miércoles, 12 de enero de 2022

Trastorno Adaptativo

Los trastornos de adaptación son afecciones relacionadas con el estrés. Sufres más estrés del que normalmente se esperaría en respuesta a un suceso estresante o inesperado, y el estrés provoca problemas significativos en tus relaciones, el trabajo o la escuela.

Los problemas en el trabajo, el hecho de asistir a la escuela en otro lugar, una enfermedad, la muerte de un familiar cercano o cualquier cambio en la vida pueden provocar estrés. La mayoría de las veces, las personas se ajustan a esos cambios en pocos meses. Sin embargo, si tienes un trastorno de adaptación, continúas teniendo reacciones emocionales y conductuales que pueden contribuir a que te sientas ansioso o deprimido. Sin embargo, no tienes que soportarlo a solas. El tratamiento puede ser breve y es probable que te ayude a recuperar el equilibrio emocional.

Síntomas

Los signos y síntomas dependen del tipo de trastorno de adaptación y pueden variar según la persona. Sufres más estrés del que normalmente se esperaría en respuesta a un suceso estresante, lo que provoca problemas significativos en tu vida. Los trastornos de adaptación afectan la forma en la que te sientes, así como lo que piensas de ti mismo y del mundo; también pueden influir en tus acciones y tu conducta. 

Algunos ejemplos son:

  • Sentirte triste, desesperanzado o no disfrutar cosas que solías disfrutar
  • Llorar con frecuencia
  • Estar preocupado o sentirte ansioso, nervioso, tenso o estresado
  • Trastornos del sueño
  • Falta de apetito
  • Dificultad para concentrarse
  • Sentirte abrumado
  • Tener dificultades para desenvolverte en las actividades diarias
  • Apartarte de tus fuentes de apoyo social
  • Evitar asuntos importantes, como ir al trabajo o pagar cuentas
  • Pensamientos o conductas suicidas

Los síntomas del trastorno de adaptación aparecen dentro de los tres meses posteriores a un suceso estresante y no duran más de seis meses después de su finalización. Sin embargo, los trastornos de adaptación persistentes o crónicos pueden continuar durante más de seis meses, en especial, si lo que te produce estrés continúa, como el desempleo.

Cuándo consultar al médico

En general, los factores de estrés son temporales y aprendemos a afrontarlos con el tiempo. Los síntomas del trastorno de adaptación mejoran cuando el estrés se alivia. Sin embargo, a veces, el suceso estresante sigue siendo parte de tu vida. También puede suceder que una nueva situación de estrés se presente y tengas que enfrentar la misma dificultad emocional nuevamente. Consulta con el médico si sigues teniendo problemas o si tienes dificultades para atravesar cada día. Puedes obtener tratamiento que te ayude a afrontar mejor los episodios de estrés y sentirte mejor con tu vida de nuevo. Si tienes inquietudes acerca de la adaptación o la conducta de tu hijo, habla con su pediatra.

Pensamientos o conductas suicidas

Si tienes pensamientos relacionados con lastimarte a ti mismo o lastimar a otra persona, llama al 911 o a tu número local de emergencias, dirígete a una sala de urgencias o cuéntaselo a un familiar o amigo de confianza. También puedes llamar a un número directo de prevención del suicidio.

Factores de riesgo

Es posible que algunos elementos aumenten la probabilidad de padecer un trastorno de adaptación.

Acontecimientos estresantes

Los acontecimientos estresantes de la vida, tanto positivos como negativos, pueden aumentar el riesgo de padecer un trastorno de adaptación. Por ejemplo:

  • Divorcio o problemas conyugales
  • Problemas interpersonales o en las relaciones
  • Cambios en la situación actual, como la jubilación, tener un bebé o mudarse para estudiar en la universidad
  • Situaciones adversas, como perder el trabajo, el fallecimiento de un ser querido o tener problemas económicos
  • Problemas en la escuela o en el trabajo
  • Experiencias que ponen en peligro la vida, como una agresión física, peleas o desastres naturales
  • Factores de estrés continuo, como tener una enfermedad o vivir en un vecindario inseguro

Tus experiencias de vida

Las experiencias de vida pueden impactar en tu forma de afrontar el estrés. Por ejemplo, el riesgo de padecer un trastorno de adaptación puede aumentar si:

  • Viviste con un nivel significativo de estrés durante la niñez
  • Tienes otros problemas de salud mental
  • Te enfrentas a varias circunstancias difíciles al mismo tiempo

Complicaciones

Si los trastornos de adaptación no se resuelven, con el tiempo, pueden derivar en problemas de salud mental más graves, como trastornos de ansiedad, depresión o abuso de sustancias.

Prevención

No hay ninguna manera garantizada de evitar los trastornos de adaptación. Sin embargo, desarrollar la capacidad saludable de enfrentar desafíos o situaciones y aprender a ser resiliente te puede servir en momentos de mucho estrés.

Si sabes que se aproxima una situación estresante (como una mudanza o la jubilación) acude a tu fortaleza interna, aumenta tus hábitos saludables y reúne a tus redes de contención sociales por adelantado. Recuérdate que, por lo general, la situación durará un tiempo limitado y que puedes superarla. Además, considera visitar al médico o al profesional de salud mental para analizar formas saludables de controlar el estrés.

Diagnóstico

El diagnóstico de los trastornos de adaptación se basa en la identificación de los factores importantes de la vida que causan estrés, tus síntomas y cómo estos afectan tu capacidad para desenvolverte. El médico te preguntará sobre tu historia clínica, antecedentes sociales y de salud mental. Es posible que utilice los criterios establecidos en el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-5), publicado por la American Psychiatric Association (Asociación Estadounidense de Psiquiatría).

Para el diagnóstico de trastornos de adaptación, el DSM-5 enumera estos criterios:

  • Tener síntomas emocionales o conductuales dentro de los tres meses después de que suceda un determinado factor estresante en tu vida
  • Sufrir más estrés del que normalmente se esperaría en respuesta a un suceso de vida estresante o sufrir estrés que provoca problemas significativos en tus relaciones, el trabajo o la escuela
  • Los síntomas no son el resultado de otro trastorno de salud mental o parte del duelo normal

Tipos de trastornos de adaptación

El DSM-5 enumera seis tipos diferentes de trastornos de adaptación. Aunque todos están relacionados, cada tipo tiene signos y síntomas específicos. Los trastornos de adaptación pueden ser los siguientes:

  1. Con estado de ánimo depresivo. Los síntomas comprenden, principalmente, llanto y sensaciones de tristeza y desesperanza, así como falta de placer en las cosas que solías disfrutar.
  2. Con ansiedad. Los síntomas comprenden, principalmente, nerviosismo, preocupación, sensación de agobio y dificultad para concentrarte o recordar cosas. Los niños que tienen un trastorno de adaptación con ansiedad pueden tener mucho miedo de que los separen de sus padres y seres queridos.
  3. Con una mezcla de ansiedad y estado de ánimo depresivo. Los síntomas comprenden una mezcla de depresión y ansiedad.
  4. Con alteración de la conducta. Los síntomas comprenden, principalmente, problemas conductuales, tales como peleas o conducción imprudente de vehículos. Los jóvenes pueden faltar a la escuela o vandalizar propiedades.
  5. Con una mezcla de alteración de las emociones y de la conducta. Los síntomas comprenden una mezcla de depresión y ansiedad, así como problemas conductuales.
  6. Sin especificar. Los síntomas no corresponden a los demás tipos de trastornos de adaptación, pero a menudo comprenden problemas físicos, problemas con la familia o amigos, o problemas en el trabajo o la escuela.

Duración de los síntomas

La duración de los signos y síntomas del trastorno de adaptación también puede variar. Los trastornos de adaptación pueden ser los siguientes:

  1. Agudo. Los signos y síntomas duran seis meses o menos. Deberían aliviarse una vez que el factor que causa el estrés se elimine.
  2. Persistentes (crónicos). Los signos y síntomas duran más de seis meses. Continúan molestándote y perturban tu vida.

Tratamiento

A muchas personas con trastornos de adaptación les resulta útil el tratamiento y, a menudo, solo necesitan un tratamiento breve. Otras, incluidas las que sufren trastornos de adaptación persistente o estrés continuo, pueden beneficiarse de tratamientos más prolongados. Los tratamientos para este trastorno comprenden psicoterapia, medicamentos o ambos.

Psicoterapia

La psicoterapia, también llamada «terapia de conversación», es el tratamiento principal para los trastornos de adaptación. Puede proporcionarse en sesiones de terapia familiar, grupal o individual. La terapia puede:

  • Proporcionar apoyo emocional
  • Ayudarte a volver a tus hábitos normales
  • Ayudarte a saber por qué el acontecimiento estresante te afectó tanto
  • Ayudarte a aprender habilidades para controlar el estrés y hacer frente a desafíos o situaciones a fin de poder lidiar con acontecimientos estresantes

Medicamentos

Pueden incorporarse medicamentos como los antidepresivos y los medicamentos contra la ansiedad para aliviar los síntomas de la depresión y la ansiedad. Al igual que con la terapia, es posible que necesites medicamentos solo por algunos meses, pero no dejes de tomar ningún medicamento sin hablar primero con tu médico. Si se interrumpen abruptamente, algunos medicamentos (como determinados antidepresivos) pueden provocar síntomas parecidos a los de la abstinencia.

Estilo de vida y remedios caseros

A continuación, te da ofrezco algunas medidas que puedes tomar para mejorar tu bienestar emocional.

Consejos para aumentar la resiliencia

La resiliencia es la capacidad de adaptarse bien al estrés, la adversidad, una situación traumática o una tragedia; básicamente, es la capacidad de recuperarse después de un acontecimiento difícil. Si bien la formación de la resiliencia puede variar según la persona, ten en cuenta estas estrategias:

  • Mantente en contacto con redes de contención sociales saludables, como los amigos positivos y los seres queridos.
  • Haz algo que te dé una sensación de logro, diversión o propósito todos los días.
  • Mantén un buen estilo de vida durmiendo bien, consumiendo una dieta saludable y haciendo actividad física periódicamente.
  • Aprende de las experiencias pasadas a mejorar tu capacidad de enfrentar desafíos o situaciones.
  • Mantente optimista sobre el futuro y esfuérzate para tener una actitud positiva.
  • Reconoce y fomenta tus fortalezas personales.
  • Enfrenta tus miedos y acepta los desafíos.
  • Haz un plan para enfrentar los problemas cuando aparecen, en lugar de evadirlos.
  • Busca contención

Podría ayudarte hablar de lo que te sucede con familiares y amigos afectivos, recibir contención de una comunidad religiosa o buscar un grupo de apoyo orientado a tu situación.

Habla con tu hijo sobre los acontecimientos estresantes

Si tu hijo tiene problemas para adaptarse, intenta alentarlo dulcemente a que hable de lo que le está sucediendo. Muchos padres asumen que hablar sobre un cambio difícil, como un divorcio, hará que el niño se sienta peor. Sin embargo, tu hijo necesita tener la oportunidad de expresar sus sentimientos de aflicción y sentir la confirmación de tu parte de que seguirás brindándole amor y apoyo.

Preparación para la consulta

Ya sea que hayas empezado por consultar al médico de atención primaria o a un profesional de salud mental en busca de una evaluación o tratamiento, a continuación, tienes una guía que te ayudará a prepararte para la consulta y a saber qué debes esperar del médico.

Si es posible, tal vez, quieras tomar notas durante la consulta o ir acompañado por un familiar o un amigo que te ayude a recordar la información.

Qué puedes hacer

Para prepararte para la consulta, haz una lista de lo siguiente:

  • Síntomas que hayas tenido y durante cuánto tiempo.
  • Tu información personal más importante, incluso lo que te genere mayor estrés o cualquier cambio reciente en tu vida, tanto positivo como negativo.
  • Información médica, incluso otros trastornos de salud física o mental que te hayan diagnosticado. Incluye todos los medicamentos, las vitaminas, las hierbas u otros suplementos que estés tomando, y sus dosis.
  • Preguntas que desees hacerle al médico para aprovechar al máximo el tiempo junto.

Algunas preguntas para hacerle al médico pueden ser las siguientes:

  • ¿Qué crees que causa los síntomas que tengo?
  • ¿Existe alguna otra causa posible?
  • ¿Este trastorno suele ser temporal o duradero?
  • ¿Recomiendas hacer un tratamiento? De ser así, ¿con qué enfoque?
  • ¿En cuánto tiempo crees que mejorarán mis síntomas?
  • ¿Debería consultar a un especialista en salud mental?
  • ¿Recomiendas algún cambio temporal en el hogar, el trabajo o la escuela para ayudar a recuperarme?
  • ¿Hay folletos u otro material impreso que pueda consultar?
  • ¿Qué sitios web me recomiendas?

No dudes en hacer otras preguntas durante la consulta.

Qué esperar del médico

Probablemente el médico te hará una serie de preguntas. Prepárate para responderlas, de manera que ahorres tiempo y puedas dedicarlo a repasar los puntos en los que quieras concentrarte. El médico puede preguntarte lo siguiente:

  • ¿Qué síntomas tienes?
  • ¿Cuándo fue la primera vez que tú o tus seres queridos notaron los síntomas?
  • ¿Qué cambios importantes han sucedido recientemente en tu vida, tanto positiva como negativa?
  • ¿Cómo ha intentado enfrentar estos cambios?
  • ¿Con qué frecuencia te sientes triste o deprimido?
  • ¿Tienes pensamiento suicidas?
  • ¿Con qué frecuencia te sientes ansioso o preocupado?
  • ¿Tienes problemas para dormir?
  • ¿Tienes dificultad para terminar tareas del hogar, el trabajo o la escuela que antes considerabas manejables?
  • ¿Evitas los eventos sociales o familiares?
  • ¿Has tenido algún problema en tu casa o en la escuela?
  • ¿Has tomado alguna decisión impulsiva o has tenido conductas imprudentes que no son típicas de ti?
  • ¿Tomas bebidas alcohólicas o consumes drogas recreativas? ¿Con qué frecuencia?
  • ¿Has recibido tratamiento por otro trastorno de salud mental en el pasado? En caso afirmativo, ¿Qué tipo de terapia te ayudó más?