viernes, 11 de mayo de 2018

Egolatría: Una Definición del Concepto


La Real Academia Española define la egolatría como el “culto, adoración o amor excesivo de sí mismo”.
La egolatría es, una característica de la personalidad de algunos individuos, en que hacen constante alarde de una confianza en su propio potencial, cayendo en la auto-admiración y en el culto hacia uno mismo, hasta el punto en que esta percepción exagerada puede ser patológica y causar problemas en las interacciones sociales.

¿Cómo son las personas ególatras?

Los individuos que tienen rasgos y características ególatras suelen generar rechazo entre las personas que tienen a su alrededor. Además, la personalidad ególatra ha estado presente en muchos personajes históricos.

Por ejemplo, en biografías y documentos historiográficos nos dan fe de que Adolf Hitler, Napoleón Bonaparte, Gengis Khan y Josif Stalin fueron personajes históricos con un carácter marcadamente ególatra. En la actualidad, tal vez el referente más popular es el magnate y actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

En este sentido, la egolatría suele relacionarse con otros conceptos, como el  egocentrismo, el narcisismo, la soberbia, la excesiva autoestima, la falsa autoconfianza o la megalomanía.

Aunque hay aspectos en que estos conceptos coinciden, también existen algunas importantes diferencias y matices. En cualquier caso, cabe tener en cuenta que la egolatría alude a una percepción subjetiva del individuo, a cómo éste percibe su valía, en este caso de forma exageradamente positiva. Sin embargo, la egolatría nos cuenta poco sobre la traslación de esta percepción a las relaciones interpersonales. Es decir: una persona ególatra puede serlo y sin embargo las personas de su entorno pueden no percibirla como especialmente vanidosa o soberbia.

12 rasgos y actitudes en común

Sin embargo, sí es común que las personas ególatras tiendan a exteriorizar este rasgo mediante ciertas actitudes y conductas que pueden ser rechazables por otros individuos.

Algunas de estas actitudes, conductas y rasgos son los que se describen a continuación:
  1. Tienen una percepción exagerada sobre susatributos y cualidades
  2. Confieren una gran importancia al dinero y al poder
  3. Tienen sentimientos de grandeza: están seguros de que en su vida lograrán grandes metas y objetivos
  4. Aunque pueden gozar de habilidades sociales más que suficientes, acostumbran a ser individuos más bien solitarios, ya que a menudo generan un cierto rechazo social cuando las demás personas se percatan de su egolatría
  5. Suelen mostrar un gran apego a todos los aspectos que refuercen su imagen de personas exitosas
  6. Les gusta generar envidia y celos en los demás
  7. Pueden tender a la superficialidad, labrando amistades instrumentales que les permitan alcanzar ciertos propósitos y ganar estatus
  8. Distorsionan la realidad, y en algunos casos pueden tener dificultades para llevar a cabo un análisis racional sobre su valía personal
  9. En algunos casos, pueden ser personas con poca empatía, poco dispuestos a ofrecer ayuda y soporte a otras personas
  10. No soportan recibir críticas y se las toman como algo personal
  11. Pueden tender a compararse constantemente con los demás, enfadándose si consideran que alguien de menor valía que ellos están en un puesto de trabajo mejor o tienen una vida más acomodada
  12. En ciertos casos se percibe una tendencia al exhibicionismo, por ejemplo haciendo alarde de logros materiales y económicos, como forma de reforzar su auto-percepción de personas de gran valía y estatus social
Causas y motivaciones 

Desde el punto de vista psicológico, hay muchos factores y motivaciones que pueden conducir a que una persona desarrolle esta característica. La egolatría es un rasgo asociado a ciertas carencias afectivas y emocionales, puesto que se suele entender desde la psicología que una persona con una equilibrada inteligencia emocional no necesita percibirse a sí misma como algo que no es.

En este sentido, la egolatría podría ser una señal de alerta de personas que, paradójicamente, sufren carencias afectivas, emocionales o, incluso, padecen  algún trastorno mental de fondo. La egolatría sería, en términos un tanto metafóricos, una huida hacia delante de personas que camuflan su inseguridad en este tipo de pensamientos y creencias hiperbólicas sobre sus capacidades y potencialidades en la vida.

Desde el punto de vista social, la egolatría es entendida como el reflejo o la consecuencia de una sociedad mercantilizada y clasista en la personalidad de algunos individuos. Las diferencias entre clases sociales y su estilo de vida podría generar una competición constante entre individuos por lograr ascender en su estatus, lo que sería un caldo de cultivo perfecto para el individualismo, el arribismo, la minusvaloración de ciertos principios morales, y también de la egolatría como una característica de la personalidad adaptada a este entorno competitivo y en que priman las apariencias por encima de otras cualidades. Así, las ansias de éxito en la vida puede ser un punto de partida que, mal gestionado, puede conducir a desarrollar personalidades y actitudes problemáticas y limitantes.

Las personas ególatras pueden ser capaces de llevar a cabo proyectos y empresas de gran envergadura, pero a su vez pueden tener dificultades a la hora de establecer relaciones profundas con otras personas.

No obstante, la egolatría no es un rasgo exclusivamente centrado en la obtención de dinero o poder, sino que puede tener motivaciones diversas. El estilo de personalidad ególatra puede tener varias causas, entre ellas el tipo de educación y estilo de crianza que haya recibido el individuo.

Un estilo de crianza demasiado permisivo y complaciente con el niño puede generar problemas como el  trastorno de oposición desafiante (TOD), también conocido como síndrome del emperador, en que el pequeño desafía la autoridad de los padres y actúa de forma caprichosa para conseguir todo aquello que quiere. Este tipo de educación recibida podría desembocar en una personalidad centrada en el yo durante la adultez.

Por otro lado, cuando una persona se considera a sí misma como superior y más valiosa que las demás, suele percibir al resto de personas como poco importantes, inútiles y prescindibles. Esto genera un sentimiento de rechazo en su entorno de amigos y conocidos, porque pocas personas están dispuestas a tolerar que se las trate con menosprecio.

Es importante resaltar que, aunque pueda resultar complicado, lo ideal es que las personas ególatras puedan recibir asesoría profesional para tratar de reestructurar su percepción sobre sí mismas, hecho que repercutirá positivamente en su salud mental y en la calidad y cantidad de sus relaciones personales, pudiendo gozar de una vida mucho más plena y feliz.

Referencias bibliográficas:
Freud, Sigmund. Obras completas. Volumen XIV: Trabajos sobre metapsicología, y otras obras (1914-1916), «Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico». Capítulo II: Introducción del narcisismo (1914). Buenos Aires/Madrid: Amorrortu, 1979.
Lasch, Christopher. La cultura del narcisismo. Editorial Andrés Bello, 1999.

miércoles, 9 de mayo de 2018

10 Cosas que te Harán Sentir Mejor en una Fase de Depresión

Cuando se atraviesa una fase de depresión, el día a día puede convertirse en todo un reto al que resulta imposible enfrentarse. Uno se siente completamente desmotivado, triste y sin capacidad para afrontar las actividades que cotidianamente se llevaban a cabo.
Te presento algunas cosas que pueden ayudarte a sentirte mejor:

1. Planifica tu día. Cuando se atraviesa una etapa de depresión, puede ser realmente complicado ponerse en marcha cuando el día da comienzo. Sin embargo, como está demostrado que la más mínima actividad ayuda a sentirse mejor, lo ideal es que hagas un listado de cosas que quieres hacer a lo largo del día y que lo intentes seguir a rajatabla. Eso sí, al principio no seas muy exigente contigo mismo.

2. Haz actividades junto a alguien. Como es más que probable que muchos días no tengas ganas de hacer nada en absoluto, trata de planificar actividades que puedas llevar a cabo junto a alguien con quien te sientas mejor. Esto ayudará a que te pongas en marcha.

3. Dedica un tiempo para estar tranquilo. Si los problemas te asfixian y te notas estresado, es importante que dediques un tiempo para reflexionar sobre cada una de las cosas que te preocupan, que trates de relativizarlas y que luego te decidas a apartarlas de tu cabeza. Sabemos que esto puede ser muy complicado, pero al menos debes intentarlo.

4. Practica algo de deporte. Y mucho mejor si este puedes hacerlo al aire libre y en grupo. Trata de hacer algo de actividad física cada día y ve aumentando la intensidad poco a poco. Si no tienes muy claro qué tipo de ejercicio puedes practicar, consúltalo con tu médico.

5. Reduce el consumo de sustancias excitantes. No abuses del café, de las bebidas energéticas, del tabaco ni del alcohol. El consumo de cualquiera de estas sustancias hará que tu calidad del sueño sea peor, algo que a su vez interfiere en el estado de ánimo y la energía durante el día.

6. Sigue una dieta saludable. Lleva una alimentación ordenada, haciendo cinco comidas al día en las que se incluyan fruta, verdura, legumbres, proteínas y grasas en forma de aceite de oliva y frutos secos. Recuerda incluir en tu cesta de la compra pescado azul y cereales integrales.

7. Prueba la meditación. Esta técnica milenaria puede ayudarte a reducir el estrés y a mejorar tu autoestima. Lo ideal es que medites una vez por la mañana y otra por la tarde, comenzando con meditaciones cortas de en torno a los cinco minutos para después pasar de forma progresiva a los 10, 15 y 20. Si estás interesado en comenzar a practicarla, acude a un profesional que pueda formarte.

8. Habla sobre cómo te sientes. Trata, en la medida de lo posible, de no encerrarte en ti mismo y expresa tus sentimientos y emociones. Hacer conocedores a los demás de tu tristeza te ayudará a romper con los pensamientos negativos que de otra forma alimentarías en tu mente. Las personas que te quieren pueden ayudarte a ver las cosas desde una perspectiva más optimista.

9. Toma el sol. Dar un paseo por una zona verde y soleada te ayudará a sentirte mejor, más animado y más relajado. Siempre que el tiempo lo permita, trata de caminar durante un ratito cada día debajo del sol.

10. Duerme bien. Dormir poco y mal solo servirá para aumentar el mal humor, disminuir la concentración y elevar la fatiga. Trata de acostarte cada día a la misma hora e intenta dormir en torno a las ocho horas. Eso sí, tampoco abuses de las horas de sueño: que no pasen de 9.


Fuente: Purificación Salgado, Periodista