viernes, 15 de julio de 2022

Cuando la Ansiedad se Convierte en un Trastorno

La ansiedad es una emoción normal que forma parte de todo el espectro de lo que puede llegar a sentir un ser humano. Sin embargo, por distintos factores, hay un punto en el cual esto podría tornarse inusual, ya sea porque se ha presentado con mayor frecuencia de lo habitual, o porque los síntomas se han exacerbado.

Ante esto, ¿Cómo saber el momento en que debo preocuparme?, ¿Cuáles son las señales de que la ansiedad se ha convertido en un trastorno psicológico que debe ser atendido con especialistas?

Pues bien, existen señales clave que permiten separar lo normal de lo que no lo es, que definitivamente pueden orientarte para reconocer si necesitas buscar atención clínica. Lo primero siempre es cuestionarte si lo que estás experimentando dejo de ser sano, y el que estés aquí leyendo está nota es un gran paso. Recuerda, tu salud mental es importante e indispensable.

¿Cuáles son las señales que nos pueden indicar que la ansiedad se ha convertido en un trastorno?

La ansiedad interfiere en las actividades diarias

Como lo describimos anteriormente, la ansiedad forma parte normal de la experiencia humana, se considera una respuesta natural a situaciones reales de peligro, amenaza o de estrés psicológico que cumplen con una función de respuesta.

Sin embargo, cuando la ansiedad se presenta con un miedo abrumador y una preocupación excesiva persistente por determinados asuntos, cuyas emociones resultan desproporcionadas en relación con el verdadero impacto de los acontecimientos y, además, esto es difícil de controlar al punto de que te incapacita para realizar tus actividades diarias, esto resulta en un indicio de que la ansiedad se ha tornado inusual.

La ansiedad comienza a restar objetividad

Un problema de ansiedad te resta la capacidad de ser objetivo ante diversas situaciones de la vida, lo que conduce a presentar mayor sensibilidad orillando a tu mente a encontrar amenaza, peligro y preocupación exacerbadas ante circunstancias que en realidad no son así, la generación de escenarios desastrosos e imposibles se suele dar mucho.

Finalmente, esto resulta en presentar los síntomas de ansiedad con un grado importante de intensidad y con mayor frecuencia, el impacto es tal que te incapacita y no te permite realizar tus actividades diarias de la forma en la que solías hacerlo.

Si has notado que esto te persigue día con día, podría ser la señal para buscar ayuda.

No existe un motivo aparente o un detonante que conduzca a la ansiedad

Esta es probablemente una de las señales más importantes. Como se describió anteriormente, de manera habitual, la ansiedad se presenta ante situaciones de peligro, amenaza o de estrés psicológico, sin embargo, cuando esta emoción nos invade sin que exista un motivo o razón real, entonces los ataques se consideran parte de un trastorno.

Recuerda, vivir con un miedo abrumador e irracional, preocupación intensa, una sensación de falta de aire, latidos del corazón acelerados, dolor en el pecho o estómago, sudoración, escalofríos, debilidad, sensación de desvanecimiento, mareo, hormigueo, entumecimiento, tensión muscular, temblor, estremecimiento, insomnio, náuseas y malestar estomacal, no es normal.

La mente no se apaga

Para personas que cursan con un trastorno psicológico, una señal clave que nos indica que puede existir un problema mayor es que de manera constante está recibiendo pensamientos intrusivos, la mayoría de ellos caóticos, desastrosos y extremistas, sobre diversas situaciones de la vida diaria.

Finalmente, si notas que estas circunstancias están presentes en ti, es momento de buscar ayuda, puedes empezar con una intervención psicoterapéutica, el especialista que te tienda tendrá la facultad de derivarte a terapia farmacológica, si así lo requieres. Es normal tener miedo, pero, por fortuna, existen opciones efectivas que te ayudarán.



Enséñame de Ciencia. 

jueves, 16 de junio de 2022

Eliminando el Maltrato Infantil y Juvenil

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (2011), durante la infancia y la adolescencia, los varones y las hembras menores de 18 años de edad, pueden ser maltratados y maltratadas por parte de sus padres, madres, cuidadores o integrantes de la comunidad.

Se reconoce que el maltrato que se vive en los 10 primeros años de vida, constituye un problema en sí mismo y un importante factor de riesgo de otras formas de violencia y de problemas de salud a lo largo de toda la vida.

Un número importante de estudios han mostrado que los malos tratos físicos, los abusos sexuales y otros acontecimientos adversos en la infancia, están relacionados con posterior:

  • Consumo excesivo de tabaco
  • Trastornos alimentarios
  • Comportamientos sexuales de alto riesgo
  • Trastornos de somatización y
  • Trastornos de personalidad en la etapa adulta

Otros estudios han calculado que los abusos sexuales en la infancia explican aproximadamente:

  • 6% de los casos de depresión
  • 6% de los casos de abuso/dependencia de alcohol y otras drogas
  • 8% de los intentos de suicidio
  • 10% de los casos de trastorno de pánico y
  • 27% de los casos de trastorno de estrés postraumático

Definitivamente, el trauma infanto-juvenil por maltrato: psicológico; físico; negligente; y sexual especialmente ejercido por madres, padres o cuidadores, deja huellas dañinas y duraderas en las víctimas, perturbando el desarrollo del equilibrio emocional, la confianza básica, el pensamiento reflexivo e incluso la salud física (Florenzano y otros, 2005).

Buen trato infantil = Salud emocional

Comunicación clara, serena, explicativa y positiva

Padres, madres y cuidadores, reflexionemos: Siempre es buen momento para identificar si hemos maltratado a nuestros niños, niñas o adolescentes, quizá creyendo que hacíamos lo mejor, quizá pensando que era una forma adecuada de criar o disciplinar, quizá dejándonos llevar por el creciente estrés. Gran parte de las veces, porque crecimos en una familia problemática o maltratadora que dejó huellas negativas en nosotros y nosotras.

De cualquier manera, el momento de rectificar es ¡Ahora!, pidiendo ayuda profesional para cambiar y procurar que el hogar y la interacción familiar actual representen para nosotros y nosotras, así como para nuestros hijos e hijas, un espacio de cuidado, protección, seguridad y crianza centrada en el afecto. Eliminando toda forma de castigo físico, disminuyendo los regaños basados en gritos, humillaciones u ofensas, aumentando la comunicación clara, serena, explicativa y positiva y, sobre todo, aumentando la interacción amorosa en la que reinen el estímulo y el reconocimiento de las conductas adecuadas y los gestos de cariño y aceptación.

Idhaly Guzmán



martes, 14 de junio de 2022

Perfil Psicológico de un Psicópata, en 12 rasgos.

Explico las características psicológicas típicas de las personas con un alto grado de psicopatía.

Perfil psicológico de los psicópatas 

En este apartado sintetizaremos los rasgos de personalidad de los psicópatas según las clasificaciones realizadas por Cleckley y Hare.

La presencia de estas características, por tanto, indica la similitud de una persona determinada con el concepto de psicopatía manejado por los expertos.

1. Falta de empatía

La psicopatía se ha relacionado con un déficit de empatía, es decir, la capacidad de comprender el estado mental de otras personas o de ponerse en su lugar. Sin embargo, los estudios sugieren que los psicópatas tienen la capacidad de empatizar, pero la “activan” a voluntad; esto explicaría tanto la frialdad como las habilidades sociales que los caracterizan.

Simon Baron-Cohen, que popularizó el concepto de la “teoría de la mente”, afirmó que los psicópatas tienen empatía cognitiva pero no emocional, y que por tanto no les provoca malestar el sufrimiento de los demás. Estos déficits se han asociado a una menor activación en el córtex fusiforme y en el extraestriado, que se relacionan con el reconocimiento de caras.

2. Egocentrismo y narcisismo

El egocentrismo, o incapacidad para asumir puntos de vista ajenos al propio, está íntimamente relacionado con la falta de empatía. Con mucha frecuencia los psicópatas son también narcisistas; esto significa que tienden a pensar que son superiores a los demás y más importantes que ellos.

3. Encanto superficial

El perfil típico del psicópata es el de una persona encantadora y sociable, con buenas habilidades sociales. Puede servir como ejemplo extremo el caso del asesino Ted Bundy, que seducía a sus víctimas para ganarse su confianza y recibió múltiples cartas de amor y propuestas de matrimonio después de ser condenado a muerte.

4. Pobreza emocional

Las alteraciones cerebrales propias de la psicopatía hacen que el rango de emociones que sienten estas personas sea limitado. En concreto, además de la frialdad emocional, los psicópatas se caracterizan por sentir menos emociones negativas, especialmente miedo, mientras que se cree que sienten las emociones positivas de forma normal.

5. Conducta antisocial y delictiva

Las puntuaciones en los test de psicopatía correlacionan con el abuso de sustancias, el encarcelamiento, la violencia de género, la violación y la pederastia. Los crímenes económicos y de guerra, así como la participación en el crimen organizado, también son más frecuentes en psicópatas que en la población general.

Como el trastorno antisocial, la predisposición a la psicopatía puede manifestarse en la infancia en conductas como robos, mentiras frecuentes, vandalismo y violencia hacia personas y animales; estos signos se clasifican como “trastorno de personalidad disocial”.

6. Dificultad para aprender de la experiencia

Según las investigaciones, los problemas de los psicópatas para aprender de la experiencia se deben a alteraciones en la conexión entre el córtex prefrontal y la amígdala. Estas estructuras se relacionan con las funciones ejecutivas y con el aprendizaje emocional, respectivamente.

Al parecer los psicópatas tienen más dificultades que la población general para asociar los castigos que reciben a las conductas que los han provocado. Otra explicación biológica es la presencia de niveles reducidos de cortisol y serotonina, relacionados con el condicionamiento aversivo y la inhibición conductual.

7. Impulsividad y falta de planificación

La impulsividad de los psicópatas puede estar causada por la activación disminuida en la corteza frontal, combinada con un aumento de los niveles de testosterona y una reducción de los de serotonina. Todo ello podría reducir el autocontrol, facilitando conductas impulsivas como el abuso de drogas o las agresiones físicas.

Esto también se relaciona con una falta de planificación a largo plazo. Suele darse una ausencia de metas vitales; la conducta está guiada en mayor medida por los impulsos momentáneos.

8. Insinceridad y manipulación

La falta de sinceridad y la tendencia a la manipulación típicas de los psicópatas pueden manifestarse con mayor o menor sutileza, pero son dos características muy frecuentes en personas con niveles moderados de psicopatía que pueden no manifestar muchos de los otros rasgos que hemos visto.

9. Predisposición al aburrimiento

Las alteraciones biológicas de los psicópatas los llevan a una necesidad de estimulación continua. Esto hace que les resulte fácil aburrirse, un rasgo compartido por las personas muy extrovertidas (que tienen un nivel bajo de activación cerebral en reposo) y por otras con trastornos que afectan al cerebro, como el TDAH.

10. Estilo de vida parasitario

La manipulación y el egocentrismo de los psicópatas hacen que tiendan a aprovecharse de los demás para satisfacer sus necesidades básicas. Así, con frecuencia viven del dinero de otras personas, como sus padres o sus parejas.

11. Ausencia de remordimientos

Aun cuando llevan a cabo conductas que perjudican a otras personas, como algunas de las que hemos mencionado en los apartados anteriores, los psicópatas no suelen sentir culpabilidad por sus actos; su falta de empatía emocional les permite cometer delitos o manipular a los demás sin remordimientos.

12. Promiscuidad sexual

Con frecuencia los psicópatas tienen muchas relaciones distintas que duran poco tiempo. Además, dadas sus dificultades interpersonales y para establecer compromisos, se implican en ellas de forma superficial y se preocupan principalmente por el sexo y por las utilidades prácticas que pueden obtener de sus parejas.

 

*Referencias bibliográficas

 Cleckley, H. (1941). The mask of sanity: An attempt to clarify some issues about the so-called psychopathic personality (6ª Ed.). Saint Louis: C. V. Mosby Co.

Dutton, K. (2013). La sabiduría de los psicópatas. Barcelona: Ariel.

Garrido, V. (2000). El psicópata. Un camaleón en la sociedad actual. Alzira: Algar.

Hare, R. D. (1991). The Hare Psychopathy Checklist-Revised (Hare PCL-R). Toronto: Multi-Health Systems.

Hare, R. D. (2011). Without conscience: The disturbing world of the psychopaths among us. New York: Guilford Press.

Patrick, C., Fowles, D. & Krueger, R. (2009). Triarchic conceptualization of psychopathy: Developmental origins of disinhibition, boldness, and meanness. Development and Psychopathology, 21(3): 913–938.

Vernon, P. A., Villani, V. C., Vickers, L. C. & Harris, J.A. (2008). A behavioral genetic investigation of the Dark Triad and the Big 5. Personality and Individual Differences, 44(2): 445–452.

jueves, 2 de junio de 2022

¿Cuáles son los efectos de la Marihuana?

¿Cómo saber si una persona fuma porros? ¿Quieres conocer los efectos de la marihuana y el cannabis en nuestro cerebro y cuerpo? Descubre las consecuencias de fumar porros a nivel psicológico.

Principales efectos de la marihuana

Teniendo en cuenta que, durante siglos, la marihuana  es una sustancia que ha centrado el interés de expertos en todo tipo de campos –químicos, médicos, etc.- se han realizado multitud de investigaciones para determinar algunas de las consecuencias reales que puede tener el consumo de cannabis, especialmente cuando se fuma:

Aumento del ritmo cardíaco y somnolencia excesiva: Entre los efectos inmediatos de fumar marihuana o consumir cannabis, destaca un aumento del ritmo cardiaco y una leve sensación de somnolencia y analgesia moderada. También puede darse un enrojecimiento de los ojos –dada la acción vasodilatadora-, sequedad de boca y aumentar el hambre –especialmente cuando empiezan a desaparecer los otros efectos-.

Disminución de la concentración: Desde el punto de vista psicológico, parece que se produce una disminución del funcionamiento intelectual dado que el THC –abreviatura de tetrahidrocannabinol, principal compuesto psicoactivo del cannabis- puede distorsionar la percepción sensorial de la realidad, aumentar la hilaridad y la locuacidad durante varias horas –a lo que seguirán unas horas de somnolencia y apatía-, afectar a la capacidad para pensar normalmente, a la memoria y a la coordinación normal de los movimientos. En dosis muy altas las consecuencias de la marihuana pueden ser paranoias, alucinaciones y episodios de pánico.  Si consumir o fumar marihuana se mezcla con otras sustancias, como el tabaco o el alcohol, los efectos pueden agravarse y, sobre todo, crear una adicción aún mayor –especialmente en el caso del tabaco, ya que las sustancias que conforman los cigarrillos comunes son altamente adictivas.  

Daños irreparables en las neuronas: A largo plazo, pueden acentuarse los efectos de la marihuana más inmediatos, provocar daños irreparables en las neuronas y generar alteraciones permanentes en el estado de ánimo, pérdidas de memoria o problemas de sueño que impidan desarrollar una actividad personal o profesional de forma normal.

Riesgo de depresión y esquizofrenia: Diferentes organizaciones de salud coinciden en que un consumo excesivo puede llegar a ser muy nocivo para el organismo, tanto física como psicológicamente, y derivar en episodios graves de depresión o esquizofrenia. De esta forma, uno de los aspectos negativos de fumar maría es precisamente que esta sustancia aumenta la posibilidad de tener una enfermedad mental como la esquizofrenia.

Problemas respiratorios: Igual que los fumadores de nicotina, al fumar marihuana las personas tienen los mismos riesgos de desarrollar problemas respiratorios. De esta forma, otro de los efectos de fumar porros es tener más posibilidades de desarrollar problemas respiratorios que pueden suponer una enfermedad de riesgo para tu salud.

Falta de motivación: Otro de los efectos del consumo de cannabis es que esta sustancia crea en la persona altibajos emocionales que hacen que tenga una falta de motivación en muchos aspectos de su vida. Tanto es así que en muchas ocasiones las personas que tienen la tendencia de fumar porros habitualmente suelen descuidar el trabajo, su apariencia y hasta algunas de sus relaciones más cercanas.

Mala memoria: Las consecuencias de fumar marihuana pasan factura a nivel emocional y mental. Entre los efectos del cannabis, la mala memoria es sin duda una de las más enfatizadas. Las personas suelen olvidar muchos detalles que acaban por perjudicar tanto su desempeño en el ámbito profesional como personal.

Existen muchos efectos de las drogas en el organismo que quizá no podemos apreciar pero la realidad es que este consumo puede llegar a tener consecuencias muy perjudiciales para la persona que lo consume.

Efectos de la marihuana en el cerebro

Se tienen más conocimientos sobre los efectos a corto plazo de la marihuana en el cerebro que las consecuencias que puede tener si se consume durante muchos años. Según las investigaciones, fumar marihuana afecta a los receptores de cannabinoides que se encuentran en las regiones del cerebro que influyen en el aprendizaje, la memoria, el apetito, la coordinación y en el placer.

Investigaciones realizadas examinando imágenes de resonancia magnética del cerebro mostraban que aquellos que usaban la marihuana regularmente tenían una conectividad neuronal deteriorada en regiones cerebrales específicas involucradas en una amplia gama de funciones como puede ser la memoria, el aprendizaje y el control de los impulsos.

Efectos de la marihuana en adolescentes

Las investigaciones alrededor de los efectos de fumar marihuana señalan que los efectos más fuertes a largo plazo ocurren cuando los fumadores son jóvenes, es decir, cuando las conexiones neuronales del cerebro aún se están desarrollando.

¿Cómo saber si una persona fuma porros?

La marihuana se puede consumir de diferentes maneras. Si tienes la sospecha de que alguien a tu alrededor puede estar enganchado a los porros, existen una serie de señales que pueden identificar esta clase de comportamientos.

  • Despistes: Sin duda alguna, uno de la marihuana y sus efectos hacen que la persona tenga mucha menos concentración y acabe siendo muy despistada en varios aspectos de su vida.
  • Locuacidad: La forma de hablar de la persona es mucho más calmada o nerviosa. Esto sucede ya que el consumo de cannabis afecta sobre el sistema nervioso.
  • Somnolencia: La somnolencia excesiva es otra de las consecuencias de fumar hachís o porros a diario. En estos casos, la persona se presenta siempre cansada y nunca tiene energía para nada.
  • Aumento de los antojos de alimentos: Los antojos es otro de los efectos de la marihuana más destacados. Tanto es así, que es muy probable que la persona tenga mucha hambre en un momento indicado y quiera solo un alimento muy concreto.
  • Ojos de color rojo: Una de las señales más claras de los efectos de los porros, es que los ojos de las personas que la consumen suelen ser más rojos de lo habitual (no solo durante su consumo).
  • Mala gestión del tiempo: En muchas ocasiones, otro de los efectos de la marihuana que es una señal para detectar su consumo, es la mala gestión del tiempo que estas personas tienen ante su vida.

Estos signos a veces pueden ser señal de otro tipo de afectaciones. Por este motivo, si crees que alguien de tu alrededor está sufriendo algún tipo de malestar psicológico, es vital que esta persona se ponga en contacto con un psicólogo profesional.

¿Al dejar de fumar marihuana qué efectos secundarios tendré?

A pesar de que en las primeras semanas sentirás un síndrome de abstinencia de la marihuana, la realidad es que es muy probable que al dejar el cannabis empieces a sentir estos beneficios.

  • Mejor concentración
  • Estado de ánimo mejorado
  • Mayor motivación
  • Más energía
  • Mejores patrones de sueño (después de algunas semanas).

Consumir marihuana, a pesar de que puede parecer casi inofensivo, en realidad deja muchos más estragos a nivel mental y físico de lo que podríamos imaginar. Por este motivo, es vital acudir a un psicólogo para poder dejar atrás esta adicción. La vida tiene mucho que ofrecernos para poderla disfrutar sin estar bajo los efectos de las drogas.


MundoPsicologos / @PsicólogoClXalapa

martes, 24 de mayo de 2022

Tdah y la Adolescencia

La adolescencia: un momento de cambio

La adolescencia es un momento de transición complicado, en el que el niño empieza a funcionar de forma más autónoma y en el que se debe tomar decisiones importantes respecto al futuro. Se reduce el control externo tanto por parte de sus padres como de sus profesores, para dar paso a una forma de vida más independiente.

Algunos de los síntomas del TDAH pueden surgir o incrementarse en adolescentes aunque no se hubieran manifestado durante la infancia. El incremento de las exigencias del entorno puede hacer que el TDAH interfiera de forma más importante en la vida del adolescente. Se trata de una etapa de búsqueda de identidad en la que se separan más de sus padres, se apoyan más en la relaciones sociales, aceptan su sexualidad y escogen su futuro profesional.

Cómo vive un niño con Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad la adolescencia

Se puede vivir de muchas maneras según:

  • El grado de TDAH que tenga.
  • Cómo haya vivido su niñez.
  • Cómo lo viven sus padres.
  • Si hay antecedentes familiares, es decir si sus padres también lo padecen o no.
  • La relación que tienen padres e hijos.
  • Si van a terapia.
  • Otros problemas asociados…

Hay que tener en cuenta que no siempre tienen que vivir una adolescencia problemática. Es cierto que al llegar a esta etapa, puede haber un cambio en la expresión de sus alteraciones. Normalmente, no se expresa tanto el cuadro de hiperactividad pero sí el de déficit de atención e impulsividad.

¿Qué puede cambiar en un niño con TDAH al llegar a su etapa adolescente?

  1. Puede necesitar más tiempo para organizar horarios, tareas… Más tiempo para planificarse y reorganizar sus deberes y sus trabajos.
  2. Puede haber un aumento de los conflictos tanto familiares como académicos. Los cambios de humor o el estar irascibles es normal en esta etapa.
  3. En la adolescencia la relaciones sociales se pueden ver frenadas o alteradas por no poder integrarse bien en ningún grupo y eso deteriorara su autoestima.
  4. Es importante vigilar la aparición de posibles patrones antisociales.
  5. Las conductas impulsivas pueden llevarles a tener problemas a esas edades tienen más tendencia a tener conductas peligrosas.

¿Qué pueden hacer los padres para ayudar a un adolescente con TDAH?

  1. Hay que trabajar su autoestima, reforzarla positivamente, motivarles para que desarrollen las facetas en las que son buenos o las que más les gusten. Para ello, se debe identificar las cosas que les guste hacer y motivarles.
  2. Se van a sentir bien ayudando en casa con las tareas domésticas que colaboren con los demás .
  3. Crea momentos especiales, con elogios y premios. Con ello, ayudarás que crezca su autoestima.
  4. Es necesario dialogar mucho con ellos hazles sentir que son importantes y que sientan que su opinión es tenida en cuenta, maneja toda esta información antes de poner límites.
  5. Utiliza reforzadores positivos: valídales cuando hagan las cosas bien, dales premios.
  6. Ayúdales a estructurar sus tiempos: los tiempos de trabajo, los tiempos de tareas escolares, los tiempos de ocio…
  7. Elige bien porque les vas a criticar. Cuidado con los sermones.
  8. No a los interrogatorios. Aprovecha el tiempo juntos para compartir, no para investigar o reprochar.
  9. Ellos necesitan su espacio.
  10. No les sobreprotejas. Eres consciente de que se adolescencia puede que no sea fácil.
  11. Hay que dejarles vivir esta etapa asumiendo sus responsabilidades.

Dificultades a las que se enfrenta el adolescente con TDAH

Este incremento en el nivel de exigencia puede generar dificultades añadidas a las propias del TDAH (déficit de atención, hiperactividad e impulsividad), como una mayor ansiedad social, preocupación por la autoimagen, experimentación con las drogas y otras conductas de riesgo.

Además, los conflictos que generalmente se generan en el entorno familiar y las dificultades que pueden tener para mantener relaciones satisfactorias con otros adolescentes, conllevan en muchas ocasiones el desarrollo de una baja autoestima y otros problemas emocionales.

Otro problemas que puede surgir está relacionado con el déficit de autorregulación emocional (capacidad de gestionar y reaccionas antes las emociones) pueden acentuarse en la adolescencia. Se puede manifestar como sobrerreactividad, baja tolerancia a la frustración, irritabilidad, dificultad para manejar la rabia o dificultad para regular la motivación3.

Repercusión de los síntomas del TDAH en la vida del adolescente

Déficit de habilidades sociales

El manejo de habilidades es indispensable para poder establecer una relación satisfactoria con otras personas. Sin embargo, los adolescentes con TDAH pueden presentar un déficit en este aspecto como consecuencia de los síntomas nucleares del TDAH. Falta de empatía, de asertividad, dificultad en la comunicación verbal y no verbal…

 Falta de organización y planificación

Los adolescentes con TDAH suelen olvidarse de los planes y los horarios, y presentan dificultades a la hora de gestionar el tiempo para realizar tareas. Al tener un problema de atención pueden necesitar un mayor tiempo para finalizar las tareas y por lo tanto requieren una mayor planificación para conseguir llegar a sus objetivos. Suelen dejar todo para el último momento, evitando tareas que les requieren un mayor esfuerzo mental.

Poca integración en el grupo y pocos amigos

El déficit que presentan en habilidades sociales tiene un impacto directo en su capacidad de establecer relaciones con otros adolescentes y de mantener esas relaciones. Por lo tanto es posible que se vean aislados de los grupos, y que no tengan muchas amistades. Acarreando consecuencias negativas en su estado de ánimo y su autoestima.

Frecuentes cambios de humor e irritabilidad

En la adolescencia tienen especial relevancia los problemas de regulación emocional, que tienden a acentuarse. Esto lleva a constantes conflictos y enfrentamientos con familiares, profesores y compañeros. Les cuesta manejar la rabia y pueden tener baja tolerancia a la frustración, lo cual no ayuda a que sean socialmente aceptados.

Comorbilidad del TDAH en la adolescencia

Según un estudio realizado, cerca del 70-90% de los adolescentes con TDAH puede padecer un trastorno asociado (es lo que se conoce como comorbilidad). Dentro de los trastornos comórbidos más frecuentes en la adolescencia están el Trastorno Negativista Desafiante (TND), depresión y Trastorno por Uso de Sustancias (TUS).

Durante la adolescencia, los jóvenes con TDAH tienen varios cambios, tal y como está resumido en la investigación hecha por la Doctora Lily Hechtman. Mientras que a un pequeño grupo de niños aparentemente se les quita el TDAH, la mayoría de ellos continúa teniendo problemas con la atención, la concentración y el control de sus impulsos. Estos problemas posiblemente continuarán perjudicándoles su funcionamiento en la escuela y en casa, e impactándoles negativamente su autoestima y su habilidad de completar varios de los procesos del desarrollo necesarios en la adolescencia.

Un grupo pequeño de adolescentes con TDAH podrá desarrollar patrones de comportamiento antisociales, y empezará a abusar drogas incluyendo el alcohol. Los adolescentes con el mayor riesgo de abuso de drogas son aquellos cuyo TDAH no ha sido tratado adecuadamente. (El tratamiento tempranero de los niños con TDAH puede tener un efecto directo en el rebajar la posibilidad de que ellos abusen las drogas cuando sean adolescentes)

Una persona "impulsiva" tiene más probabilidades de implicarse en "conductas de riesgo". Si un día, en una discoteca por ejemplo, un amigo invita a otro a "probar una nueva pastilla", las posibilidades de que el segundo acepte son mucho más altas si su funcionamiento es impulsivo, que si es reflexivo, siendo la primera una conducta habitual en el TDAH en adolescentes y adultos. El "párate y piensa", sin un entrenamiento adecuado, es francamente difícil para un adolescente con TDAH. De hecho, es sabido que los niños con este trastorno, sin tratamiento, al llegar a la adolescencia "experimentan" más con las drogas que aquellos sin TDAH, y que muchos de éstos acaban desarrollando trastornos de abuso y dependencia de sustancias tóxicas asociados al TDAH en adolescentes y adultos. De la misma manera pueden tomar decisiones precipitadas en las relaciones de pareja, conduciendo su moto o bicicleta, al iniciarse en el mercado laboral, etc.

No hay que olvidar las repercusiones del déficit de atención del TDAH en los adolescentes/adultos. Un adolescente con dificultades para mantener la atención, si no ha seguido tratamiento, con mucha probabilidad habrá fracasado en los estudios aún siendo notablemente inteligente. Este fracaso, que siempre lleva asociado críticas, "sermones" y reflexiones de los adultos, contribuirá a disminuir todavía más su autoestima (no hemos de olvidar que la adolescencia es el periodo de la vida en el que la autoestima está más baja y que es un síntoma destacado en el TDAH en los adolescentes y adultos).

En la adolescencia es importante un equipo que colabore alrededor del niño padres educadores y psicólogo. La ayuda de un terapeuta puede ser de gran valor, ya que el trabajo diario ante las conductas nuevas, provoca muchas dudas en los padres.

Un terapeuta que pueda guiar y ayudar con pautas y con información para que sepas manejar mejor el día día y sobre todo para que puedas ayudarle a tu hijo a apuntalar sus facetas más positivas, su autoestima. Echarle una mano para que no naufrague en sus relaciones sociales y también para poder apoyarle en el ámbito familiar y académico.

¿Te ha gustado el artículo? ¿Necesitas más información? Déjame tu opinión, dudas o inquietudes en comentarios.

BIBLIOGRAFÍA

  • Musitu, G., Buelga, S., Lila, M.S. y Cava, M.J. (2001). Familia y adolesccencia: Análisis de un modelo de intervención psicosocial. Madrid: Síntesis.
  • Biederman J.,  Faraone S.V., Spencer T., Wilens T., Norman D. Japey K.A, Doyle A. Patterns of Psychiatric comorbidity, cognition and psychosocial, functioning in adults with attention déficit hyperactivity disorder. The American Journal of Psychiatry. 1993; 150(12), 1792-8.
  • Barkley RA, Fischer M, Smallish L, Fletcher K. Young adult outcome of hyperactive children: adaptive functioning in major life activities. J Am Acad Child Adolesc Psychiatry. 2006;45(2):192-202.
  • Vidal R., Casas M., Ramos-Quiroga JA. Manual de Tratamiento Cognitivo-Conductual para Adolescentes con TDAH y consumo de Cannabis. 2014.10-12.
  • Barkley RA. Attention-Deficit Hyperactivity Disorder. A handbook for diagnosis and treatment. 3ª edición. The Guilford Press: Londres.2008.
  • Barkley RA, Fischer M. The unique contribution of emotional impulsiveness to impairment in major life activities in hyperactive children as adults. J Am Acad Child Adolesc Psychiatry. 2010; 49(5):503-13.



miércoles, 11 de mayo de 2022

Control de la ira: Controla tu Temperamento

¿Te enfureces cuando alguien te impide el paso mientras conduces? ¿Se te dispara la presión arterial cuando tu hijo se niega a colaborar? La ira es una emoción normal, e incluso sana, pero es importante afrontarla de forma positiva. La ira descontrolada puede afectar tanto tu salud como tus relaciones.


Para comenzar, considera estos 10 + plus consejos de control de la ira.

1. Piensa antes de hablar

En un momento de enojo, es fácil decir algo de lo que luego te arrepentirás. Tómate unos momentos para ordenar tus pensamientos antes de decir algo, y permite que las otras personas involucradas en la situación hagan lo mismo.

2. Una vez que te tranquilices, expresa tu ira

Tan pronto como puedas pensar con claridad, expresa tu frustración de una manera asertiva pero no confrontativa. Comunica tus preocupaciones y necesidades de manera clara y directa, sin herir a los demás ni tratar de controlarlos.

3. Haz un poco de ejercicio

La actividad física puede reducir el estrés que te puede provocar enojo. Si sientes que aumenta tu enojo, sal a correr o caminar enérgicamente, o dedica un tiempo a hacer actividades físicas que disfrutes.

4. Tómate un tiempo para reflexionar

Los tiempos para reflexionar no son solo para niños. Date pequeños descansos en los momentos del día que tienden a ser estresantes. Algunos momentos de tranquilidad pueden ayudar a que te sientas mejor preparado para manejar lo que sucederá después sin irritarte o enojarte.

5. Identifica posibles soluciones

En lugar de concentrarte en lo que te enojó, esfuérzate por resolver el problema en cuestión. ¿Te vuelve loco que la habitación de tu hijo esté desordenada? Cierra la puerta. ¿Tu pareja llega tarde a cenar todas las noches? Programa comidas más tarde en la noche o acuerda comer solo algunas veces a la semana. Recuerda que la ira no soluciona nada y solo podría empeorar todo.

6. Recurre a las declaraciones en primera persona

Para evitar criticar o echar culpas, lo que solo podría aumentar la tensión, usa declaraciones en primera persona para describir el problema. Sé respetuoso y específico. Por ejemplo, di: "Me molesta que te hayas ido de la mesa sin ofrecerte a ayudar con los platos" en lugar de "Nunca haces las tareas del hogar".

7. No guardes rencor

El perdón es una herramienta poderosa. Si permites que la ira y otros sentimientos negativos sustituyan a los positivos, quizás notes que tu propia amargura o sentido de injusticia te abruman. Pero si puedes perdonar a alguien que te enfureció, ambos podrían aprender de la situación y fortalecer tu relación.

8. Usa el humor para aliviar la tensión

Tomarse las cosas con calma puede ayudar a aliviar la tensión. Utiliza el humor como ayuda para afrontar lo que te enoja y, posiblemente, las expectativas poco realistas que tengas sobre cómo deberían ser las cosas. Sin embargo, evita el sarcasmo, dado que puede herir los sentimientos y empeorar las cosas.

9. Practica técnicas de relajación

Cuando te sientas exasperado, pon en práctica las técnicas de relajación. Practicar ejercicios de respiración profunda, imagina una escena relajante o repite una palabra o una frase que te tranquilice, como «Tómalo con calma». También puedes escuchar música, escribir un diario o practicar algunas posturas de yoga: lo que sea necesario para relajarte.

10. Entérate de cuándo buscar ayuda

A veces, aprender a controlar la ira es un reto para todos. Si tu ira parece estar fuera de control, te fuerza a hacer cosas que lamentas o lastima a quienes están a tu alrededor, busca ayuda.

La psicología ha identificado al menos cinco tipos de esta manifestación humana:

1. Ira por impulso o defensa: aparece cuando algo te resulta muy desagradable e inaceptable. Te pones en modo cólera y respondes en forma automática, buscando desprenderte y anular o aniquilar ese impulso. Por ejemplo, cuando te insultan o recibes una acusación que consideras injusta.

2. Ira reprimida: generalmente deriva en una explosión. Al meter el enojo o disgusto en una olla a presión, ésta estalla de la peor forma. Se produce cuando algo la detona, o ya no se puede aguantar más la situación que la persona interpreta que la provoca. Como consecuencia, hay angustia, ansiedad, alejamiento del círculo directo de personas, entre otros sentimientos. Por ejemplo, se da cuando no se sabe expresar los sentimientos en el momento oportuno, evitar decir que “no” para complacer a los demás o aceptar situaciones con las que no estás de acuerdo, aunque no sabes cómo gestionarlas.

3. Ira por falta de satisfacción de necesidades: el mejor ejemplo son los bebés que hacen un berrinche si tienen hambre, o se sienten desprotegidos. Los adultos también suelen ponerse así ante el hambre y el cansancio. Este estado suele ser momentáneo y, una vez saciada la necesidad, la persona se auto regula. Es una emoción básica creada para nuestra supervivencia.

4. Ira espontánea: aparece cuando la persona siente que algo la daña, y responde agresivamente. Cuando el detonante se neutraliza, la ira se va paulatinamente. Es un mecanismo natural de sobrevivencia, que ha sido muy útil en la era prehistórica.

5. Trastorno explosivo intermitente: en este caso, la ira aparece sin motivo alguno; el estallido es espontáneo y contundentemente violento (por ejemplo, arrojar un objeto contra la pared), pero no viene precedido de señales como el enojo, sino que se pasa directamente a la manifestación de la ira. Ocurre, daña y se esfuma. Luego, puede venir la confusión, impotencia interna por no poder controlar esos impulsos, y un intenso sentimiento de culpa, que, a veces, lleva a pedir disculpas a los afectados, aunque cuando se está sereno se sabe que eso no compensa el daño emocional que se ha infligido a los demás.

Utiliza la técnica STOP

Creada por Tim Gallway, te permitirá frenar a tiempo antes de estallar:

  1. S – Stop (Detenerse) > No actuar, frenar todo impulso
  2. T – Think (Pensar) > Reflexionar sobre la base del impulso
  3. O – Observar > Elévate por sobre lo que sientes y mira la situación desde la perspectiva del otro, además de la tuya. ¿Qué información nueva puedes recoger?
  4.  P – Proceder > Actuar haciendo pasado por los tres pasos anteriores te permitirá haber sido más consciente de lo que vas a accionar, y posiblemente habrás bajado varios cambios antes de sobre reaccionar.

Como afirmaba el filósofo Séneca: “La ira es un ácido que puede hacer más daño al recipiente en la que se almacena que en cualquier cosa sobre la que se vierte.” Recuerda que la mayor parte del daño te lo haces a ti mismo, además de corroer todo tipo de relaciones con los demás.

 Recuerda que estoy para apoyarte y poder trabajar contigo en incorporar las habilidades blandas para un mejor desempeño personal y profesional. Contáctame aquí. Trabajo en forma presencial y on-line con personas como tu, ejecutivos, líderes y equipos, personas de distintos países.


lunes, 25 de abril de 2022

Divorcio: Perspectiva Legal y Psicológica

El divorcio cada día se va pasando de ser un fenómeno aislado y condenado a una situación normal y a veces necesaria. Pero esto no quiere decir que no traiga consigo problemas y consecuencias, que pueden ser positivas o negativas, dependiendo del cómo se lleve a cabo el divorcio. 
La (ex)pareja afronta no solo situaciones personales y sentimentales, sino que se afrontan a un proceso legal, a veces largo y tedioso. En el caso de tener hijos, estos reaccionaran de diferente manera. Dependiendo delas acciones de los padres dependerá si será para bien o mal. Y todas estas consecuencias tienen un impacto académico que no debe menospreciarse. El sentimiento de culpa o estrés, como consecuencia del divorcio, puede hacer decaer el rendimiento de un alumno y llevarlo, incluso, a la deserción escolar.

El divorcio se puede definir como la acción de disolver o separar, por sentencia, el matrimonio, con cese efectivo de la convivencia conyugal. En México alrededor del 15% de los mexicanos sostienen una preferencia hacia el matrimonio aunque funcione mal, y más del 70% están de acuerdo con que el divorcio es la mejor solución cuando hay problemas.

El divorcio no es sino el medio jurídico de legalizar una situación que ya se produjo. Como en todos los problemas jurídicos, puede haber un abuso del derecho y existe, frecuentemente, el abuso del divorcio; y entonces, sí se puede crear o producir, por la posibilidad de disolver, sin una causa grave, el vínculo matrimonial.

“Y vivieron felices por siempre” o al menos así terminan los cuentos de hadas, pero la realidad es diferente, en el matrimonio existen diferentes factores que pueden ser detonantes para el divorcio, desde cosas simples hasta situaciones complejas. Las causas pueden ser internas o externas. Las causas internas son aquellas que tienen el individuo y afectan su relación en pareja y son:
  • Falta de conocimiento de nosotros mismos. No saber quiénes somos y que queremos.
  • Expectativas personales no cumplidas e insatisfacción personal. Lo que esperábamos ser a  lo que somos en realidad.
  • Intolerancia ante las diferencias de la pareja. “Los polos opuestos se atraen” no es una regla 100% aplicable en los humanos, puestos que esas diferencias pueden ocasionar conflictos.
  • Inmadurez. Ser irresponsable, infantil y demasiado dependiente. Esperar que la otra persona nos haga feliz.
  • Desinterés en mejorar la relación. No hacer nada por mejorar.
  • La baja autoestima que puede desencadenar celos injustificados.
  • Una idea equivocada del amor. Esperar que el otro nos haga feliz, creer que se puede vivir solo de amor o creer poder vivir “felices por siempre” sin ninguna clase de conflictos.
  • Falta de reconocimiento y aceptación de las crisis normales de la pareja.
  • Dejamos de amar a nuestra pareja. Hay que diferenciar el enamoramiento del amor maduro y hay que aceptar que ambos pueden acabarse.
  • Falta de compromiso emocional. Miedo o desinterés a involucrarse seria y profundamente en una relación.
  • Por aprendizaje de experiencias previas, sobre todo durante la niñez. Además, existen las causas externas a la persona, como son:
  • Situaciones críticas o problemáticas. Por ejemplo: Un embarazo no deseado, enfermedades, problemas sexuales, infidelidad, problemas económicos, intervención constante de la familia de alguno de los miembros de la pareja.
  • Problemas importantes de comunicación. La falta de comunicación puede generar desinterés y alejamiento.
  • La rutina y/o aburrimiento al estar con la pareja
  • Violencia intrafamiliar de parte de cualquiera, hacia la pareja o los hijos. Dentro de situaciones externas, en el punto de aspectos económicos, podemos observar una gran paradoja, el estado establece que los ciudadanos son los encargados del mantenimiento de la familia y la educación de los hijos, y al mismo tiempo aleja a estos del hogar el mayor tiempo posible, debido a las exigencias desmesuradas del trabajo, creando una gran falta de comunicación entre la pareja y de los padres con los hijos. Además, esto crea un sentimiento de culpa en los padres por no poder abarcar todo lo que concierne a la educación de sus hijos.
En el Código Civil dentro del Libro Primero, de las personas, Capítulo IV del Divorcio, se estipula lo siguiente en relación del divorcio y los hijos:

Artículo 191

Si los cónyuges que pretenden divorciarse tuvieren hijos menores, presentarán al juzgado un escrito en que se fijen los siguientes puntos:

I. Designación de la persona a quien sean confiados los hijos del matrimonio, tanto durante el procedimiento como después de consumado el divorcio.
II. El modo de subvenir a las necesidades de los hijos, tanto durante el procedimiento como después de consumado el divorcio.
III. La casa en que habitará cada cónyuge durante el procedimiento.
IV. La cantidad que a título de alimentos un cónyuge debe pagar al otro, la forma de hacer el pago y la garantía que deba darse para asegurarlos durante el procedimiento y después de ejecutoriada la sentencia que aprobó las bases del divorcio, o bien la manifestación expresa de que ambos cónyuges quedarán exentos de toda obligación a este respecto en caso de que así se convenga.
V. La manera de administrar los bienes de la sociedad conyugal durante el procedimiento, y la de liquidar dicha sociedad después de consumado el divorcio, así como la designación de liquidadores. A ese efecto se acompañará un inventario y avalúo de todos los bienes muebles e inmuebles de la sociedad.

Artículo 199

Al admitirse la demanda de divorcio o al tenerse por contestada la misma, a criterio del juez, se dictarán provisionalmente las medidas siguientes:

I. Señalar y asegurar los alimentos que debe dar el deudor alimentario al cónyuge acreedor y a los hijos.
II. Dictar las disposiciones convenientes para que ningún cónyuge cause perjuicio al otro.
III. Dictar, en su caso, las medidas precautorias que la ley establece respecto a la mujer que esté encinta.
IV. Poner a los hijos al cuidado de la persona que de común acuerdo hubieren designado los cónyuges, pudiendo ser uno de éstos. A falta de acuerdo, el juez determinará lo que estime conveniente a los intereses de los hijos.
V. Fijar día y hora de visita del otro cónyuge para los hijos, señalando siempre que en ningún momento estas deben de interferir en los horarios de estudio del menor.

Consecuencias en la pareja

Los hombres y las mujeres viven de manera diferente el divorcio. Los hombres se adaptan mejor al divorcio que las mujeres: sufren menos que éstas las consecuencias económicas del divorcio y como consecuencia, no se ven obligados a cambiar de residencia. En el sentido contrario, otras investigaciones han encontrado que los hombres acumulan más estresores que las mujeres suelen tener menos iniciativa para divorciarse, cuentan con una red de confidentes y amigos menor que la de ellas y suelen perder la custodia, y a veces, el contacto con los hijos. Existen también investigaciones que afirman no haber encontrado diferencias de género en el nivel de bienestar psicológico posterior al divorcio.

Asimismo, pueden existir rencores entre la pareja, lo que puede ocasionar que una o ambas partes intenten activamente alejar a los hijos, mediante la difamación de la pareja, a esto se le llama Síndrome de Alienación Parental (SAP). El cual, según Gardner se puede definir como:

"Un trastorno que surge principalmente en el contexto de las disputas por la guarda y custodia de los niños. Su primera manifestación es una campaña de difamación contra uno de los padres por parte del hijo, que no tiene justificación. El fenómeno resulta de la combinación del sistemático adoctrinamiento (lavado de cerebro) de uno de los padres y de las propias contribuciones del niño dirigidas a la denigración del progenitor objeto de esta campaña"

Consecuencias en los hijos

Los niños viven de manera diferente el divorcio. Puede ocasionar que el niño se refugie en sus fantasías para protegerse, desarrolle un rechazo hacia el matrimonio (o al compromiso), sus miedos se fortalezcan, excesiva dependencia, depresión aguda, sentimiento de culpa, abandono de la sensibilidad, violencia o búsqueda de una pareja violenta, enojo, pensamientos suicidas, etc.
  • El divorcio de los padres aumenta la tasa de delincuencia en los hijos.
  • Los hijos que no viven con ambos padres juntos, delinquen con crímenes más graves.
  • Los adolescentes que no viven con ambos padres juntos tienen más riesgo de alcoholismo y drogas.
  • Riesgo de que un progenitor abuse de sus hijas: los padrastros lo multiplican por seis.
  • Es 70 veces más probable que a un bebé le asesine su padrastro, que no su padre biológico.
  • Más sexo precoz y más hijos fuera del matrimonio en hijos de divorciados.
  • Los divorciados aumentan su riesgo de enfermedad mental, suicidio y accidente mortal.
Recomendaciones

Existen muchas recomendaciones para los padres tras el divorcio para minimizar el impacto que tiene sobre los hijos. 
  • Dejar en claro que NO es su culpa.
  • No permitir que los hijos afronten situaciones que provoquen inseguridad
  • Reforzar el auto-concepto y la autoestima de los hijos por medio de elogios.
  • Anuncia la salida del cónyuge con la verdad.
  • Hablar con los hijos acerca de la ruptura antes de que sea un hecho legal.
  • Encontrar la forma de manifestar adecuadamente los sentimientos.
  • Mantener el respeto hacia la figura del cónyuge que se va del domicilio.
  • No obligar a los hijos a “tomar partido”
  • Notificar al colegio, a toda la familia y al pediatra el hecho.
  • Poner en primer plano las necesidades de los hijos.
  • Mantener al niño al margen del proceso legal, formal o económico.
  • Solicitar ayuda especializada para el crecimiento personal y la resolución de conflictos.
Conclusiones

Nos encontramos ante un fenómeno común del cual hay que conocer sus pros, contras y consecuencias. Las problemáticas que se presentan en el matrimonio, de no ser abordadas de la manera correcta, pueden ser detonantes para el divorcio. De darse el divorcio, deben conocerse las implicaciones legales que existan, que pueden variar dependiendo de las leyes de cada estado o país. Éstas establecen factores que pueden ser determinantes para la vida de los hijos.

Después del divorcio, si las actitudes y conductas que tengan los padres en relación con su ex pareja son negativas, pueden generar estrés y confusión en los hijos. Cabe señalar, que de llevarse el divorcio de manera voluntaria y pacífica, se minimiza en gran medida las consecuencias. Abogados, se debe entender que el proceso legal puede ser estresante y tedioso para la familia, no solo para la pareja, hay que intentar comprender y brindar el asesoramiento correcto.