viernes, 27 de septiembre de 2019

Mujeres de 35 años para Arriba

El cumplir 35 años demuestra que ya no hay tiempo que perder, que ya se dieron cuenta que el: “y vivieron felices para siempre...” era un cuento y que la tortura de saber que no vives con un príncipe azul te vale un cuerno, pues ya aprendiste a amar con la cabeza y la complicidad de la experiencia.
A los 35 años tú decides con quien SÍ y con quien NO estar, se dan el lujo mandar al diablo con educación compromisos que no les importan y de ir a buscar en donde saben que esta, lo que sea que necesitan "lo que sea."

El desafío es rico: empiezan experiencias más intensas, comienza una clase de segunda adolescencia pues la irreverencia es un placer que nos podemos dar pero con sentido, mucho sentido.

A los 35 años suele aparecer un sentimiento inmenso y notable: la aceptación. Se conocen ya más que nadie, ya sabe quién es y nadie va a venir a contarle un cuento chino. Terminó la búsqueda donde no hay y, si aún no terminó, hay que decidirse a pagar un buen psicólogo clínico, que flojera seguirse azotando, pues ya sabes que no se trata de conformarse con quien se es, sino de aprender qué se quiere y cómo se lo quiere.

A los 35 aparece esa gloriosa e impune sensación de poder decirle a la gente lo primero que se te viene a la cabeza (guardando las formas, claro, para no andar ofendiendo por todos lados), pero tienes el poder de desahogar de tu alma lo que se te pegue en gana con audacia.

Tienes mil y una historias privadas que te causan sonrisas inesperadas que te hacen adquirir ese brillo que dan las travesuras cuando de niña, pero ahora con la sensualidad de una mujer en potencia.
A los 35:
  1. Sabes lo que eres y con experiencia lo que no eres.
  2. Sabes con certeza que color de labios te hace ver de 100 cuando quieres lograr algo.
  3. Tal vez no sabes TODO lo que quieres... pero con certeza sabes lo que No quieres ya.
  4. Se te ha desarrollado un potente radar para detectar a las personas ¨mal intencionadas¨...y con tranquilidad sabes que el qué dirán, son solo percepciones internas dañadas de los demás.
  5. Sabes con quien no te da la gana estar.
  6. Y sabes voltear sutilmente el mundo para "estar" con esas personas que te hacen el día.
  7. Aprendes a no esperar.
  8. Por lo tanto tienes menos expectativas y vives más ligera.
  9. Te amargas menos.
  10. Te disfrutas más.
  11. Sabes carcajearte de ti misma.
  12. Pierdes el miedo al ridículo y la música se siente más.
  13. Aprendes que la seguridad NADIE te la puede dar más que tú y te conviertes en tu mejor aliada.
  14. Sabes con certeza, que cuando te pones chillona no estas deprimida, tu regla está por llegar y te da risa descubrirte llorando en un comercial de croquetas.
  15. Te sientes hermosa, cuando te ves de re ojo en un cristal de alguna tienda.
  16. Te dan risa cosas que antes te causaban llanto.
  17. Empiezas a utilizar palabras que antes no sabías que existían.
  18. Los amigos empiezan a ser más amigos que antes y pagas lo que sea por una tarde de carcajadas de esas que te hacen doler el estómago.
  19. Los pesado-amigos quedan en evidencia y tienes la nobleza de alejarte sin daños.
  20. Las dietas dejan de ser una obsesión, pero buscas nutrirte mejor.
  21. No puedes creer que te hayas peinado como lo hiciste en tus 20´s.
  22. Tienes mil y una historias secretas por contar.
  23. Una buena conversación importa más que el sexo y en realidad la disfrutas con una buena copa de vino.
  24. Te importa más francamente tu cerebro que tu trasero.
  25. La pareja es más un cómplice que obligación.
  26. Los desayunos con amigas de corazón pasan a ser tu mejor terapia.
  27. Le empiezas a tener un cariño especial a tu celulitis pues sabes lo que significa.
  28. Por muchos factores aprendiste ya a valorar tu menstruación.
  29. Te cuesta acordarte de cosas que viviste con un ex por el que antes te cortabas las venas.
  30. Sabes defender la integridad de quien no se encuentra en la mesa... porque sea verdad o no no te gustaría que se hiciera lo mismo contigo.
  31. Tienes más tolerancia a la frustración, total mañana será otro día...
  32. Aprendes a alejarte de la gente negativa.
  33. Te vuelves menos demandante pero más puntual.
  34. Tienes la astucia de un zorro.
  35. Tus ojos aprenden a ver de una manera diferente a los niños y a los ancianos.
  36. Sabes que un beso bien dado provoca que se te cierren los ojos sin querer... Hasta un orgasmo.
  37. Te das cuenta que ninguna vida es perfecta y como sabes que todos tienen problemas, aprendes a preferir los tuyos.
  38. Tienes la sensibilidad de una niña de 19 pero con la experiencia y habilidad de una mujer madura.
  39. Aprendes a agradecer más y más seguido.
  40. Y a estar más viva que nunca pues si hay suerte, solo resta por vivir la mitad de lo que hemos vivido.
Así que, si has llegado hasta aquí, disfrútate, quiérete, alégrate y sobre todo agradécete por ser tu mejor compañera de viaje.



Fuente: Red

miércoles, 25 de septiembre de 2019

Estrés Tóxico

Qué es el estrés tóxico y cómo afecta el desarrollo cerebral de algunos niños y su salud cuando son adultos
Hay tres tipos distintos de respuesta ante el estrés: positiva, tolerable y tóxica, según el efecto que esa reacción tiene sobre nuestro cuerpo.

Aprender a lidiar con las contrariedades de la vida forma parte de nuestro desarrollo, pero hay que tener precaución con las respuestas que se adoptan.
Algunas, si se dan durante la infancia de manera continuada, pueden tener consecuencias para toda la vida. El estrés es una respuesta fisiológica ante una situación de adversidad y cuando se produce desencadena cambios químicos en nuestro cuerpo que afectan a nuestro sistema inmunológico, endócrino y neurológico.

El Centro del desarrollo del niño de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, cita tres tipos distintos de respuesta ante el estrés: positiva, tolerable y tóxica, según el efecto que esa reacción tiene sobre nuestro cuerpo. Si bien las dos primeras forman parte del desarrollo normal del niño, la tercera es dañina.

¿Cuándo el estrés es tóxico?

La respuesta tóxica ante el estrés puede ocurrir cuando un niño experimenta una adversidad que es fuerte, frecuente y prolongada en el tiempo sin el apoyo adecuado de un adulto, como puede ser la negligencia, el abuso físico o emocional, la exposición a la violencia, a la adicción a las drogas y a problemas mentales o las cargas asumidas por la pobreza.

"Los adultos que sufrieron estrés tóxico en la infancia experimentan más enfermedades físicas."

Una madre con una profunda depresión que no puede cuidar de su bebé o unos padres alcohólicos o adictos a las drogas que no se ocupan de sus hijos pueden causar en el niño un estado permanente de estrés considerado tóxico, que puede tener repercusiones de por vida aunque quizás no se manifiesten hasta la edad adulta.

Cuanto más adversas son esas experiencias en la infancia, mayor es la probabilidad de tener retrasos en el desarrollo y problemas de salud más tarde, como cardiopatías, diabetes, abuso de drogas y depresión, además de pocas habilidades de adaptación. Ante el estrés, el cuerpo y el cerebro se ponen en situación de alerta: se produce adrenalina, aumentan las palpitaciones y se secretan más hormonas, como el cortisol. Cuando baja la alarma pasado un cierto tiempo, o en el caso de un niño después de que un adulto le consuele, la respuesta ante el estrés se atenúa y el cuerpo vuelve a su estado natural. Pero si ese consuelo no llega, esa respuesta se mantiene constantemente activa, incluso cuando ya no existe un peligro aparente.

"En las personas que sufrieron estrés tóxico en la infancia las áreas del cerebro dedicadas al aprendizaje y al razonamiento tienen conexiones neuronales más débiles y escasas."

Menos conexiones neuronales

Este tipo de respuesta prolongada al estrés se considera tóxica porque puede "sobresaturar" el cerebro del niño e interrumpir el desarrollo de su arquitectura, particularmente durante los períodos más sensibles del desarrollo temprano.

"En las áreas del cerebro dedicadas al aprendizaje y al razonamiento, las conexiones neuronales que conforman la arquitectura cerebral son más débiles y más escasas", según el Centro del desarrollo del niño de la Universidad de Harvard.

"La ciencia demuestra que la activación prolongada de las hormonas del estrés en la infancia puede disminuir las conexiones neuronales en estas importantes zonas del cerebro, precisamente en un momento en que se deberían estar formando conexiones nuevas".

Más enfermedades de pequeños y de grandes

El estrés tóxico resulta en una desregulación del sistema inmunológico que aumenta el riesgo y la frecuencia de las infecciones en los niños, dice en su estudio sobre esta condición Hillary Franke, pediatra del Center for Integrative Medicine de la Universidad de Arizona.

La activación prolongada de las hormonas del estrés en la infancia puede disminuir las conexiones neuronales en el cerebro.

El estrés tóxico juega un papel en el desarrollo de los trastornos depresivos, los problemas de comportamiento, el trastorno de estrés post traumático y la psicosis.

En el caso de los adultos, si sufrieron estrés tóxico en la infancia también experimentan más enfermedades físicas y presentan peores resultados en el estado de salud, como más casos de alcoholismo, enfermedades de obstrucción pulmonar crónica, depresión, cáncer, obesidad, más intentos de suicidio, cardiopatías "y una miríada de otras patologías", dice Franke en el estudio de 2014.

Si bien es imposible erradicar las fuentes de estrés, como la pobreza, el abuso o la negligencia, sí es posible apoyar a las familias para establecer dentro de lo posible relaciones seguras y estables con un adulto que cuide del niño.

Las investigaciones hechas hasta ahora muestran que establecer una relación de apoyo estable con adultos involucrados en el bienestar del niño a una edad tan temprana como sea posible puede prevenir o revertir los efectos dañinos del estrés tóxico.



Fuente: BBC Mundo