martes, 7 de mayo de 2019

Conoce los 12 Signos que Delatan a un Mal Psicólogo

Un mal psicólogo no puede evitar evidenciar que está procediendo mal, y estas son las señales que lo delatan:
1. Más que aconsejarte, te juzga
Si llegas a sentir que estás siendo juzgado o de alguna forma criticado por tu psicólogo, debes estar alerta. 

El practicante de la psicología está allí para intentar comprender tu exposición y ayudarte a resolver, de una manera asertiva y solidaria.

2. Se cree un experto en tu problema
Sin que llegues a explicarle toda tu situación, ya te está confrontando o dándote soluciones que tú sabes que no funcionarán. Incluso interrumpe tu relato, y pretende anexarle detalles de su propia vivencia.

3. Entre la consulta, el psicólogo se refiere en demasía a sí mismo
Sin que se pueda entender cuál es su intención, se olvida que tú eres el consultante y comienza a enumerar sistemáticamente sus logros, vida personal, problemas, etc. Este comportamiento no es de índole profesional, ni supone una buena estrategia para llevar una terapia con el paciente.

4. La comunicación con el terapeuta no es la ideal
Un terapeuta debe tener una educación integral, que le permita mantener una comunicación efectiva con su paciente; donde ambos puedan orientarse en una misma línea de acción a resolver aquellos problemas planteados.

5. El psicólogo traspasa la línea
Este es una de las situaciones que se presentan con cierta regularidad, sobre todo cuando el terapeuta no es un profesional con experiencia.

El psicólogo pierde el norte y pone de manifiesto otro tipo de interés, que quizás no esté alineado con el de su paciente perdiéndose la objetividad profesional. El paciente puede sentir que está manteniendo un dialogo y relación con una persona cercana de su familia más que con un profesional de la salud mental.

 6. No presta la debida atención a su paciente
Se supone que la visita al psicoterapeuta debe ser un espacio para el feedback de las impresiones entre éste y sus pacientes.

Por esta razón, este profesional debe permanecer atento a lo que le indique el consultor,  y dirigir a ello todos sus sentidos. Sin embargo, en muchas ocasiones los psicólogos que no se comportan de manera profesional, pueden distraerse fácilmente, estar pendientes de su teléfono móvil, e incluso interrumpir la sesión para atender alguna cuestión externa.

7. Sientes que no le da la debida importancia a tu planteamiento
Esto es fácilmente detectable, cuando ves señales de menosprecio a tu exposición o que no le presta la debida atención.

Esto puede conllevar a una interpretación errónea y a un diagnóstico equivocado.

8. Hace comentarios indebidos relacionados con otros pacientes
Es de suponerse que la información que un paciente otorga al psicólogo reviste un carácter confidencial y por lo tanto, no debe ser compartida con terceras personas.

Si el psicólogo llega a pretender compartir contigo algún tipo de información ajena, debes cortárselo de inmediato ya que lo mismo puede hacer con tu información.

9. El psicoterapeuta impone su criterio sin admitir opiniones
Si este pretende imponer su punto de vista sin valorar tu opinión u objeciones que puedas tener, pone en grave riesgo la relación médico / paciente,  ya que no le tendrás confianza. Un profesional sabe no solo considerar sus propias opiniones, sino también entender los contextos y la observación personal que el cliente tiene sobre su situación.

10. No delega a otros colegas los casos que no domina
Es una mala praxis peligrosa ya que en el campo de la psicología, existen especializaciones que un psicoterapeuta debe tener como creencia para tratar ciertas afecciones de la mente. Un buen psicólogo puede derivar, en caso de ser necesario, al profesional adecuado para tratar un problema puntual que ya se ha identificado en la consulta.

11. No es puntual
Si un profesional hace caso omiso a el horario de trabajo, está enviando señales claras de una falta de responsabilidad y de respeto para con sus pacientes, esto puede demostrar una falta de profesionalismo, e incluso, de respeto hacia el cliente.

12. Falta de empatía
No sientes que el psicólogo se identifica con tu problema ni te alienta asertivamente para su solución. El profesional de la salud mental no puede asumir el rol de un familiar ni de un compañero, sin embargo, sin empatía, sin la escucha activa y la observación del padecimiento, no se puede establecer una relación de confianza desde donde pueda avanzar el proceso terapéutico.



Fuente:  www.menteasombrosa.com

jueves, 25 de abril de 2019

10 Señales de que tu Hijo Sufrió Abuso en la Guardería

Si tu hijo se volvió retraído, agresivo o tiene pesadillas constantes, es probable que esté sufriendo abuso en la guardería. 
El abuso en la guardería sigue siendo un problema común

El abuso que llegan a sufrir puede ser: físico, sexual, emocional y negligencia. Cualquiera de estos, aunque no son fáciles de detectar, es importante estar atentos a los comportamientos y síntomas físicos del niño. Ante esto es importante mantener una línea de comunicación familiar exitosa para atender el problema lo antes posible.
  1. Moretones inexplicables, rasguños u otras lesiones: El abuso físico es la huella más notable de abuso. Las zonas comunes donde puedes diagnosticar si tu hijo ha sufrido este tipo, son: las muñecas, los brazos, las nalgas, el cuello, los hombros o la parte posterior de las piernas. Muchas veces el niño reacciona de manera inconsciente a movimientos como cuando papá levanta la mano o si alguien intenta tocarlo.
  2. Cambios en el comportamiento: Un niño que ha sufrido abuso en la guardería, puede reaccionar de dos maneras: volverse retraído o agresivo. Un niño que se vuelve tímido o empieza a sentir vergüenza por pequeños errores, puede indicar que ha sufrido regaños excesivos. También están los que hacen lo contrario y empiezan a patear, morder o rasguñar a otros, que utilizan estas medidas para expresar su enojo.
  3. Hambriento y sediento al recoger: Parecerá exagerado, pero es deber de las guarderías, alimentar correctamente al niño, a las horas indicadas. Si notas que cada que lo recoges tiene hambre o mucha sed, es momento de preguntarle a la maestra por qué se da esta situación y exigir que el pequeño reciba la atención necesaria.
  4. Pesadillas recurrentes: Para controlar a los pequeños, los trabajadores de la guardería suelen torturar a los niños mediante el uso de máscaras de miedo y amenazas que pueden tener efectos traumáticos persistentes. Esto se ve reflejado en el sueño interrumpido del crío.
  5. Regresión: Comportamientos como orinarse en la cama, chuparse el dedo, el apego extremo y el llanto exagerado, pueden ser síntomas de abuso verbal o sexual.
  6. Pañales sucios y salpullidos: Es obligación del educador, entregar al niño con el pañal limpio. Si es recurrente que lo recibas con erupciones  causadas por el pañal sucio, es un acto de negligencia que debes reportar inmediatamente. Es su obligación, hacer cambios regulares.
  7. Su hijo es disruptivo en situaciones sociales: El comportamiento de un niño es una manifestación externa de estabilidad y seguridad interior. Por lo tanto, si has notado que tu hijo empieza a desobedecer, a desafiar o a argumentar por todo; en especial, a no controlar sus impulsos sociales, es probable que haya sufrido de abuso en la guardería y su manera de externarlo es a través de estas conductas.
  8. Interés raro en los comportamientos sexuales: El abuso sexual es algo que podemos evitar, si mantenemos buena comunicación con los niños y se habla abiertamente del tema. Generalmente los abusadores sexuales se aprovechan de la confianza e inocencia del niño; por lo tanto, como padres tenemos la obligación de decirle a un niño que sus genitales son un área que nadie puede tocar. Aquellos niños que han sufrido de abuso sexual, generalmente muestran mayor conocimiento sexual del que deberían para su edad. Esto puede ser causa de que el abusador le pasa esa información y que después lo amenaza con no decir nada.
  9.  Miedos repentinos e inexplicables: Un niño maltratado puede ser excepcionalmente pegajoso o reaccionar de una manera temerosa o enojada cuando se le deja en la guardería. En algunos casos, un niño puede fingir una enfermedad, llorar excesivamente o tratar de poner excusas para no ir a la guardería. Preste atención a cómo reacciona su hijo a ciertos lugares, personas o actividades; un miedo excesivo a la guardería.
  10. Síndrome del bebé sacudido: Este síndrome es una forma de abuso infantil que puede provocar daño cerebral permanente o la muerte. Los signos que pueden advertir que un cuidador frustrado a utilizado este método, son:
  • Ojos vidriosos
  • Parece rígido
  • Aparece letárgico
  • Pérdida de apetito
  • Vómito
  • Llorando frecuentemente
  • No se puede enfocar en un objeto
  • Convulsiones



Artículo original: The Carlson Law Firm

viernes, 12 de abril de 2019

Depresión en Niños: Información para Familiares

La depresión ya ha dejado de ser una enfermedad solo de adultos. Actualmente cada vez más hay niños diagnosticados con trastornos depresivos. ¿A qué signos y síntomas debemos estar alerta los padres para actuar precozmente?
¿Qué es la depresión infantil?

Es un trastorno afectivo en el que el niño se percibe triste, inconforme consigo mismo, desganado y presenta cambios evidentes en su comportamiento a nivel familiar, escolar y social, como reflejo de algún evento desagradable en su vida, (pérdidas, separaciones, violencia, etc.); para hablar de que existe un cuadro clínico, las modificaciones en su conducta deben ser persistentes al menos dos semanas consecutivas y reflejarse en actividades tan vitales como comer o dormir.

La depresión en niños puede ser severa y de larga duración y puede interferir en todos los aspectos de su vida diaria, desde el rendimiento escolar hasta sus relaciones con amigos y familiares. La depresión infantil puede desencadenar complicaciones como la auto agresión y en casos extremos, el suicidio.

Causas de la depresión infantil

Se han sugerido varias causas para la depresión infantil:
  1. Causas biológicas: factores hereditarios, bioquímicos, hormonales y neuronales.
  2. Causa estacional: se piensa que la cantidad de luz asociada con los cambios de las estaciones afecta al estado de ánimo de algunos niños, lo que se conoce como trastorno afectivo estacional.
  3. Causas psicológicas: pérdida de seres queridos, malas relaciones entre padres e hijos, problemas de autoestima, etc.
  4. Causas del entorno: la presión a los que los niños están sometidos, el estrés, la tensión, etc.
Síntomas de depresión en los niños

Los síntomas de depresión varían según la personalidad del niño y la etapa de desarrollo en la que se encuentra. La edad juega un papel importante en la detección y tratamiento de este padecimiento, es necesario distinguir cuáles son los rasgos depresivos más comunes y saber que puede darse a partir del periodo preescolar.

Si algunos de estos síntomas están presentes o tienes dudas, consulta al profesional.
  • Estado de ánimo irritable o depresivo
  • Pérdida de interés o placer
  • Aislamiento social
  • Agitación
  • Problemas de conducta/disciplina
  • Autoestima baja
  • Sentimientos de que no vale nada
  • Sentimientos de desesperación
  • Dificultad al concentrarse
  • Llanto frecuente
  • Quejas físicas
  • Subida o bajada de peso
  • Crecimiento y peso no apropiados
  • Cambio en apetito
  • Trastornos en el sueño
  • Cansancio
  • Conducta dirigida a lastimarse a sí mismo
  • Hablar acerca del suicidio o intentarlo
  • Ninguno de estos síntomas, aislados o en grupo, son solamente de depresión.
Nota: Si notaste que alguno de los síntomas se asemeja al comportamiento de tu hijo, no dudes en comentarlo con tu pareja y familia, para que juntos tomen la mejor decisión. Muchas veces, por no querer afrontar el problema o pensar que “ya se le pasará” la depresión infantil se vuelve severa y desencadena complicaciones como la auto agresión y en casos extremos, el suicidio.

Ahora bien, si partimos de la idea de que tu hijo es pequeño y no tiene la posibilidad de decirte que se siente triste, tu atención en la manera en que se comporta será la que te guíe para decidir canalizarlo con quienes pueden apoyarlo. De manera práctica y para ayudarte a identificarla, “como si tu hijo tuviera fiebre todo el tiempo, pero no tiene”, como si de estar involucrado en el juego y la convivencia con familiar, se volviera retraído y perdiera las ganas de reírse de cosas que antes lo hacían feliz o que causan gracia a otros niños de su edad; también si empieza a tener pesadillas o terrores nocturnos exacerbados y notas que sus rutinas de sueño y alimentación están alteradas.

En la lista siguiente se presentan algunos problemas (no todos) que pueden ser difíciles de diferenciar de la depresión porque tienen síntomas en común. En todo caso, un profesional de la salud mental será capaz de descartar estas y otras causas.
  1. Ansiedad: agitación, síntomas físicos
  2. Trastornos de la conducta: problemas de conducta o disciplina ("comportamiento para llamar la atención")
  3. Trastorno por déficit de atención: dificultad de concentración, rendimiento académico bajo, autoestima baja
  4. Problemas/trastornos de aprendizaje: rendimiento académico bajo, dificultad para concentrarse, autoestima baja
  5. Fobia a la escuela: quejas de molestias físicas, agitación, rendimiento académico bajo
  6. Falta de destrezas sociales: aislamiento social, mala conducta, problemas de disciplina
  7. Enfermedades físicas: quejas de molestias físicas, cambio en el apetito, cansancio
  8. Trastornos en hábitos alimenticios: subida o bajada de peso corporal, falta de ganancia de peso /crecimiento adecuado, cambios en el apetito, autoestima baja.
Diagnóstico de la depresión en niños

El comienzo de la depresión puede ser súbito o gradual. A pesar de que un niño puede presentar uno o más síntomas de depresión, generalmente se considera un trastorno depresivo si se observan 4 o más síntomas por un largo período de tiempo.
Tratamiento de la depresión en niños

Dada la existencia de distintos tipos y causas de depresión, se pueden necesitar distintos tratamientos. Por un lado, los sentimientos de fracaso e irritabilidad causados por obtener una mala nota en la escuela por ejemplo, pueden ser una simple señal de la necesidad de mejorar los hábitos de estudio y de prestar más atención en la escuela.Por otro lado, cuando las señales y los síntomas de depresión son persistentes y más severos, se debe buscar la ayuda de un profesional; Psiquiatra y Psicólogo Clínico.

Los tratamientos más utilizados son:
  1. Medicamentos antidepresivos y ansiolíticos.
  2. Tratamientos psicológicos que incluyen terapias conductuales y terapias cognitivas conductuales.
  3. Programas que combinan medicamentos y psicoterapia.
¿Cómo puedes ayudar a un niño con síntomas de depresión?

La siguiente lista de sugerencias puede ayudar a los padres con los síntomas más comunes de la depresión en niños:
  1. Autoestima baja y tendencia a criticarse a sí mismo: elogia al niño frecuentemente con sinceridad; acentúa lo positivo, de una manera comprensiva, pon en tela de juicio las críticas del niño hacia sí  mismo y señálale sus pensamientos negativos cuando ocurran.
  2. Culpabilidad: ayuda al niño a distinguir entre los acontecimientos que él puede controlar y los que están fuera de su alcance: ayúdale a que comience a hablar positivamente de sí mismo.
  3. Estabilidad familiar: mantén una rutina y disminuye los cambios en asuntos familiares; coméntale acerca de los cambios con anticipación para reducir las preocupaciones.
  4. Desesperación e impotencia: pide al niño que escriba o hable de sus sentimientos y que anote sus pensamientos placenteros de 3 a 4 veces al día, para que éstos vayan aumentando en un período de 4 a 6 semanas.
  5. Pérdida de interés y tristeza: prepara una actividad interesante al día; planifica acontecimientos especiales; comenta temas agradables.
  6. Apetito y problemas de peso: no lo obligues a comer; prepara sus comidas favoritas; favorece que la hora de comer sea placentera.
  7. Dificultades para dormir: mantén un horario constante para dormir; participa junto con él en actividades relajantes como leer o escuchar música suave; termina el día con una nota positiva.
  8. Agitación e inquietud: cambia las actividades que causan agitación; enséñale al niño técnicas de relajación; un masaje puede ayudar; estimula el ejercicio y la recreación.
  9. Temores excesivos: reduce las situaciones que causan ansiedad e incertidumbre; apóyalo y tranquilizalo; la planificación puede reducir la incertidumbre.
  10. Comportamiento agresivo e ira: rechaza la conducta destructiva de una manera amable pero firme; da validez a sus emociones y estimula al niño a expresar sus sentimientos de ira apropiadamente; no reacciones con ira; se consistente en sus respuestas a la conducta inadecuada.
  11. Dificultad para pensar y para concentrarse: anima al niño a participar en juegos, actividades, charlas familiares; trabaja con los maestros y los psicólogos escolares para promover el aprendizaje.
  12. Pensamientos suicidas: estate alerta a las señales de suicidio; busca ayuda profesional inmediatamente.
Si la depresión persiste: consulta con un médico para que realice un examen; pide ser derivado o referido al psicólogo clínico y/o a un psiquiatra.

Fuente: FAROS La guía de la salud y el bienestar para tus hijos//y comentarios personales. 
Referencia bibliográfica: Saklofske, D.H.Depresión en los niños. National Association of School Psychologists.

lunes, 1 de abril de 2019

Adolescentes con Enuresis Nocturna

Mojar la cama puede ser estresante a cualquier edad. Pero ¿qué pasa si eres un joven adulto que se lo oculta a sus amigos?

En la adolescencia, solo el 4 por ciento de los chicos y el 2 por ciento de las chicas mojan la cama; la cifra disminuye al 1.5 por ciento y 0.5 por ciento a los dieciocho años. Así que puede apreciar cuán alarmante es ser uno de esos adolescentes que aún experimentan incontinencia urinaria en la noche. En la mayoría de los casos la falta de control de la vejiga ha sido un problema desde el nacimiento, a diferencia de que haya vuelto a surgir después de los seis meses o más de continencia. La primera condición se llama enuresis primaria nocturna; la segunda, enuresis secundaria nocturna.

En la enuresis voluntaria, se da un comportamiento muy diferente al niño/joven que se orina sin darse cuenta, ya que lo hace de manera voluntaria, no padece un problema de eliminación teniendo lugar un exceso de conducta y estaría ligada a desobediencia u oposición. Y en el segundo caso, en la enuresis involuntaria, estaríamos en un déficit de habilidades, relacionada más con factores fisiológicos y de aprendizaje. Por tanto es importante especificar el concepto de enuresis ya como un acto voluntario o involuntario, para establecer los criterios de diagnóstico y de investigación de los trastornos mentales y de comportamiento. Además de ello, es conveniente indicar el tipo de enuresis al que nos referimos

Cómo se evalúa la incontinencia

La causa para la enuresis nocturna depende de muchos factores. Los factores que contribuyen pueden incluir mal control alimenticio con excesivo consumo de cafeína, un patrón de sueño profundo que puede ser parte del desarrollo normal del adolescente, horario inconsistente de sueño y horas limitadas de sueño. Otros factores que influyen pueden ser:
  • Medicamentos
  • Problemas hormonales
  • Problemas de sueño
  • Problemas en la vejiga
  • Cafeína
  • Infecciones de las vías urinarias
  • Diabetes y otros problemas médicos crónicos
  • Historial familiar (Genética)
  • Problemas psicológicos
  • Estrés social
  • Consecuencia de abuso sexual
La enuresis primaria nocturna a menudo sigue un patrón similar. Es útil identificar la edad de la continencia nocturna de ambos padres. Si uno de los padres fue incontinente hasta cierta edad, sus hijos pueden tener un problema similar aproximadamente 40 por ciento de las veces. Si ambos padres tuvieron enuresis primaria nocturna hasta cierta edad, sus hijos pueden tener un 70 por ciento de probabilidad de seguir un patrón similar. La enuresis secundaria en niños mayores o en adolescentes debe sugerir una revisión para determinar si hay infecciones de las vías urinarias, enfermedades médicas importantes, factores de estrés social y el potencial de abuso sexual.

Los médicos no saben exactamente por qué, pero la enuresis afecta al doble de niños y chicos que de niñas y chicas. Se suele dar junto con el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).

Qué pueden hacer los padres para manejar la incontinencia nocturna en adolescentes?

Es muy probable que un adolescente con enuresis nocturna no sufra esta afección para siempre. "La mayoría de los adolescentes 'superan' naturalmente la incontinencia nocturna (también conocida como mojar la cama) y solo un porcentaje muy pequeño sigue teniendo problemas en edades posteriores", Pero, entretanto, la autoestima de tu hijo está en juego; mientras más tiempo tenga que lidiar con la vergüenza de mojar la cama durante la noche, es más probable que comience a sentirse mal consigo mismo. Ponte en contacto con un médico tan pronto como tu hijo te cuente sobre el problema. Es importante que los padres ayuden al adolescente con este problema para que lo acepte y entonces pueda resolverlo, ya que seguramente se sentirá avergonzado y esto altera sus relaciones sociales. Nunca los padres deben reprocharles o gritarles a sus hijos por este problema ya que es una afección que no pueden controlar y necesitan ayuda médica para poder superarlo.

¿Cómo se puede ayudar a un adolescente?

Si eres un adolescente que moja la cama, primero asegúrate de hablar con alguien sobre eso. Puede ser difícil revelarlo, pero no eres la única persona de tu edad que experimenta la incontinencia nocturna.

En primer lugar, intenta pedirles ayuda a tus padres: hay muchos niños que mojan la cama cuyos padres tuvieron el mismo problema en su infancia, por lo que tu mamá o tu papá puede haber pasado por lo mismo cuando tenía tu edad. Aunque no tengan un historial de incontinencia nocturna, un padre u otro adulto de confianza estará más preocupado por ayudarte que por hacerte sentir cohibido.
Guardarte el problema impide que obtengas atención médica si es necesaria (la causa puede ser algo tan simple como una infección urinaria). Además, si un médico no puede encontrar un motivo físico para tu afección, puede darte consejos sobre cómo superar la incontinencia nocturna.

Nota: Si sientes que no puedes compartir tu "secreto" con tus amigos o tienes miedo de que ellos se sientan incómodos con tu afección, habla con tu médico y tus padres sobre estrategias que ayudan a evitar la incontinencia nocturna. Evita tomar bebidas con cafeína antes de acostarte y no te olvides de orinar varias veces antes de irte a dormir. "No le des tanta importancia a mojar la cama" "Enséñale a tu adolescente a cambiar las sábanas y a lavar una carga de ropa". Se aconseja a los padres que se guarden el problema para sí mismos. "Compartir este problema con otros miembros de la familia o con los amigos solo servirá para avergonzar a tu adolescente."

¿Cómo se diagnostica la enuresis?

Si tienes problemas para controlar la orina por la noche, habla con tu médico para aprender sobre la enuresis nocturna y para descartar posibles problemas médicos.

Aparte de hacerte una exploración física, el médico te hará preguntas sobre lo que te preocupa, los síntomas que tienes, tus antecedentes médicos y los de tu familia, los medicamentos que estás tomando y si tienes alergias u otras afecciones. Esto es lo que se conoce como tu historial médico. Es posible que el médico te pregunte por tus patrones de sueño, tus hábitos intestinales y tus síntomas urinarios (como la necesidad urgente de hacer pis o el dolor o ardor al orinar). También es posible que tu médico hable contigo sobre cualquier situación estresante que pueda estar contribuyendo al problema.

La evaluación incluirá probablemente un análisis de orina y un cultivo de orina. En estos análisis, se examina la orina para detectar posibles signos de enfermedades. En la mayoría de las personas con enuresis nocturna, estos análisis son completamente normales.

Cómo se trata la incontinencia nocturna

El tratamiento de la enuresis nocturna se basa en diferenciar la enuresis primaria de la enuresis secundaria nocturna. Cualquier factor que cause una enuresis secundaria nocturna se debe resolver antes de concentrarse en el evento enurético. Un niño/joven que participa activamente en su tratamiento tiene más probabilidades de mejorar su resultado.

Enfoque práctico

Primero es importante educar al niño o joven y a la familia sobre una ingesta alimenticia adecuada. Aunque la restricción total de líquidos no es práctica, es esencial eliminar productos con cafeína y es adecuado recomendar la moderación en el consumo. El niño debe utilizar el baño rutinariamente antes de irse a la cama e inmediatamente después de despertar en la mañana. Puede despertar al adolescente una vez durante la noche para que orine si fuera necesario, pero despertarlo más de una vez en la noche puede alterar su patrón de sueño, lo que puede causar una disminución en el rendimiento escolar del siguiente día.

Modificación del comportamiento

La modificación del comportamiento mediante el uso de una alarma enurética es efectiva en aproximadamente el 70 por ciento de los niños motivados. El dispositivo contiene sensores sensibles a la humedad que causan un zumbido o una vibración. Esta forma de terapia requiere la participación activa de un adulto y el compromiso a largo plazo. La clínica debe proporcionar un fuerte apoyo durante el seguimiento.

Medicamentos

Sólo existen dos medicamentos aprobados para la enuresis nocturna: la imipramina y la desmopresina. La acción exacta de la imipramina no se comprende completamente, pero se ha demostrado su eficiencia en aproximadamente 50 por ciento de los niños enuréticos. La dosis de la imipramina es un poco arbitraria y se debe advertir a la familia sobre la posible toxicidad por sobredosis del medicamento. Se recomienda un ECG de línea de base antes de iniciar la terapia aunque no se han reportado efectos secundarios del corazón con las dosis utilizadas para tratar orinarse en la cama. Además, la familia debe mantener control estricto de la administración del medicamento debido al potencial de una sobredosis.

La desmopresina (DDAVP) es una hormona antidiurética sintética (ADH). Su mecanismo de acción es similar a la ADH y es efectiva para mejorar la enuresis nocturna en aproximadamente 40 a 60 por ciento de los niños. La DDAVP está disponible en aerosol nasal y en píldoras. Cuando se utiliza a largo plazo, el gasto puede ser un problema.


Fuente: Red 

viernes, 22 de marzo de 2019

Agorafobia

La agorafobia es un trastorno de ansiedad que puede aparecer o no asociado con ataques de pánico. Se caracteriza por una gran ansiedad que se da en distintas situaciones, en general en sitios públicos, que se acompañan con conductas de evitación que reducen el malestar.
Aunque agorafobia significa literalmente temor a los espacios abiertos, el término describe más específicamente el miedo a quedar atrapado sin una manera práctica y sencilla de escapar, en caso de que tenga un ataque de ansiedad.

Terapias
  1. Terapia cognitivo-conductual: Terapia verbal que se enfoca en la modificación de las respuestas emocionales, los pensamientos y los comportamientos negativos asociados con los trastornos psicológicos.
  2. Exposición con prevención de respuesta: Terapia verbal que se enfoca en exponer al paciente a experiencias traumáticas o fóbicas en un entorno seguro para reducir los trastornos psicológicos asociados.
  3. Psicoterapia: Tratamiento de los trastornos mentales o de comportamiento mediante la terapia conversacional.
  4. Desensibilización sistemática: Tratamiento psicológico que ayuda a las personas a superar temores al exponerlos gradualmente a aquello que temen.
  5. Técnicas de relajación: Respiración profunda, meditación, yoga, ejercicio rítmico y otras actividades que reducen los síntomas de estrés
Tratamiento

El tratamiento para la agorafobia generalmente comprende psicoterapia y medicamentos. Puede llevar tiempo, pero el tratamiento puede ayudarte a mejorar.

Resumen del tratamiento
  • Enfréntese cada día a las situaciones que le producen miedo, como si fuese un entrenamiento.
  • Empiece por las situaciones que le cuesten menos, para más tarde hacer frente a las que le cuestan más.
  • No olvide que va a sentir algo de miedo, pero su meta es hacer frente a esas sensaciones en vez de dejarse asustar por ellas.
  • Evite depender de otras personas. Puede hacerlo solo o sola. Inténtelo y verá que puede conseguirlo.
El tratamiento cognitivo conductual clásico de la agorafobia se basa en el entrenamiento de las habilidades necesarias para la posterior autoexposición gradual programada del paciente a las situaciones temidas.

En general, un tratamiento contra la agorafobia va a ayudarle a recuperar algo de confianza en sus propias capacidades para así poder recuperar el control de su propia vida. Esto le va a ayudar a volver a experimentar cosas que le gustaba hacer

Medicamentos
  • Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). Alivian los síntomas de la depresión y la ansiedad.
  • Ansiolítico: Alivia la ansiedad y la tensión. Puede promover el sueño.
  • Sedante: Causa somnolencia, tranquilidad y adormecimiento de los sentidos. Algunos tipos pueden llegar a ser adictivos.
Estrategias de afrontamiento y apoyo

Vivir con agorafobia puede complicar la vida. El tratamiento profesional puede ayudarte a superar este trastorno o controlarlo de manera eficaz para que no te conviertas en prisionero de tus miedos. Puedes tomar estas medidas para encarar la agorafobia y cuidar de ti mismo:
  1. Cumple con tu plan de tratamiento. Toma los medicamentos según se te indique. Asiste a las consultas de terapia. Comunícate periódicamente con tu terapeuta. La constancia puede marcar una gran diferencia, sobre todo en lo que respecta a la práctica de las habilidades y al consumo de los medicamentos.
  2. Intenta no evitar las situaciones que te causan miedo. Es difícil ir a lugares o estar en situaciones que te hacen sentir incómodo o que generan los síntomas de ansiedad. Pero practicar ir a cada vez más lugares puede hacer que sea menos aterrador y que genere menos ansiedad. Tu familia, tus amigos y tu terapeuta pueden ayudarte a hacerlo.
  3. Aprende habilidades para calmarte. Si trabajas junto a tu terapeuta, puedes aprender a calmarte y tranquilizarte. La meditación, el yoga, los masajes y la visualización son técnicas simples de relajación que también pueden ayudarte. Practica estas técnicas cuando no estés ansioso ni preocupado y luego ponlas en acción durante situaciones estresantes.
  4. Evita el alcohol y las drogas recreativas. También limita o evita la cafeína. Estas sustancias pueden empeorar tus síntomas de pánico o de ansiedad.
  5. Cuídate. Duerme lo suficiente, haz actividad física todos los días y sigue una dieta saludable, que contenga muchos vegetales y frutas.
  6. Únete a un grupo de apoyo. Los grupos de apoyo para personas que padecen trastornos de ansiedad pueden ayudarte a ponerte en contacto con otras personas que enfrentan desafíos similares y a compartir experiencias.
Nota: Es importante evaluar y tener en cuenta la posible existencia, simultánea, de más de un problema psicológico, ya que pueden desarrollarse complicaciones en el tratamiento y de ello depende también el tipo de intervención y los resultados del tratamiento aplicado. Los trastornos más frecuentes que pueden convivir junto con la agorafobia son trastornos de ansiedad generalizada o los depresivos. Menos frecuentes son la fobia social y fobia específica. Las mujeres tienen porcentajes más altos de coexistencia de la agorafobia con otros problemas en el caso del trastorno de ansiedad generalizada, trastornos fóbicos y depresión mayor. Sin embargo, en los hombres tienen una mayor incidencia en el abuso de sustancias.


Fuente: Compilador 

sábado, 16 de marzo de 2019

La Ley de Hielo: una Forma Disfrazada de Abuso Psicológico

La famosa ley del hielo es un recurso muy utilizado por personas que aparentemente gozan de un gran autocontrol y presumen de ser racionales antes que intuitivos. Al mismo tiempo, corresponde no solo a una expresión de violencia pasiva, sino también a un mecanismo disfrazado de abuso psicológico. Esto quiere decir que daña profundamente a la persona sobre la que se aplica.

Se le llama ley del hielo a ese conjunto de comportamientos que tienen por objetivo ignorar al otro. Se da en todo tipo de relaciones: pareja, amigos, padres e hijos, familiares, etc. Implica la existencia de un conflicto previo. Sin embargo, en algunas ocasiones, la víctima de este tipo de conductas ignora dicho conflicto, precisamente porque el otro no se lo ha expresado abiertamente.

A la ley del hielo corresponden acciones como dejar de hablarle a alguien, no tomar en cuenta lo que el otro dice o fingir que no se le escucha; tomar distancia y evitar la compañía de determinada persona, como si estuviera contagiada de algo; pasar por alto las peticiones o necesidades expresas y llevar a cabo cualquier conducta que tenga como objetivo anular o invisibilidad a alguien.

Este tipo de comportamientos son bastante nocivos. No solo denotan inmadurez, mezquindad y falta de inteligencia emocional, sino que también pueden causar graves efectos en el otro. Constituyen un intento por controlar y vejar a los demás y no representan nada positivo para una relación.

La persona a quien otro le aplica la ley del hielo puede llegar a experimentar sentimientos negativos muy intensos. Piensa que Ignorar a alguien es devaluarlo e incluso anularlo. Además, esto se torna más insano cuando todo se da en el marco de un silencio duro y crudo, que la víctima no sabe finalmente interpretar.

Quien es ignorado, eventualmente se sumerge en sentimientos de tristeza que a veces se convierten en depresión. También siente ira, miedo y culpa. Ignorar a una persona es una forma de señalarla con el dedo, de acusarla, pero de manera implícita. Eso es precisamente lo que convierte este mecanismo en una forma enfermiza de afrontar un conflicto.

La víctima de este tipo de comportamientos también suele llenarse de angustia. No termina de saber qué está haciendo mal o por qué exactamente se le trata de este modo. Experimenta la situación como si hubiera perdido el control y esto origina un fuerte estrés. De ahí que se le considere una forma de abuso en la que no hay gritos, ni golpes, pero sí mucha violencia.

Hay estudios que prueban que el sentimiento de estar siendo excluido o ignorado da lugar a algunos cambios en el cerebro. Existe una zona llamada “corteza cingulada anterior”, cuya función es la de detectar los diferentes niveles de dolor en el ser humano. Pues bien, se comprobó que esta zona se activa cuando a alguien le aplican la ley del hielo.

El resultado de esto es que también comienzan a aparecer síntomas físicos. Es usual que se presenten dolores de cabeza y problemas digestivos. También es frecuente la aparición de insomnio y fatiga. Si la situación es muy severa y continuada, surgen problemas más graves, como incremento de la presión arterial, diabetes e incluso enfermedades como el cáncer.

El sistema autoinmune también se ve afectado, principalmente por las altas dosis de estrés que provoca esta situación. Las consecuencias son más graves cuando quien aplica la ley del hielo es una figura de poder, bien sea un maestro, un padre o un director.

A veces la ley del hielo se aplica entre dos personas que se tienen mucho afecto, como los miembros de una pareja, grandes amigos, hermanos, etc. Algunos piensan que al imponer ese régimen el otro va a cambiar algún comportamiento o va a hacer que el otro haga lo que ellos quieren que haga. Lo consideran casi una herramienta educativa. Sin embargo, están muy equivocados. Ignorar al otro como una forma de castigo solo destruye las relaciones.

Como muchas tácticas, en el fondo defensivas y frutos de la inseguridad, esta revela una mala gestión de la comunicación. El silencio es sano cuando hay mucha exaltación y se hace necesario hacer una pausa antes de agravar lo que sucede. Sin embargo, cuando se usa como medio de control o de castigo se convierte en abuso.

Nadie debe permitir pasivamente ser ignorado por otro, al menos no sin tener una explicación de su comportamiento. Tampoco nadie debe intentar resolver un conflicto a través de la ley del hielo. Cuando hay un problema entre dos seres humanos, lo único sano es buscar la manera de dialogar para encontrar soluciones. El silencio y la distancia solo generan más equívocos y, al final, no solucionan absolutamente nada.

Referencia: www.lamenteesmaravillosa.com

lunes, 11 de marzo de 2019

Educar Sin Gritar es Posible

La educación es un reto apasionante para padres, madres, profesionales y lectores, los cuales podrán saborear en los apartados siguientes pequeños entresijos de la gran aventura que es educar.

¿Cómo podemos mejorarla?

Cada caso es un mundo, y cada casa también. Existen infinidad de estrategias para llevar a cabo una mejor educación y su eficacia dependerá de cada familia. Sin embargo, aquí le doy dos claves fundamentales para comenzar a educar sin gritar:
  1. Empatía: La empatía es esencial en las relaciones interpersonales, y qué mejor momento para desarrollarla que en la infancia. En esta edad, los niños son como esponjas con capacidad de absorber tanto lo bueno como lo malo. Basar nuestra crianza en valores éticos y morales les permitirá desarrollarse bajo un estado emocionalmente estable. Los padres son quienes mejor conocen a sus hijos, y también quienes más les quieren. Sería impensable para un padre o madre permitir que su hijo fuese humillado, insultado, amenazado, etc. por otra persona. ¿No es eso exactamente lo que siente cuándo algún familiar le golpea o le grita? Los niños tienen derecho a ser educados sin violencia y ese es también el deber de un padre. Será sencillo trabajar la empatía siempre que seamos capaces de proporcionar un entorno con facilidad para la comunicación, el entendimiento y el apoyo.
  2. La inteligencia emocional: aquellas personas que han sido educadas en hogares donde la comunicación y expresión de emociones se realizaba de forma saludable, presentan mejores actitudes personales y laborales. Los colegios e institutos están comenzando ya a desarrollar técnicas para trabajar esta habilidad, ¿por qué no hacerlo también desde casa? Es imprescindible que un hogar esté habilitado para la expresión de emociones y sentimientos, ya que está es la única forma de que los más pequeños sean capaces de reconocerlas y afrontarlas y que aprendan a regular sus propias emociones, tarea imprescindible en contextos que tendrá que hacer frente en el futuro. Una conversación fluida, libre y basada en la igualdad entre los habitantes de una casa tiene como consecuencia un mayor crecimiento personal.
Consecuencias de gritar a los niños

El constante empleo del grito puede conllevar al deterioro de la autoestima del niño. No se sentirá valorado o querido por sus padres o, por el contrario, puede convertirse en un rebelde, desafiando la autoridad constantemente. Al ser los padres ejemplo para los hijos, una conducta agresiva será adoptada por el pequeño y se acostumbrará a gritar y tener dichos comportamientos violentos. Luego las empleará con los amigos, conocidos o incluso contra los padres.
Los gritos solo causarán estrés en el niño que no será beneficioso para su desarrollo.

“si habláramos a nuestros amigos como hablamos a nuestros hijos, ¿cuántos amigos tendríamos?”

Qué hacer para no utilizar gritos ni amenazas

Como adultos, tenemos que aprender a controlar la ira y poner el freno cuando perdemos el control y gritamos.
  1. Mantén la calma cuando se trata de dar una orden, pues tu niño escucha bien, por eso no debes alzar la voz ni mucho menos gritar. Habla tranquilamente con tu hijo.
  2. Intenta generar respeto. Es probable que el niño obedezca cuando le levantas la voz o gritas. Sin embargo, esto desparece cuando llega la adolescencia porque desaparece el miedo y, entonces, se pierde el respeto. Por ello, es necesario que tu pequeño sepa que eres una autoridad y debe obedecer cuando le ordenes algo tranquilamente.
  3. Habla de manera positiva. En vez de decirle: "no te voy a dejar hacer esto", debes hablar positivo: "eres un buen niño y sé que no te gustaría estar haciendo lo que haces". Cambia el contexto de tus palabras.
  4. Da una explicación válida. Muchos padres cometen el error de decirles a sus hijos: aquí mando yo. Esto no es un argumento, por lo cual es importante dar una buena razón clara y precisa para que tu hijo comprenda y repare lo que está haciendo.
  5. Ponte en el lugar de tu hijo. No te olvides que los niños son niños adultos. Hay que intentar ver las cosas desde el punto de vista del pequeño.
Extras: En tu casa hay reglas

La comunicación es indispensable. Hazle saber a tu hijo que en casa se cumplen reglas y si no lo hace, el castigo aparecerá. La alianza y unión entre la pareja es fundamental.
Elogia a tu hijo

Reconoce cuando actúa bien y corrige con diálogo lo que necesita reforzar. Será menos cansado que pegar cuatro gritos. Canaliza su frustración, ira y rabia con otra actividad. Por ejemplo: salir a jugar al patio, ir por un helado, ayudarte en la cocina con su receta favorita.

Nota: Refuerza de forma positiva aquellas acciones que sean satisfactorias. En muchas familias solo las conductas negativas son señaladas con castigos. Si no se premian a los niños bajo situaciones positivas, creerán que el único modo de tener la atención de sus padres es mediante la realización de un comportamiento negativo. El refuerzo positivo aumenta la autoestima, el auto concepto y las ganas de mejorar, al contrario de los castigos que pueden minar el estado de ánimo de un niño si se dan con demasiada regularidad. Los premios deben ajustarse a la edad y se recomienda que no sean materiales.

Claves de una comunicación positiva con nuestros hijos
  • Mensajes claros y breves.
  • Dirigir las críticas al comportamiento, expresando confianza y amor incondicional hacia la persona. 
  • Sustituir los reproches o los juicios demoledores.
  • Enfocarse juntos en soluciones a los conflictos. 
Límites del derecho de corrección

El derecho a educar con disciplina a los hijos, sin embargo, tiene sus límites. El uso de la violencia nunca puede tener fines educativos. Hay que respetar la integridad física y psíquica de los menores de edad, así como el desarrollo de su personalidad y su dignidad.

La salud no puede quedar comprometida y el castigo corporal no entra dentro de las facultades de un derecho de corrección. Hay que respetar la integridad física y psíquica de los hijos menores de edad, así como el desarrollo de su personalidad y su dignidad

Nota: Los tribunales han negado a los padres la facultad de corregir a sus hijos con actos físicos. Aunque hay matices, estos no cambian el hecho de que los padres no están nunca autorizados a utilizar el castigo corporal. Pero si hay que educar, hay que disciplinar y corregir. Y si la acción es insignificante, el Derecho Penal no intervendría, por aplicación del principio de intervención mínima. Queda permitido un azote como conducta correctiva física de muy leve intensidad, sin lesión alguna y sin utilizar ningún tipo de instrumento. Pero, para los Tribunales, un golpe con algún objeto, si causa lesiones, no puede considerarse insignificante.

¿Verdad que nadie se siente mejor consigo mismo después de levantar la voz? cuando se grita, normalmente nos sentimos más tensionados y enfadados. “le estoy enseñando a mi hijo que para las cosas importantes tiene que gritar y que no podemos comunicarnos de otra forma que no sea desde la falta de respeto. No solo somos su ejemplo, somos su faro y su guía”. Comunicarnos en su mismo plano, fomentar que tomen decisiones y sean responsables, dar pocas órdenes, claras, cara a cara y con voz bajita, tratar de relajarnos cuando nos vemos tensos y recordar que somos los adultos y no podemos culpar a nuestros hijos de que gritemos son algunas claves. La disciplina es, en sentido más positivo, un requisito inolvidable para asegurar un crecimiento equilibrado para un niño sano y preparado.

“si logramos gritar menos nos sentiremos mejor y podremos disfrutar más de nuestra familia y de nuestros hijos. Para eso los tuvimos, para crecer a su lado y ser felices juntos”

Otro motivo importantísimo para intentar educar sin gritar: nuestra propia tranquilidad, nuestra felicidad y nuestro bienestar.

En resumen, debemos basar nuestra técnica educativa en un modelo democrático, libre de antiguas técnicas basadas en el miedo y en la ciega autoridad. No debemos ser tampoco permisivos, es decir, debemos encontrar un equilibrio en el cual seamos representados como padres con capacidad disciplinaria a través de técnicas de escucha, diálogo y apoyo. La educación es un reto apasionante lleno de dudas y, aunque los niños no vienen con un manual de instrucciones bajo el brazo, nadie nos juzgará si echamos una ojeada a libros o artículos como este.

Todos estos consejos antes mencionados no quieren decir que haya que ser permisivo, que sería lo contrario a autoritario. Lo mejor es mantener un estilo democrático.

“la base y el truco siempre está en tratar a los hijos como nos gusta ser tratados por cualquier persona”

¿Cuál va a ser la primera técnica que emplees para mejorar el clima de tu hogar y el futuro de tu hijo?




Fuente: Compilador