lunes, 27 de enero de 2014

El Poder Secreto de la Víctima

La responsabilidad de la víctima en la co-creación de un vínculo de sometimiento
Se utiliza el concepto de víctima para referirnos a la actitud psicológica por la cual una persona se percibe a sí misma como sometida a otra, delegando en el entorno la responsabilidad de lo que siente y/o le acontece.
Es comprensible que las diferencias de autoridad, fuerza, poder coercitivo, etc., hagan que algunas personas se sientan víctimas de otras. Sin embargo, no es justificable que se le otorgue el poder a otro sobre la propia persona, dado que es posible discriminar que ese poder es en relación al rol desempeñado.

Imaginemos una situación de asalto: desde el punto de vista legal, soy víctima; desde el punto de vista psicológico, puedo optar por rebelarme (con consecuencias imprevisibles) o acompañar la situación con una actitud colaborativa y a la vez no sometida. Decimos no sometida ya que, si bien el ladrón no me da la opción de elegir el rol de asaltada, conservo la libertad de elegir cómo actuar. (Al referirnos de este modo a la noción de víctima, aludimos a un adulto. En el caso de un menor de edad será comparable a este segundo caso, siempre y cuando el otro del vínculo sea coetáneo).

Habitualmente nos resulta mucho más evidente la responsabilidad del sometedor que la del sometido. En el mejor de los casos, decimos que el sometido "lo permitió" o "no supo poner límites".

Como terapeutas, esto nos parecía contradictorio con el concepto de responsabilidad en gestalt, según el cual no es posible acusar al estímulo de lo que nos produce. Al sumarle los conceptos de proyección y de polaridad, la contradicción es aún mayor. Motivadas por esta inquietud, nos abocamos a la investigación de la temática, apoyándonos en la noción de responsabilidad personal llevada a sus últimas implicancias.

Se Postula que todo vínculo de maltrato o sometimiento es co-creado. Por eso preferimos llamar al sometido "sometible". No es suficiente la existencia de una persona dominante, autoritaria, descalificadora o agresiva, sino que es necesaria la condición de víctima de quien se vincula con ella. Si alguien tiene una actitud sometedora y yo no me ubico en la posición complementaria de sometida, no hay maltrato sino una situación frente a la cual tendré que hacer algo. Se requerirá algún tipo de acción de mi parte y no una reacción.

El interés se centra en las posibilidades con las que cuenta la víctima para trascender un vínculo de sometimiento o de maltrato. Para ello es necesario comenzar iluminando cuál es la responsabilidad de la víctima en el sometimiento:

Así como Lichtenberg habla de un otro vulnerable seleccionado por el victimario, supongo complementaria la existencia de un otro potente designado por la víctima. Las características de la víctima que propician esta selección son:
  • Exceso de narcisismo, que lleva a suponer como dedicado a uno mismo lo que en realidad es el estilo o el humor del otro.
  • Escasez de auto-sostén; por ende, las actitudes de los otros que no encuadran con las propias expectativas tienden a ser vividas como agresivas, maltratadoras, etc.
  • Desconocimiento de aspectos sádicos y agresivos proyectados en el victimario.
  • Alto nivel de soberbia que lleva a la víctima a "saber" cómo tiene que ser el otro y cómo tiene que comportarse.
  • Demanda de aprobación y valoración del otro. Si no la obtiene, vive la situación como rechazo y maltrato.
  • Lucha para cambiar al otro (si yo "sé" cómo tiene que ser y además es malo porque no me valora, debe ser distinto).

Curiosamente, la víctima, tan vulnerable al rechazo del otro, no es conciente del nivel de rechazo que siente por el maltratador. Tampoco es conciente del sadismo que representa culpar al otro de sus infortunios y limitaciones. Nadie duda del padecimiento de la víctima. Es más difícil ver el beneficio: que otro sea culpable de lo que le pasa.

Es posible reconocer la falta de libertad y potencia que implica dejarme llevar por la modalidad del otro. Guiados por el aspecto víctima, justificamos llevar a cabo conductas que habitualmente no consideramos adecuadas. Desde la víctima reacciono, es decir, me someto al tipo de intercambio que el otro propone. En cambio, desde el autosostén actúo con la modalidad que para mí es correcta (si me escupís, pregunto qué pasó para que me escupieras). Desde la víctima, lo que el otro dice o hace es inapelable; desde el auto-sostén, es una conducta acerca de la cual podemos comunicar.

Falta de auto-contención: esta dramática es el producto de un aspecto aniñado que no logra hacer ajuste creativo con la realidad; podemos aprender a crear un vínculo interno que logre contener ese aspecto. No se trata de dejar de tener un aspecto infantil, sino de aprender a satisfacerlo por nosotros mismos, dado que es imposible (por frustrante y por inadecuado) que el otro lo satisfaga.

Nos parece relevante también poner luz sobre las conductas que fomentamos los terapeutas, conductas que constituyen desde nuestro punto de vista un pseudo auto-sostén. Son las recomendaciones orientadas a ponerle un límite al otro, a saber defenderse, y promueven en el paciente la aparición de una víctima fuerte, porque confirman la "mala intención" o "mala actitud" del otro. Defenderse implica un ataque previo.
En este sentido, distinguimos entre:
  • Víctima débil: considero que el otro atravesó la frontera de contacto y no puedo hacer nada al respecto. Auto percepción: indefensión (lloriqueo porque me gritó).
  • Víctima fuerte: ya que el otro atravesó mi frontera, puedo atravesar la frontera del otro y decirle qué tiene que hacer. Auto percepción: indignación ("no me grites").

Otro malentendido posible es suponer ser honesto con lo que me pasa y decírselo al otro. Para nosotros, la honestidad consiste primero en chequear si esto que me pasa es desde mi aspecto infantil y si es así veré qué es lo comunicable a partir de la traducción que haga mi aspecto maduro.

Recursos terapéuticos (Describimos una secuencia lógica, no cronológica, respetando los tiempos y las características de cada paciente.)
  • Detectar las distintas manifestaciones de la posición de víctima
  • Quejas.
  • Intolerancia / rechazo a los rasgos del otro.
  • "Saber" cómo tiene que obrar el otro.
  • Tomar lo que dice el otro como inapelable.
  • Creer que la solución del conflicto depende del cambio del otro.
  • Facilitar el darse cuenta de que la víctima es un aspecto, y que este aspecto es infantil.
  • Posibilitar la discriminación de las emociones, sensaciones y sentimientos del aspecto infantil.
  • Desarrollar recursos del aspecto adulto para que aprenda a contener al aspecto infantil.
  • Capacitar al paciente para que actúe desde su aspecto adulto.

Cuando las personas acceden a revisar las situaciones en las que se sintieron víctimas (grandes o pequeños ataques, descalificaciones, des-confirmaciones, acoso, etc.) y logran: 

a) integrar los aspectos proyectados en el otro.
b) reconocer las expectativas puestas en el otro (que cambie, que sea más bueno, comprensivo , que me respete).
c) confiar en los propios recursos para manejarse en las interacciones, ven aumentada la capacidad de auto-sostén y dan respuestas más creativas. Esto les permite desarrollar vínculos maduros y satisfactorios, aún con las mismas personas que antes los "hacían padecer".

Para concluir, es indudable que a quien ocupe el polo maltratador le resultará más saludable resolver la necesidad de experimentar potencia y seguridad sometiendo a otro. Afortunadamente quien ocupe el polo maltratable puede, resolviendo su pasividad y dependencia, cambiar su cincuenta por ciento en el vínculo de maltrato.

miércoles, 22 de enero de 2014

Recuerda

Reflexión 
  • Que siempre existen tres enfoques en cada historia: mi verdad, tu verdad y la Verdad.
  • Que toma mucho tiempo llegar a ser la persona que deseas ser.
  • Que es más fácil reaccionar que pensar.
  • Que podemos hacer mucho más cosas de las que creemos poder hacer.
  • Que no importan nuestras circunstancias, lo importante es cómo interpretamos nuestras circunstancias.
  • Que no podemos forzar a una persona a amarnos, únicamente podemos ser alguien que ama. El resto depende de los demás.
  • Que requiere años desarrollar la confianza y un segundo destruirla.
  • Que dos personas pueden observar la misma cosa, y ver algo totalmente diferente.
  • Que las personas honestas tienen más éxito al paso del tiempo.
  • Que podemos escribir o hablar de nuestros sentimientos, para aliviar mucho dolor.
  • Que no importa qué tan lejos he estado de DIOS, siempre me vuelve a recibir.
  • Que todos somos responsables de nuestros actos.
  • Que existen personas que me quieren mucho, pero no saben expresarlo.
  • Que puedo hacer todo o nada con mi mejor amigo y siempre gozar el momento.
  • Que a veces las personas que menos esperamos, son las primeras en apoyarte en los momentos más difíciles.
  • Que la madurez tiene que ver más con la experiencia que hemos vivido, y no tanto con los años que hemos cumplido.
  • Que hay dos días de la semana por los que no debemos de preocuparnos: ayer y mañana. El único momento valioso es AHORA.
  • Que aunque quiera mucho a la gente, algunas personas no me devolverán ese amor.
  • Que no debemos competir contra lo mejor de otros, sino competir con lo mejor de mí.
  • Que puedo hacer algo por impulso y arrepentirme el resto de mi vida.
  • Que la pasión de un sentimiento desaparece rápidamente.
  • Que si no controlo mi actitud, mi actitud me controlara a mí.
  • Que nunca debo decirle a un niño que sus sueños son ridículos, que tal si me cree?
  • Que es más importante que me perdone a mi mismo a que otros me perdonen.
  • Que no importa si mi corazón está herido, el mundo sigue girando.
  • Que la violencia atrae más violencia.
  • Que decir una verdad a medias es peor que una mentira.
  • Que las personas que critican a los demás, también me criticarán cuando tengan la oportunidad.
  • Que es difícil ser positivo cuando estoy cansado.
  • Que hay mucha diferencia entre la perfección y la excelencia.
  • Que los políticos hablan igual en todos los idiomas.
  • Que es mucho mejor expresar mis sentimientos, que guardarlos dentro de mí.
  • Que al final de la vida me doy cuenta que las únicas cosas que valieron la pena son: Dios, mi familia, un grupo muy selecto de amigos y unas experiencias que me dieron crecimiento personal.

Para ser exitosos no tenemos que hacer cosas extraordinarias. Hagamos cosas ordinarias, extraordinariamente bien.


"Si alguna vez no te dan una sonrisa esperada, se generoso y da la tuya, porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa como aquel que no sabe sonreír"

Gandhi 

martes, 21 de enero de 2014

Trastorno Psicosomáticos en la Infancia.

Estos trastornos afectan al cuerpo, pero la causa es psicológica.
Suelen observarse en aquellos "niños" que tienen un importante sentimiento de abandono o que lo viven así (niños adoptados, niños que viven muy mal la llegada de un hermanito) Al no poder reclamar directamente ese afecto que tanto necesitan, lo expresan a través del cuerpo, esperando así "inconscientemente" obtener dosis suplementarias de atención y afecto. Siempre se observa un beneficio secundario que comporta el padecer esa dolencia.

El adulto ante un conflicto aumenta su tensión; ésta puede llegar a manifestarse a nivel corporal mediante la aparición de una enfermedad. En el niño esto se produce con mucha más fuerza.

Muchos trastornos psicosomáticos tienden a surgir en edades específicas, ya que se relacionan con la maduración del funcionamiento de determinados órganos y con el desarrollo psicológico. Suele afectarse el órgano más débil. Por ej.:- eccema (8-24 meses) , dolores abdominales (alrededor de los 3-4 años), asma (alrededor de los 5 años), cefalea (alrededor de los 6-7 años) etc...

Veremos algunos de ellos brevemente:

ASMA INFANTIL: Hay un componente somático y otro psicológico. Hay un agente que causa la alergia, y otras veces ese agente está ausente y también se desencadena la crisis. Y algo ocurre de forma general: el niño padece la crisis en presencia o ausencia de una misma persona, en un mismo lugar o circunstancia, sin que ello tenga nada que ver con el agente alérgico.

La separación del medio familiar suele mejorar las crisis. Suelen desaparecer muchas afecciones de este tipo con la pubertad.

Se hace necesaria la consulta a un profesional, ya que si se observa un importante componente psicológico y se da exclusivamente tratamiento físico, puede resultar un fracaso.

El psicólogo revisará que ocurre con las relaciones familiares, los factores que desencadenan la crisis,..Los tratamientos, pues, deberán ser mixtos (médicos y psicológicos) y se valorará en cada caso el tipo de terapia. La padecen del 1 al 2% de los niños. Entre el 20 y el 30% de los casos aparecen hacia los dos años. Más de un tercio de los asmáticos infantiles dejan de tener asma a los 15 años. El origen de este trastorno es múltiple y depende, entre otros, de factores psíquicos.

Por ejemplo, hay casos en los que la reacción alérgica deja de producirse cuando el niño está lejos de su medio ambiente, de las personas habituales en su medio, etc. O bien desaparece tras una psicoterapia. Si el mayor número de casos de asma empiezan hacia los 2 ó 3 años es precisamente porque el proceso de independencia en relación con la madre alcanza su punto crucial a esa edad. El efecto terapéutico que suele tener la separación del niño de su familia se debe a que anula las oscilaciones apego-rechazo.

OBESIDAD: Las madres de los niños obesos suelen ser intrusivas, no toleran que el niño desarrolle por sí mismo su propia sensación de hambre ni exprese sus deseos autónomos, sino que imponen su ritmo de alimentación, lo ceban sin que el niño pueda manifestar su deseo de ser alimentado. Estos niños manifiestan claramente que no sienten su cuerpo como si les perteneciera sino como una propiedad de su madre. Expresan incluso una falta de conceptualización de su imagen corporal.


ECCEMA: Las manifestaciones cutáneas tienen tanto orígenes fisiológicos como psicológicos. La piel es la barrera entre el mundo interior del individuo y el exterior.

Suele afectar a niños más bien sumisos, sensibles y muy ansiosos. Esa ansiedad, por una "predisposición congénita" se expresaría mediante el eccema.

MIGRAÑAS INFANTILES: Consiste en la aparición brusca de una intensa cefalea. Aparece frecuentemente en el niño de edad escolar; también suele encontrarse en algún otro miembro de su familia. Aproximadamente el 20 % de las migrañas de los adultos han empezado antes de los 15 años. Se ha observado una relación entre los dolores de cabeza y los vómitos cíclicos de la primera infancia. Al contrario de los casos de cefalea corriente, los que padecen migrañas no tienen problemas de bloqueo intelectual.

CEFALEAS: Es difícil distinguirlas de las migrañas. También aparecen frecuentemente en niños de edad escolar. Tanto su aparición como su desaparición es repentina.

Suele responder a un mecanismo psicológico que lleva a "no poder pensar", pues le envuelve alguna situación, para él desagradable, de la que no puede escapar (ej. separación de los padres,...).

ÚLCERA GASTRODUODENAL: Se manifiesta por una hematemesis (vómito de sangre) como reacción a un acontecimiento estresante. El contexto familiar es a menudo inestable y a veces la úlcera aparece tras una crisis familiar.

RECTOCOLITIS ULCERA HEMORRAGIA: Es un cuadro grave y a veces mortal, relativamente raro en niños europeos, pero más frecuente en Estados Unidos. Suele suceder cuando el niño tiene entre 1 y 3 años de edad. Surge con una diarrea de larga duración con dolor abdominal intenso y hemorragias intestinales. Los periodos de remisión alternan con agravaciones súbitas.

Su origen es mixto, pues se considera que existen factores inmunológicos, pero los aspectos psíquicos son un factor desencadenante y de mantenimiento de los síntomas. Los síntomas aparecen a menudo tras una pérdida real o imaginada. Las madres de estos niños suelen estar preocupadas por el contenido corporal del niño, sobre todo por sus funciones de evacuación. Suelen ser niños muy dependientes, incapaces de expresar la agresividad por temor a perder el contacto con la madre. Se ha observado una correlación con la anorexia nerviosa.


DOLORES ABDOMINALES: Aparece sobre todo en la pre-adolescencia. Los dolores son vagos o agudos, acompañados de palidez. Pueden expresar angustia vinculada a la separación de la madre o de otro tipo. Entre los 7 y 9 años los niños se quejan de esta dolencia con mayor frecuencia que en otras edades.

Se acompaña de vómitos, de "un mal comer". Es la queja más frecuente dentro del grupo de estos trastornos. Muchas veces se presentan junto con bloqueo intelectual e insomnio, y ocasionan absentismo escolar.

ESTREÑIMIENTO: Suele aparecer entre los 2 y los 5 años. Cuando se vuelve crónica, la retención puede durar hasta 10 días, terminando en una defecación dolorosa. Es frecuente que aparezcan manchas en la ropa interior debido a una secreción por reflujo. A veces aparece tras el nacimiento de un hermano. Las madres de estos niños suelen tener conflictos relacionados con las tendencias "sucias". Debe animarse a estas madres a que dejen que su hijo juegue y se ensucie con tierra, arcilla o pintura.

ENURESIS: Consiste en una incontinencia de orina (el niño se orina en su ropa interior). Puede ser primaria, cuando nunca ha llegado a controlar su emisión de orina, y secundaria, cuando ya había desarrollado el control de los esfínteres, pero ha vuelto a orinarse después. Se considera un síntoma benigno que tiende a desaparecer con la pubertad. Se puede dar tanto en niños sin grandes problemas, como en niños que presentan un retraso mental o alteraciones psicóticas. Así pues, este síntoma no es específico, aunque a menudo se acompaña de otros síntomas que son los que indican la existencia de un problema. Durante el sueño, la producción de orina disminuye, aunque no en el niño enurético. Sólo existen causas orgánicas en el 5 % de los casos. La incontinencia nocturna (orinarse en la cama mientras duerme) es más frecuente que la diurna. Suele ser una manera de oponerse a los padres y de manipular el entorno. No es raro que aparezca cuando la madre acaba de tener otro niño, con el que el hermano mayor se identifica y quiere eliminar. En esta clase de familias se encuentra a menudo un clima de hiperestimulación sexual. Los padres provocan contactos corporales demasiado excitantes para el niño.

ENCOPRESIS: Consiste en la evacuación de heces en lugares distintos al retrete, ya sea en la ropa interior o, de manera menos frecuente, en otros lugares de la casa. Al igual que la enuresis, puede ser primaria o secundaria. La encopresis primaria aparece en un niño impulsivo, violento y en una familia mal integrada en la sociedad, cuyas normas de disciplina y control son poco respetadas.

La secundaria sucede a menudo a una frustración: el nacimiento de otro niño, el alejamiento real o emocional de la madre, la entrada al colegio. A menudo se encuentra un aprendizaje del control de la defecación demasiado severo y precoz. La encopresis se convierte en un arma de resistencia pasiva contra la madre y en objeto de luchas. A veces es una forma de protesta agresiva que revela la incapacidad del niño para expresar más abiertamente sus reivindicaciones frente a una madre vista como inalcanzable.


ALOPECIA: En el historial de los niños que sufren alopecia suele encontrarse algún hecho traumático que les ha supuesto la pérdida, real o simbólica, de algo.

La psicoterapia no suele ser suficiente para que el pelo se vaya repoblando, hace falta tratamiento médico básico.

El ESPASMO DEL SOLLOZO: Es más frecuente durante el segundo año y tiende a desaparecer después de los 5 años de edad. Suele tratarse de niños emotivos, temerosos, o muy activos y tiránicos, quienes tras una reprimenda, una contrariedad o algún acontecimiento que provoca una rabieta repentina, cesan de respirar durante un periodo de hasta 30 segundos en medio de una crisis de llanto. Existen dos formas:

a) La cianótica, que es la más frecuente, y en la que tras una sacudida el niño se agarrota en inspiración forzada, con detención de la respiración, pérdida de conciencia y caída al suelo con los ojos en blanco. A menudo se produce una convulsión con o sin emisión de orina.

b) En la forma pálida, el niño pega un grito, palidece y cae en síncope con una sacudida.

Los padres describen estos episodios como convulsiones. El diagnóstico debe descartar los trastornos epilépticos. En el espasmo del sollozo siempre sucede un acontecimiento que lo desencadena. El espasmo del sollozo en el segundo año es la expresión de conflictos madre-hijo, relacionados con el aumento de la autonomía del niño y su dificultad para afrontar solo las emociones difíciles. La pérdida de conciencia es un modo de evitar las emociones difíciles o insoportables. A veces, para que desaparezcan estas crisis basta con asegurar a la madre que el niño no está, bajo ningún concepto, en peligro de muerte.

RETRASO DEL CRECIMIENTO PSICOGENO: Estos niños presentan una talla y peso muy inferiores al normal, pero cuando se los sitúa en un medio donde se le observa de cerca, se le estimula y cubren sus necesidades afectivas, se recuperan, a veces de forma espectacular. Esto nos muestra el efecto tan importante que tienen las carencias emocionales sobre el desarrollo biológico. Se trata básicamente de un bloqueo de la hormona del crecimiento y se produce aunque la alimentación sea adecuada.

DIABETESLos factores psicológicos desempeñan un papel importante, si no en la etiología, sí en la regulación del niño diabético.

Psico-Oncológia

Gestalt

La persona que es diagnosticada con una enfermedad oncológica recibe un impacto emocional enorme, su vida toda se desacomoda, la vivencia que muchas experimentan es que han recibido un golpe extraordinariamente fuerte desde el exterior que ha derrumbado sus vidas y la organización familiar. El diagnóstico generalmente es sorpresivo, en muchos tipos de cáncer la progresión hasta su detección es asintomática y silenciosa, y en los casos en que hay síntomas que avisan muchas veces son ignorados.

Desde el inicio de la enfermedad se enfrentan múltiples duelos, comenzado por la pérdida de la salud. El diagnóstico de cáncer es en sí mismo una situación traumática, difícil de digerir, irrumpe sorpresivamente y desorganiza. Su mayor fuerza traumática además de lo inesperado, reside en su inevitable asociación cáncer=muerte, cáncer=dolor, y en que es una de las enfermedades estigmatizantes de nuestro tiempo. Pareciera que la percepción que poseemos de la muerte ha dejado de ser un hecho natural que forma parte del ciclo de la vida, para convertirse en una tragedia, un accidente, una desgracia que le sucede siempre a otro.

Sin embargo la enfermedad oncológica no es una sola enfermedad como comúnmente se cree, sino que es un conjunto de enfermedades, en las que varía enormemente su pronóstico y tratamiento de acuerdo a su localización, estadio, estirpe tumoral, etc. Por este motivo es imprescindible conocer en cada caso en particular el diagnóstico, pronóstico y tratamientos, contactándose con el médico oncólogo; ya que quien consulta puede tener un cáncer con elevadísimos índices de curación (como los de testículo) , u otros tipos que si no pueden cronificarse llevan a la muerte.

A pesar de que hay muchos tipos de cáncer, y la oncología nos brinda un pronóstico que nos orienta, cada persona es única y responde de manera personal, por lo que es importante que no perdamos de vista la originalidad y el misterio en cada ser humano.

Entonces, el cáncer no es sólo una enfermedad mortal, sino una enfermedad grave, compleja, que irrumpe traumáticamente y amenaza seriamente la vida de la persona enferma, que para poder vivir tendrá que sobreponerse al impacto diagnóstico y afrontar los tratamientos, casi como los trabajos del héroe. Ingresa en un tiempo personal en el que todo se relativiza, se acomodan las prioridades, se da importancia a lo importante. El objetivo esta claro, es la recuperación de la salud y para lograrlo hay que utilizar todos los recursos propios y ambientales que estén disponibles.

El trabajo con pacientes con enfermedad oncológica requiere del acompañamiento en distintas etapas, que variarán de acuerdo a la evolución: etapa diagnóstica, período de tratamientos, recuperación de la salud, cronicidad y progresión de la enfermedad y final de la vida.

Etapa diagnóstica

Inicialmente es de contención, hay una gran movilización emocional, los sentimientos mas frecuentes son angustia, irritabilidad, incredulidad, desesperación, ira, miedo, impotencia, tristeza y abatimiento. El objetivo es que la persona pueda sobreponerse al impacto diagnóstico y pueda reorganizarse para lograr un adecuado afrontamiento. Las intervenciones se dirigen a orientar y disipar la confusión. Es importante el conocimiento sobre oncología del terapeuta, se realizan intervenciones psicoeducativas, de psicoprofilaxis y tendientes a la organización yoíca. Se hace figura tanto en los soportes internos como ambientales. Se contacta al médico tratante y se trabaja el vínculo del paciente con él, también es el momento del armado de la red de sostén. Cuando la familia es de muy pocos miembros o distante la red se extiende a quien este disponible, pueden ser vecinos o compañeros de trabajo.

Período de tratamientos

La capacidad de afrontamiento, de sobreponerse de la persona, dependerá tanto de sus recursos internos, de su ambiente y del significado que le de a su enfermedad y a los tratamientos. Habrá que ir organizando, desmenuzando, ese suceso traumático, entonces eso que parecía imposible de atravesar se va caminando paso a paso, “el sólo por hoy”, una cosa por vez, desde el aquí y ahora. El ejercicio de la no anticipación, el estar en el presente descubriendo los apoyos propios y ambientales, el armado de la red, lo que sí hay, lo que sí se puede.

El paciente se va ubicando, la confusión cede, comienza a ver una luz, un camino a seguir. El objetivo es la adherencia a los tratamientos, y la realización de los mismos con una buena tolerancia y escasos efectos adversos. Aquí se trabaja con el conocimiento, las creencias y las fantasías en relación a los tratamientos, pueden aparecer fuertes miedos e ideas muy distorsionadas acerca de ellos. Se utilizan intervenciones psicoeducativas y técnicas de relajación y visualización para que los tratamientos sean bien recibidos y así aumentar la buena tolerancia a los mismos. De existir efectos adversos de importancia deben siempre ser controlados o por el medico tratante o si es necesario mediante una consulta con cuidados paliativos, ya que es mucho lo que esta especialidad tiene para ofrecer brindando confort y bienestar en cualquier momento de la enfermedad.

Si la persona esta dispuesta, también es el tiempo de comenzar a explorar sus creencias, sentimientos y el significado de su enfermedad.

Recuperación de la salud

La persona finalizó los tratamientos como la cirugía, radioterapia o quimioterapia y los estudios diagnósticos indican que esta libre de enfermedad. Es un período en el que se da el llamado Síndrome de Damócles, en el que la persona esta bien, pero el riesgo de recaer con una recidiva pende como una espada sobre su cabeza. Se requiere que la persona se realice controles periódicos, si no se observa presencia de enfermedad estos controles son cada vez mas espaciados y la curación se produce con la no recidiva en un plazo en años. Es el momento del regreso a las actividades previas a enfermar, se trabajan los miedos que aparecen y que se ha cambiado y transformado a partir de esta situación vivida.

Cronicidad

Hoy en día el cáncer es considerado una enfermedad crónica, es mucho lo que la medicina tiene para ofrecer si no es posible la curación. El objetivo buscado es que la persona continué viviendo con la mayor autonomía y calidad de vida posible, a pesar de que siempre estará sujeta a controles y tratamientos mas o menos periódicos.

Progresión de la enfermedad y final de la vida

La progresión se da cuando la enfermedad no es contenida por los tratamientos y no puede mantenerse en estado de cronicidad. El avance de la enfermedad conduce a la persona al final de su vida. En este período se trabaja interdisciplinariamente y es fundamental que la persona esté asistida por un equipo de cuidados paliativos para que tenga un adecuado control de síntomas. Se busca el confort y bienestar del paciente, y en el caso en que es posible, que pueda morir en su casa rodeado de sus objetos y seres queridos.

Es un momento de mucha intimidad, donde el acompañamiento debe ser sumamente respetuoso y no invasivo, siguiendo más que nunca al paciente como nuestro guía. Es mas importante la presencia que las palabras, los gestos y el lenguaje corporal cobran gran preponderancia, es el momento de facilitar el cierre de situaciones pendientes, las despedidas de los seres queridos y el desapego de esta vida. Es un período emocional y espiritualmente muy intenso. El enfoque Gestáltico con su marco teórico y su modo de abordaje es naturalmente afín para trabajar en psicooncología, sin que sea necesario hacer muchas de las adecuaciones teóricas y técnicas que les requiere a los colegas de otras líneas. Algunos de los puntos de apoyo son:

  • La confianza en la autorregulación organísmica y el desarrollo de las potencialidades
  • La concepción unificadora cuerpo-mente del ser humano
  • El centramiento en el presente y el darse cuenta
  • Noción de campo organismo-ambiente
  • Figura en los soportes y recursos del paciente
  • Figura en la responsabilidad y autenticidad del paciente
  • Reaprendizaje experiencial de nuevas maneras de estar en el mundo
  • La actitud del terapeuta:
  • No fomenta el desarrollo de la neurosis de transferencia
  • Se alía con los aspectos sanos del paciente
  • Se utiliza como instrumento y la contratransferencia esta al servicio del paciente
  • Respeta y explora las resistencias
  • Además de la observación fenomenológica y del método dialogal utiliza recursos dramáticos, plásticos, de movimiento, respiración, visualizaciones, etc.
  • Confía en la capacidad del paciente para recuperar su autonomía

Si bien, toda persona con una enfermedad oncológica atravesará las etapas anteriormente descriptas de acuerdo a su evolución, se podrán alcanzar distintos niveles de profundidad en el trabajo psicoterapéutico: del afrontamiento, del significado y de la trascendencia.

Del afrontamiento

Consiste en que la persona desarrolle los recursos necesarios para poder enfrentar las condiciones que imponen la enfermedad y los tratamientos, sin que aparezca interés en profundizar acerca del proceso de enfermar.

Del significado

En algunas personas surge la necesidad de entender el significado que la enfermedad que atraviesan pueda tener para ellas. Entonces la enfermedad, como nos enseña la Nana, la Dra Adriana Schnake; en su Enfoque Holístico de la Salud y la Enfermedad; trae una posibilidad para ser descubierta. Aquel órgano enfermo posee un mensaje a ser descifrado, entonces a partir de un diálogo gestáltico con él, con el sistema inmunológico y la célula neoplásica, la persona podrá integrar aquellas características o aquel aspecto rechazado y proyectado, entendiendo y vivenciando que lo ha llevado a ese desequilibrio.

De la trascendencia

Va más allá de la evolución que tenga la enfermedad, toda la existencia cobra un nuevo sentido, se supera la dimensión de la personalidad, esta presente la dimensión espiritual y hay una elevación de la conciencia. El acompañamiento de todos los pacientes, brinda un aprendizaje, pero estas personas en especial pueden ser sabios maestros, brindándonos el privilegio de ser testigos de su proceso de transformación. Simbólicamente es la culminación del camino del héroe.

La enfermedad misma puede convertirse en un momento privilegiado para tomar conciencia de la existencia que se está llevando. La tarea consiste en acompañar en los distintos niveles de darse cuenta hacia una existencia más plena. Sin embargo las posibilidades son variadas: algunas personas pueden crecer significativamente , otras solo darse cuenta de algún beneficio secundario de la enfermedad, como las cosas que se permiten por estar enfermos, y otros pueden lograr verdaderas conquistas para sí mismos cuando están afrontando el cáncer, pero que se pierden al recuperar la salud.

Enfermar gravemente implica siempre una crisis en la vida de la persona que lo experimenta, tanto en el sentido de desequilibrio o dificultad como de cambio u oportunidad, al igual que un ideograma del I Ching que une peligro y oportunidad.

Bibliográfica

Elisabeth Kübler-Ross “Sobre la Muerte y los Moribundos” (Ed. Grijalbo-1993) Stephen Levine “¿Quién Muere?” (Ed. Era Naciente-1997)
Stephanie Matthews-Simonton, O. Carl Simonton, James L. Creighton “Recuperar la Salud (una apuesta por la vida)” (Ed.
Los Libros del Comienzo-1998)
Fritz Perls “Testimonios de Terapia”(Ed. Cuatro Vientos-1996)
Adriana Schnake “Los Diálogos del Cuerpo” (Ed. Cuatro Vientos-1995)
Adriana Schnake “La Voz del Síntoma” (Ed. Cuatro Vientos-2002)
José Schavelzon, Jayme de Marsillac y otros “Impacto Psicológico del Cáncer” (Ed. Galerna-1978)
Richard Wilhelm “I Ching, el libro de las mutaciones” (Edhasa 1990)
Zinker Joseph “El proceso Creativo en la Terapia Gestáltica” (Ed. Paidós-2000)

miércoles, 15 de enero de 2014

¿Después del abuso, qué?

Sobre el Abuso o Intento Erótico Sexual Infantil.

Cuando una persona ha sufrido abuso sexual o violación durante la infancia o la adolescencia, o incluso en una época posterior de su vida, hay problemas posteriores a este incidente en la mayoría de las personas, que se manifiestan a corto, medio y largo plazo.
Debes tener claro que una vez que tu niño te cuente haber sido víctima de abuso sexual, ambos experimentarán todo tipo de sentimientos. Tu reacción repercutirá en el manejo que el niño dé al trauma que ha padecido a consecuencia de la agresión. Los niños cuyos padres son solidarios se recuperan más rápidamente del abuso.

En mi práctica profesional se notó un incremento en consultas por posible abuso o intento erótico sexual infantil y peritajes psicológicos a los posibles o posibles agresores.

Estas no siempre está nombradas así, pero quien sabe escuchar y leer entre líneas el entrecortado discurso de la consultante, que cuenta hechos aislados, situaciones que no logra entender, describe cambios de conducta o síntomas físicos o psíquicos en sus hijos, sabiendo indagar, haciendo las preguntas correctas, puede darse cuenta que detrás de un determinado conflicto familiar donde hay niñas o niños involucrados que no quieren quedarse a solas con su padre o padrastro y que a la vez sufren llamativos cambios en su estabilidad emocional y física, es muy posible que haya existido un abuso sexual aún no explicitado por el menor.

No sólo no dicho por el menor sino tampoco "detectado" por su madre, quien tal vez esté "durmiendo con el enemigo", pero le resulta "imposible creer que algo de esa índole pueda estar pasando en su hogar".  Son madres no creyentes en sus hijos (as).

Los sentimientos que aparecen al principio, justo después de esta experiencia desagradable (asco, vergüenza, sentimiento de “estar sucia”, culpabilidad por el hecho) pueden quedar muy dentro de la persona, y ser una constante en la vida de la persona, aunque pasen muchos años, si no exterioriza y supera estos sentimientos, muchas veces con ayuda profesional, aunque no siempre.

El 43 % de los abusos son cometidos por agresores desconocidos, el 33 % por personas conocidas por la familia pero sin una relación especial, el 8 % por amigos de la familia, el 11 % por familiares y el 5 % por educadores.

Para la estabilidad psicológica de la persona, lo más dañino es cuando el agresor es conocido ya que, a lo dañino de un abuso se une el hecho de que se tambalean otras necesidades afectivas o educativas de la persona, y aumenta la suspicacia y la desconfianza hacia las personas cercanas.

La edad donde hay una mayor probabilidad de ser víctima de abuso sexual o violación es entre los 6 y los 15 años, y coincidiendo con el cambio a la pubertad, y coincidiendo con todos los cambios psicológicos y físicos que se producen a estas edades. Precisamente de cara a las posibles repercusiones emocionales, la pre-adolescencia y la adolescencia, donde la persona se está formando, es una época de alto riesgo para posibles trastornos psicológicos futuros.

Lo preocupante es qué hacen cuando algún profesional (abogado, médico o psicólogo) les habla del tema:¿Se separan inmediatamente y denuncian al abusador o niegan la realidad y siguen viviendo con él? Muchas desaparecen y no vuelven nunca más. Otras, lo asumen dolorosamente y toman acciones en defensa de sus hijos.

La estrategia del hombre abusador es la siguiente: “Si tú me dejas ver a los niños, haz de cuenta que acá no pasa nada grave y yo te paso una buena cuota alimentaria. Si litigas para probar que yo abuso de ellos: no te paso un peso". “Te canjeo la plata por el cuerpo de los niños”. "Ya vendrás a pedirme dinero, sabes que necesita a aceptar mi propuesta”.

Claro que  es una propuesta moralmente inaceptable y perturbadora. Lo digno es salvar a sus hijos de semejante aberración, aunque la mujer tenga que hacer malabares económicamente para mantener a sus hijos y pagar honorarios de abogado.

Padres de Familia: si ustedes mínimamente sospecha que sus hijos pueden estar siendo abusados no cierre los ojos a la realidad. No la niegue. Son nada menos que sus hijos quienes están en juego, que a mi modo de ver, son mucho más importante que un matrimonio y que el bienestar económico que a veces se obtiene estando casada.

No espere a que su hija o hijo se siente a contarle como si fuera un adulto, cuánto hace que el padre, padrastro, abuelo, tío,  cura  o profesor la/o  manosea o la/o  viola. Es usted quien tiene la obligación de observar, asociar hechos, sacar conclusiones y consultar con un psicólogo, un pediatra y un abogado, especializado en estos temas, ya que también existen profesionales del área de la salud mental y del derecho incapacitados o no instrumentados para detectar el abuso sexual.

Si está equivocada en sus sospechas, mejor. Pero no corra el riesgo de que sus hijos estén viviendo una situación perversa que no pueden poner en palabras, sino a través de los síntomas y cambios de conducta que manifiestan.

Para los lectores padre de familia: “no todo hombre es un potencial abusador de menores. La mayoría son excelentes padres y aún muchos que no son los padres biológicos sino la pareja de la madre, que cumplen un rol parental muy saludable en la vida de los chicos”.

Pero hay una dolorosa realidad que nos cuesta digerir: Hay mucho por decir, mucho por hacer y  existen muchos niños (as) abusados.

¿Qué Hacer?

1.- Mantenerse calmado. Escuchar el relato de tu hijo puede generar emociones intensas, pero si te alteras, enfadas o descontrolas, dificultará a tu hijo compartir su historia.

2.- Creéle a tu hijo y asegúrale que él no es culpable de lo que ocurrió. Halágalo reconociendo la valentía que tuvo de contar lo ocurrido.

3.- Protege a tu hijo alejándolo inmediatamente del agresor y denunciándolo a la policía. Si no estás seguro sobre a quién contactar, llama a la Línea Nacional para Abuso Sexual Infantil.

4.- Obtén ayuda. Además de acudir a un médico o al pediatra para evaluar cualquier lesión física que tu niño haya podido sufrir (incluyendo enfermedades de transmisión sexual), es importante que tu hijo tenga la oportunidad de conversar con un psicólogo especializado en abuso sexual infantil. Las terapias han demostrado que reducen la angustia en el seno familiar y los efectos del abuso sexual en los niños. Muchas comunidades tienen Centros Activistas para niños que ofrecen apoyo coordinado y servicios a víctimas de abuso infantil, incluyendo abuso sexual.

5.- Reitérale que cuenta con el amor y la aceptación del resto de la familia. No hagas promesas que no puedes cumplir (como por ejemplo que no contarás a nadie sobre el abuso), pero asegúrale que harás todo lo que puedas para protegerlo.

6.- Mantente informado sobre los próximos pasos, especialmente los relacionados a procesos legales. (Para más información sobre cómo ayudar a niños víctimas de abuso sexual a manejar la angustia que genera el proceso legal, lee el documento titulado "Abuso sexual infantil: Cómo manejar el estrés emocional producto de procedimientos legales", en el sitio en Internet de la Red Nacional para el Estrés Traumático Infantil.

“La Red Nacional para el Estrés Traumático Infantil explica que algunos niños que denuncian abuso sexual luego se retractan, pero eso no significa que hayan mentido. En la mayoría de los casos habían dicho la verdad al formular la denuncia original, pero luego enfrentan sentimientos encontrados hacia el agresor y sobre lo que ha ocurrido a raíz de la denuncia”.

En ciertos casos, algunos niños le han jurado al agresor guardar un secreto, e intentan proteger el secreto retractándose. Algunos niños comienzan a negar lo ocurrido y les cuesta aceptar el abuso sexual. En algunas familias, el niño se ve presionado a retractarse porque la denuncia ha afectado relaciones familiares. Un retraso en el enjuiciamiento del agresor también puede llevar al niño a retractarse para reducir la angustia relacionada al proceso legal. Según cifras de la Red Nacional para el Estrés Traumático Infantil un porcentaje muy pequeño de niños se retractan tras haber formulado una denuncia falsa.

En el caso específico que el niño haya sido abusado sexualmente debido al tráfico humano, es vital que no se dude en buscar inmediatamente ayuda médica profesional.

"Cuando una persona está siendo acosada, en lugar de reaccionar de manera obvia, lo que hay que hacer es no dejarse intimidar, estar tranquilamente ,conservar la serenidad y ser muy firme ante la negativa de cualquier chiste, insinuación, tocamiento etc.; poner distancia de por medio inmediatamente; evitar estas compañías y denunciar cuanto antes cualquier conducta de acoso sexual. Es importante mencionar que si la víctima no se siente incomodada y aprueba esta conducta, en ese caso, solo en ese caso el acoso no es considerado un crimen, y el acosador no es considerado un criminal".

En el caso del adulto que padeció abuso sexual en su infancia, es obligatorio que revise si este evento le trae problemas actualmente, de ser así busque profesionales que conozcan del tema y tengan la sensibilidad para tratar sus necesidades.

viernes, 10 de enero de 2014

El Llanto

Deriva del latín plorare, que significa lamentarse, despertar compasión, derramar lágrimas, etc.

Más allá de que el llanto o el lagrimeo sean un mecanismo fisiológico que puede que tenga lugar incluso antes de nacer, quizás para proteger al ojo, o un comportamiento que mueva a compasión de forma "egoísta" (Schopenauer), es antes que nada un modo de expresión universal distintivo del género humano que nos permite liberar emociones.

 “Llorar permite reducir la intensidad de las emociones fuertes y trabajar con ellas para solucionar problemas”

Culturalmente llorar se ha asociado a debilidad, por ello muchas personas intentan reprimir el llanto, sobretodo públicamente. Esto emocionalmente es una bomba de relojería. Tanto las emociones positivas como las negativas han de ser expresadas logrando así un compendio emocional equilibrado.

¿Por qué lloramos? La respuesta es simple: por motivos biológicos. Con el lloro se limpia el lagrimal, se consigue una adecuada hidratación del ojo y se liberan hormonas del bienestar. El estrés conduce a una sobrecarga de estas últimas y, al llorar, se elimina una parte de adrenalina, noradrenalina y oxitocina, además de opiáceos endógenos, un grupo de péptidos que provocan los mismos efectos que los analgésicos opiáceos.

"Estas hormonas permiten fijar la atención en los sentimientos, en aquello que se hace, en el organismo y en la persona misma"

Dejando atrás los tabúes, llorar es beneficioso para la salud. Se produce una liberación de adrenalina, hormona segregada en situaciones de estrés y noradrenalina, hormona que actúa como neurotransmisor que contrarresta el efecto de la adrenalina. En las lágrimas se puede apreciar, entre otras sustancias, la presencia de catecolaminas (epinefrina y noradrenalina). Expulsar estas sustancias permitiría reducir la inervación del sistema nervioso simpático durante momentos de estrés, cuando el mismo estimula la actividad del corazón, incrementa la presión sanguínea y el flujo de la sangre en los músculos.

El efecto de ambas hormonas produce en el organismo una sensación de desahogo y tranquilidad, el cuerpo se relaja y en muchas ocasiones la persona se queda dormida después de un episodio de llanto. Por ello, el dejar liberar todas estas emociones negativas que nos sobrepasan en determinados momentos de nuestra vida, ayuda al bienestar posterior y se convierte en un aprendizaje propio sobre cómo gestionarnos emocionalmente.

También para Freud, llorar permite liberar emociones. La contención del llanto ante el estrés, puede revertir en la aparición de diversos trastornos (úlcera duodenal, asma…), y el sujeto se vuelve más propenso a experimentar angustias y tensiones internas con las consiguientes consecuencias, como por ejemplo, la aparición de un cáncer.

Tan beneficioso es reírse como lo es llorar, puesto que ambos son estados emocionales innatos en el ser humano que lo ayudan a liberar emociones tanto positivas en el caso de la risa, como negativas en el del llanto. Las dos formas de expresión de sentimientos son necesarias para que la persona gestione correctamente su estado de ánimo. De la misma manera que el fijarse en tan sólo una de ellas, como el hecho de estar todo el día riendo reprimiendo el llanto, o todo el día llorando reprimiendo la risa, suponen un malestar emocional difícil de controlar.

Actualmente podemos decir que vivimos en una sociedad que nos obliga a disociar nuestras emociones de nuestras frustraciones o pérdidas. El llanto es cada vez más ocasional, oculto en la intimidad y estigmatizado. Ya no hablamos de tristeza sino de depresión. Y eso conduce naturalmente a la medicalización de nuestro estado. Sin embargo "La tristeza, junto con la capacidad de sentir compasión y miedo, es un elemento básico en la constitución del juicio y la sensibilidad moral. Sólo un imbécil moral o un psicópata pueden desconocer cualquiera de esos tres estados anímicos." (De la tristeza, Alfonso Fernández Tresguerres)

Una creencia popular bastante generalizada nos dice que llorar nos brinda consuelo en las situaciones particularmente difíciles.

Aunque en algunas ocasiones la ciencia viene a confirmar la sabiduría popular, lo cierto es que esta vez la investigación científica nos brinda informaciones un tanto diversas: llorar puede aumentar el estrés y la reacción arousal del sistema nervioso autónomo.

¿A quién creerle? ¿En cuántas ocasiones no hemos experimentado en carne propia el efecto catártico del llanto?

Consecuencias de reprimir el llanto

Por el contrario, reprimir el llanto no favorece la salud. Sin embargo, socialmente tiene una connotación de debilidad y muchas personas, en su mayoría hombres, tienden a cohibirse. Según detalla Molero, se reprime porque, a través de la educación, se insta a los niños y a los hombres a no llorar. Están más vetados que las mujeres para dar rienda suelta a sus emociones; pueden expresarlas, pero no demasiado, ante el riesgo de parecer demasiado sensibles, débiles e inseguros.

Por este motivo, es crucial que desde la infancia se eduque a los niños para que expresen sus sentimientos y comuniquen sus emociones, ya que "llorar es una buena forma de expresarlas", destaca Molero. Según precisa, "es una válvula de escape y, como ocurre con una olla a presión, si una persona las reprime al límite y no se permite derramar lágrimas cuando lo necesita, cuanta más presión tenga, esa emoción se manifestará de forma más incontrolable". No llorar suele ser un indicador de un bloqueo psicológico. 

Otras consecuencias de aguantar el llanto es que se contiene más rabia y agresividad y muchos trastornos de ansiedad se somatizan cuando se bloquean todas las emociones, entre otras, con manifestaciones en la piel.

Llanto sano, llanto patológico

La tristeza es un sentimiento natural. Ante un acontecimiento vital como la muerte de un ser querido, lo normal es pasar un tiempo de duelo, de profunda tristeza. Pero muchas personas, lejos de reaccionar en el primer momento, se quedan bloqueadas. "Hay que enfrentarse a las emociones. Pasarlo mal. Hay que aceptar que hay emociones buenas y negativas y no se deben eliminar estas últimas. Ambas forman parte de la vida y, en ocasiones, hay que sentirlas. Evitarlas o bloquearlas solo hará que continúen ahí. Hay que enfrentarse a ellas, aunque duela".

Además, "las personas que lloran no suelen tener un trastorno psiquiátrico. Llorar no es ninguna enfermedad, sino una reacción normal". No obstante, aclara que "llorar tampoco es preventivo" de depresión o de trastornos de ansiedad. No evita tener una patología mental -que depende de determinados factores de la personalidad de cada uno-, pero puede paliar los síntomas de esas enfermedades en un momento concreto.


El llanto sano, es proporcional al motivo que lo desencadena. Es normal cuando se asocia a un hecho luctuoso, como un fallecimiento, pero el llanto patológico se asocia a síntomas como no dormir, sufrir angustia, dejar de comer, perder peso, sentirse sin ánimo de hacer nada, estar muy tristes, no moverse de la cama, tener ganas de morirse o ideas suicidas. En estos casos, es desproporcionado y podría ser una señal de trastorno mental en la que el lloro es uno de los síntomas, como un trastorno depresivo o bipolar. No obstante, se advierte de que la sociedad coetánea ha cambiado y en ocasiones, "se medicaliza" el tratamiento de sentimientos, como la tristeza, que son naturales y que el ser humano debe sobrellevar.