miércoles, 6 de enero de 2021

Intervención: Ayuda a un ser Querido a Superar una Adicción

Una intervención puede motivar a alguien a buscar ayuda para tratar el abuso de alcohol o drogas, la alimentación compulsiva u otros comportamientos adictivos. Descubre cómo hacerla y cómo lograr que tenga éxito.

Es difícil ayudar a un ser querido que tiene problemas con algún tipo de adicción. Algunas veces, una conversación directa y sincera puede abrir el camino hacia la recuperación. Pero cuando se trata de una adicción, la persona que tiene el problema suele tener dificultades para verlo o aceptarlo. En general, se necesita un enfoque más específico. Podría ser necesario aunar esfuerzos con otras personas y tomar medidas a través de una intervención formal.

Algunos ejemplos de adicciones que podrían necesitar una intervención son:

  • Alcoholismo
  • Abuso de drogas recetadas
  • Abuso de drogas ilegales
  • Alimentación compulsiva
  • Ludopatía

Las personas que sufren una adicción en general niegan la situación y no desean buscar tratamiento. Es posible que no reconozcan los efectos negativos que sus comportamientos tienen para ellos y para los demás. En una intervención, se le presenta a tu ser querido una oportunidad estructurada para hacer cambios antes de que todo empeore, lo que puede motivar a esa persona a buscar o aceptar ayuda.

¿Qué es una intervención?

Una intervención es un proceso cuidadosamente planificado que pueden llevar a cabo familiares y amigos, con el asesoramiento de un médico o un profesional, como un asesor autorizado en alcohol y drogas, o que puede dirigir un profesional de intervención (intervencionista). En ocasiones, involucra a un integrante de la comunidad religiosa de tu ser querido o a otras personas que se preocupan por el problema de adicción de la persona en cuestión.

Durante la intervención, estas personas se reúnen para confrontar a tu ser querido sobre las consecuencias de la adicción y pedirle que acepte el tratamiento. 

La intervención:

  1. Proporciona ejemplos específicos de conductas destructivas, al igual que la repercusión que tienen en la persona con la adicción y sus familiares y amigos
  2. Ofrece un plan de tratamiento preestablecido, con pasos, objetivos y pautas claros
  3. Detalla qué hará cada persona si tu ser querido se niega a aceptar el tratamiento

¿Cómo funciona una intervención?

Una intervención, generalmente, comprende los siguientes pasos:

  1. Elabora un plan. Un familiar o un amigo propone una intervención y forma un grupo de planificación. Es mejor consultar a un consejero profesional calificado, un profesional especializado en adicciones, un psicólogo, a un asesor de salud mental, un trabajador social o un intervencionista para que te ayude a organizar una intervención eficaz. Una intervención es una situación con una alta carga emocional y con el potencial de generar ira, resentimiento o una sensación de traición.
  2. Infórmate. Los miembros del grupo se informan sobre la dimensión del problema de tu ser querido e investigan sobre la afección y los programas de tratamiento. El grupo puede comenzar con arreglos para inscribir a tu ser querido en un programa de tratamiento específico.
  3. Forma el equipo de intervención. El grupo de planificación forma el equipo que participará personalmente en la intervención. Los miembros del equipo fijan una fecha y un lugar, y trabajan juntos para presentar un mensaje coherente y ensayado, así como un plan estructurado. Por lo general, los miembros del equipo que no son familiares ayudan a que la discusión se mantenga enfocada en los hechos del problema y en las soluciones compartidas en lugar de en respuestas emocionales intensas. No dejes que tu ser querido sepa lo que están haciendo hasta el día de la intervención.
  4. Decide las consecuencias específicas. Si tu ser querido no acepta el tratamiento, cada persona del equipo debe decidir qué medida tomará. Por ejemplo, puedes decidir pedirle a tu ser querido que se mude de tu casa.
  5. Haz notas sobre lo que dirás. Cada miembro del equipo describe incidentes específicos en los que la adicción causó inconvenientes, como problemas emocionales o económicos. Analiza el daño que causó el comportamiento de tu ser querido al mismo tiempo que expresas preocupación y expectativas respecto al hecho de que puede cambiar. Tu ser querido no puede discutir sobre hechos ni sobre tu respuesta emocional ante el problema. Por ejemplo, comienza diciendo lo siguiente: «Me molestó y me hizo daño que bebieras...».
  6. Haz la reunión de intervención. Se le pide a tu ser querido con una adicción que vaya al sitio de la intervención sin decirle el motivo. Luego, los miembros del equipo se turnan para expresar sus preocupaciones y sentimientos. Se le presenta una opción de tratamiento a tu ser querido y se le pide que la acepte en ese momento. Cada miembro del equipo dirá qué cambios específicos hará si tu ser querido no acepta el plan. No amenaces con una consecuencia, a menos que estés listo para llevarla a cabo.
  7. Haz un seguimiento. Involucrar al cónyuge, a los familiares o a otros es fundamental para ayudar a alguien que tiene una adicción a seguir el tratamiento y a evitar recaídas. Esto puede comprender cambiar patrones de la vida diaria para que sea más fácil evitar los comportamientos destructivos, ofrecerse a participar en la terapia de tu ser querido, buscar tu propio terapeuta y tu propio apoyo de recuperación, y saber qué hacer en caso de una recaída.
  8. Una intervención exitosa debe estar planeada cuidadosamente para que tenga los efectos previstos. Una intervención mal planificada puede empeorar la situación: tu ser querido puede sentirse atacado y puede aislarse o volverse más reticente al tratamiento.
  9. Consulta a un profesional especializado en adicciones. Puedes consultar a un profesional especializado en adicciones, como un consejero habilitado especializado en el consumo de alcohol y drogas, un trabajador social, un psicólogo, un psiquiatra o un intervencionista, para que te ayude a organizar una intervención eficaz. Un profesional especializado en adicciones tendrá en cuenta las circunstancias específicas que atraviesa tu ser querido, te sugerirá el mejor enfoque y te orientará sobre el tipo de tratamiento y plan de seguimiento que probablemente funcione mejor.

Muchas veces, las intervenciones se llevan a cabo sin la participación de un profesional de intervención, pero es preferible contar con la ayuda de un especialista. A veces, la intervención se hace en el consultorio del profesional. Puede ser de especial importancia pedirle al profesional que esté presente en la intervención en sí, para ayudarte a no perder el rumbo, si tu ser querido:

  • Tiene antecedentes de enfermedad mental grave
  • Tienes antecedentes de violencia
  • Ha manifestado conductas suicidas o ha hablado sobre el suicidio recientemente
  • Puede estar tomando varias sustancias que alteren el estado de ánimo

Es muy importante consultar a un profesional de intervención si sospechas que tu ser querido podría reaccionar de manera violenta o autodestructiva.

¿Quiénes deben formar parte del equipo de intervención?

Un equipo de intervención suele constar de cuatro a seis personas importantes en la vida de tu ser querido; personas que ama, quiere, respeta, o en quienes confía. Por ejemplo, puede constar de un mejor amigo, familiares adultos o un miembro de la comunidad religiosa de tu ser querido. El profesional de intervención puede ayudarte a determinar los miembros adecuados del equipo.

No incluyas a personas que:

  • No le agraden a tu ser querido
  • Tengan un problema de salud mental o de abuso de sustancias no tratado
  • Puedan ser incapaces de limitar lo que dicen a lo que se acordó en la reunión de planificación
  • Puedan sabotear la intervención

Si piensas que es importante contar con la presencia de alguien, pero te preocupa que pueda causar inconvenientes durante la intervención, considera la posibilidad de que escriba una carta breve que otra persona pueda leer en la intervención.

¿Cómo encuentras un programa de tratamiento para ofrecer en la intervención?

Una evaluación por parte de un profesional especializado en adicciones ayuda a determinar la dimensión del problema e identifica opciones de tratamiento adecuadas.

Las opciones de tratamiento pueden variar en cuanto a la intensidad y el alcance y tener lugar en una variedad de entornos. Las opciones pueden comprender: intervención temprana breve, tratamiento ambulatorio o programas de tratamiento de día. Para los problemas más graves, es posible que se necesite el ingreso a un programa estructurado, un centro de tratamiento o un hospital.

El tratamiento puede comprender: terapia, educación, servicios vocacionales, servicios familiares y entrenamiento para las habilidades de la vida. Si se necesita un programa de tratamiento, puede ser útil comenzar con los arreglos con antelación. Investiga un poco y ten presente lo siguiente:

  1. Pregunta a un profesional especializado en adicciones, un médico o un profesional de salud mental de confianza acerca del mejor enfoque de tratamiento para tu ser querido y pídeles recomendaciones sobre programas.
  2. Comunícate con organizaciones nacionales, grupos de apoyo en línea de confianza o clínicas locales para obtener información sobre programas de tratamiento o asesoramiento.
  3. Averigua si tu plan del seguro de salud cubrirá el tratamiento que estás considerando.
  4. Averigua los pasos que se requieren para el ingreso, como una cita médica de evaluación, la pre-certificación del seguro y si hay una lista de espera.
  5. Desconfía de los centros de tratamiento que prometen soluciones rápidas, y evita los programas que usan tratamientos o métodos poco frecuentes que parezcan potencialmente perjudiciales.

Si el programa requiere viajar, haz los arreglos con antelación; considera tener una valija preparada para tu ser querido. También puede ser adecuado pedir a tu ser querido que busque apoyo de algún grupo, como Alcohólicos Anónimos.

¿Cómo puedes ayudar a garantizar que la intervención sea exitosa?

Ten presente que la adicción de tu ser querido involucra emociones intensas. El proceso de organizar la intervención y la intervención en sí misma pueden provocar conflictos, ira y resentimiento, incluso entre familiares y amigos que saben que tu ser querido necesita de su ayuda. Para ayudar a organizar una intervención exitosa:

  1. No hagas la intervención de improviso. Planificar una intervención eficaz puede llevar varias semanas. No obstante, tampoco debe ser demasiado complicada, porque puede resultar difícil hacer que todos la cumplan.
  2. Planifica el horario de la intervención. Asegúrate de elegir un día y un horario en el que sea menos probable que tu ser querido esté bajo la influencia del alcohol o de las drogas.
  3. Haz la tarea. Investiga el problema de adicción o de abuso de sustancias de tu ser querido para que puedas comprenderlo bien.
  4. Designa una sola persona que actúe como intermediario. Tener un punto de contacto para todos los miembros del equipo los ayudará a comunicarse y a mantener los objetivos.
  5. Comparte información. Asegúrate de que cada miembro del equipo tenga la misma información sobre la adicción de tu ser querido y sobre la intervención, de modo que todos estén en la misma sintonía. Lleven a cabo reuniones o llamadas en conferencia para compartir actualizaciones y acordar presentarse como un equipo unido.
  6. Ensayen una intervención de práctica. Aquí podrán decidir quién hablará y cuándo, cómo estarán sentados y demás detalles, de modo que no haya titubeos durante la intervención verdadera con tu ser querido.
  7. Anticípate a las objeciones de tu ser querido. Ten preparadas respuestas tranquilas y racionales para cada razón que tu ser querido pueda dar con el fin de evitar el tratamiento o la responsabilidad por su comportamiento. Ofrece ayuda para que sea más fácil involucrarse en el tratamiento, como organizar el cuidado de niños o asistir a sesiones de terapia con tu ser querido.
  8. Evita la confrontación. Trata a tu ser querido con amor, respeto, apoyo y preocupación, no con ira. Sé sincero, pero no uses la intervención como un foro para hacer ataques hostiles. Evita los insultos y hablar con enfado o con acusaciones.
  9. Mantén el plan durante la intervención. Desviarse del plan puede rápidamente descarrilar una intervención, evitar un resultado beneficioso para tu ser querido y empeorar las tensiones familiares. Prepárate para permanecer tranquilo ante las acusaciones, la angustia o la ira de tu ser querido; ese enojo, a menudo, tiene como objetivo desviar o malograr la conversación.
  10. Pídele que tome una decisión de inmediato. No le des a tu ser querido tiempo para pensar si desea aceptar o no la oferta de tratamiento, incluso si pide un par de días para pensarlo. Hacerlo le permitirá a tu ser querido continuar negando un problema, esconderse o darse un atracón peligroso. Prepárate para que, si acepta cumplir con el plan, tu ser querido sea evaluado de inmediato a fin de iniciar el tratamiento.

Si tu ser querido se niega a ayudar

Lamentablemente, no todas las intervenciones son exitosas. En algunos casos, es posible que tu ser querido que tiene una adicción se niegue a recibir tratamiento. Es posible que estalle con ira o insista en que no necesita ayuda, o que tenga resentimiento y te acuse de traición o de ser hipócrita. Prepárate emocionalmente para estas situaciones y conserva la esperanza de lograr un cambio positivo. Si tu ser querido no acepta el tratamiento, prepárate para el seguimiento de los cambios que presentaste.

En general, los niños, las parejas, los hermanos y los padres sufren maltrato, violencia, amenazas y conmoción emocional debido a problemas de alcohol o drogas. No puedes controlar el comportamiento de tu ser querido que tiene una adicción. Sin embargo, tienes la capacidad de retirarte, y de retirar a los niños presentes, de una situación destructiva.

Incluso si una intervención no funciona, tú y el resto de las personas involucradas en la vida de tu ser querido pueden hacer cambios útiles. Pídeles a las demás personas involucradas que eviten permitir el ciclo destructivo de comportamiento y tomen medidas activas para instar un cambio positivo.


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