sábado, 10 de enero de 2015

La SM y AP en México: Haciendo Cuentas

La salud mental es un fenómeno complejo determinado por múltiples factores de índole social, ambiental, biológica y psicológica. Los síndromes depresivos y ansiosos, la epilepsia, la demencia, la esquizofrenia, las adicciones y los trastornos del desarrollo infantil, se han incrementado en México durante los últimos años, y como el proceso de salud-enfermedad-salud mental se vincula con la salud física y la pobreza, la incidencia de los trastornos mentales, merma aún más los ingresos de sus portadores, por lo que se precisa de un mayor esfuerzo asistencial que reduzca la posibilidad de que estos trastornos incapacitantes, limiten el potencial de desarrollo de los afectados y la sociedad.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud mental es el “bienestar que una persona experimenta como resultado de su buen funcionamiento en los aspectos cognoscitivos, afectivos y conductuales, y, en última instancia el despliegue óptimo de sus potencialidades individuales para la convivencia, el trabajo y la recreación”.

Respecto a la patología psiquiátrica de los adultos y la población infantojuvenil, se calcula una prevalencia de TM de 5-18% de la población y otro sexo (4.9% hombres y 9.7%, mujeres), por lo que se espera que 1 de cada 6 personas desarrolle Salud mental y atención psiquiátrica en México
.
Eventualmente un TM que podría requerir atención especializada. Es decir, que en México, que tiene una población mayor a 100 millones de personas, padecen TM casi 15 millones, esto es, una sexta parte de sus habitantes. Además, 18% de la población urbana de entre 18 y 64 años de edad sufre T del estado de ánimo.

Los T depresivos y por ansiedad son los TM más frecuentes atendidos en la consulta de los 3 niveles de atención.

 Se ha documentado que 1.6% de la población adulta ha intentado suicidarse y la tasa de suicidios creció 125% entre 1970 y 1991 (de 1.13% a 2.55%). La epilepsia es prevalente en 3.7% de la población de 18 a 64 años de edad y representa 1.6% en niños de poblaciones urbanas y 2.1- 4.1% en niños de poblaciones rurales, que aún son estigmatizados por ello, a falta de una apropiada educación en SM comunitaria. Esta circunstancia minimiza el hecho de que en la actualidad 80% de los pacientes diagnosticados puedan ser tratados exitosamente y desarrollarse en los ámbitos familiar, laboral y social.

Lamentablemente, al no recibir la atención requerida, muchos de los TM infantiles no se identifican ni corrigen como sería deseable. Por ejemplo, 7% de la población de entre 3 y 12 años de edad se encuentra afectada y en las escuelas de educación especial de la Secretaría de Educación Pública (SEP) se atienden al año 140 mil niños con T del aprendizaje, 35 mil por déficit mental, 12 mil por T de lenguaje; 8 mil por T de la audición, 3 mil por T motrices y 2 mil por T de conducta. Además, en el país ocurren anualmente diversos tipos de desastres naturales como sismos, ciclones y tormentas, que complican aún más la situación, así como algunos problemas provocados por el hombre como desplazamientos poblacionales, problemas ecológicos, etc, que afectan la SM de las comunidades que los enfrentan. Ello sin contar que las enfermedades crónico-degenerativas y el VIH/sida provocan circunstancias que propician psicopatologías diversas y producen ansiedad y depresión. Todo esto se adicionará a los incrementos globales calculados para el año 2010 de casi 16.5 millones de personas hipertensas, 4.5 millones de diabéticos, cerca de 700 mil casos de infartos de miocardio y más de 13 millones de obesos. Respecto a la patología adictiva, más de 3 millones de personas son adictos al alcohol, existen 13 millones de fumadores y 400 mil pacientes adictos a psicotrópicos. Además, 500 mil personas sufren esquizofrenia, 1 millón epilepsia y 5 de cada mil niños sufren retardo mental.

Por su parte, los T afectivos en la Ciudad de México incluyen 9% de la población adulta de entre 18 y 65 años con 7.8% de episodios depresivos mayores a razón de 2.5 mujeres por cada varón. La distimia, en su calidad de variante de afectación del T anímico, mantiene 1.5% con un rango similar entre los géneros (2.6%), y a la par existe un porcentaje menor en los cuadros de relación del talante con 1.3% y diferencia similar entre géneros. La prevalencia de los T por ansiedad afecta a 8.3% de la población, donde la agorafobia sin pánico (3.8%) y la fobia social (2.2%) son los diagnósticos más comunes.

En este punto cabe destacar que tales prevalencias son más bajas que las observadas en Estados Unidos, donde existen cifras de hasta 19.5 y 25% para cualquier T afectivo y por ansiedad, respectivamente.

No obstante, el panorama general brindado hasta aquí resalta algunos datos que se magnifican al considerar las transformaciones demográfico-epidemiológicas del país, dado que se espera que para los próximos 12 años ocurra un aumento global de 29% de individuos afectados por alguno de los T referidos (patología adictiva y su comorbilidad y los T afectivos y ansiosos).

Vista la gravedad de este problema desde una óptica social acorde a cifras oficiales, se indica que 8% de los TM son de tipo neuropsiquiátrico, 10% de los adultos mayores de 65 años de edad sufren cuadros demenciales y 15% de la población de entre 3 y 12 años presentan algún tipo de TM o de conducta, lo cual insta al desarrollo nacional de acciones firmes, permanentes y coordinadas.

Los TM causan pérdida de años de vida saludable según cifras oficiales, entre los 15 principales están los T psiquiátricos neurológicos, 6 de los cuales se vinculan con este tipo de T así como con patología adictiva, homicidios, violencia, accidentes producidos por vehículos automotores, enfermedad cerebrovascular, cirrosis hepática y demencias. Pero sólo la patología alcohólica y los T depresivos, representan casi 18% del total, las principales causas de ello en México se relacionaron con TM vinculados a homicidios y violencia.

La patología adictiva es responsable de gran carga social, ya que los T relacionados con alcohol y abuso de sustancias constituyen un serio problema de salud pública, reflejado en la afectación directa al desarrollo del capital humano y social y la génesis de altos costos económicos, no sólo a través del sistema de salud, sino también por vía de accidentes y lesiones, violencia y criminalidad, que menoscaban el bienestar de las futuras generaciones con su alta prevalencia y comorbilidad. Tal impacto económico se refleja además, en el ingreso personal y en la capacidad de las personas y familias para trabajar y contribuir a la productividad nacional.

La actividad asistencial ha de buscar incluir la atención de personas con padecimientos mentales a través de los servicios de salud general y especializados de atención ambulatoria y hospitalaria, para prevenir, tratar las enfermedades y reintegrar a la sociedad a las personas con TM, siempre sobre la base de la utilización de criterios de atención integral y humanitaria. En la reestructuración del Sistema de Servicios de Psiquiatría y Salud Mental en México es un imperativo el crear nuevos y eficientes modelos de atención en SM donde la SSA en colaboración con ONG, instituciones de asistencia privada (IAP), universidades, sociedades médicas y la sociedad civil entre otras, participen en la propuesta y desarrollo de un Modelo Nacional de Atención en Salud Mental. En él ha de contemplarse la creación de nuevas estructuras de atención basadas en el respeto a recibir una atención integral médico-psiquiátrica y a los derechos de los usuarios, así como de recibir una atención médico-psiquiátrica, y psicológica integral. 

La Ley General de Salud pretende crear nuevas estructuras de atención asistencial basadas en el derecho de la gente de recibir atención médica y psiquiátrica, a través de un modelo de red de servicios con complementarias de prevención, hospitalización y reintegración social de los TM. Ver hacia el logro de la consolidación y el mantenimiento perenne de una anhelada meta conveniente para la vida de los enfermos mentales y sus familias, en aras de la instauración de una sociedad más justa, sana y digna para todos. 

Un país que presente serios problemas en la salud de sus habitantes tendrá problemas para llevar adelante un plan nacional de desarrollo de sus propios pobladores, del uso de sus riquezas y del bienestar de sus habitantes.


http://www.salud.gob.mx/unidades/cdi/documentos/SaludMentalMexico.pdf
UNAM Mario Souza y Machorroa, Domingo Lenin Cruz Morenob

sábado, 3 de enero de 2015

El Complejo del Psicoanalista

Alice Miller, colega Suiza, alcanzó la fama por sus estudios sobre violencia infantil. Mientras se encontraba estudiando las consecuencias de la II guerra mundial en la generación de los niños que vivieron en esa época, descubrió una variable poco común dentro de los clásicos complejos que se desarrollaban debido a una infancia dura o a padres poco afectivos.
En su libro “el drama del niño dotado” describe una situación que afecta a la gran mayoría de las personas que misteriosamente escogieron dedicarse al estudio y ejercicio de la psicología, denominado por lo mismo “complejo del psicoanalista”.

Padeciendo ella misma este complejo, inicia una investigación que detalla los orígenes y motivos que lo causan, la forma de operar de los que lo padecen y las vías por las cuales pueden desligarse de él o al menos aprender a convivir con él.

Causas

Este complejo se presenta generalmente en personas con un coeficiente intelectual relativamente alto y principalmente con una altísima carga emocional, que han desarrollado su infancia en un ambiente duro, o con padres muy absorbentes y autoritarios que pretenden proyectar en sus hijos la obtención de sus propias carencias o realización de frustraciones.

Ante la falta de afecto, comprensión, aceptación o el reconocimiento por parte de los padres, lo común es que se desarrolle un mecanismo de defensa que se basa en la negación de la necesidad de estas faltas, es así como durante la adolescencia se genera la actitud rebelde de rechazo (“no me importa si no me quieren, me da igual”). Es aquí donde parte la diferencia del paciente que lleva este complejo, ya que este observa analíticamente y reconoce los medios para lograr obtener la aceptación por parte de sus padres, así que no niega estas carencias, su vía es otra, mucho más larga y compleja.

El paciente se torna extremadamente complaciente. Comienza a coincidir con el estereotipo de hijo que sus padres esperan que él sea, y es a éste estereotipo a quien sus padres aceptan y estiman, no al verdadero, por lo que las necesidades de aceptación y cariño nunca serán satisfechas plenamente.

Estos niños se convierten en pequeños adultos, capaces de tomar responsabilidades que no les corresponden, supliendo todas las necesidades del alter ego de sus padres y dejando de lado cualquier característica que incomode a éstos. Así, las actitudes consideradas como defectuosas son inmediatamente eliminadas, no sienten celos, envidia, rabia, miedo, desarrollan toda un arte para escindir sentimientos. Estos niños no manifiestan berrinches ni pataletas, no exigen ser consentidos ni mimados, se vuelen receptivos pero no demandantes, así que sus padres preocupados de sí mismos no notarán ni llenarán sus necesidades, se tornan un objeto yoico de proyección narcisista de sus progenitores.

Esto provoca que el paciente comience a buscar sus necesidades en otra parte, por lo cuál debe ganarse la aceptación de nuevas personas. Para esto debe necesariamente conocer qué se espera de él. Es aquí donde entra en juego la habilidad que desarrollan estos pacientes y la que le da el nombre de “complejo de psicoanalista” ya que se especializan en inmiscuirse en la mente de su interlocutor, para saber que se espera de él y que rol desempeñar.

Desarrollo

Los problemas comienzan cuando el paciente termina sumido en un mundo donde necesita fingir constantemente ser alguien que él no es, con el fin de obtener ilusoriamente la aceptación y cariño de quienes le rodean. Esto irrita al paciente, generando actitudes o acciones de protesta a modo de llamados de atención, si esta alerta no es bien entendida generará represalias de parte de sus congéneres, debido a que los padres verán esta situación como un desvío del carácter de su hijo, el cual debe ser castigado y corregido (“no entiendo que le pasa, mi hijo no es así”) por otro lado sus iguales, desconcertados de su cambio de carácter reaccionan con burlas (“mira lo que dice, que tonto es”). Esta situación acrecentará la sensación de no ser aceptado y aumentará la tendencia a fingir. Sumirán al afectado en un mundo hostil donde entiende que se le castiga por ser auténtico, ya que no se le quiere como es (“no estoy a la altura, no soy digno de cariño”), así que debe ser distinto de cómo es.

Su elevada carga emocional produce una hipersensibilidad que no juega a su favor. Si es constantemente objeto de agresiones y se ve limitado para expresar libremente sus sentimientos y debe contenerlos, entonces sus emociones se tornan en su contra, se convierten en un constante flagelo, una carga que no vale la pena llevar, por lo que son erradicadas, se entierran en algún lugar del inconsciente, se bloquean. Estos pacientes suelen tener pesadillas en donde las emociones son representadas por alguna amenaza que los persigue.

Cada cierto tiempo, irá probando disimuladamente dejar salir ciertas “pistas” sobre su verdadera opinión o sensibilidad ante situaciones, por lo que un ambiente de aceptación le ayudaría a revelarse libremente y a salir de su complejo, pero su hipersensibilidad lo torna muy “quisquilloso” y es fácilmente ofuscado por cualquier actitud de rechazo, recayendo en su actitud inicial, con el tiempo esto le puede desarrollar una compulsión a la repetición, donde cada vez que lo intente fracasará, alejando las ganas de volver a intentarlo y reforzando el problema, lo que se convierte en un círculo vicioso.

Es así como su mundo interno se cierra, se esconde, y cada vez le es más difícil reconocer quién es realmente, y más fácil interpretar un rol o adoptar un carácter que no le pertenece, ya que sin un yo interno, se vuelve un perfecto espejo de proyección para sus interlocutores, lo que aumenta su habilidad psicoanalítica.

Este constante fingir que desencadena gradualmente la pérdida de identidad, es decir, del verdadero yo, y la no aceptación repercutirán en una pérdida de la autoestima, ambos se sumarán a la carencia de satisfacción de las necesidades afectivas y producirán una fuerte depresión.

Represiones

Si los tormentos causados por su carga emocional durante las malas experiencias de su niñez no se han superado, entonces el paciente no abandonará la idea de que sus emociones son un flagelo. Ante esto el mecanismo de defensa que presenta consiste en evadir cualquier situación que comprometa algún lazo sentimental, ante cualquier indicio de posible mala experiencia el paciente evitará la situación, y si no le es posible, entonces simplemente bloquea sus sentimientos (“no les permitiré hacerme daño”). Con el tiempo desarrollan un alto control disciplinario de sus emociones, incluso de su estado físico. Por lo general estos pacientes no lloran, no se alteran, no sienten miedo, ni suelen extrañar, tienen una enorme capacidad de rendimiento, pueden trabajar durante días sin distraerse o durmiendo muy poco. Esto último se vuelve su única arma contra su baja autoestima y su mejor herramienta para obtener reconocimiento (“ellos no pueden lo que yo puedo”), así que no dudará en auto exigirse, a pesar del daño físico y mental que esto le provoque.

El bloqueo emocional genera una represión que suele desatar un elevado nivel de estrés, si las represiones se prolongan por demasiado tiempo se presentan síntomas psicosomáticos, como trastornos de sueño, salpullidos en la piel o calambres musculares. En el peor de los casos puede incluso desembocar en ataques de pánico, que se presentan por ciclos cada vez más ajustados, pronosticando un colapso.

Personalidad

Las relaciones personales de este paciente se ve fuertemente marcada por una supuesta falta de apego de su parte, no importa cuánto se le quiera o él llegue a querer, siempre se sentirá distante, no aceptado. Lamentablemente tendrá razón, puesto que inconscientemente sabe que no es a él a quien aceptan, sino al “personaje” que caracteriza para ellos.

Principalmente sus relaciones se dan como el resultado de un reflejo, ya que este paciente es de naturaleza antisocial y no busca compañía directamente, pero cuando alguien se acerca a él, éste reacciona inmediatamente como un espejo de lo que se le ofrece, siendo el mejor amigo que se pueda tener, debido a sus aptitudes y disponibilidad. O puede ser el peor enemigo que se pueda imaginar, debido a sus represiones que los pueden volver muy cruel y testarudo. No obstante olvidará rápidamente estos lazos si se le deja de lado, ya sea el rencor de un enemigo distante o amigo poco constante. Ya que los sentimientos arraigados profundamente en él son otros, relacionados con lazos familiares mucho más antiguos.

Su habilidad para entrar en la psiquis de otros lo lleva a conocer y entender de tal manera a quienes lo rodean que desarrolla un aprecio incondicional por ellos, le es casi imposible enfadarse con alguno de ellos o culparlos de sus defectos y errores, incluso si es ofendido o traicionado, ya que entiende sus acciones y las circunstancias que determinaron su actuar (“sabía que reaccionaría así”). Notará rápidamente si le mienten, pero disimulará ser engañado si sabe que su contraparte necesita esconder la verdad. Es extremadamente comprensivo y finalmente genera un “amor fraternal”, este lo incita a ayudar a sus cercanos, principalmente a superar sus problemas internos. Será el confidente perfecto a la hora de una crisis, siempre estará dispuesto a escuchar y aconsejar. Su habilidad psicoanalítica le será muy útil aquí. No será raro que este paciente en algunos casos exceda este comportamiento generando situaciones irreales. Es probable que finja necesitar ayuda y la pida a un amigo que sabe que se siente menoscabado, demostrándole su importancia. Puede pretender una secreta admiración por aquella vecina que sufre de baja autoestima por alguna ruptura amorosa. O puede que se muestre vulnerable y busque apoyo en un familiar que atraviesa una etapa de inseguridad, solo para reafirmar en éste su auto confianza. Llega incluso a crear personajes basados en el alter ego de quienes le rodean para hacerlos encontrar y ver sus necesidades y carencias, o para ayudarlos a enfrentar alguna represión oculta o miedo no resuelto. La práctica le ha proporcionado una gran capacidad histriónica para estos casos.

Como contraparte a su gran calidad humanitaria, este paciente es un hábil manipulador, aunque rara vez busca obtener ventaja de aquello. Además suele presentar en los ciclos de auto revelación, más de un arranque de ira, generalmente dirigido a las personas que lo han rechazado o agredido anteriormente. Estos ataques de hostilidad son cortos, pero terribles y certeros, ya que saben perfectamente donde herir. Tras el daño provocado se presenta una grave sensación de culpa, un arrepentimiento que lo hará dudar a la hora de manifestar nuevamente su agresividad, empeorando la represión y haciendo más distante estos ciclos.

A pesar de su fácil adaptación a cualquier tipo de persona, y de su habilidad para situarse en un lugar importante dentro de la vida de éstas, no suele tener pareja, ya que inconscientemente sabe que se convertirán en un espejo de las necesidades de ésta, ganándose así un papel prolongado y constante que demandará mucho tiempo y energía, significando un gran desgaste. Este individuo suele necesitar mucho tiempo para estar solo ya que busca encontrarse a sí mismo, y constantemente se tiende a sentir agobiado con la compañía de otros, ya que obstruyen esta búsqueda.

Interacción

Este paciente nunca dirá lo que piensa ni demostrará lo que siente, tampoco tomará la iniciativa de una conversación ni tratará de llevar la dirección de la sesión terapéutica, solo se limitará a responder las preguntas directas, evitando cualquier comentario que crea que refleje su mundo interno, lo que hace muy difícil su diagnóstico. Como dato se puede decir que suele evadir el contacto visual directo, para lo cuál ha desarrollado varias artimañas, como nunca sentarse frente a su interlocutor, mostrarse distraído o estar pensativo durante la sesión. Pasa gran parte de su tiempo evadiendo la realidad directa que le rodea, ya sea leyendo, viendo televisión o sumido en su trabajo.

Ante este paciente se debe tratar de mantener la imagen del terapeuta como solo un “ente profesional” durante el mayor tiempo posible para facilitar un análisis objetivo y certero, ya que eventualmente el paciente logrará “descifrar” al terapeuta como persona y tenderá a influenciar sus reacciones y respuestas en función de éste, complicando el análisis con distracciones innecesarias.

Se debe tener en cuenta que si bien, la habilidad histriónica de estos pacientes logra ser muy desarrollada debido al tiempo que llevan puliéndola, siempre cuenta con una base real, la cual es potenciada o exagerada para cumplir con el papel, no pueden fingir completamente de la nada, por lo que analizando sus personajes se puede llegar a entender gran parte de su situación emocional interna.

Liberación

Una vez que el problema es identificado y aceptado, comienza el largo proceso de rehabilitación, que parte con tener que afrontar sus malas experiencias vividas, debe de una vez por todas guardar un luto por su dolor. El paciente tiende a pensar que no es capaz de tolerar la amargura de los sucesos, debido a lo traumático que resultaron estas experiencias durante su infancia, por lo que se le debe convencer que ya no es un niño, y que tendrá la fortaleza para afrontar esas situaciones. Irónicamente, este paciente suele haber desarrollado una gran fortaleza interna, debido a los años de represión, insatisfacciones y depresión, pero no están conscientes o convencidos de esto.

El proceso de rehabilitación, si bien significa alivio, no es nada placentero ni rápido, la depresión se cambia por un estado de melancolía o pena. Se vuelven a presentar las emociones, más intensas que nunca, debido al tiempo que llevan contenidas. No es raro que el paciente tienda a desertar y a querer volver a la comodidad su estado anterior.

Una vez superada esta etapa, se encuentra ante una situación de fragmentación interna. Por un lado tenemos el aspecto racional, muy desarrollado debido a que fue el dominante durante muchos años, por lo que el individuo presenta una elevada madurez a nivel laboral o intelectual. Por otro lado el aspecto emocional no se ha desarrollado completamente, debido a su negación, por lo que los sentimientos se presentan bruscos, indefinidos y desordenados, en una forma tan básica y primitiva como cuando se abandonaron en su niñez. El paciente oscilará entre un estado y otro constantemente, se sentirá incómodo y desconcertado (“no sé lo que debería sentir”), podrá resolver problemas de alta complejidad y asumir responsabilidades mayores a las que le corresponden, pero se agobiará con situaciones normales de la vida cotidiana. Se sentirá vulnerable y a la deriva hasta encontrar el equilibrio. 

Descubrirá en el camino sus gustos personales, sus aficiones, y seguramente alguna habilidad propia y no desarrollada por la necesidad. Probablemente reniegue de su habilidad psicoanalítica y la olvide, o aprenda a utilizarla sin que le signifique una carga. Comenzará poco a poco a establecer lazos de dependencia con otras personas o recuperará los perdidos. Finalmente el paciente quedará liberado para comenzar la búsqueda de su propia identidad, de su verdadero yo.


Publicado en la red

lunes, 29 de diciembre de 2014

El Suicidio: Consideraciones Generales

Como encarar y reducir los riesgos. (consulte a un profesional )

Hablar de suicidio, malentendido como una muerte voluntaria, generalmente hace que la gente se incomode. Pero desde el punto de vista de la salud mental se hace necesario hablar, principalmente para hacernos conscientes del riesgo real que tiene aquel que sufre una de estas enfermedades y sobre todo para poder adquirir habilidades y pautas para aprender a detectar situaciones de riesgo y saber actuar previniendo los comportamientos suicidas.
Mitos Y Realidades

1. La gente que habla de suicidio no lo comete.
Comentario: No todas las personas hablan de suicidio pero cuando sí lo hacen deben ser tomadas en serio y debes preguntar sobre ello. De cada diez personas que se suicidan, nueve manifestaron claramente sus propósitos y la otra dejó entrever sus intenciones de acabar con su vida.
2. Las personas con enfermedad mental tienen una alta incidencia de suicidio.
Comentario: Es muy probable que las personas que padecen depresiones graves intenten suicidarse y tienen una alta incidencia de ello, particularmente si no están tomando medicamentos para su condición. Las cifras de suicidio son del orden del 10% en las personas con esquizofrenia. Esta cifra fue calculada para un período de 10 años con la enfermedad. Los enfermos mentales se suicidan con mayor frecuencia que la población general, pero no necesariamente hay que padecer un trastorno mental para hacerlo. No hay duda de que todo suicida es una persona que sufre.
3. Los problemas de las personas no son causas suficientes para que se quiten la vida suicidándose.
Comentario: Nadie puede juzgar qué es importante o qué no es importante en la vida de otra persona. Lo que es importante para una persona no es importante para otra. Los jóvenes pueden considerar importantes cosas que una persona mayor no consideraría importante. No podemos estimar los traumas de otras personas o su angustia mental.
4. Si alguien va a morir por suicidio, nada los puede detener.
Comentario: En general la gente quiere vivir. Empleando un acercamiento afectuoso para averiguar qué ha llevado a la persona a esta situación y aprendiendo cómo acercarse a esa persona, en algunos casos se puede lograr evitar el evento. En las personas con enfermedad mental es útil hablar sobre la extraordinaria investigación que se está llevando a cabo en la actualidad, que proveerá mejores medicamentos y tratamientos para ayudarles con sus síntomas y para promover su recuperación.
5. Si una persona está pensando en el suicidio, la proximidad de un arma puede precipitarlo.
Comentario: La disponibilidad de alguna sustancia química venenosa, cuchillo, arma de fuego, etc., puede precipitar el acto de suicidio. Si Ud. sospecha que una persona puede quitarse la vida, trate de eliminar estas tentaciones.
6. Cuando las personas parecen alegrarse, es señal de que ha pasado el peligro.
Comentario: Para aquellos que padecen una enfermedad mental existe gran riesgo cuando demuestran una aparente mejoría de su condición. A veces el obtener nuevos conocimientos sobre su enfermedad puede hacer a la persona vulnerable a los intentos de suicidio. Pase mayor tiempo con esa persona ahora que parece estar un poco mejor, igual que como lo hizo cuando esa persona estaba muy enferma.
7. El suicidio o el intento de suicidio suele ocurrir sin aviso.
Comentario: Casi siempre hay signos de advertencia para las personas muy cercanas a alguien que está pensando en suicidarse. Son cosas que dicen o hacen que pueden no ser típicas de su conducta habitual. Sin embargo, estos signos no siempre son tan obvios, de manera que debemos estar alertas.
8. Las personas que intentan suicidarse solo buscan atención.
Comentario: Cualquiera que intente suicidarse está pensando seriamente en terminar su vida. Cualquier intento debe ser tomado seriamente y se debe hablar con esa persona sobre ello.
También existe la posibilidad que sea un llamado de auxilio, así es que su cuidado, atención y buena voluntad para querer hablar sobre el tema puede ser justo lo que esa persona necesite.
9. Auxiliar a las personas que están pensando en suicidarse puede ayudar a prevenirlo.
Comentario: Al interrogar correctamente o escuchar a la persona es bastante posible que ella vea que existen buenas razones para vivir.
10. El suicidio es más frecuente entre los ricos/pobres.
Comentario: Nadie es inmune. Todos tenemos pensamientos y sentimientos. Cualquiera puede sufrir estrés, presiones o dolores intolerables que lo pueden poner en riesgo.
11. Si se reta a un suicida este no lo intenta.
Comentario: Pretender probar fuerzas con el sujeto en crisis suicida y desconoce el peligro que significa su vulnerabilidad. Retar al suicida es un acto irresponsable, pues se está ante una persona vulnerable cuyos mecanismos de adaptación han fracasado, ya que predominan precisamente los deseos de autodestruirse.
12. Solo los viejos se suicidan.
Comentario: Pretende evadir el suicidio como causa de muerte en edades tempranas de la
vida como son los niños y los adolescentes. Los ancianos realizan menos intentos autolíticos que los jóvenes, pero utilizan métodos mas efectivos al intentarlo, lo que lleva a una mayor letalidad.
13. El suicidio se hereda
Comentario: Aunque el suicidio pueda tener influencia genética, existen una serie de factores protectores que es preciso potenciar (habilidades en la resolución de los problemas, tener confianza en uno mismo, integración social, etc.…).
14. El que intenta el suicidio es un cobarde.
Comentario: Los que intentan suicidarse no son cobardes sólo son personas que sufren. Los atributos personales como cobardía o valentía no se cuantifican o miden en función de las veces que alguien se intenta quitar la vida o la respeta.
15. Los medios de comunicación no pueden contribuir a la prevención del suicidio.
Los medios de comunicación pueden convertirse en un valioso aliado en la prevención del suicidio si enfocan correctamente la noticia sobre el tema y tienen en cuenta las sugerencias de los expertos: publicar señales de alerta de una crisis suicida, dispositivos de salud mental a los que puede acudir, divulgar grupos de riesgo y medidas sencillas que permitan a la población saber qué hacer en caso de detectar a un sujeto con riesgo de suicidio.

Los factores de riesgo del suicidio en adolescentes abarcan:
  • Acceso a armas de fuego.
  • Miembro de la familia que cometió suicidio.
  • Antecedentes de auto-agresión deliberada.
  • Antecedentes de abandono o maltrato.
  • Vivir en comunidades en donde ha habido brotes recientes de suicidio en personas jóvenes.
  • Ruptura sentimental.
¿Se siente ahora con tendencia suicida?

Si siente severo dolor mental y está considerando suicidarse, hable con alguien. Su vida vale la pena, aunque usted no lo crea en este momento. Usted sufre un dolor insoportable, trate de compartirlo con alguien ahora mismo. Por favor no haga nada precipitado.

Para la familia y amigos: Signos de alarma de un intento de suicidio inminente.

Los siguientes son indicadores de que un familiar o amigo/a puede estar a punto de cometer suicidio.
La persona puede:

• Tener cambios inusuales de ánimo o calma (posiblemente después de tomar una decisión)
• Estar preocupado con problemas insolubles; preocupación con la muerte
• Parecer estar poniendo su vida en orden – arreglando cosas o regalando artículos personales o dinero
• Haberse retraído de amigos y familia
• Parecer imposible de relacionarse con otros
• Tener ideas definitivas sobre cómo morir por suicidio
• Expresar sentimientos extremos de fracaso, de inutilidad, de vacío, desilusión y desesperanza

Qué hacer cuando el suicidio parece probable o inminente

Si la amenaza de suicidio parece inminente ya es demasiado tarde para hacer un plan para ayudarle a tomar las decisiones correctas. Si usted sospecha que la persona está pensando en el suicidio “ahora” por sus acciones o palabras, averigüe cuan inminente es el suicidio haciendo preguntas directas:
  • ¿Te has estado sintiendo triste o infeliz?
  • A veces ¿te parece que las cosas nunca mejorarán?
  • ¿Te has sentido tan mal como para pensar en hacerte daño a ti mismo/a?
  • ¿Tienes pensamientos acerca de poner fin tu vida?
  • ¿Has pensado sobre cómo matarte? ¿Cómo lo vas a hacer?
  • ¿Has hecho planes para hacerlo? ¿Tienes un plan de suicidio?
  • ¿Tienes todo lo que necesitas para hacerlo?
  • ¿Cuándo piensas hacerlo?
  • ¿Se siente ahora con tendencia suicida?
  • ¿Hay algo que te pudiera hacer cambiar de idea? Como por ejemplo ¿la gente que te importa, las creencias religiosas, la responsabilidad hacia otros o algo que todavía quieras hacer o ver?.
Las respuestas a estas preguntas pueden darle el tiempo que usted necesita para desviarlo y ponerse en contacto con su doctor, profesional de la salud mental, servicios de emergencia, etc., y mantener a la persona implicada con usted y lejos de su plan.

¿Qué señales de advertencia debe usted esperar?

Junto con otros signos de depresión o manía, esté atento a estas señales de alerta que pueden indicar sentimientos o pensamientos suicidas en un adolescente:
  • Aislamiento de amigos, familia y actividades.
  • Acciones violentas, conducta rebelde o escaparse.
  • Abuso de drogas o alcohol.
  • Inusual descuido de su apariencia.
  • Incapacidad para tolerar recompensas o elogios.
  • Describirse a sí mismo/a como una mala persona.
  • Hacer declaraciones tales como “ya nada importa”, “ya no seré problema mucho tiempo más” o “no volverán a verme”.
  • Regalar posesiones preciadas, eliminar pertenencias importantes o de alguna manera poner en orden sus asuntos.
  • Tornarse alegre de la noche a la mañana después de un período de depresión.
  • Tener alucinaciones o pensamientos bizarros
Situaciones que no son inminentes pero aún graves

Cuando haya situaciones en que usted piense que el suicidio no es inminente pero sigue siendo un riesgo grave, usted puede determinar el estado de ánimo de la persona con preguntas menos directas.

Se sugiere: Usted debe ser absolutamente sincero al abordar a la persona. No tenga miedo de hacer las preguntas de la siguiente lista. A partir de las respuestas usted podrá establecer con exactitud cuál es la situación y obtener una idea de lo que tiene que hacer.

1. ¿Tienes un plan para morir suicidándote? ¿Cómo? ¿y qué tan pronto? (Mientras más completo sea el plan, más probable es que la persona actúe en consecuencia).
2. ¿Cómo es el dolor que estás sintiendo? ¿Podemos encontrar maneras de aliviar ese dolor?
3. ¿Hay momentos en que se te alivia el dolor? ¿Cómo te sientes entonces?
4. ¿Tienes a alguien, o algo a que puedas recurrir para que te ayude?
5. ¿Has intentado suicidarte antes?
6. ¿Estás viendo a tu médico o a tu proveedor de salud mental con regularidad y frecuencia?

¿Puede el evento evitarse?

Aquí hay una serie de sugerencias que pueden disuadir los intentos de la persona:

• Llame o póngase en contacto con el profesional de salud mental de la persona inmediatamente y hágale notar la urgencia de la situación.
• Llame al número telefónico de su Línea Local de Crisis, si existiera. Suele encontrarse en la parte delantera de la guía telefónica.
• Pídale a un amigo/a cercano de la persona que venga a hablar con su amigo/a.
• Permanezca con la persona.
• Obtenga una promesa de no consumir alcohol o drogas si es que constituyen un factor.

Usted notará que el peligro de suicidio aumenta con cada pregunta.

• Dé esperanza: hablar sobre el alivio de sus problemas; intente hablarle para aplacar su soledad y dolor, escuche más que hable, use los siguientes consejos para escuchar:
  1. No juzgue – sólo escuche con atención
  2. Evite insertar sus propias opiniones
  3. Concéntrese en lo que el otro está diciendo
  4. Haga preguntas que los obliguen a pensar y sentir
  5. Deje que la otra persona dirija la conversación
  6. Trate de entender la perspectiva de la persona – vea su punto de vista
  7. Manténgase enfocado en la otra persona y lo que está diciendo
  8. Aliente activamente a la persona a hablar a través de señales verbales y no verbales
  9. Reflexione sobre la esencia de lo que se ha dicho
• Si la persona ha intentado suicidarse antes, pregúntele cómo fue y qué ocurrió después.
• Con el permiso de la persona, conéctelo a con su profesional(es) de salud mental, su médico de familia/psiquiatra, tan pronto como sea posible.
• Hable sobre los factores de protección: algún pariente o mascota que dependa de ellos
• Elabore un plan, tanto para la persona como para usted mismo, basado en sus conversaciones.
Escríbalo. Si le parece apropiado haga que la persona escriba un plan también. Los planes deben ser firmados. La acción de escribir es como un contrato y puede ayudar a evitar cualquier daño a sí mismo. Éste debe ser sencillo.
El plan contendrá:
  1. Retrasar la acción para dar tiempo a la persona a reconsiderar.
  2. Un acuerdo con la persona con respecto a ciertas acciones que retrasarán el realizar la acción suicida.
  3. Cualquier otro material que sea relevante a la situación específica (Por ejemplo, la eliminación de armas, llaves, etc.).
• Siga con el plan de contacto regular con la familia y red de amistades que usted ha desarrollado previamente.
• Retire cualquier medio para suicidarse, realice esto junto con la persona como señal de compromiso para no intentar suicidarse esa noche.

¿Qué hacer si cree que alguien está al borde del suicidio?

Pregunte
  • Pregunte si la persona está pensando en hacerse daño a sí mismo/a.
  • Pregunte si la persona tiene algún plan.
  • Pregunte si la persona ha hecho preparativos para llevar a cabo su plan.
Actúe
  • Actúe eliminando los medios por los que podría cometer suicidio (por ejemplo, píldoras, armas).
  • Actúe notificando al psiquiatra de la persona.
  • Actúe instituyendo la hospitalización, ya sea voluntaria o involuntaria, si es necesario.
  • Actúe como si fuera una emergencia, ya que suele ser una emergencia.
Busque ayuda médica, psicológica, apoyo social. “Esté preparado” Realice un plan de crisis familiar.

Tratamiento

Las personas que intentan cometer suicidio pueden necesitar hospitalización para tratarlos y reducir el riesgo de futuros intentos. La terapia es una de las partes más importantes del tratamiento. Es posible que las personas que están en riesgo de comportamiento suicida no busquen tratamiento por muchas razones.

Se debe evaluar y tratar cualquier trastorno de salud mental que pueda haber llevado al intento de suicido. Esto abarca:
  • Trastorno bipolar
  • Trastorno límite de la personalidad
  • Dependencia del alcohol o las drogas
  • Depresión mayor
  • Esquizofrenia
Todo adolescente que haya intentado suicidarse requiere de una evaluación física y tratamiento, hasta recuperar la estabilidad física. El tratamiento de la salud mental para los sentimientos, ideas o comportamientos suicidas comienza con una evaluación minuciosa de los acontecimientos de la vida del adolescente previos al comportamiento suicida. Una evaluación integral del adolescente y de la familia contribuye a la toma de decisiones con respecto de las necesidades de tratamiento. Las recomendaciones de tratamiento pueden incluir, entre otras, la terapia individual para el adolescente, terapia de familia y, cuando sea necesario, la internación para brindarle al adolescente un entorno supervisado y seguro. Los padres tienen un rol vital de apoyo en cualquier proceso de tratamiento.

Prevención

  1. Esta es una mini guía de ayuda para familia/amigos de una persona en crisis. Sin embargo, si usted es un amigo, miembro de la familia o simplemente conoce a alguien que cree que puede intentar suicidarse, nunca trate de manejar el problema por su cuenta. Busque ayuda. Nunca ignore una amenaza o intento de suicidio. El hecho de evitar el alcohol y las drogas (diferentes a los medicamentos recetados) puede reducir el riesgo de suicidio. 
  2. El tratamiento de las enfermedades mentales y el abuso de sustancias pueden disminuir el riesgo de suicidio.
  3. La prevención del suicidio debe ser un esfuerzo sistemático no sólo para el sector salud, sino también para los centros laborales, las escuelas, los centros comunitarios y en especial, para las familias.
Después de un intento de suicidio

Después de un intento de suicidio, los cuidadores familiares y la persona afectada probablemente enfrentarán una mirada de consecuencias y sentimientos. Cuando se produce un suicidio o un intento de suicidio, la familia se siente traicionada, culpable, enojada, impotente y deprimida. También se sienten avergonzados. Esta complejidad de emociones -junto con la necesidad de mantener segura a la persona después del intento- implica una gran carga para la familia y amigos cercanos. Para todos, el evento será un gran shock. Incluso aquellos familiares que se consideraban preparados para cualquier posibilidad experimentaran shock, así como una amplia gama de otras emociones.

Mientras la familia está sobrepasada con lo sucedido, la persona se siente desconcertada por la situación, como si se estuviera lanzando por una montaña rusa emocional. Además, es probable que él/ ella experimente extrema vergüenza. A veces esto se profundiza aún más si el individuo está hospitalizado con vigilancia las 24 horas en su habitación. (Esta vigilancia extra se considera necesaria después de un intento ya que la persona está especialmente vulnerable).

Un intento de suicidio es traumático para la persona y su familia. Nuevamente se deben experimentar todas las emociones antes de que se introduzcan emociones positivas y la persona pueda reconectarse con la esperanza y una razón para vivir.

Es bastante normal que todos pasen por las fases de “negación, vergüenza, el culpar a otro, el propio sentido de culpa y la ira” que son partes normales del proceso del duelo. No obstante, el peligro está en que los miembros familiares transfieran sus propios sentimientos a los demás integrantes de la familia, señalando culpas con el dedo que producirán más y más estrés y multiplicarán estas emociones. Trate de tener en cuenta que NADIE TIENE LA CULPA de lo que ha sucedido.
Después de un suicidio

Después de una muerte por suicidio o de un intento de suicidio, las familias deben atravesar el proceso de luto, la negación, culpabilidad, vergüenza, imputar culpabilidad y la ira que son partes integrales de la pena y el duelo. Muchas familias pasaron por este ciclo cuando descubrieron por primera vez que su ser querido tenía una enfermedad mental. Ahora deben pasar por un nuevo duelo.
Puede que no haya sido posible detener la muerte. No obstante, en un primer momento las familias se pueden culpar a sí mismas y revivir constantemente lo que sabe del evento.

“No culpe a amigos ni familiares. Todo el mundo está sufriendo. Nadie deseaba esta muerte. Entrar en peleas con su familia sobre quién tiene la culpa u otros detalles de la situación sólo producirán resentimientos. En este momento usted no necesita alejarse de su familia. Necesitan recuperarse y trabajar juntos.”

Cuando se produce un suicido, vuelve a aparecer el “por qué”. Nos preguntamos ¿Qué podíamos haber hecho?, ¿Qué es lo que no hicimos? La familia vuelve a cuestionarse y al igual que antes, suele no encontrar respuestas y deben ponerse de acuerdo en esto.

La pérdida de un ser querido por suicidio puede traer intensos sentimientos de dolor y luto. Las respuestas y emociones experimentadas en la pérdida por un suicidio pueden diferir de los que se sienten después de otros tipos de muerte. El hecho de que la muerte de un ser querido parecía involucrar un elemento de elección, plantea dolorosas preguntas que no necesariamente aparecen si la muerte hubiese sido accidental o natural. El duelo por suicidio puede ser prolongado. El proceso de duelo se caracteriza por preguntas angustiosas y la búsqueda de alguna explicación de lo sucedido. La investigación sugiere que los sentimientos asociados a la culpa, la vergüenza, el rechazo y la estigmatización suelen ser más pronunciadas que en otros tipos de duelo.

¿Qué puede hacer usted si ha comenzado a pensar en el suicidio?

Recomendaciones importantes para una persona que tiene ideas de suicidio.

1. Aunque no se le ocurra otra solución que el suicidio, no significa que no la haya, sino que usted no la puede ver en ese momento. Otra persona puede ayudarle a encontrar esa solución.
2. Busque ayuda lo antes posible. Si cree que no puede más, hable con un amigo o con un familiar en quien confíe, vaya a ver a su médico o llame a un servicio de atención telefónica.
3. Hable de sus pensamientos suicidas. No se guarde para si mismo sus pensamientos  suicidas.
4. Posponga cualquier decisión acerca del suicidio: cuando la persona es capaz de posponer su decisión tan sólo 24 horas, las cosas mejoran y se sentirá más capaz de enfrentarse a sus problemas.
5. Permanezca acompañado hasta que los pensamientos sobre el suicidio disminuyan.
6. Las crisis son transitorias. Muchas personas han pensado en el suicidio en algún momento de su vida, pero deciden vivir porque se dan cuenta de que las crisis son transitorias, mientras que la muerte no lo es.
7. Muchas personas que alguna vez han pensado en suicidarse, en realidad no querían morir sino acabar con su sufrimiento. Por eso están contentas de no haberlo hecho una vez que el sufrimiento ha pasado.
8. Piense en las cosas o personas importantes que le han ayudado a superar otros momentos difíciles. Esas son precisamente las cosas o personas por las que también ahora merece la pena vivir.
9. No se aísle. Trate de salir o de recibir en su casa a familiares y amigos, aunque no disfrute de su compañía como antes. Es muy importante seguir manteniendo el contacto.
10. Trate de centrarse en el día a día. Pensar más allá puede ser abrumador si siente que tiene muchos problemas y no se ve capaz de afrontarlos.
11. Cuando esté desanimado, evite las drogas y el alcohol. Muchas sustancias aumentan su malestar. Además, no le ayudarán a resolver los problemas y pueden llevarle a hacer cosas que normalmente no haría.
12. Manténgase sano, trate de hacer suficiente ejercicio y de comer bien. El ejercicio puede ayudarle a sentirse mejor mediante la liberación de ciertas substancias en su cerebro. Comer bien ayuda a notarse con más energía y a sentirse capaz de manejar los momentos difíciles de la vida.
13. Vaya a ver a su médico o a su especialista para hablar del apoyo o el tratamiento. Hable de sus pensamientos y sentimientos sobre el suicidio con su médico.

Converse sobre los modos con los que usted se mantiene a salvo y asegúrese de que recibe los mejores tratamientos y cuidados

Conclusión
  • El suicidio es un problema complejo determinado por la interacción entre varios factores: la contribución de aspectos biológicos, historia personal, historia familiar, eventos circunstanciales, aspectos religiosos, contexto socio-cultural, histórico y socioeconómico.
  • El acto suicida no suele ser  un acto voluntario, forma parte de una enfermedad. Este es un tema que, por la importancia que tiene, tendría que trabajar dentro de la familia, también se ha de tener el apoyo profesional para evaluar la ideación e intención y por dar las intervenciones adecuadas como los cuidados necesarios, con el fin de evitar que la enfermedad prive la vida de la persona.
  • Los temas de suicidio deben abordarse directamente. Reconozca con empatía la visión del paciente en torno a que la muerte es una solución al problema del insoportable dolor psicológico. 
  • La mayoría de los intentos de suicidio no terminan en muerte. Muchos de estos intentos se llevan a cabo en una forma en que el rescate sea posible. Estos intentos a menudo representan un grito en busca de ayuda. Aunque siempre se debe de tomar en serio los intentos y amenazas de suicidio.
  • En México hablamos poco del suicidio. No porque sea irrelevante, sino porque incomoda. Paradójicamente, este fenómeno reservado, que comúnmente se maneja con tanto disimulo es considerado una de las principales causas de muerte en México, particularmente entre nuestros adolescentes. El suicidio en México es un problema de salud pública.
“El suicidio no se elige, sucede cuando el dolor sobrepasa los recursos para superarlo”




http://alex-psicoclinica.blogspot.mx/2013/09/el-suicidio.html
http://www.guiasalud.es/GPC/GPC_481_Conducta_Suicida_Avaliat_vol1_compl.pdf
http://alex-psicoclinica.blogspot.mx/2014/02/indicadores-prevencion-e-intervencion.html