lunes, 10 de agosto de 2015

Psicoanálisis de la Automutilacion

A través de la historia de la humanidad, las marcas en la piel ya sean autoinfligidas o infligidas por otro, han adquirido diferentes significados y formas de interpretarse, por parte del sujeto y por parte de la sociedad.

Françoise Dolto en su obra titulada “La imagen inconsciente del cuerpo”, postula a la imagen del cuerpo como: “una síntesis viva de nuestra experiencias emocionales (…) una encarnación simbólica inconsciente del sujeto deseante”.

Sin embargo la constante es la expresión a través de la piel, que es nuestra primera herramienta de presentarnos ante el mundo físicamente. Freud (1905) afirma que la piel debe ser considerada como la zona erógena por excelencia, ya que en ella pueden tornarse un cúmulo de excitaciones placenteras. La piel reviste particular erogeneidad en el caso de los impulsos de crueldad y dolor, ambos constitutivos de la pulsión sexual.

El abordaje psicodinámico y psiquiátrico de la conductas de automutilación como síntoma de diferentes patologías ha permitido un mejor entendimiento y tratamiento del paciente.

Los trastornos psiquiátricos asociados a la AM, según el DSM son:
  • Cuadros orgánicos cerebrales
  • Trastornos del desarrollo de la infancia
  • Esquizofrenia y otras psicosis
  • Trastornos del ánimo
  • Depresión y Enfermedad bipolar
  • Trastornos de ansiedad
  • Crisis de pánico, T.O.C. y T.E.P.T.
  • Trastornos disociativos
  • Trastornos del desarrollo de la personalidad
  • Límite, antisocial
  • Trastornos relacionados con sustancias
  • Trastornos del control del impulso
  • Tricotilomanía
  • Trastornos facticios
  • Trastornos de la conducta alimentaria.

El perfil característico de una persona que comete AM es el de una mujer de clase media, con un nivel intelectual sobre el promedio y que inicia esta conducta en la adolescencia La autolesión suele esta correlacionada con experiencias traumáticas de la infancia o serios compromisos de identidad y con el grado de impulsividad, el enojo crónico y la ansiedad crónica. Presentan baja autoestima, intolerancia a la frustración, descontrol de impulsos y disfunción familiar. No tienen mecanismos de autocuidado ni destrezas, presentan dificultades en la vinculación, necesidad de aprobación y afecto e inmadurez emocional que repercute en la dificultad que presentan para identificar, reconocer, expresar y manejar las emociones, emociones que no pueden canalizar y que explotan con el acto impulsivo que no da tiempo a reflexionar y que lo expresan por medio de una autoagresión.

En 1935, Menninger clasifica la automutilación dependiendo el tipo, y el contexto en el que se presente, tomando en cuenta que el síntoma opera debido a que la agresión dirigida hacia un objeto externo se vuelve hacia el yo y ésta a su vez es reforzada por medio del autocastigo. La clasificación propone los siguientes tipos de automutilación

1) neurótica, 2) religiosa, 3) ritos en la pubertad, 4) en pacientes psicóticos, 5) en presencia de padecimientos orgánicos, y 6) en personas normales. Al final la automutilación es el resultado del conflicto entre impulsos agresivos y destructivos provenientes del Superyó y la voluntad de vivir, teniendo como resultado la autodestrucción parcial de alguna parte del cuerpo, gratificando los impulsos agresivos anticipándose a las consecuencias de una destrucción total.

Actualmente existen diferentes teorías y postulados los cuales permiten un mejor acercamiento y entendimiento de la automutilación como un síntoma.

En la adolescencia, se reeditan los diferentes conflictos no resueltos en la infancia, como la representación del cuerpo, sus funciones y la imagen corporal etc. Al mismo tiempo en este periodo los cambios en el funcionamiento mental hacen posible que la persona dirija la agresión hacia sí mismo en formas extremas como lo es la automutilación.

La autodestrucción, que se manifiesta en cortes, quemaduras, rasguños, arañazos, tirones del pelo, golpes (sobre todo en la cabeza), auto lesiones, cualquier forma de producción de dolor es una forma de expresar el sufrimiento, una forma no verbal de comunicación donde los sentimientos se transmiten visualmente a través del cuerpo. Generalmente, se usa para liberarse de sentimientos de rabia, ira, tristeza, soledad, rencor y dolor emocional. Se efectúa para liberar esas emociones que el autoagredido no puede expresar. También, a veces, ante el sentimiento de no estar vivo, los autoflageladores se cortan para cerciorarse de que siguen vivos.

Muchos psicoanalistas hacen especial hincapié en que durante la adolescencia se debe adquirir madurez psíquica, a través del separación del vínculo con los objetos originales.

En los pacientes con conductas de automutilación, es común encontrar que la relación con la madre ha sido marcada por la ambivalencia, caracterizada por intensos sentimientos hostiles marcados por deseos de muerte, a la par de intensos sentimientos de amor. Por lo tanto la perdida vivida como abandono, es experimentada como la confirmación del deseo omnipotente de muerte, así como una amenaza al vínculo encargado de suministrar la energía libidinal esencial; ya que el objeto, la madre, ha sido retenida a través de introyección; por lo tanto los ataques al propio cuerpo son dirigidos a este objeto previamente introyectado.

Se ha observado que en lugar de buscar gratificación sexual a través de sus propios genitales en proceso de maduración por medio de la masturbación y las fantasías que la acompañan, los adolescentes con conductas de automutilación, son incapaces de controlar las fantasías masturbatorias ya que éstas generalmente están vinculadas  a la escena primaria, generando gran cantidad de displacer; por lo tanto el acto destructivo en sí es vivido en la fantasía inconsciente como la destrucción de los genitales, fuente de displacer; dando al adolescente la posibilidad de ejercer un rol pasivo y activo dentro de la fantasía.

El acto de automutilación, tiene componentes placenteros; ya que el acto de cortar la piel también representa una actividad autoerótica, que involucra tanto el intento de gratificación sexual a través de la masturbación, pero a la vez el castigo por el impulso de autoestimulación. El acto de automutilación es una acto de extrema desesperación en el que las defensas del paciente no pueden mantener el control de los impulsos sexuales ya agresivos; por lo tanto el paciente se vuelve el perpetrador y la víctima.

Se podría decir que los pacientes que presentan conductas de automutilación crecen en un ambiente ambivalente, en el que el padre generalmente es ausente y la madre puede ser sobreprotectora, controladora, pero sobretodo inconstante en lo que refiere a la relación con su hijo. Los episodios de automutilación se presentan como un intento de eliminar las fantasías de la escena primaria como parte de la masturbación, como una manera de separarse de la madre; pero sobretodo cumplen una función de purificación que modula los estados de ansiedad, tensión sexual, e impulsos agresivos.

Por último es importante mencionar que el acto de cortarse es generalmente un pasaje al acto en el que el sujeto intenta solucionar la experiencia de abandono y la amenaza de aniquilación vivenciada cuando se experimenta una situación. Cada cicatriz es un grito de que pide ayuda.

 “Seguir recurriendo a la actuación y no a la verbalización funciona en los jóvenes como reforzador de la idea de  transgresión a las normas, a su cuerpo y a la autoridad”.

Bibliografía

Agazzi, L. (2006). Escrituras en el cuerpo sus afecciones. Reflexiones Psicoanalíticas. México: Círculo Psicoanalítico Mexicano.
Daldin, H. (1990). Self-Mutilating Behavioour in Adolescence With Comment son Suicidal Risk. Bulletin of the Anna Freud Centre 13: 279 -293.
Kernberg, O.F. (1988). Clinical Dimensiones of Masochism. Journal of the American Psychoanalytic Association 36: 1005-1029.
Miller, F. And Bashkin, E. A. (1974). Depersonalization and Self-Mutilation. Psychoanalytic Quarterly 43: 638-649.
Friedman, M., Glasser, M., Laufer, E., Laufer, M. And Wohl, M. (1972). Attempres Suicide and Self.Mutilation in Adolescence: Some Observations from a Psychoanalytic Research Project. International Journal of Psycho-Analysis 53: 179-183.

Hernández, N. (2010). Reflexiones sobre Marcas en la Piel. Psicología Iberoamericana, vol.18, núm 1, enero-junio: 38-46
http://alex-psicoclinica.blogspot.mx/2012/02/automutilacion.html

viernes, 7 de agosto de 2015

La Paramnesia Reduplicativa

Es la creencia delirante de que un lugar o escenario ha sido duplicado, existiendo en dos o más espacios simultáneamente, o bien de que ha sido "reubicado" en otro lugar.
El término paramnesia reduplicativa fue utilizado por primera vez en el año 1903 por el neurólogo Arnold Pick. Aunque se ha encontrado que el fenómeno ya había sido descrito en el año 1788 por el naturalista suizo Charles Bonnet. No fue hasta 1976 cuando se prestó una seria consideración al trastorno, cuando Benson  presento tres nuevos casos. Benson no se limitó a describir los síntomas de sus pacientes, sino que intentó explicar el fenómeno en términos de déficits neurocognitivos, también presentes en estos casos. Este fue uno de los primeros intentos de dar una explicación neuropsicológica para este trastorno.

La paramnesia reduplicativa ha sido mencionada en el contexto de numerosos trastornos neurológicos, incluyendo el accidente cerebrovascular, la hemorragia cerebral, tumores, demencias, encefalopatías y diversos trastornos psiquiátricos.

La reubicación ilusoria de un escenario en un lugar familiar, normalmente, los lugares que el sujeto cree que han sido reduplicados resultan familiares para él, como su casa, su lugar de trabajo, el hospital o un centro al que acuda de forma habitual. Aunque en ocasiones el paciente cree que se encuentra en lugares más exóticos o fantásticos (es más raro que se sufra paramnesia reduplicativa).

Ejemplo, el paciente puede insistir en que el hospital en que se encuentra ingresado ha sido duplicado y cambiado de ubicación, y que ambos coexisten al mismo tiempo, con el mismo nombre, idénticos, y con las mismas personas. Esto crea una especie de sensación de "mundos paralelos".

Explicaciones Médicas

Las primeras explicaciones de corte psicodinámico sugerían que la paramnesia reduplicativa no estaba directamente relacionado con el daño cerebral, sino que surgía a partir de la negación de la enfermedad. Concretamente, según Weinstein y Kahn en aquellas personas que consideraban la enfermedad como una "imperfección, debilidad o desgracia". Otras investigaciones tempranas aceptaban que el daño cerebral era un factor importante, pero sugerían que la desorientación era una "reacción histérica" motivada por el deseo de volver a casa.

Sin embargo, la mayoría de las teorías actuales sugieren que el trastorno está causado por un mal funcionamiento de los sistemas cerebrales relacionados con la memoria y la sensación de familiaridad. Curiosamente, esta era la base de la explicación original que había ofrecido Pick, en la que sugería que el mecanismo crucial era un "ataque convulsivo" que alteraba la memoria consciente.
Benson añadió posteriormente que los daños en el hemisferio derecho de los pacientes les incapacitaban para mantener la orientación debido al deterioro de la percepción viso-espacial y de la memoria visual, mientras que los daños en los lóbulos frontales dificultaban la inhibición de las falsas impresiones causadas por la desorientación.

Las investigaciones más recientes han respaldado esta visión y se han establecido nexos con la literatura sobre el fenómeno de la confabulación, por el que los pacientes parecen evocar falsos recuerdos sin darse cuenta de que son falsos, y que suele asociarse también con daños en los lóbulos frontales. El daño en el hemisferio derecho también se asocia a la anosognosia, un desorden que provoca que los pacientes no sean conscientes de los déficits que sufren como consecuencia de un daño cerebral determinado. Esta falta de conciencia de la propia enfermedad también parece hallarse presente en la paramnesia reduplicativa.

El estudio de un caso concreto ha sugerido una explicación más detallada, que apunta a que el daño en la ruta ventral del sistema visual, que conecta la corteza visual con ciertas áreas del lóbulo temporal, puede provocar la desorientación viso-espacial y las dificultades de integración de recuerdos. Está firmemente comprobado que las áreas temporales (incluido el hipocampo) interactúan con el lóbulo frontal durante la formación y recuperación de recuerdos, lo que proporciona una explicación sobre por qué los daños frontales pueden llegar a causar este trastorno.

En la actualidad no existe un tratamiento específico para esta dolencia, sino que suele dirigirse a tratar la causa que dio origen a la misma y también se suministran al paciente antidepresivos para contrarrestar las alteraciones del ánimo que pueda ocasionar la enfermedad.

Es maravilloso e interesante saber que en el fondo del cerebro se esconde una fuerza capaz de crear un entorno completamente nuevo.

martes, 4 de agosto de 2015

Sufrir por Amor

Es increíble que alguien te rompa el corazón en pedazos y aun sigas amándole  con cada uno de los pedacitos.
Insomnio, inapetencia, hambre, apatia, parálisis, tristeza, pesimismo, aislamiento, falta de autoestima, etc. El sufrimiento amoroso es universal y el proceso se asemeja al duelo por la muerte de un ser querido. “Las rupturas son siempre traumáticas y dolorosas” aunque sean elegidas y sepamos que son inevitables. La separación casi nunca se produce con un corte limpio de bisturí, porque las parejas están pegadas con chicle y cuando consiguen despegarse por un lado, ya están pegadas por el otro.
El amor de pareja es un sentimiento placentero: despierta el bienestar propio y los mejores deseos para estar con el otro. Pero cuando ya no está, cuando el amor se va, ponemos a prueba la capacidad para convertirlo en una experiencia del pasado.

Existen personas que viven sufriendo por amor. La queja constante gira, casi siempre, sobre el amor no correspondido: desengaños, insatisfacción, elección de sujetos violentos, idealización del vínculo, postergación de otros intereses personales, etc.


El objetivo de estas personalidades es “cumplir el sueño de encontrar el hombre o la mujer que les asegure el amor perpetuo”. Rápidamente creen estar enamorados, con una pasión incontrolable y demandan a su parte-naire igual “intensidad de amor y compromiso”. La ansiedad por conocer los sentimientos del otro los hace impulsivos, posesivos y celosos. Hay infinidad de ejemplos que dan cuenta de esta necesidad: incontrolables llamados telefónicos, conductas manipuladoras, llanto fácil y amenazas de daño o suicidio.
Hay mujeres que sufren por amor y para retener a su pareja y demostrarle las “bondades” que poseen, se ofrecen en materia sexual, suponen que si se muestran efusivas y desbordadas por el deseo podrán volver a “atrapar” al hombre amado.

La búsqueda de acciones urgentes para reconquistarlo actúa provocando más rechazo. Todos conocemos la frase “no puede haber cambiado en tan poco tiempo”. Toda nueva conducta es, en realidad, una acción falsa que impacta en las esperanzas de la mujer, que se reprocha ahora por el nuevo fracaso. Tanto accionar no queda solo en la intimidad. Amigas, familiares o desconocidos se enterarán de sus malas elecciones, así las sufrientes  se sumergen más en la  angustia y frustración por no tener el amor ideal (simbolismo). 


“cuanto mayor es nuestra inmadurez, más sufrimos cuando dejan de querernos”.
Las peores elecciones son los sujetos violentos. La dependencia se convierte en un vínculo perverso, de sometimiento, difícil de romper.


Cuando te dejan “se produce la expresión máxima del sufrimiento amoroso y es la variante que provoca mayor ansiedad, aunque las reacciones dependen del perfil caracterial: los inmaduros alternan momentos de rechazo y desesperación hacia la pareja con otros en los que intentan recuperar su amor. Su sufrimiento es intenso y lo manifiestan a través de conductas destructivas. Los que tienen un perfil reprimido suelen reaccionar de forma auto-punitiva, considerándose responsables del abandono y encerrándose en sí mismos; mientras que los neuróticos son los que más hacen sufrir con sus reacciones, puesto que suelen transformar el amor en odio y deseo de venganza”.
En otros casos, las decepciones amorosas generan inestabilidad emocional, caprichos, “berrinches” y hasta conductas de auto lesión para retener al ser amado. Hacen esfuerzos desmedidos para reconquistarlo, aun sabiendo que la relación no da para más. Tampoco aprenden de las experiencias pasadas y tienen poca capacidad de auto afirmación y de reflexión.

Hay una teoría según la cual no sufrimos por amor, sino por vacíos no resueltos de cuando éramos más pequeños. “Es absolutamente imposible sufrir por amor, se sufre por carencias y heridas emocionales de la infancia”.
Ya sea real o imaginaria esa impresión de caer y caer, precipitándose en el abismo, reproduce una vivencia infantil muy primitiva. Perder la protección de la madre significa verse expuesto a la inmensidad del mundo exterior y produce una sensación muy parecida a la que tenemos que soportar cuando una relación amorosa toca a su fin. En el pozo oscuro del duelo sólo hay desesperanza y mientras se está allí no se tienen ganas de nada”.

Piénsalo bien. Tal vez no estés sufriendo ni hayas sufrido por amor, verdaderamente. Sí por no ver tus sueños cumplidos, los que imaginaste desde hace años. Por aguantar tratos que no mereces, para salvar la pareja. Por querer que cierta persona te considere de una manera especial, o te elija como compañera (o compañero) de vida, y no lo has logrado. Enfocar lo que realmente causa un problema es muy útil para poder solucionarlo y empezar a dejar atrás el dolor que provoca.
Si estás en una pareja que te produce insatisfacciones, en algún momento la elegiste, por alguna razón. Conocer esta razón te permitirá sanar lo que sea necesario. Si crees que amar demasiado, aunque no te valoren y te hieran, es la forma de relacionarse en una pareja, primeramente precisarías cambiar esta creencia dañina para aspirar a un vínculo de pareja más sano.

Asimismo, si has dejado mucho de lado por estar con alguien o te hallas en una relación que no te hace feliz, lo importante es que bucees dentro de ti para ver por qué estás con esta persona, qué repites de tu historia familiar, qué obtienes en realidad. La solución no está en el otro “el problema es que me grita, no me presta atención, no me da lo que preciso” sino en ti mismo.
No estoy diciendo que sea sencillo modificar este tipo de vinculación, hacerte cargo de tu propia vida y dejar el sufrimiento atrás. Lo que sí digo es que es posible y vale la pena.

Si estás “atrapado” (o atrapada) en una relación problemática y sientes que sufres por amor, tienes la llave de la solución en tu poder. ¿La vas a usar?


“Después de un tiempo, todos superan la crisis y reconocen que lo mejor es romper el vínculo que no funciona, aunque deba soportarse un cierto grado de sufrimiento. Por eso no tiene sentido que, para evitar ese dolor, ciertas personas sigan manteniendo relaciones con un coste emocional mayor que el de la ruptura”

Maneras de Afrontar el Dolor

Según Antonio Bolinches en su libro “Amor al segundo intento”, el sufrimiento no se elige, pero la forma de sufrir sí, por lo que resulta constructivo o destructivo en función de cómo se afronta.

Comportamientos destructivos:
• Negar el sufrimiento que ha provocado la ruptura de la pareja.
• Culpabilizar al otro de todo lo que ha pasado.
• Recluirse en uno mismo.
• Obsesionarse con el pasado.
• Refugiarse en hábitos tóxicos.
• Exigir apoyos a los demás, pero no ayudarse uno mismo.

Comportamientos productivos:

• Aceptar que el sufrimiento tras las ruptura es algo natural.
• Analizar lo sucedido y autocriticarse.
• Recuperar aficiones.
• Iniciar nuevos proyectos.
• Evitar las conductas destructivas.
• Buscar apoyos y ayudarse uno mismo.

Tips para dejar de sufrir
  • Intenta dejar de lado los pensamientos que te hacen creen que eres una desafortunada (o) y que no cuentas  con capacidades para afrontar las relaciones amorosas con éxito.
  • Deja de lado las creencias de qué le corresponde al hombre y qué a la mujer. Los roles de actividad y pasividad son construcciones culturales que limitan la acción y reducen el goce.
  • No subestimes tus capacidades innatas.
  • No sumes al desengaño actual las malas experiencias del pasado. Vive el “aquí y ahora”.
  • No dejes que los demás influyan en la elección. Confía en tus apreciaciones.
  • Deja de pensar en el amor no correspondido. Muchos son los factores que intervienen en la formación de una pareja.
  • No dejes que nada ni nadie te minimice, humille, golpee, ultraje tu cuerpo, ni tu dignidad, honestidad y nobleza. Menos que menos la libertad. Hay relaciones basadas en la crueldad. Si lo necesitas, pide ayuda. Muchas redes sociales y organizaciones pueden protegerte y salir en tu defensa, puedes acudir a un profesional de la salud que te ayude.
  • “Trabajar” para que el misterio del encuentro no se pierda debe ser una tarea de los dos.
  • Aprende a pedir y a recibir. Disfrutas brindando amor y placer, pero también el otro espera su turno.
  • Tu intuición es un don para reconocer lo que el otro necesita. No esperes que los demás tengan la misma capacidad. Hay gente que nace sabiendo y otros que siempre son aprendices. Ambos casos pueden ser iguales de excitantes.
  • Se tu mismo, no le des mas importancia que lo normal, deja que el tiempo y la vida pase, no pierdas tu tiempo en lamentarte, toma la vida de manera mas positiva, no luches con los recuerdos, has cosas diferentes, enfrenta las cosas con valor, cree mas en ti y quiérete mas.

lunes, 27 de julio de 2015

Síndrome del Corazon Roto

No hay dolor más agudo que el de un corazón abatido por la tristeza. Las penas y los desengaños lastiman el corazón y aunque resulta difícil describir este dolor, la ciencia intenta explicar lo que los seres humanos sienten. Todos hemos sufrido de la pérdida de un ser querido, una fuerte discusión o alguna decepción amorosa. Lo que implica estrés físico o emocional intenso que literalmente puede rompernos el corazón.
El síndrome del corazón roto puede producir daños severos a nivel de la parte media y de la punta del corazón. Es una condición que podemos calificar de grave. La cardiomiopatía de Takotsubo presenta síntomas similares a los de un ataque cardíaco, como dolor en pecho y dificultad para respirar. Pero normalmente es temporal, no deja secuelas, y no afecta a las arterias coronarias como un infarto, sino al músculo cardíaco, la buena noticia es que los síntomas del trastorno y la condición por lo general se invierte en aproximadamente una semana.

La enfermedad se caracteriza por cursar de forma similar a un infarto de miocardio, con una debilidad cardiaca transitoria, en la cual la parte del corazón afectada (el ventrículo izquierdo) adquiere una forma similar a la de la vasija. Se produce en personas sin estrechamiento de las arterias coronarias y su pronóstico es generalmente benigno, con una mortalidad intrahospitalaria inferior al 5 por ciento, pero pueden producirse complicaciones graves en uno de cada cinco casos. Sin embargo, casi todos los enfermos se recuperan completamente de la debilidad cardíaca tras unas semanas.

En el 90 por ciento de los casos, esta enfermedad viene provocada por un estrés muy fuerte y súbito. Algunos estudios apuntan que ese desmesurado estrés produce la liberación repentina de grandes dosis de catecolaminas, unas sustancias similares a la adrenalina que, a dosis muy altas, tienen un efecto tóxico sobre el corazón. De hecho, síntomas similares a los que tienen estos enfermos se han descrito en pacientes que han sufrido sobredosis accidentales de adrenalina.

Según un estudio publicado en la revista American Journal of Cardiology, el trastorno se debe a un aumento en el nivel de hormonas relacionadas al estrés, como la adrenalina. Las arterias no se cierran, sino que es el músculo cardíaco el que se resiente y debilita, hasta el punto de que el ventrículo izquierdo adquiere una forma cónica.

Se estima que entre 1 y 2% de los sujetos diagnosticados de un ataque cardíaco sufren en realidad este síndrome. Los expertos tratan de entender el proceso de la enfermedad para ayudar a desarrollar tratamientos más efectivos y estrategias a corto y largo plazo.

A diferencia de los ataques cardíacos, afirman que el corazón roto suele ocurrir más en los meses de primavera y verano. En un 75% de los casos ocurre después de sufrir un estrés intenso, como un accidente de tráfico, una discusión, la muerte de un ser querido y el síndrome es más habitual en mujeres, en especial si ya han pasado la menopausia.

El paciente estándar sería una mujer posmenopáusica de entre 60 y 75 años, con pocos o ningún factor de riesgo cardiovascular (es decir, no fumadora, con colesterol, tensión y azúcar normales) y que sufre un episodio de gran estrés (psíquico o físico). 

Los estreses psicológicos más frecuentemente asociados a este cuadro son la muerte de un familiar, el diagnóstico de una enfermedad grave, los cada vez más frecuentes problemas económicos (incluyendo la pérdida del empleo y las pérdidas relacionadas con el juego), el miedo (robo a mano armada, hablar en público), la ira (discusiones con el cónyuge), los conflictos en las relaciones matrimoniales (separaciones, divorcios) y los problemas financieros. 

Los estreses físicos incluyen enfermedades agudas como el ictus, los ataques de asma y tratamientos como las cirugías o la quimioterapia. Aunque se ha investigado mucho sobre el tema, se desconoce por qué es tan frecuente entre las mujeres.

Síntomas
  • El “síndrome del corazón roto” se presenta con la falta de aire y sentir que nos ahogamos, es una insuficiencia cardíaca congestiva, que puede verse en un electrocardiograma.
  • Un dolor muy fuerte en el pecho como una especie de quemazón puede ocurrir en cualquier momento, aunque es más usual luego de sufrir un impacto emocional.
  • Las mujeres con el síndrome también presentan sudor frío y dolor en el brazo izquierdo, muy parecido a cuando se sufre un infarto de miocardio normal.
  • También hay que prestar atención si existe un cansancio injustificado, dolor de mandibula o espalda.
  • Esta dolencia se registra al reaccionar el corazón ante una elevación de catecolaminas y adrenalia.
Como los pacientes que sufren un Tako-Tsubo padecen unos síntomas similares a los del infarto de miocardio y además, las alteraciones que se producen en el electrocardiograma y en la ecografía de corazón son parecidas a las de los pacientes con infartos agudos de miocardio, con frecuencia se puede producir un diagnóstico inicial equivocado.

La clave para un diagnóstico correcto suele ser el antecedente de un fuerte y repentino estrés y la ausencia, por lo general, de los factores de riesgo cardiovascular clásicos: tabaquismo, hipertensión arterial, hiperlipemia y diabetes. Respecto al tratamiento, al ser una patología recientemente descrita, no existe mucha información de su utilidad y eficacia. Lo que más se utiliza son fármacos que bloquean la acción de la adrenalina y de otras sustancias similares, los betabloqueantes. En cualquier caso, el curso de la enfermedad suele ser benigno, con una recuperación rápida y completa en la mayoría de los pacientes. Y una vez producida esta recuperación completa no es necesario tomar ningún tratamiento farmacológico y lo único que se recomienda es que los pacientes intenten evitar, en la medida de lo posible, situaciones de gran estrés súbito en el futuro.

Cuando una persona presenta los síntomas del síndrome de corazón roto el mejor tratamiento es el reposo. Al optar por el descanso, el corazón puede trabajar en los niveles normales. La cardióloga recalca que si este momento recibimos una mala noticia podríamos soportarla mejor si nuestro corazón fuera más sano, si no tuviéramos el colesterol elevado y si, además, nos ejercitáramos con mayor frecuencia.

El estado de ánimo deteriora nuestro organismo incluso más de lo que pensamos, porque el cuerpo y la mente están estrechamente relacionados entre sí.

Se advierte que hay evidencias, cada vez más concluyentes, de que las personas que se sienten felices son menos vulnerables al desarrollo de una enfermedad cardiaca, comparadas con quienes suelen ser más pesimistas y tristes.

lunes, 20 de julio de 2015

Perfil Psicológico del Chapo

Una persona se convierte en narcotraficante por tener un gusto desarrollado por el poder, les gusta el riesgo y son calculadores en la toma de decisiones, que acceden a un grupo temido por la sociedad y les gusta romper reglas. Presentan una apariencia afable, sentimientos de inferioridad, resentimiento social, deslealtad, altos niveles de agresividad y violencia, ausencia de sentimientos de culpa, tendencia a la mentira, la manipulación y vengativos. Tendencia a asumir altos riesgos, además rechazan el empleo formal y prefieren la autogestión. Son impacientes y buscan los resultados inmediatos. Algunos con gran tolerancia a la frustración, lo que les permite planificar sus venganzas para el momento oportuno, evitando actuar con impulsividad.
“Un hombre muy inteligente y de extraordinaria capacidad de reacción, lo que le había permitido convertirse en un “héroe” en las comunidades en donde opera y era protegido por el apoyo económico que da a la población”. (J.L Vasconcelos)

Vale la pena dar a conocer su perfil criminológico psicológico del 2005 de este jefe de la mafia, elaborado por peritos de la PGR:

El Chapo, nacido en la localidad de la Tuna, municipio de Badiraguato (Sinaloa, Mex) el 4 de abril de 1957, en un entorno mísero y agrícola, maltratado por su padre, acomplejado por su baja estatura (de ahí el apelativo chapo, corto), el líder del cártel de Sinaloa es un volcán de resentimientos que a diferencia de la mayoría de sus pares, ha encauzado su brutal agresividad con una “alta capacidad de reacción racional”. De niño era tan pobre que tenía que vender naranjas para juntar algunas monedas para medio comer. Muchos asumen que su padre fue “gomero”, una persona que cultivaba amapolas de opio y heroína. Y cuando era adolescente, lo corrió de la casa, por lo que se fue a vivir con su abuelo. Este pequeño hombre de 1.55 metros de estatura acumula un gran odio contra la sociedad, es vengativo, calculador, inteligente y  cuando él y su familia son agredidos utiliza todos los medios a su alcance para vengarse en el momento más oportuno, es decir su reacción es calculada para hacer el mayor daño posible.

Es considerado un individuo de alta peligrosidad, que define claramente sus metas y la forma de alcanzarlas, utilizando sus habilidades de planeación, organización, negociación y proyección al futuro; siendo él mismo responsable directo de la planeación y seguimiento de sus acciones para concretar exitosamente sus objetivos.

Su tenacidad es producto del sentimiento de inferioridad que le produce el factor endógeno concerniente a su baja estatura, que refleja mediante una expresión de superioridad intelectual y de ambición desmedida por el poder. Destaca su alta capacidad de reacción con raciocinio, tiene necesidad de liderazgo, controla de manera adecuada su entorno, es obsesivo pero mesurado durante sus actos vindicativos, que son orientados al fortalecimiento de la estructura. Se considera una persona estable emocionalmente.

En su realidad interna no existe la culpa, se reconoce a sí mismo como un líder con buenos sentimientos, su rol en la organización criminal se perfila como autor intelectual, pero sin necesidad de la operación directa, esto con el objeto de mantenerse a salvo de detenciones y atentados.

El éxito de sus acciones radica en sus habilidades para manipular su entorno y anticiparse a las reacciones de sus antagonistas.

Lo caracteriza su egocentrismo, lo que lo lleva a pretender mantenerse en el centro de atención e importancia al interior de su grupo, para conservar el mando y al exterior para denotar superioridad.

Encuentra fortaleza en la generación natural de sentimientos de dependencia y lealtad hacia su persona, para crear un entorno de complicidad en el que él resulta ser el más beneficiado, a grado tal que el compromiso de sus dominados podría llevarlos a sacrificar su propia integridad física por resguardar la de él o la de su familia.

La traición es un factor detonante de la agresividad que imprime a sus acciones, no le interesa ocultar su autoría, pero es reservado para aceptar su responsabilidad directa o indirecta.

Su carácter afable le reditúa un convencimiento natural de las personas con las que interactúa, especialmente de aquellos con los que mantiene vínculos orientados a su protección.

Cumple sus compromisos, pero también sus acciones de venganza, utilizando cualquier método violento si se siente amenazado.

Es seductor, en apariencia espléndido y protector, genera círculos de confianza, garantiza el éxito de la estructura mediante la identificación y permanencia del grupo.

Sin embargo, no es indulgente con sus detractores y no vacila en romper alianzas; este factor pasa desapercibido entre su círculo principal por las muestras de solidaridad que tiene con ellos, infundiendo al mismo tiempo al resto del grupo temor reverencial.

Una de sus fortalezas es la tolerancia a la frustración, por lo que la venganza no es un hecho que ejecute con la inmediatez de una persona impulsiva, su respuesta es calculada, pero insistente, su visión es dañar a su adversario utilizando sus debilidades para producir el mayor daño posible.

Su capacidad de análisis y de recuperación es elevada, por lo que sus debilidades las transforma en fortalezas que le permiten superar inmediatamente los problemas que enfrenta.

En ese sentido se observa que algunas de sus debilidades son el temor a la pérdida de lo que considera sus logros, en primera instancia su libertad, lo que le produciría un estado depresivo, en segundo lugar la pérdida de algún miembro de su núcleo primario podría desencadenar una venganza planeada pero devastadora y ejemplar para los responsables.

Su necesidad de convivencia social puede llevarlo a la pérdida de su bien más preciado, que es la liberta.

Fuente: Contralínea, universal.


Estas conductas antisociales “no” solo merecen el castigo de la cárcel, pues estas personalidades no tienen probabilidades de rehabilitación e inserción psicosocial aunque en algún momento puedan fingirla. Los políticos deben actuar con responsabilidad y no meter un elefante en la tienda de cristales.

“Difícilmente será capaz de quedarse en la sombra. El Chapo vuelve a estar libre”.

jueves, 16 de julio de 2015

Pánico Escénico

Es el estado inhibitorio que reduce la efectividad comunicacional e impide el despliegue de las capacidades expresivas potenciales de los afectados. Una respuesta psicofísica del organismo, generalmente intensa, que surge como consecuencia de pensamientos anticipatorios catastróficos sobre la situación real o imaginaria de hablar en público.
Y ahí es donde radica la importancia del miedo escénico: En la anticipación. Es decir, en la interpretación que hacemos de la realidad antes de exponernos a ellos, creando así una angustia y ansiedad que nos impide enfrentarnos a la situación.

Hasta el actor con más confianza puede sufrir miedo escénico. Si preguntaras a muchos  oradores con experiencia,  te confesarían que en sus comienzos  ellos también tuvieron pánico escénico, pero con preparación y tiempo lo superaron.

Cuando tienes que hablar en público, ¿se te seca la boca, tienes una fuerte opresión en el estómago, te tiemblan las manos y crees haber olvidado todo lo que te habías preparado para decir?. Sigue estos sencillos y esenciales pasos ante una presentación o actuación:

1.- Relaja tu cuerpo. Para superar el miedo escénico, hay unas cuantas cosas que puedes hacer para relajar tu cuerpo antes de subir al escenario. Relajar la tensión corporal puede ayudarte a estabilizar tu voz y calmar tu mente antes de tu actuación.
  • Canturrea en voz baja para regular tu voz.
  • Come un plátano antes de actuar. Esto rebajará esa sensación de vacío o nauseas en tu estómago, a la vez que no te hará sentir muy lleno.
  • Mastica chicle. Masca un chicle un rato para reducir la tensión en tu mandíbula. No mastiques el chicle por mucho rato o con el estómago vacío si no quieres sentir malestar en tu sistema digestivo.
  • Realiza estiramientos. Estirar tus brazos, piernas, espalda y hombros es otra forma de reducir la tensión corporal.
2.- Visualiza el éxito. Antes de entrar en escena, imagínate después de terminar la representación. Imagina una ovación cerrada, visualiza las sonrisas en los rostros del público, y escucha el sonido de las voces de tus compañeros de reparto y del director diciéndote que has hecho un trabajo espléndido. 
  • Cuanto más te concentres en visualizar el mejor resultado posible en lugar de preocuparte por el peor de los casos, más fácil será que lo logres. Imagínate a ti mismo realizando una actuación soberbia desde el punto de vista del público.
  • Comienza pronto. Empieza a visualizar el éxito desde el preciso instante en que te den el papel. Ten el hábito de imaginarte que harás un trabajo excelente.
  • Conforme se acerque el día del estreno, puedes trabajar más intensamente en la visualización del éxito. Cada noche antes de dormir y cada mañana al despertarte, imagina el estupendo trabajo que harás.
3.- Medita. En la mañana previa a tu actuación, o incluso una hora antes de ella, tómate entre 15 y 20 minutos para meditar. Busca un lugar relativamente silencioso donde puedas sentarte confortablemente en el suelo. Cierra tus ojos y concéntrate en tu respiración mientras relajas cada parte de tu cuerpo.
  • Aprende técnicas de relajación y respiración abdominal. Así conseguirás reducir tus niveles de ansiedad a un punto muy bajo y controlable.
  • Descansa tus manos en tu regazo y pliega las piernas.
  • Trata de llegar al punto en que no pienses en nada que no sea una parte de tu cuerpo a la vez (sobre todo no pienses en tu actuación).
3.- Practica tanto como puedas. La práctica es la clave; cuanto más ensayes, más confianza sentirás. Practica frente a tu familia, amigos, animales disecados, o sillas vacías para acostumbrarte a actuar frente al público. Si lo dejas todo en manos de la suerte y la improvisación, irás con mucha más inseguridad y serán factores de estrés y ansiedad que sumarás a tu ya anticipada ansiedad.
  • Parte del miedo a actuar viene de pensar que olvidarás tus líneas y no sabrás qué hacer. La mejor forma de evitar que eso suceda es familiarizarse con tus líneas tanto como puedas.
4.- Evitemos aprendernos de memoria el tema. Si nos hemos preparado adecuadamente tendremos las ideas y los conceptos claros en la mente, por lo tanto, expliquémoslos con nuestras propias palabras.
  • Se recomienda utilizar historias y anécdotas relacionadas con tu discurso, que ayuden al público a recordar los puntos básicos que estás tratando. Una narración ilustrada es mucho más fácil de seguir, y resulta más memorable.
5.- Fija un “punto y final” a tu ansiedad. En el día de tu actuación, repite en tu cabeza que puedes sentirte nervioso por cierto período de tiempo, pero pasada cierta hora (digamos a las 3 p. m.) toda la ansiedad se irá por la puerta. Si te fijas esta meta y te lo prometes a ti mismo, será mucho más fácil que suceda.

6.- Observa tu propia actuación. Gana confianza en ti mismo recitando tus líneas frente a un espejo. En consulta se utiliza que se llama Desensibilización Sistemática (DS), que consiste en afrontar gradualmente el miedo o fobia que se padece. Es decir, en este caso afrontar primero un discurso o actuación delante del espejo, posteriormente delante de algunos familiares, más adelante algunos conocidos, luego desconocidos, y finalmente graduar dentro de un auditorio o clase vacío, para ir añadiendo público paulatinamente.
  • Incluso puedes grabar tu actuación para ver lo bien que lo haces, y buscar aspectos en que puedas mejorar. Si sigues grabándote u observándote hasta que lo claves, seguro que vas a triunfar en el escenario.
  • Ser capaz de mirarte a ti mismo actuando te ayudará a conquistar tu miedo a lo desconocido. Si sabes exactamente cómo te ves, te sentirás más cómodo en escena.
  • Observa tus peculiaridades y mira cómo mueves tus manos cuando hablas.
  • Nota: es posible que esto no le funcione a todo el mundo. Este truco puede hacer que algunas personas se sientan más cohibidas y preocupadas por cada movimiento de su cuerpo. Si te das cuenta que observarte a ti mismo te pone aún más nervioso, entonces evita esta táctica.
7.- Haz algo de ejercicio y Ríete tanto como puedas.

8.- Llega temprano. Preséntate en el lugar de la actuación antes de que llegue cualquier espectador. Sentirás mayor control si la sala está vacía cuando llegues que si ya está repleta de gente. Presentarte más temprano también relajará tus nervios y te sentirás menos apremiado y en paz.

9.- Habla con algunos espectadores. Algunos actores les gusta sentarse entre el público y empezar a charlar con los espectadores para sentirse más cómodos. Así podrás ver que los espectadores son gente normal como tú, y te ayudará a equilibrar tus expectativas. También puedes simplemente sentarte en el auditorio mientras se llena un poco, sin decir a nadie quién eres (esto solo funciona si no estás disfrazado, por supuesto).

10.- Piensa positivamente. Concéntrate en todo lo que puede salir muy bien, en lugar de en todo lo que puede salir mal. Combate cada pensamiento negativo con cinco positivos. 
  • Mantén en tu bolsillo una tarjeta con frases motivadoras, o haz lo que sea necesario para concentrarte en todos los beneficios que te proporcionará la actuación, en lugar de darle vueltas a todo el miedo y la ansiedad que puedas sentir. “La gente no va a ir a verte sufrir. Ese no es su objetivo. Van a disfrutar con lo que haces”.
11.- Demuestra falsa confianza. Aunque tus manos tiemblen y tu corazón esté a punto de explotar, actúa como la persona más fría del mundo. Camina con la cabeza alta y una enorme sonrisa, y no le digas a nadie lo nervioso que estás. Mantén esa postura cuando subas al escenario y empezarás a sentirte realmente confiado.
  • Se recomienda que lleves algo entre las manos. Un bolígrafo, un puntero, las gafas o el mando para pasar las diapositivas. Te dará la sensación de que te estás amarrando a algo, e impide que cruces los brazos o las guardes en los bolsillos.
12.- Aprende a improvisar. La improvisación es una habilidad que todo buen actor debe dominar. Improvisar te ayudará a prepararte para cualquier situación inesperada en el escenario.

13.- Mueve tu cuerpo. Permanecer activo antes y durante la actuación te ayudará a relajar la tensión y a mantener el interés del público. 
  • Si no paras de moverte por los nervios, solo lograrás crear más tensión y tu audiencia notará que no estás cómodo.
14.- Imagina a tu persona favorita en la audiencia. En cada asiento del auditorio se sentó un clon de tu persona favorita. Esta persona te quiere, te escucha y te da el visto bueno en todo lo que dices o haces. Esta persona se reirá en los momentos precisos, te animará y te aplaudirá al final de la actuación.

15.- Hazlo interesante. Puede sonar obvio, pero probablemente una de las razones de tu miedo escénico sea que te preocupe que todos piensen que eres aburrido. Bueno, es posible que te preocupe ser aburrido porque tu material sea aburrido. Incluso si estás presentando un tema muy soso, piensa en maneras de hacerlo más accesible y atrayente. Estarás menos preocupado por tu presentación si sabes que el contenido es atractivo. (presentación o discurso).

16.- Habla más despacio y con contundencia. La mayoría de los oradores públicos manifiestan su miedo escénico hablando demasiado deprisa. Es posible que hables rápido porque desees que el discurso se acabe antes de ese modo, pero en realidad solo lograrás que se te haga más difícil articular tus ideas y llegar a tu audiencia. 
  • La mayoría de las personas que hablan demasiado deprisa no se dan ni cuenta de que lo están haciendo, así que recuerda pausar por un segundo después de cada nueva idea, y dale un respiro al público para que reaccione ante las declaraciones importantes.
  • Hablar más despacio te hará menos propenso a equivocarte de palabras. También te ayudará a transmitir mejor las ideas clave del discurso.
17.- Pregunta cómo lo hiciste. Si realmente quieres mejorar con tu miedo escénico, debes preguntar a alguien del público cómo lo hiciste, pidiendo opiniones después de tu presentación, haciendo una encuesta, o preguntando a tus colegas para que te den su sincera opinión. Saber que lo hiciste bien fomentará tu confianza, y saber en qué puedes mejorar te hará sentir más confiado la próxima vez que subas al estrado.

18.- A no ser que tengas que vestir caracterizado, asegúrate de que tu vestuario te haga sentir lo más cómodo y relajado posible. No querrás estar muy preocupado por tu apariencia sobre el escenario. A demás, viste con ropa que no sea muy reveladora ni descuidada para tu actuación.

19.- No comas mucho antes de tu actuación o sentirás nauseas. También rebajará tu energía. Guarda la comida para después de la actuación.

20.- Bebe jugo cítrico y evita la cafeína. Beber un zumo de cítricos media hora antes de tu actuación puede rebajar tu presión arterial y calmar tu ansiedad.  Es posible que pienses que la cafeína te hará actuar con más energía, pero de hecho te hará sentir más nervioso e inquieto.

Conclusión: Al final y paradójicamente, he descubierto que la manera de hacer desaparecer lo que antes consideraba como un problema consiste en aceptar que ese miedo forma parte de uno y actuar con naturalidad en base a este hecho. Y no, no he conseguido librarme de la tensión previa a las presentaciones ni de las dudas sobre si lo haré bien o no, pero al menos he comenzado a disfrutar cada vez que me enfrento a una audiencia y supongo que eso se deja notar en la calidad de la presentación.

Recuerda, ¡el público no te comerá! Así que relájate y diviértete. Actuar “es” algo serio, pero aun así puedes pasarlo bien.


Si eres músico y tienes pánico escénico te comparto este link sobre un artículo referente a esto: http://www.csmcordoba.com/revista-musicalia/musicalia-numero-2/212-el-miedo-escenico