miércoles, 13 de junio de 2018

Los Prejuicios Hacia la Psicología y su Práctica Terapéutica

La psicología desde sus orígenes siempre ha tenido sus adeptos entre las personas de a pie y los eruditos, pero igualmente ha tenido a sus detractores entre esos mismos grupos de personas.
Alto al stigma
Normalmente, esta resistencia se basa en ideas preconcebidas que se tienen sobre lo que es la Psicología, o el trabajo de un Psicólogo. He querido hacer una recopilación de las razones más frecuentes para ofrecer una explicación alternativa que ayude a comprender la ayuda que pueden obtener si deciden al final beneficiarse de la Psicología.

Este post se propone aclarar, de una manera breve, aquellos que más se escuchan en la sociedad y que también aparecen en la consulta.
  1. “Mi amigo es el mejor psicólogo” “¿Ir a terapia? Eso es para débiles. Yo tengo amigos, ellos me escuchan siempre, bueno no, tanto no, a veces ser hartan de mis problemas pero no pasa nada.”
  2. “No voy al psicólogo porque yo estoy bien así”. Hacer terapia es un proceso de autoconocimiento, de hacerse cargo de lo que a uno le pasa, y requiere de mucha fortaleza y responsabilidad.
  3. “Los psicofármacos son el mejor tratamiento para los problemas emocionales” La medicación, sea ansiolítica o antidepresiva,  puede ayudar a disminuir la sintomatología evidente que resulta molesta. Por sí misma, la mayoría de las veces la medicación no es suficiente, ya que suele “tapar” dichos síntomas, pero no soluciona las causas, cosa que sí hace el psicólogo clinico.
  4. “Es más rápido y eficaz una pastilla”. A veces, las personas prefieren no complicarse y tomarse una pastilla que les ayude a encontrarse mejor en ese momento. “Las pastillas actúan como los asintomáticos en los resfriados, la terapia es como un antiviral o antibiótico que erradica la raíz del problema”. Como dije arriba, esto no quiere decir que las pastillas no sean de utilidad, pueden ayudar como complemento y, en trastornos determinados son indispensables pero por sí solos, los psicofármacos, no son capaces de erradicar el problema.
  5. “Qué vergüenza me da que se enteren de que voy al psicólogo”. La idea de ir al psicólogo va asociada a diferentes mitos o prejuicios sociales. Nos da miedo lo que pueden pensar de nosotros otras personas. Lo importante es tener claro que queremos lo mejor para nosotros, y que si los demás no son capaces de entenderlo, hasta qué punto nos interesa su opinión. El objetivo principal es alcanzar el bienestar y gozar de un perfecto estado mental, al lograrlo poder cambiar esos conceptos o ideas erróneas asociadas con ir la psicólogo y ayudarles que tomen esa decisión si lo necesitan.
  6. “Me da vergüenza contar mis intimidades a un desconocido”. Es común encontrarse con este pensamiento, cuesta mucho contar lo que  a uno le pasa a alguien que no conoce. Un Psicólogo no te escucha para juzgarte, siempre tratará de comprender tu problema y de observarlo desde una visión objetiva sin prejuicios para poder encontrar la mejor solución a lo que te perturba.
  7. “Con el tiempo todo se cura”. Es verdad que, a veces, con el paso del tiempo vemos los problemas desde otra perspectiva. Pero, muchas veces,  sólo conlleva la cronificación de un problema que podría haberse solucionado si hubiéramos intervenido a tiempo. Por tanto, dejar pasar el tiempo es la peor de las opciones.
  8. “No es para tanto, ya se me pasará con el tiempo”. Como dije arriba, el tiempo puede paliar el sufrimiento pero no eliminar el motivo de nuestro malestar, ya que podemos volver a pasarlo mal si surge una situación similar. Si tenemos la opción de ahorrarnos el dolor, el tiempo que pasamos sufriendo y disponemos de la oportunidad de cambiar la forma de ver las cosas y aprender las habilidades necesarias para afrontar esos problemas, ¿por qué esperar a ver si “se me pasa”?
  9. “Si le cuento mis problemas al psicólogo, éstos se solucionarán”. Cuando una persona acude al psicólogo solo significa que tiene un problema y busca ayuda especializada para resolverlo.  En muchos casos, acudir al psicólogo es más un acto de responsabilidad que no de “locura” o de “debilidad”.
  10. “Los psicólogos no hacen nada y te quitan el dinero”. Este prejuicio es doblemente falso. Simplemente, realiza un servicio y cobra parte de ese servicio. Ej: Si Ud que me lee tiene una carnicería y estoy una hora en la carnicería pidiendo cosas, ¿querrá cobrar al final? ¿o me podré ir sin pagar?
  11. “No creo en esas cosas”. En la psicología ese realizan estudios para demostrar que las evaluaciones y los tratamientos que se realizan dan resultado y son eficientes. Y, en efecto, muchos estudios y experimentos avalan la validez de la misma.
  12. “Es demasiado cara”. Si nos planteamos que estamos invirtiendo en ser capaces de sufrir menos en nuestra vida, ¿realmente es un coste elevado? Pero si te alcanza para salir de antro e ir de shopping, ¿o no? Invertir en la salud mental es una prioridad tan básica con excelente beneficios.
  13. “La psicología no sirve para nada”. Sirve si se le da una oportunidad. La actitud del paciente es fundamental para conseguir una buena relación terapéutica, para que colabore en su propia terapia.
  14. “Lo que me hace falta es una buena borrachera con amigos y se acabó”. Es aconsejable tener compañía y el apoyo de los amigos en circunstancias difíciles. Hablar con amigos puede ayudarte a desahogarte, a expresarte, a probar a ver diferentes puntos de vista. Lo que ocurre es que, la visión de los amigos se encuentra sesgada al haber vivido junto a ti tu problemática y su opinión será más subjetiva. Un psicólogo valorará la situación de manera objetiva, ofreciéndote una explicación a lo que te ocurre basado en su experiencia y formación, y te proporcionará las herramientas necesarias para poder hacer frente a esas dificultades. Un psicólogo no aconseja, sino que te prepara para las adversidades. Por otro lado, las borracheras tampoco ayudarán a que te sientas mejor al ser el alcohol un depresor, y mucho menos solucionará tu problema.
  15. “La psicología no existe. No creo en los psicólogos”. La psicología es una ciencia y se rige mediante el modelo y el método científico. Estamos formados en tener las herramientas para poder ofrecer una ayuda para fomentar el bienestar y una buena salud mental.
  16. “Los psicólogos están analizando a la gente todo el tiempo”. Esto es algo errado. El análisis es un proceso mucho más exhaustivo que requiere de un gran trabajo, de tiempo, y sobre todo de la predisposición de la persona de querer que suceda.
  17. “No me fue bien con un psicólogo”. Otro motivo que me encuentro a menudo es el hecho de que hayan tenido una mala experiencia con un psicólogo. Hay que tener en cuenta que, como en toda profesión, existen buenos y no tan buenos profesionales. Si no ha funcionado con un psicólogo, no quiere decir que no nos vaya a ir bien con ningún otro, al igual que si comprando en una frutería nos va mal, no dejamos de comprar en otras fruterías.
  18. “Todos son psicólogos son iguales”. Equivocado! Existen muchos psicólogos con estilos de análisis diferentes. Busca la terapia que se adecue a tus necesidades, ¡verás lo mucho que te ayudará!
Nota: Los prejuicios hacía la psicología no sólo se encuentran entre las personas, sino incluso entre los propios psicólogos. Creemos que hemos avanzado y que entre nosotros nos apoyamos, pero la realidad dista bastante de ser la versión utópica que nos hemos creado en nuestras cabezas.

El psicólogo trabaja día a día con individuos que se encuentran en momentos de suma vulnerabilidad en su vida. Las características sociales y culturales de los pacientes pueden ser bien diversas si tomamos en cuenta factores tales como el género, estatus socioeconómico, raza, etnia, habilidad física y mental, orientación sexual, y estatus migratorio, entre otros. Si bien nos encontramos en una profesión que podemos categorizar como de ayuda, esto no nos exime a los psicólogos de prejuicios. Los psicólogos somos tan “de carne y hueso” como el resto de la población. Y para algunos colegas, estos prejuicios podrían afectar negativamente nuestra relación y eficacia terapéutica y su mala praxis. En este contexto es importante que los psicólogos reconozcamos nuestros prejuicios sociales y culturales y luchemos activamente para impedir que estos afecten la calidad de los servicios que ofrecemos. Es un imperativo ético y profesional para todos nosotros los psicólogos.

“autoconocimiento respecto a cómo sus propios valores, actitudes, experiencias, y contexto social influyen en sus acciones, interpretaciones, elecciones y recomendaciones”

Elimina todos los prejuicios que tienes sobre la terapia. Si necesitas respuestas, tal vez sólo necesitas que alguien te haga las preguntas correctas. Un buen terapeuta te puede ayudar a encontrar el camino para hacerlo. Una vez que identifiques los problemas y tomes conciencia de que están allí, puedes tratar de corregirlos, deberás negociar con tus problemas, superarlos y vivir una mejor calidad de vida y ser más exitoso en tus relaciones con el entorno.


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viernes, 1 de junio de 2018

Perfil Profesional del Psicólogo

Para todo el profesional de psicología

Más allá de las demandas actuales debe de estar enmarcado en la línea del trabajo en comunidad; para ello se debe enfatizar en el desarrollo de diversas cualidades y aptitudes personales, tales como una mayor sensibilidad con todo tipo de personas y contextos.
El psicólogo en general es un profesional de crecimiento continuo que atraviesa nuevos horizontes y desafíos en su quehacer diario, y más allá de ello su relevancia radica en la identificación y aquella predisposición por darse por los suyos y entablar estrategias de mejor en la calidad de vida de la comunidad en general. Ello solo será posible si se empieza a enfatizar la labor de campo, más que la mera actividad arcaica de oficina o consultorio a la cual gran parte de egresados se enfocan en la actualidad.

“El Psicólogo es un profesional educado académicamente que ayuda a sus clientes a entender y resolver problemas aplicando las teorías y métodos de la psicología”

Para ser psicólogo clínico, se necesita:
  • Capacidad investigadora.
  • Un fuerte interés en la forma de pensar y actuar del ser humano.
  • Un enfoque lógico y metódico para la resolución de problemas.
  • Excelentes habilidades interpersonales y de comunicación.
  • Un enfoque tranquilo y profesional en todo momento.
  • La capacidad de comunicar los resultados de sus investigaciones, incluso en informes escritos.
  • Habilidades de trabajo en equipo, para trabajar junto con otros profesionales.
  • El respeto estricto de la confidencialidad de sus clientes.
  • Conocimiento de psicología para entender el comportamiento de una manera científica.
  • También debe ser/estar:
  • Un buen oyente.
  • Trabajar de forma lógica y sistemática.
  • Paciente, objetivo y carente de prejuicios.
  • Capaz de relacionarse con personas de todas las edades y de todos los entornos sociales.
  • Capaz de establecer una relación de confianza y constructiva con los clientes.
  • Comprometido a ayudar a las personas a transformar sus vidas de una manera positiva.
  • Resistente y capaz de no verse superado por las dificultades con las que se encuentra.
En el área clinica: capacidades, habilidades, destrezas y actitudes
  • Conocimiento sobre los diferentes enfoques psicológicos de la personalidad y sus alteraciones.
  • Conocimiento y comprensión sobre las diferentes técnicas psicoterapéuticas.
  • Conocimiento y comprensión sobre los diferentes enfoques de la salud mental.
  • Conocimiento sobre aspectos neuropsicológicos relacionados con las alteraciones del comportamiento.
  • Manejo de técnicas, estrategias e instrumentos de diagnóstico para la intervención en el área clínica.
  • Manejo de técnicas, estrategias de tratamiento con pacientes con trastornos de personalidad.
  • Utilizar de manera adecuada sistemas internacionales de clasificación, diagnóstica como el DSM  y CIE10.
  • Manejar técnicas de psicoterapia adecuadas para el tratamiento de cuadros clínicos.
  • Evaluación e intervención en neuropsicología clínica.
  • Diseñar y ejecutar programas de tratamiento de las disfunciones psicosociales que acompañan el proceso de enfermar o la propia hospitalización y tratamiento correspondiente.
  • Capacidad para el manejo de la información y comunicación sobre los casos clínicos.
  • Habilidad de persuasión y comunicación con pacientes o grupos terapéuticos.
  • Sistematizar y publicar en revistas especializadas los resultados de sus actividades de evaluación, intervención y seguimiento.
  • Capacidad para crear y manejar los conocimientos teóricos en la solución de problemas clínicos.
  • Habilidades manipulativas, de resistencia para realizar actividades psicoterapéuticas.
  • Interés por el desarrollo y perfeccionamiento en su formación profesional.
Competencias
  • Actitud positiva.
  • Amable.
  • Aptitudes para gestionar el tiempo.
  • Aptitudes para la comunicación verbal y escrita.
  • Aptitudes para la escucha.
  • Aptitudes para negociar.
  • Aptitudes para redactar informes.
  • Bien organizado.
  • Capacidad para ganarse la confianza de los demás.
  • Capacidad para gestionar carga de trabajo.
  • Capacidad para tener en cuenta y entender cómo se sienten las demás personas.
  • Capacidad para trabajar en equipo.
  • Capaz de interpretar situaciones.
  • Capaz de mantener la calma bajo presión.
  • Capaz de plantear preguntas con claridad.
  • Capaz de plantear preguntas de manera objetiva.
  • Capaz de tomar la iniciativa.
  • Capaz de tratar con personas agresivas.
  • Capaz de tratar con personas difíciles o demandantes.
  • Capaz de valorar a las personas y analizar la información que dan.
  • Destrezas en informática.
  • Discreto.
  • Dispuesto a trabajar con varios tipos de personas.
  • Educado.
  • Empático.
  • Enfoque flexible.
  • Flexible.
  • Habilidad para gestionar conflictos.
  • Habilidad para resolver problemas.
  • Habilidad para reunir datos.
  • Habilidades para la administración.
  • Habilidades sociales.
  • Mente inquisitiva.
  • Meticuloso.
  • Metódico.
  • No es sentencioso.
  • Objetivo.
  • Observador.
  • Paciente.
  • Perseverante.
  • Persistente.
  • Rapidez de reflejos.
  • Resistente.
  • Respeto por la confidencialidad del cliente.
  • Responsable.
  • Responsable.
  • Resuelto.
  • Se enfrenta a situaciones difíciles.
  • Sensato.
  • Sentido del humor.
  • Tolerante.
  • Trabaja en equipo.
  • Valora necesidades.
Para ser psicólogo, se necesita:
  • Tener una mente investigadora.
  • Interés en la forma de pensar y actuar de las personas.
  • Enfoque lógico y metódico en la resolución de problemas.
  • Excelente aptitud para la comunicación y las relaciones interpersonales.
  • Planteamiento tranquilo y profesional en todo momento.
  • Ser capaz de expresar sus conclusiones, también en informes.
  • Aptitudes para el trabajo en equipo, para trabajar con otros profesionales.
  • Respeto estricto de la confidencialidad de sus clientes.
  • Conocimientos psicológicos para entender de manera científica la conducta.
También debe:
  • Saber escuchar.
  • Ser lógico y sistemático.
  • Ser paciente, objetivo y sin prejuicios.
  • Ser capaz de relacionarse con personas de todas las edades, profesiones y condiciones.
  • Ser capaz de establecer una relación de confianza y constructiva con los clientes.
  • Estar comprometido en ayudar a las personas a transformar su vida de manera positiva.
  • Tener capacidad de recuperación y evitar verse agobiado por las dificultades con las que se tope.
Competencias
  • Actitud positiva.
  • Actúa según sus propias observaciones.
  • Actualiza registros.
  • Amable.
  • Aptitudes para gestionar el tiempo.
  • Aptitudes para la escucha.
  • Aptitudes para negociar.
  • Aptitudes para redactar informes.
  • Bien organizado.
  • Capacidad para ganarse la confianza de los demás.
  • Capacidad para gestionar carga de trabajo.
  • Capacidad para tener en cuenta y entender cómo se sienten las demás personas.
  • Capacidad para trabajar en equipo.
  • Capaz de interpretar situaciones.
  • Capaz de mantener la calma bajo presión.
  • Capaz de plantear preguntas con claridad.
  • Capaz de plantear preguntas de manera objetiva.
  • Capaz de tomar la iniciativa.
  • Capaz de tratar con personas agresivas.
  • Capaz de tratar con personas difíciles o demandantes.
  • Capaz de valorar a las personas y analizar la información que dan.
  • Destrezas en informática.
  • Dispuesto a trabajar con varios tipos de personas.
  • Educado.
  • Enfoque flexible.
  • Flexible.
  • Habilidad para gestionar conflictos.
  • Habilidad para resolver problemas.
  • Habilidad para reunir datos.
  • Habilidades comunicativas.
  • Habilidades para la administración.
  • Habilidades sociales.
  • Interés en la manera de pensar y actuar de las personas.
  • Mente inquisitiva.
  • Metódico.
  • No es sentencioso.
  • Objetivo.
  • Observador.
  • Paciente.
  • Perseverante.
  • Persistente.
  • Pone en práctica conocimientos y teoría en materia de psicología.
  • Proporciona ayuda.
  • Rapidez de reflejos.
  • Resistente.
  • Respeto por la confidencialidad del cliente.
  • Responsable.
  • Resuelto.
  • Sensato.
  • Sentido del humor.
  • Tolerante.
  • Trabaja en equipo.
  • Valora necesidades.
El psicólogo certificado
  1. Planifica, organiza, conduce, ejecuta y evalúa acciones preventivas promocionales que coadyuven de manera efectiva a disminuir los riesgos de enfermedad, así mismo al cambio de estilos de vida de la población aplicando metodologías apropiadas.
  2. Promueve acciones de prevención y promoción de la salud mental de acuerdo a las necesidades y requerimientos de la comunidad.
  3. Presta servicios a la comunidad a través de programas de prevención y atención especializada con interés de impacto social.
  4. Brinda y promueve acciones de proyección social con calidad a nivel de poblaciones urbanas, urbano-marginales, marginales y/o rurales.
  5. Participa en campañas de detección y atención psicológica a nivel de la comunidad con vocación de servicio.
  6. Realiza la medición y valoración del estado de salud del paciente e identifica los problemas y necesidades de atención psicológica con veracidad.
  7. Maneja y domina métodos, técnicas y procedimientos especializados para la evaluación, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades.
  8. Participa activamente, en un marco interdisciplinar y multisectorial en la identificación y análisis de las necesidades y requerimientos de la salud del individuo, familia y comunidad.
  9. Asume con responsabilidad y compromiso ético el proceso de tratamiento y rehabilitación psicológica, integrando el conocimiento científico y su juicio crítico a las situaciones presentadas con precisión.
  10. Asume con responsabilidad participando en la atención multidisciplinar la rehabilitación de la persona con discapacidad, minusvalía, deficiencia o problemas de aprendizaje, lenguaje o de conducta con interés profesional.
  11. Realiza investigaciones en psicología con tendencia a la búsqueda de nuevos métodos y técnicas acordes con los avances de la ciencia y la tecnología dando prioridad a los recursos y productos propios de la región.
  12. Participa en investigaciones multidisciplinarias tendientes a la identificación de factores de riesgo, de los problemas de salud contribuyendo a mejorar el nivel de salud de la población local, regional y nacional.
  13. Participa en la plantificación y diversificación de la evaluación curricular y su diversificación.
  14. Participa en la organización, dirección, ejecución, supervisión y evaluación de los programas prioritarios de salud en los diferentes niveles de atención e intervención.
  15. Participa en la elaboración de políticas de salud, planes estratégicos y planes operativos desde la perspectiva de la salud mental para la prevención, promoción e intervención.
  16. Promueve, ejecuta y evalúa la participación de los actores sociales para el desarrollo de los programas de salud y enfermedad con interés y prioridad en sectores de riesgo.
El profesional en Psicología se caracterizará en general por:
  1. Un conocimiento amplio y actualizado sobre las últimas tendencias teóricas y técnicas en psicología, con bases sólidas en las corrientes: humanista, cognitiva y psicodinámica, así como en los grandes campos de aplicación del saber psicológico: social-comunitario, clínico, organizacional, educativo y jurídico.
  2. Una visión humanista básica de la persona - pareja - familia - grupo social. 
  3. Dominio de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
  4. La capacidad para evaluar, diagnosticar, planear e intervenir problemáticas del campo psicológico.
  5. El psicólogo en general es un profesional de crecimiento continuo que atraviesa nuevos horizontes y desafíos en su quehacer diario, y más allá de ello su relevancia radica en la identificación y aquella predisposición por darse por lo suyos y entablar estrategias de mejor en la calidad de vida de la comunidad en general.
  6. Los psicólogos profesionales deberán desarrollar y demostrar antes de ser admitidos para su desempeño profesional a nivel nacional e internacional las siguientes características:
  • Equilibrio e inteligencia emocional.
  • Una mente sistemática, juicio crítico y analítico.
  • Ser altamente cualificado y a la vanguardia en conocimientos, técnicas e innovación interdisciplinaria científica.
Teniendo en cuenta que la formación es un proceso permanente, que requiere de una actitud reflexiva frente al propio ciclo de vida y hacia la Psicología en sus dos aspectos como disciplina y profesión.

Un profesional de psicología debe ser una persona íntegra con cualidades y valores, una persona prudente y cumplir con ciertas competencias, como:
  • Generales: Buena toma de decisiones, manejo adecuado de la información y buena integración de la misma,
  • De evaluación: Buena capacidad de diagnóstico, que incluye conocimientos sobre neurociencia, trastornos psicológicos/psiquiátricos, manejo de pruebas y ofrecer las mejores soluciones.
  • De intervención: Buena capacidad de planeación y proyección de intervenciones psicológicas, conocimientos de técnicas, modelos específicos y formulación de casos.
  • De investigación: Buena capacidad para realización de investigaciones básicas y aplicadas, que incluye conocimientos sobre teorías psicológicas, metodología de investigación, preparación de propuestas, entre otras…
  • De comunicación: Siendo una parte fundamental, debe ser asertiva e entendible, para brindar una orientación clara al paciente a intervenir.
Con valores como: capacidad profesional, competencia, confidencialidad, ecología, honestidad, justicia, respeto, responsabilidad y ética.

Nosotros los psicólogos utilizamos el conocimiento para ayudar a las personas con dificultades a cambiar/modificar su vida para mejorarla. Muchos colegas trabajan en los servicios de salud y educación, pero también se les puede encontrar en otros sectores…

Campo ocupacional

Hospitales y centros de salud, consulta privada, centros de rehabilitación social, centros de readaptación social, hogares de niños y adolescentes, centros educativos, instituciones públicas y privadas, policial, consultoría, asesoría e investigación, docencia.



Fuente: Red

miércoles, 30 de mayo de 2018

Comorbilidad del TDAH en la Adolescencia

Una adicción es una enfermedad física y emocional, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En el sentido tradicional es una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación debido a la satisfacción que esta causa a la persona.
Cuando el TDAH presenta comorbilidades

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad puede presentarse junto con otros trastornos psiquiátricos asociados. Estos trastornos son lo que llamamos trastornos comórbidos. Cuando nos encontramos con un TDAH con comorbilidades se complica el diagnóstico, empeora la evolución y puede que exista una menor respuesta al tratamiento:

Se complica el diagnóstico
Si se juntan varios trastornos, a la hora de realizar el diagnóstico es más difícil saber cuáles son los síntomas principales, cuales son causados por un trastorno o por otro, y cuál es el trastorno principal. Por eso es de vital importancia acudir a un especialista que pueda hacer las pruebas clínicas oportunas para hacer un diagnóstico certero.

Empeora la evolución
Cuando se juntan varios trastornos, también su evolución se hace más difícil. En estos casos, no sólo nos enfrentamos a los síntomas propios de un trastorno, si no a un conjunto de síntomas añadidos que acentúan los problemas propios del TDAH y que, además, requieren tratamientos diferentes. El abordaje se complica y las mejoras son más difíciles de alcanzar.

Puede disminuir la respuesta al tratamiento
Cuando se presenta un caso de TDAH con trastornos asociados, nos enfrentamos a diversos síntomas y patologías que requieren tratamientos específicos. Si no se tratan los otros trastornos asociados correctamente, puede verse disminuida la respuesta al tratamiento del TDAH.
Factores asociados al aumento de comorbilidad en TDAH:
  • Diagnóstico tardío
  • Bajo cociente intelectual (CI)
  • Bajo nivel educativo y cultural
  • Trastornos específicos del aprendizaje
  • TDAH combinado (inatención – hiperactividad/impulsividad), grave y de larga evolución.
  • Presencia de antecedentes familiares con TDAH, trastorno bipolar y/o depresión.
En algunos casos la comorbilidad puede ser el resultado de un TDAH no detectado a tiempo y que no ha sido tratado de forma adecuada. Por lo que es importante tener en cuenta que una detección precoz disminuye el riesgo de aparición de trastornos comórbidos.

Comorbilidades del adolescente con TDAH

El Trastorno por déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) no suele aparecer solo, y es frecuente que se acompañe de otros problemas psiquiátricos, que se denominan comorbilidad.

La concurrencia del TDAH con otros diagnósticos psiquiátricos se presenta en más del 50% de los afectados en la adolescencia. Cuanto más tiempo pase sin que sea correctamente diagnosticado y tratado, más posibilidades de que aparezcan otros trastornos comórbidos derivado de la propia sintomatología del trastorno y del impacto de ésta en el afectado y su entorno.

La comorbilidad del TDAH también está influenciada por la genética. Cuando existen antecedentes de trastornos psiquiátricos en la familia como trastorno bipolar, depresión o ansiedad es más probable que los adolescentes desarrollen estos trastornos cuando además se dan circunstancias precipitantes en el entorno (fracaso escolar, bullying, rechazo social, consumo de tóxicos, problemas familiares, etc.)

La comorbilidad puede ser:
  1. Concurrente el niño cumple criterios de dos o más trastornos en el momento de evaluación.
  2. Sucesiva el niño cumple criterios de TDAH en un momento de su vida y cuando estos síntomas mejoran o se resuelven con la edad, desarrolla un nuevo trastorno.
  3. Factores que aumentan la probabilidad de comorbilidad:
  4. Aspectos del paciente: diagnostico en edad avanzada (adolescencia), CI bajo, escaso nivel educativo, trastornos del aprendizaje.
  5. Del propio trastorno: subtipo combinado, incido precoz, grave, de larga evolución, síntomas agresivos.
  6. Presencia de antecedentes familiares: TDAH, trastorno bipolar y depresión.         
Trastornos comórbidos en el adolescente

Trastorno emocionales 20 a 45 %
  • Ansiedad
  • Fobias
  • Problema social
  • Autoestima
Trastornos del humor 20-30%
  • Bipolar
  • Depresión
Trastorno de la conducta
  • Disocial (antes de los 18 años) 60 %
  • Oposicionista-desafiante (TOD) 40 %
  • Límite de Personalidad 
Adicciones 
  • Trastorno por uso de sustancias (TUS) 30-50%
  • Adicción a las Nuevas Tecnologías (ANNTT) 50%
Nota: Los trastornos de conducta son los trastornos con mayor presencia en la adolescencia y el TB es el que menor probabilidad tiene, debido a la gran carga genética del TB. En la actualidad la adicción a las nuevas tecnologías es un problema que está adquiriendo cada vez mayor notoriedad y gravedad en los adolescentes con TDAH.

Pronostico de la comorbilidad en el TDAH adolescente.
La presencia de otro trastorno además del TDAH, empeora el pronóstico, ya que el TDAH tiende a cronificarse y su tratamiento es más complejo.

En la evaluación del trastorno debe analizarse sistemáticamente la presencia de trastornos comórbidos, para no caer en errores diagnósticos o malas atribuciones sintomatológicas.
Si el médico establece que un trastorno comórbido es secundario al TDAH, el tratamiento del TDAH debería ir primero, ya que probablemente solucionaría el segundo. Por ejemplo en el caso de TDAH y trastorno de conducta disocial, donde el TDAH incrementa la impulsividad y las conductas de riesgo.

En la práctica clínica esto no siempre es factible, y a veces tenemos que tratar ambos trastornos a la vez, o incluso tratar el trastorno comórbido primero para estabilizarlo y entonces empezar a tratar el TDAH.

El tratamiento que ha demostrado mayor eficacia es el Multimodal que consiste en una combinación:
  • 58%  sólo tratamiento farmacológico 
  • 34% al cognitivo-conductual
  • 68% tratamiento multimodal
La intervención de la comorbilidad debe dirigirse tanto al afectado como al entorno de éste con el fin cambiar y establecer nuevas rutinas, potenciar el apoyo emocional desde la familia y el núcleo social, evitar comportamientos o actividades perjudiciales o no beneficiosas y desarrollar conductas positivas como el fomento de actividades deportivas y de tipo social.

Tratamiento para el Uso, Abuso y Dependencia

*Tratamiento integral (médico/psicológico) en adicciones.
*Intervención en crisis.
*Valoración, diagnóstico, tratamiento, rehabilitación y prevención de recaída.

Clínica M&O
Informes y citas: (228) 8127955, 8120780, 2281014804 wapp y 2281481827 📞


BIBLIOGAFÍA
Mulas, F., Etchepareborda, M. C., Abad-Mas, L., DíazLucero, A., Hernández, S., de la Osa, A., Pascuale, M. J. y Ruiz-Andrés, R. (2006). Trastornos neuropsicológicos de los adolescentes afectos de trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Revista de Neurología, 43, 71-81.
Guía de Práctica Clínica sobre el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) en niños y adolescentes. Guías de Práctica Clínica del SNS. Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad. 2010.
Sotullo, C. y Díez, A. (2007). Manual de diagnóstica y tratamiento del TDA-H. Ed. Médica Panamericana.

viernes, 18 de mayo de 2018

Cómo Controlar el Enojo

Todos nos enojamos, pero la furia fuera de control no es buena para quienes se encuentren a su alrededor e incluso puede serle dañina a su propio organismo. Aquí le presento algunos consejos para ayudarle a tranquilizarse.
La ira

Para aprender a controlar la ira no hemos de fijar en su proceso de creación. Existen dos elementos claves, por un lado el estrés o tensión y por el otro esos pensamientos activadores de carácter rígido culpabilizadores y de deberías. Por lo tanto si podemos controlar cualquiera de estos dos catalizadores nuestro nivel de ira descenderá considerablemente.

Veamos diferentes formas de descargar altos niveles de tensión, algunos de estos recursos son más sanos que otros, pero cualquiera de ellos puede ser utilizado en lugar de la ira:
  • Llorar
  • Hacer ejercicio
  • Escribir
  • Ejercicios de relajación
  • Mantener relaciones sexuales
  • Actividades de ocio
  • Actividades solucionadoras de problemas
  • Utilizar el humor
  • Verbalizar nuestro dolor
  • Rodearnos de nuestras amistades
  • Descansar
Otra forma de aprender a controlar la ira es a nivel de los pensamientos activadores, para lo que es recomendable buscar ayuda profesional.  El manejo de los pensamientos es realmente complicado, especialmente los más rígidos ya que tienen un origen fundamentado en los valores y creencias de la persona que se han ido reforzando a lo largo de los años. Por ese mismo motivo tantas veces estamos pensando algo que nos gustaría “sacarnos de la cabeza” pero por nosotros mismos no somos capaces. Este tipo de pensamiento más rígido con un cierto carácter obsesivo se debe trabajar con ayuda profesional. De la misma manera un psicólogo especialista le podrá ayudar a mejorar sus recursos para el manejo de la tensión y el estrés.

Método de cinco pasos para controlar el enojo

Si sucede algo que te hace sentir enojado, este método puede ayudarte a controlar tu reacción. Se denomina método de resolución del problema porque debes comenzar con el problema por el que estás enfadado. Luego sopesas las opciones y decides qué harás. Cada paso implica hacerte a ti mismo un par de preguntas, y luego contestarlas en función de tu situación en particular.

1) Identifica el problema (autoconciencia). Comienza por observar qué te hace enojar y por qué. Pon en palabras lo que te hace alterar para que puedas actuar en lugar de reaccionar.

Pregúntate: ¿Qué me hace enojar? ¿Qué es lo que siento y por qué?

2) Piensa en posibles soluciones antes de responder (autocontrol). Aquí es donde te detienes por un minuto para darte tiempo a fin de controlar tu enojo. También es donde empiezas a pensar en cómo podrías reaccionar, pero sin reaccionar aún.

Pregúntate: ¿Qué puedo hacer? Piensa en al menos tres cosas.

3) Considera las consecuencias de cada solución (piénsalo bien). Aquí es donde piensas acerca de cuál es el resultado probable de cada una de las diferentes reacciones que te planteaste.

Pregúntate: ¿Qué sucederá para cada una de estas opciones?

4) Toma una decisión (escoge una de las opciones). Aquí es donde actúas al elegir una de las tres cosas que podrías hacer. Observa la lista y escoge la opción que probablemente sea la más eficaz.

Pregúntate: ¿Cuál es mi mejor opción?

5) Revisa tu progreso. Después de que hayas actuado y la situación haya finalizado, dedica algo de tiempo a pensar sobre cómo estuvo.

Pregúntate: ¿Cómo lo hice? ¿Las cosas salieron como lo esperaba? En caso de que no haya sido así, ¿por qué no? ¿Estoy satisfecho con la elección que hice?

Relajación

Simples técnicas de relajación como respirar profundamente y la imaginería relajante pueden ayudar a calmar sentimientos de enojo. Si su pareja es irascible como usted, sería una buena idea que ambos aprendieran estas técnicas.

Algunos pasos sencillos que puede tratar:
  • Respire profundamente, desde su diafragma. Respirar desde su pecho no lo relajará. Imagine que su respiración sube desde su "barriga."
  • Lentamente repita una palabra o frase tranquilizadora como "relájate" o "tómalo con calma." Repítala mientras respira profundamente.
  • Recurra a la imaginería; visualice una experiencia relajante sea de su memoria o imaginación.
  • Los ejercicios lentos y no extenuantes como el yoga pueden relajar sus músculos y hacer que se calme.
  • Practique estas técnicas a diario. Aprenda a usarlas automáticamente cuando se encuentre en una situación de tensión.
Otras formas de controlar el enojo

Intenta estas cosas incluso si no estás enojado ahora mismo, para ayudar a evitar que se desarrollen sentimientos de enojo en tu interior.
  • Haz ejercicio. Sale a caminar o a correr, haz ejercicio o ve a practicar algún deporte. Muchos estudios han demostrado que el ejercicio es una excelente manera de mejorar el humor y disminuir los sentimientos negativos.
  • Escucha música (con tus auriculares). También se ha demostrado que la música puede cambiar el humor de una persona bastante rápido. Y si bailas, estarás haciendo ejercicio, y obtendrás dos beneficios en uno.
  • Escribe tus pensamientos y emociones. Puedes escribir cosas de muchas maneras; por ejemplo, en forma de diario, o de poesías o canciones propias. Después de haber escrito algo, puedes conservarlo o tirarlo; no importa. Lo importante es que escribir tus pensamientos y sentimientos puede mejorar la manera en la que te sientes. Cuando observas, calificas y liberas los sentimientos a medida que surgen poco a poco, estos no tendrán la oportunidad de desarrollarse en tu interior.
  • Dibuja. Hacer garabatos, dibujos o bosquejos de tus pensamientos y sentimientos también podría ayudar.
  • Medita o practica respirar profundamente. Esto funciona mejor si lo haces regularmente, dado que es más una técnica general de control del estrés que puede ayudarte a usar el autocontrol cuando estás enfadado. Si lo haces regularmente, descubrirás que es menos probable que el enojo se desarrolle.
  • Habla de tus sentimientos con alguien en quien confíes. Muchas veces existen otras emociones, como miedo o tristeza, debajo del enojo. Hablar acerca de estas puede ayudar.
  • Distráete. Si descubres que estás sufriendo sobre algo y no puedes superarlo, hacer algo que haga que tu mente se olvide de lo que te está afectando puede ayudar (mirar TV, leer o ir al cine).
Estas ideas pueden ser útiles por dos motivos:
  1. Ayudan a calmarte cuando sientes que tu enojo podría explotar. Cuando necesites calmarte, haz una o más de las actividades de la lista anterior. Piensa que estas son alternativas a hacer algo de lo que te arrepentirás, como gritarle a alguien. Algunas de estas, como escribir tus sentimientos, pueden ayudarte a liberar la tensión y comenzar con el proceso de pensamiento al mismo tiempo.
  2.  Te ayudan a controlar el enojo en general. ¿Qué sucede si no existe un problema inmediato que resolver, si simplemente necesitas mejorar tu humor? A veces, cuando estás enojado, sólo necesitas dejar de pensar en cuán enfadado estás.
Sugerencias propias
  • Tomar conciencia.
  • Piensa antes de hablar.
  • No acumular ira sino gestionarla adecuadamente. Una vez te hayas calmado, expresa tu molestia.
  • Evitar la mentalidad de ganador/perdedor.
  • Reflexionar acerca de las causas y las consecuencias.
  • Descansar lo suficiente.
  • No albergues resentimiento.
  • Relajación, meditación, autocontrol.
  • Evitar situaciones y personas irritantes
  • Reestructuración cognitiva
  • Resolución de problemas.
  • Mejor comunicación.
  • Usar el humor para liberar la tensión.
  • Cambiar su entorno: Elija el momento oportuno, evasión momentánea y buscar alternativas.
  • Tener una red de soporte; ejemplo, un amigo, familia o pareja que pueda escucharte y proporcionarte un punto de vista objetivo.
  • Buscar siempre un mecanismo para canalizar la energía o salida: llanto, ejercicio, gritar, escribir o leer.
  • Empatía. Tratar de comprender  o ponerse en el lugar del otro cuando éste es lastimado por nuestra ira.
  • Terapia psicológica.
Cuándo pedir ayuda

A veces el enojo es un signo de que algo más está pasando. Es posible que las personas que tienen problemas frecuentes con el enojo, que participan en peleas o discusiones, que viven situaciones de la vida que les dan motivo para enojarse con frecuencia necesiten ayuda especial para tener bajo control el problema del enojo.

Cuéntales a tus padres, a tu maestro, a tu consejero o a otro adulto en quien confíes si alguna de estas cosas te ha estado sucediendo:
  • Tienes un sentimiento duradero de enojo sobre cosas que te han sucedido en el pasado o que te suceden ahora.
  • Te sientes irritable, disgustado o de mal humor la mayor parte del tiempo.
  • Sientes un enojo o rabia constantes contigo mismo.
  • Sientes enojo que dura por días o te incita a querer lastimarte a ti o a otra persona.
  • Participas de peleas o discusiones con frecuencia.
Estos podrían ser indicios de un problema serio y no deberías manejarlo solo.

El enojo es un sentimiento fuerte. A veces, puede resultar abrumador. Aprender cómo lidiar con las emociones fuertes (sin perder el control) es parte de convertirse en una persona más madura. Requiere un poco de esfuerzo, un poco de práctica y un poco de paciencia, pero puedes lograrlo si lo deseas.


Fuente: Compilador 

viernes, 11 de mayo de 2018

Egolatría: Una Definición del Concepto


La Real Academia Española define la egolatría como el “culto, adoración o amor excesivo de sí mismo”.
La egolatría es, una característica de la personalidad de algunos individuos, en que hacen constante alarde de una confianza en su propio potencial, cayendo en la auto-admiración y en el culto hacia uno mismo, hasta el punto en que esta percepción exagerada puede ser patológica y causar problemas en las interacciones sociales.

¿Cómo son las personas ególatras?

Los individuos que tienen rasgos y características ególatras suelen generar rechazo entre las personas que tienen a su alrededor. Además, la personalidad ególatra ha estado presente en muchos personajes históricos.

Por ejemplo, en biografías y documentos historiográficos nos dan fe de que Adolf Hitler, Napoleón Bonaparte, Gengis Khan y Josif Stalin fueron personajes históricos con un carácter marcadamente ególatra. En la actualidad, tal vez el referente más popular es el magnate y actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

En este sentido, la egolatría suele relacionarse con otros conceptos, como el  egocentrismo, el narcisismo, la soberbia, la excesiva autoestima, la falsa autoconfianza o la megalomanía.

Aunque hay aspectos en que estos conceptos coinciden, también existen algunas importantes diferencias y matices. En cualquier caso, cabe tener en cuenta que la egolatría alude a una percepción subjetiva del individuo, a cómo éste percibe su valía, en este caso de forma exageradamente positiva. Sin embargo, la egolatría nos cuenta poco sobre la traslación de esta percepción a las relaciones interpersonales. Es decir: una persona ególatra puede serlo y sin embargo las personas de su entorno pueden no percibirla como especialmente vanidosa o soberbia.

12 rasgos y actitudes en común

Sin embargo, sí es común que las personas ególatras tiendan a exteriorizar este rasgo mediante ciertas actitudes y conductas que pueden ser rechazables por otros individuos.

Algunas de estas actitudes, conductas y rasgos son los que se describen a continuación:
  1. Tienen una percepción exagerada sobre susatributos y cualidades
  2. Confieren una gran importancia al dinero y al poder
  3. Tienen sentimientos de grandeza: están seguros de que en su vida lograrán grandes metas y objetivos
  4. Aunque pueden gozar de habilidades sociales más que suficientes, acostumbran a ser individuos más bien solitarios, ya que a menudo generan un cierto rechazo social cuando las demás personas se percatan de su egolatría
  5. Suelen mostrar un gran apego a todos los aspectos que refuercen su imagen de personas exitosas
  6. Les gusta generar envidia y celos en los demás
  7. Pueden tender a la superficialidad, labrando amistades instrumentales que les permitan alcanzar ciertos propósitos y ganar estatus
  8. Distorsionan la realidad, y en algunos casos pueden tener dificultades para llevar a cabo un análisis racional sobre su valía personal
  9. En algunos casos, pueden ser personas con poca empatía, poco dispuestos a ofrecer ayuda y soporte a otras personas
  10. No soportan recibir críticas y se las toman como algo personal
  11. Pueden tender a compararse constantemente con los demás, enfadándose si consideran que alguien de menor valía que ellos están en un puesto de trabajo mejor o tienen una vida más acomodada
  12. En ciertos casos se percibe una tendencia al exhibicionismo, por ejemplo haciendo alarde de logros materiales y económicos, como forma de reforzar su auto-percepción de personas de gran valía y estatus social
Causas y motivaciones 

Desde el punto de vista psicológico, hay muchos factores y motivaciones que pueden conducir a que una persona desarrolle esta característica. La egolatría es un rasgo asociado a ciertas carencias afectivas y emocionales, puesto que se suele entender desde la psicología que una persona con una equilibrada inteligencia emocional no necesita percibirse a sí misma como algo que no es.

En este sentido, la egolatría podría ser una señal de alerta de personas que, paradójicamente, sufren carencias afectivas, emocionales o, incluso, padecen  algún trastorno mental de fondo. La egolatría sería, en términos un tanto metafóricos, una huida hacia delante de personas que camuflan su inseguridad en este tipo de pensamientos y creencias hiperbólicas sobre sus capacidades y potencialidades en la vida.

Desde el punto de vista social, la egolatría es entendida como el reflejo o la consecuencia de una sociedad mercantilizada y clasista en la personalidad de algunos individuos. Las diferencias entre clases sociales y su estilo de vida podría generar una competición constante entre individuos por lograr ascender en su estatus, lo que sería un caldo de cultivo perfecto para el individualismo, el arribismo, la minusvaloración de ciertos principios morales, y también de la egolatría como una característica de la personalidad adaptada a este entorno competitivo y en que priman las apariencias por encima de otras cualidades. Así, las ansias de éxito en la vida puede ser un punto de partida que, mal gestionado, puede conducir a desarrollar personalidades y actitudes problemáticas y limitantes.

Las personas ególatras pueden ser capaces de llevar a cabo proyectos y empresas de gran envergadura, pero a su vez pueden tener dificultades a la hora de establecer relaciones profundas con otras personas.

No obstante, la egolatría no es un rasgo exclusivamente centrado en la obtención de dinero o poder, sino que puede tener motivaciones diversas. El estilo de personalidad ególatra puede tener varias causas, entre ellas el tipo de educación y estilo de crianza que haya recibido el individuo.

Un estilo de crianza demasiado permisivo y complaciente con el niño puede generar problemas como el  trastorno de oposición desafiante (TOD), también conocido como síndrome del emperador, en que el pequeño desafía la autoridad de los padres y actúa de forma caprichosa para conseguir todo aquello que quiere. Este tipo de educación recibida podría desembocar en una personalidad centrada en el yo durante la adultez.

Por otro lado, cuando una persona se considera a sí misma como superior y más valiosa que las demás, suele percibir al resto de personas como poco importantes, inútiles y prescindibles. Esto genera un sentimiento de rechazo en su entorno de amigos y conocidos, porque pocas personas están dispuestas a tolerar que se las trate con menosprecio.

Es importante resaltar que, aunque pueda resultar complicado, lo ideal es que las personas ególatras puedan recibir asesoría profesional para tratar de reestructurar su percepción sobre sí mismas, hecho que repercutirá positivamente en su salud mental y en la calidad y cantidad de sus relaciones personales, pudiendo gozar de una vida mucho más plena y feliz.

Referencias bibliográficas:
Freud, Sigmund. Obras completas. Volumen XIV: Trabajos sobre metapsicología, y otras obras (1914-1916), «Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico». Capítulo II: Introducción del narcisismo (1914). Buenos Aires/Madrid: Amorrortu, 1979.
Lasch, Christopher. La cultura del narcisismo. Editorial Andrés Bello, 1999.