viernes, 6 de julio de 2012

El Sindrome de Peter Pan

The Peter Pan Syndrome: Men Who Have Never Grown Up (El síndrome de Peter Pan, la persona que nunca crece) escrito por el Dr. Dan Kiley.

El libro de Kiley enfatiza sobre él, pero no hace más que dar un nombre ya casi literario a un elemento que ha estado presente, desde siempre, en toda caracterización neurótica, desde los comienzos de los enfoques de la terapia psicoanalítica. Cuando Freud ha hablado de la fijación, se ha referido, de alguna manera al estancamiento de la evolución de la personalidad que se verifica en los sujetos que padecen estos tipos de sintomatología. Tal vez, lo que sobreviene es que este conjunto de síntomas que singularmente nos ocupa, no ha tenido una categorización en la bibliografía psiquiátrica, en general, lo cual es asombroso. De hecho, “el síndrome de Peter Pan” no constituye una psicosis. Es un trastorno neurótico o acaso definidamente caracterológico. Kiley mismo insiste en su obra sobre la dificultad en la modificación de la anomalía de estas conductas, pero sin hacer referencia a las mismas o parejas dificultades que se presentan, en toda terapia, para la reacomodación de los cuadros negativos que entorpecen la evolución del sujeto.
El síndrome de Peter Pan es un trastorno del desarrollo de la personalidad, donde el sujeto se niega a asumir el paso del tiempo y desempeñar un rol de adulto.


El síndrome de Peter Pan se caracteriza por la inmadurez en ciertos aspectos psicológicos, sociales. La personalidad masculina (o femenina) en cuestión es inmadura y narcisista. El sujeto crece, pero la representación internalizada de su yo es el paradigma de su infancia que se mantiene a lo largo del tiempo. De forma más abarcadora, según Kiley, las características de un "Peter-Pan" incluyen algunos rasgos de irresponsabilidad, rebeldía, cólera, narcisismo, dependencia, negación del  envejecimiento, manipulación y la creencia de que está más allá de las leyes de la sociedad y de las normas por ella establecidas. En ocasiones los que padecen este síndrome acaban siendo personajes solitarios. Con escasa capacidad de empatía o de apertura al mundo de los "grandes", al no abrirse sentimentalmente, son vividos como individuos fríos o no predispuestos a darse, lo que vuelve como un "boomerang" a través de la no recepción de entregas o muestras ajenas de cariño. Algunos profesionales avanzando tal vez audazmente en sus diagnósticos los han denominado esquizo - afectivos. También se dice que este padecimiento se da por no haber vivido una infancia normal, por haber trabajado desde edades demasiado tempranas o por otros motivos.

“Se trata de personas que aunque han alcanzado la edad adulta, viven como adolescentes, están rodeados de amigos menores que ellos, son incapaces de afrontar las responsabilidades y son inmaduros emocionalmente”. Este síndrome puede aparecer en mujeres y hombres, pero en el 99 por ciento de los casos, son varones los que sufren esta patología de la cual no es nada fácil recuperarse.
Síntomas
Es frecuente que haya crisis de ansiedad, de angustia y de depresión. Los años van pasando, y aun cuando el sujeto está como protegido con una suerte de coraza psicológica para no advertir el paso del tiempo, esporádicamente ésta desaparece por circunstancias imprevisibles. Es entonces cuando el paciente se encuentra con las manos vacías y con una vida dolorosamente irrealizada. Con parejas inadecuadas, o de modo extremo -lo que también suele pasar- sin pareja alguna. El nido infantil es una inconsciente referencia a la que siempre apunta. Allí, no había problemas, y la nostalgia por el mismo es persistente, aunque no se lo declare. Afecta notoriamente a la auto-estima y el auto-concepto, viéndose muy afectado. Cabe destacar que como deformación de la personalidad puede cabalgar sobre patologías psiquiátricas clásicas y específicas. De esta manera puede darse vinculada a enfoques ligeramente delirantes de tipo paranoide o a neurosis declaradamente histéricas u obsesivas.
Cómo reconocer el síndrome de Peter pan:
  • No saben estar solos
  • Siempre están rodeados por gente más joven.
  • No se responsabiliza de sus actos
  • Es un ser permanentemente insatisfecho
  • Puede vivir con sus padres o con una pareja que contenga sus actos
  • Tiene ideas sobre grandes proyectos y aventuras amorosas que nunca se cumplen
  • Suele quejarse y culpar al resto del mundo de sus problemas. Espera siempre que alguien se los solucione
  • Les gusta estar siempre contentos y siempre están buscando maneras de divertirse y evadirse de la realidad
  • Cambian continuamente de pareja. En general siempre se conectan con mujeres más jóvenes
Otros rasgos de su personalidad:
  • Rebelde
  • Narcisista
  • Dependiente
  • Se niega a envejecer
  • Manipulador
Tratamiento
El tratamiento debe ser el que corresponde a toda neurosis estructurada. Pero es difícil de concretar, puesto que el sujeto que experimenta este trastorno, no acepta su infantilismo y se niega a modificar sus conductas. No existe el deseo de abandonar el mundo de la infancia, ni una conciencia del fracaso en la aproximación al mundo adulto. Se presenta una dificultad de aceptar las normas y la necesidad de tomar responsabilidades o forjar vínculos maduros con los demás. La situación se complica mucho más cuando estos varones encuentran una pareja que los sostiene ( mantiene) y se encarga de justificar todos sus actos. El tratamiento, en casos como éstos, debe ser doble. El trastorno psicopatológico de base, sumado al del carácter.
Conclusión
No existe evidencia que muestre que el síndrome de Peter Pan sea una enfermedad psicológica existente y no se encuentra listada en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales aunque podamos ver estos síntomas en diferentes entidades y ha sido aceptada en la psicología popular.

La Filosofia del Amor

Recordando mi epoca de pasion como estudiante de Filosofia.
Escuchamos la palabra amor y pensamos, invariablemente, en una pareja o en el amor romántico, todos parecemos estar familiarizados con este concepto, sin embargo, es más complicado definir el amor como idea o incluso como sentimiento. El amor no ha sido siempre el mismo: las costumbres, la cultura, el tiempo, lo han matizado y han hecho que varíe de rostro.
Definición de Amor en Filosofía
 El problema de las definiciones en filosofía no es que se carezca de ellas, es que nos enfrentamos a la abundancia de las mismas; esto mismo se aplica al concepto de ‘amor’, hay casi tantas definiciones del mismo como filósofos han existido, sin embargo, yo diría que, en este caso, se pueden reducir a dos principales núcleos semánticos: Eros y Ágape. Esto es válido para la filosofía occidental, que se ha nutrido históricamente de dos fuentes culturales básicas, me refiero al pensamiento clásico grecolatino y a la matriz judeocristiana. Los griegos llegaron al punto en el que las principales discusiones alrededor del amor se centraron en el tema “erótico”, es decir, en los afectos del alma que partían del impulso hacia los cuerpos bellos y llegaban al ámbito de lo divino; así tenemos, por ejemplo, a Platón para quien el amor es el producto de una tensión entre la abundancia y la necesidad, de ahí su plenitud pero también su carencia: el amor es análogo al deseo que busca completar su satisfacción, pero cuya dinámica existencial es terriblemente agotadora por el proceso de búsqueda que supone. Por otro lado, la noción cristiana de ágape refiere más bien al ámbito de la gracia divina, su modelo es la plenitud y perfección del amor de Dios hacia los hombres, amor inmerecido que se otorga sin condiciones a quien incluso lo desprecia, el patetismo propio de esta noción cristiana tiene su precisa iconografía en la crucifixión del hijo de Dios, sangrando por su insensato amor a los hombres.
Ciertamente, entre los mismos griegos no hay un genuino consenso respecto a la naturaleza del “eros”, muestra de ello es la serie de opiniones expresadas por los diversos personajes del Banquete de Platón, texto celebérrimo en la historia filosófica del tema, ahí los personajes discuten si eros refiere a un dios y de ser así cuál es su naturaleza y cuál nuestra capacidad para comprenderlo; se le exalta como divinidad primordial, como energía cósmica que mantiene unidos a los entes, como mero impulso sexual (heterosexual y homosexual) y como demonio que habita en la región intermedia entre humanos y dioses. El mismo Platón parece no llegar a un acuerdo definitivo en lo tocante a las implicaciones existenciales de “lo erótico”, por ejemplo, en el Banquete se concluye con la defensa de la autarquía socrática, incorruptible por el mero apetito carnal, que es capaz de desprenderse de toda afección que pudiera desfigurar la belleza del alma; pero en el Fedro, otro de sus diálogos, defiende más bien la noción maniática del rapto erótico que implica una serie de desfiguros patéticos para el alma: desasosiego, dolor, locura… ¿cuál es la verdadera posición platónica respecto a la naturaleza del amor? Es asunto interpretable. Con todo, como debe ser obvio, la noción platónica del amor sigue en la línea antes dicha, el amor es un deseo que busca su satisfacción y en esa búsqueda imprime sus huellas existenciales dolorosas, de ahí que Platón concluya su “imperfección” intrínseca.
No se afirma que todo “amor” en nuestros días sea amor pasional (trágico, malhadado, doloroso), sino que dicha noción pertenece a nuestra herencia simbólica, psíquica, que lidiamos con ella en el seno de nuestras relaciones ordinarias, que los medios de comunicación se encargan de recordarnos este arquetipo y que las crisis amorosas de quienes nos rodean suelen dar una vuelta más a la tuerca del amor pasión. Pero hay que traer a la memoria otra revolución axiológica: la del nihilismo, que ciertamente no pudo anular el halo significativo del amor pasional, en venganza lo hizo “extraordinario” e inoculó dosis letales de amor aletargado, intrascendente, indoloro. Pero cabe la pregunta de si es este tipo del que hablamos cuando pensamos en el “amor” hoy en día, me parece que no es así, y que de hecho la fuerza simbólica que adquieren las obras nihilistas es posibilitada por la nostalgia de algo que se ha perdido para siempre. Nos alarma pensar, lo digo por la opinión generalizada, que nuestras relaciones amorosas sean frágiles y estrictamente temporales, imperfectas, ordinarias e irredentas. .
Cuando nuestros sentidos nos acercan a realidades capaces de producir ciertos pensamientos, bien merece dedicar unas líneas a denunciar la unión de ciertas ideologías con ciertos conceptos que más que una aproximación al ser humano y a la construcción de una sociedad, se refieren a una terminología falsa y que da lugar a confusión. Un “filósofo” comentaba que: “el amor es una relación entre dos conciencias libres donde la más débil es la que ama más, es la que más se somete. Quien ama menos es quien manipula.”. Más que hablar de amor pareciera que se tratara de una transacción económica, de poder, donde lo único realmente importante no es ya el dar sin esperar nada a cambio sino un toma y daca, donde se trata de cuantificar para establecer así la regla del dominio. ¿Cuestión de cantidad? Lo realmente implícito en estas frases es la entrada a toda velocidad en un callejón sin salida donde nos estampamos sin remedio contra el muro de nuestro narcisismo, porque amar según lo expuesto, se realizaría con único interés: ser amados. ¿Esa es la finalidad del amor?
 Amar con lleva la satisfacción en ese gesto, pues es dar lo que no se tiene a quien no es... La implicación aquí es nula y las reglas numerosas con tal de seguir abrazados  a una de las teorías del origen del vocablo amor: como raíz hindio-europea “amma”, que significa voz infantil para llamar a la madre. Si pensamos el amor en torno a esta idea de posesión y de demanda infantil ¿qué queda del crecimiento, la libertad, la tolerancia y el amor por los demás?
Me gustaría dejar claro que no hay una “naturaleza del amor” que deba ser respetada, nada hay que no esté condicionado por la relatividad, lo que llamamos “amor” está atravesado por las contingencias del lenguaje y sus símbolos. A partir de esto podemos desprender algunos corolarios, por ejemplo que el amor posee su fabulación histórica, y que dicha fabulación vive en nuestra piel nostálgica por una otredad que suele adornarse, cristalizarse, con mil y un virtudes. Es la mano del imaginario colectivamente aceptado la que nos encamina en la búsqueda del grial amoroso, y no hablo del patético “príncipe azul”, o de supuesto “amor de mi vida”, sino de algo más elemental, de la pretensión de inmutabilidad de los afectos, de imperturbabilidad de la alegría. Me parece que debemos desdibujar nuestros prejuicios respecto al amor, no sólo por llana salud mental, sino para conducir de mejor forma nuestras experiencias amorosas en el campo magnético de los símbolos.
Las parejas que permanecen  unidos es por  se aman y se admiran mutuamente por lo que son. Descubrirse a uno mismo y respetarse, es abrir el horizonte a cosas nuevas, enriquecerse como persona, elevar la autoestima y mantener para siempre el interés del otro.




 




jueves, 5 de julio de 2012

Trastorno Limite de la Personalidad

El trastorno límite de la personalidad o borderline, también llamado limítrofe o fronterizo (abreviado como TLP). Es un trastorno de la personalidad que se caracteriza primariamente por desregulación emocional, pensamiento extremadamente polarizado y relaciones interpersonales caóticas.
El perfil global del trastorno también incluye típicamente una inestabilidad generalizada del estado de ánimo, de la autoimagen y de la conducta, así como del sentido de identidad, que puede llevar a periodos de disociación. Es un padecimiento en el cual las personas tienen patrones prolongados de emociones turbulentas o inestables, como sentimientos acerca de sí mismos y de los demás. Estas experiencias interiores a menudo los llevan a tomar acciones impulsivas y tener relaciones interpersonales caóticas. Se incluye dentro del grupo B de trastornos de la personalidad, los llamados "dramático-emocionales". Es, con mucho, el más común de los trastornos de la personalidad.

Síntomas
Las personas con este trastorno a menudo presentan incertidumbre acerca de su identidad y como resultado sus intereses y valores pueden cambiar rápidamente. Las personas con este trastorno también tienden a ver las cosas en términos extremos, o todo es bueno o todo es malo. Sus puntos de vista sobre otras personas pueden cambiar rápidamente. Una persona que luce admiradora un día puede lucir despreciativa al siguiente día. Estos sentimientos súbitamente cambiantes a menudo llevan a relaciones intensas e inestables.

Otros síntomas de este trastorno abarcan:

•Miedo de ser abandonado.
•Sentimientos de vacío y aburrimiento.
•Manifestaciones frecuentes de ira inapropiada.
•Impulsividad con el dinero, el consumo de sustancias, las relaciones sexuales, el apetito desenfrenado y el hurto en tiendas.
•Intolerancia a la soledad
•Crisis repetitivas y actos de lesionarse a sí mismo, como hacerse cortes en las muñecas o tomar sobredosis.

Causas
Las causas del trastorno límite de la personalidad se desconocen. Se cree que los factores genéticos, sociales y psicológicos juegan un papel.

Entre los factores de riesgo que predisponen a este trastorno están:

•Abandono en la niñez o en la adolescencia
•Vida familiar disociada
•Comunicación deficiente en la familia
•Abuso sexual
Este trastorno de la personalidad tiende a ocurrir más a menudo en las mujeres y entre pacientes psiquiátricos hospitalizados.

Comorbilidad
Del TLP se ha dicho en ocasiones que es el "Paradigma de la comorbilidad" Supone que algunas afecciones suelen aparecer conjuntamente con el TLP. Cuando se comparan individuos diagnosticados de TLP con otros diagnosticados de otro tipo de trastornos, los primeros muestran una elevada tasa de cumplimiento de criterios para:
  • Trastornos por ansiedad.
  • Trastornos de la afectividad, incluyendo depresión clínica y trastorno bipolar.
  • Trastorno narcisista
  • Trastornos de la alimentación, incluyendo anorexia nerviosa y bulimia.
  • Con menor frecuencia, trastornos somatomorfos.
  • Depresión.
  • Trastorno por déficit de atención/Hiperactividad (TDAH)
  • Afecciones psicosomática.
Tema común en el TLP, tanto si es debido a la impulsividad o bien a un mecanismo para soportar otros síntomas y entre un 50-70% de los pacientes psiquiátricos con TLP cumplen el criterio de un trastorno por abuso de substancias.

Esquemas de pensamiento
La base del trastorno está constituida por tres supuestos fundamentales:

1. Conciben el mundo como un lugar peligroso y a las demás personas como malévolas o potencialmente dañinas.
2. Piensan que son vulnerables e incapaces de salir adelante por sí mismos.
3. Se ven a sí mismos como inaceptables, malas personas e indignos de amor.

Criterios diagnósticos según el DSM-5

Trastorno de la personalidad: Grupo B TLP 301.83 (f60.3)
Patrón dominante de inestabilidad de las relaciones interpersonales, de la autoimagen y de los afectos, e impulsividad intensa que comienza en las primeras etapas de la edad adulta y está presente en diversos contextos, y que se manifiesta por cinco (o más) de los hechos siguientes:

1.- Esfuerzo desesperados para evitar el desamparo real o imaginado.
2.- Patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas que se caracteriza por una alternancia entre los extremos de idealización y de devaluación.
3.- Alteración de la identidad: Inestabilidad intensa y persistente de la autoimagen y del sentido del yo.
4.- Impulsividad en dos o más áreas que son potencialmente autolesivas.
5.- Comportamientos, actitud o amenazas recurrentes de suicidio o comportamientos de automutilación.
6.- Inestabilidad afectiva debida a una reactividad notable del estado de ánimo.
7.- Sensación crónica de vacío.
8.- Enfado inapropiado e intenso o dificultad para controlar la ira.
9.- Ideas recurrentes transitorias relacionadas con el estrés o síntomas disociativos graves.

Criterios diagnósticos según el DSM-IV
  1. Inestabilidad afectiva debida a una notable reactividad del estado de ánimo (p. ej., episodios de intensa disforia, irritabilidad o ansiedad, que suelen durar unas horas y rara vez unos días).
  2. Ira inapropiada e intensa o dificultades para controlarla (p. ej., muestras frecuentes de mal genio, enfado constante, peleas físicas recurrentes).
  3. Sentimientos crónicos de vacío o inutilidad. Síntomas impulsivos.
  4. Comportamientos, intentos o amenazas suicidas recurrentes o comportamiento de automutilación.
  5. Un patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas caracterizado por extremos de idealización y devaluación.
  6. Impulsividad en al menos dos áreas que es potencialmente dañina para sí mismo (p. ej., gastos, sexo, abuso de sustancias, conducción temeraria, atracones de comida). Nota: no incluir los comportamientos suicidas o de automutilación que se recogen en el criterio 4. Síntomas interpersonales
  7. Esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o imaginado. Nota: no incluir los comportamientos suicidas o de automutilación que se recogen en el criterio 4.
  8. Alteración de la identidad: autoimagen o sentido de sí mismo acusada y persistentemente inestable. Síntomas cognitivos
  9. Ideación paranoide transitoria relacionada con el estrés o síntomas disociativos graves.
Psicopatología: Características generales de las personas con TLP

Se ha dicho que probablemente no existe un trastorno mental que haya suscitado tanta literatura, aunque muy poca de ella se basa en investigación empírica.
  1. Aversión: los estudios sugieren que los individuos con TLP tiende a experimentar frecuentes y severos estados de tensión aversiva, de larga duración y a menudo desencadenados por rechazo perceptivo solamente o bien por fallos en la percepción.
  2. Labilidad: los individuos que padecen TLP pueden mostrar labilidad emocional entre la ira y la ansiedad o depresión y ansiedad. También sensibilidad temperamental a los estímulos emocionales.
  3. Los estados emocionales negativos que están particularmente asociados con el TLP han sido agrupados en tres categorías: sentimientos de destructividad o autodestructividad, sentimientos de fragmentación o ausencia de identidad y sentimientos de victimización.
  4. Extrema sensibilidad hacia la forma de trato de los demás hacia ellos, reaccionando enérgicamente cuando perciben críticas o comentarios hirientes u ofensivos.
  5. Cambios (pueden ser muy rápidos) de positivo a negativo
  6. En sus sentimientos hacia los demás, generalmente temor a la decepción o la percepción de que van a perder a alguien. Estudios sobre la generación de vínculos afectivos por parte del sujeto sugiere que los afectados, aunque con elevada búsqueda de la intimidad o la novedad, pueden estar en ambos casos en un estado de hiperalerta. También aparecen signos de rechazo o de invalidación y tienden a ser inseguros, evitativos, ambivalentes o a mostrar pautas de preocupación y temor en sus relaciones.
  7. - La autoimagen también cambia rápidamente de extremadamente positiva a extremadamente negativa.
  8.  Conductas impulsivas, como el alcohol o las toxicomanías, el sexo no seguro, la ludopatía y conductas imprudentes en general.
  9.  Tienden a ver el mundo generalmente como peligroso y malvado y a verse a sí mismos como impotentes, vulnerables, no dignos de aceptación e inseguros en su identidad.
  10.  Manipulación: los afectados de TLP son descritos a menudo, incluso por algunos profesionales de la salud mental y el DSM-IV,28 como deliberadamente manipuladores o personas difíciles, pero al analizar esta conducta se ve que son conductas defensivas por su impotencia contra su dolor interno y turbación o bien limitadas a competencias y habilidades sociales.
  11. Familia: existe un cierto número limitado de investigaciones sobre la comprensión de los miembros de una familia de un TLP sobre el problema y la sensación de llevar una carga o las emociones negativas experimentadas o expresadas por los miembros de la familia. Los padres y madres de los sujetos con TLP manifiestan extremos de sobre implicación y desentendimiento.
  12. Relaciones de pareja: el TLP ha sido relacionado con una especie de niveles exacerbados de estrés crónico y conflicto en relaciones románticas, insatisfacción con sus compañeros románticos, abusos y embarazos no deseados.
Tratamiento
El tratamiento del trastorno debe tener en cuenta la complejidad intrínseca de la enfermedad. En primer lugar se debe decidir si se realiza en régimen ambulatorio, de hospitalización parcial o de internación. Esta decisión se basa en principalmente en el riesgo de suicidio o autolesiones, así como en manifestaciones lo suficientemente severas para interferir con la vida diaria del paciente en su entorno. Otro asunto es el elevado nivel de comorbilidades y situaciones individuales, por lo que en el tratamiento es esencial la flexibilidad. Dado el doble componente del trastorno, biológico y ambiental, el tratamiento debe abordar ambos capítulos. Por una parte se debe tratar las vulnerabilidades biológicas y la desregulación en la fisiología de los neurotransmisores que se manifiestan en: síntomas de desregulación afectiva, síntomas de descontrol impulsivo-conductual y síntomas cognitivos-perceptuales. La medicación ayuda a aliviar la sintomatología en los periodos de descompensación aguda, así como los trastornos comórbidos. Un facultativo debe establecer, en base a protocolos y de forma individualizada la duración del tratamiento farmacológico, así como la dosificación. De otra parte, la medicación por sí sola no ayuda al individuo a enfrentarse a las situaciones ambientales concretas y en todo caso está indicada la psicoterapia. Su meta es tratar los conflictos intrapsíquicos, las defensas, el progreso en el desarrollo de la personalidad y sus bloqueos, la adaptabilidad, en especial en cuanto al establecimiento de vínculos afectivos seguros y las competencias para el manejo de estresantes psicosociales.

Psicoterapia
Se ha observado tradicionalmente de forma escéptica el tratamiento psicológico de los trastornos de la personalidad, pero se han desarrollado en los últimos años algunos tipos específicos de psicoterapia para el TLP. Los pocos estudios efectuados hasta la fecha no nos proporcionan determinaciones seguras sobre la eficacia de las mismas, pero sugieren que las personas diagnosticadas de TLP pueden beneficiarse en al menos alguna de las medidas resultantes. Una simple terapia de soporte por sí sola puede mejorar la autoestima y movilizar las fuerzas existentes en los individuos con TLP. Las psicoterapias específicas pueden implicar sesiones de varios meses, o como suele ser particularmente común en los trastornos de la personalidad, varios años. La psicoterapia habitualmente puede estar dirigida a individuos o grupos. La terapia de grupo puede ayudar en el aprendizaje y la práctica de habilidades interpersonales y autoconsciencia en los afectados por TLP aunque las tasas de abandono pueden ser problemáticas. Hay tres tipos más habituales de psicoterapia que estimula mejoras sustanciales en las personas que padecen este trastorno, que son la terapia dialéctico-conductual, la terapia enfocada a la transferencia y la terapia focal de esquemas. La psicoterapia que se centra en temas emocionales surgiendo en la interacción entre el paciente y el terapeuta, conocida como terapia enfocada a la transferencia, es la que más estimula cambios en las personas que padecen el trastorno límite de la personalidad.128 Los principales obstáculos para la terapia son el pensamiento polarizado y el establecimiento de límites.

Medicación
Se han usado algunos medicamentos conjuntamente con otros tratamientos del TLP, aunque la base de evidencia está limitada. Puesto que el TLP ha sido tradicionalmente considerado como una afección primariamente psicosocial, la medicación va destinada a tratar los síntomas comórbidos, como la ansiedad y la depresión, más que el propio TLP. Para los síntomas de desregulación afectiva se utilizan los antidepresivos, así como los estabilizadores del estado de ánimo (anticonvulsivantes). Si la afección comórbida afectiva consiste principalmente en ansiedad, se pueden prescribir benzodiacepinas. Para desregulaciones y alteraciones de la conducta y de la percepción se emplean los neurolépticos. En algunos casos especialmente severos en los que existe comorbilidad con trastornos del eje I, en especial depresión grave refractaria a la farmacoterapia, se puede llegar a emplear la terapia electro convulsiva.

Algunos medicamentos: Antidepresivos, Antipsicóticos, Anticonvulsivos.

Las psicoterapias y la medicación forman parte del contexto completo de los servicios de salud mental y las necesidades psicosociales relacionadas con el TLP.

Consulte con el médico si usted o su hijo tienen síntomas del trastorno de personalidad límite. Es especialmente importante buscar ayuda de inmediato si usted o su hijo están teniendo pensamientos de suicidio.

martes, 3 de julio de 2012

¿Por qué es Difícil Olvidar a un Gran Amor?

Hace pocos días, un artículo del diario El Tiempo publicó un estudio científico que revelaría por qué es tan difícil olvidar un gran amor. Dice que las relaciones amorosas intensas provocan en el cerebro ciertas huellas que, al reactivarse fácilmente, mantienen los recuerdos vívidos. Empezando a desenredar la neurobiología para explicar por qué resulta tan difícil olvidar a un gran amor.

“Desde el punto de vista neurológico, quedarse solo durante un tiempo no ayuda a superar el fin de una relación”, dice Antoine Bechara, un neurobiólogo reconocido mundialmente por sus investigaciones sobre las funciones cerebrales que intervienen en la toma de decisiones. Se refiere a que estar solo después de una separación o tapar todo con una nueva pareja no evita que el cerebro siga enviando recuerdos. Lo que Bechara investigó es lo que llama “conflicto cerebral”: por un lado la relación se termina; por otro, el cerebro sigue disparando imágenes y reacciones corporales. Para estudiarlo, los neurobiólogos utilizan la Resonancia Magnética Funcional, una técnica que les permite determinar qué áreas cerebrales desempeñan ciertas funciones, como el habla, el movimiento y la sensibilidad.

¿Qué hace que un recuerdo quede sellado? En el lóbulo temporal hay dos estructuras. Una se llama hipocampo y por allí pasa la memoria declarativa, es decir, desde acordarse qué día es hoy hasta la cara de una pareja.

Al lado hay otra llamada amígdala, que contiene a la memoria emocional. Para que la información declarativa pase por el hipocampo y se distribuya en el cerebro, debe haber un contexto emocional: por ejemplo, una situación atípica y desconocida vivida con ese gran afecto. Cuando la amígdala detecta ese contexto emocional envía neurotransmisores al hipocampo. Así se incorpora en la memoria como fenómeno de fijación, detalla Ignacio Brusco, director del Centro de Neurología de la Conducta y Neuropsiquiatría de la UBA.

¿Por qué entonces, aún después de un largo tiempo, vuelven esas imágenes y esas sensaciones que secuestran al cuerpo? “Es la amígdala que sigue respondiendo con descargas emocionales involuntarias, como el dolor en el estómago o las palpitaciones”.

Cuanto mayor sea la información que se grabó hacia ese afecto, en cantidad o calidad, más grabado va a estar en la amígdala y más reacciones van a seguir enviando. Estos recuerdos pueden aparecer como imágenes pero también como olores, sensaciones auditivas y como procesos de pensamiento, agrega. Quienes aún están transitando el año que suele demorar un duelo amoroso saben lo que duelen. Cruzarse con una ex pareja y sentir cómo se despliega una catarata de recuerdos vívidos (aunque él o ella ni nos haya visto) también es frecuente.

Así, la frase hecha “el tiempo ayuda a olvidar” también tiene su explicación científica: “Con el tiempo, cuando las conexiones cerebrales que facilitan la revisión de situaciones críticas y emociones negativas se saturan, pueden sufrir lo que se llama ‘down regulation’: una disminución de los neurotransmisores en la zona de intercambio neuronal. Esto explicaría por qué los recuerdos vinculados a alguien importante van perdiendo peso”, dice Claudio Waisburg, neurólogo de la Fundación Favaloro. "Tiempo al tiempo”.

Personalmente, estoy de acuerdo en que el tiempo cura casi todo aunque no sana las heridas solo las hace menos doloroso, incluso las penas de amor. Hay que tomar la decisión de decir adiós a esa etapa de nuestra vida y cerrar ese circulo y decidirnos hacer el duelo correspondiente. No podemos aferrarnos a esa persona que tanto daño nos ha hecho, recuerda que el amor de tu vida eres tú mismo. También es importante vivir en el presente al 100%, ya que si nos instalamos en el pasado nos quedaremos enganchando en ese sentimiento y no nos daremos cuanta de todas las posibilidades que tenemos para sentirnos bien, ser feliz y permitir que llegue esa persona  especial que nos haga sentir y soñar de nuevo. ”Quienes se quedan añorando el pasado y no pueden construir nuevas relaciones, se pierden la posibilidad de crecer, de seguir, de avanzar, de poner el cuerpo y la cabeza en el futuro".

Enamorarse es algo especial, lo malo es cuando sientes que ese gran amor se enferma. Por muchas razones, convirtiéndose en un capricho, una obsesión, en peleas  y  enredos, que se torna un círculo viciosos una y otra vez, es ahí cuando debes darte el tiempo de preguntarte ¿Vale la pena sufrir tanto por alguien? Sufrir no es tu destino es una elección.

Volver a abrirnos a una relación que nos haga felices es bien posible, ya que la capacidad de amar es nuestra y podemos compartirla nuevamente con quien sea nuestra próxima pareja.

lunes, 2 de julio de 2012

Cerrando Puertas

Reflexión.
Paulo Coelho
Hay que saber cuándo una etapa llega a su fin. Cuando insistimos en alargarla más de lo necesario, perdemos la alegría y el sentido de las otras etapas que tenemos que vivir.

Poner fin a un ciclo, cerrar puertas, concluir capítulos… no importa el nombre que le demos, lo importante es dejar en el pasado los momentos de la vida que ya terminaron. ¿Me han despedido del trabajo? ¿Ha terminado una relación? ¿Me he ido de casa de mis padres? ¿Me he ido a vivir a otro país? Esa amistad que tanto tiempo cultivé, ¿ha desaparecido sin más? Puedes pasar mucho tiempo preguntándote por qué ha sucedido algo así. Puedes decirte a ti mismo que no darás un paso más hasta entender por qué motivo esas cosas que eran tan importantes en tu vida se convirtieron de repente en polvo.

Pero una actitud así supondrá un desgaste inmenso para todos: tu país, tu cónyuge, tus amigos, tus hijos, tu hermano, todos ellos estarán cerrando ciclos, pasando página, mirando hacia delante y todos sufrirán al verte paralizado.

RECUERDOS. Nadie puede estar al mismo tiempo en el presente y en el pasado, ni siquiera al intentar entender lo sucedido. El pasado no volverá: no podemos ser eternamente niños, adolescentes tardíos, hijos con sentimientos de culpa o de rencor hacia sus padres, amantes que reviven día y noche su relación con una persona que se fue para no volver. No podemos ser empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Todo pasa, y lo mejor que podemos hacer es no volver a ello. Por eso es tan importante ¡por muy doloroso que sea! destruir recuerdos, cambiar de casa, donar cosas a los orfanatos y deshacernos de todo aquello que ya no es útil para nosotros incluso los recuerdos que lastiman.

Todo en este mundo visible es una manifestación del mundo invisible, de lo que sucede en nuestro corazón. Deshacerse de ciertos recuerdos significa también dejar libre un espacio para que otras cosas ocupen su lugar. Dejar para siempre. Soltar. Desprenderse. Nadie en esta vida juega con cartas marcadas. Por ello, unas veces ganamos y otras, perdemos. No esperes que te devuelvan lo que has dado, no esperes que reconozcan tu esfuerzo, que descubran tu genio, que entiendan tu amor.

Deja de encender tu televisión emocional y ver siempre el mismo programa, en el que se muestra cómo has sufrido con determinada pérdida, eso no hace sino envenenarte. Nada hay más peligroso que las rupturas amorosas que no aceptamos, las promesas de empleo que no tienen fecha de inicio, las decisiones siempre pospuestas en espera del "momento ideal".

La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando puertas abiertas "por si acaso", nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones?, ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.

Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.

DEJARLO IR. Antes de comenzar un nuevo capítulo hay que terminar el anterior: repítete a ti mismo que lo pasado no volverá jamás. Recuerda que hubo una época en que podías vivir sin aquello, sin aquella persona, que no hay nada insustituible, que un hábito no es una necesidad.

Puede parecer obvio, puede que sea difícil, pero es muy importante. Cerrar ciclos. No por orgullo, ni por incapacidad, ni por soberbia, sino porque, sencillamente, aquello ya no encaja en tu vida. Cierra la puerta, cambia el disco, limpia la casa, sacude el polvo.

Deja de ser quien eras y transfórmate en el que eresEsa es la vida.

martes, 26 de junio de 2012

Depresión Posparto

Ser madre es uno de los eventos más maravillosos para cualquier mujer.
Sin embargo aunque tener un bebé es algo muy gratificante para cualquier mamá también ocasiona mucho estrés durante los primeros días o meses. También contribuye el hecho de los cambios hormonales que sufre la mujer durante el embarazo. Estos dejan huellas que causan sentimientos de tristeza, ansiedad, temor y depresión después del parto. En muchas mujeres estos síntomas desaparecen pronto. El problema es cuando estos sentimientos continúan por tiempo prolongado y empeoran.

Durante el embarazo, el cuerpo de una mujer soporta cambios importantes y puede experimentar un considerable malestar o incluso la sensación de estar enferma. Cuando el bebé nace, la mujer se hace responsable del bienestar de una persona vulnerable, que tiene necesidades muy inmediatas de atención y cuidado. Por muy deseado que pueda ser el recién nacido, traerá consigo grandes cambios a la vida de la madre, que a veces pueden resultar estresantes.

Muchas mujeres atraviesan un periodo en el que se sienten cansadas y con un estado de ánimo decaído. Pero suele durar solamente algunos días y pronto las mujeres comienzan a sentirse ellas mismas de nuevo. En otros casos, el nacimiento tiene un efecto más serio y duradero. Se trata de mujeres que se deprimen y se sienten confusas, o muy ansiosas, sin lograr superarlo. Esta reacción se conoce como depresión posparto, y puede ser muy dolorosa, ya que afecta a la mujer misma, su pareja y sus hijos.

Qué es la depresión posparto?

La mayoría de las personas tienden a tener altas expectativas sobre la maternidad y asumir que la madre será capaz de hacer frente al cuidado del bebe de forma natural, fácil y satisfactoria. Por tanto, si de repente la madre se encuentra estresada y comienza a preguntarse si será capaz de manejar la situación (o incluso si desea hacerlo), puede resultarle muy desmoralizante y doloroso. Así, muchas madres se sienten llorosas y desanimadas, ansiosas, o tensas o enfadadas, y no saben qué hacer con esas emociones. Pueden no saber con seguridad la razón por la cual se sienten así, lo cual empeora las cosas, creando sentimientos de culpa o inadecuación.

La depresión posparto es bastante común (entre el 10 y el 20 por ciento de las mujeres). Puede ocurrir justo después del parto, o varios meses después. Puede comenzar muy repentinamente o ir apareciendo lentamente. Afecta a mujeres de todas las edades, tanto primerizas como con hijos. Es posible que una mujer se sienta bien con su primer hijo, pero se deprima con el siguiente, aunque las probabilidades de desarrollar depresión postparto son más altas si una mujer la ha tenido ya antes.

Síntomas típicos. Usted  puede sentirse:
  • Deprimida y llorosa, todo puede parecer una lucha. Se siente mal consigo misma y con lo que hay a su alrededor.
  • Ansiosa y preocupada por su propia salud, el bebé o el resto de la familia. Puede tener miedo de estar sola en casa o de salir a la calle.
  • Irritable y frustrada. Puede enfadarse con sus hijos o sentirse furiosa con su pareja.
  • Exhausta física y mentalmente, incapaz de hacer frente a las numerosas demandas.
  • Culpable por no comportarse como una madre "apropiada" o por sus propias emociones de enfado y depresión.
También puede notar cambios en el modo en que funciona su cuerpo o el modo en que se comporta:
  • Tiene problemas para concentrarse.
  • Sus patrones de sueño pueden estar trastornados. Por ejemplo, puede desear dormir a todas horas, o puede ser difícil quedarse dormida o dormir las suficientes horas.
  • Puede verse afectado su apetito, de manera que pierde interés en la comida o come mucho más de lo habitual.
  • Puede tener la impresión de que su cuerpo funciona lentamente, resultándole difícil tomar incluso decisiones simples; o bien puede sentirse llena de tensión nerviosa y estar constantemente ocupada pero sin lograr hacer mucho.
  • Puede perder interés en el sexo.
Todo esto puede transformarse en un círculo vicioso, al estar más cansada por la falta de sueño y la ansiedad, lo cual la vuelve más irritable. Entonces puede sentirse culpable por cómo se comporta con su familia, lo cual empeora la depresión.

¿Por qué se produce?

Las causas pueden ser diferentes en cada mujer y a veces no se encuentra una razón clara. En momentos particulares de tu vida puedes ser más vulnerable. O bien, ciertos acontecimientos difíciles de tu pasado pueden hacer más probable la aparición de depresión posparto.

Los cambios en los niveles hormonales durante y después del embarazo pueden afectar el estado anímico de una mujer. Muchos factores distintos a los hormonales también pueden afectar el estado de ánimo durante este período:
  • Cambios en el cuerpo a raíz del embarazo y el parto
  • Cambios en las relaciones laborales y sociales
  • Tener menos tiempo y libertad para sí misma
  • Falta de sueño
  • Preocupaciones acerca de su capacidad para ser una buena madre
Entre las causas principales se encuentran:
  • El parto mismo puede haber sido una experiencia decepcionante. Puede  haberla dejado con una sensación de violación o pérdida.
  • El bebé puede ser muy exigente, llorar demasiado o tener algún problema de salud, que haga especialmente estresante cuidarlo.
  • Pueden existir problemas de tipo económico, laborales, familiares, poco apoyo por parte de la pareja, etc.
  • Las experiencias vividas como hijas pueden influir en el modo en que viven su propia maternidad. Recuerdos dolorosos de acontecimientos de la niñez (pérdidas de seres queridos, abuso físico o sexual) pueden reaparecer al hacer frente a la propia maternidad.
  • La sociedad tiene una visión contradictoria de la maternidad; por una parte se percibe con algo hermoso y a la madre como una fuente inagotable de amor y cuidado; por otra parte, se presta poco apoyo a las madres y no se reconoce que la maternidad es una tarea dura, lo cual puede crear frustración e ira en la madre, que, en muchas circunstancias, no tendrá más remedio que llevar a su hijo con ella a todas partes, encontrando difícil estar con un bebé en medios de transporte, tiendas, etc.
  • La sociedad tiende a considerar la maternidad como algo que puede hacerse de manera instintiva, cuando lo cierto es que la falta de experiencia y aprendizaje puede dejar a la madre en un estado de miedo e incertidumbre.
Muchas madres pueden sentirse aisladas. Si ha tenido que dejar el trabajo, puede sentirse resentida y alejada de la vida normal adulta y afectada por la pérdida de ingresos propios.
El efecto de los cambios hormonales tras el parto. Algunos médicos consideran que cambios en los niveles de hormonas pueden ocasionar la depresión postparto.

Tratamiento
  • La depresión posparto tiene cura y con tratamiento desaparece pronto.
  • El tipo de tratamiento va de acuerdo con la severidad del problema.
  • Muchas veces las mujeres en vez de tomar medicamentos, asisten a grupos de apoyo.
  • El problema de tratar la depresión post parto con medicina convencional es que las mujeres que están amamantando a sus hijos deben tener mucho cuidado y consultar a su médico antes de tomar ningún medicamento. Si la situación empeora, la mujer es tratada con medicamentos y con terapia profesional.
  • La psicosis posparto, es un tipo de enfermedad mental bastante serio que puede afectar a las madres primerizas.
  • Generalmente los síntomas aparecen en la madre en los primeros tres meses después del parto.
  • La mujer pierde contacto con la realidad y algunas veces tiene alucinaciones auditivas o ve cosas que no existen.
  • Esta enfermedad mental viene acompañada de insomnio, de enojo y de un comportamiento muy extraño con el bebé.
  • Algunas ocasiones el caso amerita internar la mujer en una institución mental pues la vida del bebé puede correr peligro si ella continua en el hogar.
Sugerencias para otras alternativas para tratar la depresión posparto
  • Dormir lo más que se pueda, tomar una siesta cada vez que el bebé se duerme.
  • Hablar con el esposo, pareja u otro familiar sobre los síntomas que la mujer está experimentando.
  • Tratar de estar siempre acompañada por un familiar que esté dispuesto a ayudar con las labores domésticas y con el bebé.
  • Salir de compras, visitar amistades o simplemente ir a dar una caminata.
  • Pasar tiempos a solas con el esposo o pareja.
  • Hablar con el médico y no tener temor de discutir los síntomas.
  • Sacar el bebé por las mañanas a tomar un baño de sol.
  • Alimentarse nutritivamente con frutas y verduras.
  • Leer un buen libro sobre el cuidado del bebé y su desarrollo.
  • Unirse a un grupo de apoyo para mujeres con depresión posparto.
Usted puede tener mayores probabilidades de experimentar depresión posparto si:
  • Tiene menos de 20 años.
  • Actualmente consume alcohol, sustancias ilegales o fuma (también ocasionan riesgos serios para la salud del bebé).
  • No planeó el embarazo o tuvo sentimientos contradictorios acerca de este.
  • Tuvo depresión, trastorno bipolar o un trastorno de ansiedad antes del embarazo o en un embarazo anterior.
  • Vivió un hecho estresante durante el embarazo o el parto, por ejemplo, una enfermedad, muerte o padecimiento de un ser querido, un parto difícil o de emergencia, un parto prematuro o una enfermedad o anomalía congénita en el bebé.
  • Tiene un familiar cercano que haya experimentado depresión o ansiedad.
  • Tiene una mala relación con la pareja o es soltera.
  • Tiene problemas financieros o de vivienda.
  • Tiene poco apoyo de la familia, de los amigos o del cónyuge o la pareja.
En resumen:
  • Depresión posterior a dar a luz.
  • Puede tratarla un profesional médico
  • Duración media: la recuperación suele durar varios meses
  • Necesita un diagnóstico médico
  • No son necesarias pruebas de laboratorio o resonancias magnéticas
  • Aquellas mujeres que padecen de depresión posparto corren mayor riesgo de desarrollar una depresión grave en el futuro.
  • Los síntomas pueden incluir insomnio, pérdida del apetito, irritabilidad intensa o dificultad para vincularse con el bebé.
  • Si no se trata, la afección puede durar meses o más tiempo. El tratamiento consiste en terapia, antidepresivos o terapia de hormonas.
  • Se debe consultar a un especialista para obtener asesoramiento médico/psicológico o psiquiátrico.



viernes, 22 de junio de 2012

Celos Patológicos

En la primera parte de este Blog tratare los celos patológicos desde el punto de vista de la Terapia Racional Emotiva (Albert Ellis). En primer lugar, conviene distinguir entre los celos normales, que cualquier persona puede sentir en un momento dado sin que suponga un problema y los celos patológicos.

Los celos sanos consisten en una preocupación por la posible pérdida de una persona amada o malestar por la relación real o imaginada que esa persona tiene con alguien más. Quienes sienten este tipo de celos prefieren que sus parejas permanezcan con ellos y no desean que tengan una relación demasiado íntima con nadie más. Esto a veces causa algunos problemas en la pareja pero no son demasiado serios ni producen un malestar intenso a ninguno de los miembros de la pareja.

Por el contrario, los celos patológicos están acompañados de intensos sentimientos de inseguridad, auto-compasión, hostilidad y depresión y suelen ser destructivos para la relación.

La diferencia entre ambos tipos de celos está en que en vez de preferir y desear que su pareja esté sólo con él o ella, las personas con celos patológicos, están exigiendo o demandando que su pareja no debe, bajo ningún concepto, implicarse emocional o sexualmente con otras personas. Al estar utilizando un pensamiento rígido, basado en exigencias absolutistas que no admiten más posibilidad que el cumplimiento de sus deseos, estas personas perciben la posibilidad de una infidelidad como algo terrible (siempre que exijas que algo tiene que ser como tú quieres que sea, en vez de solamente preferirlo, considerarás horrible la mera posibilidad de que no sea así). De este modo, vigilará cada gesto inocente de su pareja hacia otra persona para tratar de prevenir e impedir que llegue a suceder eso que considera tan terrible e insoportable.

 En cambio, cuando una persona utiliza un pensamiento flexible, se dice a sí misma cosas como "Deseo mucho que mi pareja esté sólo conmigo, pero es libre de elegir lo que quiere, y si me deja será doloroso y frustrante pero no será algo terrible, ni insoportable, ni me matará". La persona que piensa de este modo puede estar preocupada, pero no aterrorizada ante la posibilidad del abandono, ni necesitará estar constantemente en guardia por si sucede eso tan temido. En cambio, si está utilizando un pensamiento rígido y dogmático, creerá cosas como: "Mi pareja no puede ni debe dejarme nunca bajo ninguna circunstancia ni tiene derecho a hacerlo porque si lo hace me sentiré fatal y será terrible e insoportable". La persona que piensa de este modo se sentirá muy ansiosa, insegura, deprimida, agresiva y dependiente.

 Por ejemplo, quien piensa que su valor personal u hombría, en el caso de los hombres depende de que su pareja permanezca con él o ella, está creando una relación de dependencia que lo mantendrá continuamente ansioso pensando en lo horrible y humillante que sería que su pareja lo dejara; mientras que si piensa que su valor como persona no tiene nada que ver con eso (es decir, utiliza un pensamiento más realista) entonces se sentirá más relajado en su relación con su pareja.

Creencias irracionales que dan lugar a celos patológicos
Los sentimientos de hostilidad provienen de creencias como: "si mi pareja me deja sufriré mucho; por tanto, no puede dejarme y si lo hace es una persona horrible que merece el castigo". De este modo se ven con derecho a llegar incluso a la violencia. Es decir, quien piensa así, considera que sus deseos son órdenes para los demás y antepone sus propios deseos y bienestar al de su pareja: "como a mí me dolería mucho que me dejaras, no eres libre para hacerlo".
 Entre estas creencias irracionales se encuentran las siguientes:

1. La pareja que yo he elegido debe amarme mucho y en todo momento mientras yo quiera que sea así.

2. Es terrible que mi amor no sea correspondido (como tiene que ser) y eso hace que mi vida sea horrible.

3. No puedo soportar que mi pareja no me quiera tanto como yo a ella/él.

4. Dado que no he logrado que mi pareja me quiera como tendría que haber hecho, soy una persona inadecuada e indigna de amor.

5. Si mi pareja me deja, nunca encontraré a nadie a quien amar y seré infeliz toda mi vida porque no puedo ser feliz sin un/a hombre/mujer.

6. Tengo que estar absolutamente seguro/a en todo momento de que mi pareja me ama, ya que necesito su amor para vivir.

7. Si mi pareja me es infiel, los demás se reirán de mí y pensarán que soy un idiota total y eso no podría soportarlo. Etc...

2 parte

El sentir celos es algo bastante común pero lo que se define como un celoso compulsivo o una persona que está en cierta manera adicta a los celos, es el comportamiento desgastante tanto para el que los sufre como para su pareja y se sale de los límites normales que marcan este sentimiento.

Las personas con celos de este tipo conocidos también como celosos enfermizos no solo son celosos con sus parejas, pueden serlo con sus padres, sus hermanos, sus amigos o con colegas del trabajo. Es un comportamiento que se desarrolla generalmente en la infancia y se incrementa a la edad adulta. Los celos mal llevados al extremo constituyen una patología fuertemente autodestructiva; el sujeto que padece esta enfermedad "vive" en un estado de infelicidad, en función de sus miedos y sospechas de engaño, muchas veces completamente infundados y prácticamente no acepta otra condición de verdad que no sean las evidencias que confirman su inseguridad en la relación. Los celos patológicos pueden manifestarse indistintamente en hombres o mujeres.

Los celos causan mucha angustia e infelicidad y aún provocar el daño al ser objeto del celo, incluso hasta provocar una respuesta física de agresión desmedida terminando, en la reclusión (secuestro), en el asesinato o agresión física. Este nivel de celo es muy difícil de curar y las personas que lo padecen tienen grandes posibilidades de llegar a situaciones extremas si no se someten a un especialista. Debido a la gran cantidad de casos de violencia doméstica causada por los celos.

Tratamiento

La cura está basada en la recuperación de la confianza en la relación de pareja y de la seguridad de si mismo reconociendo el espacio vital que toda pareja debe tener y que no debe ser invadido por el otro. La prevención está relacionada con el aprendizaje durante la infancia de los valores de la tolerancia, el respeto y el reconocimiento de los derechos del otro. Además también pueden prevenirlos una buena comunicación en la pareja. Una vez desarrollados los celos, la terapia psicológica puede ser muy útil si es que no hay una patología subyacente, como el alcoholismo. Si
hay una patología subyacente, la terapia psicológica debe abordarla. En los casos de delirio, el enfoque es farmacológico.



Algunas características son:

1. Desconfía continuamente hasta de su propia sombra, siente un gran odio por los compañeros o compañeras de trabajo de su pareja. Odio a las amigas o amigos de su pareja.

2. Revisa constantemente los objetos personales de su pareja, celular, billetera, libreta de teléfonos, perfiles en las páginas sociales y agendas de trabajo.

3. Tiene una auto estima muy baja y una inseguridad tremenda y falta de confianza en si mismo.

 4. Es una persona altamente dominante que desea controlar todo lo que está a su alrededor.

 5. Sus celos se fundan en lo que se imagina y no en una evidencia real.

 6. Duerme pocas horas pensando en que su pareja les está siendo infiel y cuando su pareja duerme se levanta sin hacer ruido con el afán de buscar alguna evidencia que confirme sus sospechas.

 7. Sufren mucho cuando su pareja entra al baño y se tarda en salir o cuando ésta sale de viaje o se va al trabajo o a estudiar.

 8. No tolera que su pareja no conteste el celular en cualquier momento del día. Se imagina a su pareja en la cama haciendo el amor con otro (a).

 9. Revisa cuidadosamente la ropa de su pareja y la huele tratando de encontrar el aroma de un perfume desconocido.

 10. Revisa el auto de su pareja varias veces al día tratando de comprobar que está en lo cierto y que su pareja efectivamente le es infiel.

Consejos para controlar los celos patológicos

1. Comparte actividades placenteras con los amigos, familiares y colegas en pareja para que ambos se sientan partícipes del mismo círculo.

 2. Practica algún pasatiempo o deporte para alejar tus pensamientos y disipar tus celos fantasmales y cargarte de buena vibra.

 3. Evitar los pensamientos negativos y las fantasías negativas sobre la pareja.


 4. La terapia de pareja funciona muy bien cuando los celos han llegado a un extremo irracional o patológico.

 5. Los ejercicios de relajación, la meditación trascendental y la yoga ayudan a balancear la mente cuerpo y el espíritu. Esto ayuda a la persona a modificar sus pensamientos negativos y transformarlos en positivos.


Conclusion


Los celos patológicos limitan de una manera extrema la vida de la pareja pues el temor es más fuerte que el amor. Los celos pueden llegar a tal extremo que algunas veces contribuyen a actos de violencia doméstica que pueden escalar a extremos peligrosos. La pareja que sufre este tipo de problemas en su relación debe buscar ayuda inmediata. Un Psicologo clinico de pareja a través de unas cuantas sesiones puede ayudar a la persona que sufre de celos patológicos a controlar sus sentimientos y hacerle ver que los celos patológicos no son reales sino que simplemente son fantasías erróneas que la persona que los sufre asume como hechos y que conducen a patrones indeseables entre la pareja.