martes, 11 de abril de 2017

Cómo Eliminar las Emociones Negativas de Nuestra Mente

Examinando la influencia de la culpa y la preocupación en nuestro bienestar psicológico.
Si piensas que la culpa o la preocupación tienen alguna contribución positiva en tu vida, significa que tienes una percepción distorsionada de la realidad.

Emociones como la culpa y la preocupación son cada vez más frecuentes en la sociedad actual. Cada vez es más común observar personas estresadas que se "hunden en un vaso de agua", por situaciones que tal vez, en el prisma de los demás, no son tan graves.

¿Qué son las emociones negativas?

El poder destructor de las emociones negativas se debe principalmente a la influencia que éstas ejercieron en nuestra infancia. Aprendimos desde pequeños, durante el desarrollo de nuestra primera y segunda infancia, que si no nos sentíamos mal por algún error cometido o no nos preocupábamos lo suficiente por el futuro no seríamos capaces de corregir alguna actitud o solucionar algún problema.

Desde pequeños nos enseñaron este tipo de emociones negativas con el fin de instruir nuestra conducta y corregir cierto tipo de comportamientos. Este problema se expresa principalmente en nuestra etapa de madurez, puesto que tanto la culpa como la preocupación pueden ser emociones realmente dañinas para nuestro bienestar emocional, al exponernos a manipulaciones y al caer en conductas auto-castigadoras.

Por qué la culpa y la preocupación son emociones negativas

El problema de la culpabilidad y la preocupación reside principalmente en que desperdiciamos todos nuestros momentos presentes castigándonos por cosas que ya sucedieron o que queremos que sucedan en el futuro. A causa de este tipo de pensamiento negativo, nuestra capacidad de disfrute y conexión con la vida queda gravemente mermada.

A pesar de que ambas emociones tienen como teórico fin ayudarnos a corregir comportamientos o a buscar posibles soluciones a problemas, ambas cumplen también con un propósito inútil en nuestra vida, puesto que solo logran mantenernos inmovilizados ante una adversidad. Este tipo de "inmovilización" se puede observar tanto en conductas culpabilizadoras como en sentimientos de ansiedad o miedo ante un posible suceso.

“La culpabilidad puede servir de retribución en sí misma y de permiso para repetir el mismo comportamiento“ Osho

Una sociedad que nos aboca a la preocupación constante

La sociedad actual se encuentra llena de personas que se sienten mal por algo que no deberían haber hecho, o se encuentran estresados por cosas que podrían llegar a suceder.

Con la culpa a cuestas, se sienten abrumadas por alguna actitud del pasado. mientras que con la preocupación se sienten ansiosos por cosas que aún no han sucedido y que, para más inri, es probable que nunca lleguen a suceder.

Lo más probable es que tú, querido lector, te encuentres en esta misma situación en algunas ocasiones. Si te sientes frecuentemente atrapado por alguna de estas emociones, es necesario trabajar con ellas para poder empezar a construir el futuro dejando estas emociones negativas y paralizantes al margen.

Cómo eliminar el sentimiento de culpa

Empezar a ver el pasado como algo que no puede cambiarse, sin importar cómo te sientas al respecto de él, es algo fundamental para eliminar este tipo de emociones negativas. Puedes utilizar frases como: "Mi sentimiento de culpa no va a cambiar o mejorar nada de lo que sucedió" puesto que ningún sentimiento que implique castigarte podrá lograr algún cambio positivo en tu actitud o en tu vida actual.

Si quieres un cambio significativo en la manera en que respondes ante las manipulaciones culpabilizadoras de tu pensamiento, comienza por incorporar a tu vida las siguientes estrategias liberadoras de culpa.

1. Acepta tu comportamiento sin castigarte por ello: Vive plenamente el momento presente y luego busca alguna solución constructiva. Optar por sentirte culpable y auto castigarte por lo sucedido no solucionará nada ni tampoco asegurará que tu comportamiento vaya a cambiar. En el mejor de los casos, obtendrás una solución "parche" que no tardará en esfumarse.

2. Fíjate momentos adecuados para ocuparte de tus asuntos y obligaciones: Pregúntate qué es aquello que has estado evitando, reflexiona sobre si tu sentimiento de culpa es producido por estar evitando alguna situación o alguna responsabilidad, ¡Y ocúpate de ello!

3. Haz valer tu posición de no auto castigarte: Si algún individuo tiene alguna posición contraria a la tuya e intenta manipularte por medio de la culpa, empieza por respetar tu posición de no optar por sentimientos inútiles que impliquen auto castigarse y reflexiona de manera constructiva sobre si tu actitud tiene algún propósito o solo te está perjudicando.

4. Comienza por aceptar cosas en ti mismo que puede que no le agraden a los demás: Recuerda que es imposible satisfacer a todo el mundo, tu comportamiento no tiene por qué ser catalogado como malo o bueno según la opinión del resto. Fija como prioridad tu felicidad y armonía antes que la aceptación externa.

5. Toma nota de todas las situaciones que te hacen sentir culpable: Puedes anotar el porqué, el cuándo y el quién de la situación, para luego analizar y determinar si es que efectivamente debes de realizar algún cambio en tu actitud.

Cómo eliminar la preocupación

Para eliminar la preocupación, comienza por cambiar tu percepción sobre el futuro. Deja de percibirlo como algo sobre lo que debas estar pendiente todo el tiempo, así te alejarás de los pensamientos obsesivos que solo te reportan ansiedad y miedo.

Puedes utilizar frases como: "Solo lo que haga en el presente podrá determinar mi futuro". Si aplicas esta máxima, verás qu es absurdo preocuparse por cosas que aún no han sucedido, sobre todo si nos privan de vivir el momento presente.

Permítete emplear las siguientes estrategias para liberarte de tus sentimientos de preocupación y comenzar a ocuparte de tu vida.
  • Empieza por encargarte del problema cuando sientas la necesidad de preocuparte por una situación: el mejor antídoto para sanar la preocupación es la acción.
  • Reconoce lo incoherente que resulta preocuparse por cosas que aún no han sucedido, hazte frecuentemente la pregunta: ¿Cambiará algo el hecho de que esté preocupado? ¿A pesar de lo que pueda suceder, podré seguir haciendo cosas valiosas por mí y los demás?
  • Permítete periodos cada vez más cortos para sentirte preocupado: podemos empezar realizar tres sesiones de 10 minutos al día para sentirnos preocupados. Cabe recordar que debemos hacer lo posible por sentir preocupación solo en los momentos establecidos.
  • Realiza una lista de todas las preocupaciones de ayer, la semana pasada o el año anterior: puedes verificar esta lista para convencerte de que tus preocupaciones muchas veces no eran tan graves, ya que a pesar de todo hoy sigues vivo. Observa cómo en cada situación fue la ocupación la que logró construir una solución, mientras que la preocupación no tuvo ningún efecto positivo.
¿Por qué nos enseñaron estas emociones negativas?

La principal razón por la cual se nos enseñaron emociones negativas como la culpa o la preocupación se debe en gran medida a nuestros valores culturales, puesto que se considera como algo "inapropiado" no sentirse mal y no castigarse por nuestros problemas.

Todo este legado cultural se relaciona con la importancia que le damos a nuestros problemas, puesto que nuestra cultura se nos enseña que, si realmente nos importa una persona o algún asunto en concreto, debemos demostrar nuestro interés sintiéndonos culpables por una actitud "mala" que hayamos tenido, o exponiendo nuestra preocupación para demostrar nuestro cariño.

Es como si nos enseñaran que el exponer nuestro dolor y malestar emocional fuera un requisito fundamental para mostrar afecto e importancia hacía demás.

Articulo publicado por pagina amiga Psicología y Mente.
https://psicologiaymente.net/clinica/como-eliminar-emociones-negativas#!

miércoles, 5 de abril de 2017

Mitomania: La Mentira como Forma de Vida

La mentira compulsiva no es un trastorno en sí mismo. Es una manifestación clínica, una sintomatología que forma parte de otros trastornos.
Quien sufre este mal, muy pronto es rechazo por los de su entorno
El mitómano suele ser narcisista, tener baja autoestima, deficiencias en habilidades sociales, y desconfianza en las personas y sus relaciones entre otros. Algunos autores hablan incluso de que podrían existir cierta predisposición genética, aspecto todavía en controversia.

Los mentirosos patológicos falsean la realidad como vía de escape, para obtener atención e incluso admiración y entran en un círculo vicioso que les acaba dejando solos en el laberinto de sus mentiras.

El mitómano o mentiroso compulsivo crea un personaje de sí mismo porque su imagen no le satisface, no la tolera y no la soporta. Lo que hay de base es un problema de autoestima bien serio. Ej: “Yo necesito decirte que soy alguien que realmente no soy. Necesito presentarme delante de ti como ese ideal de lo que yo quisiera ser”. En realidad,  proyectan  falta de aceptación.

En la mitomanía puede existir o no intención de engañar o estafar, aunque el verdadero fin es deformar la realidad para contar una historia personal más llamativa. Al principio esas narraciones logran su efecto, cautivando a quien le escucha, obteniendo atención, respeto y hasta admiración, que es lo que en definitiva mantiene esta conducta, además del miedo a ser descubierto.

Los mentirosos compulsivos mienten porque hay un beneficio psicológico, de placer, de relajación, de construcción de una realidad alterna. Se dan unas dinámicas neuroquímicas, una liberación de adrenalina que hace que la persona experimente placer en esos procesos de mentir. Y “no necesariamente” sienten culpa al mentir. Ahora bien, si los descubren en sus mentiras, tal vez puedan sentir vergüenza o pasen por un proceso de reflexión.

La situación que puede originar un comportamiento mitómano suele estar relacionada con el estrés, cuando la persona se encuentre en un momento comprometido y piense en recurrir a la mentira como una salida fácil a dicha tensión, precisamente esa liberación que va a sentir cuando salva la situación con la mentira va a ser el motivo para que se vuelva a repetir en otras ocasiones. Como también presenta un alto nivel de ansiedad cuando se encuentra en situaciones propicias para el acto.

La mitomanía puede estar presente en otros problemas mentales, como el trastorno límite de la personalidad, trastorno facticio, trastorno bipolar o el trastorno de esquizofrenia, incluso es habitual que se presente junto a otras adiciones como la del consumo de sustancias ilegales o la ludopatía. Por ello, es imprescindible un buen diagnóstico diferencial para establecer prioridades a la hora de realizar el tratamiento, dando preferencia a aquellos síntomas más graves, como una desintoxicación, antes de proseguir con otras intervenciones terapéuticas.

Los mentirosos se pasan mucho tiempo cubriendo sus rastros, especialmente si son retados y cuando se encuentran bajo fuerte sospecha suelen usar gestos grandiosos para reforzar sus comentarios. Pero los gestos que usualmente son achacados a los mentirosos son los llamados auto adaptadores que son usados por las personas que se sienten expuestas o vulnerables, no por los mentirosos. Si los mitómanos se tocaran mucho la nariz ya hubieran dejado de hacerlo, la gente que miente se concentra mucho en la información que maneja para poder continuar ocultando la verdad.

A menudo suelen escrutar la reacción de la otra persona ante sus afirmaciones, intentan leer si le estás comprando la historia. Las personas sinceras no se molestan si hablan despacio, pero los mentirosos suelen pensar que un discurso lento puede parecer sospechoso y es que cuando se dice la verdad “no se altera dramáticamente la velocidad del discurso.

De acuerdo con los investigadores en Neurología el mentiroso usa mucho lo que se llaman gestos metafóricos, especialmente cuando su mentira se encuentra bajo fuertes sospechas. Un gesto metafórico sería tocarse el corazón como una forma de decir amor o abrir las manos para señalar el tamaño de algo. Los mentirosos usan estas señas un 25% más que los honestos. También usan más gestos rítmicos, como repetir alguna frase para enfatizar su declaración.

O como decía mi abuela, el mentiroso cuando se ve descubierto se enoja o se hace la víctima J

Recuerda que un verdadero mentiroso planea su discurso cronológicamente, mira directamente a los ojos, no pierde ningún detalle y jamás mira hacia el lado, este es un recurso de la memoria real. Lo que sí hace es tocarse el pelo como si quisiera alisarlo y mueve las manos como si le molestaran los dedos. Una forma de pillar una mentira es pedirle a la persona que relate el mismo discurso pero al revés. Como no existe memoria, tiene que inventarlo todo de nuevo, por lo tanto, se pierde y no puede hacerlo.

¿Es posible la rehabilitación de un mitómano? Sin tratamiento se espera un incremento progresivo de la magnitud de las mentiras con el tiempo. Requiere procesos de terapias, como terapia cognitiva y técnicas de comunicación, y puede requerir medicación.

Si tienes un familiar mitómano, adicto a mentir, comunícale que lo sabes, y que actúas conforme a ello, e igualmente indícale que piensas que sería bueno que buscase ayuda para poder superarlo, pero sin querer obligarle y sobre todo muéstrale los problemas presentes y futuros que le puede acarrear seguir mintiendo: problemas legales, de separación o divorcio de su pareja, o el alejamiento o rechazo de amigos y familiares.

domingo, 2 de abril de 2017

Errores que Destruyen al Amor

Es difícil renunciar a una ilusión, pero más difícil aún es desligarse de una relación peligrosa.

La vida y la experiencia nos enseñan que no se puede vivir de ilusiones y que hay que aprender a tomar decisiones más saludables. La ilusión (idealización) puede hacer que una persona se enamore sin tener en cuenta lo que le dice la razón y lamentablemente esto es lo mismo que arrojarse al vacío sin red.

Algunas mujeres de pronto se enamoran, creen que les gusta alguien desesperadamente y en esas condiciones se entregan a él sin querer verlo como realmente es. No les importa que tome demasiado alcohol, que consuma drogas, que no trabaje, que sea inestable, que no tengan nada en común, que tengan objetivos distintos y también actitudes violentas.

Cada persona es responsable de su destino, porque aunque es probable que sus circunstancias ayuden a forjarlo, el resto, que es mucho, dependerá de sus decisiones. Una vez que se comete un error, es difícil volver atrás y borrar todo lo que hicieron, porque se desencadena una serie de acontecimientos que no se pueden evitar pero que se podían haber previsto y que seguramente obligue a pagar un alto costo y haga sufrir a las personas que se aman.

Los costos de las ilusiones perdidas son altos y provocan sufrimiento, depresión, desesperanza y desconfianza en cualquier otra posible relación, que aunque sea diferente va a ser el vínculo que pagará injustamente por la desilusión anterior. Una relación compromete a una persona tal vez por mucho tiempo, porque si decide terminar con ella no será fácil si el otro no está de acuerdo y es imposible hacer borrón y cuenta nueva sin pensar en las consecuencias.

La baja autoestima hace creer a ciertas mujeres o hombres que no tienen opción, que tienen que aceptar al primero que se presenta sin demasiadas pretensiones, sin embargo, en esa elección puede estar en juego su propia vida. Parecen no darse cuenta que no siempre a un armonioso cuerpo físico le corresponde un alma noble y que precisamente esa condición puede predisponer a aprovecharse de esos atributos y jugar con las mujeres.

Por esta razón, saber elegir es un don muy preciado, porque garantiza mayor estabilidad y bienestar duradero y porque además, aleja la desilusión y el dolor y previene la desesperanza.

Muchas mujeres creen que pueden cambiar la forma de ser de un hombre y esa creencia es su mayor riesgo, o en el caso de los hombres querer que sea ella como uno es, porque nadie puede cambiar a otra persona, sólo se puede cambiar uno mismo; simplemente porque el cambio tiene que ser con convicción y nunca lo provoca algo externo, sino que tiene que venir desde adentro.

Lo primero que debes evitar es ser infiel, algo que todos sabemos que es el principal motivo por el que muchas relaciones se destruyen. Una infidelidad es el error más grande que se puede cometer dentro de una relación, ya que inclusos en la pareja más liberal, esto tiende a lastimar y crear la desilusión por la traición de la persona que amas.

Otro aspecto muy importante a cuidar en una relación es el de evitar ser indiferente, ya que esto conduce a que ese fuego se apague y la relación colapse definitivamente. También es importante que consideres no reprimir tus emociones, es decir si hay algo que te molesta sencillamente hazlo saber, no le ocultes nada, así sea por evitar alguna discrepancia, recuerda que hablando todo se entiende. No reprimas tus emociones, pues sencillamente harás una acumulación de ellas que tarde o temprano dejará que salgan, y muchas veces no es de la mejor manera.

Otro aspecto que trae muchos problemas en una relación y frecuentemente lo veo en mis consulta es cuando te vuelves extremadamente celoso (a), tanto así que no puedes tolerar que se junte o salga con sus amigos e incluso familiares. Recuerda que los celos matan, crean desconfianza y elaboran supuestas historias que solo tú ves y por las que sufres y haces sufrir a tu pareja.

Analiza si tu relación verdaderamente te hace feliz, de lo contrario reconsidera terminar la misma, ya que el fin de toda relación es ser feliz, mas no hacer una acto de caridad o estar con alguien por lastima. 

Nota: Para “las mujeres” evita ser rencorosa, pues generalmente guardan cierto resentimiento de las discusiones con la pareja, y les encanta recordar detalles de la misma, como si estuviera pasando en ese momento.

Apreciable lector, una relación de pareja pasa por diferentes etapas y con el paso del tiempo, se va conociendo a la otra persona, de esta forma decidimos si estamos dispuestos a compartir nuestra vida con ella o no. Si estás buscando cómo mejorar tu relación, hacerla más sólida y verdadera, procura no hacer cosas que puedan dañarla.

Qué NO hacer:

1. Olvidar que la pareja es una persona individual con sus propios sentimientos y necesidades y que no es de nuestra propiedad. Al paso del tiempo la relación se hace tan cotidiana que tendemos a confundirnos y pensar que el otro es prácticamente de nuestra propiedad. Un signo de ello son los celos excesivos, la violencia, las recriminaciones y exigencias.

2. Utilizar el chantaje emocional como forma de comunicación para conseguir lo que deseo del otro. Esta actitud es igual de común en hombres como en mujeres y, en general, es aprendido de un padre o madre muy manipulador. Frases como: "sin ti no soy nada", o "si tú no me amas nadie más me amará"; son un chantaje directo para mantener dominado al otro.

3. Criticar constantemente a tu pareja. Muchas veces estamos esperando que el otro cometa un error para "caerle encima" con una lluvia de críticas. Lo peor de esta actitud, es que jamás se soluciona algo. Al contrario, destruye la espontaneidad y creatividad en la pareja e impide que el que critica, exponga las cosas positivas que hace su pareja.

4. No pasar tiempo de calidad junto a tu pareja. Muchas veces nos quejamos de que  no nos queda tiempo para nada, pero probablemente te pasaste una o dos horas en internet o viendo televisión. Intenta aprovechar cada instante con tu pareja y ojo con no caer en la rutina. Disfruten del tiempo que pasen juntos.

5. No escuchar a tu pareja. Todos sabemos lo fundamental de una buena comunicación en las relaciones. Una buena comunicación se inicia dando importancia a lo que te dice el otro. Escucha a tu pareja con total atención y no cambies el tema o lo interrumpas. Esta es la mejor forma de demostrar al otro cuánto lo amamos.

6. Tener una mala relación con los padres de tu pareja. En general nuestras relaciones son el reflejo de las relaciones de nuestros padres. El no tener una buena relación con los padres refleja nuestra incapacidad de aceptarlos como personas, con defectos y virtudes. Cuando criticamos a los padres, es porque esperamos que sean perfectos y sabemos que eso no es posible, y esto es algo que debemos superar porque si no, será muy difícil que puedas aceptar y valorar tu propia relación de pareja.

7. No saber reconocer cuándo nos equivocamos y, en consecuencia, no saber pedir perdón. El orgullo y el temor a sentirse cuestionados son uno de los principales motivos por los cuales no reconocemos nuestros errores. Pedir disculpas o perdón requiere de una gran fortaleza. Tu pareja te agradecerá una disculpa sincera.

8. Estar de mal humor todo el tiempo. Una de las cosas que más fortalecen una relación de pareja es tener la capacidad de reír, bromear y de disfrutar la compañía del otro. El buen humor es sinónimo de inteligencia. El mal humor puede terminar con tu relación.

9. Decir mentiras. Las mentiras son la contracara de los celos. Si uno descubre que el otro miente, se instala y corroe el vínculo de tal manera que lo puede destruir irremediablemente. "La mentira aparece cuando faltan otros recursos en la pareja. Uno debería preguntarse qué quiero obtener o qué no me animo a perder y, además, saber que cuando uno de los dos miente, la situación se vuelve en contra, como un búmeran".

10. Perder la comunicación. Cuando una pareja pierde la capacidad del diálogo o de, simplemente, intercambiar miradas cómplices, denota serios problemas en la relación. Aristóteles dijo: "Debemos expresar lo que sentimos a la persona adecuada, en el momento adecuado, con el propósito justo y de la forma correcta".  La incomunicación es “el origen de todos los errores” porque cuando una pareja pierde la capacidad del diálogo o de simplemente intercambiar miradas cómplices. Por su parte, atribuye la incomunicación al querer evitar peleas, algo que puede devenir en la infidelidad. El antídoto infalible es el diálogo constante y fluido.

11. La rutina podría ser un veneno mortal: los horarios, el cuidado de los hijos, los compromisos laborales y familiares, todo contribuye a mecanizar el día a día. Por eso, el antídoto para ese veneno es encontrar un espacio propio de la pareja, “divertirse de a dos”.

12. La saturación es el veneno que hace a las personas “esquivas a la dedicación indispensable para solidificar una relación de amor”, El mejor antídoto es buscar los  momentos de intimidad entre la pareja, sin trabajo ni familia de por medio, para “tener comprensión frente a las necesidades o dificultades del otro”.

13. Bloqueos Psicológicos: Cargamos con barreras mentales y emocionales que nos impiden completar el desarrollo humano y alcanzar una verdadera madurez. Banalizamos el nexo existente entre las experiencias de la infancia y el comportamiento del adulto, producto de heridas muy concretas que vulneraron la dignidad e integridad en los momentos clave de la estructuración psíquica. Una profunda empatía con nuestra historia y con nosotros mismos puede devolvernos la vitalidad perdida y estabilidad emocional.

14. Otras consideraciones: 
  • Sentimiento de pertenencia: Creer que tu pareja es de tu propiedad sin importarte sus sentimientos y necesidades.
  • Idealizar a la pareja.
  • Exigir más de lo que se da.
  • Dramatismo, capacidad de maximizar los problemas.
  • Diferencias: generan fuertes conflictos en la pareja, que se van sumando uno a uno y que van desgastando la relación.
  • Insatisfacción sexual, el sexo tiene gran peso en una relación amorosa, se aconseja una vida sexual activa, placentera y cómoda, para garantizar en gran proporción, fuerte unión en la pareja.
  • El descuido personal y apatía.
  • Hacerles reproches: Porque no te entiende, porque consideras que se equivoca o no es lo bastante cariñoso según tu criterio.
  • Ignorar a tu pareja: Dejarle fuera de las decisiones importantes en tu vida e incluso de las que les atañen a ambos.
  • Agresiones físicas y verbales.
  • Etc…
En el amor sano no cabe el tener que resignarse a vivir el martirio de la insatisfacción.

viernes, 31 de marzo de 2017

Abordaje Psicológico de Pacientes con VIH-SIDA

Aunque la problemática sanitaria del VIH-Sida es considerada en nuestro país como una cuestión relevante y grave.
Pese a la antigüedad del problema (el Virus de Inmunodeficiencia Humana o VIH, fue identificado y caracterizado en 1983) sigue siendo al día de hoy una cuestión opaca para la mayoría de los profesionales de la salud.

Estrategias de intervención psicológica frente al VIH

En mi experiencia y considerando las peculiaridades de nuestro sistema de salud y su grado de desarrollo, las actividades más importantes y necesarias a desarrollar por los psicólogos frente a esta problemática son: la prevención, el potenciamiento (mediante diversas estrategias informativas, de consejería y de educación) del desarrollo de diagnósticos precoces y el fortalecimiento de las adherencias a los tratamientos médicos específicos, en especial los que incluyen medicación antirretroviral. Asimismo, a grandes rasgos, podemos caracterizar las estrategias de intervención como de inicio (en la primer etapa de confirmación de la seropositividad), de educación, información, de evaluación psicológica y social de la situación y la problemática, de seguimiento de los procesos de tratamiento, de emergencia frente a crisis y de rehabilitación cuando la patología ha afectado sensiblemente la vida familiar y social de la PVVS.

Por otra parte, al realizar una intervención directa con PVVS el psicólogo debería trascender la mera oferta de contención emocional (necesaria sin lugar a dudas)  para brindar además y fundamentalmente,  posibilidades de esclarecimiento y comprensión de la dimensiones psicológicas y sociales del problema, propiciando nuevas perspectivas de elaboración  simbólica de los conflictos inmanentes y de gestión empírica de las dificultades.

No obstante, hay también otras tareas eminentemente técnicas a desarrollar en algunos momentos de la evolución de la enfermedad tales como la evaluación de las funciones cognoscitivas afectadas por la infección y la eventual instrumentación de estrategias re-habilitadoras y/o compensatorias frente al déficit.

No olvidemos que se trata de un virus neurotrópico, es decir que puede afectar al sistema nervioso central provocando cuadros neurológicos (encefalopatías, demencias y delirium) en aproximadamente el 30% de los casos (Ballester, 1999; Ballester, 2005)

Aspectos psicológicos 

Comienza antes de su verificación mediante pruebas de laboratorio. Salvo aquellas personas que lo contrajeron de forma accidental sin haber incurrido regularmente en prácticas de riesgo, las demás -en su mayoría- han desarrollado un proceso previo de significación de esta condición y de otorgamiento de sentido a la situación. En los entornos sociales más vulnerables al VIH son de los consumos altamente problemáticos de drogas y comportamientos peligrosos como: imprudencias diversas, violencia, etc.

Expuestos, apenados, lastimados y débiles, los pacientes diagnosticados con VIH, se enfrentan a su vida. Se presentan diversas situaciones que exigen del individuo una reinterpretación de su vida y lo obligan (obligación que se cumple o no, pero que existe), al desarrollo de estrategias nuevas que le ayuden a reintegrarse socialmente. Le imponen la resolución de conflictos, lo enfrenta a su realidad cruda y sus pertenencias reales, sus recursos y sus redes sociales. Le fuerzan a asumir otra actitud y conducta consigo mismo y con el mundo. La presunta cercanía de la muerte, obliga a la honestidad. El VIH ancla al sujeto a la vida, o lo mata. La persona se adapta o se destruye con una muerte lenta o rápida, pero siempre inminente, con actualizaciones periódicas de su amenaza. Sin embargo, aceptar la idea de finitud, no solo aplaca la angustia, sino que puede volver la existencia más intensa y vital.
Muy frecuentemente los pacientes suelen referirse al estado de shock inicial generado por el diagnóstico como situaciones de terror, pánico, espanto y horror. En tales momentos, una correcta consejería y contención psicológica se tornan de capital importancia para una adecuada elaboración de esa situación, procurando evitar que el miedo de lugar al pánico, es decir a esa respuesta espontánea y desorganizada que se puede traducir en reacciones poco meditadas en relación con su vida familiar y social. Asimismo, mientras se tramita ese shock inicial no sólo importan los riesgos derivados de actitudes y comportamientos poco meditados sino también de los derivados de la crisis emocional.

Sin embargo, frente a estas respuestas emocionales comprensibles y esperables hay una dimensión que no siempre se tiene en cuenta y a la cual se debería prestar particular atención. Me refiero a esa conjunción de factores iatrogénicos y efectos secundarios propios de algunos antirretrovirales (o bien de otros fármacos utilizados frente a diversas enfermedades oportunistas co-mórbidas del sistema nervioso central) que pueden generar a menudo alteraciones significativas en los estados anímicos. Por ejemplo, el famoso AZT (o Zidovudina, llamada anteriormente azidotimidina) uno de los antirretrovirales más usados desde fines de los años ´80, presenta una gran variedad de efectos secundarios tales como nauseas, dolor de cabeza, fatiga, cambios en la coloración de algunas partes del cuerpo así como la inducción de estados psicológicos muy diversos que varían de persona a persona: manía, depresión, astenia, confusión y ansiedad. (Ballester, 2005) Por esta razón, es deseable desde el comienzo un abordaje multi o interdisciplinario que incluya atención psiquiátrica y algún profesional con experiencia que pueda discernir eventuales efectos iatrogénicos y secundarios del tratamiento farmacológico.

El miedo al deterioro físico, la preocupación por la continuidad de su trabajo, la incertidumbre sobre el futuro de las personas con las que convive y ama, las exigencias materiales de un tratamiento que se imagina prolongado y complejo, así como la amenaza que comienza a cernirse sobre la continuidad de sus propósitos y objetivos en la vida (pareja, hijos, proyectos, etc) aparecen conformando en esta primera etapa una suerte de aplanadora existencial de una masividad inmanejable. Asimismo esos temores suelen aparecer amalgamados con los temores e incertidumbres de su entorno micro social de inserción y pertenencia. La función del psicólogo en esta etapa que adquiere un rol crucial de sostén, interlocución reflexiva y orientación.

En algunos casos la crisis emocional desencadenada por el diagnóstico de seropositividad adquiere un carácter más agresivo y violento, en otros más apático y resignado o bien de confusión y desorganización general.

Los temores más ansiógenos y frecuentes son a la:
  • Discapacidad, deficiencia física o minusvalía que pueda sobrevenir como consecuencia de la evolución de la enfermedad
  • A la desfiguración corporal (Sarcoma de Kaposi; etc.)
  • Al rechazo y abandono social debido a la estigmatización del VIH como puede ser el abandono por parte de familiares, parejas o amigos debido al diagnóstico
  • A infectar a otras personas o a sufrir una reinfección
  • Los motivos de enojo y frustración más comunes suelen estar referidos a las:
  • Incertidumbres inherentes a la evolución de la infección
  • Déficits informativos, de asesoramiento y de atención social
  • Incierta eficacia de los tratamientos
  • Complejidad de los tratamientos (cantidad de pastillas; tiempo que se invierte en el mismo; etc.)
  • Calidad de los tratamientos y fármacos (según se le esté suministrando originales, genéricos o copias) 
  • Por el juicio social acerca del modo en que contrajo el virus
Estas reacciones suelen estar amalgamadas con un sentimiento variable de culpa debido a la relación que eventualmente pudo existir entre su comportamiento sexual o de consumo de drogas y el VIH. Sentimiento especialmente incrementado si la persona considera que propició el contagio o si teme haber puesto en riesgo o haber dañado a otra.

Se debe tener presente que el desarrollo del VIH tanto en su dimensión biológica como en la simbólica, produce un desarreglo general psicológico, emocional y fisiológico y es procesado en forma sui generis de acuerdo a los recursos afectivos, materiales y sociales de cada PVVS.

Es sabido y está aceptado científicamente que: los estresores psicológicos -como los casos de duelo, divorcio, las situaciones traumáticas y los estados depresivos- alteran el funcionamiento del sistema inmunológico. Entre otras pruebas que existen al respecto, vale subrayar que se han encontrado disminuciones en las cantidades de linfocitos en las personas infectadas por el VIH y que padecen depresión. Las implicaciones de la depresión en los pacientes infectados por el VIH/Sida son importantes. Se ha demostrado que los pacientes VIH positivos con síntomas depresivos tienen mayores probabilidades de no cumplir las pautas del tratamiento con fármacos antirretrovirales y de no seguir los consejos médicos.

La atención psicológica en los servicios de salud acoge a las PVVS proporcionando consejería y apoyo psicológico en el proceso de notificación de la enfermedad y de la aceptación de la condición de portador. De este modo, mediante la escucha, la comprensión e intervención se procura potenciar la calidad de vida de la PVVS minimizando consecuentemente sus riesgos físicos y emocionales propiciando además una actitud responsable en el manejo de la infección, de sus actos y decisiones. Quizás esta habilitación de un espacio de re-elaboración simbólica de la historia de vida desde una actitud comprensiva del drama existencial del otro.

Otro objetivo de vital importancia es el ayudar a sostener la adherencia al tratamiento médico-farmacológico en todas sus variantes, incluyendo el monitoreo regular de enfermedades oportunistas y el respeto por las recomendaciones terapéuticas. No olvidemos que la gestión de los antiretrovirales, sumado a las indicaciones de dieta y  demás cuidados de sí,  exige constancia y disciplina. Para el psicólogo se vuelve necesario la instrumentación de coordinaciones con los médicos tratantes (infectólogo, neurólogo, psiquiatra, dermatólogo, etc. el grupo como unidad de tratamiento) propendiendo o instrumentando de ser posible un trabajo en equipo. Cada etapa exige encuadres y aproximaciones diferentes y requiere conocimientos específicos del psicólogo sobre esta patología y las variaciones periódicas en el modo científico de entenderla y tratarla. Es decir que a diferencia de otros ámbitos de intervención clínica requiere de una actualización permanente y del desarrollo coordinado y complementario de trabajo en todos los niveles de atención.

Otros dos  niveles importantes de intervención son la evaluación cognitiva del paciente y un monitoreo constante tendiente a determinar si hay algún nivel de deterioro intelectual ocasionado por la infección y consecuentemente cuando se observa este hecho diseñar alguna estrategia compensatoria de tratamiento y rehabilitación.

Muy frecuentemente en algún momento del proceso suele aparecer en forma latente o manifiesta la demanda de una intervención familiar que contemple a los miembros más significativos de la familia nuclear o extensa del paciente. Pasando a  intervenir sobre la textura vincular del grupo familiar, sus dinámicas, sus procesos de comunicación y aprendizaje, sus emergentes y los ínter-juegos de asignación y asunción de roles.


Bibliografía:
www.itinerario.psico.edu.uy/revista
Aresti L. (2001) ¿VIH=SIDA=Muerte? La construcción social de una condena. México. Fondo Cultural de Albergues de México.
Ayuso, Mateos (1997) “Trastornos Neuropsiquiátricos en el SIDA, Madrid. McGraw Hill- Interamericana
Ballester, R. (1999) SIDA: Prevención y Tratamiento Psicológico en la Infección por VIH y SIDA. Madrid: UNED-Fundación Universidad Empresa.
Ballester, R. (2005).Aportaciones desde la psicología al tratamiento de las personas con infección por VIH-SIDA. Revista de Psicopatología y Psicología Clínica, 10, 1. Disponible en: http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1088471.  Recuperado el 10.01.2010 
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lunes, 27 de marzo de 2017

Depresión: Descripción General

En medicina y en psicología hablamos de depresión cuando hay un trastorno mental, cuando  ya la tristeza no es normal si no  patológica. La tristeza pasa a ser depresión cuando se experimentan cambios cognitivos,  somáticos, conductuales, afectivos y sociales que duran varias semanas, meses o años.
  1. Cambios cognitivos: pensamientos persistentemente  negativos (pesimismo, muerte, minusvalía, hipocondriasis) hipomnesia,  hipoprosexia y dificultad para orientarse en el tiempo. Indeciso. Ideas suicidas.
  2. Cambios somáticos u orgánicos: hiporexia (falta de apetito),  insomnio, disminución del deseo sexual, dolores musculares (cuello, cabeza, espalda, miembros, etc.), molestias digestivas (epigastralgia, estreñimiento, dolor abdominal),  opresión torácica, manos frías, palidez, ojeras (coloración oscura del párpado inferior), pérdida de peso, etc.
  3. Cambios conductuales: adinamia, hipobulia, falta de iniciativa, cansancio, lentitud. Puede llegar a la inacción.
  4. Cambios afectivos: bajo estado de ánimo, tristeza,  anhedonia,  sentimientos  de soledad, de vacío,  de incapacidad, de infelicidad, de sufrimiento. También es frecuente la ansiedad y la irritabilidad.
  5. Cambios sociales: pierde interés en las reuniones sociales, se  aísla, no desea comunicarse,  lo notan callado, ensimismado.
Síntomas y Signos
  • Sentimiento prolongado de tristeza, desesperanza, aburrimiento, inutilidad, y/o irritabilidad
  • Sentimientos de infravaloración. El paciente se siente con menor valor del real.
  • Anhedonia: no siente placer  por  las cosas que que antes disfrutaba
  • Generalmente hiporexia  o anorexia. En algunos casos puede haber polifagia.
  • Pérdida de peso.
  • Disminución o abolición del deseo sexual o libido.
  • Frecuente ansiedad  y/o irritabilidad
  • Piensa que su vida no tiene sentido y muchas veces desea desaparecer o tiene ideas suicidas.
  • Hipocondriasis: cree que tiene enfermedades físicas graves.
  • No tiene planes para el futuro, está pesimista. Cree que nadie puede ayudarlo.
  • Aislamiento social.
  • Está muy sensible y siente deseos de llorar con frecuencia.
  • Insomnio.
  • Hipoprosexia, hipobulia, hipomnesia: tiene que hacer esfuerzos para realizar sus tareas rutinarias.
  • Ideas de minusvalía. En cuadros psicóticos delirio nihilista.
  • Sensación de cansancio y falta de fuerzas.
  • Dolores musculares y/o articulares en espalda, nuca y/o cabeza.
  • Molestias digestivas: epigastralgia, estreñimiento, dolor abdominal, meteorismos.
  • Los síntomas, frecuentemente,  siguen un ritmo circadiano. Empeoran por la mañana o por la noche.
 Clasificación

Según la gravedad, una depresión puede ser: Leve, moderada o grave. 

Una distinción fundamental es la establecida entre la depresión en personas con y sin antecedentes de episodios maníacos. Ambos tipos de depresión pueden ser crónicos y recidivantes, especialmente cuando no se tratan.

A. Leve: grosso modo,  un trastorno depresivo es leve cuando los síntomas no son tan intensos y la persona puede realizar sus labores habituales sin mucha dificultad.
B. Moderado: los síntomas y signos son más intensos, de manera que él o la  paciente debe hacer un esfuerzo mental  para realizar sus labores habituales y siente  que ya no le son tan gratas como antes, además tiene menos interés por sus entretenimientos. Pero no está totalmente inactivo.
C. Grave: los síntomas son tan intensos que no le permiten realizar casi ninguna labor, no obtiene placer alguno por nada, no tiene voluntad ni energía para arreglarse, asearse, comer. Tiene deseos  de muerte permanente o delirios nihilistas y/o alucinaciones auditivas  (en este caso se dice que tiene una depresión psicótica). En ocasiones puede llegar a un estado catatónico con riesgo de muerte.

1.- Trastorno depresivo mayor: La edad promedio de inicio es la tercera década de la vida, se instaura en días o semanas y termina también en días o semanas.
2.- Trastorno afectivo bipolar: este tipo de depresión consiste característicamente en episodios maníacos y depresivos separados por intervalos con un estado de ánimo normal. Los episodios maníacos cursan con estado de ánimo elevado o irritable, hiperactividad, logorrea, autoestima excesiva y disminución de la necesidad de dormir.
3.- Trastorno distímico: Se caracteriza por un estado de ánimo depresivo de muy larga evolución (2 años o más) con intervalos libres de síntomas de pocos días o semanas, con muchas de las características de un trastornos depresivo mayor pero menos intensos, más duradero  y con menos síntomas somáticos. Tiene un inicio insidioso lento, progresivo
4.- Trastorno depresivo debido a enfermedad médica:Muchas enfermedades médicas pueden causar alteraciones del humor  como:
  • Enfermedades  neurológicas degenerativas: Parkinson, Demencia y Corea de Huntington.
  • Enfermedades vásculo-cerebrales
  • Enfermedades metabólicas:
  • Enfermedades carenciales
  • Enfermedades endocrinas: hipotiroidismo, hipoparatiroidismo, Cushin
  • Infecciones víricas: heptitis, VIH,  mononucleosis, etc
  • Tumores malignos
5.- Trastorno depresivo debido a uso de sustancias:
Los trastornos depresivos pueden asociarse a consumo de sustancias, entre ellas: opiáceos, sedantes hipnóticos, reserpina y asteroides. También la abstinencia de ciertas sustancias como: alcohol, cocaína, benzodiazepinas, anfetaminas, morfina y similares.

Tratamiento

Una vez diagnosticada la depresión, el paciente debe iniciar el tratamiento, siendo en casi todos los casos una acción combinada de terapia farmacológica con apoyo psicológico. 

Nota: Antes de iniciar un tratamiento, farmacológico y/o psicoterapia, es importante averiguar si existen acontecimientos vitales estresantes (situación de pérdida real o  mal interpretada por el paciente)  y evaluar si estamos ante una respuesta  normal (tristeza normal) o si se trata un trastorno depresivo, consumo de sustancias, fármacos o enfermedad médica.

A los  pacientes con trastorno bipolar, depresión u otra enfermedad psiquiátrica previas de larga evolución, se tratan como casos crónicos.

Si no existe historia psiquiátrica previa se evalúa el grado de interferencia con su funcionamiento social, laboral o académico y si la intensidad del cuadro es leve no se prescriben fármacos, se hace un seguimiento frecuente para observar si el cuadro cede espontáneamente.

En los cuadros con síntomas persistentes o severos se indica psicoterapia,  fármacos, Terapia Electroconvulsiva (TEC) y Estimulación Magnética Transcraneal (EMTr). En estos casos la detección temprana y tratamiento precoz, disminuye la gravedad y las complicaciones.

Los profesionales sanitarios deben tener presentes los posibles efectos adversos de los antidepresivos, las posibilidades de llevar a cabo uno u otro tipo de intervención (por disponibilidad de conocimientos técnicos o del tratamiento en cuestión) y las preferencias individuales.

Las técnicas psicoterapéuticas más efectivas son:

1.- Terapia cognitivo-conductual: relajación muscular, entrenamiento respiratorio, ejercicio físico diario progresivo. 
Los fármacos más efectivos son:
  • I S R S: Paroxetina, Sertralina, Fluoxetina, escitaloprán.
  • Tricíclicos: Imipramina, Clorimipramina.
  • Benzodiazepinas: Alprazolán, Clonazepán, Lorazepán.
En pacientes con Trastorno Bipolar se deben usar con cautela los medicamentos antidepresivos, ya que pueden precipitar un episodio maníaco, en cuyo caso se recomienda usar  un estabilizador del humor.

2.- Estabilizadores del humor: la  lamotrigina es el estabilizador del humor más recomendado cuando existe un episodio depresivo en un paciente con trastorno bipolar. 
Si hay síntomas psicóticos como ideas delirantes o alucinaciones,  se debe usar antipsicóticos (haloperidol, olanzapina, risperidona o clozapina).

3.- TEC: La terapia electro-convulsiva está indicada cuando hay:
  • Serio riesgo suicida
  • Cuadro catatónico
  • Síntomas psicóticos
  • Depresión en una embarazada.
  • Episodio mixto (síntomas maníacos sobrepuestos a los síntomas depresivos)
  • Depresión grave que no cede con fármacos.
Respuesta favorable previa al TEC. Es decir, si un  paciente ha sido tratado previamente con  TEC y su respuesta fue favorable, se prefiere este tratamiento.

4.- EMTr: La estimulación magnética transcraneal  es un tratamiento reciente que ha mostrado efectividad  en las depresiones moderadas,  en las embarazadas (para evitar el uso de fármacos) y en las personas que no desean recibir medicamentos, por los efectos indeseables de estos. 

Se debe referir a psiquiatría y/o al psicólogo clínico cuando:
  • Existe riesgo suicida
  • Tiene síntomas psicóticos
  • Existe una discapacidad importante
  • Depresión moderada o grave
  • Se sospecha de un trastorno bipolar
  • Requiere de psicoterapia específica
  • Existe un trastorno de personalidad
  • El médico no está capacitado para tratarlo
  • Paciente embarazada con cuadro depresivo.

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lunes, 20 de marzo de 2017

Ansiedad Infantil

Los trastornos de ansiedad no son exclusivos de los adultos. También están presentes en los niños y de hecho, son uno de los diagnósticos más comunes en la infancia y la adolescencia.
En la infancia un estado ansioso puede ser un mecanismo de defensa para afrontar problemas que el niño no sabe solucionar. Lo importante es prevenir que este trastorno se apodere, y al ser reconocido con tiempo, es posible evitar su evolución y empeoramiento.

Los niños que padecen TA experimentan importantes problemas relacionados con el fracaso escolar, la baja autoestima, la soledad y también, la salud física. Además, la ansiedad se asocia a un mayor riesgo de padecer trastornos en etapas posteriores de la vida, ya sean otros trastornos de ansiedad o bien depresión mayor o abuso de sustancias, entre los más comunes. Los niños no tratados tienen un mayor riesgo.

El TA a menudo se presentan con otros trastornos como la depresión, trastornos de la alimentación y el trastorno de atención con hiperactividad. Con el tratamiento y apoyo suficientes, su hijo aprenderá a gestionar con éxito los síntomas de un trastorno de ansiedad y vivir una infancia normal.

Clasificación y prevalencia

La tasa general de prevalencia de los trastornos de ansiedad durante la infancia es de un 18%, sin que se presente un mayor predominio en las niñas que en los niños. No es hasta la adolescencia, que las chicas alcanzan índices más altos que los chicos en este tipo de problemática, distribuyendo así los porcentajes de forma más semejante a los observados en la población adulta. Dentro del porcentaje citado, además, observamos que la ansiedad infantil se presenta de muy distintas formas. Se distingue entre los siguientes trastornos de ansiedad en la infancia:
  • Trastorno de ansiedad generalizada
  • Trastorno de ansiedad por separación
  • Trastornos fóbicos (Social. Escolar. Familiar)
  • Trastorno de pánico
  • Mutismo Selectivo
  • Trastorno obsesivo-compulsivo
  • Trastorno de estrés postraumático
  • Trastorno mixto de ansiedad y depresión
Tratamiento

Especificar que lo más importante de cualquier tratamiento, es su grado de adecuación a las particularidades de la persona a la que va destinado. En este caso, por tanto, es fundamental adaptar los procedimientos a la edad y características del niño. Se deben de tomar en cuenta los estresores ambientales, los factores de riesgos, la severidad, la disfunción que le ocasiona y la comorbilidad.

Para la intervención comúnmente se requiere de un equipo multidisciplinario conformado por el personal de salud: médicos generales o de otras especialidades, psicólogo clínico y psiquiatra. Entran en la detección del padecimiento los maestros, enfermeras y trabajo social. Se hace intervenciones psicosociales, psicoeducativas y psicoterapéuticas. La intervención farmacológica se hará dependiendo el cuadro y severidad por el psiquiatra.

Cualquier tratamiento tiene mayores y mejores resultados en los niños, cuando los padres y/o profesores colaboran para lograr los objetivos propuestos. Quizás los padres requieran terapia individual y ó familiar, y para el manejo conductual y afectivo del niño. La detección e intervención precoces pueden reducir la gravedad de los síntomas, estimular el crecimiento y el desarrollo normal y mejorar la calidad de vida de los niños con TA.

Las técnicas utilizadas para el abordaje de los trastornos de ansiedad en la infancia, son muy parecidas a las que se aplican en la población adulta.

Técnicas psicológicas sugeridas que se utilizan más frecuentemente y que han probado su efectividad (total o parcial) en los estudios experimentales llevados a cabo hasta la fecha:
  • Técnicas de exposición
  • Exposición en imaginación
  • Exposición in vivo con prevención de respuesta
  • Relajación
  • Práctica reforzada
  • Escenificaciones emotivas
  • Técnicas cognitivas
  • Auto-instrucciones
  • Terapia racional emotiva
  • Tratamientos psicofarmacológicos
Los trastornos de ansiedad pueden ser tratados eficazmente mediante una evaluación integral del niño y la familia. Los padres que advierten síntomas de ansiedad en sus hijos pueden ayudar procurando una evaluación y un tratamiento precoz. Generalmente, el tratamiento puede prevenir problemas futuros.

Curso o pronóstico

Depende del momento en que se le detecta, del tratamiento y de las condiciones ambientales del niño. Es muy frecuente que conforme transcurre el tiempo, el trastorno no tratado tiende a complicarse en severidad y comorbilidad. Factores que parecen predecir un peor diagnóstico son la edad de inicio más temprana, la larga duración de la enfermedad, la historia de hospitalizaciones previas, la presencia de rasgos de personalidad muy acentuados que son desadaptativos, la comorbilidad entre diferentes trastornos psiquiátricos, así como la severidad de los síntomas y la historia familiar positiva de TA.

Para nosotros los profesionales de la salud mental que tratamos TAI y otros trastornos infantiles se requiere seguir los aspectos, principios y pautas éticas, y de las consideraciones éticas en la relación del paciente y familia y el respeto de los derechos humanos del niño. 

jueves, 16 de marzo de 2017

Conócete a ti mismo

Es uno de los más famosos aforismos de la antigüedad griega de todos los tiempos. Significa que la principal necesidad de una persona para acceder a la sabiduría filosófica es el autoconocimiento.
Se encontraba inscrito, según diversos testimonios, en el templo de Apolo, sitio en la ciudad griega de Delfos, lugar de enorme valor mitológico: fue allí donde Apolo mató al monstruo Pitón, donde Zeus colocó el ónfalo, ombligo del mundo, y donde se encuentra el famoso oráculo de Delfos. En griego, la frase se escribe originalmente γνῶθι σαυτόν (gnóthi sautón), que traduce ‘conócete a ti mismo’. Por testimonio de un célebre viajero griego Pausanias, sabemos que la frase estaba inscrita en el pronaos del templo de Apolo.

“Conócete a ti mismo” es una frase que se refiere a la importancia del autoconocimiento para el ser humano.

Debido a que se encontraba inscrita en la entrada del tempo del dios Apolo, en Delfos, es interpretada como el saludo que el dios dirigía a los visitantes de su templo, deseándoles sabiduría. En esta frase se encuentran encerradas o sugeridas algunas de las preguntas más antiguas del pensamiento filosófico: quién soy, de dónde vengo, adónde voy, preguntas por medio de las cuales trata de comprenderse y definirse cada quien. Platón pone esta frase en boca de Sócrates en su diálogo con Alcibíades, un joven ignorante que aspira a la política. Con ella, trata de recordarle que, antes de ser gobernante y mandar sobre el pueblo, su primera tarea como hombre es gobernarse a sí mismo, y no lo conseguirá si antes no se conoce a sí mismo.

Conocerse a sí mismo supone el camino del perfeccionamiento, de hacerse mejor y adquirir conocimiento sobre la propia naturaleza y limitaciones, pues no podemos desarrollar nuestra naturaleza si no sabemos cuál es. De este modo, el autoconocimiento es un paso previo para la asunción de cualquier tarea o labor de importancia que conduzca a la gloria o a la sabiduría.

“Conócete a ti mismo”, entonces, es la obligación de cada individuo: comprenderse, aceptarse, estudiar la propia alma, que es el verdadero objeto de conocimiento de una persona, pues solo así el individuo podrá orientar su propia vida y sus acciones de acuerdo con sus propósitos e intereses.

Otra forma de leer esta frase es considerando el autoconocimiento como un paso fundamental para acceder al conocimiento, a la verdad de las cosas, para alcanzar en la sabiduría el nivel de lo divino, lo profético y lo oracular. La frase, entonces, previene al hombre en relación con el camino cierto de la sabiduría: primero deberás conocerte a ti mismo, para a continuación acceder a grados mayores, más complejos y oscuros, de conocimiento.

Otra interpretación posible de esta frase es la que se hace desde la psicología y la literatura de autoayuda, que entiende que es fundamental que, como personas, seamos capaces de comprendernos, de conocer nuestros sentimientos y entender las razones que nos mueven para no dejarnos arrastrar por otros deseos o pretensiones. En este sentido, es una frase fundamental en la inteligencia emocional.

El aforismo ha sido atribuido a varios sabios griegos antiguos: Heraclito, Quilón de Esparta, Tales de Mileto, Sócrates, Pitágoras, Solón de Atenas. Otras fuentes lo atribuyen a Femonoe, una poetisa griega mítica. En una discusión acerca de la moderación y el autoconocimiento, el poeta romano Juvenal, cita la frase en griego y declara que el precepto desciende "de cælo" (del cielo).

Parece que el origen del adagio se remonta a escritos antiguos de Heraclio, Esquilo, Herodoto y Píndaro; y surge como una invitación a reconocerse mortal y no dios. Sócrates lo eleva a un nivel filosófico como un examen moral de uno mismo ante Dios. Platón lo orienta hacia la verdadera sabiduría en un fantástico sistema de pensamiento.

La sabiduría del conocerse a sí mismo la evoca San Agustín quien le expresa a Dios que el fin de la vida es “conocerte y conocerme”. El hombre se conoce cuando va al fondo de sí mismo y ahí encuentra la imagen de Dios. Por esta senda marcharán muchos medievales en este espíritu humanista de pensar…

En la actualidad cotidiana, en nuestra hiperactiva cultura, poco dada a la reflexión y a la tranquilidad de espíritu,  la máxima griega inspira los numerosos libros de autoayuda que buscan la autoconciencia o en la aceptación de la identidad de sí mismo.


Red