lunes, 27 de diciembre de 2021

Ansiedad Postquirúrgica

La ansiedad postquirúrgica (confusional, paranoide, depresiva) es un sentimiento de incomodidad continuo que pone en marcha una serie de respuestas  desagradables. Incluye componentes fisiológicos, psíquicos y conductuales. Este malestar se manifiesta como resultado de un estado de aprensión y desconocimiento ante una situación nueva (la operación) que se ha vivido como algo amenazante.

En la ansiedad postquirúrgica se ha demostrado que, teniendo una buena información preoperatoria, los niveles de ansiedad pre y postoperatoria disminuyen de forma considerable. Los pacientes necesitan estar informados sobre su proceso hospitalario porque la inexistencia de dudas ayuda a que dichos niveles de ansiedad no se disparen y esto facilita la recuperación.

¿Qué es la ansiedad postquirúrgica?

La ansiedad postquirúrgica, o estrés postquirúrgico es la sensación que el paciente sufre tras la cirugía, al ser percibida ésta como una situación desbordante en su vida. El paciente vive su operación quirúrgica como un factor de estrés importante que se traduce en nerviosismo y ansiedad.

¿Puede haber depresión después de una operación?

Hay algunas personas con altibajos emocionales antes de sufrir una intervención. El postoperatorio puede intensificar estos estados hasta derivar en una depresión mayor si no recibimos ayuda a tiempo. Durante esta etapa de depresión postquirúrgica los síntomas más comunes son entre otros: mayor agotamiento, irritabilidad, desesperanza y apatía, mayor necesidad de dormir y pérdida de apetito.

Diversos autores creen que esta situación ocurre porque la persona que se ha sometido a una intervención quirúrgica siente que ha puesto su cuerpo y su propia vida en manos ajenas. Esto le puede originar una sensación de vulnerabilidad. Igualmente, es sabido que toda cirugía es invasiva. Asimismo y no menos importante, un postoperatorio implica con frecuencia no disponer de autonomía, sentir dolor, depender de tratamientos, reposo, etc. Esta etapa nueva en la vida de una persona puede hacer que se replantee algunas cosas.

Afrontar la ansiedad postquirúrgica

Una de las técnicas que deberíamos utilizar para afrontar la depresión postquirúrgica es saber prevenirla. Si tenemos la certeza de que nuestra intervención va a ser  programada, deberíamos contar con un apoyo profesional especializado en el área. La figura del psicólogo/a debería ser ese acompañamiento habitual antes y después de la intervención.

Otro punto importante sería que la persona cuente con una red social sólida donde apoyarse. Es decir, que tenga la comprensión y el apoyo de sus familiares y amigos cercanos. También, la persona debería saber expresar sus emociones y sus pensamientos. Explicar aquello que siente en estos momentos tan complicados para ella.

Por último, decir que  cada persona afronta de una forma determinada estas situaciones complicadas. Lo más importante es disponer de una adecuada atención médica y psicológica.

Resumen: La ansiedad en pacientes que tienen que someterse a una operación quirúrgica conlleva un estado emocional negativo y genera una activación fisiológica en la preparación del organismo para afrontar el peligro percibido en dicha operación que puede perjudicar el correcto desarrollo del procedimiento quirúrgico. Este trabajo pretende determinar qué estrategias son las adecuadas en el ámbito hospitalario para disminuir los niveles de ansiedad en los pacientes pre quirúrgicos. A partir de los datos consultados se puede concluir que para evitar niveles de ansiedad perjudiciales se requiere un trato personalizado, un modelo de comunicación adecuando entre el personal sanitario y los pacientes, enseñar al enfermo el manejo de un locus de control interno y entender la infraestructura y la rutina hospitalaria a partir de las necesidades de los usuarios, sin menoscabo de los requerimientos que se determinen para el correcto funcionamiento del centro de salud.

Para el Personal de Salud y Hospitalario

Los estados de ansiedad elevados en los periodos previos a la operación quirúrgica se ven reflejados durante la operación, ya que el cuerpo reacciona de diferente forma ante la anestesia en estado de gran ansiedad, y en los periodos postoperatorios, retardando la recuperación y retrasando el abandono del centro hospitalario, lo que podría producir saturación en el centro hospitalario y un mayor costo económico. Comprender las variables que afectan a este incremento de la ansiedad antes de la operación resulta de vital importancia para su tratamiento. A este respecto realizo las siguientes recomendaciones:

Tratar individualizadamente los trastornos de ansiedad en el ámbito hospitalario. Si bien la aplicación de un protocolo que ayude al profesional es efectivo, nunca debe ir separado de una entrevista personal que le permita observar las reacciones del paciente, evitando que se pasen por alto estados de ansiedad no reflejados en los cuestionarios estándar. En este sentido es recomendable conocer el tipo de personalidad del paciente mediante la aplicación de test que permitan la mejora en la efectividad de los tratamientos psicológicos orientados a reducir la ansiedad preoperatoria.
Enseñar a los profesionales sanitarios el modo de comunicarse con los enfermos de la manera más precisa, efectiva e inocua, evitando el estrés que supondría una mala información, o la ausencia de la misma.
Hacer partícipe al enfermo de su recuperación. Tener en cuenta la forma habitual que tiene el sujeto de explicar los acontecimiento vitales, en otras palabras: conocer primero donde se sitúa el locus del paciente, para optimizar la terapia psicológica, si fuera necesaria, para reducir los niveles de ansiedad.
Adecuar el espacio hospitalario a las necesidades del enfermo, así como fomentar el conocimiento de la rutina hospitalaria, que ha demostrado ser útil en la reducción de la ansiedad.
Modelo ecológico de información y formación del paciente. Atender a la diferencia entre informar y educar a los pacientes para permitir un afrontamiento del proceso quirúrgico que minimice los niveles de ansiedad. La información tiene un efecto a corto plazo que, como hemos visto, no siempre resulta efectivo, sin embargo, la formación no sólo de los pacientes, también de los familiares y amigos, permitirá el tratamiento de la ansiedad del paciente durante su estancia hospitalaria y su prevención fuera del hospital, fomentando hábitos saludables y estrategias de afrontamiento que repercutirán en todas las variables intrahospitalarias analizadas en este trabajo.

Las largas jornadas laborales del personal sanitario, el estrés consecuente al tipo de trabajo realizado y el alto grado de emocionalidad presente en toda interacción con los enfermos y sus familiares hace inviable la posibilidad de que sean los médicos y/o el personal de enfermería los encargados de diagnosticar un posible trastorno psiquiátrico en pacientes que acuden por otro tipo de enfermedades. Por esta razón, resulta de vital importancia el papel del psicólogo en los centros hospitalarios como parte del equipo sanitario.


Red 



jueves, 16 de diciembre de 2021

Enfoques de Tratamiento para la Drogadicción

¿Qué es la drogadicción?

La drogadicción es una enfermedad crónica que se caracteriza por la búsqueda y el consumo compulsivo o incontrolable de la droga a pesar de las consecuencias perjudiciales que acarrea y los cambios que causa en el cerebro, los cuales pueden ser duraderos. Estos cambios en el cerebro pueden generar las conductas dañinas que se observan en las personas que se drogan. La drogadicción es también una enfermedad con recaídas. La recaída ocurre cuando una persona vuelve a consumir drogas después de haber intentado dejarlas.

El camino hacia la drogadicción comienza con el acto voluntario de consumir drogas. Pero con el tiempo la capacidad de una persona para decidir no consumir drogas se debilita. La búsqueda y el consumo de la droga se vuelven compulsivos. Esto se debe mayormente a los efectos que tiene la exposición a la droga durante largo tiempo en la función cerebral. La adicción afecta las zonas del cerebro que participan en la motivación y la recompensa, el aprendizaje, la memoria y el control del comportamiento.

La adicción es una enfermedad que afecta tanto el cerebro como el comportamiento.

¿Se puede tratar la drogadicción?

Sí, pero no es simple. Como la adicción es una enfermedad crónica, una persona no puede simplemente dejar de consumir drogas unos pocos días y curarse. La mayoría de los pacientes necesitan atención a largo plazo o repetida para poder dejar completamente las drogas y recuperar su vida. El tratamiento de la adicción puede ayudar a una persona a:

  • Dejar de consumir drogas
  • Mantenerse alejada de las drogas
  • Ser productiva en la familia, el trabajo y la sociedad

Principios de un tratamiento eficaz

De acuerdo con la investigación científica realizada desde mediados de la década de 1970, todo programa eficaz de tratamiento debería tener como base los siguientes principios fundamentales:

  1. La adicción es una enfermedad compleja pero tratable que afecta el funcionamiento cerebral y el comportamiento.
  2. No existe un tratamiento único que sirva para todos.
  3. Las personas necesitan tener acceso rápido al tratamiento.
  4. El tratamiento eficaz abarca todas las necesidades del paciente, no solo el consumo de drogas.
  5. Continuar con el tratamiento durante todo el tiempo que sea necesario es un factor clave.
  6. La orientación psicológica y otras terapias conductuales son las formas más comunes de tratamiento.
  7. Los medicamentos son a menudo una parte importante del tratamiento, especialmente cuando se combinan con terapias conductuales.
  8. Los planes de tratamiento se deben evaluar con frecuencia y se deben modificar como sea necesario para adaptarlos a las necesidades cambiantes del paciente.
  9. El tratamiento debe abordar también otros posibles trastornos mentales.
  10. La desintoxicación con ayuda clínica es solo la primera etapa del tratamiento.
  11. No es necesario que el tratamiento sea voluntario para que sea eficaz.
  12. El consumo de drogas durante el tratamiento se debe vigilar constantemente.

En los programas de tratamiento se hacen pruebas de VIH/sida, hepatitis B y C, tuberculosis y otras enfermedades infecciosas y los pacientes aprenden las medidas que pueden tomar para reducir el riesgo de contraer esas enfermedades.

¿Cuáles son los tratamientos para la drogadicción?

Son varias las opciones de tratamiento para la drogadicción que han dado buenos resultados. Entre ellas se cuentan:

  • Orientación conductual
  • Medicación
  • Aplicaciones y dispositivos médicos que se usan para tratar los síntomas de abstinencia o instruir al paciente sobre el desarrollo de nuevas aptitudes
  • Evaluación y tratamiento de problemas concurrentes de salud mental, como la depresión y la ansiedad
  • Seguimiento a largo plazo para evitar la recaída
  • Contar con una gama de servicios asistenciales en un programa personalizado de tratamiento y tener opciones para el seguimiento pueden ser cruciales para el éxito del programa. El tratamiento debe incluir servicios médicos y de salud mental como sea necesario.
  • El seguimiento puede incluir sistemas de apoyo para la rehabilitación basados en la comunidad o en la familia.

 ¿Cómo se usan los medicamentos en el tratamiento de la drogadicción?

Los medicamentos se pueden utilizar para controlar los síntomas de abstinencia, evitar la recaída y tratar otros trastornos concurrentes.

  1. Abstinencia. Los medicamentos ayudan a suprimir los síntomas de abstinencia durante la desintoxicación. La desintoxicación no es por sí misma "tratamiento", es solo el primer paso del proceso. Los pacientes que no reciben ningún tratamiento después de la desintoxicación por lo general vuelven a consumir drogas. Un estudio de instituciones dedicadas al tratamiento de la adicción reveló que en casi el 80% de las desintoxicaciones se utilizaron medicamentos (SAMHSA, 2014). También se están empleando dispositivos para aliviar los síntomas de abstinencia. En noviembre del 2017, la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (U.S. Food and Drug Administration, FDA) agregó una nueva indicación para un dispositivo de estimulación electrónica, el NSS-2 Bridge, para su uso como elemento de ayuda para atenuar los síntomas de abstinencia de los opioides. Este dispositivo se coloca detrás de la oreja y envía pulsos eléctricos para estimular ciertos nervios cerebrales.
  2. Prevención de la recaída. Los pacientes pueden tomar medicamentos para ayudar a reestablecer la función normal del cerebro y reducir los deseos intensos de consumir la droga. Existen medicamentos para tratar la adicción a los opioides (heroína, analgésicos recetados), al tabaco (nicotina) y al alcohol. Los científicos están desarrollando otros medicamentos para tratar la adicción a los estimulantes (cocaína, metanfetamina) y al cannabis (marihuana). Quienes consumen más de una droga—algo muy común—necesitan tratamiento para todas las sustancias que consumen.
  3. Opioides: Para tratar la adicción a los opioides se usan la metadona (Dolophine®, Methadose®), la buprenorfina (Suboxone®, Subutex®, Probuphine®, Sublocade™) y la naltrexona (Vivitrol®). La metadona y la buprenorfina actúan en los mismos puntos del cerebro que la heroína y la morfina; eliminan los síntomas de abstinencia y reducen los deseos intensos de consumir la droga. La naltrexona bloquea los efectos de los opioides en los sitios receptores del cerebro y se debe usar solamente en pacientes que ya han completado la fase de desintoxicación. Todos los medicamentos ayudan a mitigar las conductas que llevan a buscar la droga y a cometer delitos, y hacen que los pacientes sean más receptivos a las terapias conductuales. Un estudio del NIDA reveló que una vez comenzado el tratamiento, la combinación de buprenorfina y naloxona sumada a una formulación de naltrexona de liberación prolongada son similarmente eficaces para tratar la adicción a los opioides. Dado que es necesario completar la desintoxicación para realizar el tratamiento con naloxona, comenzar el tratamiento con consumidores activos fue difícil, pero una vez completada la desintoxicación ambos medicamentos demostraron ser similarmente eficaces.
  4. Tabaco: Las terapias de reemplazo de nicotina abarcan varias formas, entre ellas parches, aerosoles, goma de mascar y pastillas. Estos productos son de venta libre. La FDA ha aprobado dos medicamentos recetados para tratar la adicción a la nicotina: el bupropión (Zyban®) y la vareniclina (Chantix®). Estos medicamentos actúan de manera diferente en el cerebro, pero ambos ayudan a evitar las recaídas en las personas que están tratando de dejar el tabaco. Los medicamentos son más eficaces cuando se combinan con terapias conductuales tales como la terapia individual y grupal y las líneas telefónicas de ayuda para dejar el tabaco.
  5. Alcohol: La FDA aprobó tres medicamentos para el tratamiento del alcoholismo, y un cuarto (el topiramato) parece dar buenos resultados en los ensayos clínicos (estudios a gran escala con seres humanos). Los tres medicamentos aprobados son los siguientes:

  • Naltrexona: bloquea los receptores opioides que participan en los efectos de recompensa generados por el consumo de alcohol y en el deseo intenso de la bebida. Reduce las recaídas al consumo excesivo y es sumamente eficaz en algunos pacientes. Las diferencias genéticas podrían tener un efecto en cuán bien actúa la droga en ciertos pacientes.
  • Acamprosato (Campral®): puede reducir los síntomas de abstinencia duradera, como el insomnio, la ansiedad, el desasosiego y la disforia (un estado opuesto a la euforia en el que la persona no se siente bien ni feliz). Es posible que sea más eficaz en pacientes con adicción grave.
  • Disulfiram (Antabuse®): interfiere con la descomposición del alcohol. Si el paciente bebe alcohol, se acumula acetaldehído en el organismo, lo que produce reacciones desagradables que incluyen sofocos (enrojecimiento y calor en la cara), náuseas y latido irregular del corazón. La observancia (tomar la droga en la forma indicada) puede ser un problema, pero el medicamento puede ayudar a los pacientes que están muy motivados para dejar de beber.

Trastornos concurrentes: Hay otros medicamentos disponibles para tratar posibles trastornos de salud mental, como la depresión o la ansiedad, que podrían estar contribuyendo a la adicción de la persona.

Gráfico de los componentes del tratamiento comprensivo para la drogadicción con un círculo interior y exterior. El circulo exterior lista servicios vocacionales, servicios para la salud mental, servicios médicos, servicios educativos, servicios de VIH/SIDA, servicios legales y servicios de familia. El circulo interior lista evaluación, tratamiento basado en evidencia, monitoreo del consumo de sustancias, manejo de casos y clínico, programas de apoyo de la recuperación y cuidado continuo. El texto es los mejor

¿Cómo se emplean las terapias conductuales en el tratamiento de la drogadicción?

Las terapias conductuales ayudan a los pacientes a:

  • Modificar su actitud y su comportamiento con respecto al consumo de drogas
  • Aumentar sus aptitudes para llevar una vida sana
  • Continuar con otras formas de tratamiento, como por ejemplo los medicamentos
  • Los pacientes pueden recibir tratamiento en muchos sitios diferentes con enfoques variados.

El tratamiento conductual ambulatorio incluye una variedad de programas para pacientes que visitan un consejero especialista en salud conductual en forma regular. La mayoría de los programas incluyen orientación individual o grupal sobre las drogas, o ambas. Estos programas generalmente brindan formas de terapia conductual tales como:

  • Terapia cognitivo conductual, que ayuda a los pacientes a reconocer, evitar y afrontar las situaciones en las que es más probable que consuman drogas
  • Terapia familiar multidimensional, desarrollada para adolescentes con problemas de abuso de drogas y sus familias. Esta técnica abarca una variedad de influencias sobre las pautas de consumo de drogas del paciente y su propósito es mejorar el funcionamiento general de la familia
  • Entrevistas motivacionales, que aprovechan al máximo la disposición del paciente para modificar su comportamiento e iniciar el tratamiento
  • Incentivos motivacionales (control de contingencias), que utilizan el refuerzo positivo para alentar la abstinencia de las drogas

A veces el tratamiento es intensivo al comienzo, cuando el paciente asiste a varias sesiones ambulatorias cada semana. Luego de finalizar el tratamiento intensivo, pasa al tratamiento ambulatorio regular—menos horas por semana y reuniones menos frecuentes- para ayudarlo a mantener la rehabilitación. En septiembre del 2017 la FDA autorizó la comercialización de la primera aplicación móvil, reSET®, para ayudar en el tratamiento de los trastornos por consumo de drogas. Esta aplicación está pensada para usarse en combinación con el tratamiento ambulatorio de los trastornos por consumo de alcohol, cocaína, marihuana y estimulantes. En diciembre de 2018, la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) aprobó una aplicación médica móvil llamada reSET® para ayudar en el tratamiento de los trastornos por consumo de opioides. Esta aplicación es una terapia cognitivo-conductual que se obtiene con receta médica y debe utilizarse conjuntamente con un tratamiento que incluya buprenorfina y aplique el control de contingencias. Encontrará más información sobre reSET® en este comunicado de prensa de la FDA.

  1. Tratamiento con internación o residencial: también puede ser muy eficaz, particularmente para quienes tienen problemas más graves (incluido algún trastorno concurrente). Los establecimientos residenciales habilitados para brindar tratamiento ofrecen atención estructurada e intensiva las 24 horas, que incluye alojamiento protegido y atención médica. Estos establecimientos residenciales de tratamiento pueden aplicar una variedad de métodos terapéuticos y generalmente están orientados a ayudar al paciente a adoptar un estilo de vida sin drogas ni actividad delictiva después del tratamiento. Estos son ejemplos de algunos tipos de tratamiento residencial:
  2. Comunidades terapéuticas: son programas sumamente estructurados en los que los pacientes generalmente permanecen en una residencia por un período de seis a doce meses. Toda la comunidad, incluido el personal que brinda tratamiento y quienes están en rehabilitación, actúan como agentes clave de cambio e influyen en la actitud, el entendimiento y la conducta del paciente con respecto al consumo de drogas. Infórmese más sobre las comunidades terapéuticas en el Informe de investigación sobre comunidades terapéuticas (en inglés).
  3. Tratamiento residencial a corto plazo: se enfoca típicamente en la desintoxicación y brinda orientación intensiva inicial y preparación para el tratamiento en un entorno comunitario.
  4. Alojamientos de rehabilitación: brindan a los pacientes alojamiento supervisado de corta duración y a menudo ofrecen otros tipos de tratamientos con internación o residenciales. Un alojamiento de rehabilitación puede ayudar a la persona a realizar la transición hacia una vida independiente —ayudándola, por ejemplo, a aprender a administrar sus finanzas o buscar empleo— y conectarla con servicios de apoyo en la comunidad.

Las dificultades de la reinserción

El abuso de las drogas modifica el funcionamiento cerebral, y son muchas las cosas que pueden desencadenar un deseo intenso de consumir drogas en el cerebro. Es crítico que quienes están en tratamiento, particularmente las personas que están internadas en un centro de rehabilitación o están en la cárcel, aprendan a reconocer, evitar y manejar los factores desencadenantes con los que probablemente se enfrentarán después del tratamiento.

¿El tratamiento de las personas encarceladas es diferente?

La investigación científica desde mediados de la década de 1970 ha demostrado que el tratamiento del consumo de drogas puede ayudar a muchos delincuentes a modificar sus actitudes, creencias y conductas relacionadas con el abuso de drogas, evitar la recaída y alejarse efectivamente de la vida delictiva y el abuso de las drogas. Muchos de los principios del tratamiento de la drogadicción son similares para las personas que están en la cárcel y para quienes no lo están. Sin embargo, una gran cantidad de detenidos no tiene acceso al tipo de servicios que necesita. Un tratamiento de baja calidad o que no se adapte bien a las necesidades de la persona puede no ser eficaz para reducir el consumo de drogas y la conducta delictiva.

Además de los principios generales de tratamiento, algunas consideraciones específicas para quienes están detenidos incluyen:

  • El tratamiento debería incluir el desarrollo de aptitudes cognitivas específicas para ayudar al recluso a modificar las actitudes y creencias que llevan al abuso de drogas y al delito, tales como sentirse con derecho a que las cosas sean a su manera o no comprender las consecuencias de su conducta. Esto incluye aptitudes relacionadas con el pensamiento, la comprensión, el aprendizaje y la memoria.
  • La planificación del tratamiento debería incluir servicios personalizados dentro de la institución correccional y también la transición al tratamiento comunitario una vez que la persona sale de la cárcel.
  • Es importante que exista coordinación constante entre quienes brindan el tratamiento y los tribunales o los agentes que supervisan la libertad condicional o vigilada para abordar las complejas necesidades de quienes han salido de la cárcel y vuelven a insertarse en la sociedad.

¿Cuántas personas reciben tratamiento para la drogadicción?

Según la Encuesta Nacional sobre el Consumo de Drogas y la Salud de SAMHSA, 22.5 millones de personas (el 8.5% de la población de Estados Unidos) de 12 años o más necesitaban tratamiento por un problema de consumo de drogas ilícitas* o alcohol en el 2014. Solo 4.2 millones (el 18.5% de quienes necesitaban tratamiento) recibieron algún tipo de tratamiento para el consumo de drogas ese mismo año. De esas personas, alrededor de 2.6 millones recibieron tratamiento en programas de tratamiento especializados (CBHSQ, 2015).

*El término "ilícito" se refiere al consumo de drogas ilegales, incluida la marihuana de acuerdo con las leyes federales, y al abuso de medicamentos recetados.

Puntos para recordar

La drogadicción se puede tratar, pero no es simple. El tratamiento de la adicción debe ayudar a que la persona:

  • Deje de consumir drogas
  • Se mantenga alejada de las drogas
  • Sea productiva en la familia, el trabajo y la sociedad
  • Un tratamiento exitoso consta de varios pasos:
  • Desintoxicación
  • Orientación conductual
  • Medicación (para la adicción a los opioides, el tabaco o el alcohol)
  • Evaluación y tratamiento de problemas concurrentes de salud mental, como la depresión y la ansiedad
  • Seguimiento a largo plazo para evitar la recaída

Hay medicamentos y dispositivos que se pueden utilizar para controlar los síntomas de abstinencia, evitar la recaída y tratar otros trastornos concurrentes.

Las terapias conductuales ayudan a que los pacientes:

  • Modifiquen su actitud y comportamiento con relación al consumo de drogas
  • Aumenten sus aptitudes para llevar una vida sana
  • Continúen con otras formas de tratamiento, como por ejemplo los medicamentos

Quienes se encuentran dentro del sistema de justicia penal podrían necesitar servicios terapéuticos adicionales para tratar eficazmente los trastornos por consumo de drogas. Sin embargo, muchos de los detenidos no tienen acceso al tipo de servicios que necesitan.

Infórmese más

Para obtener más información sobre el tratamiento de la drogadicción, visite: https://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/principios-de-tratamientos-para-la-drogadiccion/reconocimientos

Para obtener información sobre el tratamiento de la drogadicción en el sistema penal, visite: https://www.drugabuse.gov/publications/principles-drug-abuse-treatment-criminal-justice-populations-research-based-guide/principles (en inglés)

Las personas que piensan que necesitan tratamiento -o que lo necesita un ser querido- pueden encontrar guías detalladas paso por paso en este enlace: https://www.drugabuse.gov/es/temas-relacionados/que-hacer-si-usted-o-un-ser-querido-tiene-un-problema-con-las-drogas

 

Drugfacts

Referencias

Center for Behavioral Health Statistics and Quality (CBSHQ). 2014 National Survey on Drug Use and Health: Detailed Tables. Rockville, MD: Substance Abuse and Mental Health Services Administration; 2015.

Substance Abuse and Mental Health Services Administration (SAMHSA). National Survey of Substance Abuse Treatment Services (N-SSATS): 2013. Data on Substance Abuse Treatment Facilities. Rockville, MD: Substance Abuse and Mental Health Services Administration; 2014. HHS Publication No. (SMA) 14-489. BHSIS Series S-73

miércoles, 1 de diciembre de 2021

Mareos por Ansiedad

El aturdimiento y el mareo por ansiedad o mareo, vértigo psicógeno es una patología psicosomática que aparece con mucha frecuencia. Una de las causas más frecuentes de padecer esta patología de salud mental suele ser el estrés.

Por desgracia, es bastante frecuente que no se contemple como causa la ansiedad para explicar los mareos. Esto suele alargar el tiempo en el diagnóstico correcto, potenciando tratamientos farmacológicos que pocas veces resuelven los síntomas o mareo y llegando a empeorar la patología de ansiedad e inestabilidad.

Los síntomas de mareos por ansiedad se diferencian de los provocados por mareos que están causados por un problema físico subyacente porque la persona que los sufre suele sentir o experimentar lo siguiente:

  • Sensación de mareo que aparece de forma repentina.
  • Sensación de que todo da vueltas a su alrededor o de que todo se mueve.
  • Aturdimiento.
  • Debilidad generalizada intensa.
  • Inestabilidad.
  • Alteración de las funciones psicomotoras. En algunos casos severos, la persona puede llegar incluso a desmayarse.

Hay dos factores que desatan estos síntoma

  • La Hiperventilación
  •  Presíncope vasovagal.  

Cuando nuestros niveles de estrés son muy altos, normalmente, debido a atravesar por situaciones que nos generan miedo, temor, angustia o una tensión excesiva y prolongada. Son todas estas emociones negativas tan intensas las que pueden hacer que nuestro organismo reaccione ante un posible peligro mediante la sensación de mareo, además de otros síntomas como sudoración excesiva, pulso acelerado, tensión muscular, dificultades para respirar con normalidad, etc.

Algunos factores que nos pueden ayudar a identificar si los mareos están causados por la ansiedad o, por el contrario, se deben a otro tipo de causas físicas que deben ser diagnosticadas por un médico profesional:

  • No existe una causa biológica que esté detrás de los mareos.
  • Los mareos por ansiedad se experimentan de manera continuada y se prolongan en el tiempo.
  • La sensación de mareo aparece después de experimentar emociones negativas que elevan nuestro nivel de ansiedad.
  • La realización de movimientos bruscos puede provocar cierta sensibilidad al movimiento.
  • Se experimenta una sensación de aturdimiento y una falta de reacción tanto a nivel físico como mental.
  • Si la ansiedad es intensa, estos mareos pueden ir acompañados también de problemas de equilibrio y del sistema motor, llegando incluso a ser incapaz de llevar a cabo las actividades cotidianas habituales.

Principales causas de los mareos por ansiedad

Ya hemos comentado que ante situaciones que percibimos como un peligro o negativas, nuestra mente tiene la capacidad de provocar algunos síntomas físicos como los mareos, entre otros. Los principales factores que pueden hacer que dichos mareos aparezcan y se mantengan en el tiempo son los que enumeramos a continuación:

  1. Respiración: unos niveles de ansiedad elevados provocan una alteración en la respiración, siendo esta más acelerada, entrecortada o superficial. Cuando nuestra frecuencia respiratoria aumenta, podemos sufrir de hiperventilación, lo que significa que en nuestro cuerpo entra una mayor cantidad de oxígeno de la que necesitamos y disminuye el dióxido de carbono. Este desequilibrio provoca que nuestro organismo trate de equilibrar el ph de la sangre, la cual se vuelve alcalina y esto puede generarnos esa sensación de mareo, además de otros síntomas como debilidad, visión borrosa, hormigueo, etc.
  2. Miedo y tensión alta: cuando sentimos miedo, nuestra frecuencia cardíaca aumenta y, con ella, nuestra tensión arterial. Una vez pasado el momento de angustia y estresante, nuestro cuerpo reduce la tensión arterial para equilibrarla y es entonces cuando muchas personas pueden sufrir mareos y sensación de confusión.
  3. Tensión muscular: este tipo de tensión también puede favorecer la aparición de mareos por ansiedad. Ante situaciones que nos producen miedo o angustia, nuestros músculos se tensan como un mecanismo de defensa o huida. Esta tensión tiene repercursiones en nuestra mente y esta puede hacer que aparezcan los mareos.
  4. Sobrecarga mental: el hecho de estar constantemente en una posición de alerta y angustia provoca un gran desgaste energético. Esto a su vez puede causar un gran cansancio mental y una debilidad generalizada que pueden ir acompañados también de sensación de mareo, confusión, apatía, dificultad para reaccionar, etc.

Cómo evitar los mareos por ansiedad - soluciones efectivas

Los mareos por ansiedad no constituyen un síntoma de grave peligro y es necesario mantener la calma cuando aparezcan para no empeorar la situación. 

Algunos de los consejos que pueden ayudarnos a evitar los mareos por ansiedad y a reducir los niveles de estrés que pueden propiciar su padecimiento son:

  • Ser conscientes y tener claro que estos mareos no son en sí peligrosos y que la sensación de mareo y aturdimiento, desaparecerá cuando nos relajemos y dejemos de estar en tensión. Si, además, nos angustiamos por la gravedad de los mareos, nuestro niveles de ansiedad pueden aumentar aún más en lugar de disminuir.
  • Hacer ejercicios de respiración: aprender a respirar correctamente nos ayudará a tener una mejor oxigenación y a reducir la hiperventilación. Son diversos los ejercicios que podemos realizar para reducir la ansiedad cuando nos enfrentemos a situaciones estresantes o de tensión, en el siguiente artículo mostramos algunos de los más efectivos: Ejercicios de respiración.
  • Técnicas de relajación: una excelente solución para los mareos por ansiedad es aprender a realizar la técnica de relajación muscular progresiva de Jacobson, ya que con ella, no solo se reduce la ansiedad y el estrés, sino que se aprende a controlar todos los músculos del cuerpo para evitar una tensión muscular excesiva que muchas veces pasa desapercibida para nosotros debido a que es continua. Para saber cómo realizar este método correctamente y poder aplicarlo en las situaciones estresantes, puedes consultar el artículo Técnica de relajación muscular progresiva: pasos y ejercicios.
  • No prestar mucha atención a la sensación de mareo. Cuando esta sensación aparezca, debemos preguntarnos a nosotros mismos: ¿puedo continuar haciendo lo que estaba realizando aunque sea de una forma más tranquila? Si le restamos importancia y reducimos la vigilancia al síntoma, nuestra carga mental también disminuirá y, por consiguiente, podremos seguir siendo funcionales y desempeñar las actividades cotidianas con normalidad.
  • Hacer ejercicio físico: la actividad física puede ayudarnos a reducir los niveles de ansiedad y a mejorar nuestro estado de ánimo debido a que liberamos endorfinas durante su práctica.
  • Deshacernos de los pensamientos negativos y catastrofistas también nos ayudarán a combatir la ansiedad y a encontrarnos mejor a nivel emocional.

Además de todo lo anterior, es importante reparar en mantener bien cubiertas las necesidades básicas para gozar de un estado de salud óptimo, como llevar una dieta saludable y equilibrada, beber abundante agua durante el día y descansar un mínimo de 8 horas diarias.

La mejor manera de prevenir este tipo de malestares, o de manejarlos si se presentan, es controlando la respiración. Resulta muy conveniente hacer uso de la respiración diafragmática.

El tratamiento de los mareos por ansiedad no requiere de otra cosa que tratar el problema subyacente que, en este caso, no es otro que la ansiedad, por lo que cuando esta cese, los mareos dejarán de aparecer. La ansiedad es una reacción normal del cuerpo que aparece en situaciones estresantes, de incertidumbre o angustia, pero cuando dicha reacción llega a causas un deterioro funcional e interfiere en los diferentes ámbitos de nuestra vida y nos genera un profundo sufrimiento, es cuando podemos estar padeciendo de un trastorno de ansiedad y se hace obligatorio recibir ayuda y tratamiento psicológico.

* El estrés es un sentimiento de tensión física o emocional que puede provocar cambios en nuestro organismo como la pérdida de equilibrio.

* Un cuadro de estrés grave produce sensación de vértigo o presíncopes vasovagales.

El tratamiento médico de la ansiedad suele abarcar lo siguiente:

Lo primero es descartar cualquier patología orgánica que pudiera provocar mareos.

El tratamiento del vértigo psicógeno o los mareos provocados por la ansiedad, es bastante diferente y se realiza de manera individual en cada persona.

  • Psicoterapia: se reducen los síntomas de la ansiedad y se encuentran las causas de la misma mediante la terapia cognitiva-conductual. Psicoeducación es también necesaria para corregir o erradicar esta patología.

  • Tratamiento farmacológico: para aliviar los síntomas físicos y emocionales de la ansiedad se pueden prescribir antidepresivos o ansiolíticos.

Mareos y Desmayos en Adolescentes

Los desmayos también conocidos con el término médico de "síncope", son comunes entre los jóvenes, en especial entre los adolescentes.

Tantos como 1 de cada 4 niños y adolescentes sanos se han desmayado en algún momento. ¿Le ha ocurrido a su hijo? Si bien la experiencia puede dar miedo, por lo general la causa no es nada grave. La mayoría de los jóvenes se recuperan rápidamente después de un desmayo, típicamente en menos de un minuto.

Es importante que los padres estén informados sobre los factores desencadenantes de desmayos comunes, tales como la deshidratación, y obtengan el tratamiento adecuado cuando sea necesario. Tal vez sea necesaria una consulta con el pediatra o el cardiólogo para descartar causas preocupantes de desmayos que, aunque son infrecuentes pueden ser graves.

¿Qué hace que un niño sano se desmaye?

Lo más frecuente es que un desmayo en niños sanos ocurra cuando hay una disminución temporal de la circulación de sangre rica en oxígeno hacia el cerebro (presión arterial). Por lo general, el niño se recupera rápidamente. Esto se llama desmayo simple.

Los factores desencadenantes de un desmayo simple pueden incluir:

  1. No tomar suficiente líquido, en especial en climas calurosos o en espacios con mucha calefacción. La deshidratación es la causa más común de desmayo en los niños. Al no beber suficiente líquido se reduce el volumen de sangre y disminuye la presión arterial.
  2. Permanecer de pie en un mismo lugar durante mucho tiempo. Esto puede hacer que la sangre se acumule en las piernas, debido a la gravedad o por ponerse de pie demasiado rápido.
  3. Recalentamiento, en especial en lugares hacinados (mucha gente).
  4. Emociones intensas en respuesta al dolor, a la sangre o a algo que lo impresione o atemorice. Esto puede hacer que la parte del cerebro que controla la presión arterial, la frecuencia respiratoria y el ritmo cardíaco cambie de marcha repentinamente y pierda sincronización.
  5. Hiperventilación o respiración demasiado rápida. Esto puede ocurrir por ansiedad o miedo, porque causa cambios rápidos en nuestro suministro de sangre al cerebro. 
  6. Espasmos del llanto. Son comunes entre niños pequeños durante berrinches o cuando les duele algo. Los espasmos del llanto (no respira) no suelen ser graves y la mayoría de los niños los superan cerca de los 6 años de edad.
  7. Determinados movimientos, como toser, tragar, levantar peso, ir al baño o incluso arreglarse el cabello pueden estirar o hacer presión sobre terminaciones nerviosas sensibles. Este desencadenante es poco frecuente y suele afectar a los adolescentes; la gran mayoría de ellos deja de sufrirlo al crecer.

¿Cuáles son algunos signos y síntomas de advertencia antes de un desmayo?

De 5 a 10 segundos antes de desmayarse ocurren varios signos de advertencia, tales como:

  • Mareo
  • Náuseas
  • Sensación de calor y transpiración o sensación de frío repentina
  • Visión borrosa o con manchas
  • "Zumbido" en los oídos
  • Aspecto pálido o ceniciento
  • Aceleración del ritmo cardíaco (lo que llamamos taquicardia)

 Qué hacer cuando un niño se desmaya:

  1. Si fuera posible, intente atrapar al joven y acostarlo lentamente en el piso.
  2. Haga que el joven levante ambas piernas durante 10 minutos mientras permanece acostado.
  3. Si el niño tuviera comida en la boca, acuéstelo de lado con la cara hacia el piso para que no se asfixie con la comida.
  4. Llame al 911 o diríjase al departamento de emergencias más cercano si el niño:
  5. No se despierta tras un corto tiempo
  6. Tiene lesiones por la caída y sangra mucho
  7. Se desmaya de repente luego de tomar un medicamento, ser picado por un insecto o haber comido algo a lo que podría ser alérgico
  8. Estaba haciendo ejercicio cuando se desmayó
  9. Tiene dificultad para respirar, hablar o moverse

La principal causa de desmayo infantil suele estar provocada por una falta de riego sanguíneo en la zona cerebral que suele ser de corta duración. Esta falta de riego puede deberse a varios factores:

  1. Presión arterial baja. Reciben el nombre de lipotimias y suelen ser más comunes en adolescentes y en mujeres. Este es el motivo más frecuente de desmayo en niños, ya que al bajar la presión arterial, disminuye la frecuencia cardiaca y el riego sanguíneo en el cerebro, a lo que el cuerpo reacciona rápidamente con una desconexión momentánea.
  2. Por un problema cardiaco. Son casos más extraños pero también más peligrosos, ya que suelen deberse a anomalías cardíacas como malformaciones o arritmias, y suelen aparecer cuando el niño hace deporte. La principal diferencia con la lipotimia es que el niño no siente un mareo previo, sino que la pérdida de conciencia es repentina y suele durar más de un minuto. Aquí sí pueden aparecer convulsiones por falta de riego cerebral y el niño debe ser trasladado urgentemente al hospital para que el pediatra pueda determinar la causa.
  3. Motivos psicológicos. Son puntuales y no suelen ser relevantes. Aparecen en situaciones de estrés o con cuadros de ansiedad elevados, por angustia e histeria, y suelen pasarse rápidamente.
  4. Motivos neurológicos. Suele avisar con un fuerte dolor de cabeza previo, pero una vez que ocurre el desmayo, el niño puede llegar a tener convulsiones. Al despertar suele quedarse adormilado durante un tiempo, mientras que en las lipotimias esto no ocurre.

*Otra de las causas puede ser una hipoglucemia, que convendría estar vigilada por el médico, aunque este tipo de casos normalmente se presentan con otros síntomas previos.

¿El desmayo puede ser signo de una afección médica más grave?

En ciertos casos, el desmayo podría ser signo de un problema o afección de salud subyacente, como, por ejemplo:

  1. Deficiencia de hierro. La anemia ocurre cuando no hay suficiente hierro en la sangre para transportar el oxígeno necesario al cerebro y esto puede provocar mareos en los adolescentes que están creciendo muy rápido, en especial en las chicas que tienen menstruaciones abundantes.
  2. Hemorragia interna. Un golpe en la cabeza (como una conmoción cerebral) o en el vientre.
  3. Diabetes. Las disminuciones repentinas del nivel de azúcar en sangre pueden provocar desmayos. El cerebro necesita azúcar como fuente de energía. La diabetes también puede causar un aumento del volumen de orina, lo que lleva a la deshidratación. Si un niño con diabetes se desmaya, se considera una emergencia diabética.
  4. Trastornos alimentarios. La anorexia y la bulimia pueden provocar desmayos por deshidratación, bajo nivel de azúcar en sangre y cambios en la presión arterial o en la circulación provocados por la inanición, los vómitos o el exceso de ejercicio.
  5. Problemas cardíacos. Los latidos cardíacos irregulares (arritmia cardíaca) o problemas estructurales (en el corazón o en las válvulas) pueden causar desmayos. Los desmayos ocurridos durante el ejercicio físico siempre necesitan de un seguimiento médico.
  6. Migrañas. El desmayo es un síntoma de determinados tipos de migraña.
  7. Consumo de drogas y alcohol. El alcohol hace que los vasos sanguíneos se dilaten o ensanchen, lo que podría bajar la presión arterial. Algunas drogas ilegales, como las metanfetaminas, afectan la función cardíaca y pueden provocar desmayos.
  8. Embarazo. Los cambios en el sistema circulatorio provocados por el embarazo pueden afectar la presión arterial y aumentar la necesidad de líquidos del cuerpo.
  9. Síndrome de taquicardia ortostática postural. Se estima que esta dolencia afecta a 1 de cada 100 adolescentes, quienes sufren de latidos cardíacos acelerados o desmayos al ponerse de pie, en especial después de estar acostados. Los episodios suelen comenzar después de una enfermedad viral, un traumatismo o una intervención quirúrgica importante.
  10. Enfermedad de Addison/insuficiencia suprarrenal. Los niños que padecen esta afección no producen cantidades suficientes de hormonas, como por ejemplo cortisol, que ayudan a controlar la respuesta al estrés, la presión arterial y los niveles de azúcar en sangre.

 ¿Cómo se diagnostican y tratan los casos de desmayos más graves?

En el caso de un niño que se desmaye varias veces, o si hubiera signos de una afección médica más grave, es probable que el pediatra refiera a su hijo a un cardiólogo pediátrico. Durante la consulta, es probable que a su hijo le hagan varios tipos de pruebas cardíacas. Consultar Tipos de pruebas cardíacas comunes.

Síntomas de alerta de posibles problemas cardíacos relacionados con los desmayos: 

  • Desmayos durante el ejercicio físico.
  • Latidos cardíacos anormales o particularmente acelerados, sobre todo si ocurren antes del desmayo.
  • Antecedentes familiares de muerte súbita de origen cardíaco. El pediatra podría hacer preguntas sobre familiares cercanos que hayan muerto accidentalmente o por ahogamiento que pudieran haber tenido que ver con desmayos de origen cardíaco.

¿Puedo evitar que mi hijo se desmaye?

El pediatra puede recomendarle formas de ayudar a evitar los desmayos simples.

Aquí se incluyen algunas ideas:

  1. Hidratación y buena alimentación. Asegúrese de que su hijo beba abundante agua u otro tipo de bebidas saludables cada día. Limite el consumo de cafeína y evite que se salte comidas.
  2. Control de la presión arterial. Si su hijo tiene presión arterial baja o normal, el pediatra podría sugerir un cambio en su dieta.
  3. Flexionar los músculos de las piernas, cambiar de posición e inclinar la cintura ocasionalmente cuando esté de pie durante mucho tiempo para ayudar con la circulación y el flujo de sangre al cerebro.
  4. Descanso del calor. Evite permanecer durante largos ratos en entornos calurosos como canchas de práctica, al sol o lugares colmados de gente. Limite el tiempo que pasa en duchas calientes, saunas, tinas de hidromasaje y jacuzzis.

Ayude a su hijo a aprender a reconocer los primeros signos de un desmayo. Cuando comiencen los síntomas, recuérdele que ponga la cabeza entre las piernas o que se acueste.

¿Hay medicamentos que ayuden a prevenir los desmayos?

En ciertos casos se pueden recetar medicamentos. Ciertos tipos de esteroides, betabloqueadores, fármacos antiarrítmicos y antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) pueden ayudar a algunos pacientes. Es necesario realizar más estudios de investigación para definir la eficacia de estos medicamentos en niños y adolescentes.

Recuerde:

La mayoría de los niños y adolescentes que se desmayan se recuperan rápidamente y sin sufrir secuelas. Saber cómo ayudar a evitar desmayos como, por ejemplo, beber abundante líquido, puede ser útil para evitar la experiencia atemorizante del desmayo. Asegúrese de informar a su pediatra cada vez que su hijo se desmaye.

Evitar los síncopes o lipotimias infantiles es fácil, se debe proteger del sol excesivo, evitar las aglomeraciones, el aumento de temperatura brusco, ponerse de pie de golpe, consumir bebidas con cafeína, aumentar ligeramente el consumo de sal y beber mucha agua.

En el caso del problema cardíaco, el pediatra deberá someter al niño a un estudio cardiológico profundo para determinar la causa.

jueves, 25 de noviembre de 2021

Fobia Social / Ansiedad Social

Es normal sentirse nervioso en algunas situaciones sociales. Por ejemplo, tener una cita o dar una presentación pueden causar esa sensación de tener mariposas en el estómago. Pero en el trastorno de ansiedad social, también llamado «fobia social», las interacciones de todos los días causan muchísima ansiedad, inseguridad y vergüenza por miedo al escrutinio o la opinión de los demás.

En el trastorno de ansiedad social, el miedo y la ansiedad conducen a una abstención que puede alterar su vida. El estrés grave puede afectar tus relaciones, la rutina diaria, el trabajo, la escuela u otras actividades, puede ser una afección crónica de salud mental, pero aprender la capacidad de afrontar en psicoterapia y tomar medicamentos pueden ayudarte a ganar confianza y mejorar tu capacidad para interactuar con otros.

Síntomas

La timidez o incomodidad en ciertas situaciones no son necesariamente signos de trastorno de ansiedad social, especialmente, en los niños. El nivel de comodidad en las situaciones sociales varía y depende de los rasgos de la personalidad del individuo y de sus experiencias de vida. Algunas personas son reservadas por naturaleza, y otras son más extrovertidas. A diferencia del nerviosismo diario, el trastorno de ansiedad social comprende miedo, ansiedad y evasión, que interfieren con la rutina diaria, el trabajo, la escuela u otras actividades. El trastorno de ansiedad social suele comenzar a principios o mediados de la adolescencia, aunque a veces puede empezar en niños más pequeños o en adultos.

Síntomas emocionales y conductuales

Los signos y síntomas del trastorno de ansiedad social comprenden la persistencia de lo siguiente:

  • Temor a situaciones donde podrías ser juzgado
  • Angustia por sentirte avergonzado o humillado
  • Temor intenso de interactuar o hablar con extraños
  • Temor a que los demás noten que estás ansioso
  • Temor a tener síntomas físicos que puedan causarte incomodidad, como sonrojarte, sudar, temblar o que te tiemble la voz
  • Dejar de hacer algunas actividades o dejar de hablar con ciertas personas por miedo a sentirte avergonzado
  • Evitar situaciones donde puedas ser el centro de atención
  • Tener ansiedad en los momentos previos a enfrentar una situación o actividad que te da miedo
  • Miedo intenso o ansiedad durante las situaciones sociales

Después de una situación social, analizar tu desempeño e identificar fallas en tus interacciones. Esperar las peores consecuencias posibles de una experiencia negativa en una situación social

En el caso de los niños, es posible que exterioricen la ansiedad al interactuar con adultos o pares a través de llantos, berrinches, aferrarse a los padres o negarse a hablar en situaciones sociales.

El trastorno de ansiedad social del tipo de desempeño se produce cuando se experimenta un miedo y una ansiedad intensos al hablar o actuar en público, pero no en otros tipos de situaciones sociales más generales.

Síntomas físicos

A veces, hay signos y síntomas físicos que pueden acompañar el trastorno de ansiedad social y pueden ser:

  • Enrojecimiento
  • Latidos rápidos del corazón
  • Temblores
  • Sudoración
  • Malestar estomacal o náuseas
  • Dificultad para respirar
  • Mareos o aturdimiento
  • Sensación de que tu mente se quedó en blanco
  • Tensión muscular
  • Evitar situaciones sociales comunes

Las experiencias comunes y de todos los días que pueden ser difíciles de soportar cuando padeces un trastorno de ansiedad social son, por ejemplo:

  • Interactuar con personas desconocidas o extraños
  • Asistir a fiestas o reuniones sociales
  • Ir al trabajo o a la escuela
  • Iniciar la conversación
  • Hacer contacto visual
  • Tener citas
  • Entrar a una habitación donde los demás ya estén sentados
  • Devolver artículos a una tienda
  • Comer frente a los demás
  • Usar un baño público

Los síntomas del trastorno de ansiedad social pueden cambiar con el tiempo. Pueden exacerbarse ante exigencias o situaciones de estrés. Aunque evitar situaciones que produzcan ansiedad puede hacerte sentir mejor a corto plazo, es probable que tu ansiedad continúe en el largo plazo si no recibes tratamiento.

Consulta con el médico o tu profesional de salud mental si temes o evitas situaciones sociales normales porque te causan incomodidad, angustia o pánico.

Causas

Como sucede con muchas otras enfermedades de salud mental, el trastorno de ansiedad social probablemente surge de una interacción compleja de factores biológicos y ambientales. Entre las causas posibles se incluyen las siguientes:

  1. Atributos hereditarios. Los trastornos de ansiedad suelen ser hereditarios. Sin embargo, no está completamente claro hasta qué punto pueden deberse a la genética o a conductas adquiridas.
  2. Estructura del cerebro. Una estructura del cerebro llamada «núcleo amigdalino» puede influir en el control de la respuesta ante el miedo. Las personas que tienen un núcleo amigdalino hiperactivo pueden tener una respuesta exacerbada ante el miedo, la cual causa un aumento de la ansiedad en situaciones sociales.
  3. El entorno. El trastorno de ansiedad social puede ser una conducta adquirida. Algunas personas pueden desarrollar esta afección después de una situación social desagradable o incómoda. Además, puede existir una relación entre el trastorno de ansiedad social y los padres que modelan un comportamiento ansioso en situaciones sociales y que son más controladores o protectores con sus hijos.

Factores de riesgo

Varios factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar trastorno de ansiedad social, entre ellos:

  1. Antecedentes familiares. Si tus padres biológicos o hermanos tienen trastorno de ansiedad social, tienes más probabilidades de desarrollarlo.
  2. Experiencias negativas. Los niños que experimentan burlas, hostigamiento, rechazo, ridículo o humillación pueden ser más propensos a desarrollar trastorno de ansiedad social. Además, otros acontecimientos negativos de la vida, como los conflictos familiares, los traumas o los abusos, pueden estar asociados a este trastorno.
  3. Carácter. Los niños que son tímidos, retraídos, introvertidos o reservados al enfrentar situaciones o personas nuevas pueden tener un riesgo mayor.
  4. Nuevas exigencias sociales o laborales. Los síntomas del trastorno de ansiedad social suelen comenzar en la adolescencia, pero conocer a gente nueva, dar un discurso en público o hacer una presentación de trabajo importante puede desencadenar los síntomas por primera vez.
  5. Tener una apariencia o afección que llame la atención. Por ejemplo, la desfiguración facial, la tartamudez o los temblores debidos a la enfermedad de Parkinson pueden aumentar la sensación de inseguridad y provocar trastorno de ansiedad social en algunas personas.

Complicaciones

Si no se trata, el trastorno de ansiedad social puede controlar tu vida. La ansiedad puede interferir con el trabajo, la escuela, las relaciones o la capacidad para disfrutar la vida. Este trastorno puede provocar:

  • Baja autoestima
  • Problemas para ser asertivo
  • Diálogo interno negativo
  • Hipersensibilidad a las críticas
  • Habilidades sociales deficientes
  • Aislamiento y relaciones sociales difíciles
  • Logros académicos y profesionales deficientes
  • Abuso de sustancias, por ejemplo, beber demasiado alcohol
  • Suicidio o intentos de suicidio

Otros trastornos de ansiedad y algunos otros trastornos de salud mental, en particular el trastorno depresivo mayor y los problemas de abuso de sustancias, suelen acompañar al trastorno de ansiedad social.

Prevención

No hay forma de predecir qué hará que una persona padezca un trastorno de ansiedad, pero puedes tomar medidas para disminuir la repercusión de los síntomas si eres ansioso:

  1. Pide ayuda enseguida. La ansiedad, al igual que muchas otras afecciones de salud mental, puede ser más difícil de tratar si no buscas ayuda de inmediato.
  2. Lleva un diario personal. Llevar un registro de tu vida personal puede ayudarte a ti y a tu profesional de salud mental a identificar cuál es la causa del estrés y qué parece ayudarte a sentirte mejor.
  3. Establece prioridades en tu vida. Puedes disminuir la ansiedad si administras bien tu tiempo y tu energía. Asegúrate de dedicarle tiempo a hacer cosas que disfrutas.
  4. Evita el consumo de sustancias no saludables. El consumo de alcohol y de sustancias, e incluso de cafeína o nicotina, puede provocar o empeorar la ansiedad. Si tienes una adicción a estas sustancias, dejarlas puede provocarte ansiedad. Si no puedes dejarlas solo, consulta con tu proveedor de atención médica o busca un programa de tratamiento o un grupo de apoyo que te sirva.