viernes, 7 de febrero de 2014

Indicadores, Prevención e Intervención en las Conductas Suicidas.

El acto de quitarse la vida tiene significados distintos.
Dependiendo del contexto, el hecho de provocarse la muerte puede representar un pecado, un delito, una solución a los problemas, un acto heroico, una forma honorable de morir, un acto cobarde o un sinónimo de impotencia.

Sin embargo, solo se considera suicidio cuando el motivo es morir sin más. Por ello, los hombres bomba y los mártires no se consideran suicidas, dado que actúan en nombre de una creencia.

Tampoco son suicidas los que se sacrifican por otros en casos de emergencia, ni los soldados que mueren en una guerra, ni cuando la muerte es causada por una sobredosis accidental de drogas o medicamentos.

Las señales suicidas que requieren de una atención psicológica inmediata son: la ideación suicida, la tentativa, el suicidio frustrado y los suicidios parciales.

La ideación suicida significa tener pensamientos de muerte.

La tentativa o gesto suicida, se caracteriza por la impulsividad y el uso de métodos letales, sin fines reales de quitarse la vida.

En un caso así, no existe la voluntad de morir, más bien es una forma de pedir ayuda o un intento para lograr un beneficio secundario.

El suicidio frustrado es haber intentado quitarse la vida y no haberlo logrado. El suicidio parcial representa las auto-mutilaciones o la citofobia (no comer).

En otros casos, las personas pueden tener ideas suicidas y no lo han manifestado ni se lo han contado a nadie. Se entregan al alcoholismo y a las toxicomanías, practican conductas de alto riesgo, quizás aleatorias que consisten en actos casi suicidas que dependen de la suerte.

En otras circunstancias, el suicidio puede ser inducido por un trastorno mental, siendo principalmente la enfermedad lo que provoca el suicidio y no la lógica del individuo.

Las características de personalidad juegan un papel importante en el comportamiento suicida. Se ha comprobado, que la gente con tendencias suicidas, tiene dificultades para resolver problemas, su pensamiento es dicotómico (todo o nada) y son poco flexibles.

Exhiben un bajo umbral para el dolor, tienen una red social limitada y experimentan un estrés intenso constantemente.

Bajo esta perspectiva, el comportamiento suicida es visto como un comportamiento aprendido, enfocado a la resolución de problemas y empleado cuando el individuo siente que no tiene otra opción.

Algunos de los factores de riesgo que se observan en la conducta suicida son: enfermedades mentales, aislamiento, agresividad, impulsividad, un comportamiento suicida familiar, un intento suicida previo, la ruina financiera y las adicciones.

INDICADORES DE RIESGO

Los indicadores de riesgo pueden ser conscientes o inconscientes y, en muchas ocasiones, es una señal de una persona que no es capaz de expresar lo mal que se siente o una petición de ayuda.

Aunque no indican necesariamente el suicidio, es conveniente tener en cuenta los indicadores de riesgo siguientes:
  • Verbalizar frases que indican un acto suicida como: "prefiero estar muerto” "cuando me muera me echaréis de menos".
  • Escribir notas sobre el suicidio o la muerte (que se pueden clasificar como 1. notas de disculpa, 2. basadas en enfermedades incurables, 3. acusatorias, 4. con instrucciones y 5. una mezcla de todas ellas.
  • Hacer testamento o donar o tirar pertenencias importantes.
  • Pasar bruscamente de un estado de ánimo a otro diferente
  • Realizar conductas erráticas, sin objetivo alguno.
  • Visitar a amigos y familiares en plan de despedidas.
  • Acumular fármacos.
  • Hablar sobre el suicidio, incluso bromeando.
  • Sufrir una depresión mayor.
  • Cambiar de hábitos alimenticios y del sueño.
  • Perder el interés en las actividades habituales.
  • Abandonar a los amigos y a la familia.
  • Aumentar el consumo de alcohol y de drogas.
  • Provocar situaciones de riesgo innecesarias.
  • Sufrir un aumento de molestias físicas frecuentemente asociadas a conflictos emocionales.
  • Tener un comportamiento temerario.
  • Poner orden en los asuntos y regalar posesiones de valor.
  • Tener un cambio radical en el comportamiento, en la actitud o en la apariencia del aspecto físico.
  • Sufrir una pérdida importante o cambio de vida.
  • Haber sufrido abuso sexual o maltrato físico.
  • Tener una historia familiar de suicidio o violencia.
  • Haber fallecido un amigo íntimo o un miembro de la familia.
  • Haberse divorciado o separado recientemente.
  • Tener fracaso escolar.
  • Haber perdido el trabajo o problemas laborales.
  • Tener procesos legales inminentes.
  • Haber estado encarcelado recientemente o haber sido excarcelado recientemente.
  • Provocar conflictos y peleas.
  • Infringir la ley.
  • Autolesionarse.
  • Haber tenido una conducta previa de suicidio.
  • Tener problemas en la esfera sexual.
  • Tener escaso o nulo apoyo de la familia y amigos.
  • Sentirse marginado.
  • Tener sentimientos de culpabilidad.
  • Ser rígido, con pensamiento obsesivo, con poca capacidad de resolución de problemas y un autoconcepto negativo
  • Tener sentimientos de inutilidad y de pérdida de autoestima.
  • Expresar sentimientos de desesperanza.
Además toda persona ante de realizar un acto suicida evidencia una serie de síntomas que constituyen el síndrome presuicidal), que consiste en un retraimiento de los sentimientos y el intelecto, inhibición de la agresividad, la cual ya no es dirigida hacia otras personas sino hacía sí y la existencia de fantasías suicidas

PREVENCIÓN E INTERVENCIÓN EN LA CONDUCTA SUICIDA

La multi-causalidad del fenómeno del acto suicida sugiere que las estrategias de prevención deben ser también múltiples y deben aplicarse en conjunto para lograr efectividad. No hay una solución unívoca en la prevención del suicidio y el mejor abordaje es un enfoque multidisciplinario, y a la vez desde un plano individual y de salud pública.

El enfoque de la prevención del suicidio a nivel individual enfatiza el diagnóstico, el tratamiento y seguimiento del trastorno mental (depresión, esquizofrenia, drogodependencia y estrés).

El enfoque de salud pública cuenta con estrategias para la prevención del suicidio:
  • Realizar campañas de salud mental, revisiones en los colegios, diagnóstico precoz del abuso de drogas, de la depresión y del estrés.
  •  Realizar programas específicos de prevención del suicidio y evitar la estigmatización de la conducta suicida.
  •  Controlar el acceso a los medios para cometer suicidio. Existe evidencia que el control de la posesión de armas disminuye la tasa de suicidio, así como el control del uso de medicamentos y pesticidas. Otras medidas pueden incluir el cercado de puentes de gran altura y de ventanas en edificios altos.
  •  Apoyo a los medios de comunicación para que la información se adecue a la prevención: Formación de periodistas en el manejo de la información sobre la conducta suicida, ya que los medios de comunicación pueden jugar un papel proactivo en ayuda a prevenir el suicidio.
La prevención del acto suicida comprende una serie de actividades que van desde la provisión de las mejores condiciones posibles para la educación de niños y jóvenes, el tratamiento eficaz de las enfermedades mentales y el control de los factores de riesgo.

Aunque se han identificado factores de riesgo de la persona con alto riesgo de suicidio, no hay una medida definitiva para prevenir el suicidio y muy pocas personas con estos factores cometerán suicidio.

PSICOTERAPIA

La psicoterapia ayuda a distinguir a los pacientes que presentan pensamientos suicidas, de aquellos cuyas tentativas no representan un peligro real.

Dependiendo del caso, podemos utilizar diferentes enfoques psicoterapéuticos. La psicoterapia individual se orienta a que el paciente reconozca los eventos que lo impulsan a practicar esta conducta y, sobre todo,  a que aprenda a utilizar nuevas estrategias para solucionar problemas. La familia del paciente también requiere de un acompañamiento terapéutico, además de que es fundamental su apoyo para la toma de acciones preventivas que se determinen durante el proceso terapéutico.

Ante un evento suicida, consumado o frustrado, tanto los familiares como la pareja y el sobreviviente, quedan con un severo daño psicológico.

lunes, 3 de febrero de 2014

Si No Puedes Volar

"Si no puedes volar, entonces corre, si no puedes correr entonces camina, si no puedes caminar entonces arrástrate, pero hagas lo hagas no dejes de avanzar." Martin Luther King

No desistas, no te rindas, sigue adelante.

Cuando tengas ganas de renunciar recuerda las cosas que te hicieron llegar hasta el punto donde te encuentras. Nunca abandones un sueño sin darte la oportunidad a ti mismo de que se convierta en realidad, si de verdad quieres lograr algo lo lograrás, en mayor o menor medida.

La vida te regala buenos y malos momentos. Los buenos hablan por sí solos, pero los malos son lecciones. Son enseñanzas para un momento que todavía no sabes que llegará. De hecho, no sabes si llegará o no.

No decaigas por lo que la gente te diga, por lo que te ofrezca o te dejen de ofrecer, por las críticas, las enemistadas o las personas que tratan de hacerte la vida imposible. Dedica tu tiempo a los que te lo dedican. Seas quien seas o seas quien quieras ser, la gente te va a juzgar. No importa lo que hagas, por lo tanto no te preocupes, mantente firme, ten claro tu camino y tu meta.

Esfuérzate por conocer gente cada día, cada semana, por conocer culturas, por conocer palabras. Por conocer miradas que te hablen y sonrisas que te iluminen día a día. Sé humilde e intenta sacar siempre el lado positivo de las situaciones. Con humor, pero sin maldad. Busca tu felicidad sin hacer daño a nadie y comete errores, todos los que quieras y puedas.


Recuerda que todos en este mundo tenemos algo especial y que tarde o temprano siempre nos llega la oportunidad de demostrarlo. Y si no, demuéstratelo a ti mismo. Que nada existe mejor que sentirse feliz con uno y aceptar las cosas buenas y las cosas malas, que probablemente muchas de las veces se inviertan.

lunes, 27 de enero de 2014

El Poder Secreto de la Víctima

La responsabilidad de la víctima en la co-creación de un vínculo de sometimiento
Se utiliza el concepto de víctima para referirnos a la actitud psicológica por la cual una persona se percibe a sí misma como sometida a otra, delegando en el entorno la responsabilidad de lo que siente y/o le acontece.
Es comprensible que las diferencias de autoridad, fuerza, poder coercitivo, etc., hagan que algunas personas se sientan víctimas de otras. Sin embargo, no es justificable que se le otorgue el poder a otro sobre la propia persona, dado que es posible discriminar que ese poder es en relación al rol desempeñado.

Imaginemos una situación de asalto: desde el punto de vista legal, soy víctima; desde el punto de vista psicológico, puedo optar por rebelarme (con consecuencias imprevisibles) o acompañar la situación con una actitud colaborativa y a la vez no sometida. Decimos no sometida ya que, si bien el ladrón no me da la opción de elegir el rol de asaltada, conservo la libertad de elegir cómo actuar. (Al referirnos de este modo a la noción de víctima, aludimos a un adulto. En el caso de un menor de edad será comparable a este segundo caso, siempre y cuando el otro del vínculo sea coetáneo).

Habitualmente nos resulta mucho más evidente la responsabilidad del sometedor que la del sometido. En el mejor de los casos, decimos que el sometido "lo permitió" o "no supo poner límites".

Como terapeutas, esto nos parecía contradictorio con el concepto de responsabilidad en gestalt, según el cual no es posible acusar al estímulo de lo que nos produce. Al sumarle los conceptos de proyección y de polaridad, la contradicción es aún mayor. Motivadas por esta inquietud, nos abocamos a la investigación de la temática, apoyándonos en la noción de responsabilidad personal llevada a sus últimas implicancias.

Se Postula que todo vínculo de maltrato o sometimiento es co-creado. Por eso preferimos llamar al sometido "sometible". No es suficiente la existencia de una persona dominante, autoritaria, descalificadora o agresiva, sino que es necesaria la condición de víctima de quien se vincula con ella. Si alguien tiene una actitud sometedora y yo no me ubico en la posición complementaria de sometida, no hay maltrato sino una situación frente a la cual tendré que hacer algo. Se requerirá algún tipo de acción de mi parte y no una reacción.

El interés se centra en las posibilidades con las que cuenta la víctima para trascender un vínculo de sometimiento o de maltrato. Para ello es necesario comenzar iluminando cuál es la responsabilidad de la víctima en el sometimiento:

Así como Lichtenberg habla de un otro vulnerable seleccionado por el victimario, supongo complementaria la existencia de un otro potente designado por la víctima. Las características de la víctima que propician esta selección son:
  • Exceso de narcisismo, que lleva a suponer como dedicado a uno mismo lo que en realidad es el estilo o el humor del otro.
  • Escasez de auto-sostén; por ende, las actitudes de los otros que no encuadran con las propias expectativas tienden a ser vividas como agresivas, maltratadoras, etc.
  • Desconocimiento de aspectos sádicos y agresivos proyectados en el victimario.
  • Alto nivel de soberbia que lleva a la víctima a "saber" cómo tiene que ser el otro y cómo tiene que comportarse.
  • Demanda de aprobación y valoración del otro. Si no la obtiene, vive la situación como rechazo y maltrato.
  • Lucha para cambiar al otro (si yo "sé" cómo tiene que ser y además es malo porque no me valora, debe ser distinto).

Curiosamente, la víctima, tan vulnerable al rechazo del otro, no es conciente del nivel de rechazo que siente por el maltratador. Tampoco es conciente del sadismo que representa culpar al otro de sus infortunios y limitaciones. Nadie duda del padecimiento de la víctima. Es más difícil ver el beneficio: que otro sea culpable de lo que le pasa.

Es posible reconocer la falta de libertad y potencia que implica dejarme llevar por la modalidad del otro. Guiados por el aspecto víctima, justificamos llevar a cabo conductas que habitualmente no consideramos adecuadas. Desde la víctima reacciono, es decir, me someto al tipo de intercambio que el otro propone. En cambio, desde el autosostén actúo con la modalidad que para mí es correcta (si me escupís, pregunto qué pasó para que me escupieras). Desde la víctima, lo que el otro dice o hace es inapelable; desde el auto-sostén, es una conducta acerca de la cual podemos comunicar.

Falta de auto-contención: esta dramática es el producto de un aspecto aniñado que no logra hacer ajuste creativo con la realidad; podemos aprender a crear un vínculo interno que logre contener ese aspecto. No se trata de dejar de tener un aspecto infantil, sino de aprender a satisfacerlo por nosotros mismos, dado que es imposible (por frustrante y por inadecuado) que el otro lo satisfaga.

Nos parece relevante también poner luz sobre las conductas que fomentamos los terapeutas, conductas que constituyen desde nuestro punto de vista un pseudo auto-sostén. Son las recomendaciones orientadas a ponerle un límite al otro, a saber defenderse, y promueven en el paciente la aparición de una víctima fuerte, porque confirman la "mala intención" o "mala actitud" del otro. Defenderse implica un ataque previo.
En este sentido, distinguimos entre:
  • Víctima débil: considero que el otro atravesó la frontera de contacto y no puedo hacer nada al respecto. Auto percepción: indefensión (lloriqueo porque me gritó).
  • Víctima fuerte: ya que el otro atravesó mi frontera, puedo atravesar la frontera del otro y decirle qué tiene que hacer. Auto percepción: indignación ("no me grites").

Otro malentendido posible es suponer ser honesto con lo que me pasa y decírselo al otro. Para nosotros, la honestidad consiste primero en chequear si esto que me pasa es desde mi aspecto infantil y si es así veré qué es lo comunicable a partir de la traducción que haga mi aspecto maduro.

Recursos terapéuticos (Describimos una secuencia lógica, no cronológica, respetando los tiempos y las características de cada paciente.)
  • Detectar las distintas manifestaciones de la posición de víctima
  • Quejas.
  • Intolerancia / rechazo a los rasgos del otro.
  • "Saber" cómo tiene que obrar el otro.
  • Tomar lo que dice el otro como inapelable.
  • Creer que la solución del conflicto depende del cambio del otro.
  • Facilitar el darse cuenta de que la víctima es un aspecto, y que este aspecto es infantil.
  • Posibilitar la discriminación de las emociones, sensaciones y sentimientos del aspecto infantil.
  • Desarrollar recursos del aspecto adulto para que aprenda a contener al aspecto infantil.
  • Capacitar al paciente para que actúe desde su aspecto adulto.

Cuando las personas acceden a revisar las situaciones en las que se sintieron víctimas (grandes o pequeños ataques, descalificaciones, des-confirmaciones, acoso, etc.) y logran: 

a) integrar los aspectos proyectados en el otro.
b) reconocer las expectativas puestas en el otro (que cambie, que sea más bueno, comprensivo , que me respete).
c) confiar en los propios recursos para manejarse en las interacciones, ven aumentada la capacidad de auto-sostén y dan respuestas más creativas. Esto les permite desarrollar vínculos maduros y satisfactorios, aún con las mismas personas que antes los "hacían padecer".

Para concluir, es indudable que a quien ocupe el polo maltratador le resultará más saludable resolver la necesidad de experimentar potencia y seguridad sometiendo a otro. Afortunadamente quien ocupe el polo maltratable puede, resolviendo su pasividad y dependencia, cambiar su cincuenta por ciento en el vínculo de maltrato.

miércoles, 22 de enero de 2014

Recuerda

Reflexión 
  • Que siempre existen tres enfoques en cada historia: mi verdad, tu verdad y la Verdad.
  • Que toma mucho tiempo llegar a ser la persona que deseas ser.
  • Que es más fácil reaccionar que pensar.
  • Que podemos hacer mucho más cosas de las que creemos poder hacer.
  • Que no importan nuestras circunstancias, lo importante es cómo interpretamos nuestras circunstancias.
  • Que no podemos forzar a una persona a amarnos, únicamente podemos ser alguien que ama. El resto depende de los demás.
  • Que requiere años desarrollar la confianza y un segundo destruirla.
  • Que dos personas pueden observar la misma cosa, y ver algo totalmente diferente.
  • Que las personas honestas tienen más éxito al paso del tiempo.
  • Que podemos escribir o hablar de nuestros sentimientos, para aliviar mucho dolor.
  • Que no importa qué tan lejos he estado de DIOS, siempre me vuelve a recibir.
  • Que todos somos responsables de nuestros actos.
  • Que existen personas que me quieren mucho, pero no saben expresarlo.
  • Que puedo hacer todo o nada con mi mejor amigo y siempre gozar el momento.
  • Que a veces las personas que menos esperamos, son las primeras en apoyarte en los momentos más difíciles.
  • Que la madurez tiene que ver más con la experiencia que hemos vivido, y no tanto con los años que hemos cumplido.
  • Que hay dos días de la semana por los que no debemos de preocuparnos: ayer y mañana. El único momento valioso es AHORA.
  • Que aunque quiera mucho a la gente, algunas personas no me devolverán ese amor.
  • Que no debemos competir contra lo mejor de otros, sino competir con lo mejor de mí.
  • Que puedo hacer algo por impulso y arrepentirme el resto de mi vida.
  • Que la pasión de un sentimiento desaparece rápidamente.
  • Que si no controlo mi actitud, mi actitud me controlara a mí.
  • Que nunca debo decirle a un niño que sus sueños son ridículos, que tal si me cree?
  • Que es más importante que me perdone a mi mismo a que otros me perdonen.
  • Que no importa si mi corazón está herido, el mundo sigue girando.
  • Que la violencia atrae más violencia.
  • Que decir una verdad a medias es peor que una mentira.
  • Que las personas que critican a los demás, también me criticarán cuando tengan la oportunidad.
  • Que es difícil ser positivo cuando estoy cansado.
  • Que hay mucha diferencia entre la perfección y la excelencia.
  • Que los políticos hablan igual en todos los idiomas.
  • Que es mucho mejor expresar mis sentimientos, que guardarlos dentro de mí.
  • Que al final de la vida me doy cuenta que las únicas cosas que valieron la pena son: Dios, mi familia, un grupo muy selecto de amigos y unas experiencias que me dieron crecimiento personal.

Para ser exitosos no tenemos que hacer cosas extraordinarias. Hagamos cosas ordinarias, extraordinariamente bien.


"Si alguna vez no te dan una sonrisa esperada, se generoso y da la tuya, porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa como aquel que no sabe sonreír"

Gandhi 

martes, 21 de enero de 2014

Trastorno Psicosomáticos en la Infancia.

Estos trastornos afectan al cuerpo, pero la causa es psicológica.
Suelen observarse en aquellos "niños" que tienen un importante sentimiento de abandono o que lo viven así (niños adoptados, niños que viven muy mal la llegada de un hermanito) Al no poder reclamar directamente ese afecto que tanto necesitan, lo expresan a través del cuerpo, esperando así "inconscientemente" obtener dosis suplementarias de atención y afecto. Siempre se observa un beneficio secundario que comporta el padecer esa dolencia.

El adulto ante un conflicto aumenta su tensión; ésta puede llegar a manifestarse a nivel corporal mediante la aparición de una enfermedad. En el niño esto se produce con mucha más fuerza.

Muchos trastornos psicosomáticos tienden a surgir en edades específicas, ya que se relacionan con la maduración del funcionamiento de determinados órganos y con el desarrollo psicológico. Suele afectarse el órgano más débil. Por ej.:- eccema (8-24 meses) , dolores abdominales (alrededor de los 3-4 años), asma (alrededor de los 5 años), cefalea (alrededor de los 6-7 años) etc...

Veremos algunos de ellos brevemente:

ASMA INFANTIL: Hay un componente somático y otro psicológico. Hay un agente que causa la alergia, y otras veces ese agente está ausente y también se desencadena la crisis. Y algo ocurre de forma general: el niño padece la crisis en presencia o ausencia de una misma persona, en un mismo lugar o circunstancia, sin que ello tenga nada que ver con el agente alérgico.

La separación del medio familiar suele mejorar las crisis. Suelen desaparecer muchas afecciones de este tipo con la pubertad.

Se hace necesaria la consulta a un profesional, ya que si se observa un importante componente psicológico y se da exclusivamente tratamiento físico, puede resultar un fracaso.

El psicólogo revisará que ocurre con las relaciones familiares, los factores que desencadenan la crisis,..Los tratamientos, pues, deberán ser mixtos (médicos y psicológicos) y se valorará en cada caso el tipo de terapia. La padecen del 1 al 2% de los niños. Entre el 20 y el 30% de los casos aparecen hacia los dos años. Más de un tercio de los asmáticos infantiles dejan de tener asma a los 15 años. El origen de este trastorno es múltiple y depende, entre otros, de factores psíquicos.

Por ejemplo, hay casos en los que la reacción alérgica deja de producirse cuando el niño está lejos de su medio ambiente, de las personas habituales en su medio, etc. O bien desaparece tras una psicoterapia. Si el mayor número de casos de asma empiezan hacia los 2 ó 3 años es precisamente porque el proceso de independencia en relación con la madre alcanza su punto crucial a esa edad. El efecto terapéutico que suele tener la separación del niño de su familia se debe a que anula las oscilaciones apego-rechazo.

OBESIDAD: Las madres de los niños obesos suelen ser intrusivas, no toleran que el niño desarrolle por sí mismo su propia sensación de hambre ni exprese sus deseos autónomos, sino que imponen su ritmo de alimentación, lo ceban sin que el niño pueda manifestar su deseo de ser alimentado. Estos niños manifiestan claramente que no sienten su cuerpo como si les perteneciera sino como una propiedad de su madre. Expresan incluso una falta de conceptualización de su imagen corporal.


ECCEMA: Las manifestaciones cutáneas tienen tanto orígenes fisiológicos como psicológicos. La piel es la barrera entre el mundo interior del individuo y el exterior.

Suele afectar a niños más bien sumisos, sensibles y muy ansiosos. Esa ansiedad, por una "predisposición congénita" se expresaría mediante el eccema.

MIGRAÑAS INFANTILES: Consiste en la aparición brusca de una intensa cefalea. Aparece frecuentemente en el niño de edad escolar; también suele encontrarse en algún otro miembro de su familia. Aproximadamente el 20 % de las migrañas de los adultos han empezado antes de los 15 años. Se ha observado una relación entre los dolores de cabeza y los vómitos cíclicos de la primera infancia. Al contrario de los casos de cefalea corriente, los que padecen migrañas no tienen problemas de bloqueo intelectual.

CEFALEAS: Es difícil distinguirlas de las migrañas. También aparecen frecuentemente en niños de edad escolar. Tanto su aparición como su desaparición es repentina.

Suele responder a un mecanismo psicológico que lleva a "no poder pensar", pues le envuelve alguna situación, para él desagradable, de la que no puede escapar (ej. separación de los padres,...).

ÚLCERA GASTRODUODENAL: Se manifiesta por una hematemesis (vómito de sangre) como reacción a un acontecimiento estresante. El contexto familiar es a menudo inestable y a veces la úlcera aparece tras una crisis familiar.

RECTOCOLITIS ULCERA HEMORRAGIA: Es un cuadro grave y a veces mortal, relativamente raro en niños europeos, pero más frecuente en Estados Unidos. Suele suceder cuando el niño tiene entre 1 y 3 años de edad. Surge con una diarrea de larga duración con dolor abdominal intenso y hemorragias intestinales. Los periodos de remisión alternan con agravaciones súbitas.

Su origen es mixto, pues se considera que existen factores inmunológicos, pero los aspectos psíquicos son un factor desencadenante y de mantenimiento de los síntomas. Los síntomas aparecen a menudo tras una pérdida real o imaginada. Las madres de estos niños suelen estar preocupadas por el contenido corporal del niño, sobre todo por sus funciones de evacuación. Suelen ser niños muy dependientes, incapaces de expresar la agresividad por temor a perder el contacto con la madre. Se ha observado una correlación con la anorexia nerviosa.


DOLORES ABDOMINALES: Aparece sobre todo en la pre-adolescencia. Los dolores son vagos o agudos, acompañados de palidez. Pueden expresar angustia vinculada a la separación de la madre o de otro tipo. Entre los 7 y 9 años los niños se quejan de esta dolencia con mayor frecuencia que en otras edades.

Se acompaña de vómitos, de "un mal comer". Es la queja más frecuente dentro del grupo de estos trastornos. Muchas veces se presentan junto con bloqueo intelectual e insomnio, y ocasionan absentismo escolar.

ESTREÑIMIENTO: Suele aparecer entre los 2 y los 5 años. Cuando se vuelve crónica, la retención puede durar hasta 10 días, terminando en una defecación dolorosa. Es frecuente que aparezcan manchas en la ropa interior debido a una secreción por reflujo. A veces aparece tras el nacimiento de un hermano. Las madres de estos niños suelen tener conflictos relacionados con las tendencias "sucias". Debe animarse a estas madres a que dejen que su hijo juegue y se ensucie con tierra, arcilla o pintura.

ENURESIS: Consiste en una incontinencia de orina (el niño se orina en su ropa interior). Puede ser primaria, cuando nunca ha llegado a controlar su emisión de orina, y secundaria, cuando ya había desarrollado el control de los esfínteres, pero ha vuelto a orinarse después. Se considera un síntoma benigno que tiende a desaparecer con la pubertad. Se puede dar tanto en niños sin grandes problemas, como en niños que presentan un retraso mental o alteraciones psicóticas. Así pues, este síntoma no es específico, aunque a menudo se acompaña de otros síntomas que son los que indican la existencia de un problema. Durante el sueño, la producción de orina disminuye, aunque no en el niño enurético. Sólo existen causas orgánicas en el 5 % de los casos. La incontinencia nocturna (orinarse en la cama mientras duerme) es más frecuente que la diurna. Suele ser una manera de oponerse a los padres y de manipular el entorno. No es raro que aparezca cuando la madre acaba de tener otro niño, con el que el hermano mayor se identifica y quiere eliminar. En esta clase de familias se encuentra a menudo un clima de hiperestimulación sexual. Los padres provocan contactos corporales demasiado excitantes para el niño.

ENCOPRESIS: Consiste en la evacuación de heces en lugares distintos al retrete, ya sea en la ropa interior o, de manera menos frecuente, en otros lugares de la casa. Al igual que la enuresis, puede ser primaria o secundaria. La encopresis primaria aparece en un niño impulsivo, violento y en una familia mal integrada en la sociedad, cuyas normas de disciplina y control son poco respetadas.

La secundaria sucede a menudo a una frustración: el nacimiento de otro niño, el alejamiento real o emocional de la madre, la entrada al colegio. A menudo se encuentra un aprendizaje del control de la defecación demasiado severo y precoz. La encopresis se convierte en un arma de resistencia pasiva contra la madre y en objeto de luchas. A veces es una forma de protesta agresiva que revela la incapacidad del niño para expresar más abiertamente sus reivindicaciones frente a una madre vista como inalcanzable.


ALOPECIA: En el historial de los niños que sufren alopecia suele encontrarse algún hecho traumático que les ha supuesto la pérdida, real o simbólica, de algo.

La psicoterapia no suele ser suficiente para que el pelo se vaya repoblando, hace falta tratamiento médico básico.

El ESPASMO DEL SOLLOZO: Es más frecuente durante el segundo año y tiende a desaparecer después de los 5 años de edad. Suele tratarse de niños emotivos, temerosos, o muy activos y tiránicos, quienes tras una reprimenda, una contrariedad o algún acontecimiento que provoca una rabieta repentina, cesan de respirar durante un periodo de hasta 30 segundos en medio de una crisis de llanto. Existen dos formas:

a) La cianótica, que es la más frecuente, y en la que tras una sacudida el niño se agarrota en inspiración forzada, con detención de la respiración, pérdida de conciencia y caída al suelo con los ojos en blanco. A menudo se produce una convulsión con o sin emisión de orina.

b) En la forma pálida, el niño pega un grito, palidece y cae en síncope con una sacudida.

Los padres describen estos episodios como convulsiones. El diagnóstico debe descartar los trastornos epilépticos. En el espasmo del sollozo siempre sucede un acontecimiento que lo desencadena. El espasmo del sollozo en el segundo año es la expresión de conflictos madre-hijo, relacionados con el aumento de la autonomía del niño y su dificultad para afrontar solo las emociones difíciles. La pérdida de conciencia es un modo de evitar las emociones difíciles o insoportables. A veces, para que desaparezcan estas crisis basta con asegurar a la madre que el niño no está, bajo ningún concepto, en peligro de muerte.

RETRASO DEL CRECIMIENTO PSICOGENO: Estos niños presentan una talla y peso muy inferiores al normal, pero cuando se los sitúa en un medio donde se le observa de cerca, se le estimula y cubren sus necesidades afectivas, se recuperan, a veces de forma espectacular. Esto nos muestra el efecto tan importante que tienen las carencias emocionales sobre el desarrollo biológico. Se trata básicamente de un bloqueo de la hormona del crecimiento y se produce aunque la alimentación sea adecuada.

DIABETESLos factores psicológicos desempeñan un papel importante, si no en la etiología, sí en la regulación del niño diabético.

Psico-Oncológia

Gestalt

La persona que es diagnosticada con una enfermedad oncológica recibe un impacto emocional enorme, su vida toda se desacomoda, la vivencia que muchas experimentan es que han recibido un golpe extraordinariamente fuerte desde el exterior que ha derrumbado sus vidas y la organización familiar. El diagnóstico generalmente es sorpresivo, en muchos tipos de cáncer la progresión hasta su detección es asintomática y silenciosa, y en los casos en que hay síntomas que avisan muchas veces son ignorados.

Desde el inicio de la enfermedad se enfrentan múltiples duelos, comenzado por la pérdida de la salud. El diagnóstico de cáncer es en sí mismo una situación traumática, difícil de digerir, irrumpe sorpresivamente y desorganiza. Su mayor fuerza traumática además de lo inesperado, reside en su inevitable asociación cáncer=muerte, cáncer=dolor, y en que es una de las enfermedades estigmatizantes de nuestro tiempo. Pareciera que la percepción que poseemos de la muerte ha dejado de ser un hecho natural que forma parte del ciclo de la vida, para convertirse en una tragedia, un accidente, una desgracia que le sucede siempre a otro.

Sin embargo la enfermedad oncológica no es una sola enfermedad como comúnmente se cree, sino que es un conjunto de enfermedades, en las que varía enormemente su pronóstico y tratamiento de acuerdo a su localización, estadio, estirpe tumoral, etc. Por este motivo es imprescindible conocer en cada caso en particular el diagnóstico, pronóstico y tratamientos, contactándose con el médico oncólogo; ya que quien consulta puede tener un cáncer con elevadísimos índices de curación (como los de testículo) , u otros tipos que si no pueden cronificarse llevan a la muerte.

A pesar de que hay muchos tipos de cáncer, y la oncología nos brinda un pronóstico que nos orienta, cada persona es única y responde de manera personal, por lo que es importante que no perdamos de vista la originalidad y el misterio en cada ser humano.

Entonces, el cáncer no es sólo una enfermedad mortal, sino una enfermedad grave, compleja, que irrumpe traumáticamente y amenaza seriamente la vida de la persona enferma, que para poder vivir tendrá que sobreponerse al impacto diagnóstico y afrontar los tratamientos, casi como los trabajos del héroe. Ingresa en un tiempo personal en el que todo se relativiza, se acomodan las prioridades, se da importancia a lo importante. El objetivo esta claro, es la recuperación de la salud y para lograrlo hay que utilizar todos los recursos propios y ambientales que estén disponibles.

El trabajo con pacientes con enfermedad oncológica requiere del acompañamiento en distintas etapas, que variarán de acuerdo a la evolución: etapa diagnóstica, período de tratamientos, recuperación de la salud, cronicidad y progresión de la enfermedad y final de la vida.

Etapa diagnóstica

Inicialmente es de contención, hay una gran movilización emocional, los sentimientos mas frecuentes son angustia, irritabilidad, incredulidad, desesperación, ira, miedo, impotencia, tristeza y abatimiento. El objetivo es que la persona pueda sobreponerse al impacto diagnóstico y pueda reorganizarse para lograr un adecuado afrontamiento. Las intervenciones se dirigen a orientar y disipar la confusión. Es importante el conocimiento sobre oncología del terapeuta, se realizan intervenciones psicoeducativas, de psicoprofilaxis y tendientes a la organización yoíca. Se hace figura tanto en los soportes internos como ambientales. Se contacta al médico tratante y se trabaja el vínculo del paciente con él, también es el momento del armado de la red de sostén. Cuando la familia es de muy pocos miembros o distante la red se extiende a quien este disponible, pueden ser vecinos o compañeros de trabajo.

Período de tratamientos

La capacidad de afrontamiento, de sobreponerse de la persona, dependerá tanto de sus recursos internos, de su ambiente y del significado que le de a su enfermedad y a los tratamientos. Habrá que ir organizando, desmenuzando, ese suceso traumático, entonces eso que parecía imposible de atravesar se va caminando paso a paso, “el sólo por hoy”, una cosa por vez, desde el aquí y ahora. El ejercicio de la no anticipación, el estar en el presente descubriendo los apoyos propios y ambientales, el armado de la red, lo que sí hay, lo que sí se puede.

El paciente se va ubicando, la confusión cede, comienza a ver una luz, un camino a seguir. El objetivo es la adherencia a los tratamientos, y la realización de los mismos con una buena tolerancia y escasos efectos adversos. Aquí se trabaja con el conocimiento, las creencias y las fantasías en relación a los tratamientos, pueden aparecer fuertes miedos e ideas muy distorsionadas acerca de ellos. Se utilizan intervenciones psicoeducativas y técnicas de relajación y visualización para que los tratamientos sean bien recibidos y así aumentar la buena tolerancia a los mismos. De existir efectos adversos de importancia deben siempre ser controlados o por el medico tratante o si es necesario mediante una consulta con cuidados paliativos, ya que es mucho lo que esta especialidad tiene para ofrecer brindando confort y bienestar en cualquier momento de la enfermedad.

Si la persona esta dispuesta, también es el tiempo de comenzar a explorar sus creencias, sentimientos y el significado de su enfermedad.

Recuperación de la salud

La persona finalizó los tratamientos como la cirugía, radioterapia o quimioterapia y los estudios diagnósticos indican que esta libre de enfermedad. Es un período en el que se da el llamado Síndrome de Damócles, en el que la persona esta bien, pero el riesgo de recaer con una recidiva pende como una espada sobre su cabeza. Se requiere que la persona se realice controles periódicos, si no se observa presencia de enfermedad estos controles son cada vez mas espaciados y la curación se produce con la no recidiva en un plazo en años. Es el momento del regreso a las actividades previas a enfermar, se trabajan los miedos que aparecen y que se ha cambiado y transformado a partir de esta situación vivida.

Cronicidad

Hoy en día el cáncer es considerado una enfermedad crónica, es mucho lo que la medicina tiene para ofrecer si no es posible la curación. El objetivo buscado es que la persona continué viviendo con la mayor autonomía y calidad de vida posible, a pesar de que siempre estará sujeta a controles y tratamientos mas o menos periódicos.

Progresión de la enfermedad y final de la vida

La progresión se da cuando la enfermedad no es contenida por los tratamientos y no puede mantenerse en estado de cronicidad. El avance de la enfermedad conduce a la persona al final de su vida. En este período se trabaja interdisciplinariamente y es fundamental que la persona esté asistida por un equipo de cuidados paliativos para que tenga un adecuado control de síntomas. Se busca el confort y bienestar del paciente, y en el caso en que es posible, que pueda morir en su casa rodeado de sus objetos y seres queridos.

Es un momento de mucha intimidad, donde el acompañamiento debe ser sumamente respetuoso y no invasivo, siguiendo más que nunca al paciente como nuestro guía. Es mas importante la presencia que las palabras, los gestos y el lenguaje corporal cobran gran preponderancia, es el momento de facilitar el cierre de situaciones pendientes, las despedidas de los seres queridos y el desapego de esta vida. Es un período emocional y espiritualmente muy intenso. El enfoque Gestáltico con su marco teórico y su modo de abordaje es naturalmente afín para trabajar en psicooncología, sin que sea necesario hacer muchas de las adecuaciones teóricas y técnicas que les requiere a los colegas de otras líneas. Algunos de los puntos de apoyo son:

  • La confianza en la autorregulación organísmica y el desarrollo de las potencialidades
  • La concepción unificadora cuerpo-mente del ser humano
  • El centramiento en el presente y el darse cuenta
  • Noción de campo organismo-ambiente
  • Figura en los soportes y recursos del paciente
  • Figura en la responsabilidad y autenticidad del paciente
  • Reaprendizaje experiencial de nuevas maneras de estar en el mundo
  • La actitud del terapeuta:
  • No fomenta el desarrollo de la neurosis de transferencia
  • Se alía con los aspectos sanos del paciente
  • Se utiliza como instrumento y la contratransferencia esta al servicio del paciente
  • Respeta y explora las resistencias
  • Además de la observación fenomenológica y del método dialogal utiliza recursos dramáticos, plásticos, de movimiento, respiración, visualizaciones, etc.
  • Confía en la capacidad del paciente para recuperar su autonomía

Si bien, toda persona con una enfermedad oncológica atravesará las etapas anteriormente descriptas de acuerdo a su evolución, se podrán alcanzar distintos niveles de profundidad en el trabajo psicoterapéutico: del afrontamiento, del significado y de la trascendencia.

Del afrontamiento

Consiste en que la persona desarrolle los recursos necesarios para poder enfrentar las condiciones que imponen la enfermedad y los tratamientos, sin que aparezca interés en profundizar acerca del proceso de enfermar.

Del significado

En algunas personas surge la necesidad de entender el significado que la enfermedad que atraviesan pueda tener para ellas. Entonces la enfermedad, como nos enseña la Nana, la Dra Adriana Schnake; en su Enfoque Holístico de la Salud y la Enfermedad; trae una posibilidad para ser descubierta. Aquel órgano enfermo posee un mensaje a ser descifrado, entonces a partir de un diálogo gestáltico con él, con el sistema inmunológico y la célula neoplásica, la persona podrá integrar aquellas características o aquel aspecto rechazado y proyectado, entendiendo y vivenciando que lo ha llevado a ese desequilibrio.

De la trascendencia

Va más allá de la evolución que tenga la enfermedad, toda la existencia cobra un nuevo sentido, se supera la dimensión de la personalidad, esta presente la dimensión espiritual y hay una elevación de la conciencia. El acompañamiento de todos los pacientes, brinda un aprendizaje, pero estas personas en especial pueden ser sabios maestros, brindándonos el privilegio de ser testigos de su proceso de transformación. Simbólicamente es la culminación del camino del héroe.

La enfermedad misma puede convertirse en un momento privilegiado para tomar conciencia de la existencia que se está llevando. La tarea consiste en acompañar en los distintos niveles de darse cuenta hacia una existencia más plena. Sin embargo las posibilidades son variadas: algunas personas pueden crecer significativamente , otras solo darse cuenta de algún beneficio secundario de la enfermedad, como las cosas que se permiten por estar enfermos, y otros pueden lograr verdaderas conquistas para sí mismos cuando están afrontando el cáncer, pero que se pierden al recuperar la salud.

Enfermar gravemente implica siempre una crisis en la vida de la persona que lo experimenta, tanto en el sentido de desequilibrio o dificultad como de cambio u oportunidad, al igual que un ideograma del I Ching que une peligro y oportunidad.

Bibliográfica

Elisabeth Kübler-Ross “Sobre la Muerte y los Moribundos” (Ed. Grijalbo-1993) Stephen Levine “¿Quién Muere?” (Ed. Era Naciente-1997)
Stephanie Matthews-Simonton, O. Carl Simonton, James L. Creighton “Recuperar la Salud (una apuesta por la vida)” (Ed.
Los Libros del Comienzo-1998)
Fritz Perls “Testimonios de Terapia”(Ed. Cuatro Vientos-1996)
Adriana Schnake “Los Diálogos del Cuerpo” (Ed. Cuatro Vientos-1995)
Adriana Schnake “La Voz del Síntoma” (Ed. Cuatro Vientos-2002)
José Schavelzon, Jayme de Marsillac y otros “Impacto Psicológico del Cáncer” (Ed. Galerna-1978)
Richard Wilhelm “I Ching, el libro de las mutaciones” (Edhasa 1990)
Zinker Joseph “El proceso Creativo en la Terapia Gestáltica” (Ed. Paidós-2000)