejercicio en el retrete, de modo que permanezca sentado otros diez minutos y finalmente, repetir la secuencia en los mismos horarios, coincidiendo con las horas de comida para que vaya adquiriendo los hábitos de defecación adecuados. 

Tanto los niños enuréticos como los encopréticos pueden recaer, lo que "puede ser muy traumático", pero no por ello deben dejar de intentarlo. Los padres no deben dar estos casos por perdidos, al final, ambos trastornos se acaban solucionando. Muchas veces las recaídas se deben a que no se ha acertado bien en las causas que los desencadenan. Entonces se trata de buscar de nuevo la causa de la conducta afectada, revisarla y volver a empezar el tratamiento. Erosky Consumer

Ver tratamiento farmacológico. 

www.inprf-cd.gob.mx/guiasclinicas/manejo_trastornos.pdf
www.alex-psicoclinica.blogspot.mx/2012/02/definicion-la-enuresis-es-la-descarga.html
www.alex-psicoclinica.blogspot.mx/2012/06/encopresis.html