jueves, 5 de abril de 2018

Hipocondriasis: Sugerencias

Obsesión con la idea de tener una enfermedad grave no diagnosticada.
Los síntomas incluyen miedo intenso y prolongado a sufrir una enfermedad grave, y preocupación porque los síntomas menores indiquen algo grave. Quienes padecen este trastorno suelen visitar al médico con frecuencia o cambiar de médico. La hipocondría generalmente aparece durante la edad adulta.

Tratar la hipocondría es posible. En estos trastornos aparece a menudo un comportamiento de demanda de atención de tipo histriónico por intentar convencer a quienes rodean al paciente de sus enfermedades y dolencias.

Mi experiencia en la consulta privada pone de manifiesto que la hipocondriasis es un cuadro clínico que tiene su origen en aspectos emocionales profundos. Así, los síntomas dan  expresión a una angustia provocada por situaciones del recorrido vital del paciente que no pudieron ser asimiladas correctamente. Cuando se reactivan los recuerdos asociados a esa angustia, el hipocondríaco experimenta los síntomas de la enfermedad con mayor intensidad. Paciente y terapeuta revisarán en las sesiones tales experiencias que no pudieron ser asimiladas de forma adecuada en su momento, e irán comprendiendo cuáles son las situaciones actuales del día a día del paciente que activan esos recuerdos angustiosos involuntariamente. Ayudar al paciente hipocondríaco en la resignificación de los síntomas, en la integración de recuerdos dolorosos y en la búsqueda de sus propios recursos personales, al objeto de que la persona pueda experimentar un sentimiento de mayor seguridad frente a la vida y no quede detenida en preocupaciones angustiosas acerca de la enfermedad.

¿Qué podría hacerse para tratar la hipocondriasis?

Podría ser necesario que usted vaya a consulta con el médico/psicólogo varias veces al mes. Muchas personas con hipocondriasis también tienen otra patología. A usted podrían administrarle medicamentos para ayudarle a controlar la ansiedad y la depresión. Algunos tipos especiales de terapias también podrían ayudar a tratar la hipocondriasis.

¿Cuáles son los riesgos de la hipocondriasis?

La hipocondriasis puede provocar mucho estrés y preocupación. También podrían realizarle exámenes o recibir tratamientos que no necesita.

¿Cuál es el tratamiento más eficaz para la hipocondría?

Requiere diagnóstico médico/psicológico. No se requieren análisis de laboratorio o estudios de diagnóstico por imágenes.

El tratamiento psicológico considerado más eficaz para tratar la hipocondría es la terapia cognitivo-conductual. De hecho, se trata de una terapia ideal porque ayuda a la persona a reconocer lo que parece empeorar los síntomas, a desarrollar estrategias y métodos para manejarlos y a mantenerse más activos. Por otro lado, es recomendable iniciar un tratamiento farmacológico que ayude a reducir la depresión y/o los síntomas ansiosos.

Nota: Se debe asegurar que el paciente no tenga verdaderamente ninguna enfermedad física. Una vez que se ha descartado, si el paciente sigue con angustia, preocupación y dudas acerca de su estado de salud, es conveniente estudiar la posibilidad de que se trate de un trastorno psicológico.

Algunos ejemplos de las técnicas más utilizadas por su efectividad son:
  • Reconstrucción cognitiva: Cambiar estructuras internas de personalidad relacionadas con la angustia y el miedo a las enfermedades que el hipocondríaco teme. Esto incluye un trabajo de aprendizaje en cuanto a la interpretación de los hechos y de constructos personales. También se puede utilizar cualquier tipo de desensibilización en relación a las situaciones temidas y evitadas para que el paciente las confronte sin miedo ni angustia.
  • Técnicas de relajación: (control de estrés) La hipocondría es un trastorno totalmente relacionado con la ansiedad. Este tipo de técnicas pueden ayudar al paciente a relajarse cambiando el foco de atención hacia temas menos dañinos.
  • Indicaciones paradójicas: Se le indica al paciente hipocondríaco que se exponga a los síntomas y sensaciones que teme de manera que descubra cierta posibilidad de gestión sobre sobre estos hechos que consideraba como señales de peligro. De esta forma, puede normalizar estos miedos.
Como también:
  • Orientación
  • Psicoeducación
  • Exposición con prevención de respuesta.
  • Psicoterapia.
Mejorar la autoestima a través de la asertividad o la eliminación de distorsiones cognitivas: La persona podrá ser más positiva y tomar mayor gestión de sus opiniones, deseos y pensamientos. Aprenderá a relacionarse de forma más adaptativa con su entorno y así mejorar su auto concepto.

Usando estas herramientas, los pacientes aprenden a retar sus miedos hipocondríacos, así como las conductas compulsivas y de evitación que usan para enfrentar sus preocupaciones sobre su salud.

Especialistas para el control e intervención: Médico de atención primaria, psicólogo clinico, psiquiatra  y urgenciólogo.

El inicio de cualquier tratamiento requiere:
  • Una valoración diagnóstica precisa
  • Un conocimiento exhaustivo de los factores implicados en el origen y desarrollo del problema: antecedentes, factores desencadenasteis, factores predisposicionales, factores de mantenimiento, soluciones intentadas, etc.
  • Un conocimiento suficiente del paciente y sus circunstancias: grado de deterioro de la salud y el bienestar, incapacitación e interferencias en planes de acción o estatus significativos para la persona, recursos personales, atribución de capacidad y eficacia, rasgos destacados de la personalidad y del sistema de valores, estado emocional general, etc.
  • La formulación de un esquema explicativo que identifique las variables más relevantes del caso, las relaciones críticas entre ellas, y el proceso que han ido siguiendo a lo largo del tiempo.
  • El establecimiento de una relación adecuada entre el paciente y el especialista que les permita trabajar juntos de manera eficiente: reconocimiento mutua, comunicación eficaz, confidencialidad, seguimiento de prescripciones etc.
  • Finalmente, en función de todo lo anterior, el establecimiento de unos objetivos evaluables y unos medios convenientemente ordenados y secuenciados. Estos últimos, los medios y su despliegue, en función de la demanda formulada por el paciente, son los que constituyen el tratamiento propiamente dicho.
Habitualmente, los tratamientos incluyen aspectos relacionados con la recuperación de la salud. Las primeras intervenciones van encaminadas a reducir los síntomas de ansiedad y la incapacitación que producen. Posteriormente se analizan y tratan los factores que originan y/o mantienen la ansiedad y otras alteraciones que puedan acompañarla. Normalmente, al inicio del tratamiento, se acude a consulta una vez por semana. Cuando el tratamiento está mínimamente encauzado, se espacian las visitas, efectuándose habitualmente a razón de una visita cada 15 días y posiblemente 1 de revisión mensual o cada 3 meses hasta la remisión total.

Algunas sugerencias a tener en cuenta (14 ideas)
  1. La salud no es la ausencia de molestias o dolores, es un estado de bienestar físico y psicológico con o sin molestias o dolores.
  2. No todas las sensaciones de nuestro cuerpo tienen explicación.
  3. En la hipocondría LA PREOCUPACIÓN ES EL PROBLEMA. De manera que trate de detectar y cambiar esos pensamientos angustiantes sobre padecer una enfermedad o morir, que tanto le están atormentando.
  4. Deje de hacer visitas continuamente a médicos u otros especialistas, y de solicitar pruebas y analíticas. No van por ahí los tiros.
  5. Con los amigos, familiares u otros pacientes, hable de temas de interés general (política, deportes, el tiempo). Si sigue hablando sobre problemas de salud, conseguirá que no le escuchen.
  6. Interesarse tanto por la salud y las enfermedades (preguntas a especialistas, ver ciertos programas, consultar a enciclopedias médicas) hará que tienda a malinterpretar sus propias sensaciones de manera catastrofista. Esto no le beneficia, será mejor que lo evite.
  7. Si está usted continuamente autoexaminándose sólo conseguirá hacerse daño o ver dolores o enfermedades donde no hay.
  8. Usted no es médico, por tanto, no se medique según sus propios criterios.
  9. Si está usted excesivamente atento a su propio cuerpo amplificará las sensaciones. Si además interpreta estas sensaciones como señal de peligro, se angustiará más, con lo que sentirá nuevas y peores sensaciones a las que dará nuevas y peores interpretaciones, y así sucesivamente. Mejor cortar de raíz este círculo vicioso.
  10. El estar distraído (salir con los amigos, pasear por la plaza, leer, ordenar la casa, etc…) le ayudará a no estar en todo momento pendiente a el más leve cambio en su organismo. Como decía Jaspers “…la atención puede aumentar el dolor por la preocupación, aliviarlo por la observación objetiva, o hacerlo olvidar por la distracción”.
  11. Y, en todo caso, si se centra en ud mismo, vea que también hay sensaciones positivas. El agradable tacto de una prenda de seda, o el bienestar de la espalda sobre el mullido sillón, son ejemplos de ello.
  12. El estrés hará que esté más ansioso y la ansiedad tiene una serie de manifestaciones físicas y psicológicas. Por tanto mientras más sosegada sea su vida, menos síntomas tendrá para que le generen preocupaciones.
  13. Llevar una vida lo más natural posible (sin forzar a nuestro cuerpo más allá de sus límites físicos y psicológicos) y hacer deporte periódicamente le ayudará a disminuir el estrés y a mejorar su estado de ánimo.
  14. ¿Para qué renunciar a esas actividades que tanto le llenaban por una enfermedad que aún no se ha diagnosticado? Aunque finalmente padezca la enfermedad que cree, disfrute de la vida. Si renuncia a esas cosas agradables se sentirá usted muchísimo peor.
Usted tiene el derecho de participar en la planificación de su cuidado. Aprenda todo lo que pueda sobre su condición y como darle tratamiento.



Fuente: Compilador/Red

miércoles, 28 de marzo de 2018

TDAH en los Adolescentes

La adolescencia es un momento de transición complicado, en el que el niño empieza a funcionar de forma más autónoma y en el que se debe tomar decisiones importantes respecto al futuro. Se reduce el control externo tanto por parte de sus padres como de sus profesores, para dar paso a una forma de vida más independiente.
Los padres con frecuencia quieren saber si la pubertad llevará a cambios emocionales y físicos específicos en los adolescentes con TDAH. Durante la adolescencia, los jóvenes con TDAH tienen varios cambios. Mientras que a un pequeño grupo de niños aparentemente se les quita el TDAH, la mayoría de ellos continúa teniendo problemas con la atención, la concentración y el control de sus impulsos. Estos problemas posiblemente continuarán perjudicándoles su funcionamiento en la escuela y en casa, e impactándoles negativamente su autoestima y su habilidad de completar varios de los procesos del desarrollo necesarios en la adolescencia. Algunos de los síntomas del TDAH pueden surgir o incrementarse en adolescentes aunque no se hubieran manifestado durante la infancia. El incremento de las exigencias del entorno puede hacer que el TDAH interfiera de forma más importante en la vida del adolescente.

Dificultades a las que se enfrenta el adolescente con TDAH

Este incremento en el nivel de exigencia puede generar dificultades añadidas a las propias del TDAH (déficit de atención, hiperactividad e impulsividad), como una mayor ansiedad social, preocupación por la autoimagen, experimentación con las drogas y otras conductas de riesgo. Además, los conflictos que generalmente se generan en el entorno familiar y las dificultades que pueden tener para mantener relaciones satisfactorias con otros adolescentes, conllevan en muchas ocasiones el desarrollo de una baja autoestima y otros problemas emocionales.

Una persona "impulsiva" tiene más probabilidades de implicarse en "conductas de riesgo".  Adicciones, embarazos no deseados, múltiples parejas, sexo casual, accidentes de cualquier tipo, peleas, entre otras. Hay que considerar en la preparación que debe tener el adolescente con TDAH para ejercer su sexualidad mediante respecto, responsabilidad y sensibilidad.

Un grupo pequeño de adolescentes con TDAH podrá desarrollar patrones de comportamiento antisociales, y empezará a abusar drogas incluyendo el alcohol. Los adolescentes con el mayor riesgo de abuso de drogas son aquellos cuyo TDAH no ha sido tratado adecuadamente. (El tratamiento tempranero de los niños con TDAH puede tener un efecto directo en el rebajar la posibilidad de que ellos abusen las drogas cuando sean adolescentes). El "párate y piensa", sin un entrenamiento adecuado, es francamente difícil para un adolescente con TDAH.

Un adolescente con dificultades para mantener la atención, si no ha seguido tratamiento, con mucha probabilidad habrá fracasado en los estudios aun siendo notablemente inteligente.

Otro problemas que puede surgir está relacionado con el déficit de autorregulación emocional (capacidad de gestionar y reaccionas antes las emociones) pueden acentuarse en la adolescencia. Se puede manifestar como sobrerreactividad, baja tolerancia a la frustración, irritabilidad, dificultad para manejar la rabia o dificultad para regular la motivación.

Síntomas del TDAH en la adolescencia

Inatención: Pueden presentar dificultad para estar concentrados ya sea una conversación larga, una clase, una película o un examen. Este síntoma tiene un importante impacto en el rendimiento académico ya que se distraen con frecuencia, no acaban lo que empiezan y se desmotivan en el transcurso de la tarea o actividad. Suelen evitar realizar tareas que requieran un esfuerzo mental prolongado.

Hiperactividad: La hiperactividad en la adolescencia, como en la edad adulta, no es tanto una hiperactividad motora, como una sensación inquietud interior, impaciencia interior, desasosiego. Se puede manifestar en una incapacidad para permanecer quietos durante un largo tiempo, dar golpecitos con los dedos o los pies, morderse las uñas, darse vueltas en el pelo o juguetear con el bolígrafo. En estos casos la "hiperactividad", entendida como exceso de movimiento, no suele ser muy evidente, de ahí que se crea que desaparece, sin embargo los síntomas relacionados con la impulsividad y el déficit de atención persisten.

Impulsividad: Suelen entrometerse en conversaciones ajenas e interrumpir con frecuencia, ofendiendo o invadiendo el espacio de los demás. Por lo que se les puede percibir como “maleducados”. Pueden ser impacientes, sintiéndose incapaces de hacer una cola.

Impacto del TDAH en la adolescencia
  • Mal desarrollo de la autonomía.
  • Dificultades para identificar sus necesidades.
  • Indefensión aprendida.
  • Alta frustración.
  • Miedo al futuro.
  • Problemas afectivos.
  • Impacto académico.
  • Baja autoestima y auto concepto negativo.
  • Sentimiento de baja autoeficacia y competencia personal.
  • Escasas o malas relaciones con iguales.
  • Malas relaciones en el núcleo familiar.
Nota: La falta de comunicación puede retrasar el diagnóstico al no contar las dificultades que detectan en sí mismos.

Repercusión de los síntomas del TDAH en la vida del adolescente

Déficit de habilidades sociales: El manejo de habilidades es indispensable para poder establecer una relación satisfactoria con otras personas. Sin embargo, los adolescentes con TDAH pueden presentar un déficit en este aspecto como consecuencia de los síntomas nucleares del TDAH. Falta de empatía, de asertividad, dificultad en la comunicación verbal y no verbal.

Falta de organización y planificación: Los adolescentes con TDAH suelen olvidarse de los planes y los horarios, y presentan dificultades a la hora de gestionar el tiempo para realizar tareas. Al tener un problema de atención pueden necesitar un mayor tiempo para finalizar las tareas y por lo tanto requieren una mayor planificación para conseguir llegar a sus objetivos. Suelen dejar todo para el último momento, evitando tareas que les requieren un mayor esfuerzo mental.

Poca integración en el grupo y pocos amigos: El déficit que presentan en habilidades sociales tiene un impacto directo en su capacidad de establecer relaciones con otros adolescentes y de mantener esas relaciones. Por lo tanto es posible que se vean aislados de los grupos y que no tengan muchas amistades. Acarreando consecuencias negativas en su estado de ánimo y su autoestima.

Frecuentes cambios de humor e irritabilidad: En la adolescencia tienen especial relevancia los problemas de regulación emocional, que tienden a acentuarse. Esto lleva a constantes conflictos y enfrentamientos con familiares, profesores y compañeros. Les cuesta manejar la rabia y pueden tener baja tolerancia a la frustración, lo cual no ayuda a que sean socialmente aceptados.

La apatía, la desmotivación, los problemas conductuales, la aversión hacia el estudio, las conductas impulsivas, la falta de esfuerzo, la ausencia de planes de futuro...impactan de forma negativa no sólo en la propia percepción autoestima del adolescente, sino también en sus resultados y funcionalidad. Estos comportamientos también impactan en su entorno más cercano, manifestando a través de reacciones desproporcionadas, sus dificultades, sus necesidades no expresadas o su problemática diaria.

Comorbilidad del TDAH en la adolescencia

Según un estudio realizado, cerca del 70-90% de los adolescentes con TDAH puede padecer un trastorno asociado (es lo que se conoce como comorbilidad). Dentro de los trastornos comórbidos más frecuentes en la adolescencia están el Trastorno Negativista Desafiante (TND), depresión y Trastorno por Uso de Sustancias (TUS).

Tratamiento TDAH en los adolescentes (similar en niños)

En cuanto a los tratamientos, la mayoría de ellos muestran un perfil de eficacia similar en niños y adolescentes. “El tratamiento debe seguir el modelo multimodal (al igual que en niños), y llevarse a cabo con participación de diferentes especialistas y profesionales (psiquiatras, psicólogos, neuropediatras, psicopedagogos, etc.)

En la mayoría de los casos será necesario el tratamiento farmacológico. Como en algunos casos los síntomas de trastorno por déficit de atención tienden a desaparecer con la adolescencia, es a veces preciso valorar una retirada de los medicamentos para observar si existe una remisión de los síntomas. Por último, la importancia de tener una estrecha relación con el colegio y la familia.

Conclusión

Dado que el Trastorno por Déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un trastorno crónico de curso evolutivo, la sintomatología, a medida que los niños crecen también evoluciona debido a factores internos y externos. Los síntomas se mitigan en algunos aspectos (hiperactividad motriz) y tienden a incrementarse en otros (impulsividad), debido al efecto de la propia adolescencia. Es por ello, que el joven con TDAH presenta un espectro sintomatológico distinto al que se observa en los niños con hiperactividad.

En la adolescencia, más especialmente que en la infancia, es sumamente importante el abordaje multidisciplinar. Siempre insisto en que la coordinación padres, educadores, pediatra, psiquiatra y psicoterapeuta es fundamental para el buen manejo. Es en esta etapa de la vida donde estos pacientes son más proclives a adoptar conductas potencialmente peligrosas. Sus ansias de experimentación unidas a que muchos presentan frustraciones subyacentes, inseguridades y necesidad de ser aceptados les lleva a intentar destacar por ser los más temerarios. Así tenemos que estar al tanto de conductas sexuales irresponsables, abuso de sustancias o actividades que implican riesgo físico. Aunque el manejo depende de muchos factores como el momento del diagnóstico, si están o no tratados, si asisten a terapia, el nivel educacional de los padres o si los pacientes tienen otras enfermedades psiquiátricas o psicológicas asociadas. Incluso hay familias en las que influye el hecho de que uno de los padres también padezca TDAH, en muchos casos sin diagnosticar. Eso hace que el abordaje de cada caso sea diferente.

Los adolescentes son, en general, más rebeldes y reacios a la cooperación o al reconocimiento de síntomas. Viven el proceso diagnóstico como una forma más de intento de control externo. Por todo ello, recomienda que en todo momento se le dé al adolescente toda la información sobre el trastorno que padece y se respondan todas sus dudas. Asimismo, se deben explicar los beneficios y posibles efectos adversos de los fármacos utilizados.

Fuentes: Compilador

martes, 20 de marzo de 2018

¿Cómo Afrontar la Muerte de un Hijo?

La muerte de un hijo deja una huella de dolor que por siempre estará gravada en el corazón de sus padres. Una parte de ellos se va junto a su hijo mientras que el futuro cambia para siempre, no sólo pierden su presencia física sino también todos los sueños, proyectos y expectativas que tenían en mente desde antes que naciera.
"El corazón está preparado para separarse de sus padres, nunca de sus hijos. Sin embargo, aunque no lo creas, es posible superar el dolor". 

Los padres se cuestionan si la vida tendrá algún sentido mientras se preguntan: “¿Cómo voy a hacer para sobrevivir al dolor de su ausencia?”. El enojo se apodera de ellos como un huracán que desea arrasar con todo lo que encuentra a su paso, entonces Dios, los médicos, su pareja e inclusive ellos mismos se convierten en blanco de ataques por no poder haber evitado esta muerte. Adonde cada padre afrontará este duelo de manera absolutamente personal dependiendo de su historia familiar, experiencias previas de duelo y el vínculo que lo unía a su hijo, cada uno construirá su propio camino de sanación. Es posible que esto traiga tensiones en la dinámica familiar afectando a la armonía de la pareja, las emociones están a flor de piel mientras que la irritación y la culpa surgen con una fuerza inusitada. Sin embargo, tu dolor es tan profundo como lo es para tu pareja, sólo que él o ella lo enfrenta y expresa de un modo distinto. Brindarle a cada miembro de la familia el espacio que necesita para hacer su duelo es tan importante como ser pacientes entre ustedes mismos para así construir espacios de comunicación en donde sea posible hablar libremente de sus sentimientos. En este sentido, podemos distinguir algunas estrategias de afrontamiento saludables que te permitirán transitar este duelo lo mejor posible para así construir con tu hijo fallecido un nuevo vínculo basado en el amor y los gratos momentos que han compartido juntos.

La muerte de un hijo es una pérdida significativa y permanente, por lo que el gran desafío para los padres en duelo es aprender a sobrellevar el dolor de esta ausencia obligándolos a repensar sus prioridades. El sentido de vida que hasta ahora te guiaba se ha destruido por lo que lentamente debes recoger los pedazos de esta vida que ha sido destrozada para encontrar nuevas fortalezas que te permitan construir un nuevo propósito.

Sé que ahora parece difícil, pero procura ser paciente con estas emociones. Cada uno de los momentos que has compartido con él o ella vivirán por siempre en tu corazón, después de todo, fue él o ella quien te ha enseñado sobre este amor incomparable que formará parte de ti eternamente.

Si bien cada padre llevará un camino de duelo individual en donde tú, tu pareja, tus hijos sobrevivientes y familiares procesarán este dolor en distintos tiempos y maneras, es posible reconocer algunas emociones, síntomas físicos así como cambios en el sistema de creencias que son frecuentes tras la pérdida de un hijo, como por ejemplo:
  • Emociones. Fuerte shock, entumecimiento y negación durante los días posteriores a esta pérdida que comienzan a atenuarse con el paso del tiempo. Se experimenta una gran sensación de confusión, tristeza y desesperación que imposibilita al doliente realizar las tareas cotidianas, así como un fuerte impulso de sobreproteger a sus hijos sobrevivientes, o temor a estar solo frente a un mundo que se muestra potencialmente peligroso. También es usual sentir culpa y enojo por no haber podido cumplir con su rol protector de padres, se suele pasar gran tiempo pensando en lo que podría haber sucedido si se hacían o decían las cosas de un modo distinto. Este sentimiento de enojo se traduce también en un resentimiento hacia los padres que disfrutan de sus hijos sanos, la vida pareciera ya no tener sentido por lo que viven una intensa soledad y aislamiento aún cuando están rodeados de otras personas. Es que sienten que nadie puede realmente comprender la magnitud del dolor que ha dejado esta pérdida. 
  • Salud Física. Debido al fuerte estrés físico y emocional que implica esta pérdida, el sistema inmune de los padres en duelo se encuentra notablemente debilitado por lo que suelen mostrar trastornos del sueño y la alimentación, opresión en el pecho, pérdida de la memoria, falta de deseo sexual, agotamiento físico y desgano por las responsabilidades laborales y domésticas, ausencia de concentración, dolores de cabeza intensos, boca seca, irritabilidad a los ruidos, somatización de la enfermedad que padecía su hijo y estómago vacío. No es para nada recomendable el consumo de alcohol, drogas y/o medicamentos con el objeto de evadir estas manifestaciones de duelo por lo que es primordial consultar con el médico de la familia ante cualquier inquietud. 
  • Sistema de Creencias. La muerte de un hijo pone a los padres frente a una profunda crisis vital que los lleva a revisar no sólo el sistema de valores que hasta entonces los guiaba, sino también, los principios filosóficos y espirituales que creían incuestionables. Algunos encontrarán en la fe un refugio en donde tomar fuerzas para seguir adelante mientras que otros están enojados con Dios y se alejaran definitiva o provisoriamente de su religión. Es importante permitirse evaluar nuevamente sus prioridades, así como expresar estos cambios con el fin de construir lentamente un nuevo sentido de vida.
  • Pensamientos. Tras la muerte de un hijo, la mente se encuentra absolutamente enfocada en comprender esta pérdida abrumadora por lo que es usual mostrar un bajo rendimiento en el trabajo, así como también una fuerte falta de concentración que afecta a las tareas cotidianas. Es que la cabeza de los padres en duelo vaga de un pensamiento en otro intentando buscar explicaciones frente a esta ausencia física. En este sentido, es posible olvidarse de algunas responsabilidades diarias así como también tener la sensación de perder habilidades que te permitían hacer las tareas con facilidad.
Por otro lado, durante los primeros días y/o semanas de duelo es frecuente que sientas una gran desorientación respecto a esta nueva realidad, el mundo se muestra absolutamente irreal y abrumador. Inclusive durante los primeros meses es posible que tengas alucinaciones auditivas, olfativas y/o visuales en las que puedes sentir el aroma del perfume de tu hijo, escuchar su voz y/o verlo en la calle o en la casa.

Es importante señalar que todas estas reacciones son absolutamente normales durante este proceso de duelo. Sin embargo, a medida que se trabaja el dolor, los padres deben ir notando leves pero importantes mejoras en las que estas reacciones lentamente se van atenuando. Recuerda que no hay fechas ni plazos para el duelo, habrá días de mayor calma y otros de mayor tristeza. Esto no es un retroceso en tu duelo, es una reacción absolutamente normal por lo que debes permitirte expresar las emociones que surjan y así trabajar tu duelo.

Por qué se complica el duelo por un hijo

Una posible respuesta a esta pregunta es que, detrás del duelo no resuelto o cronificado, esté esa idea preconcebida de que un padre no debe sobrevivir a un hijo, que un padre o una madre no tiene derecho a volver a ser feliz después de una pérdida así. Quizás por esto muchos de los padres que han sobrevivido a la muerte de un hijo y lo han superado experimentan un cierto pudor. Otra posibilidad es que al duelo por la muerte de un hijo se le sumen bloqueos o vacíos que el hijo llenaba o que la pérdida haya sido muy traumática o que en ese momento no tenga espacio en el esquema mental de la persona que vive la pérdida la muerte. Porque, en principio, la pérdida de un hijo se puede superar.

Recomendaciones para las parejas en duelo

Es esencial comprender que cada persona tendrá una respuesta personal frente a la pérdida basada en el vínculo que lo unía con su hijo, sus propias herramientas personales de afrontamiento y las expectativas culturales que caracterizan a su género, entre otros múltiples factores. Que no haga su duelo de igual modo que tú no significa que esta pérdida no le interese o no le duela. Es importante evitar juzgar al otro padre por cómo elabora su duelo. Construye una comunicación clara y abierta con tu pareja en la que cada uno se sienta cómodo de expresar al otro sus sentimientos, temores y desafíos. Cuando la pareja respeta el duelo del otro y se apoyan entre sí, se logra crear una relación de mayor entendimiento mutuo y empatía.

La mejor manera de cuidar de la pareja es cuidando de ti mismo individualmente. Permítete tener tus momentos en soledad pero también trabaja cada día para mantener una comunicación abierta y honesta con tu pareja para que cada uno sepa que el uno está para el otro cuando requiera de compañía, comprensión y escucha. Tómate un tiempo para hablar y escuchar realmente lo que le sucede a tu pareja reconociendo que, si bien es importante llorar juntos, también es vital buscar espacios de contención adicionales fuera del matrimonio para encontrar consuelo. Por ejemplo, los grupos de ayuda mutua, terapeutas especialistas en duelo, redes de amigos y familiares, instituciones religiosas, etc.

Tras esta ausencia, sentimos que no queda nada que dar incluso a la pareja. No puedes satisfacer tus propias necesidades por lo que menos aún sientes que puedes ocuparte de las necesidades de otra persona. Cada uno de los cónyuges está concentrado en sus sentimientos, sus necesidades y sus tiempos, por lo que tienen poca energía para invertir en otros seres queridos. 

La terapia de pareja así como también las sesiones psicológicas individuales permiten conocernos más a nosotros mismos, adaptarnos a los cambios implicados en esta pérdida, así como también, reflexionar sobre las tensiones que se producen en la pareja debido a esta ausencia física.

Suponer que una pareja en duelo está condenada a la separación es una mirada pesimista que muchas veces no coincide con la realidad. Sin embargo, una mirada más acorde sería advertir las señales de peligro que conlleva este duelo.

El dolor por la pérdida es tan física y emocionalmente agotador que muchos padres en duelo no tienen la energía suficiente para hacer que su matrimonio funcione. Por supuesto, esto no significa que el amor se haya esfumado sino que todos tus esfuerzos se encuentran concentrados en comprender esta ausencia. Por lo tanto, el acompañamiento terapéutico así como la comprensión y respeto mutuo los ayudará a aceptar no sólo que cada uno de ellos tiene una nueva identidad bajo la cual deben reconstruir su vínculo sino que, además es esencial validar la respuesta individual que cada uno de ellos manifiesta frente a esta pena.

Personas que han sufrido esta amarga experiencia, espero nos ayuden a compartir su historia y ayudar a otras personas a entender y procesar el dolor de la pérdida, que no "desaparecerá nunca jamás".... 

Fuente: Manejo del duelo

lunes, 19 de marzo de 2018

Cambiar tus pensamientos

Nunca será suficiente recalcar una y otra vez la importancia que tiene el vigilar nuestros pensamientos, pues los mismos son los que pueden mejorar la calidad de nuestra vida. Te ofrezco ahora la posibilidad de cambiar y transformar tus pensamientos negativos en pensamientos positivos.
Las 10 Reglas de Oro para Cambiar tus Pensamientos y Mejorar tu Vida
  1. Cuida tu mente. Rodéate de personas y cosas que te hagan sentir bien, que te aporten crecimiento y positivismo. Evita estímulos negativos, vengan de donde vengan. Tu mente es demasiado maravillosa como para contaminarla. La negatividad de la que se empapa tu mente te reporta luego un sinfín de pensamientos negativos en ella.
  2. Crea tus propios patrones de pensamientos para alimentar tus creencias. Esto es, utiliza afirmaciones si quieres fabricadas por ti mismo. Frases que te digas a ti mismo y te reporten beneficio psicológico.
  3. Serena y calma tu mente. En ella se fabrican tus pensamientos, la mayor parte del tiempo de forma automática y repetitiva. Se comporta como un animal salvaje, después de muchos años de haber descuidado su vigilancia. Tienes que volver a ser el dueño de tu mente y de tus pensamientos.
  4. La disciplina y el autodominio hacen posible que tu mente este bajo tu control. Tienes que ser perseverante y cuando veas que aparecen pensamientos negativos corregirlos rápidamente y tantas veces como haga falta por pensamientos opuestos positivos.
  5. Rectitud en la palabra. Como hablas es un reflejo de tus pensamientos más profundos. Presta atención a como hablas y date cuenta de cuando lo que dices no ayuda a que te sientas realmente bien. En esos casos aprende de tus palabras para en otra ocasión cambiarlas por otras que te hagan sentir bien.
  6. Rectitud en la acción. Da ejemplo con cada acción, siéntete a gusto de cómo eres y de cómo actúas. Compórtate como lo haría la mejor versión de la persona que quieres llegar a ser.
  7. Vive en el ahora. Siente el presente. De este modo tu mente se calla, se apacigua y es más fácil de utilizar. Cuando sea necesario su uso, surgirá un pensamiento limpio y nuevo, único y lleno de energía positiva, lleno de la agudeza que requiera la situación.
  8. Si eres capaz de hacer un poco más feliz a cada persona con la que interactúas en el día, estás sembrando un campo entero de pensamientos positivos en tu mente. No hace falta mucho esfuerzo, muchas veces basta con una sincera sonrisa.
  9. No te puedes permitir el lujo del miedo, el estrés o la ansiedad, ni un solo día de tu vida. Un día que vives bajo estos términos supone un montón de pensamientos negativos en tu mente.
  10. Fíjate en todas aquellas virtudes que encuentres en los demás y hazlas tuyas. Por contrario guárdate las críticas hacia tus semejantes, y descúbrelas en tu interior pues seguro están ahí, si no jamás te hubieran molestado.
Se capaz de seguir estas 10 reglas y aplicarlas diariamente.


Fuente: Red 

viernes, 16 de marzo de 2018

Bullying: Evitar los Abusos del Acoso Escolar es cosa de Todos

Agresiones físicas, como golpes, zarandeos o zancadillas, pero también psicológicas como coacciones, hostigamiento, insultos o amenazas, son las armas que suelen utilizar los acosadores para menoscabar la voluntad y la autoestima del acosado, así como para facilitar los sentimientos de exclusión, marginación y aislamiento social.
Actualmente se están implementando medidas desde las instituciones educativas, tanto para prevenir el acoso escolar o bullying, como para concienciar a los posibles implicados, facilitar las denuncias, y evitar que siga manteniéndose la conducta de acoso. Para ello, lo primero que hay que hacer es comunicar el hecho al centro educativo para que tenga constancia de la situación y busque una solución para cortar el círculo vicioso del acoso.

Consecuencias del acoso escolar o bullying

El primer síntoma que provoca el acoso escolar o bullying en los afectados es precisamente que no quieren ir al colegio, para evitar ser objeto de abuso y maltrato por parte de sus compañeros. Se produce así una pérdida de interés por realizar actividades relacionadas con el centro educativo, y el rendimiento escolar y, consecuentemente, las calificaciones, se ven afectados de forma significativa, hasta el punto de que la víctima puede llegar a tener que repetir curso por ello.

Con posterioridad, y debido al acoso prolongado, se van a producir otra serie de consecuencias como son:
  • Síntomas asociados al estrés continuado, como ansiedad, problemas para conciliar el sueño, irritabilidad, y ataques de ira sin que medie causa que lo justifique.
  • Síntomas asociados a la baja autoestima y a la depresión, como pérdida de apetito, falta de interés por las actividades que antes le resultaban atractivas (anhedonía), comportamientos de evitación de situaciones sociales –lo que le puede llevar a encerrarse en casa–, y llanto continuado.
  • Síntomas somatizados, como dolor de barriga, pecho o cabeza, náuseas y vómitos.
También se ha observado que estos pequeños cuando crecen pueden convertirse a su vez en maltratadores de otros compañeros de menor edad, o incluso de su pareja. Estas secuelas van a hacer que al llegar a adulto tenga:
  • Más riesgo de consumir sustancias ilegales.
  • Mayor propensión a participar en peleas o a llevar a cabo actos delictivos.
  • Tendencia a no responsabilizarse de las consecuencias de sus actos.
  • Falta de empatía, por lo que no tienen en cuenta los sentimientos de otras personas.
  • Problemas a la hora de establecer relaciones con los demás, sobre todo en la intimidad.
  • Todo lo anterior se debe al efecto que produce en el acosado una situación de amenaza y coacción continuada en el tiempo, en una época tan delicada como es la de la formación de la personalidad y de las primeras experiencias con el sexo contrario.
Consejos para los padres de la víctima de acoso escolar

En el caso de que los padres identifiquen cambios en su hijo, o le noten triste o preocupado, pero todavía desconozcan la existencia de la situación de acoso, se aconseja lo siguiente:
  • Deben de escuchar a su hijo sin juzgarlo; si el menor viene a casa diciendo que se ha peleado o que le han pegado, no tienen que recriminarle por ello ya que, si lo hacen, la próxima vez no dirá nada.
  • Es conveniente que de vez en cuando le pregunten sobre sus relaciones en la escuela, y no sólo sobre la evolución de sus calificaciones, de forma que puedan detectar si tiene alguna dificultad en sus relaciones con sus compañeros.
  • Es aconsejable hablar periódicamente con el profesor o tutor del pequeño, para interesarse sobre cómo van sus estudios, pero también informarse sobre qué tal le va con el resto de sus compañeros.
  • Una vez que se detecta que algo no va bien, hay que tratar de hablar con el niño, con el tutor o con el profesor, de forma que se esclarezca la situación.
Cuando ya se conoce que existe acoso, las medidas que deben adoptar los padres son:
  • No minimizar ni menospreciar los percances que su hijo pueda sufrir en la escuela, pensando que es una chiquillada, o que con el tiempo se resolverá espontáneamente.
  • Tratar de proteger al menor de las situaciones en donde se produzca el acoso, por ejemplo de vuelta a casa, recogiéndole a la salida de la escuela.
  • Hacer que el niño se sienta cómodo, de forma que pueda comentar siempre que quiera o lo necesite, tanto lo que le pasa, como lo que le hace sentir, ya que es en este segundo aspecto donde se puede intervenir.
  • Procurar que el pequeño no pierda el curso, ayudándole si es necesario con clases particulares, ya que ver cómo los demás progresan y él no, iría en contra de su autoestima.
  • Llevarle a un orientador o psicólogo para que reciba ayuda terapéutica, no con la idea de que el menor tiene un trastorno psicológico, sino precisamente para evitar que lo pueda desarrollar en un futuro debido a la situación que se ve obligado a sufrir.
Indicadores para que los padres detecten el bullying
  • Uno de los indicadores más vistosos son la aparición de arañazos o golpes con una explicación poco convincente, más si van apareciendo con frecuencia.
  • Pueden llegar a casa con el material escolar estropeado o perdido, con la ropa desordenada o dañada.
  • Los domingos por la noche y los lunes por la mañana suelen ser días de muchos nervios que pueden manifestarse a través de problemas con la comida, problemas para dormir o tienen más pesadillas, estar más nervioso de lo habitual, enfermarse (dolor de estómago, de cabeza, encontrarse mal..).
  • Pueden llevar comida de más para el recreo, o dinero extra o incluso robarlo en casa para poder pagar a los agresores.
  • No suelen ser invitados a las fiestas de cumpleaños de los demás, parece que no tienen amigos y no suele salir con nadie de clase.
  • Parecen tristes y cansados, infelices cuando creen que uno no les mira.
Consejos para los profesores ante el acoso escolar

La intervención de los profesores es muy importante a la hora de detectar y corregir una situación de acoso escolar, por ello deben:
  • Estar atentos a los cambios en el rendimiento de sus alumnos, tanto en cuanto a atención en clase como a sus resultados, ya que son uno de los índices más claros de que algo no funciona como debiera.
  • Observar si algún niño se queda aislado dentro de la clase; es decir, no interactúa con los demás, pues será signo de que algo le sucede en el ámbito de las relaciones sociales.
  • No permitir dentro de su clase, ni en su presencia, que se rían de ninguno de sus alumnos, pues eso puede ayudar a reforzar el sentimiento de grupo en contra de uno de ellos.
  • Evitar que se produzcan tensiones o competencias no sanas entre compañeros, ya que pueden facilitar la aparición de situaciones de acoso fuera del aula.
  • Tratar de elogiar a los alumnos por igual, ya que el reforzamiento sobre uno o unos pocos puede hacer florecer los celos del resto, pudiendo convertir así a los primeros en objeto de envidia para el resto del grupo.
  • Frenar cualquier tipo de agresión, mediante indicación verbal y, si se repite, remitiendo el caso a la dirección o al orientador para que intervenga, de forma que no entorpezca el normal desarrollo de las clases.
Indicadores para profesores
  • Los alumnos suelen ser etiquetados con motes denigrantes, se les hacen bromas de manera constante para ridiculizarlos ante los demás, sufren conductas intimidatorias que a veces pueden pasar desapercibidas.
  • Son niños y adolescentes que suelen estar solos, aislados y que nadie quiere estar con ellos en los grupos, ni de trabajo ni social.
  • Cuando se les vé en una pelea suele ser llamativo porque nunca ha dado señales de ser agresivo.
  • El material escolar suele aparecer deteriorado, incluso pueden perderlo con frecuencia y las excusas que dan en casa o en clase son muy pobres.
  • Todo ello puede derivar en que cada vez aparezcan más sentimientos y pensamientos depresivos, se sientan decaídos y con falta de motivación para ir a clase o intentar aprender algo. Suelen ser inseguros, prefieren no hablar en voz alta en clase ni participar, intentando pasar desapercibidos y cuando les toca pueden mostrarse ansiosos.
  • Son profundamente infelices pues, aunque parezca que el acoso ha terminado durante un tiempo, no entienden por qué ha ocurrido y viven con el temor de si no volverá a producirse en cualquier momento.
Consejos para los amigos de una víctima de acoso escolar

Los amigos del acosado también pueden ayudar:
  • Deben procurar, si son testigos de algún tipo de agresividad, comunicarlo a un adulto inmediatamente, para que éste pueda intervenir al respecto.
  • No se hace ningún bien ayudando al amigo acosado a ocultarlo, ya que con esta actitud aumenta el sentimiento de impunidad del acosador.
  • No es preciso enfrentarse al acosador, pues este comportamiento, lejos de solucionar el problema, puede provocar que se meta con su víctima con más ganas todavía.
  • Intentar no dejar sólo al amigo acosado en aquellas circunstancias en que se produce la agresión, ya que es más difícil que el acosador arremeta contra dos o tres personas a la vez.
  • Tratar de que el amigo acosado no se encierre en sí mismo, e intentar que tenga momentos de esparcimiento en los que se encuentre a gusto y se libere de las tensiones provocadas por el acoso.
A parte de la intervención terapéutica, tanto sobre el menor acosado, es fundamental realizar una intervención terapéutica sobre el acosador, ya que si no se hace nada al respecto, buscará a otra persona sobre el que iniciar una nueva cadena de abusos.



Fuentes: Wed

martes, 6 de marzo de 2018

Diabetes y Salud Mental: La importancia de la Ayuda Psicológica

La carga de salud mental a la que los pacientes con diabetes se enfrentan es preocupante.
Entre los pacientes con diabetes tipo 2, aquellos con síntomas depresivos tienden a estresarse con mayor facilidad, lo que lleva a un aumento en la negatividad de la persona, que, a su vez, hace que la persona afectada acabe viendo modificado su comportamiento y su estado de ánimo. La depresión y la ansiedad también pueden conducir a otros problemas de salud aparentemente no relacionados.  Hay incluso un rasgo de personalidad específico atribuido a la diabetes tipo 2, conocido como el Tipo D (distressed personality), que en español significa “personalidad angustiada”. Los pacientes diabéticos tipo 2 con la personalidad Tipo D cada vez se sienten más solos. Además, aumenta el estrés y la angustia emocional.

La ayuda psicológica, clave para el tratamiento integral de la diabetes II. Mejora el manejo de la ansiedad y el estrés tras el diagnóstico, facilita el cambio de hábitos y el fomenta el autocuidado.
Incertidumbre, miedo, ansiedad o enfado, estrés o depresión son algunas de las reacciones que siguen al diagnóstico de diabetes tipo II. Por eso, además del tratamiento médico, el psicológico es fundamental para combatir esta patología, ya que entre otros aspectos mejora la adherencia al tratamiento y la aceptación de la misma por parte del paciente, y como objetivo de la intervención psicológica está lograr un cambio de hábitos de vida física e emocional, es precisamente uno de los aspectos más difícil de manejar, y aquí la ayuda del psicólogo puede ser decisiva.

“Al tratarse de una patología crónica, es fundamental que este apoyo se mantenga a lo largo del tiempo y se adapte a cada etapa de vida del paciente”. Y es que como profesionales de la psicología tenemos un papel importante a la hora de dar pautas que permitan aceptar la nueva situación a que da lugar la enfermedad y a convivir con ella.

Diversas investigaciones científicas han descubierto múltiples factores psicológicos relacionados con la diabetes como la incertidumbre sobre posibles complicaciones futuras, miedo a las hipoglucemias, alteraciones en el estilo de vida de las personas afectadas, dificultad en las relaciones sociales y de pareja, entre otras. La labor del psicólogo clínico se centra en enseñar al paciente a adquirir hábitos saludables; disminuir el miedo, ansiedad, tristeza y otras emociones negativas que puedan aparecer; mejorar la comunicación con sus familiares y amigos y controlar los niveles de estrés para lograr mejorar su calidad de vida tanto física como emocional.

Las personas que tuvieron ayuda psicológica consideran que fue de mucha utilidad o bastante utilidad. Entre los pacientes que no contaron con este tipo de ayuda, uno de cada tres considera que les hubiera ayudado a aceptar la enfermedad y a realizar cambios en los hábitos de vida.

Aspectos psicológicos de la diabetes: ¿Cómo afecta a nuestra calidad de vida?

  • Aparecen síntomas que afectan al funcionamiento diario: malestar en el estómago, cansancio, picazón, infecciones frecuentes en piel, encía o vejiga.
  • Controles médicos. Análisis.
  • Cambios en la alimentación. Restricciones.
  • Necesidad de realizar actividad física.
  • Necesidad de controlar niveles de glucosa.
  • Disfunciones sexuales, etc.
  • Emociones negativas: preocupación, tristeza, angustia, etc.
Fases de adaptación. Como en toda enfermedad crónica se puede pasar por distintas fases: negación-rebeldía-negociación-depresión-aceptación.

Aspectos psicológicos de la diabetes: Recomendaciones 
  1. Ante el diagnóstico de diabetes, infórmate o actúa de manera activa para afrontar tu enfermedad, con tu médico, asociaciones de diabetes o lecturas especializadas. Ten un papel activo ante tu enfermedad.
  2. Resuelve tus dudas con tu médico. Existen creencias erróneas tales como: (1) si tengo poco azúcar no soy diabético, (2) como no me pongo insulina no soy diabético, (3) de los alimentos para diabéticos puedo comer de todo, (4) si me pongo insulina puedo comer de todo, etc.
  3. Sigue una dieta saludable, equilibrada, variada, ordenada y suficiente, de forma habitual. Lo ideal: comer con control. Consulta a tu especialista si tienes dudas.
  4. Controla tu peso. El exceso de peso empeora el curso de la diabetes y acarrea otras enfermedades como hipertensión.
  5. Muévete. Realiza algún ejercicio físico que te agrade con regularidad y lleva una vida diaria activa. Está demostrado que caminar 30-40 minutos es beneficioso.
  6. Evita el consumo de tabaco ya que minimizas el riesgo de sufrir complicaciones. El hábito de fumar es el principal factor de riesgo evitable.
  7. Implícate en tu autocuidado, manteniendo los niveles adecuados de glucosa, pues incrementarás tu esperanza de vida.
  8. Un estado de ánimo estable y adecuado minimiza las posibilidades de que aparezcan más complicaciones. La ansiedad, tristeza y otras emociones negativas pueden provocar un peor control del nivel de glucosa.
  9. A veces, enfermedades como la diabetes pueden producir alteraciones temporales en nuestro deseo sexual. El apoyo psicológico puede ayudarte a afrontar y actuar sobre tu problema.
  10. Aprende a aceptar tu diabetes. Expresa cómo te sientes. Apóyate en tu familia, pareja y amigos. Es una buena forma de afrontar tu enfermedad. Si no puedes tú solo, si te sientes mal, el psicólogo especialista te puede ayudar.
El psicólogo clínico en los casos de enfermedades crónicas como la diabetes actúa teniendo en cuenta el marco de la psicología de la salud, que se contempla desde un modelo biopsicosocial sin dejar de lado el tratamiento desde el punto de vista emocional.

A modo de resumen, el papel del psicólogo clínico tendrá especial importancia en:
  1. La intervención para ayudar al paciente a la aceptación del diagnóstico y a la generación de un cambio en su comportamiento, adquiriendo una serie de habilidades que muchas veces exigen la modificación de hábitos anteriores.
  2. La concienciación de la importancia que tiene el seguimiento correcto de su tratamiento.
  3. El favorecimiento de los cambios necesarios en la dieta, el plan de ejercicio que pueda recomendar su médico y la administración de la insulina (existen programas para facilitar la adhesión diabetológica, basados en programas educativos o de modificación de conducta).
  4. La adaptación a un nuevo estilo de vida, como cambios y restricciones en la dieta, ejercicio físico y control de situaciones cotidianas estresantes que pueden ocasionar, por lo demás, sintomatología depresiva o ansiosa, miedos, frustraciones, sentimientos de rabia, irritabilidad, etc.
  5. La intervención en las diferentes dinámicas familiares que pueden surgir.
La propia dinámica de la enfermedad puede contribuir a la manifestación de estos problemas psicológicos. En este sentido, la actuación del profesional de la psicología tendrá que tener muy presente el diagnóstico y la evolución de la diabetes del paciente, tanto si es el desencadenante o no del trastorno, intervenir favoreciendo la adhesión correcta al tratamiento y trabajando con los problemas que se manifiesten específicamente en el área de la psicología.

El psicólogo clínico también debe tener en cuenta la influencia del estrés en la diabetes, las diferentes emociones que el paciente tiene que gestionar y la gran variabilidad de rasgos o tendencias de personalidad que pueden presentarse, tanto si se trata de niños o de adultos.

La psicología no debe ser el tratamiento olvidado en el tratamiento de la Diabetes



Fuente: Red, investigación y aporte personales.