viernes, 11 de mayo de 2018

Egolatría: Una Definición del Concepto


La Real Academia Española define la egolatría como el “culto, adoración o amor excesivo de sí mismo”.
La egolatría es, una característica de la personalidad de algunos individuos, en que hacen constante alarde de una confianza en su propio potencial, cayendo en la auto-admiración y en el culto hacia uno mismo, hasta el punto en que esta percepción exagerada puede ser patológica y causar problemas en las interacciones sociales.

¿Cómo son las personas ególatras?

Los individuos que tienen rasgos y características ególatras suelen generar rechazo entre las personas que tienen a su alrededor. Además, la personalidad ególatra ha estado presente en muchos personajes históricos.

Por ejemplo, en biografías y documentos historiográficos nos dan fe de que Adolf Hitler, Napoleón Bonaparte, Gengis Khan y Josif Stalin fueron personajes históricos con un carácter marcadamente ególatra. En la actualidad, tal vez el referente más popular es el magnate y actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

En este sentido, la egolatría suele relacionarse con otros conceptos, como el  egocentrismo, el narcisismo, la soberbia, la excesiva autoestima, la falsa autoconfianza o la megalomanía.

Aunque hay aspectos en que estos conceptos coinciden, también existen algunas importantes diferencias y matices. En cualquier caso, cabe tener en cuenta que la egolatría alude a una percepción subjetiva del individuo, a cómo éste percibe su valía, en este caso de forma exageradamente positiva. Sin embargo, la egolatría nos cuenta poco sobre la traslación de esta percepción a las relaciones interpersonales. Es decir: una persona ególatra puede serlo y sin embargo las personas de su entorno pueden no percibirla como especialmente vanidosa o soberbia.

12 rasgos y actitudes en común

Sin embargo, sí es común que las personas ególatras tiendan a exteriorizar este rasgo mediante ciertas actitudes y conductas que pueden ser rechazables por otros individuos.

Algunas de estas actitudes, conductas y rasgos son los que se describen a continuación:
  1. Tienen una percepción exagerada sobre susatributos y cualidades
  2. Confieren una gran importancia al dinero y al poder
  3. Tienen sentimientos de grandeza: están seguros de que en su vida lograrán grandes metas y objetivos
  4. Aunque pueden gozar de habilidades sociales más que suficientes, acostumbran a ser individuos más bien solitarios, ya que a menudo generan un cierto rechazo social cuando las demás personas se percatan de su egolatría
  5. Suelen mostrar un gran apego a todos los aspectos que refuercen su imagen de personas exitosas
  6. Les gusta generar envidia y celos en los demás
  7. Pueden tender a la superficialidad, labrando amistades instrumentales que les permitan alcanzar ciertos propósitos y ganar estatus
  8. Distorsionan la realidad, y en algunos casos pueden tener dificultades para llevar a cabo un análisis racional sobre su valía personal
  9. En algunos casos, pueden ser personas con poca empatía, poco dispuestos a ofrecer ayuda y soporte a otras personas
  10. No soportan recibir críticas y se las toman como algo personal
  11. Pueden tender a compararse constantemente con los demás, enfadándose si consideran que alguien de menor valía que ellos están en un puesto de trabajo mejor o tienen una vida más acomodada
  12. En ciertos casos se percibe una tendencia al exhibicionismo, por ejemplo haciendo alarde de logros materiales y económicos, como forma de reforzar su auto-percepción de personas de gran valía y estatus social
Causas y motivaciones 

Desde el punto de vista psicológico, hay muchos factores y motivaciones que pueden conducir a que una persona desarrolle esta característica. La egolatría es un rasgo asociado a ciertas carencias afectivas y emocionales, puesto que se suele entender desde la psicología que una persona con una equilibrada inteligencia emocional no necesita percibirse a sí misma como algo que no es.

En este sentido, la egolatría podría ser una señal de alerta de personas que, paradójicamente, sufren carencias afectivas, emocionales o, incluso, padecen  algún trastorno mental de fondo. La egolatría sería, en términos un tanto metafóricos, una huida hacia delante de personas que camuflan su inseguridad en este tipo de pensamientos y creencias hiperbólicas sobre sus capacidades y potencialidades en la vida.

Desde el punto de vista social, la egolatría es entendida como el reflejo o la consecuencia de una sociedad mercantilizada y clasista en la personalidad de algunos individuos. Las diferencias entre clases sociales y su estilo de vida podría generar una competición constante entre individuos por lograr ascender en su estatus, lo que sería un caldo de cultivo perfecto para el individualismo, el arribismo, la minusvaloración de ciertos principios morales, y también de la egolatría como una característica de la personalidad adaptada a este entorno competitivo y en que priman las apariencias por encima de otras cualidades. Así, las ansias de éxito en la vida puede ser un punto de partida que, mal gestionado, puede conducir a desarrollar personalidades y actitudes problemáticas y limitantes.

Las personas ególatras pueden ser capaces de llevar a cabo proyectos y empresas de gran envergadura, pero a su vez pueden tener dificultades a la hora de establecer relaciones profundas con otras personas.

No obstante, la egolatría no es un rasgo exclusivamente centrado en la obtención de dinero o poder, sino que puede tener motivaciones diversas. El estilo de personalidad ególatra puede tener varias causas, entre ellas el tipo de educación y estilo de crianza que haya recibido el individuo.

Un estilo de crianza demasiado permisivo y complaciente con el niño puede generar problemas como el  trastorno de oposición desafiante (TOD), también conocido como síndrome del emperador, en que el pequeño desafía la autoridad de los padres y actúa de forma caprichosa para conseguir todo aquello que quiere. Este tipo de educación recibida podría desembocar en una personalidad centrada en el yo durante la adultez.

Por otro lado, cuando una persona se considera a sí misma como superior y más valiosa que las demás, suele percibir al resto de personas como poco importantes, inútiles y prescindibles. Esto genera un sentimiento de rechazo en su entorno de amigos y conocidos, porque pocas personas están dispuestas a tolerar que se las trate con menosprecio.

Es importante resaltar que, aunque pueda resultar complicado, lo ideal es que las personas ególatras puedan recibir asesoría profesional para tratar de reestructurar su percepción sobre sí mismas, hecho que repercutirá positivamente en su salud mental y en la calidad y cantidad de sus relaciones personales, pudiendo gozar de una vida mucho más plena y feliz.

Referencias bibliográficas:
Freud, Sigmund. Obras completas. Volumen XIV: Trabajos sobre metapsicología, y otras obras (1914-1916), «Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico». Capítulo II: Introducción del narcisismo (1914). Buenos Aires/Madrid: Amorrortu, 1979.
Lasch, Christopher. La cultura del narcisismo. Editorial Andrés Bello, 1999.

miércoles, 9 de mayo de 2018

10 Cosas que te Harán Sentir Mejor en una Fase de Depresión

Cuando se atraviesa una fase de depresión, el día a día puede convertirse en todo un reto al que resulta imposible enfrentarse. Uno se siente completamente desmotivado, triste y sin capacidad para afrontar las actividades que cotidianamente se llevaban a cabo.
Te presento algunas cosas que pueden ayudarte a sentirte mejor:

1. Planifica tu día. Cuando se atraviesa una etapa de depresión, puede ser realmente complicado ponerse en marcha cuando el día da comienzo. Sin embargo, como está demostrado que la más mínima actividad ayuda a sentirse mejor, lo ideal es que hagas un listado de cosas que quieres hacer a lo largo del día y que lo intentes seguir a rajatabla. Eso sí, al principio no seas muy exigente contigo mismo.

2. Haz actividades junto a alguien. Como es más que probable que muchos días no tengas ganas de hacer nada en absoluto, trata de planificar actividades que puedas llevar a cabo junto a alguien con quien te sientas mejor. Esto ayudará a que te pongas en marcha.

3. Dedica un tiempo para estar tranquilo. Si los problemas te asfixian y te notas estresado, es importante que dediques un tiempo para reflexionar sobre cada una de las cosas que te preocupan, que trates de relativizarlas y que luego te decidas a apartarlas de tu cabeza. Sabemos que esto puede ser muy complicado, pero al menos debes intentarlo.

4. Practica algo de deporte. Y mucho mejor si este puedes hacerlo al aire libre y en grupo. Trata de hacer algo de actividad física cada día y ve aumentando la intensidad poco a poco. Si no tienes muy claro qué tipo de ejercicio puedes practicar, consúltalo con tu médico.

5. Reduce el consumo de sustancias excitantes. No abuses del café, de las bebidas energéticas, del tabaco ni del alcohol. El consumo de cualquiera de estas sustancias hará que tu calidad del sueño sea peor, algo que a su vez interfiere en el estado de ánimo y la energía durante el día.

6. Sigue una dieta saludable. Lleva una alimentación ordenada, haciendo cinco comidas al día en las que se incluyan fruta, verdura, legumbres, proteínas y grasas en forma de aceite de oliva y frutos secos. Recuerda incluir en tu cesta de la compra pescado azul y cereales integrales.

7. Prueba la meditación. Esta técnica milenaria puede ayudarte a reducir el estrés y a mejorar tu autoestima. Lo ideal es que medites una vez por la mañana y otra por la tarde, comenzando con meditaciones cortas de en torno a los cinco minutos para después pasar de forma progresiva a los 10, 15 y 20. Si estás interesado en comenzar a practicarla, acude a un profesional que pueda formarte.

8. Habla sobre cómo te sientes. Trata, en la medida de lo posible, de no encerrarte en ti mismo y expresa tus sentimientos y emociones. Hacer conocedores a los demás de tu tristeza te ayudará a romper con los pensamientos negativos que de otra forma alimentarías en tu mente. Las personas que te quieren pueden ayudarte a ver las cosas desde una perspectiva más optimista.

9. Toma el sol. Dar un paseo por una zona verde y soleada te ayudará a sentirte mejor, más animado y más relajado. Siempre que el tiempo lo permita, trata de caminar durante un ratito cada día debajo del sol.

10. Duerme bien. Dormir poco y mal solo servirá para aumentar el mal humor, disminuir la concentración y elevar la fatiga. Trata de acostarte cada día a la misma hora e intenta dormir en torno a las ocho horas. Eso sí, tampoco abuses de las horas de sueño: que no pasen de 9.


Fuente: Purificación Salgado, Periodista



viernes, 27 de abril de 2018

Cómo falleció FRIEDRICH NIETZSCHE

Abatido por la locura y habiendo pasado varios meses internado en un clínica, murió luego de contraer una neumonía acompañado por su hermana Elisabeth.
Durante años, Nietzsche mostró signos de demencia y megalomanía (condición psicopatológica caracterizada por fantasías delirantes de poder y exagerada autoestima), presentando algunos episodios de crisis demenciales y accidentes cerebrovasculares (ACV). Hay quienes aseguran que estos episodios y algunas parálisis productos de los ACV fueron producto de una sífilis.

Su madre Franziska se hizo cargo de él hasta que murió en 1897. A partir de ese momento, Nietzsche se trasladó a Weimar donde su hermana se empieza a ocupar de él. Durante este tiempo, Nietzsche superó varios ataques cerebrales y justamente uno de ellos, le provocó la parálisis de la mitad de su cuerpo, por lo que no podía moverse ni hablar. Finalmente, una grave neumonía y otro ataque cerebral acabaron con la vida del pensador. Su cuerpo fue enterrado junto al de su padre en la iglesia de Röcken, su ciudad natal.

Una explicación médica sobre su demencia.

Si bien hasta una década atrás se afirmaba que la muerte de F. Nietzsche se debió a una parálisis general por lúes, la evidencia no es sólida. A los 24 años, en 1869, fue nombrado Profesor de Filología; sin embargo, debió retirarse de este puesto en 1879 debido a jaquecas repetidas y problema de visión en su ojo derecho. Posteriormente vivió como un filósofo itinerante en varios lugares de la Riviera italiana y los Alpes suizos, y desde mediados de 1888 hasta enero de 1889 en Turin, Italia. En este lugar se hizo inmanejable su alteración mental y debió ser internado en Basilea, luego en Jena y finalmente enviado al cuidado de su madre y hermana el 20 de marzo de 1890. Nietzsche perdió progresivamente sus capacidades cognitivas y su lenguaje, llegando a un estado de mutismo, no reconociendo a sus pocos amigos. Falleció el 25 de agosto de 1900 de una neumonía. Desde la infancia Nietzsche presentó jaquecas, en ocasiones muy invalidantes, con aura visual con el fenómeno de espectros de fortificación. La jaqueca era de predominio derecha, acompañada de vómitos, debiendo reposar algunos días. Nietzsche contabilizó en un año 118 episodios de jaquecas. En 1887 fue examinado por el Dr. Eiser, quien diagnosticó una coriorretinitis en su ojo derecho como causa de su defecto visual que prácticamente le provocó una ceguera.

En la historia familiar predominaban las enfermedades mentales: dos tías maternas tuvieron una enfermedad psiquiátrica, una de ellas se suicidó; un tío materno desarrolló un trastorno mental en la sexta década de la vida. Otro tío materno murió en un asilo. El padre de Nietzsche murió a los 35 años, se le describió como autista y estar en ausencia meses previos al fallecimiento. La autopsia habría revelado un «reblandecimiento cerebral».

No existe claridad de cuándo Friedrich Nietzsche inició los síntomas que lo llevaron a su deterioro cognitivo. Sus amigos lo describieron «extraño» en 1886, como ausente, «como que viniera de un país donde no hay habitantes». Mencionaron que su postura era menos orgullosa, había perdido su marcha solemne y su discurso fluente, haciéndose laborioso y entrecortado. También se puso negligente con su cuidado personal y el lugar donde vivía.

En Turín, donde llegó el 20 de septiembre, fue evidente su extraña conducta para Davide Fino, dueño del hotel donde se hospedó. En diciembre de 1888, solía hablar solo, cantar y bailar desnudo en su habitación. En sus cartas de octubre de 1888 a enero de 1889 se manifestó un claro delirio megalomaníaco, firmó sus misivas como «Fénix», «Anticristo» y «Dionisio» y envió cartas irreverentes al Kaiser y a Bismarck. Se llamó a sí mismo «el redentor de todos los milenios». Su colapso sucedió el 3 de enero de 1889 cuando, al ver un caballo que era maltratado, se abalanzó llorando sobre el cuello del animal con ánimo de protegerlo, cayendo al suelo sin sentido. A los pocos días fue trasladado a un asilo mental en Basilea.

 El examen neurológico de ingreso a este asilo lo mostró grandilocuente, desorientado, con anisocoria con la pupila derecha mayor que la izquierda pero reactivas a la luz. No presentaba temblores y no había alteraciones motoras. Presentaba conductas extrañas como mantenerse aplaudiendo un lapso largo, hiperoralidad con un apetito muy voraz.

En su etapa en Jena presentó ataques de ira, golpeando a algunos compañeros de asilo, confundió a su cuidador con Bismarck y presentó severos desajustes conductuales tales como beberse su propia orina, ensuciar su cuerpo con heces y coprofagia. Desde un principio el diagnóstico fue una parálisis general luética, planteado incluso por autoridades médicas como Binswanger. En el siglo XIX no existía prácticamente el diagnóstico diferencial de una demencia y formular este diagnóstico era asumido como una sentencia de muerte, ya que no había tratamiento. La sobrevida no superaba cuatro años. En cuanto a una infección sifilítica primaria, no existen antecedentes clínicos sólidos y es dudoso que Nietzsche haya alguna vez tenido relaciones sexuales, ya que los informes de que habría contraído la infección en el año 1865 son muy cuestionados. El principal argumento en contra de una parálisis general es que la enfermedad de Nietzsche duró al menos 12 años, lo que sobrepasa en demasía la sobrevida esperada. La alteración pupilar descrita estaba presente desde la infancia. Tampoco presentó la signología típica, con temblor facial y de la lengua al protruirla fuera de la boca, signo considerado en esa época como patognomónico.

Orth y Trimble revisaron en el año 2006 los expedientes médicos de Nietzsche y plantearon una demencia frontotemporal. Este diagnóstico se sostiene cuando el paciente presenta un cambio de personalidad o de conducta, con alteraciones del comportamiento (apatía o desinhibición) o del lenguaje (disnomia, laconismo), aun cuando no exista compromiso importante de la memoria.

Durante su último año activo, 1888, escribió 7 libros, «La calda de Wagner», «Nietzsche contra Wagner», «El anticristo», «Ditirambos para Dionisio», «La voluntad del poder», «Ecce Homo» y «El crepúsculo de los ídolos». Esta productividad es incompatible con alguien afectado por una parálisis general, pero sí compatible con una demencia frontotemporal en que se ha descrito la aparición de una creatividad excesiva en sus primeras etapas. En la demencia frontotemporal es frecuente la hiperfagia, que también estuvo presente en Nietzsche.

La vida de Nietzsche fue solitaria y trágica, era un «laboratorio del pensamiento» según su biógrafo Safranski. Desde los 32 años vivió prácticamente solo, acompañado de su piano y la música que amaba. Según Nietzsche «la vida sin música es un error». Su final en la alienación mental envolvió su obra en una contradictoria convicción: había penetrado tan profundamente en el misterio del ser que perdió por ello el entendimiento.


Referencias: Marcelo Miranda C1, Luz Navarrete T2.
1Unidad de Neurología, Clínica Las Condes. 2Bibliotecaria, Clínica Las Condes, Santiago de Chile.
1. Figueroa G. El último año de lucidez de Friedrich Nietzsche. RevMéd Chile 2007'; 135: 661-8.
2. Chamberlain L. Nietzsche en Turin. Editorial Gedi-sa, Barcelona, 1998.
3. Orth M, Trimble M. Friedrich Nietzsche's mental illness-general paresis of the insane vs frontotempo-ral dementia. ActaPsychiatrScand2006; 116: 439-45.
4. Safranski R. Nietzsche: biografía de un pensamiento. Tusquets Editores, Barcelona. 2000.
5. Yalom I. El día que Nietzsche lloró. Editorial Emecé, Buenos Aires. 2005.
6. Neary D, Snowden JS, Gustafson L, Passant U, Stuss D, Black S et al. Frontotemporal lobar degeneration: A consensus on clinical diagnostic criteria. Neurology 1998; 51: 1546-54.

jueves, 26 de abril de 2018

Trastorno Mental Transitorio

Es definido legalmente para contemplar perdidas temporales de conciencia o libertad de acción.
El TMT es un concepto jurídico que se utiliza para determinar “una profunda alteración de la mente o de los frenos inhibitorios, que aparece bruscamente, de forma súbita e inesperada, anula momentáneamente la capacidad de autodeterminación del sujeto y desaparece después sin dejar secuelas” Este concepto no se ha originado en el ámbito psicológico-psiquiátrico, por lo que es totalmente penal.  Es un trastorno enajenante, que aparece de forma brusca y de poca duración. Es tan intenso que anula las facultades cognoscitivas y volitivas de la persona y no deja secuelas. Tampoco hay peligro de que pueda repetirse.

Se puede presentar de dos maneras: con base patológica (cuando la enfermedad se ve asentada sobre características deficitarias del funcionamiento mental de la persona) y sin base patológica (cuando no hay alteraciones significativas). Esta última puede ser causada por algún agente extrínseco, como la ingesta de alcohol, embriaguez patológica, consumo de opiáceos y síndrome de abstinencia. El TMT puede ser ocasionado por una intoxicación aguda por sustancias de abuso.

Nos encontramos también con que puede ser eximente completo o incompleto. El primer caso le libraría de la responsabilidad penal, y en el segundo no le sería favorable pero hace de atenuante. Esto quiere decir, que si es una eximente incompleta pero se puede demostrar enajenación mental o algún tipo de alteración grave de la conciencia, el juez puede imponer unas medidas para ello además de la pena. Y se puede reducir o extinguir la condena según el resultado del tratamiento.

Nota: El trastorno mental transitorio se distingue del arrebato u obcecación toda vez, constituye el primero, un reacción vivencial anómala, que perturba totalmente las facultades psíquicas del sujeto, aunque por escaso tiempo, mientras que el arrebato u obcecación consiste en una ofuscación más o menos rápida y momentánea, debida a móviles pasionales, que afectan a la inteligencia sin llegar a anularla.

Características:
  • Que tenga un comienzo agudo, brusco y que anteriormente se encontrara sano.
  • Que tenga incidencia sobre su psiquismo de forma que disminuya o anule de forma muy grave sus facultades básicas del obrar en libertad y que sujetan la imputabilidad.
  • Que no sea provocado.
  • Que presente un trastorno previo que haga que se descompense. Aunque este requerimiento no es uniforme en la jurisprudencia sobre el TMT.
Te pongo un ejemplo de un hecho delictivo para que entiendas mejor de que estamos hablando: Una madre de una chica que fue violada, asesina al violador de su hija que ya había sido puesto en libertad. Se plantearon diferentes diagnósticos:

El Centro de Salud señaló que tenía un trastorno de ansiedad generalizada.
Según el informe médico forense presentaba lagunas amnésicas y dificultad para mantener una conversación.
Los médicos psiquiatras de un hospital de referencia aseguraron que presentaba ideas delirantes.
En un informe final la diagnostican con la condición de “enferma mental”. Presentando un estado disociativos con una anulación de la volición por ausencia de reflexión. Afectada la planificación, la memoria de trabajo, ausencia de autocrítica y de valoración realista del entorno.

La conclusión fue que cumplía con los criterios que se exigen para diagnosticarlo como Trastorno Mental Transitorio. Por tener anuladas sus facultades volitivas y cognoscitivas, y cursar sin secuelas y sin padecer una enfermedad mental crónica. Con la evaluación de eximiente incompleta. Por lo que no se libró de la responsabilidad penal, pero le sirvió como atenuante.

Entonces podemos aplicar la eximente a:
  1. Una persona que no sufre un trastorno mental. Pero que en un momento dado y de forma transitoria, no entiende lo que está haciendo o actúa según cómo lo entiende. Pasa ante una situación concreta.
  2. Cuando padece un trastorno crónico de tan poca intensidad que no se le excluye de su imputabilidad. Pero en un momento determinado y de forma transitoria, sufre un brote intenso del trastorno que padece y tiene un efecto sobre sus facultades.
En la atribución de responsabilidad penal, la imputabilidad tiene un papel central, entendida como capacidad de culpabilidad, es decir, como capacidad de imputación subjetiva con inmediata y personal referencia al agente y al hecho. La pérdida de la imputabilidad por una alteración psíquica o mental, con pérdida de las facultades intelectivas y volitivas caracterizada por su brusquedad y escasa duración, da lugar a una eximente por inimputabilidad en aplicación del trastorno mental transitorio.

Antes de dictar sentencia, es necesario estudiar el comportamiento y la personalidad de la persona. Sus alteraciones patológicas y cómo se han desarrollado los hechos. ¿Qué es lo que lo ha llevado a realizar el delito?



Fuente: Red/Compilador

miércoles, 18 de abril de 2018

Guia para Padres: ¿Cómo Ayudar a su Hijo ante la Separación o Divorcio?

Se recomienda a los padres a que afronten la separación con la madurez suficiente, de manera pacífica y respetuosa, asumiendo que la estabilidad de sus hijos depende en gran medida de ellos.
Algunas pautas de actuación para padres que se separan:

1. Los padres deben ayudar a los hijos a que entiendan que sus hábitos de vida van a cambiar y que tendrán que construir sus nuevas rutinas. Los niños deben acostumbrarse a disponer de uno u otro, en casas y ocasiones distintas. La normalidad en la vida de los padres provoca normalidad en la vida de los hijos.

2. No se puede ignorar de que las emociones suelen estar revueltas en la familia cuando hay una separación de la pareja. Los padres deben ayudar a sus hijos a que comprendan que sentimientos como la inseguridad, el miedo o el desánimo pueden aparecer y cómo pueden controlarlos. Los padres deben encauzar sus propios sentimientos para así poder ayudar luego a sus hijos a hacer lo mismo.

3. Los padres deben dejar claro a sus hijos de que los padres se divorcian, los hijos no.

4. Los padres deben evitar llevarse por sentimientos negativos, de comentarios despreciativos hacia su ex-pareja. Eso puede causar mucho daño y malestares a los niños, pudiendo alterar su conducta, alimentación o sueño.

5. Los progenitores que tras la separación se ven obligados a asumir tareas y responsabilidades que antes nunca habían tenido, e incluso limitaciones económicas, deben estar conscientes de que lo que sus hijos más necesitan es de atención, de apoyo, de su presencia, afecto, amor… Hay que aceptar y asumir la nueva realidad en lugar de rumiar lo que ya no podrán cambiar. Los niños saben leer el rostro, los silencios y los sentimientos de sus padres.

6. Los padres deben hablar a los hijos sobre su separación sin dar demasiadas explicaciones y sin atribuir culpables. No se puede subestimar la capacidad de sus hijos para entender lo que está ocurriendo. Lo importante es que los niños sepan que sus padres seguirán a su lado y que podrán disponer de ellos cuando lo necesiten.

7. Los hijos no son la terapia de los padres, ni tan siquiera el bastón en el que se apoyen. Cuándo más cueste a los padres superar la ruptura, más le va a costar a su hijo asumirla.

8. Los padres deben estar al tanto de los cambios de conducta de los hijos. Observar si algo ha cambiado en sus hábitos de alimentación, sueño, de estudio. No hay razón para alarmarse. Si los padres se mantienen firmes en su educación y cuidado, todo volverá a la normalidad en muy poco tiempo. No se puede volcarse en exceso en los hijos ni tampoco dejarles hacer lo que quieran.

9. No es lo mismo la separación de los padres para los hijos menores o mayores de tres años de edad. A los más pequeños les cuesta comprender qué ocurre entre sus padres. Por eso es muy importante reiterarles su presencia y no sentirse incapaces de atenderles. De los 3 a los 7 años, los niños ya entienden lo que es la separación y pueden manifestar su dolor con dolores de barriga o cabeza, rabietas, etc. A partir de los siete años y hasta la adolescencia los niños suelen mostrarse indignados, molestos y rabiosos por la separación de sus padres. Los padres deben detener estas conductas para que no se conviertan más severas, imponiendo sus criterios y no desautorizando entre sí mismos.

10. Los padres deben evitar enfrentamientos entre ellos mismos. Vivir enfrentado obliga a odiar y el odio no aporta nada a los niños. Deben evitar ejercer demasiada presión a los hijos, impidiéndoles, por ejemplo, que tengan algún tipo de relación con la nueva pareja de su ex pareja o hablarle mal del otro cónyuge.

Sugerencias para la mejor adaptación:
  1. Como toda adaptación, debe ser lo más gradual posible, por lo que lo más recomendable es tratar de no cambiar radicalmente la forma habitual de vida del niño.
  2. Ayudará comprender los trastornos temporales emocionales del niño, porque tiene que adaptarse a la nueva situación. Explicar al niño los cambios por los que atraviesa, y  tratar de fomentar mucho diálogo.
  3. Los niños pueden hacer algunas de las siguientes acciones para superar los sentimientos de tristeza y/o rabia: gritar, golpear una almohada, dibujar, escribir una historia, escribir un diario, escuchar música, etc.
  4. También resulta muy conveniente que el niño pueda hablar con personas que le puedan ayudar: un profesor, algún familiar, un niño mayor que haya pasado por lo mismo, un psicólogo…
  5. Los padres deben demostrar su amor de muy diversas maneras: estando físicamente cuando el niño lo necesita, escuchando sus preocupaciones, dando besos y abrazos, ayudando y comprendiendo la situación por la que está pasando el niño…
  6. Evitar tipos de educación distintos con cada progenitor. La educación debe ser coherente, consistente y rígida por parte de ambos, es lo más beneficioso para el buen desarrollo del menor.
  7. No es aconsejable que los niños comparen las normas de los padres: “Papá me deja hacer esto…”, “Mamá siempre me da…” pues es muy probable que así no se consiga ningún beneficio.
  8. No permitamos que los niños nos utilicen para poner a un padre en contra del otro y así obtener beneficios de ambos.
  9. Facilitar al niño los encuentros con el otro padre. Tratar de distanciarnos de las dificultades o enfados como pareja y tratar de ser padres que tratan de favorecer el bienestar y buen desarrollo evolutivo de nuestros hijos.
  10. Lo más beneficioso será pactar las visitas, sin horarios rígidos, escuchando la opinión del niño.
  11. Para que las visitas de fin de semana al padre o madre divorciado sean más divertidas y provechosas los niños pueden: hacer una lista de las cosas que les ha pasado desde la última visita; llevarse algún juguete y/o música para estar más a gusto; invitar a algún amigo para que les visite algún rato, etc.
  12. No hablar mal del otro padre. Ser neutral, ellos no tienen por qué ser conocedores de los problemas de nuestra pareja. No forzar al niño a que repudie al otro progenitor o a su familia, aunque nosotros estemos muy enfadados con ellos, esto no beneficia a nuestro hijo, sino lo perjudica.
  13. Hacer que el niño tenga la seguridad de que las personas que le rodean lo quieren, es una función nuestra como padres, pese a que la pareja se haya roto.
  14. Ayudar a establecer una red de apoyo alrededor del niño, es necesario y adecuado que el niño tenga un entorno social en ambos ambientes paternos.
Importante: Puntos claves

1.- Ante culpablizaciones del menor a sí mismo recordarle que:
  • La decisión de separarse es exclusivamente de los padres. Ellos han tomado esta decisión porque creen que es lo mejor para todos los componentes de la familia. Los hijos no han tenido nada que ver en esta decisión.
  • Los padres no se han separado porque el niño se haya portado mal, pues otras veces lo ha hecho y no ha ocurrido así. Esto no tiene nada que ver con la ruptura.
2.- Ante los miedos de sentirse abandonados o no querido:
  • Hacer ver al niño que seguirá disponiendo y contando con los dos padres, en todos los aspectos que precise y necesite aunque ya no vivan juntos.
  • Siempre que tenga un problema o algo le preocupe, podrá hablar con los padres porque ello le hará sentirse mucho mejor y no le reñirán por ello. Es importante que el niño se desahogue y cuente y exprese lo que siente.
  • Aunque los padres se hayan separado, el niño puede igualmente amar y ser amado; no tiene por qué repetirse siempre esa situación.
  • Resaltar al niño cuántas personas se preocupan por él (abuelos, demás familia, amigos, profesores…). Esto es para que borren el miedo a ser abandonados y a quedarse solos porque tienen que darse cuenta que tienen mucha más gente a su alrededor.
3.- Ante la negativa de aceptación de la separación:
  • Vivir con unos padres que están continuamente peleándose es peor que vivir con un padre o madre divorciado.
  • Que los padres se divorcien es un hecho muy triste, pero lo hijos lo superan finalmente.
  • Es normal, que los hijos de padres divorciados echan de menos al padre o a la madre ausentes, pero poco a poco se van acostumbrando.
En la difícil situación de una ruptura es importante recordar como padres ciertos mensajes claves para favorecer la mejor adaptación:
  • No caer en la sobreprotección del hijo por pena, se le ha de seguir tratando como a un niño “normal” de su edad. Si no, no le ayudaremos a crecer, acabará comportándose de forma inmadura y más infantil.
  • Todas las personas tienen virtudes y defectos, los padres también. Hablar del otro padre con argumentos reales, sin enjuiciar por lo que ha hecho.
  • Los puntos más conflictivos de los padres tras la separación son los hijos, el dinero y las nuevas relaciones. Hay que intentar ser objetivo y no poner al niño de su parte. Esto hace que el niño tenga una lucha por no saber ni querer ponerse de parte de ninguno. Todas estas cuestiones deben solucionarse sin involucrar a los niños.
  • No es bueno que los hijos se pongan de parte del padre o de la madre, ya que el divorcio es asunto de los padres.
  • Es preferible que en los días de encuentro no se realicen demasiadas actividades porque si se ocupa todo el tiempo en hacer demasiadas cosas, no quedará tiempo para hablar, comunicarse y decirse cómo se encuentran.
  • No es perjudicial, sino bueno para los niños que vuelva a constituirse una nueva familia, compuesta por una nueva pareja, aunque uno de los dos no sea el verdadero progenitor. Esto reparará los vínculos dañados, aunque requerirá tiempo la aceptación de esa nueva situación por parte de todos.
Recuerda…los hijos no son un arma contra nuestra ex-pareja, sino son lo que más queremos. Los mayores perjudicados de nuestra falta de entendimiento en los trámites de nuestra separación son los hijos, si nosotros favorecemos su adaptación a la nueva situación será la mayor ayuda que les podemos brindar en ese cambio tan importante y difícil en sus vidas. Distanciate de tu enojo o tristeza y continúa adecuadamente la gran labor de educar a tu hijo.



Fuente: Compilador

martes, 17 de abril de 2018

Distorsiones Cognitivas


Las distorsiones cognitivas son también conocidas como pensamientos distorsionados, disfuncionales, negativos, irracionales. Se llaman así porque provocan interpretaciones erróneas del mundo, de uno mismo o de las relaciones, lo cual a su vez puede generar comportamientos auto frustrantes (perfeccionismos, necesidades de aprobación, victimismo) emociones negativas desproporcionadas (ansiedad, ira, depresión) y finalmente mucha infelicidad. Son como una especie de fallos informáticos en nuestro software que provoca que no interpretemos de manera objetiva y efectiva nuestra realidad. Sabemos desde hace tiempo que no son los acontecimientos en sí mismos los que desencadenan nuestras emociones sino la interpretación que hacemos sobre ellos. Es decir, cómo los percibimos y de qué modo los interpretamos.
Las dc son esquemas equivocados de interpretar los hechos que generan múltiples consecuencias negativas: alteraciones emocionales y conflictos en las relaciones con los demás. Detrás de cada sentimiento de tristeza, rabia, miedo o angustia puede haber un pensamiento que está ocultando o disfrazando la realidad. Es por ello que en ciertos trastornos como la depresión, la ansiedad o las fobias, las distorsiones cognitivas juegan un papel principal.

En ocasiones, sin saberlo, las personas cometemos errores con respecto a la evaluación de una situación (distorsión cognitiva) y esta nos lleva a realizar juicios distorsionados sobre la misma. Estos pensamientos distorsionados pueden desarrollar estados de ánimo disfuncionales, generando un gran malestar en la persona. Conocer los errores cognitivos más frecuentes que cometemos nos ayudará a comprender que no siempre la realidad es como uno la cree. Esto nos permitirá desarrollar pensamientos más objetivos, racionales y positivos.

¿Qué son las distorsiones cognitivas y de qué manera nos afectan?

Las distorsiones cognitivas son interpretaciones erróneas de la realidad que llevan al individuo a percibir el mundo de manera poco objetiva, además de disfuncional. Se presentan en forma de pensamientos automáticos y desencadenan emociones negativas que dan lugar a conductas no deseadas o desadaptativas. De este modo se genera un bucle, porque estas conductas disfuncionales acaban reforzando los esquemas cognitivos que las generaron, de manera que la dinámica se mantiene o incluso intensifica.

Existen un gran número de errores cognitivos en los que las personas caemos una y otra vez. A continuación describiré algunos de los más frecuentes, con un ejemplo para que sea más sencillo comprenderlos.

Estos son los tipos de distorsiones cognitivas.

1. Sobregeneralización
A raíz de un caso aislado generalizar una conclusión válida para todo. Ejemplo: “Juan no me ha escrito, la gente siempre se olvida de mí”.

2. Abstracción selectiva
Enfocarse en modo “visión de túnel” únicamente en ciertos aspectos, normalmente negativos y perturbadores, de una circunstancia o persona, excluyendo el resto de sus características y pasando por alto lo positivo de las mismas. Ejemplo: “me he pasado con la sal en los macarrones, soy una cocinera horrible”. “Soy lo peor, he perdido la goma de borrar”, “Seguro que suspendo, se me ha olvidado el bolígrafo de la suerte”.

3. Inferencia arbitraria
Emitir juicios o extraer conclusiones de manera rápida o impulsiva, basándonos en una información incompleta o errónea. Ejemplo: “me dice que no para hacerse la dura, las mujeres son así”.

4. Sesgo confirmatorio
Tendencia a interpretar la realidad de manera que confirme nuestras creencias previas. Ejemplo: “me he equivocado, si es que ya sabía que yo no sirvo para esto”.

5. Falacia de la recompensa divina
Pensar que en un futuro los problemas mejorarán por sí mismos sin tomar una actitud proactiva. Ejemplo: “mi jefe me está explotando, pero estoy tranquilo porque el tiempo pone a cada uno en su sitio”.

6. Lectura de pensamiento
Presuponer las intenciones o cogniciones de los demás. Ejemplo: “me miran porque estoy haciendo el ridículo”.

7. Error del adivino
Creer saber cómo será el futuro y actuar conforme a ello. Ejemplo: “no voy a ir a esa entrevista de trabajo porque sé que no me van a contratar”.

8. Personalización
Suponer que todo lo que la gente hace o dice tiene que ver directamente con uno mismo. Ejemplo: “Marta tiene mala cara, debe de estar enfadada conmigo”.

9. Pensamiento polarizado o dicotómico (todo o nada)
Interpretar los eventos y personas en términos absolutos, sin tener en cuenta los grados intermedios, evidenciado en el uso de términos como «siempre», «nunca», «todos», cuando su uso no está justificado por los acontecimientos propiamente. Ejemplo: “Si no saco un 10 en el examen seré un perdedor”.

10. Descalificar lo positivo
Continuamente desconsiderar experiencias positivas, por razones arbitrarias. Cuando se descalifican las experiencias o rasgos positivos de la persona. Ejemplo: “Aprobé el examen, pero fue de suerte.”

11. Magnificación y Minimización
Subestimar y sobreestimar la manera de ser de eventos o personas. Ejemplo: “He fallado el penalti decisivo, se acabó mi carrera deportiva.” o “No le ha gustado el regalo sorpresa, seguro que me deja”. Ejemplo: “Me ha dado un beso de buenas noches pero podría haberme dado más”, “me han llamado tres veces para salir pero podrían haberme llamado más veces”, “Solo me ha regalado una flor, no me quiere”.

Los subtipos identificados son:

11.1 Catastrofización o Visión catastrófica
Imaginar, especular y rumiar el peor resultado posible, sin importar lo improbable de su ocurrencia, o pensar que la situación es insoportable o imposible de tolerar. Se da lugar cuando se evalúa una situación con el peor resultado posible, tanto de lo vivido como de lo futuro. Ejemplo: “Es mejor que no haga el examen porque lo suspenderé y seré lo peor”.

11.2  Negación
Tendencia a negar problemas, debilidades o errores; es la distorsión opuesta al catastrofismo.

11.3 Negativismo
 Se magnifican los sucesos o aspectos negativos, y son obviados o desvalorizados los positivos, es una forma de abstracción selectiva; es característico del negativismo la realización de presagios catastrofistas.

12. Razonamiento emocional
Formular argumentos basados en cómo se «siente» en lugar de la realidad objetiva

13. Afirmaciones con “Debería”
Son las expectativas o demandas internas sobre las capacidades o habilidades personales o de otros, pero sin analizar si son razonables en el contexto en el que se dicen. Ejemplo: “Debería haberse dado cuenta de que estaba mal y no seguir preguntándome”.

14. Etiquetado
Relacionada con la Sobregeneralización, consiste en asignar etiquetas globales a algo o alguien en vez de describir la conducta observada objetivamente. La etiqueta asignada por lo común es en términos absolutos, inalterables o bien con fuertes connotaciones prejuiciosas.

15. Culpabilidad
Culpabilizar a los demás de los problemas propios, o por el contrario culparse a sí mismo de los problemas ajenos.

16. Falacias
  • Falacia de control: presuponer que se tiene que tener un control y una responsabilidad excesiva sobre lo que ocurre a su alrededor, con cierto sentimiento de omnipotencia; o por el contrario puede verse como incompetente e impotente en grado extremo para manejar los propios problemas, o sentirse externamente controlada por otros o por las circunstancias.
  • Falacia de justicia: enjuiciar como injusto aquello no coincidente con los deseos, necesidades, creencias y expectativas personales. Consiste en una visión de la vida con normas y criterios estrictos donde otras opiniones o alternativas se descartan. Hans Kelsen decía: «La Justicia es un mero ideal irracional».
  • Falacia de cambio: presuponer que la felicidad de uno depende exclusivamente de los actos y conductas de los demás o de las circunstancias externas; exige cierta condicionalidad; se espera que la actitud de cambio venga de los demás, en vez de responsabilizarse de sí mismos.
  • Falacia de razón: presuponer ser poseedores de la verdad absoluta obviando opiniones ajenas; creen que sus opiniones y acciones son las correctas y válidas e intentaran continuamente demostrarlo así mismos o a los demás con argumentos elaborados pero falaces; no toleran equivocarse y harán todo lo posible para evitarlo.
  • Falacia de recompensa divina: se espera que en un futuro los problemas mejoren por sí solos sin tomar una actitud proactiva; o que seremos recompensados de alguna forma.
17. Construcción de la valía personal en base a opiniones externas
 Cuando mantenemos una valía personal en función de terceros. Ejemplo: “Mi entrenador me dice que son muy malo con el balón, seguro que tiene razón” (espero que ningún entrenador le diga eso a un niño) o “Mi novio dice que soy tonta, seguro que tiene razón”.

18. Perfeccionismo
Cuando se realiza un esfuerzo constante porque una representación interna o externa de perfección se cumpla sin examinar si es razonable, muchas veces por evitar una experiencia subjetiva de fracaso. Ejemplo: “Para no marcar gol, mejor ni juego”,  “Soy lo peor, he perdido la goma de borrar”, “Seguro que suspendo, se me ha olvidado el bolígrafo de la suerte”.

¿Cómo acabar con las distorsiones cognitivas?

Las distorsiones cognitivas pueden modificarse una vez se hayan detectado.

Existen técnicas en psicoterapia que inciden directamente en este tipo de distorsiones, y son las técnicas de reestructuración cognitiva. En ellas, nosotros ayudamos al individuo a identificar las creencias erróneas que ha desarrollado hacia el mundo, y posteriormente ambos trabajan juntos para desarrollar pensamientos y formas alternativas de interpretación de las situaciones. Así, nosotros (psicólogos) ayudamos a que la persona aprenda a cuestionar la validez de sus propios esquemas cognitivos y a sustituirlos por pensamientos alternativos más realistas, que le harán sentir emociones más positivas y por tanto que serán favorables a la hora de tener conductas más útiles para vivir en mayor armonía con su entorno.

viernes, 13 de abril de 2018

Cómo Afrontar un Ataque de Pánico

Qué hacer ante un ataque de pánico (superarlo) 
  • Primero de todo recordar que las sensaciones no son más que una exageración de las re­acciones corporales normales al estrés.
  • Estas sensaciones no son, en absoluto, perjudiciales ni peligrosas; solamente desagrada­bles. No sucederá nada peor, no hay ningún peligro. Por ejemplo, puede ayudar recordar el dato de que el ejercicio físico moderado produce prácticamente las mismas reacciones corporales (palpitaciones, sudoración, entumecimiento, etc.)
  • Es importante intentar sacar de la cabeza los pensamientos atemorizadores sobre lo que está ocurriendo y lo que podría ocurrir. Estas ideas solo aumentan el pánico y la ansiedad y, a su vez, las respuestas corporales. Los pensamientos de “me voy a ahogar”, “me va a dar un infarto” o “me voy a volver loco” no ayudan para nada en esta situación, aparte de ser fundados solamente por el miedo.
  • Se puede observar lo que está sucediendo realmente en el cuerpo en el momento justo del ataque de ansiedad, no centrarse en lo que de tema que pueda Por ejemplo “tengo el pulso algo acelerado pero es una respuesta normal de ansiedad” en lugar de pensar en posibles infartos.
  • Hay que esperar y dejar tiempo al miedo para que se pase o disminuya. No hay que luchar en contra ni huir de él. Simplemente aceptarlo y acompañarlo. Un ejemplo de esta regla seria repetirse “Estoy teniendo un ataque de pánico, ahora lo pasaré mal pero se pasará en unos minutos, no va a pasarme nada”.
  • Pronto se podrá observar que cuando se apartan los pensamientos atemorizadores, la angustia no aumenta y el miedo comienza a disminuir por sí mismo.
  • Es primordial recordar que el objetivo principal de esta práctica es aprender cómo afrontar el miedo, sin evitarlo. Por tanto, esta es una oportunidad para uno mismo de pro­gresar y de aprender.
  • Es positivo pensar en el avance que uno ha conseguido hasta ahora, a pesar de todas las dificultades. Pensar en lo satisfecho que se estará cuando lo consiga esta vez.
  • Cuando uno comienza a sentirse mejor, puede mirar a su alrededor y empezar a pla­near qué va a hacer a continuación.
  • Y cuando uno se sienta preparado para continuar, puede comenzar de forma tranquila, re­laja­da. No hay necesidad de esfuerzo ni prisas.
Puedes controlarte, haciendo:

1. Haz respiraciones profundas, llenando completamente tus pulmones de aire (empezando por el abdomen) y expulsándolo lentamente.

2. Vigila tus pensamientos. En vez de comenzar a pensar en terribles catástrofes piensa cosas como las siguientes:
  • No me pasa nada malo, es solo ansiedad e hiperventilación, no me voy a morir ni me va a dar un ataque, ni me estoy volviendo loco.
  • Si creo que me voy a desmayar puedo buscar un sitio para sentarme, respirar y esperar a que se me pase.
  • Ahora voy a relajarme, no pensar en lo que me está pasando y concentrarme en cosas positivas o en lo que veo por la calle, para desviar mi atención.
  • Cálmate, respira, no pasa nada, enseguida se te pasa (o cualquier otra frase tranquilizadora que te sirva de ayuda).
  • No voy a perder el control, aunque una persona sienta mucha ansiedad puede seguir haciendo lo que está haciendo, incluso conducir y yo también puedo hacerlo.
  • No voy a ser catastrofista, no es una catástrofe, solo un momento desagradable. Puedo soportarlo.
Además, puedes hacer lo siguiente:

1.Si fumas habitualmente, es aconsejable que dejes el tabaco, pues aumenta la hiperventilación y favorece los ataques de pánico.
2. Analiza si hay en tu vida importantes fuentes de estrés y trata de buscar el modo de reducir el nivel de estrés en tu vida.
3.Haz ejercicio de forma habitual y ejercicios respiratorios para asegurarte de que tu respiración deja de ser superficial. Practica ejercicios respiratorios a lo largo del día, cada vez que puedas, sobre todo en los momentos más tensos.
4. Aprende técnicas de relajación y practícalas habitualmente.

Uno de los abordajes terapéuticos para el ataque de pánico son las técnicas de entrenamiento respiratorio que mostramos a continuación: 

Entrenamiento en respiraciones lentas y profundas: Cuando una persona percibe los primeros signos de hiperventilación involuntaria, deben darse los siguientes pasos:

Interrumpir lo que uno está haciendo y sentarse o, al menos, concentrarse en los siguientes pasos. 
  • Retener la respiración, sin hacer inhalaciones profundas, y contar hasta diez.
  • Al llegar a diez, espirar y decirse a sí mismo de una forma suave la palabra “tranquilo”.
  • Inspirar y espirar en ciclos de seis segundos (tres para la inspiración y tres para la espiración), diciéndose a sí mismo la palabra “tranquilo” cada vez que espira. Habrá, por tanto, diez ciclos de respiración por minuto.
  • Al final de cada minuto (después de diez ciclos de respiración), retener de nuevo la respiración durante diez segundos. A continuación, reanudar los ciclos de respiración de seis segundos.
  • Continuar respirando de este modo hasta que hayan desaparecido todos los síntomas de la hiperventilación involuntaria.
Cuatro sencillos pasos:
  • Relájese
  • Pare Los Pensamientos Negativos
  • Use Frases Tranquilizadoras
  • Acepte Sus Emociones
Los investigadores Mathews, Gelder y Johnston proponen este ideario:

1. Las sensaciones no son más que una exageración de las reacciones corporales normales al estrés.
2. No son, en absoluto, perjudiciales ni peligrosas; solamente desagradables. No sucederá nada peor.
3. Deje de aumentar el pánico con pensamientos atemorizadores.
4. Observe lo que está sucediendo realmente en su cuerpo, no lo que temía que pudiera pasar.
5. Espere y deje tiempo al miedo para que se pase. No luche en contra ni huya de él. Simplemente acéptelo.
6. Cuando deja de aumentar, el miedo comienza a desaparecer.
7. Objetivo es aprender a afrontar el miedo sin evitarlo. Una oportunidad de progresar.
8. Piense en el avance que ha conseguido y lo satisfecho que estará cuando lo consiga.
9. Cuando se sienta mejor, mire a su alrededor y planee qué va a hacer a continuación.
10. Comience de forma tranquila, relajada. No hay necesidad de esfuerzo ni prisas.

Te daré cinco consejos para que controles tu ansiedad, angustia y pánico:
  1. Relájate: Toda emoción está conectada con el cuerpo, así que trata de identificar las sensaciones que se generan en tu organismo y trata de eliminar la tensión.
  2. Respira: Inhala de una forma pausada, para que recrees una sensación de tranquilidad. Incluso, una bolsa de plástico o de papel puede ayudarte.
  3. Calma tu voz interior: Identifica qué es lo que te inquieta o te preocupa y trata de olvidar. Piensa en algo positivo y que te ayude a mejorar tu estado de ánimo.
  4. Recupera la conexión con el presente: Párate firmemente contra el suelo, mueve tus piernas y concéntrate en lo que está pasando a tu alrededor. Puedes dar algunas palmadas rítmicas en las piernas, alternando las manos.
  5. Fija algunas metas: Tener objetivos por cumplir ayudarán a eliminar la incertidumbre y a olvidar la presión.

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