lunes, 29 de diciembre de 2014

El Suicidio: Consideraciones Generales

Como encarar y reducir los riesgos. (consulte a un profesional )

Hablar de suicidio, malentendido como una muerte voluntaria, generalmente hace que la gente se incomode. Pero desde el punto de vista de la salud mental se hace necesario hablar, principalmente para hacernos conscientes del riesgo real que tiene aquel que sufre una de estas enfermedades y sobre todo para poder adquirir habilidades y pautas para aprender a detectar situaciones de riesgo y saber actuar previniendo los comportamientos suicidas.
Mitos Y Realidades

1. La gente que habla de suicidio no lo comete.
Comentario: No todas las personas hablan de suicidio pero cuando sí lo hacen deben ser tomadas en serio y debes preguntar sobre ello. De cada diez personas que se suicidan, nueve manifestaron claramente sus propósitos y la otra dejó entrever sus intenciones de acabar con su vida.
2. Las personas con enfermedad mental tienen una alta incidencia de suicidio.
Comentario: Es muy probable que las personas que padecen depresiones graves intenten suicidarse y tienen una alta incidencia de ello, particularmente si no están tomando medicamentos para su condición. Las cifras de suicidio son del orden del 10% en las personas con esquizofrenia. Esta cifra fue calculada para un período de 10 años con la enfermedad. Los enfermos mentales se suicidan con mayor frecuencia que la población general, pero no necesariamente hay que padecer un trastorno mental para hacerlo. No hay duda de que todo suicida es una persona que sufre.
3. Los problemas de las personas no son causas suficientes para que se quiten la vida suicidándose.
Comentario: Nadie puede juzgar qué es importante o qué no es importante en la vida de otra persona. Lo que es importante para una persona no es importante para otra. Los jóvenes pueden considerar importantes cosas que una persona mayor no consideraría importante. No podemos estimar los traumas de otras personas o su angustia mental.
4. Si alguien va a morir por suicidio, nada los puede detener.
Comentario: En general la gente quiere vivir. Empleando un acercamiento afectuoso para averiguar qué ha llevado a la persona a esta situación y aprendiendo cómo acercarse a esa persona, en algunos casos se puede lograr evitar el evento. En las personas con enfermedad mental es útil hablar sobre la extraordinaria investigación que se está llevando a cabo en la actualidad, que proveerá mejores medicamentos y tratamientos para ayudarles con sus síntomas y para promover su recuperación.
5. Si una persona está pensando en el suicidio, la proximidad de un arma puede precipitarlo.
Comentario: La disponibilidad de alguna sustancia química venenosa, cuchillo, arma de fuego, etc., puede precipitar el acto de suicidio. Si Ud. sospecha que una persona puede quitarse la vida, trate de eliminar estas tentaciones.
6. Cuando las personas parecen alegrarse, es señal de que ha pasado el peligro.
Comentario: Para aquellos que padecen una enfermedad mental existe gran riesgo cuando demuestran una aparente mejoría de su condición. A veces el obtener nuevos conocimientos sobre su enfermedad puede hacer a la persona vulnerable a los intentos de suicidio. Pase mayor tiempo con esa persona ahora que parece estar un poco mejor, igual que como lo hizo cuando esa persona estaba muy enferma.
7. El suicidio o el intento de suicidio suele ocurrir sin aviso.
Comentario: Casi siempre hay signos de advertencia para las personas muy cercanas a alguien que está pensando en suicidarse. Son cosas que dicen o hacen que pueden no ser típicas de su conducta habitual. Sin embargo, estos signos no siempre son tan obvios, de manera que debemos estar alertas.
8. Las personas que intentan suicidarse solo buscan atención.
Comentario: Cualquiera que intente suicidarse está pensando seriamente en terminar su vida. Cualquier intento debe ser tomado seriamente y se debe hablar con esa persona sobre ello.
También existe la posibilidad que sea un llamado de auxilio, así es que su cuidado, atención y buena voluntad para querer hablar sobre el tema puede ser justo lo que esa persona necesite.
9. Auxiliar a las personas que están pensando en suicidarse puede ayudar a prevenirlo.
Comentario: Al interrogar correctamente o escuchar a la persona es bastante posible que ella vea que existen buenas razones para vivir.
10. El suicidio es más frecuente entre los ricos/pobres.
Comentario: Nadie es inmune. Todos tenemos pensamientos y sentimientos. Cualquiera puede sufrir estrés, presiones o dolores intolerables que lo pueden poner en riesgo.
11. Si se reta a un suicida este no lo intenta.
Comentario: Pretender probar fuerzas con el sujeto en crisis suicida y desconoce el peligro que significa su vulnerabilidad. Retar al suicida es un acto irresponsable, pues se está ante una persona vulnerable cuyos mecanismos de adaptación han fracasado, ya que predominan precisamente los deseos de autodestruirse.
12. Solo los viejos se suicidan.
Comentario: Pretende evadir el suicidio como causa de muerte en edades tempranas de la
vida como son los niños y los adolescentes. Los ancianos realizan menos intentos autolíticos que los jóvenes, pero utilizan métodos mas efectivos al intentarlo, lo que lleva a una mayor letalidad.
13. El suicidio se hereda
Comentario: Aunque el suicidio pueda tener influencia genética, existen una serie de factores protectores que es preciso potenciar (habilidades en la resolución de los problemas, tener confianza en uno mismo, integración social, etc.…).
14. El que intenta el suicidio es un cobarde.
Comentario: Los que intentan suicidarse no son cobardes sólo son personas que sufren. Los atributos personales como cobardía o valentía no se cuantifican o miden en función de las veces que alguien se intenta quitar la vida o la respeta.
15. Los medios de comunicación no pueden contribuir a la prevención del suicidio.
Los medios de comunicación pueden convertirse en un valioso aliado en la prevención del suicidio si enfocan correctamente la noticia sobre el tema y tienen en cuenta las sugerencias de los expertos: publicar señales de alerta de una crisis suicida, dispositivos de salud mental a los que puede acudir, divulgar grupos de riesgo y medidas sencillas que permitan a la población saber qué hacer en caso de detectar a un sujeto con riesgo de suicidio.

Los factores de riesgo del suicidio en adolescentes abarcan:
  • Acceso a armas de fuego.
  • Miembro de la familia que cometió suicidio.
  • Antecedentes de auto-agresión deliberada.
  • Antecedentes de abandono o maltrato.
  • Vivir en comunidades en donde ha habido brotes recientes de suicidio en personas jóvenes.
  • Ruptura sentimental.
¿Se siente ahora con tendencia suicida?

Si siente severo dolor mental y está considerando suicidarse, hable con alguien. Su vida vale la pena, aunque usted no lo crea en este momento. Usted sufre un dolor insoportable, trate de compartirlo con alguien ahora mismo. Por favor no haga nada precipitado.

Para la familia y amigos: Signos de alarma de un intento de suicidio inminente.

Los siguientes son indicadores de que un familiar o amigo/a puede estar a punto de cometer suicidio.
La persona puede:

• Tener cambios inusuales de ánimo o calma (posiblemente después de tomar una decisión)
• Estar preocupado con problemas insolubles; preocupación con la muerte
• Parecer estar poniendo su vida en orden – arreglando cosas o regalando artículos personales o dinero
• Haberse retraído de amigos y familia
• Parecer imposible de relacionarse con otros
• Tener ideas definitivas sobre cómo morir por suicidio
• Expresar sentimientos extremos de fracaso, de inutilidad, de vacío, desilusión y desesperanza

Qué hacer cuando el suicidio parece probable o inminente

Si la amenaza de suicidio parece inminente ya es demasiado tarde para hacer un plan para ayudarle a tomar las decisiones correctas. Si usted sospecha que la persona está pensando en el suicidio “ahora” por sus acciones o palabras, averigüe cuan inminente es el suicidio haciendo preguntas directas:
  • ¿Te has estado sintiendo triste o infeliz?
  • A veces ¿te parece que las cosas nunca mejorarán?
  • ¿Te has sentido tan mal como para pensar en hacerte daño a ti mismo/a?
  • ¿Tienes pensamientos acerca de poner fin tu vida?
  • ¿Has pensado sobre cómo matarte? ¿Cómo lo vas a hacer?
  • ¿Has hecho planes para hacerlo? ¿Tienes un plan de suicidio?
  • ¿Tienes todo lo que necesitas para hacerlo?
  • ¿Cuándo piensas hacerlo?
  • ¿Se siente ahora con tendencia suicida?
  • ¿Hay algo que te pudiera hacer cambiar de idea? Como por ejemplo ¿la gente que te importa, las creencias religiosas, la responsabilidad hacia otros o algo que todavía quieras hacer o ver?.
Las respuestas a estas preguntas pueden darle el tiempo que usted necesita para desviarlo y ponerse en contacto con su doctor, profesional de la salud mental, servicios de emergencia, etc., y mantener a la persona implicada con usted y lejos de su plan.

¿Qué señales de advertencia debe usted esperar?

Junto con otros signos de depresión o manía, esté atento a estas señales de alerta que pueden indicar sentimientos o pensamientos suicidas en un adolescente:
  • Aislamiento de amigos, familia y actividades.
  • Acciones violentas, conducta rebelde o escaparse.
  • Abuso de drogas o alcohol.
  • Inusual descuido de su apariencia.
  • Incapacidad para tolerar recompensas o elogios.
  • Describirse a sí mismo/a como una mala persona.
  • Hacer declaraciones tales como “ya nada importa”, “ya no seré problema mucho tiempo más” o “no volverán a verme”.
  • Regalar posesiones preciadas, eliminar pertenencias importantes o de alguna manera poner en orden sus asuntos.
  • Tornarse alegre de la noche a la mañana después de un período de depresión.
  • Tener alucinaciones o pensamientos bizarros
Situaciones que no son inminentes pero aún graves

Cuando haya situaciones en que usted piense que el suicidio no es inminente pero sigue siendo un riesgo grave, usted puede determinar el estado de ánimo de la persona con preguntas menos directas.

Se sugiere: Usted debe ser absolutamente sincero al abordar a la persona. No tenga miedo de hacer las preguntas de la siguiente lista. A partir de las respuestas usted podrá establecer con exactitud cuál es la situación y obtener una idea de lo que tiene que hacer.

1. ¿Tienes un plan para morir suicidándote? ¿Cómo? ¿y qué tan pronto? (Mientras más completo sea el plan, más probable es que la persona actúe en consecuencia).
2. ¿Cómo es el dolor que estás sintiendo? ¿Podemos encontrar maneras de aliviar ese dolor?
3. ¿Hay momentos en que se te alivia el dolor? ¿Cómo te sientes entonces?
4. ¿Tienes a alguien, o algo a que puedas recurrir para que te ayude?
5. ¿Has intentado suicidarte antes?
6. ¿Estás viendo a tu médico o a tu proveedor de salud mental con regularidad y frecuencia?

¿Puede el evento evitarse?

Aquí hay una serie de sugerencias que pueden disuadir los intentos de la persona:

• Llame o póngase en contacto con el profesional de salud mental de la persona inmediatamente y hágale notar la urgencia de la situación.
• Llame al número telefónico de su Línea Local de Crisis, si existiera. Suele encontrarse en la parte delantera de la guía telefónica.
• Pídale a un amigo/a cercano de la persona que venga a hablar con su amigo/a.
• Permanezca con la persona.
• Obtenga una promesa de no consumir alcohol o drogas si es que constituyen un factor.

Usted notará que el peligro de suicidio aumenta con cada pregunta.

• Dé esperanza: hablar sobre el alivio de sus problemas; intente hablarle para aplacar su soledad y dolor, escuche más que hable, use los siguientes consejos para escuchar:
  1. No juzgue – sólo escuche con atención
  2. Evite insertar sus propias opiniones
  3. Concéntrese en lo que el otro está diciendo
  4. Haga preguntas que los obliguen a pensar y sentir
  5. Deje que la otra persona dirija la conversación
  6. Trate de entender la perspectiva de la persona – vea su punto de vista
  7. Manténgase enfocado en la otra persona y lo que está diciendo
  8. Aliente activamente a la persona a hablar a través de señales verbales y no verbales
  9. Reflexione sobre la esencia de lo que se ha dicho
• Si la persona ha intentado suicidarse antes, pregúntele cómo fue y qué ocurrió después.
• Con el permiso de la persona, conéctelo a con su profesional(es) de salud mental, su médico de familia/psiquiatra, tan pronto como sea posible.
• Hable sobre los factores de protección: algún pariente o mascota que dependa de ellos
• Elabore un plan, tanto para la persona como para usted mismo, basado en sus conversaciones.
Escríbalo. Si le parece apropiado haga que la persona escriba un plan también. Los planes deben ser firmados. La acción de escribir es como un contrato y puede ayudar a evitar cualquier daño a sí mismo. Éste debe ser sencillo.
El plan contendrá:
  1. Retrasar la acción para dar tiempo a la persona a reconsiderar.
  2. Un acuerdo con la persona con respecto a ciertas acciones que retrasarán el realizar la acción suicida.
  3. Cualquier otro material que sea relevante a la situación específica (Por ejemplo, la eliminación de armas, llaves, etc.).
• Siga con el plan de contacto regular con la familia y red de amistades que usted ha desarrollado previamente.
• Retire cualquier medio para suicidarse, realice esto junto con la persona como señal de compromiso para no intentar suicidarse esa noche.

¿Qué hacer si cree que alguien está al borde del suicidio?

Pregunte
  • Pregunte si la persona está pensando en hacerse daño a sí mismo/a.
  • Pregunte si la persona tiene algún plan.
  • Pregunte si la persona ha hecho preparativos para llevar a cabo su plan.
Actúe
  • Actúe eliminando los medios por los que podría cometer suicidio (por ejemplo, píldoras, armas).
  • Actúe notificando al psiquiatra de la persona.
  • Actúe instituyendo la hospitalización, ya sea voluntaria o involuntaria, si es necesario.
  • Actúe como si fuera una emergencia, ya que suele ser una emergencia.
Busque ayuda médica, psicológica, apoyo social. “Esté preparado” Realice un plan de crisis familiar.

Tratamiento

Las personas que intentan cometer suicidio pueden necesitar hospitalización para tratarlos y reducir el riesgo de futuros intentos. La terapia es una de las partes más importantes del tratamiento. Es posible que las personas que están en riesgo de comportamiento suicida no busquen tratamiento por muchas razones.

Se debe evaluar y tratar cualquier trastorno de salud mental que pueda haber llevado al intento de suicido. Esto abarca:
  • Trastorno bipolar
  • Trastorno límite de la personalidad
  • Dependencia del alcohol o las drogas
  • Depresión mayor
  • Esquizofrenia
Todo adolescente que haya intentado suicidarse requiere de una evaluación física y tratamiento, hasta recuperar la estabilidad física. El tratamiento de la salud mental para los sentimientos, ideas o comportamientos suicidas comienza con una evaluación minuciosa de los acontecimientos de la vida del adolescente previos al comportamiento suicida. Una evaluación integral del adolescente y de la familia contribuye a la toma de decisiones con respecto de las necesidades de tratamiento. Las recomendaciones de tratamiento pueden incluir, entre otras, la terapia individual para el adolescente, terapia de familia y, cuando sea necesario, la internación para brindarle al adolescente un entorno supervisado y seguro. Los padres tienen un rol vital de apoyo en cualquier proceso de tratamiento.

Prevención

  1. Esta es una mini guía de ayuda para familia/amigos de una persona en crisis. Sin embargo, si usted es un amigo, miembro de la familia o simplemente conoce a alguien que cree que puede intentar suicidarse, nunca trate de manejar el problema por su cuenta. Busque ayuda. Nunca ignore una amenaza o intento de suicidio. El hecho de evitar el alcohol y las drogas (diferentes a los medicamentos recetados) puede reducir el riesgo de suicidio. 
  2. El tratamiento de las enfermedades mentales y el abuso de sustancias pueden disminuir el riesgo de suicidio.
  3. La prevención del suicidio debe ser un esfuerzo sistemático no sólo para el sector salud, sino también para los centros laborales, las escuelas, los centros comunitarios y en especial, para las familias.
Después de un intento de suicidio

Después de un intento de suicidio, los cuidadores familiares y la persona afectada probablemente enfrentarán una mirada de consecuencias y sentimientos. Cuando se produce un suicidio o un intento de suicidio, la familia se siente traicionada, culpable, enojada, impotente y deprimida. También se sienten avergonzados. Esta complejidad de emociones -junto con la necesidad de mantener segura a la persona después del intento- implica una gran carga para la familia y amigos cercanos. Para todos, el evento será un gran shock. Incluso aquellos familiares que se consideraban preparados para cualquier posibilidad experimentaran shock, así como una amplia gama de otras emociones.

Mientras la familia está sobrepasada con lo sucedido, la persona se siente desconcertada por la situación, como si se estuviera lanzando por una montaña rusa emocional. Además, es probable que él/ ella experimente extrema vergüenza. A veces esto se profundiza aún más si el individuo está hospitalizado con vigilancia las 24 horas en su habitación. (Esta vigilancia extra se considera necesaria después de un intento ya que la persona está especialmente vulnerable).

Un intento de suicidio es traumático para la persona y su familia. Nuevamente se deben experimentar todas las emociones antes de que se introduzcan emociones positivas y la persona pueda reconectarse con la esperanza y una razón para vivir.

Es bastante normal que todos pasen por las fases de “negación, vergüenza, el culpar a otro, el propio sentido de culpa y la ira” que son partes normales del proceso del duelo. No obstante, el peligro está en que los miembros familiares transfieran sus propios sentimientos a los demás integrantes de la familia, señalando culpas con el dedo que producirán más y más estrés y multiplicarán estas emociones. Trate de tener en cuenta que NADIE TIENE LA CULPA de lo que ha sucedido.
Después de un suicidio

Después de una muerte por suicidio o de un intento de suicidio, las familias deben atravesar el proceso de luto, la negación, culpabilidad, vergüenza, imputar culpabilidad y la ira que son partes integrales de la pena y el duelo. Muchas familias pasaron por este ciclo cuando descubrieron por primera vez que su ser querido tenía una enfermedad mental. Ahora deben pasar por un nuevo duelo.
Puede que no haya sido posible detener la muerte. No obstante, en un primer momento las familias se pueden culpar a sí mismas y revivir constantemente lo que sabe del evento.

“No culpe a amigos ni familiares. Todo el mundo está sufriendo. Nadie deseaba esta muerte. Entrar en peleas con su familia sobre quién tiene la culpa u otros detalles de la situación sólo producirán resentimientos. En este momento usted no necesita alejarse de su familia. Necesitan recuperarse y trabajar juntos.”

Cuando se produce un suicido, vuelve a aparecer el “por qué”. Nos preguntamos ¿Qué podíamos haber hecho?, ¿Qué es lo que no hicimos? La familia vuelve a cuestionarse y al igual que antes, suele no encontrar respuestas y deben ponerse de acuerdo en esto.

La pérdida de un ser querido por suicidio puede traer intensos sentimientos de dolor y luto. Las respuestas y emociones experimentadas en la pérdida por un suicidio pueden diferir de los que se sienten después de otros tipos de muerte. El hecho de que la muerte de un ser querido parecía involucrar un elemento de elección, plantea dolorosas preguntas que no necesariamente aparecen si la muerte hubiese sido accidental o natural. El duelo por suicidio puede ser prolongado. El proceso de duelo se caracteriza por preguntas angustiosas y la búsqueda de alguna explicación de lo sucedido. La investigación sugiere que los sentimientos asociados a la culpa, la vergüenza, el rechazo y la estigmatización suelen ser más pronunciadas que en otros tipos de duelo.

¿Qué puede hacer usted si ha comenzado a pensar en el suicidio?

Recomendaciones importantes para una persona que tiene ideas de suicidio.

1. Aunque no se le ocurra otra solución que el suicidio, no significa que no la haya, sino que usted no la puede ver en ese momento. Otra persona puede ayudarle a encontrar esa solución.
2. Busque ayuda lo antes posible. Si cree que no puede más, hable con un amigo o con un familiar en quien confíe, vaya a ver a su médico o llame a un servicio de atención telefónica.
3. Hable de sus pensamientos suicidas. No se guarde para si mismo sus pensamientos  suicidas.
4. Posponga cualquier decisión acerca del suicidio: cuando la persona es capaz de posponer su decisión tan sólo 24 horas, las cosas mejoran y se sentirá más capaz de enfrentarse a sus problemas.
5. Permanezca acompañado hasta que los pensamientos sobre el suicidio disminuyan.
6. Las crisis son transitorias. Muchas personas han pensado en el suicidio en algún momento de su vida, pero deciden vivir porque se dan cuenta de que las crisis son transitorias, mientras que la muerte no lo es.
7. Muchas personas que alguna vez han pensado en suicidarse, en realidad no querían morir sino acabar con su sufrimiento. Por eso están contentas de no haberlo hecho una vez que el sufrimiento ha pasado.
8. Piense en las cosas o personas importantes que le han ayudado a superar otros momentos difíciles. Esas son precisamente las cosas o personas por las que también ahora merece la pena vivir.
9. No se aísle. Trate de salir o de recibir en su casa a familiares y amigos, aunque no disfrute de su compañía como antes. Es muy importante seguir manteniendo el contacto.
10. Trate de centrarse en el día a día. Pensar más allá puede ser abrumador si siente que tiene muchos problemas y no se ve capaz de afrontarlos.
11. Cuando esté desanimado, evite las drogas y el alcohol. Muchas sustancias aumentan su malestar. Además, no le ayudarán a resolver los problemas y pueden llevarle a hacer cosas que normalmente no haría.
12. Manténgase sano, trate de hacer suficiente ejercicio y de comer bien. El ejercicio puede ayudarle a sentirse mejor mediante la liberación de ciertas substancias en su cerebro. Comer bien ayuda a notarse con más energía y a sentirse capaz de manejar los momentos difíciles de la vida.
13. Vaya a ver a su médico o a su especialista para hablar del apoyo o el tratamiento. Hable de sus pensamientos y sentimientos sobre el suicidio con su médico.

Converse sobre los modos con los que usted se mantiene a salvo y asegúrese de que recibe los mejores tratamientos y cuidados

Conclusión
  • El suicidio es un problema complejo determinado por la interacción entre varios factores: la contribución de aspectos biológicos, historia personal, historia familiar, eventos circunstanciales, aspectos religiosos, contexto socio-cultural, histórico y socioeconómico.
  • El acto suicida no suele ser  un acto voluntario, forma parte de una enfermedad. Este es un tema que, por la importancia que tiene, tendría que trabajar dentro de la familia, también se ha de tener el apoyo profesional para evaluar la ideación e intención y por dar las intervenciones adecuadas como los cuidados necesarios, con el fin de evitar que la enfermedad prive la vida de la persona.
  • Los temas de suicidio deben abordarse directamente. Reconozca con empatía la visión del paciente en torno a que la muerte es una solución al problema del insoportable dolor psicológico. 
  • La mayoría de los intentos de suicidio no terminan en muerte. Muchos de estos intentos se llevan a cabo en una forma en que el rescate sea posible. Estos intentos a menudo representan un grito en busca de ayuda. Aunque siempre se debe de tomar en serio los intentos y amenazas de suicidio.
  • En México hablamos poco del suicidio. No porque sea irrelevante, sino porque incomoda. Paradójicamente, este fenómeno reservado, que comúnmente se maneja con tanto disimulo es considerado una de las principales causas de muerte en México, particularmente entre nuestros adolescentes. El suicidio en México es un problema de salud pública.
“El suicidio no se elige, sucede cuando el dolor sobrepasa los recursos para superarlo”




http://alex-psicoclinica.blogspot.mx/2013/09/el-suicidio.html
http://www.guiasalud.es/GPC/GPC_481_Conducta_Suicida_Avaliat_vol1_compl.pdf
http://alex-psicoclinica.blogspot.mx/2014/02/indicadores-prevencion-e-intervencion.html

El Mundo de los Complejos

Complejo, creada por Carl G. Jung y popularizada por la discusión del psicoanálisis Freudiano. En psicología significa conjunto de sentimientos inconscientes, adquiridos por experiencias vividas en la infancia y que influyen sobre la personalidad. Son respuestas que generan nuestra mente ante una discapacidad o una diferencia con los demás. 
En la mayoría de los casos se trata de pensamientos irracionales que atormentan a la persona la cual les da un valor sobre dimensionado y de ahí el malestar que se produce. Pocas veces tienen que ver con la realidad del individuo y realmente es la propia persona la que ha exagerado ese complejo y le ha dado una importancia superior a la debida.

En psicoanálisis designa el agregado estructurado de deseos, ideas, pensamientos y mociones inconscientes que al ser percibidos como perturbadores, han sido desplazados o reprimidos y que tienden a retornar de diversas formas.

Un complejo es un Conjunto organizado de representaciones y de recuerdos dotados de intenso valor afectivo, parcial o totalmente inconscientes. En términos sencillos un complejo es un rasgo físico o psicosocial que nos causa preocupación excesiva. Además, en un sentido coloquial y no estrictamente técnico, se habla de una persona “acomplejada” o que sufre “complejos psíquicos” cuando presenta una marcada disconformidad con alguno o varios aspectos físicos o psíquicos de su persona, los que experimenta o percibe subjetivamente con sentimientos de minusvalía.

¿Cuándo suelen aparecer?

Generalmente se originan en la infancia, se afianzan en la adolescencia y si no se superan, se manifiestan abiertamente en la etapa adulta.

¿Por qué se originan?

Los complejos se generan en la propia mente, a menudo ese defecto que se ven ni siquiera existe, todo está en su cabeza.

Su origen reside en múltiples factores:
  • Defectos físicos.
  • Choques emocionales.
  • Deseos no satisfechos.
¿Cómo se manifiesta una persona acomplejada?
  • Generalmente nos encontramos con personas atormentadas, amargadas, que se sienten incómodas y rechazan los cambios naturales de la vida.
  • Son personas que se sienten inseguras e inferiores a los demás.
  • Tienen problemas de autoestima importantes.
  • Los complejos físicos son difíciles de asumir: vivimos en una sociedad marcada por lo superficial y lo físico, que a menudo no busca más allá, en el interior de las personas.
Sentimientos de inferioridad
  • Existen dos tipos de sentimientos de inferioridad: los innatos y los adquiridos.
  • Con los sentimientos innatos nacemos y conforman nuestra personalidad.
  • Los sentimientos adquiridos se crean con el tiempo y son fomentados por el entorno social y cultural, por estar demasiado pendientes del "qué dirán".
  • Hay casos en los que el acomplejado procura disfrazar su problema y adopta actitudes defensivas: pueden aparecer entonces gestos altivos, despectivos y altaneros, insolencia, falta de respeto y tiranía hacia los demás.
En otras ocasiones la persona acomplejada recurre a la provocación con actitudes llamativas o ropas extravagantes.

Características de las personas acomplejadas
  • Suelen ser muy observadoras y admiradoras de las virtudes y posesiones ajenas, pero no saben valorar las propias.
  • Son hipersensibles y susceptibles: a menudo interpretan los gestos, las palabras o las actitudes de los demás como rechazo o falta de interés por su persona.
  • Viven siempre centradas en sus propios problemas y limitaciones.
  • Tienen un exagerado temor al fracaso, lo que las lleva a la pasividad.
  • Generan un círculo vicioso: por sentirse inferiores actúan de manera insegura, lo que provoca que los demás las consideren incompetentes, y eso conduce a aumentar su complejo.
  • Suelen tener problemas de relación con las demás personas.
El papel de la familia
  • La familia es el primer factor determinante de los complejos.
  • Hasta los 7-8 años los padres forjan el 90% de los criterios con el ejemplo.
  • La sobreprotección o la falta de apoyo, así como los reproches sobre determinados comportamientos o conductas del niño causan en éste una baja autoestima.
  • Si en su familia el niño no se siente querido, valorado o respetado, su personalidad se tornará frágil e insegura.
El papel de la escuela
  • El otro gran foco generador de complejos es el entorno escolar.
  • Los niños tienen una gran capacidad para mofarse de los defectos ajenos y bautizar a la víctima con el más sangrante de los apodos posibles.
  • Por esa razón convertir en complejo una característica física (una estatura baja o muy alta, la obesidad, las piernas torcidas, los dientes defectuosos, una gran nariz, etc) mediante la burla puede derivar en un severo problema de autoestima.
El papel de la sociedad
  • Las pautas de belleza o de vida que marca la sociedad no siempre se ajustan a la realidad.
  • Por ello las personas que queden al margen de estos cánones pueden ser presa fácil de complejos.
  • Un sector especialmente sensible a estas circunstancias son los adolescentes: para ellos pueden cobrar una dimensión insospechada factores aparentemente tan inofensivos como la aparición de granos, el cambio de la voz, ganar peso o tener un busto pequeño.
  • El no saber adaptarse a estos cambios físicos puede conllevar un sentimiento de inseguridad continuo en algunos adolescentes.
  • En esta etapa de la vida la apariencia física pasa a ocupar un lugar primordial.
Cómo superar los complejos
  • Buscar siempre el lado positivo de las cosas, no todo es negro y negativo, seguro que hay algo que se puede destacar.
  • Potenciar tus virtudes y tapar los defectos para superar los complejos, una vez asimilados.
  • Ser realista y saber lo que cada uno tiene y a dónde puede llegar.
  • Ponerte retos y metas cercanas y accesibles para reforzar tu autoestima, pensando siempre en positivo.
  • Intentar tapar los defectos aunque no siempre se puede.
Aprender a vivir con los complejos
  • Lo primero siempre debe ser descubrir las causas del complejo y autoconvencerse de que el complejo puede ser vencido.
  • Tres normas básicas que permiten o ayudan a superarlos:
  • tener un conocimiento de sí mismo y aceptarse tal como cada uno es.
  • realizar un esfuerzo personal para superarse.
  • abrirse a los demás, iniciar una apertura social.
  • Es fundamental aprender a vivir con los complejos, es importante no obsesionarse con ellos y ser consciente de tus complejos para asimilarlos.
  • Rescatar el sentido del humor.
  • La cirugía estética no es la solución y debe dejarse como la última alternativa: puede perjudicar la psicología de la persona y después de una operación quizás se descubrirá otro complejo y se volverá a plantear otra cirugía.
  • Aprender a quererse uno mismo, aceptándose y valorándose, con virtudes y defectos.
  • Buscar los aspectos positivos de la propia personalidad y repasar nuestras virtudes y cualidades.
  • Jamás se debe basar la conducta, el comportamiento, la vida en general, en la apariencia externa.
  • Reforzar la autoestima con pensamientos positivos: así se gana confianza y seguridad en sí mismo, que son los factores que se pierden con los complejos.
  • Hay que valorarse por lo que uno es, y no por lo que los demás digan de uno.
Un complejo se forma a partir de las relaciones interpersonales de la historia infantil, puede estructurar todos los niveles psicológicos: emociones, actitudes, conductas adaptadas.

Todos tenemos partes de nuestro cuerpo que no nos gustan y nos llegan a crear alguna incomodidad o complejo. También tenemos alguna preocupación o complejo psicosocial en donde nos sentimos por arriba o por abajo del comportamiento promedio. Si esa característica de tu cuerpo o mente se convierte en un pensamiento obsesivo, entonces podemos tener la certeza que estamos frente a un complejo.

En la parte científica podemos identificar muchos tipos de complejos, entre los más comunes encontramos: El complejo de Edipo o conflicto edipico y el de castración, en psicoanálisis.

Algunos otros complejos que no están clasificados en los manuales de consulta especializados en psiquiatría son:

Complejo de Aristóteles
Complejo de Aquiles
Complejo de Bovary
Complejo de Brummel
Complejo de Caín
Complejo de Abel
Complejo de Cenicienta
Complejo de Hamlet
Complejo de Judas
Complejo de Münchausen o complejo de Pinocho
Complejo de Pulgarcito
Complejo de Wendy
Complejo de Peter Pan
Complejo de Agar y Sara
Complejo de Agripina
Complejo de Alejandro
Complejo de Antígona
Complejo de Brunilda
Complejo de Creso
Complejo de Dafne
Complejo de Electra
Complejo de Empédocles
Complejo de Eróstrato
Complejo de Job
Complejo de Judas
Complejo de Narciso
Complejo de Otelo
Complejo del Psicoanalista
Etc…

•Otros complejos; complejo de Hulk , de nalgón(a), de tener pene chico, de pobre, de rico, de sentirse inteligente, de metrosexual, de ser bondadoso, de tener mucho pecho o nada de pecho y la lista es inmensa. Aquí aplica el dicho de: “dime de qué hablas y te diré de lo que careces".

Sugerencias para el cambio
  • El tratamiento generalmente consiste en una terapia cognitiva conductual (logrando una reingeniería en sus pensamientos) combinada de trabajo en el consultorio y casi siempre el uso de algún ansiolítico o antidepresivo.
  • Si el paciente no quiere tomar algún medicamento, se utilizan técnicas de relajación y la tecnología de campo electromagnético pulsante de baja frecuencia a manera de equilibrar el cuerpo disminuyendo la ansiedad y la depresión.
  • Desafortunadamente un paciente puede tardar muchos años en darse cuenta de que tiene una alteración en la forma de verse y ser visto por los demás.
  • Conocer y difundir más sobre este tipo de complejos. Mostrar modelos saludables en casa y elevar el autoestima del paciente.
  • Aceptarse así mismo con virtudes y defectos.
Comencemos aceptando que la condición humana, el sujeto, la sociedad, la cultura, la educación, la política, la   economía, son mucho  más complejos  que los fenómenos biológicos o físicos. Para hacer frente esta época actual, a una sociedad muy compleja, donde los fenómenos sociales, políticos, económicos  y culturales  se dan indefectiblemente unidos, de tal forma que para poder comprenderlos racional y científicamente habrá que tener en cuenta el contexto particular en donde estos surgen. Por eso, vivir en el siglo XXI, implica vivir en una era con desafíos muy complejos, a los que solo podremos enfrentar si la educación logra promover una inteligencia general apta para comprender la muldimensionalidad en que nos movemos, respetando la individualidad de las sociedades y el contexto de la sociedad global.


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viernes, 19 de diciembre de 2014

Dolor Crónico: Característica y Tratamiento

El dolor crónico es física y psicológicamente estresante, y su molestia constante puede provocar irritación y frustración con usted mismo y con sus seres queridos. Por definición, se considera dolor crónico al que se prolonga durante más de seis meses y afecta la forma en que una persona lleva a cabo su vida cotidiana. Si bien los médicos pueden proporcionar tratamiento para las dimensiones físicas del dolor crónico, los psicólogos son los únicos profesionales entrenados para ayudarle a manejar los aspectos mental y emocional de este trastorno debilitante.
Existen varios tratamientos médicos para el alivio del dolor crónico, como los medicamentos con y sin receta, la fisioterapia, y otros menos utilizados como la cirugía. Sin embargo, estas opciones son sólo algunas de las piezas necesarias para componer el rompecabezas del dolor crónico. El bienestar mental y emocional resulta igualmente importante, por lo cual las técnicas psicológicas y la terapia contribuyen a la creación de la capacidad de resistencia, y enseñan las destrezas necesarias para el manejo del dolor crónico. El dolor agudo le indica que usted puede estar lesionado o tener un problema que necesita atención inmediata. El dolor crónico es diferente. Las señales de dolor duran semanas, meses o hasta años. La causa puede haber sido una lesión o una infección. Puede haber una causa continua de dolor, como la artritis o cáncer. Pero en algunos casos no hay una razón específica.

Los problemas que causan dolor crónico incluyen:
  • Dolores de cabeza
  • Tensión en la zona baja de la espalda
  • Cáncer
  • Artritis
  • Dolor por un nervio dañado
Características principales del dolor crónico:
  • El dolor crónico suele tener su origen en un traumatismo o enfermedad que produce daño tisular, y que a pesar de la desaparición de éste, la dolencia persiste, durante al menos 6 meses, con baja o nula respuesta a los tratamientos analgésicos convencionales.
  • Su prevalencia es muy alta en países industrializados. Según estimaciones recientes, el 80% de consultas médicas están relacionadas con el dolor, de las cuales, un 30% es considerado dolor crónico.
  • Las localizaciones más frecuentes son: cabeza, espalda y articulaciones, aunque puede afectar a cualquier otra zona o zonas del cuerpo.
  • Según el sexo, las mujeres son hasta cuatro veces más propensas que los hombres a esta dolencia, refiriendo también mayor nivel de dolor, más zonas afectadas y mayor grado de incapacidad.
  • El dolor crónico aumenta con la edad, siendo la franja de los 30 a los 60 años donde se da con mayor frecuencia.
  • Debido a esta cronicidad, los pacientes modifican tanto su estilo de vida como su estado emocional. 
  • Con el paso del tiempo se va incrementando la ansiedad y la depresión a la vez que disminuye la autoestima y las relaciones sociales, lo que contribuye al mantenimiento de la dolencia.
El paciente con dolor crónico puede presentar una serie de patologías concomitantes como:
  • Trastornos del sueño
  • Irritabilidad
  • Trastorno del apetito
  • Estreñimiento
  • Retardo psicomotor
  • Reducción de la tolerancia al dolor: el mantenimiento del dolor de forma crónica produce un aumento de la sensibilidad dolorosa y modificaciones psíquicas permanentes que dan lugar a la llamada “fijación del dolor “
  • Apartamiento social: es mucho menos activo, frecuentemente está en coma , sus interacciones personales están marcadamente disminuidas, tanto en su frecuencia como en su duración .
  • Comportamiento patológico anómalo: hipocondriasis
  • Depresión
El paciente con dolor crónico adopta el papel de enfermo y los comportamientos de invalidez crónica, con hipocondriasis asociada. Entre estos comportamientos se incluyen los niveles de actividad disminuidos, la polifarmacia, la policirugía, una reducción de los ingresos, y una desviación de las relaciones familiares . Los conflictos interpersonales e intrapsíquicos están regulados por un proceso de somatización , en el cual la participación del síntoma dolor facilita una huida del estrés , de modo que el dolor queda excesivamente determinado por fuerzas psicológicas ,así como somáticas . La probabilidad de quejarse acerca del dolor (forma de expresarlo ) y el apremio al médico para que facilite alivio vienen determinados en parte por el grado de extroversión, la etnia, el comportamiento patológico anómalo y la clase socio-económica.

Importancia de estudiar el dolor crónico: El dolor crónico supone un fuerte impacto sobre la función física, emocional y cognitiva, sobre la vida social, la vida familiar y la capacidad de trabajar; en ocasiones se escapa a control farmacológico y es capaz de provocar tanto cambios fisiopatológicos a nivel de multiples órganos, como estrés psicológico. La incidencia del dolor crónico es aproximadamente del 20% y está asociado habitualmente a una enorme carga social. Es por esto por lo que la valoración del dolor tiene una mayor demanda en el caso del dolor crónico en comparación con el dolor agudo, siendo esto así tanto en la práctica clínica diaria como en la realización de ensayos clínicos.

Tratamiento Psicológico:

Como se desprende de estas características, el dolor crónico suele acarrear al paciente otros problemas psicopatológicos, por lo que un tratamiento multidisciplinar en el que participe el psicólogo es imprescindible.

El problema no es que haya dolor crónico, sino que este arruine nuestra vida ocasionándonos problemas de pareja, de trabajo, de amistades y tiempo libre, de ansiedad, depresión, insomnio, etc. 

Para salir de esos círculos hay que darse cuenta que estamos ante una situación que no se puede cambiar y que la aceptación es el único camino:
  • Aceptación es no hacer nada para evitar, dejar de hacer todo lo que no sirve: desmontar los círculos viciosos y potenciar el tratamiento médico adecuado.
  • Aceptar es abrirnos a experimentar los sucesos y las sensaciones completamente, plenamente y en el presente, como son y no como tememos que sean.
  • Aceptar es tomar conciencia de las limitaciones que conlleva el dolor crónico.
  • La aceptación abre el camino al compromiso. A seguir haciendo aquello para lo que valemos de acuerdo a nuestras capacidades, aunque esto signifique que tenemos adecuar nuestras metas a nuestras capacidades limitadas por un dolor crónico.
  • Aceptar no es quedarse con el sufrimiento que se tiene, la aceptación disminuye el sufrimiento e incluso inicia proceso psicofisiológico de la habituación, por el que el dolor se hace más tolerable porque nos habituamos a él. Habituándonos a las sensaciones disminuye la ansiedad, el miedo y la depresión, tendremos menos sensaciones asociadas al dolor y continuaremos comprometidos con un nuevo papel social con valores propios
Pero aceptar el dolor, abrirnos a su experiencia es muy duro y puede precisar de una terapia psicológica. Supone que la persona tiene que incorporar en su propio autoconcepto la nueva incapacidad de controlar el dolor y las limitaciones que tiene y pese a ello encontrar un sentido a su vida. Por eso la terapia de aceptación y compromiso proporciona una visión más amplia en la que cabe la inevitabilidad del dolor.

La terapia cognitivo-conductual ayuda al paciente a asumir su enfermedad y a resignarse ante la imposibilidad de la curación, y proporciona una serie de técnicas prácticas para afrontar y sobrellevar de la mejor manera posible el padecimiento, tratando de evitar los graves problemas asociados. Esta es una tarea compleja que implica muchas variables, ya que involucra todas las facetas de la persona y su entorno. Entre los tratamientos psicológicos más efectivos de este enfoque se encuentran:

Intervenciones cognitivas: como las auto-instrucciones e imaginación, tratan de afectar al contexto en el que aparece el dolor más que intervenir directamente sobre el mismo.
Intervenciones conductuales: se centran en recuperar y/o mantener las actividades de la persona al margen del dolor para evitar los efectos indeseables derivados de éste.
Biofeedback: controlar la actividad muscular y temperatura periférica se ha demostrado muy eficaz para el alivio de dolores crónicos. Combinado con la relajación incrementa su eficacia reduciendo la ansiedad.
Programas multicomponente: son las más comunes, formadas por una combinaciones de los tratamientos anteriores. Debido a su complejidad y exigencia presentan alta tasa de abandono.

El diagnóstico del dolor crónico viene dado principalmente por el tiempo de evolución del mismo, así como de los factores que el paciente siente que empeoran el dolor y las características. La combinación del tratamiento psicológico y farmacológico es la mejor forma de combatir este padecer. Al ser un dolor crónico, su tratamiento también ha de ser prolongado. Las nuevas tecnologías permiten agilizar el contacto con el terapeuta, y la garantía de una rápida asistencia es un factor que contribuye en sí mismo al bienestar del paciente.

Nota: Según parece las emociones de cada persona son un fuerte punto que determina si esta tendrá probabilidades de sufrir dolor crónico.

Algunas indicaciones para hacerle frente al dolor crónico:
  • Maneje su estrés: El estrés emocional y físico están estrechamente vinculados, y el dolor persistente puede provocar mayores niveles de estrés. Aprender a lidiar con su estrés de forma saludable puede ayudarle a enfrentar el dolor crónico con mayor efectividad. Comer bien, dormir las horas suficientes y participar en actividades físicas aprobadas son formas positivas para controlar el estrés y el dolor.
  • Tenga pensamientos positivos: El pensamiento positivo es una herramienta poderosa. Al concentrarse en los logros que ha podido alcanzar (por ejemplo, hoy tiene menos dolor que ayer, o se siente mucho mejor que hace una semana) puede marcar una diferencia en la percepción de su nivel de comodidad. Por ejemplo, en vez de considerarse impotente y pensar que ya no puede manejar el dolor, recuérdese a sí mismo que se siente incómodo, pero que se está esforzando por hallar una forma saludable de lidiar con ese dolor, y llevar adelante una vida productiva y plena.
  • Actividad y participación: Alejar el dolor de la mente participando en actividades agradables le ayudará a resaltar los aspectos positivos de su vida. Aislarse de los demás fomenta una actitud negativa y pudiera incrementar su percepción del dolor. Considere la búsqueda de un pasatiempo o afición que le haga sentirse bien y le ayude a conectarse con familiares, amigos u otras personas por medio de los grupos comunitarios locales o la Internet.
  • Busque apoyo: Lidiar diariamente con su dolor puede ser extremadamente difícil, en especial si lo hace por su cuenta. Póngase en contacto con otras personas en su misma posición que puedan comprender sus altas y sus bajas. Busque en la lnternet o en su comunidad grupos de apoyo que pueden reducir su carga ayudándole a comprender que no está solo en su sufrimiento.
  • Consulte con un profesional: Si sigue sintiéndose abrumado por el dolor crónico a niveles que le impiden llevar a cabo su rutina cotidiana, probablemente quiera hablar con un profesional de la salud mental, quien le ayudará a manejar las repercusiones psicológicas de su trastorno.
En los hospitales y en muchas clínicas existen las Unidades del Dolor, donde se solicitan pruebas complementarias al paciente como resonancia magnética, TAC y gamma grafía para intentar comprender la particularidad del dolor para así poder aplicarle un tratamiento más específico. 

Se sugiere una atención integral inmediata con médicos especialista, que cuenten con una formación avanzada en el diagnóstico, el tratamiento y la rehabilitación de personas con dolor crónico. Que con frecuencia trabajan como parte de un equipo con enfermeras, fisioterapeutas y profesionales de la salud mental.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Del Fetichismo Sexual

El fetichismo sexual se considera una práctica inofensiva, salvo en el caso de que provoque malestar clínicamente significativo o problemas a la persona que lo padece o a terceros, pudiendo en este caso llegar a considerarse un trastorno patológico propiamente dicho. Todos tenemos un poco de fetichistas, porque todos tenemos algún “gusto” particular.
El fetichismo sexual llega a ser una  enfermedad siempre y cuando sea una conducta recurrente algo necesaria para lograr la excitación sexual y que afecte la vida social o laboral del sujeto. En el caso de que ésta no afecte la vida social o laboral del paciente, se considera simplemente como una manifestación de su sexualidad.

Los fetiches son más comunes en hombres y se diagnostican como un problema cuando el deseo sexual es sustituido por prendas u objetos, llegando a ser la única manera de obtener satisfacción. Y el objeto tiene que estar presente para que la persona pueda conseguir la excitación y cuando el objeto fetiche se vuelve más importante que la persona que lo usa o lo tiene.

Algunos de los fetiches más comunes son:

Excitación por la ropa de cuero o de látex
Excitación por los tacones de aguja
Excitación por las botas y calzado de mujer
Excitación por la ropa interior
Excitación por las pantimedias
Excitación por los uniformes militares y de cuerpos de seguridad
Excitación por personas con disfraces (Como enfermera o payaso)
Excitación por partes del cuerpo (parcialismo), p. ej. excitación por el cuello, el torso, las manos, los pies
Excitación por el color negro
Excitación por la ropa formal
Excitación por las axilas
Excitación por los guantes o delantales, capas, etc.
Excitación por las mujeres que se descalzan en sitios públicos, también conocido como shoeplay
Excitación por las manos femeninas y masculinas
Excitación por vestirse con ropa hecha de látex

Y algunos de los más extraños son:

Excitación por usar ropas y objetos de bebé, sentirse como tal y ser tratado como tal (Infantilismo psicosexual)
Excitación por la menstruación y objetos relacionados con esta (Menstruofilia)
Excitación por los excrementos humanos (coprofilia)
Excitación por las cosquillas
Excitación por las esposas o grilletes
Excitación por la gente fumadora (capnolagnia)
Excitación por el cuello femenino (tráquea tragando o moviéndose)
Excitación o gusto por personajes de caricaturas o dibujos animados gordos (fatfurs)
Excitación por los chimbombas (balloon fetish)
Excitación por personas practicando el contorsionismo
Excitación por mujeres en estado de embarazo
Excitación (en los hombres) por verse o fantasear que se es mujer. (autoginefilia)
Excitación por los vellos corporales (hirsutofilia)
Excitación por usar chalecos de diversas texturas
Excitación por la música (Melolagnia)
Excitación por la sangre o la violencia
Excitación por la saliva

Características Personales y Sociales del Sujeto

Los fetichistas suelen ser personalidades “borderline”. En la primera edición de los Tres Ensayos de Sexualidad, Freud le asignó a esta práctica una posición particular en el estudio de la neurosis y de la perversión, en la segunda edición, Freud decía “la neurosis desaparecía cuando el propio fetichismo era sometido a un atento estudio”.

En su mayoría es hombre y heterosexual, y muchas de sus fantasías son sado-masoquistas. Un gran número son débiles mentales, de inteligencia subnormal o psicóticos, que en este caso, actúan en torno a la frustración, la ira, la soledad y la desesperanza.

Las personas fetichistas, "suelen" ser personas con una autoestima baja y con dificultad en establecer relaciones interpersonales. Desarrollan sus actividades en forma solitaria, siendo la expresión más socialmente inadaptada, la instancia en que roban sus fetiches.

Existe tratamiento para los fetiches, pero la mayoría de los fetichistas no buscan tratamiento sino que encuentran parejas sexuales que estén cómodas con sus fetiches e incluso que los compartan para poder disfrutarlo juntos. Este es el caso en la mayoría de los fetichistas que abrazan su fetiche en lugar de intentar un tratamiento para librarse de ella, sobre todo en una época en la que pueden encontrar fácilmente las comunidades de personas de ideas afines a través de Internet. Son pocos los casos en que llegan a ser agresivos o abusivos para conseguir la satisfacción de su fetiche.

Tratamiento

A lo largo de la historia se han diseñado y puesto a prueba diversos tratamientos para el fetichismo. La psicología puede ser una gran aliada, sin embargo, no hay estudios contundentes sobre su eficacia en el tema.

La intervención con mis pacientes fetichistas ha sido:

Modificar la secuencia de automatismos y rituales asociados a los actos parafílicos en este caso el fetiche, potenciar la excitación a estímulos sexuales apropiados (normales), analizar y modificar fantasías, aplicar técnicas cognitivas-conductuales para lograr un condicionamiento y eliminar la causa del problema. Psicoanálisis para la estructuración. Seguir y recomendar la supervisión de comportamiento. A veces es necesario terapia de aversión o condicionamiento aversivo (conductual clásico), como también concientizar al paciente con técnicas de detención del pensamiento y enseñarle a cómo utilizarla para interrumpir los pensamientos y evitar la conducta no deseada. Prevención de recaídas: identificar y controlar las situaciones que suponen un riesgo de reincidencia. Habilidades y métodos para reforzar el comportamiento social como protocolo una valoración médica/psiquiátrica, y  ó medicamentos psicoactivos.

El fetichismo en extremo requiere tratamiento integral en donde se busque controlar la angustia que lo lleva a desencadenar la parafilia, al tiempo que el paciente pueda establecer relaciones de pareja y en menor proporción están los que consultan a causa del sentimiento de culpa y otros por problemas emocionales.

El tratamiento del fetichismo es muy diverso e incluyen algunas de las siguientes:

Técnicas de masturbación. Consisten en programar la masturbación con estímulos no fetichistas, para asociar el placer a estos estímulos y distanciarlos de los estímulos fetichistas. Una vez alcanzado el orgasmo se continúa la estimulación durante quince minutos utilizando imágenes fetichistas.

Terapia aversiva. En la que se relaciona la imagen del fetiche al cual se le da una descarga eléctrica, en cuanto el paciente ve el objeto que le estimula. También se puede introducir en la sesión un estímulo olfativo repugnante, aumentando así la efectividad del tratamiento.

Bioretroalimentación. Esta técnica trata de que el paciente controle su grado de excitación a partir de la información visual que la da el falómetro (aparato que mide cambios en la circunferencia del pene). Ante los estímulos se debe mantener encendida la luz que corresponde a “poca excitación”, una vez conseguido, esto se le presenta la tarea de obtener excitación ante estímulos deseables, no fetichistas.

Tratamiento farmacológico. Estos tratamientos han sido utilizados con delincuentes sexuales y personas que representan un peligro para la sociedad. Se distinguen dos tipos de tratamiento:

Tratamiento hormonal. La castración química temporal logra reducir el deseo sexual.
Tratamiento con medicamentos psicoactivos. Se trata de medicamentos que reducen la libido, como la Fluoxetina (nombre comercial Prozac), que reduce síndromes obsesivo-compulsivos presentes en muchas parafilias.

Conclusión

Las manifestaciones de la diversidad sexual, durante mucho tiempo, han sido consideradas socialmente conductas anormales o patológicas por creencias morales, religiosas y hasta desde un enfoque científico debido a que se considera que solamente por medio del coito entre una pareja heterosexual es lo único válido y aceptado como conducta sexual, y esto ha provocado que la vivencia sea de culpa, vergüenza e inadecuación, así como de patologización a la persona que expresa abiertamente este tipo de conducta sexual. Para que una conducta pueda considerarse como una manifestación de la diversidad sexual es necesario que cumpla con algunos requisitos:
  • Generar placer para quien lo ejerce
  • Ser voluntaria y consensuada si participan una u otras personas
  • Debe desarrollarse en un contexto de respeto hacia los participantes
Si la persona que ejerce este tipo de manifestación de la diversidad sexual entra en crisis de angustia, deja de hacer sus actividades diarias, o bien todo se convierte en un acto compulsivo y atenta contra el derecho de la libertad de otras personas, debe hacerse un análisis para descartar algún trastorno de la personalidad. Es importante hacer a un lado tanto miedos como vergüenzas, culpas y etiquetas que señalen a quienes padecen alguna manifestación de la diversidad sexual “para poder reconocernos en plenitud y gozar de nuestro derecho al placer”.

El fetichismo no es una enfermedad, sino una manifestación personal. Siempre y cuando la persona ejerza su placer desde su libertad y responsabilidad, generará acciones respetuosas hacia las otras personas, y la vivencia será por completo plena, y que no cumpla algún criterio de diagnostico. 

A causa de introyectos(sentimientos de culpabilidad inducidos desde la infancia por tradiciones y formas de pensar) y estigmas, se funda una idea de vergüenza y represión. Esto trae como consecuencia la aparición de diferentes tipos de disfunciones de la vida erótica, como puede ser la falta de deseo sexual, excitación y orgasmo

El fetiche es como la mantequilla para el pan, le dan un toque de sabor y novedad.

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