domingo, 23 de abril de 2017

"Un monstruo viene a verme": Retratos de la Psicología Infantil.

Dirigida por el español Juan Antonio Bayona y basada en la novela homónima de Patrick Ness.
Este articulo contiene spoilers de la pelicula, si aún no la has visto o quieres verla, no continues leyendo.
Demuestra una gran profundidad psicológica al tratar algunos temas con los que todos nos enfrentamos en la vida: la culpa, las relaciones humanas, la aceptación, el proceso de duelo y la gestión de las emociones.

Esta película en realidad es una historia de aceptación. Como dice una de sus frases, muchas veces nos mentimos a nosotros mismos por no querer o no ser capaces de aceptar algo que nos duele: “A veces la gente necesita mentirse a sí misma más que ninguna otra cosa”. Hasta que no se de una aceptación de lo que no estamos queriendo ver, no podremos ocuparnos de nosotros mismos e incrementaremos el dolor que, por otro lado, intentamos evitar.

En la película se hace patente que sólo después de reconocer y vaciar sus emociones, Conor puede finalmente aceptar la enfermedad de su madre. La aceptación de una circunstancia dolorosa sólo puede llegar después de hacernos conscientes, expresar y descargar las emociones que nos provoca.

El personaje del árbol es una clara figura terapéutica que acompaña y ayuda a Conor en su proceso de duelo. Igual que un profesional de la psicoterapia, el árbol le ayuda a aceptar, expresar, tomar conciencia y despenalizar las intensas emociones que le generan las situaciones que está viviendo. “No vine a curar a tu madre, vine a curarte a ti”

Otra lectura que se le puede dar al personaje del árbol es que representa una parte de Conor, que sería la verdad de sus pensamientos, emociones y acciones, la parte sana y consciente que es capaz de sostener, transitar y gestionar lo que le sucede. Tenemos que decir, no obstante, que es casi imposible que un niño de esa edad pueda realizar solo esa tarea, ya de por sí muy compleja para la mayoría de personas adultas.

A veces se cuenta con pocos recursos para gestionar lo que nos sucede. A veces por juventud como le pasa a Conor, otras porque simplemente no disponemos de herramientas para hacerlo, tengamos la edad que tengamos. En estos casos un soporte profesional será clave para ayudarnos a actuar de la manera más sana posible. 

Todos tenemos un instinto de supervivencia que en momentos de crisis nos empuja a dar, dentro de nuestras posibilidades, la mejor respuesta posible. Aunque esa primera reacción defensiva nos ayude a sobrevivir, a salir adelante y a (supuestamente) aliviar el dolor, puede no ser la más saludable para nosotros y acarrearnos consecuencias muy negativas.

En la película Conor reprime sus emociones, y a pesar de ser la mejor respuesta que puede dar en ese momento, es una actitud que le perjudica a muchos niveles. El monstruo le enseña a expresar sus emociones, le da el permiso que el niño no se da a sí mismo para que por fin pueda aceptarlas, transitarlas y, finalmente, vaciarlas.

En algunos momentos, el monstruo se convierte en esa parte oculta de Conor que tanto necesita mostrar y aceptar, esa parte que él niega y oculta y que está llena de rabia, frustración y miedo. Con el acompañamiento del árbol por fin puede descargar la rabia que tanto tiempo lleva reprimiendo (dónde y cómo la descarga quizá no sea la mejor de las elecciones, pero dadas las circunstancias se hace comprensible que encontrándose al límite, Conor hace lo que puede…)

“Lo que callamos nos puede llegar a matar” Como dice esta frase del árbol, la represión o negación de las emociones tiene consecuencias negativas a muchos niveles. El darnos permiso a expresar en un espacio terapéutico o de confianza incluso aquellas que nos parecen más censurables, nos permitirá liberarnos de la carga neurótica que conlleva su negación.

De no haber contado con la ayuda del monstruo, Conor habría acarreado una gran mochila llena de culpa, miedo, tristeza y rabia que sin duda le habría impedido realizar una buena gestión del duelo de su madre y habría tenido consecuencias negativas durante toda su vida.

Para soportar la culpa, para expiar su terrible secreto, Conor quiere ser castigado. (Bullying) Tan terrible es la culpa que siente, que busca su castigo en todas partes: cada vez que se porta mal, pregunta si le van a castigar, a lo que le suelen responder “¿para qué serviría?”. Creemos que la respuesta interna de Conor es “¡para aliviar mi culpa!”. Por eso, en realidad es él quien acosa a su agresor mirándolo fijamente, buscando sus agresiones. El matón del colegio es el ejecutor del castigo que Conor cree merecer, y por eso, cuando el niño se niega a seguir pegándole, Conor entra en cólera.

Cuando nos sentimos culpables, a veces tendemos a proyectar nuestra culpa fuera buscando el responsabilizar a otros de ella. Otras, buscamos inconscientemente como Conor el castigo que creemos merecer, castigándonos nosotros mismos o a través de otros (como quien, después de ser infiel, lo confiesa a su pareja para aliviar su culpa en un intento de ser “castigado”).

La abuela además, ejerce el rol de controladora ante Connor: es quién se encarga de poner reglas, establecer límites y organizar la vida del niño.

“No siempre hay un bueno. Ni siempre hay un malo. Casi todo el mundo está en algún punto intermedio” Ése es el mensaje que el monstruo quiere que Conor entienda antes de que el niño revele “su gran verdad” en la cuarta historia.

Cuando por fin llega el momento de enfrentarse a “la verdad”, Conor revela que “quería que todo acabara”, que una parte de él deseaba la muerte de su madre. El árbol despenaliza ese pensamiento para que el niño pueda aceptar que es una reacción natural fruto del profundo dolor que siente: “Tu vida no la escribes con palabras, la escribes con acciones.Lo que piensas no es importante.”

Reconocer que en la pesadilla que lo martiriza noche tras noche, en realidad Conor “suelta” a su madre para dejar que caiga al abismo, es una metáfora de que por fin acepta lo que está sucediendo. Una catarsis demasiado artificial para mi. Cuando la suelta, finalmente puede descansar en la realidad de que su madre tiene que marcharse y él no puede hacer nada al respecto más que estar a su lado.

En una de las escenas finales, el monstruo invita al niño a decirle a su madre la “verdad más sencilla”, que no es otra que “no quiero que te vayas”. Detrás de todos los pensamientos contradictorios y aparentemente incompatibles, lo que queda es lo más sencillo, la emoción real.

Esta historia da para analizar y profundizar en muchos más temas, pero para terminar el artículo nos quedamos con esta otra frase de “Un monstruo viene a verme” que de alguna manera, creemos que lo resume casi todo: “Si dices la verdad, podrás enfrentarte a todo lo que venga”.

Nota: No debemos olvidar que se trata de una película y por lo tanto, no todas las actitudes y devoluciones se darían tal cual en un espacio real de terapia.


Fuentes: 
Articulo publicado por, http://psicopedia.org/6743/monstruo-viene-a-verme/:

lunes, 17 de abril de 2017

Recupera tu Deseo Sexual

La ausencia de apetito sexual puede tener causas orgánicas o psicológicas. Identificar los motivos que influyen en esa falta de deseo puede ser el primer paso, según los expertos, para mitigarlos y así recuperar las ganas de mantener relaciones sexuales.

Muchas personas que ven su deseo sexual por los suelos, tienden a preocuparse más de la cuenta, lo que los ciega para poder observar posibles soluciones y entierra aún más ese erotismo que quedó tirado algún tiempo atrás.

La falta de deseo sexual puede estar desencadenada por muchos factores diferentes. Entre ellos cabe mencionar:

Problemas físicos: Trastornos hormonales. Infecciones vaginales. Diabetes. Parto reciente. Disfunciones sexuales. Menopausia.

Problemas Psicológicos: Episodios traumáticos como una violación, un abandono, un desengaño amoroso. Baja autoestima. Ansiedad. Angustia. Depresión. Estrés. Cansancio.

Problemas relacionados con la relación de pareja: Falta de atención. Falta de comunicación. Monotonía. Desinterés. Terceros.

¿Por qué es necesario recuperar el deseo sexual?

La vida sexual es necesaria en toda relación de pareja. Además, dejar al sexo en el olvido es el error número uno que conlleva al aburrimiento y acaba con el bienestar de la vida en pareja. La falta de sexo, por periodos largos, hace que se destruya la ilusión hacia la otra persona, y crea una montaña enorme de desinterés hacia el otro. El sexo juega un papel importante en tu salud mental y física. Los beneficios del sexo son tantos y tan importantes que no deberías terminar de disfrutar de ellos.

Recuperar el deseo sexual

El sexo es una gran benefactor de la vida personal de cada quien y mucho más de la pareja como tal, por lo cual, vale la pena realizar todo aquello que nos sea necesario para traer el deseo de vuelta a la cama y que nos esforcemos en volver a despertar el erotismo en nuestra vida para vivir una sexualidad plena y sana.

Algunas sugerencias que te serán útiles para recuperar el deseo sexual, ponlos en práctica para que vuelvas a ser una persona sexualmente satisfecha:

1.- Una cita: Planeen una cita y actúen como si fuera la primera vez que van a salir juntos. Compórtense de manera que tengan que conquistar al otro, muestren sus mejores cualidades, coqueteen entre sí, conozcanse y ríanse como si estuvieran conociéndose por primera vez. Seduzcan, pero no lleguen al coito. O bien, encuentren formas distintas de hacer las mismas cosas. Para recuperar el deseo sexual es muy importante que busquen y encuentren en cada actividad que realicen algo nuevo y diferente que los anime a seguir haciéndola, es una gran herramienta para la unión de la pareja.

2.- Tómense unos minutos al final del día solo para conversar: Hablen sobre cómo estuvo el trabajo, cómo se sintieron, si pasó algo inusual, algo cómico, no importa cuál sea el tema, pero conversen solos (sin niños, sin teléfono, sin interrupciones). 

Nota: Si hay algún problema entre ustedes, no lo saquen a relucir, dejen que este sea un rato para hablar amena e íntimamente con la pareja.

3.- Contacto: El contacto con la piel de la persona que te atrae produce la liberación de oxitocina, una hormona relacionada a la excitación y el apetito sexual. Por ello, es importante que siempre mantengas el contacto físico con tu ser querido. Eso sí, debe ser algo espontáneo, cuanto más inesperado sea el contacto, más fuertes serán los estímulos.

4.- Una buena salud integral: en la que se controla la obesidad y los hábitos nocivos, como el exceso de alcohol y el cigarrillo, es fundamental para mejorar el estado anímico y físico, lo que provocará una sexualidad mucho más placentera.

Nota: Si bien beber una copa de vino puede servir para relajar a las personas y sentirse más dispuestas a tener un encuentro íntimo, el exceso de alcohol puede afectar la capacidad de tener una erección y de alcanzar el clímax.

5.- Nuestra sexualidad está en nuestra cabeza: Malas experiencias pueden generarnos malestar al recordarlas, en lugar de excitación, condicionando nuestra vida sexual. Asimismo, la falta de educación sexual o las connotaciones negativas que tengamos en torno al sexo o incluso aquellas historias que puedan relacionar el sexo con algo sucio o tabú puede afectar al deseo.

6.- Practiquen ejercicio y aliméntese bien: Este consejo es vital para recuperar el deseo o si no lo ha perdido, para mantenerlo en buenos niveles. La actividad física y la alimentación adecuada son los principales encargados de que nuestro organismo funcionen correctamente y de darnos las energías necesarias para cumplir como se debe con el día a día.

Nota: El ejercicio moderado, practicado regularmente, ayuda a mejorar el flujo sanguíneo a los órganos sexuales. Además, la obesidad y la grasa abdominal disminuye la producción de testosterona.

7.- Mantén una buena autoestima: De acuerdo a como se encuentre la autoestima depende en gran medida la libido. Es esencial querernos y respetarnos para recuperar el deseo sexual. Busca algunos libros de autoayuda para apreciarte más, mírate en el espejo diariamente y saca a relucir tus mejores cualidades.

8.- Relajación: En casos de estrés y angustia, nada mejor que entregarse a la relajación. Toma un baño caliente, escucha música suave, lee un libro en compañía de una copa de vino, date un masaje, las opciones son infinitas. Este consejo de seguro ayudará a recuperar el deseo sexual caído.

9.- Dormir lo suficiente: Un estudio demostró que después de una semana de dormir tan solo 5 horas por la noche, los niveles de testosterona se redujeron entre un 10% y un 15%. Es importante tener en cuenta que respetar las necesidades del cuerpo y descansar lo suficiente aumenta el rendimiento físico y la libido.

10.- Lleva la creatividad y la novedad a tu vida sexual: Habla con tu pareja y practiquen cosas nuevas. Traten con nuevas posiciones sexuales, sexo oral, sexo anal, juguetes o juegos sexuales. Nunca sabes donde podrás encontrar eso que te lleve a gozar de un gran placer y que de paso recupere el deseo sexual en tu vida. Utiliza tu imaginación.

11.- Fomentar la relación de pareja: Para desear, hay que estar disponible. En otras palabras, hay que disponer de cierto tiempo en la vida cotidiana para desear. Si vuelves a casa con la cabeza llena de preocupaciones laborales o dejas que los quehaceres caseros ocupe todo tu tiempo libre, es imposible desear. Encuentra un momento y dedícatelo solo a ti, a ustedes. Esta disponibilidad recíproca permite, en la mayoría de casos, recuperar el deseo perdido.

Nota: Sorprende! Espera a tu pareja con una rica cena, crea en el dormitorio una ambiente romántico, hazle una llamada para recordarle lo que le quieres y deseas,  etc. Esto es bueno para recuperar el ánimo y el deseo entre ambos.

La pérdida de la libido generalmente tiene entre sus causas un elemento psicológico. Es posible que la ansiedad, la depresión o el estrés estén jugando un papel importante en la situación y es por ello que sería aconsejable realizar determinadas actividades para mejorar el estado anímico tales como:
  • Control del estrés: Este desencadena la producción excesiva de una hormona llamada cortisol, que provoca un desequilibrio de todas las demás hormonas, incluyendo las sexuales. Es por ello que para recuperar el apetito sexual es sumamente importante realizar actividades que ayuden a poner el estrés bajo control, como la meditación, el yoga, caminatas, etc. El estrés es un enemigo del deseo.
  • Aprender algunas técnicas para el manejo de la ansiedad: Entre estas técnicas se incluyen aprender a respirar profundamente, leer libros de autoayuda, consultar con un profesional para iniciar una terapia o acudir a un grupo de apoyo.
  • Tratar la depresión: En el caso de que la pérdida del deseo sexual se deba a una depresión es aconsejable recurrir a un profesional para que determine los mejores tratamientos a seguir, ya que en ocasiones, basta con una terapia y algunos cambios en el comportamiento, como realizar más ejercicio (ya que libera endorfinas), mejorar la alimentación, los patrones de sueño y exponerse más a la luz del sol. En otros casos más agudos será necesario recurrir a determinados medicamentos.
  • Modificar las actitudes y comportamientos negativos: También es posible comenzar una Terapia Cognitiva Conductual que puede resultar útil a la hora de modificar los pensamientos negativos y las actitudes que llevan a que se pierda el interés en la intimidad o en cualquier otro tipo de actividad recreativa o deportiva.
  • Aprende a expresar tus deseos sexuales: Sugiere a tu pareja qué posiciones sexuales y qué situaciones te gustan, las caricias que más te excitan o los lugares donde te gustaría hacer el amor. Mujeres, recuerden que eres responsable de tu propio placer y, aunque para muchas mujeres puede resultar incómodo hablar de lo que les gusta o no, es la única manera de alcanzar una relación sexual satisfactoria. No será fácil para tu pareja satisfaceros mutuamente si no conoce tus necesidades. Nota: Dile lo que te gusta y lo que quieres en la cama, sin exigencias ni reproches. Puedes guiar su mano suavemente y expresar lo que te gusta y durante cuánto tiempo. No te quedes muda, ni tampoco pases al otro extremo de guiarle en exceso.
  •  Realizar una terapia sexual con la pareja: Otra opción es comenzar una terapia sexual en pareja para resolver determinados conflictos que pueden estar presentes en la convivencia y para acordar juntos las actividades a realizar para tratar de despertar el deseo nuevamente.
Recuerda que las mujeres y los hombres no desean de la misma manera, no presiones, no te enojes, no hagas cosas que afecten tu relación, ten mejor comunicación con tu pareja y lleguen a acuerdos flexibles, sanos y placenteros para ambos. Son pocas las mujeres actualmente que tienen problemas de inhibición del deseo sexual. Entiende, que para la mujer, la sexualidad es un tema que puede pasar a segundo plano y por lo tanto, se adaptan más fácilmente que sus parejas a los problemas relacionados con el deseo. Saben encontrar otras satisfacciones y de forma inconsciente, anteponen, por ejemplo, la relación que mantienen con sus hijos.

Es mucho mejor prevenir que curar: Si se quiere evitar este tipo de problema se debe empezar por una actitud positiva y abierta sobre la sexualidad, cuidar la salud en general, esforzarse por mantener una vida sexual activa y placentera, un buen conocimiento del cuerpo y las sensaciones, dedicar tiempo a la intimidad y comunicación con la pareja, además de momentos de ocio, saber dar y recibir muestras de cariño y afecto, sin tener que ir más allá, y si es necesario, buscar nuevos estímulos en libros eróticos, películas, juguetes sexuales, aceites para dar masajes, y todo tipo de elementos que puedan enriquecer la vida sexual de la pareja.

Consultar a un profesional de la salud

En ocasiones es necesario consultar con un sexólogo/ psicólogo clínico, para recuperar el deseo sexual y salir del problema con estrategias y técnicas en especificas individuales y de pareja. No dudes en hacerlo si lo necesitas, puede ser la ayuda que buscabas para terminar con esta difícil situación. Si luego de probar con todos los métodos anteriores no se obtienen resultados positivos lo aconsejable es acudir a un médico para descartar alguna enfermedad subyacente o para obtener una prescripción para corregir algunas condiciones.

Es necesario saber que, en cualquier pareja, el deseo sexual tiende a disminuir con el tiempo. Sin embargo, no todos actuamos igual ante el deseo; algunas parejas mantienen viva la llama de la pasión durante muchos años mientras que otras la extinguen enseguida. Así pues, quizá lo importante es aprender a estimular el deseo.

No dejemos que nuestra relación se convierta en algo automático y carente de sentido. Hagámonos algo de tiempo para regocijarnos en la intimidad.




Fuentes:

martes, 11 de abril de 2017

Cómo Eliminar las Emociones Negativas de Nuestra Mente

Examinando la influencia de la culpa y la preocupación en nuestro bienestar psicológico.
Si piensas que la culpa o la preocupación tienen alguna contribución positiva en tu vida, significa que tienes una percepción distorsionada de la realidad.

Emociones como la culpa y la preocupación son cada vez más frecuentes en la sociedad actual. Cada vez es más común observar personas estresadas que se "hunden en un vaso de agua", por situaciones que tal vez, en el prisma de los demás, no son tan graves.

¿Qué son las emociones negativas?

El poder destructor de las emociones negativas se debe principalmente a la influencia que éstas ejercieron en nuestra infancia. Aprendimos desde pequeños, durante el desarrollo de nuestra primera y segunda infancia, que si no nos sentíamos mal por algún error cometido o no nos preocupábamos lo suficiente por el futuro no seríamos capaces de corregir alguna actitud o solucionar algún problema.

Desde pequeños nos enseñaron este tipo de emociones negativas con el fin de instruir nuestra conducta y corregir cierto tipo de comportamientos. Este problema se expresa principalmente en nuestra etapa de madurez, puesto que tanto la culpa como la preocupación pueden ser emociones realmente dañinas para nuestro bienestar emocional, al exponernos a manipulaciones y al caer en conductas auto-castigadoras.

Por qué la culpa y la preocupación son emociones negativas

El problema de la culpabilidad y la preocupación reside principalmente en que desperdiciamos todos nuestros momentos presentes castigándonos por cosas que ya sucedieron o que queremos que sucedan en el futuro. A causa de este tipo de pensamiento negativo, nuestra capacidad de disfrute y conexión con la vida queda gravemente mermada.

A pesar de que ambas emociones tienen como teórico fin ayudarnos a corregir comportamientos o a buscar posibles soluciones a problemas, ambas cumplen también con un propósito inútil en nuestra vida, puesto que solo logran mantenernos inmovilizados ante una adversidad. Este tipo de "inmovilización" se puede observar tanto en conductas culpabilizadoras como en sentimientos de ansiedad o miedo ante un posible suceso.

“La culpabilidad puede servir de retribución en sí misma y de permiso para repetir el mismo comportamiento“ Osho

Una sociedad que nos aboca a la preocupación constante

La sociedad actual se encuentra llena de personas que se sienten mal por algo que no deberían haber hecho, o se encuentran estresados por cosas que podrían llegar a suceder.

Con la culpa a cuestas, se sienten abrumadas por alguna actitud del pasado. mientras que con la preocupación se sienten ansiosos por cosas que aún no han sucedido y que, para más inri, es probable que nunca lleguen a suceder.

Lo más probable es que tú, querido lector, te encuentres en esta misma situación en algunas ocasiones. Si te sientes frecuentemente atrapado por alguna de estas emociones, es necesario trabajar con ellas para poder empezar a construir el futuro dejando estas emociones negativas y paralizantes al margen.

Cómo eliminar el sentimiento de culpa

Empezar a ver el pasado como algo que no puede cambiarse, sin importar cómo te sientas al respecto de él, es algo fundamental para eliminar este tipo de emociones negativas. Puedes utilizar frases como: "Mi sentimiento de culpa no va a cambiar o mejorar nada de lo que sucedió" puesto que ningún sentimiento que implique castigarte podrá lograr algún cambio positivo en tu actitud o en tu vida actual.

Si quieres un cambio significativo en la manera en que respondes ante las manipulaciones culpabilizadoras de tu pensamiento, comienza por incorporar a tu vida las siguientes estrategias liberadoras de culpa.

1. Acepta tu comportamiento sin castigarte por ello: Vive plenamente el momento presente y luego busca alguna solución constructiva. Optar por sentirte culpable y auto castigarte por lo sucedido no solucionará nada ni tampoco asegurará que tu comportamiento vaya a cambiar. En el mejor de los casos, obtendrás una solución "parche" que no tardará en esfumarse.

2. Fíjate momentos adecuados para ocuparte de tus asuntos y obligaciones: Pregúntate qué es aquello que has estado evitando, reflexiona sobre si tu sentimiento de culpa es producido por estar evitando alguna situación o alguna responsabilidad, ¡Y ocúpate de ello!

3. Haz valer tu posición de no auto castigarte: Si algún individuo tiene alguna posición contraria a la tuya e intenta manipularte por medio de la culpa, empieza por respetar tu posición de no optar por sentimientos inútiles que impliquen auto castigarse y reflexiona de manera constructiva sobre si tu actitud tiene algún propósito o solo te está perjudicando.

4. Comienza por aceptar cosas en ti mismo que puede que no le agraden a los demás: Recuerda que es imposible satisfacer a todo el mundo, tu comportamiento no tiene por qué ser catalogado como malo o bueno según la opinión del resto. Fija como prioridad tu felicidad y armonía antes que la aceptación externa.

5. Toma nota de todas las situaciones que te hacen sentir culpable: Puedes anotar el porqué, el cuándo y el quién de la situación, para luego analizar y determinar si es que efectivamente debes de realizar algún cambio en tu actitud.

Cómo eliminar la preocupación

Para eliminar la preocupación, comienza por cambiar tu percepción sobre el futuro. Deja de percibirlo como algo sobre lo que debas estar pendiente todo el tiempo, así te alejarás de los pensamientos obsesivos que solo te reportan ansiedad y miedo.

Puedes utilizar frases como: "Solo lo que haga en el presente podrá determinar mi futuro". Si aplicas esta máxima, verás qu es absurdo preocuparse por cosas que aún no han sucedido, sobre todo si nos privan de vivir el momento presente.

Permítete emplear las siguientes estrategias para liberarte de tus sentimientos de preocupación y comenzar a ocuparte de tu vida.
  • Empieza por encargarte del problema cuando sientas la necesidad de preocuparte por una situación: el mejor antídoto para sanar la preocupación es la acción.
  • Reconoce lo incoherente que resulta preocuparse por cosas que aún no han sucedido, hazte frecuentemente la pregunta: ¿Cambiará algo el hecho de que esté preocupado? ¿A pesar de lo que pueda suceder, podré seguir haciendo cosas valiosas por mí y los demás?
  • Permítete periodos cada vez más cortos para sentirte preocupado: podemos empezar realizar tres sesiones de 10 minutos al día para sentirnos preocupados. Cabe recordar que debemos hacer lo posible por sentir preocupación solo en los momentos establecidos.
  • Realiza una lista de todas las preocupaciones de ayer, la semana pasada o el año anterior: puedes verificar esta lista para convencerte de que tus preocupaciones muchas veces no eran tan graves, ya que a pesar de todo hoy sigues vivo. Observa cómo en cada situación fue la ocupación la que logró construir una solución, mientras que la preocupación no tuvo ningún efecto positivo.
¿Por qué nos enseñaron estas emociones negativas?

La principal razón por la cual se nos enseñaron emociones negativas como la culpa o la preocupación se debe en gran medida a nuestros valores culturales, puesto que se considera como algo "inapropiado" no sentirse mal y no castigarse por nuestros problemas.

Todo este legado cultural se relaciona con la importancia que le damos a nuestros problemas, puesto que nuestra cultura se nos enseña que, si realmente nos importa una persona o algún asunto en concreto, debemos demostrar nuestro interés sintiéndonos culpables por una actitud "mala" que hayamos tenido, o exponiendo nuestra preocupación para demostrar nuestro cariño.

Es como si nos enseñaran que el exponer nuestro dolor y malestar emocional fuera un requisito fundamental para mostrar afecto e importancia hacía demás.

Articulo publicado por pagina amiga Psicología y Mente.
https://psicologiaymente.net/clinica/como-eliminar-emociones-negativas#!

miércoles, 5 de abril de 2017

Mitomania: La Mentira como Forma de Vida

La mentira compulsiva no es un trastorno en sí mismo. Es una manifestación clínica, una sintomatología que forma parte de otros trastornos.
Quien sufre este mal, muy pronto es rechazo por los de su entorno
El mitómano suele ser narcisista, tener baja autoestima, deficiencias en habilidades sociales, y desconfianza en las personas y sus relaciones entre otros. Algunos autores hablan incluso de que podrían existir cierta predisposición genética, aspecto todavía en controversia.

Los mentirosos patológicos falsean la realidad como vía de escape, para obtener atención e incluso admiración y entran en un círculo vicioso que les acaba dejando solos en el laberinto de sus mentiras.

El mitómano o mentiroso compulsivo crea un personaje de sí mismo porque su imagen no le satisface, no la tolera y no la soporta. Lo que hay de base es un problema de autoestima bien serio. Ej: “Yo necesito decirte que soy alguien que realmente no soy. Necesito presentarme delante de ti como ese ideal de lo que yo quisiera ser”. En realidad,  proyectan  falta de aceptación.

En la mitomanía puede existir o no intención de engañar o estafar, aunque el verdadero fin es deformar la realidad para contar una historia personal más llamativa. Al principio esas narraciones logran su efecto, cautivando a quien le escucha, obteniendo atención, respeto y hasta admiración, que es lo que en definitiva mantiene esta conducta, además del miedo a ser descubierto.

Los mentirosos compulsivos mienten porque hay un beneficio psicológico, de placer, de relajación, de construcción de una realidad alterna. Se dan unas dinámicas neuroquímicas, una liberación de adrenalina que hace que la persona experimente placer en esos procesos de mentir. Y “no necesariamente” sienten culpa al mentir. Ahora bien, si los descubren en sus mentiras, tal vez puedan sentir vergüenza o pasen por un proceso de reflexión.

La situación que puede originar un comportamiento mitómano suele estar relacionada con el estrés, cuando la persona se encuentre en un momento comprometido y piense en recurrir a la mentira como una salida fácil a dicha tensión, precisamente esa liberación que va a sentir cuando salva la situación con la mentira va a ser el motivo para que se vuelva a repetir en otras ocasiones. Como también presenta un alto nivel de ansiedad cuando se encuentra en situaciones propicias para el acto.

La mitomanía puede estar presente en otros problemas mentales, como el trastorno límite de la personalidad, trastorno facticio, trastorno bipolar o el trastorno de esquizofrenia, incluso es habitual que se presente junto a otras adiciones como la del consumo de sustancias ilegales o la ludopatía. Por ello, es imprescindible un buen diagnóstico diferencial para establecer prioridades a la hora de realizar el tratamiento, dando preferencia a aquellos síntomas más graves, como una desintoxicación, antes de proseguir con otras intervenciones terapéuticas.

Los mentirosos se pasan mucho tiempo cubriendo sus rastros, especialmente si son retados y cuando se encuentran bajo fuerte sospecha suelen usar gestos grandiosos para reforzar sus comentarios. Pero los gestos que usualmente son achacados a los mentirosos son los llamados auto adaptadores que son usados por las personas que se sienten expuestas o vulnerables, no por los mentirosos. Si los mitómanos se tocaran mucho la nariz ya hubieran dejado de hacerlo, la gente que miente se concentra mucho en la información que maneja para poder continuar ocultando la verdad.

A menudo suelen escrutar la reacción de la otra persona ante sus afirmaciones, intentan leer si le estás comprando la historia. Las personas sinceras no se molestan si hablan despacio, pero los mentirosos suelen pensar que un discurso lento puede parecer sospechoso y es que cuando se dice la verdad “no se altera dramáticamente la velocidad del discurso.

De acuerdo con los investigadores en Neurología el mentiroso usa mucho lo que se llaman gestos metafóricos, especialmente cuando su mentira se encuentra bajo fuertes sospechas. Un gesto metafórico sería tocarse el corazón como una forma de decir amor o abrir las manos para señalar el tamaño de algo. Los mentirosos usan estas señas un 25% más que los honestos. También usan más gestos rítmicos, como repetir alguna frase para enfatizar su declaración.

O como decía mi abuela, el mentiroso cuando se ve descubierto se enoja o se hace la víctima J

Recuerda que un verdadero mentiroso planea su discurso cronológicamente, mira directamente a los ojos, no pierde ningún detalle y jamás mira hacia el lado, este es un recurso de la memoria real. Lo que sí hace es tocarse el pelo como si quisiera alisarlo y mueve las manos como si le molestaran los dedos. Una forma de pillar una mentira es pedirle a la persona que relate el mismo discurso pero al revés. Como no existe memoria, tiene que inventarlo todo de nuevo, por lo tanto, se pierde y no puede hacerlo.

¿Es posible la rehabilitación de un mitómano? Sin tratamiento se espera un incremento progresivo de la magnitud de las mentiras con el tiempo. Requiere procesos de terapias, como terapia cognitiva y técnicas de comunicación, y puede requerir medicación.

Si tienes un familiar mitómano, adicto a mentir, comunícale que lo sabes, y que actúas conforme a ello, e igualmente indícale que piensas que sería bueno que buscase ayuda para poder superarlo, pero sin querer obligarle y sobre todo muéstrale los problemas presentes y futuros que le puede acarrear seguir mintiendo: problemas legales, de separación o divorcio de su pareja, o el alejamiento o rechazo de amigos y familiares.

domingo, 2 de abril de 2017

Errores que Destruyen al Amor

Es difícil renunciar a una ilusión, pero más difícil aún es desligarse de una relación peligrosa.

La vida y la experiencia nos enseñan que no se puede vivir de ilusiones y que hay que aprender a tomar decisiones más saludables. La ilusión (idealización) puede hacer que una persona se enamore sin tener en cuenta lo que le dice la razón y lamentablemente esto es lo mismo que arrojarse al vacío sin red.

Algunas mujeres de pronto se enamoran, creen que les gusta alguien desesperadamente y en esas condiciones se entregan a él sin querer verlo como realmente es. No les importa que tome demasiado alcohol, que consuma drogas, que no trabaje, que sea inestable, que no tengan nada en común, que tengan objetivos distintos y también actitudes violentas.

Cada persona es responsable de su destino, porque aunque es probable que sus circunstancias ayuden a forjarlo, el resto, que es mucho, dependerá de sus decisiones. Una vez que se comete un error, es difícil volver atrás y borrar todo lo que hicieron, porque se desencadena una serie de acontecimientos que no se pueden evitar pero que se podían haber previsto y que seguramente obligue a pagar un alto costo y haga sufrir a las personas que se aman.

Los costos de las ilusiones perdidas son altos y provocan sufrimiento, depresión, desesperanza y desconfianza en cualquier otra posible relación, que aunque sea diferente va a ser el vínculo que pagará injustamente por la desilusión anterior. Una relación compromete a una persona tal vez por mucho tiempo, porque si decide terminar con ella no será fácil si el otro no está de acuerdo y es imposible hacer borrón y cuenta nueva sin pensar en las consecuencias.

La baja autoestima hace creer a ciertas mujeres o hombres que no tienen opción, que tienen que aceptar al primero que se presenta sin demasiadas pretensiones, sin embargo, en esa elección puede estar en juego su propia vida. Parecen no darse cuenta que no siempre a un armonioso cuerpo físico le corresponde un alma noble y que precisamente esa condición puede predisponer a aprovecharse de esos atributos y jugar con las mujeres.

Por esta razón, saber elegir es un don muy preciado, porque garantiza mayor estabilidad y bienestar duradero y porque además, aleja la desilusión y el dolor y previene la desesperanza.

Muchas mujeres creen que pueden cambiar la forma de ser de un hombre y esa creencia es su mayor riesgo, o en el caso de los hombres querer que sea ella como uno es, porque nadie puede cambiar a otra persona, sólo se puede cambiar uno mismo; simplemente porque el cambio tiene que ser con convicción y nunca lo provoca algo externo, sino que tiene que venir desde adentro.

Lo primero que debes evitar es ser infiel, algo que todos sabemos que es el principal motivo por el que muchas relaciones se destruyen. Una infidelidad es el error más grande que se puede cometer dentro de una relación, ya que inclusos en la pareja más liberal, esto tiende a lastimar y crear la desilusión por la traición de la persona que amas.

Otro aspecto muy importante a cuidar en una relación es el de evitar ser indiferente, ya que esto conduce a que ese fuego se apague y la relación colapse definitivamente. También es importante que consideres no reprimir tus emociones, es decir si hay algo que te molesta sencillamente hazlo saber, no le ocultes nada, así sea por evitar alguna discrepancia, recuerda que hablando todo se entiende. No reprimas tus emociones, pues sencillamente harás una acumulación de ellas que tarde o temprano dejará que salgan, y muchas veces no es de la mejor manera.

Otro aspecto que trae muchos problemas en una relación y frecuentemente lo veo en mis consulta es cuando te vuelves extremadamente celoso (a), tanto así que no puedes tolerar que se junte o salga con sus amigos e incluso familiares. Recuerda que los celos matan, crean desconfianza y elaboran supuestas historias que solo tú ves y por las que sufres y haces sufrir a tu pareja.

Analiza si tu relación verdaderamente te hace feliz, de lo contrario reconsidera terminar la misma, ya que el fin de toda relación es ser feliz, mas no hacer una acto de caridad o estar con alguien por lastima. 

Nota: Para “las mujeres” evita ser rencorosa, pues generalmente guardan cierto resentimiento de las discusiones con la pareja, y les encanta recordar detalles de la misma, como si estuviera pasando en ese momento.

Apreciable lector, una relación de pareja pasa por diferentes etapas y con el paso del tiempo, se va conociendo a la otra persona, de esta forma decidimos si estamos dispuestos a compartir nuestra vida con ella o no. Si estás buscando cómo mejorar tu relación, hacerla más sólida y verdadera, procura no hacer cosas que puedan dañarla.

Qué NO hacer:

1. Olvidar que la pareja es una persona individual con sus propios sentimientos y necesidades y que no es de nuestra propiedad. Al paso del tiempo la relación se hace tan cotidiana que tendemos a confundirnos y pensar que el otro es prácticamente de nuestra propiedad. Un signo de ello son los celos excesivos, la violencia, las recriminaciones y exigencias.

2. Utilizar el chantaje emocional como forma de comunicación para conseguir lo que deseo del otro. Esta actitud es igual de común en hombres como en mujeres y, en general, es aprendido de un padre o madre muy manipulador. Frases como: "sin ti no soy nada", o "si tú no me amas nadie más me amará"; son un chantaje directo para mantener dominado al otro.

3. Criticar constantemente a tu pareja. Muchas veces estamos esperando que el otro cometa un error para "caerle encima" con una lluvia de críticas. Lo peor de esta actitud, es que jamás se soluciona algo. Al contrario, destruye la espontaneidad y creatividad en la pareja e impide que el que critica, exponga las cosas positivas que hace su pareja.

4. No pasar tiempo de calidad junto a tu pareja. Muchas veces nos quejamos de que  no nos queda tiempo para nada, pero probablemente te pasaste una o dos horas en internet o viendo televisión. Intenta aprovechar cada instante con tu pareja y ojo con no caer en la rutina. Disfruten del tiempo que pasen juntos.

5. No escuchar a tu pareja. Todos sabemos lo fundamental de una buena comunicación en las relaciones. Una buena comunicación se inicia dando importancia a lo que te dice el otro. Escucha a tu pareja con total atención y no cambies el tema o lo interrumpas. Esta es la mejor forma de demostrar al otro cuánto lo amamos.

6. Tener una mala relación con los padres de tu pareja. En general nuestras relaciones son el reflejo de las relaciones de nuestros padres. El no tener una buena relación con los padres refleja nuestra incapacidad de aceptarlos como personas, con defectos y virtudes. Cuando criticamos a los padres, es porque esperamos que sean perfectos y sabemos que eso no es posible, y esto es algo que debemos superar porque si no, será muy difícil que puedas aceptar y valorar tu propia relación de pareja.

7. No saber reconocer cuándo nos equivocamos y, en consecuencia, no saber pedir perdón. El orgullo y el temor a sentirse cuestionados son uno de los principales motivos por los cuales no reconocemos nuestros errores. Pedir disculpas o perdón requiere de una gran fortaleza. Tu pareja te agradecerá una disculpa sincera.

8. Estar de mal humor todo el tiempo. Una de las cosas que más fortalecen una relación de pareja es tener la capacidad de reír, bromear y de disfrutar la compañía del otro. El buen humor es sinónimo de inteligencia. El mal humor puede terminar con tu relación.

9. Decir mentiras. Las mentiras son la contracara de los celos. Si uno descubre que el otro miente, se instala y corroe el vínculo de tal manera que lo puede destruir irremediablemente. "La mentira aparece cuando faltan otros recursos en la pareja. Uno debería preguntarse qué quiero obtener o qué no me animo a perder y, además, saber que cuando uno de los dos miente, la situación se vuelve en contra, como un búmeran".

10. Perder la comunicación. Cuando una pareja pierde la capacidad del diálogo o de, simplemente, intercambiar miradas cómplices, denota serios problemas en la relación. Aristóteles dijo: "Debemos expresar lo que sentimos a la persona adecuada, en el momento adecuado, con el propósito justo y de la forma correcta".  La incomunicación es “el origen de todos los errores” porque cuando una pareja pierde la capacidad del diálogo o de simplemente intercambiar miradas cómplices. Por su parte, atribuye la incomunicación al querer evitar peleas, algo que puede devenir en la infidelidad. El antídoto infalible es el diálogo constante y fluido.

11. La rutina podría ser un veneno mortal: los horarios, el cuidado de los hijos, los compromisos laborales y familiares, todo contribuye a mecanizar el día a día. Por eso, el antídoto para ese veneno es encontrar un espacio propio de la pareja, “divertirse de a dos”.

12. La saturación es el veneno que hace a las personas “esquivas a la dedicación indispensable para solidificar una relación de amor”, El mejor antídoto es buscar los  momentos de intimidad entre la pareja, sin trabajo ni familia de por medio, para “tener comprensión frente a las necesidades o dificultades del otro”.

13. Bloqueos Psicológicos: Cargamos con barreras mentales y emocionales que nos impiden completar el desarrollo humano y alcanzar una verdadera madurez. Banalizamos el nexo existente entre las experiencias de la infancia y el comportamiento del adulto, producto de heridas muy concretas que vulneraron la dignidad e integridad en los momentos clave de la estructuración psíquica. Una profunda empatía con nuestra historia y con nosotros mismos puede devolvernos la vitalidad perdida y estabilidad emocional.

14. Otras consideraciones: 
  • Sentimiento de pertenencia: Creer que tu pareja es de tu propiedad sin importarte sus sentimientos y necesidades.
  • Idealizar a la pareja.
  • Exigir más de lo que se da.
  • Dramatismo, capacidad de maximizar los problemas.
  • Diferencias: generan fuertes conflictos en la pareja, que se van sumando uno a uno y que van desgastando la relación.
  • Insatisfacción sexual, el sexo tiene gran peso en una relación amorosa, se aconseja una vida sexual activa, placentera y cómoda, para garantizar en gran proporción, fuerte unión en la pareja.
  • El descuido personal y apatía.
  • Hacerles reproches: Porque no te entiende, porque consideras que se equivoca o no es lo bastante cariñoso según tu criterio.
  • Ignorar a tu pareja: Dejarle fuera de las decisiones importantes en tu vida e incluso de las que les atañen a ambos.
  • Agresiones físicas y verbales.
  • Etc…
En el amor sano no cabe el tener que resignarse a vivir el martirio de la insatisfacción.

viernes, 31 de marzo de 2017

Abordaje Psicológico de Pacientes con VIH-SIDA

Aunque la problemática sanitaria del VIH-Sida es considerada en nuestro país como una cuestión relevante y grave.
Pese a la antigüedad del problema (el Virus de Inmunodeficiencia Humana o VIH, fue identificado y caracterizado en 1983) sigue siendo al día de hoy una cuestión opaca para la mayoría de los profesionales de la salud.

Estrategias de intervención psicológica frente al VIH

En mi experiencia y considerando las peculiaridades de nuestro sistema de salud y su grado de desarrollo, las actividades más importantes y necesarias a desarrollar por los psicólogos frente a esta problemática son: la prevención, el potenciamiento (mediante diversas estrategias informativas, de consejería y de educación) del desarrollo de diagnósticos precoces y el fortalecimiento de las adherencias a los tratamientos médicos específicos, en especial los que incluyen medicación antirretroviral. Asimismo, a grandes rasgos, podemos caracterizar las estrategias de intervención como de inicio (en la primer etapa de confirmación de la seropositividad), de educación, información, de evaluación psicológica y social de la situación y la problemática, de seguimiento de los procesos de tratamiento, de emergencia frente a crisis y de rehabilitación cuando la patología ha afectado sensiblemente la vida familiar y social de la PVVS.

Por otra parte, al realizar una intervención directa con PVVS el psicólogo debería trascender la mera oferta de contención emocional (necesaria sin lugar a dudas)  para brindar además y fundamentalmente,  posibilidades de esclarecimiento y comprensión de la dimensiones psicológicas y sociales del problema, propiciando nuevas perspectivas de elaboración  simbólica de los conflictos inmanentes y de gestión empírica de las dificultades.

No obstante, hay también otras tareas eminentemente técnicas a desarrollar en algunos momentos de la evolución de la enfermedad tales como la evaluación de las funciones cognoscitivas afectadas por la infección y la eventual instrumentación de estrategias re-habilitadoras y/o compensatorias frente al déficit.

No olvidemos que se trata de un virus neurotrópico, es decir que puede afectar al sistema nervioso central provocando cuadros neurológicos (encefalopatías, demencias y delirium) en aproximadamente el 30% de los casos (Ballester, 1999; Ballester, 2005)

Aspectos psicológicos 

Comienza antes de su verificación mediante pruebas de laboratorio. Salvo aquellas personas que lo contrajeron de forma accidental sin haber incurrido regularmente en prácticas de riesgo, las demás -en su mayoría- han desarrollado un proceso previo de significación de esta condición y de otorgamiento de sentido a la situación. En los entornos sociales más vulnerables al VIH son de los consumos altamente problemáticos de drogas y comportamientos peligrosos como: imprudencias diversas, violencia, etc.

Expuestos, apenados, lastimados y débiles, los pacientes diagnosticados con VIH, se enfrentan a su vida. Se presentan diversas situaciones que exigen del individuo una reinterpretación de su vida y lo obligan (obligación que se cumple o no, pero que existe), al desarrollo de estrategias nuevas que le ayuden a reintegrarse socialmente. Le imponen la resolución de conflictos, lo enfrenta a su realidad cruda y sus pertenencias reales, sus recursos y sus redes sociales. Le fuerzan a asumir otra actitud y conducta consigo mismo y con el mundo. La presunta cercanía de la muerte, obliga a la honestidad. El VIH ancla al sujeto a la vida, o lo mata. La persona se adapta o se destruye con una muerte lenta o rápida, pero siempre inminente, con actualizaciones periódicas de su amenaza. Sin embargo, aceptar la idea de finitud, no solo aplaca la angustia, sino que puede volver la existencia más intensa y vital.
Muy frecuentemente los pacientes suelen referirse al estado de shock inicial generado por el diagnóstico como situaciones de terror, pánico, espanto y horror. En tales momentos, una correcta consejería y contención psicológica se tornan de capital importancia para una adecuada elaboración de esa situación, procurando evitar que el miedo de lugar al pánico, es decir a esa respuesta espontánea y desorganizada que se puede traducir en reacciones poco meditadas en relación con su vida familiar y social. Asimismo, mientras se tramita ese shock inicial no sólo importan los riesgos derivados de actitudes y comportamientos poco meditados sino también de los derivados de la crisis emocional.

Sin embargo, frente a estas respuestas emocionales comprensibles y esperables hay una dimensión que no siempre se tiene en cuenta y a la cual se debería prestar particular atención. Me refiero a esa conjunción de factores iatrogénicos y efectos secundarios propios de algunos antirretrovirales (o bien de otros fármacos utilizados frente a diversas enfermedades oportunistas co-mórbidas del sistema nervioso central) que pueden generar a menudo alteraciones significativas en los estados anímicos. Por ejemplo, el famoso AZT (o Zidovudina, llamada anteriormente azidotimidina) uno de los antirretrovirales más usados desde fines de los años ´80, presenta una gran variedad de efectos secundarios tales como nauseas, dolor de cabeza, fatiga, cambios en la coloración de algunas partes del cuerpo así como la inducción de estados psicológicos muy diversos que varían de persona a persona: manía, depresión, astenia, confusión y ansiedad. (Ballester, 2005) Por esta razón, es deseable desde el comienzo un abordaje multi o interdisciplinario que incluya atención psiquiátrica y algún profesional con experiencia que pueda discernir eventuales efectos iatrogénicos y secundarios del tratamiento farmacológico.

El miedo al deterioro físico, la preocupación por la continuidad de su trabajo, la incertidumbre sobre el futuro de las personas con las que convive y ama, las exigencias materiales de un tratamiento que se imagina prolongado y complejo, así como la amenaza que comienza a cernirse sobre la continuidad de sus propósitos y objetivos en la vida (pareja, hijos, proyectos, etc) aparecen conformando en esta primera etapa una suerte de aplanadora existencial de una masividad inmanejable. Asimismo esos temores suelen aparecer amalgamados con los temores e incertidumbres de su entorno micro social de inserción y pertenencia. La función del psicólogo en esta etapa que adquiere un rol crucial de sostén, interlocución reflexiva y orientación.

En algunos casos la crisis emocional desencadenada por el diagnóstico de seropositividad adquiere un carácter más agresivo y violento, en otros más apático y resignado o bien de confusión y desorganización general.

Los temores más ansiógenos y frecuentes son a la:
  • Discapacidad, deficiencia física o minusvalía que pueda sobrevenir como consecuencia de la evolución de la enfermedad
  • A la desfiguración corporal (Sarcoma de Kaposi; etc.)
  • Al rechazo y abandono social debido a la estigmatización del VIH como puede ser el abandono por parte de familiares, parejas o amigos debido al diagnóstico
  • A infectar a otras personas o a sufrir una reinfección
  • Los motivos de enojo y frustración más comunes suelen estar referidos a las:
  • Incertidumbres inherentes a la evolución de la infección
  • Déficits informativos, de asesoramiento y de atención social
  • Incierta eficacia de los tratamientos
  • Complejidad de los tratamientos (cantidad de pastillas; tiempo que se invierte en el mismo; etc.)
  • Calidad de los tratamientos y fármacos (según se le esté suministrando originales, genéricos o copias) 
  • Por el juicio social acerca del modo en que contrajo el virus
Estas reacciones suelen estar amalgamadas con un sentimiento variable de culpa debido a la relación que eventualmente pudo existir entre su comportamiento sexual o de consumo de drogas y el VIH. Sentimiento especialmente incrementado si la persona considera que propició el contagio o si teme haber puesto en riesgo o haber dañado a otra.

Se debe tener presente que el desarrollo del VIH tanto en su dimensión biológica como en la simbólica, produce un desarreglo general psicológico, emocional y fisiológico y es procesado en forma sui generis de acuerdo a los recursos afectivos, materiales y sociales de cada PVVS.

Es sabido y está aceptado científicamente que: los estresores psicológicos -como los casos de duelo, divorcio, las situaciones traumáticas y los estados depresivos- alteran el funcionamiento del sistema inmunológico. Entre otras pruebas que existen al respecto, vale subrayar que se han encontrado disminuciones en las cantidades de linfocitos en las personas infectadas por el VIH y que padecen depresión. Las implicaciones de la depresión en los pacientes infectados por el VIH/Sida son importantes. Se ha demostrado que los pacientes VIH positivos con síntomas depresivos tienen mayores probabilidades de no cumplir las pautas del tratamiento con fármacos antirretrovirales y de no seguir los consejos médicos.

La atención psicológica en los servicios de salud acoge a las PVVS proporcionando consejería y apoyo psicológico en el proceso de notificación de la enfermedad y de la aceptación de la condición de portador. De este modo, mediante la escucha, la comprensión e intervención se procura potenciar la calidad de vida de la PVVS minimizando consecuentemente sus riesgos físicos y emocionales propiciando además una actitud responsable en el manejo de la infección, de sus actos y decisiones. Quizás esta habilitación de un espacio de re-elaboración simbólica de la historia de vida desde una actitud comprensiva del drama existencial del otro.

Otro objetivo de vital importancia es el ayudar a sostener la adherencia al tratamiento médico-farmacológico en todas sus variantes, incluyendo el monitoreo regular de enfermedades oportunistas y el respeto por las recomendaciones terapéuticas. No olvidemos que la gestión de los antiretrovirales, sumado a las indicaciones de dieta y  demás cuidados de sí,  exige constancia y disciplina. Para el psicólogo se vuelve necesario la instrumentación de coordinaciones con los médicos tratantes (infectólogo, neurólogo, psiquiatra, dermatólogo, etc. el grupo como unidad de tratamiento) propendiendo o instrumentando de ser posible un trabajo en equipo. Cada etapa exige encuadres y aproximaciones diferentes y requiere conocimientos específicos del psicólogo sobre esta patología y las variaciones periódicas en el modo científico de entenderla y tratarla. Es decir que a diferencia de otros ámbitos de intervención clínica requiere de una actualización permanente y del desarrollo coordinado y complementario de trabajo en todos los niveles de atención.

Otros dos  niveles importantes de intervención son la evaluación cognitiva del paciente y un monitoreo constante tendiente a determinar si hay algún nivel de deterioro intelectual ocasionado por la infección y consecuentemente cuando se observa este hecho diseñar alguna estrategia compensatoria de tratamiento y rehabilitación.

Muy frecuentemente en algún momento del proceso suele aparecer en forma latente o manifiesta la demanda de una intervención familiar que contemple a los miembros más significativos de la familia nuclear o extensa del paciente. Pasando a  intervenir sobre la textura vincular del grupo familiar, sus dinámicas, sus procesos de comunicación y aprendizaje, sus emergentes y los ínter-juegos de asignación y asunción de roles.


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