sábado, 14 de julio de 2012

Complejos

En este blog describiremos algunos complejos de una forma breve sin tanto terminismo.
La palabra complejo fue aplicada por primera vez a la psicología por Carl G. Jung y popularizada por la discusión del psicoanálisis freudiano, constituye moneda corriente en el tráfico del idioma. Jung los definía "como un conjunto de ideas con una carga emocional muy elevada que nos pauta una forma de ser".

Junto a los complejos de conocimiento más difundido, existen otros que poseen la particularidad de llevar el nombre de personajes históricos, figuras mitológicas o protagonistas de obras literarias o bíblicas como por ejemplo:
Complejo de Edipo
En psicoanálisis, el Complejo de Edipo, a veces también denominado conflicto edípico, se refiere al agregado complejo de emociones y sentimientos infantiles caracterizados por la presencia simultánea y ambivalente de deseos amorosos y hostiles hacia los progenitores. Se trata de un concepto central de la teoría psicoanalítica de Sigmund Freud, expuesto por primera vez dentro de los marcos de su primera tópica. En términos generales, Freud define el complejo de Edipo como el deseo inconsciente de mantener una relación sexual (incestuosa) con el progenitor del sexo opuesto y de eliminar al padre del mismo sexo (parricidio) entre las fases del desarrollo libidinal.
El complejo de Edipo es la «representación inconsciente a través de la que se expresa el deseo sexual o amoroso del niño». Freud describe dos constelaciones distintas en las que se puede presentar el conflicto edípico:
  • Complejo de Edipo positivo: odio o rivalidad hacia el progenitor del mismo sexo y atracción sexual hacia el progenitor del sexo opuesto.
  • Complejo de Edipo negativo: amor hacia el progenitor del mismo sexo, así como rivalidad y rechazo hacia el progenitor del sexo opuesto.
La teoría de Freud distingue el período de manifestación del complejo de Edipo coincidente con la llamada fase fálica del desarrollo de la libido, es decir aproximadamente entre los 3 y los 6 años de edad y se acaba con la entrada en el período de latencia. De acuerdo con la teoría freudiana, el complejo se revive en la pubertad y esta reaparición declinaría a su vez con la elección de objeto, que abre paso a la sexualidad adulta.
Complejo de Electra
Es el término propuesto por Carl Gustav Jung en 1912 para designar la contrapartida femenina del complejo de Edipo. Consiste en una atracción afectiva de la niña en la figura del padre. El complejo de Electra es un concepto psicológico que procura explicar la maduración de la mujer.
Según Jung, el Complejo de Electra es algo muy común a todas las niñas en algún momento de la infancia aunque, en algunas ocasiones, va más allá. La fijación afectiva o enamoramiento hacia el padre puede generar una situación de rivalidad con la madre. Se supone que es una dinámica normal en el desarrollo de las pequeñas, que puede observarse a partir de los 3 años y que en un plazo de dos años suele resolverse de forma natural.
Al contrario que en los niños, esta circunstancia es menos clara y pasa más inadvertida puesto que las niñas tienen un vínculo muy estrecho con las madres, lo que les dificulta mantener la competitividad con esta.
En las manifestaciones mejor resueltas se produce una predilección de la niña hacia su progenitor. Sin embargo, en los casos patológicos se puede producir lo contrario: que la niña rechace al padre al sentirse defraudada por haberla rechazado.
Complejo de Castración
El complejo de castración es un concepto perteneciente al psicoanálisis y refiere a una estructura que irrumpe en el psiquismo humano a edad temprana, en íntima relación con el Complejo de Edipo, Básicamente, se trata en el varón del miedo a la pérdida del falo (más allá del pene, en tanto representación de poder, superioridad y posibilidad de reunificación con la madre) o mas bien en su simbolismo de cortar el vinculo afectivo de la madre a manos de su padre y en la mujer a la constatación de que "ha sido castrada". El concepto fue descrito por Sigmund Freud por primera vez en 1908 en el texto "Teorías Sexuales Infantiles", aunque había sido previamente referido ambiguamente en 1900 en "La interpretación de los sueños" como amenaza de castración.
Complejo de inferioridad
Sensación de desamparo por vivencias infantiles encausadas por un sentimiento de abandono.
Complejo de superioridad
Reacción de compensación frente al complejo de inferioridad, por medio de un enmascaramiento de su inseguridad con una falsa envoltura de superioridad e hipervaloración del mismo.
Complejo de Agar y Sara
Este complejo lo sufren los varones que tienden, de forma inconsciente o no, a clasificar a las mujeres en dos grupos: el grupo de las mujeres buenas, puras e intocables a semejanza de la madre y a las malas, aptas para la satisfacción sexual, pero indignas de recibir el amor de un hombre.
Complejo de Agripina
Tiene el mismo significado que el complejo de Edipo, con la diferencia que en la leyenda del rey de Tebas, éste desconocía que estaba cometiendo incesto. Agripina, en cambio, si intentó abiertamente seducir a su hijo Nerón.
Complejo de Alejandro
El Complejo de Alejandro es un resentimiento del hijo hacia el padre, ya que el padre no deja "avanzar" al hijo hacia sus logros profesionales. Este complejo viene de Alejandro Magno que en una ocasión cuando su padre, Filipo de Macedonia, vino a celebrar sus triunfos bélicos él exclamó: "Mi padre no me deja ya nada por conquistar".
Complejo de Antígona
Según la mitología griega, Antígona, hija de Edipo y Yocasta, dedicó toda su vida al cuidado de sus progenitores. El complejo describe una fijación excesiva en la figura de la madre e incapacidad para aceptar las leyes de la vida y del amor.
Complejo de Aquiles
Es el intento de ocultar la propia debilidad tras la apariencia de invulnerabilidad y de heroísmo. Aquiles, héroe del poema mitológico de "La Ilíada", se dice que fue sumergido por su madre en la laguna Estigia para lograr que su cuerpo quedara inmune a las heridas; sin embargo, el talón, por donde lo sujetaba su madre, no logró ser bañado por el agua mágica y permaneció vulnerable. El término fue utilizado por primera vez por el escritor francés Pierre Audiat.
Complejo de Culpa
El complejo de culpa no es más que una auto-desvalorización, es una situación donde se culpabiliza en y de cualquier situación.
Complejo de Aristóteles
Aristóteles, fue un eminente filósofo griego del s. IV a.C., fue discípulo de Platón y tutor de Alejandro Magno. Sus escritos enciclopédicos sentaron los cimientos de todas las ciencias y ramas de la filosofía.
Aristóteles siempre tuvo una visión distinta a la de Platón, sobre la teoría de la naturaleza humana, y en más de una ocasión, Aristóteles tuvo discusiones con su maestro, ya que intentó imponerle su teoría, o sea, hacerle creer que la teoría correcta era la suya. De ahí que a la muerte de Platón abandonara Atenas. Se fue a Assos, porque no estaba de acuerdo con las doctrinas fundamentales de la escuela platónica y allí, comenzó una crítica hacia el platonismo.
El complejo de Aristóteles, es intentar imponer tu propia teoría sobre cualquier cosa a alguien que por el momento es mejor que tú y no estar conforme con sus enseñanzas o sea, creerse mejor que él y tener obsesión por superarle.
Complejo de Bovary o Complejo de Quimera
Consiste en la alteración del sentido de la realidad, gracias a la cual el trastornado se considera otra persona distinta de la que realmente es. Ahora mejor conocido como trastornos disociativo. Llamado más corrientemente "bovarismo", deriva de la famosa novela de Gustave Flaubert "Madame Bovary". Introdujo el término el psicólogo francés Jules de Gaultier, antes del advenimiento de Freud y del psicoanálisis.
Complejo de Brummel
Explica el hecho que una excesiva elegancia en el vestir compensa en el fondo un fuerte sentimiento de inferioridad. El nombre recuerda a Jorge Brummer ( 1778-1840 ), dandy famoso de la Corte de Inglaterra, que actuó como un verdadero dictador de la moda de su tiempo.
Complejo de Brunilda
Tendencia de las jóvenes a querer ver en su novio un superhombre o un héroe, sobrevaloración que después del matrimonio se cambia en una desvalorización absoluta. En el caso, el hombre sigue siendo el mismo, cambia sólo la actitud de la mujer. En la leyenda germánica la walkiria Brunilda sólo se muestra dispuesta a casarse con un varón capaz de vencerla en toda clase de ejercicios físicos. Mediante un engaño Sigfrido logra vencerla y conquistarla. Brunilda descubre el engaño y exige la muerte del ofensor.
Complejo de Caín
La figura bíblica de Caín se invoca para caracterizar la peculiar psicología del primogénito, un niño celoso del hijo segundo a quien considera como un "intruso" y un rival. Al de Caín se opone el complejo de Abel. El psicólogo francés Charles Badouin, el primero en usar el término escribe: "El niño al que le cabe en suerte un hermanito o una hermanita, reacciona primero, muy generalmente, con unos celos desmedidos y de carácter completamente animal, que subsisten luego, latentes y más o menos bien reprimidos. La hostilidad del menor frente al mayor aparece como una réplica natural a dicha hostilidad".
El niño piensa que su madre prefiere al bebé porque es más pequeño, por eso se comporta como un bebé. Esta actitud normalmente durará poco tiempo, ya que el niño querrá volver a ser grande para disfrutar de las ventajas de ser mayor. Los padres deben ser conscientes de que él también tiene necesidades de amor y caricias.
Complejo de la Cenicienta
Compensación elaborada por el niño más pequeño o poco querido de una familia. El hijo menos querido será el que más tarde salvará gracias a su talento, a toda la familia que se encuentra en una situación dramática. En principio este hijo/a fue colocado en una situación de víctima, pero finalmente se reconocerán sus méritos.
Complejo de Creso
Se manifiesta con la búsqueda enfermiza de “superioridad” por medio del derroche de dinero y las dádivas generosas.
Complejo de Dafne
Miedo de las jóvenes ante la sexualidad. Se le llama también "angustia de penetración". La ninfa Dafne, en la mitología griega, era perseguida por Apolo. En el momento en que el enamorado dios estaba a punto de alcanzarla, la ninfa se transformó en laurel.
Complejo de Empédocles
El nombre corresponde a un filósofo griego del siglo V que se precipitó al cráter del volcán Etna para hacerse famoso por su suicidio. Se caracteriza porque la persona que lo padece siente la compulsión al suicidio a la hora de realzar el propio equilibrio auto-estimativo quebrantado. De hecho aparece como un auténtico héroe ante sí mismo y los demás que le rodean. Aquí hay varias formas de argumentar y debatir este complejo con la psicologia actual.
Complejo de Eróstrato
Es un trastorno según el cual el individuo busca sobresalir, distinguirse y ser el centro de atención. Según la leyenda. Eróstrato incendió el templo de Diana, en Éfeso, para pasar a la posteridad, ya que no tenía ningún mérito para conseguir fama. Es una forma peculiar el complejo de inferioridad de gran incidencia criminógena, sin importar los medios con tal de distinguirse, sobresalir, que se hable de uno. Declaración frecuente en los cuarteles de policía: “Lo hice porque quería salir en los medios".
Complejo de Hamlet
Se caracteriza por mostrar vacilación para actuar debido a la duda, el escrúpulo y la meditación excesiva.
Complejo de Job
¿Por qué a mi? Es un nombre global dado a las dolencias "psicógenas" de la piel. Se ha observado proclividad a las dermatitis psicosomáticas en personas que se ofenden con facilidad, que se sienten agraviadas, con o sin motivo. En general las alteraciones dérmicas desaparecen cuando se re-establece el equilibrio auto-estimativo y desaparece el sentimiento de agravio. El nombre, creado por el psicoanalista norteamericano Félix Deutsch, recuerda al patriarca bíblico Job, quien tuvo que soportar como prueba divina, todo tipo de sufrimientos y plagas, incluyendo ulceraciones de la piel.
Complejo de Judas
Es ánimo de traición que se ve impulsado por el resentimiento. El sujeto no soporta la superioridad, sobre todo moral, de otra persona de mayor valía y con sus deslealtades y mentiras busca re-establecer inconscientemente su equilibrio.
Complejo de Münchausen
Se manifiesta en la tendencia a inventar mentiras, historias inverosímiles en las que el trastornado se impone como superior a sus oyentes. Se trata de un mecanismo de compensación a una situación de inferioridad.
Complejo de Narciso
Se caracteriza por el deseo infantil de ser amado. Idolatrado, venerado. Para el narcisista, el mundo gira en torno él. El narcisista no logra superar esta fase evolutiva, queda atrapado en el yo. En la elección del objeto amoroso escogerá siempre bajo la influencia inconsciente de la imagen que se tiene formada de su propio yo, buscando en él una especie de réplica de sí mismo. En la mitología griega, Narciso era un bello pastor que, al inclinarse sobre el agua de una fuente para beber, percibió su imagen y se enamoró de sí mismo.
Complejo de Otelo
Sentimiento morboso de celos. Celoso por antonomasia, el Moro de Venecia de Shakespeare da su nombre al complejo.
Complejo de Pulgarcito
El hijo menor de una familia en que hay numerosos hermanos y hermanas acusa una psicología particular. Señaló Adler el hecho de que, por regla general, allí donde hay muchos hermanos suele ser el más pequeño el que llegue más lejos en la vida. Supercompensación obtenida por el niño más joven, o el niño malogrado y despreciado por la familia. El propio Adler señaló al respecto el cuento popular "Pulgarcito".

jueves, 12 de julio de 2012

El Estrés en los Padres y su Manejo

Hablare sobre el estrés en los padres y como afecta a sus hijos, al igual les brindo algunas estrategias sencillas para padres que quieren  manejar el estrés.
Aparte del estrés típico que cualquier persona puede tener un su vida, ser padre o madre resulta a veces estresante en sí mismo. Conciliar la vida laboral con el cuidado de los hijos, las enfermedades, los accidentes, las preocupaciones con la educación de los hijos, por lo bien o mal que lo estás haciendo, los malos comportamientos de los niños... Todo eso puede ser una fuente de estrés adicional. No obstante, el que un suceso sea estresante o no, depende no sólo del suceso en sí mismo, sino de cómo lo interpreta cada persona y cómo reacciona ante él. Si un niño se portal mal y su madre o padre lo interpreta como como un comportamiento mezquino y manipulador por parte del niño, se sentirá más estresado y la probabilidad de maltratar al niño será mayor. En cambio, si lo interpreta como algo que forma parte del desarrollo normal de los niños reaccionará de un modo mucho más calmado.

Cuando se trata del primer hijo, el estrés suele ser mayor debido a la falta de experiencia. Además, tras el nacimiento de un niño, debido al aumento del estrés, los problemas pre-existentes se intensifican. Por ejemplo, si había problemas en la pareja, éstos pueden aumentar con la llegada del bebé.

Las personas también suelen responder de modo diferente en función del tipo de problema de sus hijos. Cuando se trata de problemas que se externan y que por tanto, afectan a los demás, como golpear, gritar, ser hiperactivo, los padres suelen estresarse más que si se trata de problemas que los niños expresan como la ansiedad, la depresión, la retirada social, etc. Esto es debido a que los problemas que se externan llaman más la atención de los padres, mientras que los otros llaman menos la atención, tienden a ser más ignorados y, por tanto, molestan menos a los padres. No obstante, cualquier problema puede requerir atención y ayuda si es grave, sea del tipo que sea.

 Como afecta el estrés al comportamiento de los padres:
  1. Tienden a ser más hostiles y agresivos con sus hijos.
  2. Tienen mayor probabilidad de ser autoritarios y duros con ellos.
  3. Utilizan más el castigo físico.
  4. Están menos implicados emocionalmente con los niños
 Por ejemplo, imagina una madre estresada que le pide a su hija que se ponga los zapatos. Es muy probable que utilice un tono seco y duro, que mire a la niña con enfado y que utilice un lenguaje corporal desafiante. Esto hace que aumenten las probabilidades de que la niña se niegue a obedecerla, llore, se queje o tenga una rabieta. En cambio, una madre no estresada, le pedirá que se ponga los zapatos de un modo más amable y cariñoso y  por tanto, la niña estará más dispuesta a obedecerla.

Los padres estresados tienden a fijarse mucho más en los malos comportamientos de sus hijos que en los buenos. De este modo refuerzan el mal comportamiento en vez de reforzar el bueno. Así, elogian menos a sus hijos por portarse bien y los castigan más por portarse mal que los padres menos estresados. Por tanto, el comportamiento de los padres hace que los hijos se comporten aún peor, lo cual estresa todavía más a los padres.

Como vemos, es importante que sepas controlar el estrés en tu vida si quieres educar adecuadamente a tus hijos y tener una buena relación con ellos. Simplifica tu vida todo lo que puedas, dedica tiempo a estar con amigos o familiares con los que te sientas bien, pasa tiempo a solas, pasa tiempo con tu pareja sin los niños, haz ejercicio, mantén una dieta equilibrada y busca la ayuda de un psicólogo si ves que el estrés te desborda.

Manejo del estrés para los padres

Existen formas efectivas de desahogar el estrés. Nuestros niños lo saben y a diario están tratando de deshacerse de él. Maneras de deshacerse del estrés incluyen reír mucho y llorar, a veces al mismo tiempo que sudan, tiemblan y gritan como cuando hacen un berrinche. Aunque la mayoría de las personas no lo ve así todavía, el permitir que sus niños hagan berrinches y lloren mientras que usted se mantiene a su lado sin regañarles ni criticarles, es una manera muy buena de ayudarles a echar fuera los malos sentimientos que les dificulta la vida y les descontrola el comportamiento.

Estas son maneras en las que los adultos también podemos deshacernos de nuestro estrés:

Hable con otro adulto. Pida que le escuchen. A menudo cuando hablamos, otras personas tienen opiniones, consejos y sus propias cargas de estrés de los que necesitan hablar también. Pero esta no es la mejor manera de escucharse unos a otros. Para poder desahogar efectivamente necesitamos tomar turnos de 5, 10, ó 15 minutos en los que cada persona es escuchada con atención, sin interrupciones y sin recibir opiniones ni consejos.

Llame a una amistad o familiar. A veces, el simple hecho de escuchar la voz de un amigo (a) o familiar en el teléfono es suficiente para ayudarnos a echar fuera sentimientos estresantes. Puede tener un plan de rescate‚ en el que usted acuerda con otras personas para poder llamarse y escucharse durante 5 minutos cuando las cosas se pongan difíciles. Una buena oportunidad de reír o de poder contarle a alguien lo difícil que está la situación-- y qué tanto esfuerzo está usted haciendo para no dejarse controlar por el estrés, puede serle de mucha utilidad.

Permítase mostrar sus sentimientos. Se requiere de mucha energía para mantener los malos sentimientos fuera de la vista de otros. Por eso, es de gran alivio poder llorar, rabiar o reír a rienda suelta con alguien. Lo mejor es que sea a otra persona adulta a quien le muestre usted sus sentimientos para que no sean sus niños quienes tengan que escucharle y tratar de consolarle. Sin embargo, si llora frente a sus hijos, es mejor que no dé detalles sobre sus razones. “Es sólo que tengo que llorar porque no me siento bien. Estoy echando fuera mis malos sentimientos, en un rato te ayudo”, son buenas explicaciones sobre lo que usted está haciendo en ese momento.

Piense en alguien que le aprecia. Mucho del estrés que resulta de tanto trabajo como padres viene de sentirnos solos en el mundo. Pero almacenados en la memoria, todos tenemos recuerdos de cuando las cosas fueron bien en nuestras vidas, de cuando nos sentíamos cercanos a alguien, de cuando podíamos sentir qué tanto amor llevábamos por dentro. Detenernos a sacar de la memoria uno de esos buenos recuerdos puede ayudarnos a cambiar los sentimientos presentes. A veces, recordar algo grato nos ayuda a llorar porque en la actualidad todo parece difícil. Ese llanto es útil porque sana heridas emocionales. Cuando éste llanto llegue, relájese y déjelo salir.

 Atacar el Estrés

Para implementar esta estrategia se requiere planeación y en ella puede incluir a sus niños. Ya que usted haya identificado una hora del día o una situación en particular que a menudo ocasiona estrés, en vez de esperar que este no crezca, tenga un plan para romper los patrones que lo alimentan.

Pida ayuda. Intercambie ayuda. Si usted sabe que salir de compras con sus gemelos resulta en un desastre para usted y ellos, puede pedir ayuda. Pida a otra persona que le haga sus comprar y a cambio de ello usted le cuidará a su hijo o pídale a un pariente o vecino que le haga sus compras dos veces al mes y usted le recompensará con un platillo cada vez.  Algo así es un intercambio útil tanto para usted como para la otra persona.

Haga uso de los recursos disponibles.


De le a sus niños Tiempo Especial individual y de calidad. Es increíble la cantidad de estrés que se puede evitar cuando sus niños saben que usted les considera personas especiales. Al jugar con ellos sus juegos favoritos, con su buena atención y elogios usted les transmite su mensaje de amor. Tan solo 5 ó 10 minutos de Tiempo Especial con usted llegan a tener un gran significado en sus vidas. Dígale a su niño que usted está dispuesto a jugar a lo que desee y no trate de cambiar el juego a menos que sea peligroso. Esto le da al niño la oportunidad de estar en control y de mostrar lo que le encanta hacer. El Tiempo Especial ayuda a disolver las batallas por el poder que tienen tanto que ver con el estrés en las familias. Y le muestra a usted lo inteligente que es su niño.

Permítase descansos regulares. Esto es difícil en vista de las exigencias que el ser padres implica. Pero el descanso es esencial para mantener el control de nuestras vidas. (Cuando sentimos que no tenemos control ni de nuestra propia vida, terminamos culpando a nuestros hijos, ¡lo que a la larga crea más estrés!) Tal vez no le sea fácil encontrar la manera de tratarse bien a si misma--este es un buen tema para hablar cuando tenga a alguien que le escuche mientras que usted explora sus pensamientos.

¿Hay cosas que usted puede hacer a diario o semanalmente para cuidarse a si mismo? ¿Un baño relajador en la tina después de acostar a los niños? ¿Veinte minutos de lectura antes de que despierten? ¿Una caminata durante su hora de almuerzo en el trabajo? ¿Una llamada a su mejor amiga/amigo una vez por semana? ¿Escuchar música? ¿Una breve siesta por las tarde? le recomiendo mucho que tenga una relación co-escucha en la que usted y su pareja o un amigo/a intercambian tiempo escuchándose con aprecio, comprensión y sin darse consejos u opiniones. Una oportunidad de hablar no para resolver asuntos, sino más bien para organizar sus pensamientos.

Y recuerde, no importa qué tan estresados se sientan, son  buenos padres, aman a sus hijos con todo el corazón y siempre se están esforzando por hacer bien su trabajo, por lo tanto, se merecen mucho elogio y ánimo.

martes, 10 de julio de 2012

El Espejo en las Relaciones

El poder del espejo en las relaciones
Tanto aquellos a quienes amamos como aquellos por quienes sentimos rechazo, son espejos de nosotros. 

¿Hacia quiénes nos sentimos atraídos? Hacia las personas que tienen características similares a las nuestras, pero eso no es todo. Queremos estar en su compañía porque sub-conscientemente sentimos que al hacerlo, nosotros podemos manifestar más de esas características. Del mismo modo, sentimos rechazo hacia las personas que nos reflejan las características que negamos en nosotros. Si sientes una fuerte reacción negativa hacia alguien, puedes estar seguro de que tú y esa persona tienen características en común, características que no estás dispuesto a aceptar. Si las aceptaras, no te molestarían.

“Cuando reconocemos que podemos vernos en los demás, cada relación se convierte en una herramienta para evolución de nuestra conciencia. Gracias a esta evolución experimentamos estados extendidos de conciencia".

La próxima vez que te sientas atraído por alguien, pregúntate qué te atrajo. ¿Su belleza, gracia, elegancia, autoridad, poder o inteligencia? Cualquier cosa que haya sido, sé consciente de que esa característica también florece en ti. Si prestas atención a esos sentimientos podrás iniciar el proceso de convertirte en ti más plenamente.


Lo mismo se aplica a las personas hacia las que sientes rechazo. Al adoptar más plenamente tu verdadero yo, debes comprender y aceptar tus características menos atractivas. La naturaleza esencial del Universo es la coexistencia de valores opuestos. No puedes ser valeroso si no tienes a un cobarde en tu interior; no puedes ser generoso si no tienes a un tacaño; no puedes ser virtuoso si no tienes la capacidad para actuar con maldad.

Gastamos gran parte de nuestras vidas negando este lado oscuro y terminamos proyectando esas características oscuras en quienes nos rodean. ¿Has conocido personas que atraigan sistemáticamente a su vida a los sujetos equivocados? Normalmente, aquéllas no comprenden por qué les sucede esto una y otra vez, año tras año.

No es que atraigan esa oscuridad, es que no están dispuestas a aprobarlas en sus propias vidas. Un encuentro con una persona que no te agrada es una oportunidad para aceptar la paradoja de la coexistencia de los opuestos,  de descubrir una nueva faceta de ti. Es otro paso a favor del desarrollo de tu ser espiritual. Las personas más esclarecidas del mundo aceptan todo su potencial de luz y oscuridad.

Cuando estás con alguien que reconoce y aprueba sus rasgos negativos, nunca te sientes juzgado. Esto sólo ocurre cuando las personas ven el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto, como características externas.". Cuando estamos dispuestos a aceptar los lados luminosos y oscuros de nuestro ser, podemos empezar a curarnos y a curar nuestras relaciones. 


Todo lo que existe en algún lugar del mundo también existe en nosotros. Cuando aceptamos esos distintos aspectos de nuestro ser, reconocemos nuestra conexión con la conciencia universal y expandimos nuestra conciencia personal.

Las características que distinguimos más claramente en los demás están presentes en nosotros. Cuando seamos capaces de ver en el espejo de las relaciones, podremos empezar a ver nuestro ser completo. Para esto es necesario estar en paz con nuestra ambigüedad, aceptar todos los aspectos de nosotros. Necesitamos reconocer, en un nivel profundo, que tener características negativas no significa que seamos imperfectos. Nadie tiene exclusivamente características positivas. La presencia de características negativas sólo significa que estamos completos; gracias a esa totalidad, podemos acceder más fácilmente a nuestro ser universal, no circunscrito.

Una vez que puedas verte en los demás, será mucho más fácil establecer contacto con ellos y a través de esa conexión, descubrir la conciencia de la unidad. Éste es el poder del espejo de las relaciones.

viernes, 6 de julio de 2012

El Sindrome de Peter Pan

The Peter Pan Syndrome: Men Who Have Never Grown Up (El síndrome de Peter Pan, la persona que nunca crece) escrito por el Dr. Dan Kiley.

El libro de Kiley enfatiza sobre él, pero no hace más que dar un nombre ya casi literario a un elemento que ha estado presente, desde siempre, en toda caracterización neurótica, desde los comienzos de los enfoques de la terapia psicoanalítica. Cuando Freud ha hablado de la fijación, se ha referido, de alguna manera al estancamiento de la evolución de la personalidad que se verifica en los sujetos que padecen estos tipos de sintomatología. Tal vez, lo que sobreviene es que este conjunto de síntomas que singularmente nos ocupa, no ha tenido una categorización en la bibliografía psiquiátrica, en general, lo cual es asombroso. De hecho, “el síndrome de Peter Pan” no constituye una psicosis. Es un trastorno neurótico o acaso definidamente caracterológico. Kiley mismo insiste en su obra sobre la dificultad en la modificación de la anomalía de estas conductas, pero sin hacer referencia a las mismas o parejas dificultades que se presentan, en toda terapia, para la reacomodación de los cuadros negativos que entorpecen la evolución del sujeto.
El síndrome de Peter Pan es un trastorno del desarrollo de la personalidad, donde el sujeto se niega a asumir el paso del tiempo y desempeñar un rol de adulto.


El síndrome de Peter Pan se caracteriza por la inmadurez en ciertos aspectos psicológicos, sociales. La personalidad masculina (o femenina) en cuestión es inmadura y narcisista. El sujeto crece, pero la representación internalizada de su yo es el paradigma de su infancia que se mantiene a lo largo del tiempo. De forma más abarcadora, según Kiley, las características de un "Peter-Pan" incluyen algunos rasgos de irresponsabilidad, rebeldía, cólera, narcisismo, dependencia, negación del  envejecimiento, manipulación y la creencia de que está más allá de las leyes de la sociedad y de las normas por ella establecidas. En ocasiones los que padecen este síndrome acaban siendo personajes solitarios. Con escasa capacidad de empatía o de apertura al mundo de los "grandes", al no abrirse sentimentalmente, son vividos como individuos fríos o no predispuestos a darse, lo que vuelve como un "boomerang" a través de la no recepción de entregas o muestras ajenas de cariño. Algunos profesionales avanzando tal vez audazmente en sus diagnósticos los han denominado esquizo - afectivos. También se dice que este padecimiento se da por no haber vivido una infancia normal, por haber trabajado desde edades demasiado tempranas o por otros motivos.

“Se trata de personas que aunque han alcanzado la edad adulta, viven como adolescentes, están rodeados de amigos menores que ellos, son incapaces de afrontar las responsabilidades y son inmaduros emocionalmente”. Este síndrome puede aparecer en mujeres y hombres, pero en el 99 por ciento de los casos, son varones los que sufren esta patología de la cual no es nada fácil recuperarse.
Síntomas
Es frecuente que haya crisis de ansiedad, de angustia y de depresión. Los años van pasando, y aun cuando el sujeto está como protegido con una suerte de coraza psicológica para no advertir el paso del tiempo, esporádicamente ésta desaparece por circunstancias imprevisibles. Es entonces cuando el paciente se encuentra con las manos vacías y con una vida dolorosamente irrealizada. Con parejas inadecuadas, o de modo extremo -lo que también suele pasar- sin pareja alguna. El nido infantil es una inconsciente referencia a la que siempre apunta. Allí, no había problemas, y la nostalgia por el mismo es persistente, aunque no se lo declare. Afecta notoriamente a la auto-estima y el auto-concepto, viéndose muy afectado. Cabe destacar que como deformación de la personalidad puede cabalgar sobre patologías psiquiátricas clásicas y específicas. De esta manera puede darse vinculada a enfoques ligeramente delirantes de tipo paranoide o a neurosis declaradamente histéricas u obsesivas.
Cómo reconocer el síndrome de Peter pan:
  • No saben estar solos
  • Siempre están rodeados por gente más joven.
  • No se responsabiliza de sus actos
  • Es un ser permanentemente insatisfecho
  • Puede vivir con sus padres o con una pareja que contenga sus actos
  • Tiene ideas sobre grandes proyectos y aventuras amorosas que nunca se cumplen
  • Suele quejarse y culpar al resto del mundo de sus problemas. Espera siempre que alguien se los solucione
  • Les gusta estar siempre contentos y siempre están buscando maneras de divertirse y evadirse de la realidad
  • Cambian continuamente de pareja. En general siempre se conectan con mujeres más jóvenes
Otros rasgos de su personalidad:
  • Rebelde
  • Narcisista
  • Dependiente
  • Se niega a envejecer
  • Manipulador
Tratamiento
El tratamiento debe ser el que corresponde a toda neurosis estructurada. Pero es difícil de concretar, puesto que el sujeto que experimenta este trastorno, no acepta su infantilismo y se niega a modificar sus conductas. No existe el deseo de abandonar el mundo de la infancia, ni una conciencia del fracaso en la aproximación al mundo adulto. Se presenta una dificultad de aceptar las normas y la necesidad de tomar responsabilidades o forjar vínculos maduros con los demás. La situación se complica mucho más cuando estos varones encuentran una pareja que los sostiene ( mantiene) y se encarga de justificar todos sus actos. El tratamiento, en casos como éstos, debe ser doble. El trastorno psicopatológico de base, sumado al del carácter.
Conclusión
No existe evidencia que muestre que el síndrome de Peter Pan sea una enfermedad psicológica existente y no se encuentra listada en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales aunque podamos ver estos síntomas en diferentes entidades y ha sido aceptada en la psicología popular.

La Filosofia del Amor

Recordando mi epoca de pasion como estudiante de Filosofia.
Escuchamos la palabra amor y pensamos, invariablemente, en una pareja o en el amor romántico, todos parecemos estar familiarizados con este concepto, sin embargo, es más complicado definir el amor como idea o incluso como sentimiento. El amor no ha sido siempre el mismo: las costumbres, la cultura, el tiempo, lo han matizado y han hecho que varíe de rostro.
Definición de Amor en Filosofía
 El problema de las definiciones en filosofía no es que se carezca de ellas, es que nos enfrentamos a la abundancia de las mismas; esto mismo se aplica al concepto de ‘amor’, hay casi tantas definiciones del mismo como filósofos han existido, sin embargo, yo diría que, en este caso, se pueden reducir a dos principales núcleos semánticos: Eros y Ágape. Esto es válido para la filosofía occidental, que se ha nutrido históricamente de dos fuentes culturales básicas, me refiero al pensamiento clásico grecolatino y a la matriz judeocristiana. Los griegos llegaron al punto en el que las principales discusiones alrededor del amor se centraron en el tema “erótico”, es decir, en los afectos del alma que partían del impulso hacia los cuerpos bellos y llegaban al ámbito de lo divino; así tenemos, por ejemplo, a Platón para quien el amor es el producto de una tensión entre la abundancia y la necesidad, de ahí su plenitud pero también su carencia: el amor es análogo al deseo que busca completar su satisfacción, pero cuya dinámica existencial es terriblemente agotadora por el proceso de búsqueda que supone. Por otro lado, la noción cristiana de ágape refiere más bien al ámbito de la gracia divina, su modelo es la plenitud y perfección del amor de Dios hacia los hombres, amor inmerecido que se otorga sin condiciones a quien incluso lo desprecia, el patetismo propio de esta noción cristiana tiene su precisa iconografía en la crucifixión del hijo de Dios, sangrando por su insensato amor a los hombres.
Ciertamente, entre los mismos griegos no hay un genuino consenso respecto a la naturaleza del “eros”, muestra de ello es la serie de opiniones expresadas por los diversos personajes del Banquete de Platón, texto celebérrimo en la historia filosófica del tema, ahí los personajes discuten si eros refiere a un dios y de ser así cuál es su naturaleza y cuál nuestra capacidad para comprenderlo; se le exalta como divinidad primordial, como energía cósmica que mantiene unidos a los entes, como mero impulso sexual (heterosexual y homosexual) y como demonio que habita en la región intermedia entre humanos y dioses. El mismo Platón parece no llegar a un acuerdo definitivo en lo tocante a las implicaciones existenciales de “lo erótico”, por ejemplo, en el Banquete se concluye con la defensa de la autarquía socrática, incorruptible por el mero apetito carnal, que es capaz de desprenderse de toda afección que pudiera desfigurar la belleza del alma; pero en el Fedro, otro de sus diálogos, defiende más bien la noción maniática del rapto erótico que implica una serie de desfiguros patéticos para el alma: desasosiego, dolor, locura… ¿cuál es la verdadera posición platónica respecto a la naturaleza del amor? Es asunto interpretable. Con todo, como debe ser obvio, la noción platónica del amor sigue en la línea antes dicha, el amor es un deseo que busca su satisfacción y en esa búsqueda imprime sus huellas existenciales dolorosas, de ahí que Platón concluya su “imperfección” intrínseca.
No se afirma que todo “amor” en nuestros días sea amor pasional (trágico, malhadado, doloroso), sino que dicha noción pertenece a nuestra herencia simbólica, psíquica, que lidiamos con ella en el seno de nuestras relaciones ordinarias, que los medios de comunicación se encargan de recordarnos este arquetipo y que las crisis amorosas de quienes nos rodean suelen dar una vuelta más a la tuerca del amor pasión. Pero hay que traer a la memoria otra revolución axiológica: la del nihilismo, que ciertamente no pudo anular el halo significativo del amor pasional, en venganza lo hizo “extraordinario” e inoculó dosis letales de amor aletargado, intrascendente, indoloro. Pero cabe la pregunta de si es este tipo del que hablamos cuando pensamos en el “amor” hoy en día, me parece que no es así, y que de hecho la fuerza simbólica que adquieren las obras nihilistas es posibilitada por la nostalgia de algo que se ha perdido para siempre. Nos alarma pensar, lo digo por la opinión generalizada, que nuestras relaciones amorosas sean frágiles y estrictamente temporales, imperfectas, ordinarias e irredentas. .
Cuando nuestros sentidos nos acercan a realidades capaces de producir ciertos pensamientos, bien merece dedicar unas líneas a denunciar la unión de ciertas ideologías con ciertos conceptos que más que una aproximación al ser humano y a la construcción de una sociedad, se refieren a una terminología falsa y que da lugar a confusión. Un “filósofo” comentaba que: “el amor es una relación entre dos conciencias libres donde la más débil es la que ama más, es la que más se somete. Quien ama menos es quien manipula.”. Más que hablar de amor pareciera que se tratara de una transacción económica, de poder, donde lo único realmente importante no es ya el dar sin esperar nada a cambio sino un toma y daca, donde se trata de cuantificar para establecer así la regla del dominio. ¿Cuestión de cantidad? Lo realmente implícito en estas frases es la entrada a toda velocidad en un callejón sin salida donde nos estampamos sin remedio contra el muro de nuestro narcisismo, porque amar según lo expuesto, se realizaría con único interés: ser amados. ¿Esa es la finalidad del amor?
 Amar con lleva la satisfacción en ese gesto, pues es dar lo que no se tiene a quien no es... La implicación aquí es nula y las reglas numerosas con tal de seguir abrazados  a una de las teorías del origen del vocablo amor: como raíz hindio-europea “amma”, que significa voz infantil para llamar a la madre. Si pensamos el amor en torno a esta idea de posesión y de demanda infantil ¿qué queda del crecimiento, la libertad, la tolerancia y el amor por los demás?
Me gustaría dejar claro que no hay una “naturaleza del amor” que deba ser respetada, nada hay que no esté condicionado por la relatividad, lo que llamamos “amor” está atravesado por las contingencias del lenguaje y sus símbolos. A partir de esto podemos desprender algunos corolarios, por ejemplo que el amor posee su fabulación histórica, y que dicha fabulación vive en nuestra piel nostálgica por una otredad que suele adornarse, cristalizarse, con mil y un virtudes. Es la mano del imaginario colectivamente aceptado la que nos encamina en la búsqueda del grial amoroso, y no hablo del patético “príncipe azul”, o de supuesto “amor de mi vida”, sino de algo más elemental, de la pretensión de inmutabilidad de los afectos, de imperturbabilidad de la alegría. Me parece que debemos desdibujar nuestros prejuicios respecto al amor, no sólo por llana salud mental, sino para conducir de mejor forma nuestras experiencias amorosas en el campo magnético de los símbolos.
Las parejas que permanecen  unidos es por  se aman y se admiran mutuamente por lo que son. Descubrirse a uno mismo y respetarse, es abrir el horizonte a cosas nuevas, enriquecerse como persona, elevar la autoestima y mantener para siempre el interés del otro.




 




jueves, 5 de julio de 2012

Trastorno Limite de la Personalidad

El trastorno límite de la personalidad o borderline, también llamado limítrofe o fronterizo (abreviado como TLP). Es un trastorno de la personalidad que se caracteriza primariamente por desregulación emocional, pensamiento extremadamente polarizado y relaciones interpersonales caóticas.
El perfil global del trastorno también incluye típicamente una inestabilidad generalizada del estado de ánimo, de la autoimagen y de la conducta, así como del sentido de identidad, que puede llevar a periodos de disociación. Es un padecimiento en el cual las personas tienen patrones prolongados de emociones turbulentas o inestables, como sentimientos acerca de sí mismos y de los demás. Estas experiencias interiores a menudo los llevan a tomar acciones impulsivas y tener relaciones interpersonales caóticas. Se incluye dentro del grupo B de trastornos de la personalidad, los llamados "dramático-emocionales". Es, con mucho, el más común de los trastornos de la personalidad.

Síntomas
Las personas con este trastorno a menudo presentan incertidumbre acerca de su identidad y como resultado sus intereses y valores pueden cambiar rápidamente. Las personas con este trastorno también tienden a ver las cosas en términos extremos, o todo es bueno o todo es malo. Sus puntos de vista sobre otras personas pueden cambiar rápidamente. Una persona que luce admiradora un día puede lucir despreciativa al siguiente día. Estos sentimientos súbitamente cambiantes a menudo llevan a relaciones intensas e inestables.

Otros síntomas de este trastorno abarcan:

•Miedo de ser abandonado.
•Sentimientos de vacío y aburrimiento.
•Manifestaciones frecuentes de ira inapropiada.
•Impulsividad con el dinero, el consumo de sustancias, las relaciones sexuales, el apetito desenfrenado y el hurto en tiendas.
•Intolerancia a la soledad
•Crisis repetitivas y actos de lesionarse a sí mismo, como hacerse cortes en las muñecas o tomar sobredosis.

Causas
Las causas del trastorno límite de la personalidad se desconocen. Se cree que los factores genéticos, sociales y psicológicos juegan un papel.

Entre los factores de riesgo que predisponen a este trastorno están:

•Abandono en la niñez o en la adolescencia
•Vida familiar disociada
•Comunicación deficiente en la familia
•Abuso sexual
Este trastorno de la personalidad tiende a ocurrir más a menudo en las mujeres y entre pacientes psiquiátricos hospitalizados.

Comorbilidad
Del TLP se ha dicho en ocasiones que es el "Paradigma de la comorbilidad" Supone que algunas afecciones suelen aparecer conjuntamente con el TLP. Cuando se comparan individuos diagnosticados de TLP con otros diagnosticados de otro tipo de trastornos, los primeros muestran una elevada tasa de cumplimiento de criterios para:
  • Trastornos por ansiedad.
  • Trastornos de la afectividad, incluyendo depresión clínica y trastorno bipolar.
  • Trastorno narcisista
  • Trastornos de la alimentación, incluyendo anorexia nerviosa y bulimia.
  • Con menor frecuencia, trastornos somatomorfos.
  • Depresión.
  • Trastorno por déficit de atención/Hiperactividad (TDAH)
  • Afecciones psicosomática.
Tema común en el TLP, tanto si es debido a la impulsividad o bien a un mecanismo para soportar otros síntomas y entre un 50-70% de los pacientes psiquiátricos con TLP cumplen el criterio de un trastorno por abuso de substancias.

Esquemas de pensamiento
La base del trastorno está constituida por tres supuestos fundamentales:

1. Conciben el mundo como un lugar peligroso y a las demás personas como malévolas o potencialmente dañinas.
2. Piensan que son vulnerables e incapaces de salir adelante por sí mismos.
3. Se ven a sí mismos como inaceptables, malas personas e indignos de amor.

Criterios diagnósticos según el DSM-5

Trastorno de la personalidad: Grupo B TLP 301.83 (f60.3)
Patrón dominante de inestabilidad de las relaciones interpersonales, de la autoimagen y de los afectos, e impulsividad intensa que comienza en las primeras etapas de la edad adulta y está presente en diversos contextos, y que se manifiesta por cinco (o más) de los hechos siguientes:

1.- Esfuerzo desesperados para evitar el desamparo real o imaginado.
2.- Patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas que se caracteriza por una alternancia entre los extremos de idealización y de devaluación.
3.- Alteración de la identidad: Inestabilidad intensa y persistente de la autoimagen y del sentido del yo.
4.- Impulsividad en dos o más áreas que son potencialmente autolesivas.
5.- Comportamientos, actitud o amenazas recurrentes de suicidio o comportamientos de automutilación.
6.- Inestabilidad afectiva debida a una reactividad notable del estado de ánimo.
7.- Sensación crónica de vacío.
8.- Enfado inapropiado e intenso o dificultad para controlar la ira.
9.- Ideas recurrentes transitorias relacionadas con el estrés o síntomas disociativos graves.

Criterios diagnósticos según el DSM-IV
  1. Inestabilidad afectiva debida a una notable reactividad del estado de ánimo (p. ej., episodios de intensa disforia, irritabilidad o ansiedad, que suelen durar unas horas y rara vez unos días).
  2. Ira inapropiada e intensa o dificultades para controlarla (p. ej., muestras frecuentes de mal genio, enfado constante, peleas físicas recurrentes).
  3. Sentimientos crónicos de vacío o inutilidad. Síntomas impulsivos.
  4. Comportamientos, intentos o amenazas suicidas recurrentes o comportamiento de automutilación.
  5. Un patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas caracterizado por extremos de idealización y devaluación.
  6. Impulsividad en al menos dos áreas que es potencialmente dañina para sí mismo (p. ej., gastos, sexo, abuso de sustancias, conducción temeraria, atracones de comida). Nota: no incluir los comportamientos suicidas o de automutilación que se recogen en el criterio 4. Síntomas interpersonales
  7. Esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o imaginado. Nota: no incluir los comportamientos suicidas o de automutilación que se recogen en el criterio 4.
  8. Alteración de la identidad: autoimagen o sentido de sí mismo acusada y persistentemente inestable. Síntomas cognitivos
  9. Ideación paranoide transitoria relacionada con el estrés o síntomas disociativos graves.
Psicopatología: Características generales de las personas con TLP

Se ha dicho que probablemente no existe un trastorno mental que haya suscitado tanta literatura, aunque muy poca de ella se basa en investigación empírica.
  1. Aversión: los estudios sugieren que los individuos con TLP tiende a experimentar frecuentes y severos estados de tensión aversiva, de larga duración y a menudo desencadenados por rechazo perceptivo solamente o bien por fallos en la percepción.
  2. Labilidad: los individuos que padecen TLP pueden mostrar labilidad emocional entre la ira y la ansiedad o depresión y ansiedad. También sensibilidad temperamental a los estímulos emocionales.
  3. Los estados emocionales negativos que están particularmente asociados con el TLP han sido agrupados en tres categorías: sentimientos de destructividad o autodestructividad, sentimientos de fragmentación o ausencia de identidad y sentimientos de victimización.
  4. Extrema sensibilidad hacia la forma de trato de los demás hacia ellos, reaccionando enérgicamente cuando perciben críticas o comentarios hirientes u ofensivos.
  5. Cambios (pueden ser muy rápidos) de positivo a negativo
  6. En sus sentimientos hacia los demás, generalmente temor a la decepción o la percepción de que van a perder a alguien. Estudios sobre la generación de vínculos afectivos por parte del sujeto sugiere que los afectados, aunque con elevada búsqueda de la intimidad o la novedad, pueden estar en ambos casos en un estado de hiperalerta. También aparecen signos de rechazo o de invalidación y tienden a ser inseguros, evitativos, ambivalentes o a mostrar pautas de preocupación y temor en sus relaciones.
  7. - La autoimagen también cambia rápidamente de extremadamente positiva a extremadamente negativa.
  8.  Conductas impulsivas, como el alcohol o las toxicomanías, el sexo no seguro, la ludopatía y conductas imprudentes en general.
  9.  Tienden a ver el mundo generalmente como peligroso y malvado y a verse a sí mismos como impotentes, vulnerables, no dignos de aceptación e inseguros en su identidad.
  10.  Manipulación: los afectados de TLP son descritos a menudo, incluso por algunos profesionales de la salud mental y el DSM-IV,28 como deliberadamente manipuladores o personas difíciles, pero al analizar esta conducta se ve que son conductas defensivas por su impotencia contra su dolor interno y turbación o bien limitadas a competencias y habilidades sociales.
  11. Familia: existe un cierto número limitado de investigaciones sobre la comprensión de los miembros de una familia de un TLP sobre el problema y la sensación de llevar una carga o las emociones negativas experimentadas o expresadas por los miembros de la familia. Los padres y madres de los sujetos con TLP manifiestan extremos de sobre implicación y desentendimiento.
  12. Relaciones de pareja: el TLP ha sido relacionado con una especie de niveles exacerbados de estrés crónico y conflicto en relaciones románticas, insatisfacción con sus compañeros románticos, abusos y embarazos no deseados.
Tratamiento
El tratamiento del trastorno debe tener en cuenta la complejidad intrínseca de la enfermedad. En primer lugar se debe decidir si se realiza en régimen ambulatorio, de hospitalización parcial o de internación. Esta decisión se basa en principalmente en el riesgo de suicidio o autolesiones, así como en manifestaciones lo suficientemente severas para interferir con la vida diaria del paciente en su entorno. Otro asunto es el elevado nivel de comorbilidades y situaciones individuales, por lo que en el tratamiento es esencial la flexibilidad. Dado el doble componente del trastorno, biológico y ambiental, el tratamiento debe abordar ambos capítulos. Por una parte se debe tratar las vulnerabilidades biológicas y la desregulación en la fisiología de los neurotransmisores que se manifiestan en: síntomas de desregulación afectiva, síntomas de descontrol impulsivo-conductual y síntomas cognitivos-perceptuales. La medicación ayuda a aliviar la sintomatología en los periodos de descompensación aguda, así como los trastornos comórbidos. Un facultativo debe establecer, en base a protocolos y de forma individualizada la duración del tratamiento farmacológico, así como la dosificación. De otra parte, la medicación por sí sola no ayuda al individuo a enfrentarse a las situaciones ambientales concretas y en todo caso está indicada la psicoterapia. Su meta es tratar los conflictos intrapsíquicos, las defensas, el progreso en el desarrollo de la personalidad y sus bloqueos, la adaptabilidad, en especial en cuanto al establecimiento de vínculos afectivos seguros y las competencias para el manejo de estresantes psicosociales.

Psicoterapia
Se ha observado tradicionalmente de forma escéptica el tratamiento psicológico de los trastornos de la personalidad, pero se han desarrollado en los últimos años algunos tipos específicos de psicoterapia para el TLP. Los pocos estudios efectuados hasta la fecha no nos proporcionan determinaciones seguras sobre la eficacia de las mismas, pero sugieren que las personas diagnosticadas de TLP pueden beneficiarse en al menos alguna de las medidas resultantes. Una simple terapia de soporte por sí sola puede mejorar la autoestima y movilizar las fuerzas existentes en los individuos con TLP. Las psicoterapias específicas pueden implicar sesiones de varios meses, o como suele ser particularmente común en los trastornos de la personalidad, varios años. La psicoterapia habitualmente puede estar dirigida a individuos o grupos. La terapia de grupo puede ayudar en el aprendizaje y la práctica de habilidades interpersonales y autoconsciencia en los afectados por TLP aunque las tasas de abandono pueden ser problemáticas. Hay tres tipos más habituales de psicoterapia que estimula mejoras sustanciales en las personas que padecen este trastorno, que son la terapia dialéctico-conductual, la terapia enfocada a la transferencia y la terapia focal de esquemas. La psicoterapia que se centra en temas emocionales surgiendo en la interacción entre el paciente y el terapeuta, conocida como terapia enfocada a la transferencia, es la que más estimula cambios en las personas que padecen el trastorno límite de la personalidad.128 Los principales obstáculos para la terapia son el pensamiento polarizado y el establecimiento de límites.

Medicación
Se han usado algunos medicamentos conjuntamente con otros tratamientos del TLP, aunque la base de evidencia está limitada. Puesto que el TLP ha sido tradicionalmente considerado como una afección primariamente psicosocial, la medicación va destinada a tratar los síntomas comórbidos, como la ansiedad y la depresión, más que el propio TLP. Para los síntomas de desregulación afectiva se utilizan los antidepresivos, así como los estabilizadores del estado de ánimo (anticonvulsivantes). Si la afección comórbida afectiva consiste principalmente en ansiedad, se pueden prescribir benzodiacepinas. Para desregulaciones y alteraciones de la conducta y de la percepción se emplean los neurolépticos. En algunos casos especialmente severos en los que existe comorbilidad con trastornos del eje I, en especial depresión grave refractaria a la farmacoterapia, se puede llegar a emplear la terapia electro convulsiva.

Algunos medicamentos: Antidepresivos, Antipsicóticos, Anticonvulsivos.

Las psicoterapias y la medicación forman parte del contexto completo de los servicios de salud mental y las necesidades psicosociales relacionadas con el TLP.

Consulte con el médico si usted o su hijo tienen síntomas del trastorno de personalidad límite. Es especialmente importante buscar ayuda de inmediato si usted o su hijo están teniendo pensamientos de suicidio.