martes, 27 de junio de 2023

Apego Ansioso Ambivalente

 ¿Qué es el apego ansioso ambivalente?

El apego ansioso ambivalente en una persona se caracteriza por una necesidad de contacto constante. Su origen se relaciona con las experiencias vividas en la edad temprana respecto a las figuras de cuidado (generalmente, la madre y el padre). A este tipo de apego también se le conoce como resistente o síndrome de los niños preocupados.

La confianza en la figura de apego es la base de una personalidad estable y segura.

En la vida adulta, un niño que ha sufrido este tipo de apego recuerda que cuando tenía una necesidad, el cuidador aparecía algunas veces y otras no. Esto les hace desarrollar una gran sensibilidad emocional debido a que, para sobrevivir o captar la atención de los demás, necesitaba exacerbar sus emociones para ser atendido o cuidado.

¿Cómo se manifiesta en la edad adulta?

Todo lo anterior redunda en que el apego ansioso ambivalente en la edad adulta los ha llevado a tener una gran dependencia emocional por la falta de independencia y la necesidad de llamar la atención a edad temprana. Las personas que padecen este tipo de apego tienden a exagerar sus angustias, emociones y necesidades para intentar asegurarse de que la persona querida esté lo más cerca posible, emocionalmente hablando.

Como resultado de todo ello, las personas que sufren este tipo de apego son extremadamente sensibles a la sensación de abandono cuando están en pareja, ya que, constantemente están pensando que todos los indicios que se salgan de su comprensión conducen a ese abandono tan temido. Por eso, tratan de evitarlo a toda costa para que no se repitan las heridas sufridas en su niñez.

Características de las personas con apego ansioso ambivalente:

  • Una persona con apego ansioso ambivalente suele tener las siguientes características:
  • Dan una gran prioridad a sus emociones y actúan conforme a ellas.
  • En sus relaciones necesitan una gran aprobación por parte de la otra persona.
  • Ante cambios de comportamiento de terceros, temen una situación de abandono.
  • Tienen muchas dificultades para confiar en los demás.
  • Sienten un gran miedo ante las separaciones.
  • Son altamente dependientes emocionalmente.
  • Suelen tener una baja estima de sí mismos.
  • Necesitan un contacto continuo con su pareja.
  • Son muy negativos ante una actitud distante. Un clásico ejemplo de esto es una llamada o un mensaje sin responder, ante estas situaciones se ponen siempre en lo peor; ¿me habrá dejado?, ¿no querrá saber nada de mí?
  • Su permanente estado de miedo y angustia les hace muy difícil alcanzar un estado de felicidad y tranquilidad.
  • Siempre esperan recibir el máximo de los demás.
  • No soportan la incertidumbre.
  • En pareja tienen una constante preocupación por si son amados.
  • Son personas altamente emocionales e impulsivas.

¿Cómo afecta el apego ansioso a una relación de pareja?

Si nos atenemos a las características citadas anteriormente, podemos anticipar de una forma muy clara cómo actuará una persona que sufra apego ansioso ambivalente en una relación de pareja. En primer lugar, sienten la relación de una forma muy intensa, con una gran pérdida de control en sus emociones. Pocas veces están calmados y esto solo ocurre cuando están en contacto con la persona amada.

Esto, no necesariamente implica que tenga conductas de control (aunque en algunos casos puede ocurrir), pero, sí necesitan continuamente saber qué está haciendo la persona amada. Sienten una gran necesidad de estar en compañía y de tener contacto físico para encontrarse bien. Esto los lleva a un gran miedo ante una separación y, cuando esto ocurre, necesitan encadenar una relación inmediatamente después de otra, por lo que no suelen estar durante largos periodos sin tener pareja.

Otra característica es su tendencia a los pensamientos negativos, sobre todo cuando demanda la atención de la otra persona y esta no aparece. Esto origina una espiral tóxica autoimpuesta que degrada poco a poco la relación de pareja.

El miedo al abandono y a no ser querido siempre está patente en sus pensamientos, por ello demandan una gran atención, teniendo un exceso de expectativas en la relación, ya que, esperan recibir mucho a cambio y experimentan una gran frustración cuando esto no ocurre. Estos miedos a no ser querido provocan grandes dudas en sus acciones y grandes reticencias ante la persona querida al menor signo negativo que interpretan.

Todas estas inseguridades provocan, en muchos casos, conductas contraproducentes que no hacen más que favorecer el rechazo por parte de su pareja. La forma de actuar de las personas con apego ansioso genera evitación de sus parejas y, con ello, se reafirma la sensación de rechazo y abandono temida. De ahí, la búsqueda de ayuda profesional es fundamental para que estas personas que sufren este tipo de apego puedan establecer vínculos satisfactorios y sanos en una relación sentimental.

¿Cómo superarlo?

Afortunadamente, hay muchas cosas que una persona con apego ansioso ambivalente puede hacer para superarlo o hacerle frente. Estos pueden ponerlos en práctica por sí mismas las personas que lo sufren, pero, lo ideal sería buscar la ayuda de un psicólogo y comenzar terapia.

Pero, veamos algunos de los consejos que puedo ofrecerte si te has sentido identificado con este tipo de apego.

Analiza tu comportamiento, sé consciente de tu forma de actuar

Analizar tu comportamiento es esencial para comprender, y sobre todo entender, cómo actúan los demás contigo. La característica principal de una persona que tiene apego ansioso ambivalente es la necesidad extrema de atención y cariño. Si este es tu caso, es bueno aceptarlo, pero sin forzar las situaciones para que aparezca. Piensa en una de las leyes fundamentales de la física: toda acción tiene una reacción, y esto es perfectamente aplicable en una relación de pareja o de otro tipo con cualquier otra persona.

Comunicarse es importante

Si notas que tu carácter está influenciado por este tipo de apego, acéptalo y comunícaselo a tu pareja; es la mejor forma de forjar un vínculo sano y evitar las situaciones sobrevenidas por actos infantiles. Además, si tu persona querida es consciente, puede ayudarte y poner sus propias soluciones para ser empática con tus pensamientos y favorecer, así, los ingredientes necesarios para tener una buena relación de pareja.

Mejora tu autoestima

El miedo y la incertidumbre son los mayores enemigos en toda relación. Si te sientes insignificante o insuficiente, sin ser consciente, provocarás con tus acciones un rechazo en las personas cercanas a ti, y esto reafirmará tus miedos al abandono. Mejorar tu amor propio y tu autosuficiencia te hará menos susceptible y compensará todo esto. Sobre todo, piensa que, si alguien se marcha, no es culpa tuya. Todo ello, ayudará a relacionarte con los demás con más naturalidad.

Echa un vistazo a tu pasado

Si eres consciente de que sufres de apego ansioso, ya te habrás dado cuenta a estas alturas que es debido a la relación con tus progenitores en la tu infancia. Por ello, revisar el pasado es fundamental para poder avanzar en tu edad adulta. Además, te servirá para saber por qué te has comportado así hasta ahora y qué puedes hacer para mejorarlo en el futuro.

Practica ejercicios de atención plena

Los ejercicios de atención plena buscan calmar la mente y relajar el cuerpo para tener una alta percepción del presente. Uno de los más conocidos es la meditación y puede ayudarte a regular tus comportamientos y tus emociones (aspecto muy importante si sufres apego ansioso ambivalente), del mismo disminuyen el estrés y mejoran considerablemente la calidad de vida.

Establece momentos solo para ti

Una de las características del apego ansioso es la necesidad continua de estar con la persona querida. Y en muchas de las ocasiones, esto se ve agudizado por las pocas ganas que se tienen de hacer otras cosas o por espacios prolongados de estar desocupado.

Tener tiempo para uno mismo realizando actividades que gustan y que producen placer, evita esa dependencia continua de otra persona. Además, el espacio es un gran aliado en una relación de pareja, debes ser consciente de que no todo lo que hagas tienes que llevarlo a cabo con tu ser querido; pasar tiempo a solas, haciendo algo que te gusta, es gratificante para ti y para tu relación.

Pide ayuda

Por último, te recomiendo pedir ayuda profesional. Un psicólogo podrá guiarte y asesorarte sobre cómo minimizar todos los efectos derivados del apego ansioso ambivalente y mejorar la forma en la que te relacionas con el resto de personas.

¿Cómo ayuda la terapia a una persona con apego ansioso ambivalente?

La terapia psicológica puede ayudarte a ser consciente de que no necesitas recurrir constantemente a tu pareja para sentirte bien. Ayuda a calmar tus angustias y favorece la posibilidad de identificar las emociones de manera racional y autónoma.

Hablando en lenguaje sencillo, el paciente aprende a que no necesita a una tercera persona para estar calmado y que el hecho de no encontrarse físicamente con ella no significa que vaya a ser abandonado. En definitiva, el objeto de la terapia es demostrar que se puede estar apoyado incondicionalmente sin necesidad de expresar continuamente sus sentimientos o demandar constantemente atención.

Al mismo tiempo, cuando la persona hace terapia puede aprender y ser consciente de que no estar continuamente con la persona querida no tiene por qué implicar necesariamente una intención de abandono por parte de ella. Todo ello reforzará la confianza y seguridad necesaria para poder explorar todo lo que le rodea sin necesidad de que otras personas estén pendientes de él y sin demandar atención por parte de los demás.

El objetivo final es conseguir mayor seguridad y confianza para ser independiente y poder adquirir el comportamiento necesario para vivir en sociedad y poder establecer una relación de pareja madura, sana y estable.

El apego ansioso ambivalente existe y es más frecuente de lo que podamos llegar a pensar. Si detectas a través de este artículo que lo padeces, ya sabes cuáles son sus causas y qué puedes hacer para remediarlo.


Fuente: Iratxe López Fuentes Doctora cum laude en Psicología por la Universidad de Deusto y Psicóloga Clínica.


martes, 6 de junio de 2023

¿Por qué algunos Narcisistas en Realidad se Odian a sí Mismos?

En un mundo en el que se valora la humildad, algunas de las personas más irritantes son aquellas que constantemente mencionan a personas importantes que dicen conocer, alardean, se adjudican éxitos y opinan sobre su propia brillantez.

Estas cualidades desatan las alarmas de que tenemos cerca un narcisista, el tipo de persona que nos exaspera y nos hace rechinar los dientes.

Es difícil sentir compasión por alguien que está tan pagado de sí mismo, y en muchos casos no está claro por qué querríamos simpatizar con las personas que más nos repelen.

Sin embargo, investigaciones indican que, a diferencia de Narciso mirando su reflejo en el lago, muchos narcisistas en realidad no están enamorados de ellos mismos.

Gran parte del tiempo, el comportamiento de un narcisista no está impulsado por el amor sino por el odio hacia sí mismo.

Nuevos hallazgos refuerzan esta idea e insinúan que un comportamiento narcisista, como la exhibición en redes sociales, puede tener su origen en una baja autoestima y una constante necesidad de autovalidación.

El hecho de que algunos narcisistas quizá no se gusten no solo desmonta lo que se suele pensar sobre los fanfarrones, sino que también sugiere que quizá queramos repensar la forma en la que interactuamos con los narcisistas.

"No se sienten bien"

"Los narcisistas tienden a ser encantadores y muy sociables y pueden causar muy buenas primeras impresiones", dice Robin Edelstein, profesora de Psicología en la Universidad de Michigan, Estados Unidos.

"Pero también tienden a ser desagradables, sin empatía y manipuladores".

En un entorno laboral, esto se puede poner de manifiesto en personas que se atribuyen éxitos por el trabajo de otros, le echan la culpa de los errores a los colegas, se aprovechan de otros para avanzar o responden con hostilidad a las críticas, explica Edelstein.

Socialmente, esto se puede manifestar presumiendo en redes sociales o robando la atención durante una comida en detrimento de otros.

Una idea equivocada muy común es que este comportamiento nace de un intenso amor propio, una obsesión con uno mismo, el egocentrismo. Pero la causa podría ser la opuesta.

"Individuos narcisistas están en realidad paralizados por la inseguridad y la vergüenza y toda su vida es un intento de controlar su imagen", apunta Ramani Durvasula, psicóloga clínica con licencia y profesora en la Universidad Estatal de California, Los Ángeles.

"El narcisismo no es una cuestión de amor propio. Es casi en su totalidad desprecio por uno mismo".

Dos tipos de narcisistas

Desde hace tiempo se ha establecido que hay dos tipos de narcisistas: los "vulnerables", que tienen una baja autoestima y anhelan afirmaciones positivas, y los "grandiosos", que genuinamente tienen un sentido de sí mismos hiperinflado.

Un nuevo estudio de la Universidad de Nueva York muestra que los narcisistas grandiosos quizá no sean considerados narcisistas, porque su comportamiento puede parecerse a la psicopatía, un trastorno en el que las personas actúan sin empatía para beneficio propio.

El equipo investigador sugiere que el otro tipo, el de los vulnerables, es el de los verdaderos narcisistas, porque no buscan poder ni dominio, sino afirmaciones positivas y una atención que eleven su estatus e imagen en la mente de los demás.

"No se sienten bien hacia ellos mismos en absoluto", dice Pascal Wallisch, profesor clínico asociado en la Universidad de Nueva York y autor del estudio.

"El documento no está hecho para demonizar a los narcisistas, para nada. Al contrario, necesitamos mucha más compasión".

En el estudio participaron casi 300 estudiantes universitarios que respondieron a cuestionarios que medían rasgos de la personalidad, como ser inseguro o no tener empatía, con afirmaciones como: "tiendo a no tener remordimientos" o "importa que se me vea en eventos importantes".

Hallaron que, a diferencia de los narcisistas grandiosos, los narcisistas vulnerables fueron el grupo que manifestó más inseguridad y otros rasgos relacionados.

Así que, cuando veas a alguien que cita nombres de gente importante en el trabajo, que llena Instagram de selfies o parece muy sensible a críticas negativas, es posible que sea un narcisista vulnerable (o "verdadero").

Su constante necesidad de atención y su aparente obsesión consigo mismo viene de profundas inseguridades que está intentando ocultar.

Un círculo vicioso

Obviamente, buscar refuerzos positivos para sentirnos mejor es algo que todos hacemos de vez en cuando y eso no convierte a una persona necesariamente en narcisista.

"Buscar una mejora propia es un aspecto normal de la personalidad. Todos intentamos buscar experiencias que aumenten nuestra autoestima", dice Nicole Cain, profesora asociada de Psicología Clínica en la Universidad Rutgers, en Nueva Jersey.

"Pero el narcisismo puede llevar a que el engrandecimiento propio se convierta en el objetivo principal en casi todas las situaciones y puede que se busque de formas problemáticas e inapropiadas".

En estos casos, comportamientos que buscan alentar la validación externa se pueden volver en contra, porque al final el individuo acaba cayendo peor.

Wallisch califica el comportamiento resultante, cíclico y repetitivo, como una "cascada inaceptable", un ciclo de comportamientos autolesivos que se produce en tres fases.

Empieza con un narcisista vulnerable que teme que los demás no lo estén percibiendo de una cierta manera, por lo que se autoengrandece para calmar ese temor.

Pero, paradójicamente, los demás sienten rechazo por ese comportamiento, lo que lleva al narcisista de vuelta a la casilla de salida, y, de hecho, la otra persona puede tener una opinión menos favorable de la que tenía antes.

Esto es lo que más interesa a Wallisch: el narcisista claramente no está siendo recompensado por su comportamiento, pero de todas formas lo adopta, porque erróneamente lo ve como una forma de paliar el dolor y el miedo.

"Las personas narcisistas tienen una idea de cómo quieren ser vistos y sienten que no llegan a ese listón", dice Durvasula.

"Por tanto, se tienen que retratar [de determinada manera] y entonces, como se comportan tan mal para hacerlo, terminan experimentando el rechazo social de todas formas, y el ciclo sigue ocurriendo".

Si bien esto rara vez termina bien Wallisch sugiere que "no podemos tomar estos comportamientos al pie de la letra, especialmente si alguien está alardeando y jactándose".

Añade: "No quiere decir que realmente se sientan bien consigo mismos. Algo falta en su vida".

Wallisch dice que este tipo de narcisistas vulnerables posiblemente se odien a sí mismos.

"Es muy triste y trágico. Sienten que nunca van a ser lo suficientemente buenos. Si se convierten en multimillonarios, eso no les va a ayudar con el tema psicológico [de raíz]".

¿Incomprendidos?

Todavía hay mucho que no sabemos sobre los narcisistas en general.

Algunos expertos dicen que el tira y afloja entre el amor propio y el autodesprecio y la idea de que se promocionan a sí mismos porque quieren esconder inseguridades no explica totalmente el comportamiento.

"Es una cuestión muy difícil de comprobar", defiende Edelstein.

"¿Cómo sabes realmente lo que una persona siente en lo más profundo que o no quiere o no puede expresar?".

Tampoco queda claro cómo el entender lo que impulsa el narcisismo nos puede ayudar a contener el comportamiento.

La mayoría de los narcisistas no se dan cuenta de que ellos son el problema, señala Edelstein, algo que dificulta el poder abordar el asunto.

"Los narcisistas tienden a ser resistentes al cambio porque ven el epicentro de la mayoría de problemas en otros más que en ellos mismos", dice.

"Creo que una persona necesita estar bastante motivada para que cualquier tipo de intervención sea efectiva. Eso es así para cualquier rasgo de personalidad, pero el narcisismo parece ser particularmente pegajoso".

Cain, que sugiere que la psicoterapia intensiva es la mejor manera de tratar el narcisismo, opina que trabajadores que lidian con colegas narcisistas deberían reconocer que es improbable que puedan hacerles cambiar, persuadirlos o ganar una discusión con ellos.

"Fija expectativas realistas para tus interacciones con ellos. En el trabajo, define claramente los roles. No seas arrastrado a una competición con ellos", apunta.

Recordar que sus acciones quizá procedan de un lugar de inseguridad puede también ayudar a que los mires con más compasión.

"Creo que la mejor estrategia para lidiar con narcisistas puede ser intentar entender de dónde viene su comportamiento", indica Edelstein.

"Y que gran parte de ese comportamiento procede de inseguridades profundamente arraigadas y de intentar minimizar sus propias vulnerabilidades, en oposición a un reflejo de tus carencias".

"Pienso que las personas tapan bastante el dolor mental, con poses y otras actitudes", sostiene Wallisch. "Esto se suma a la tragedia. Son incomprendidos".

Why some narcissists actually hate themselves - BBC Worklife

lunes, 5 de junio de 2023

Trauma Psicológico 2

¿Qué es un trauma psicológico?

Un trauma es un evento que, desde un punto de vista psicológico, ha supuesto un problema para el paciente. Pueden ser hechos que hayan ocurrido de manera repentina o inesperada, excediendo la capacidad del individuo de manejar este problema y perturbando los marcos de referencia básicos por los que se guía la persona para entender y manejar las situaciones que le rodean.

Los traumas se pueden dividir dependiendo de la acción que los haya desencadenado. Así pues, puede haber traumas relacionados con la infancia, la violencia, el duelo, desastres naturales o accidentes.

Evolución de un trauma psicológico

El trauma psicológico es una patología que se puede tratar mediante la Psicología. Existen diferentes técnicas usadas por los psicólogos para trabajar sobre el inconsciente y la parte emocional del cerebro, que es donde se produce el shock postraumático.

Síntomas de un trauma psicológico

Tras experimentar una situación traumática, el cerebro entra en shock, lo que desencadena un trauma psicológico. Algunos síntomas que pueden indicar la existencia de un trauma psicológico son:

  • Insomnio y pesadillas
  • Irritabilidad
  • Ansiedad y nerviosismo
  • Miedo
  • Confusión
  • Sensación de culpa y vergüenza
  • Indiferencia emocional

¿Cómo se determina la existencia de un trauma?

Los síntomas del trauma psicológico son claves para el diagnóstico de esta patología. El especialista en Psicología evaluará al paciente y valorará el tipo de trauma y el efecto que ha podido tener en su día a día.

Los pacientes con un trauma psicológico suelen manifestar: ansiedad, depresión y sentimiento de culpa

¿Cuáles son las causas de un trauma psicológico?

Las causas de los traumas psicológicos se basan en experiencias traumáticas que no se han superado y que han roto el equilibrio psicológico del individuo. Por lo tanto, estas causas serán individuales, ya que lo que para una persona puede ser una vivencia traumática para otras no.

No obstante, hay situaciones generalizadas que tienen un impacto emocional importante en muchas personas, como por ejemplo el maltrato físico y psicológico, los abusos, la muerte de alguien querido, las enfermedades con secuelas graves etc. Además, hay factores que pueden propiciar la aparición de un trauma como la existencia de problemas psicológicos previos.

¿Se puede prevenir?

No es posible prevenir un trauma psicológico ya que el hecho que desencadena este trauma ocurre de manera repentina o inesperada. El tratamiento de este trauma será clave para que frenar su desarrollo.

Tratamientos para un trauma psicológico

Cuando existe un trauma psicológico que es limitante en la vida del paciente, lo ideal es asistir a terapia psicológica. Además, existen diferentes técnicas que pueden ser de utilidad para tratar un trauma psicológico:

  1. Técnica EMDR, una de las técnicas más vanguardistas dentro de la Psicología que se utiliza mucho para superar el estrés postraumático. Esta técnica estimula ambos hemisferios cerebrales mediante sonidos alternos en los oídos, las manos o mediante estimulación visual. Esto le da un significado a lo ocurrido, ya que se trabaja en los sonidos, olores, pensamientos, imágenes y sensaciones relacionadas con el momento traumático.
  2. Hipnosis: es otra técnica recurrente a la hora de superar un evento traumático. En este caso el paciente está relajado pero atento, lo que produce una disminución de la activación cortical. Esto permite reestructurar recuerdos y disminuir el impacto negativo que se produce en nuestras emociones.
  3. Técnicas Mindfulness: consiste en ejercicios mentales para combatir el impacto traumático. Es un tipo de meditación que ayuda al paciente a paliar los malestares mentales, prestando atención al momento y dejando de lado las cosas banales que le rodean.
  4. Técnicas de integración cerebral: es una de las técnicas más utilizadas para resolver traumas, ataques de pánico y ansiedad. Esta técnica trabaja, desde un abordaje neurofisiológico, cognitivo y eléctrico, el campo del pensamiento y la manera en la que el cerebro recopila la información.
  5. Brainspotting: aborda los traumas desde una perspectiva profunda y transformadora, lo que ayuda al paciente a superar las heridas emocionales provocadas por el hecho traumático. La técnica consiste en conectar las reacciones emocionales y físicas con el objetivo de identificar el punto cerebral y liberar las emociones bloqueadas.

 ¿Qué especialista lo trata?

El especialista que trata esta patología es un experto en Psicología Clínica y Psicotraumatología. 

¿Qué tipo de consecuencias puede producir un trauma psicológico?

El malestar psicológico asociado a un evento traumático o estresante es bastante variable. La persona podría presentar síntomas dentro de un contexto de miedo y ansiedad, pero también síntomas anhedónicos, disfóricos que se pueden expresar como enfado, hostilidad, o síntomas disociativos.

Según el DSM-V (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), cuando el evento traumático causa alteración significativa de las áreas vitales de la persona, describe cinco tipos de trastornos mentales que podría padecer la persona, en función de las circunstancias particulares de cada caso. En concreto, apunta al trastorno de estrés postraumático, el trastorno adaptativo, al trastorno de estrés agudo, al trastorno de apego reactivo y al trastorno de relación social desinhibida.

A parte de la terapia psicológica, ¿Cómo se puede ayudar a una persona que ha sufrido un trauma psicológico?

Lo más importante es que la persona empiece a ser consciente de su dolor emocional, lo reconozca y pida ayuda inicialmente a sus familiares, pareja o personas de confianza que le asistan para acompañarlo a que inicie un proceso terapéutico. Es muy importante no intentar ignorarlo, negarlo o esperar a que se vaya sola esta sensación desagradable, porque simplemente con el paso del tiempo no se aliviará y se podría enquistar, agravando el malestar subjetivo de la persona.

Es recomendable que la persona que padece un trauma, complemente la terapia psicológica con hábitos de vida saludables, enfocándose en cuatro pilares básicos de salud (actividad física, alimentación sana, higiene del sueño y momentos de tranquilidad/soledad), que le aportan coherencia a su vida. De esta manera, se ayudará a sí misma para evitar que se activen los mecanismos de negación, evasión  y substitución que tan comúnmente aparecen en estos casos.

En concreto, se insta a que se eviten patrones de comportamiento compulsivo con fines evasivos, como podría ser la sobre ingesta de alimentos (sobre todo procesados y azúcares), el consumo abusivo de alcohol y resto drogas psicoactivas, o el consumo de psicofármacos sin prescripción médica adecuada. Así como, también se aconseja evitar comportamientos extremos en la esfera social (aislamiento brusco - hiperactividad social).

Es importante que por parte de los familiares con los que convive, la persona que padece un trauma se sienta escuchada, sienta que validan y dan espacio a su malestar, así como se evite restar importancia al evento desagradable en cuestión. Interpretar o juzgar desde fuera la situación traumática puede ser muy contraproducente, así como tampoco se recomienda restarle importancia al hecho en cuestión, porque la reacción emocional es subjetiva y particular de cada uno, con lo que es mejor centrarse en lo que significa desde la óptica de la persona no desde lo que representa a los demás. Tampoco es recomendable presionar, agobiar o insistir a la persona cuando no se encuentre preparado/a para hablar sobre esta situación. Se recomienda apoyar a la persona sin que se sienta presionada, cuestionada ni invalidada emocionalmente. Tanto la carencia de apoyo como el exceso podrían ser contraproducentes.

Trauma Psicológico | Psicología Clínica (alex-psicoclinica.blogspot.com)



miércoles, 17 de mayo de 2023

Síntoma Después de los 40 años que anticipa que Sufrirás Demencia

De acuerdo con la Comisión Internacional The Lancet sobre Prevención, Intervención y Cuidados de la Demencia, la pérdida de audición se posiciona como el factor de riesgo primordial para el desarrollo de demencia a partir de la mediana edad, una vez superada la barrera de los 40 años.

Según esta comisión, se estima que este factor constituye hasta un 20,5% de las causas que pueden evitarse.

En la actualidad, aproximadamente 1.500 millones de personas experimentan algún grado de deterioro en su sentido del oído, y se estima que esta cifra aumentará a 2.500 millones para el año 2050, lo que refleja la magnitud del problema. Por ejemplo, en Estados Unidos, casi la mitad de las personas mayores de 65 años sufren de este trastorno.

Además del envejecimiento natural, que causa un daño celular acumulativo a lo largo de la vida, factores como la exposición a ruidos fuertes, como los que se encuentran en las grandes ciudades, la predisposición genética, el uso de ciertos medicamentos y enfermedades como la meningitis pueden contribuir a la pérdida auditiva.

En las personas mayores, tanto la demencia como la pérdida de audición se relacionan con una mayor discapacidad, aislamiento social, depresión y, en última instancia, una mayor mortalidad.

Por lo tanto, identificar, comprender y caracterizar adecuadamente los factores que pueden protegernos de ambos trastornos es un desafío para la comunidad científica internacional.

En esta línea, un grupo de científicos de China, Japón, India y otros países ha publicado recientemente en la revista científica The Lancet Public Health los hallazgos de un estudio exhaustivo que investigó la relación entre el uso de audífonos y el riesgo de desarrollar demencia. Para llevar a cabo este estudio, utilizaron datos recopilados de más de 400.000 participantes registrados en la base de datos UK Biobank.

Los resultados revelaron que el uso de audífonos se asoció de manera efectiva con una reducción en las probabilidades de desarrollar demencia en personas que experimentaban algún grado de pérdida auditiva.

De hecho, y este hallazgo es especialmente relevante, el riesgo de demencia en estas personas fue comparable al de aquellas con una audición intacta. Estos resultados se observaron tanto en los casos de demencia de cualquier causa como en casos específicos de enfermedad de Alzheimer y demencia vascular.

Este estudio es de gran importancia, ya que se realizó en una muestra considerable de individuos en edad mediana (hombres y mujeres de entre 40 y 69 años) y se les siguió durante más de 12 años. Además, los autores recopilaron información de diversas fuentes, como registros hospitalarios y datos sobre causas de fallecimiento, lo que otorga mayor solidez a los resultados obtenidos.

El poder transformador de los audífonos

Hasta la fecha, ha habido pocos estudios que hayan analizado esta asociación, y los que se han llevado a cabo contaban con un número limitado de participantes o periodos de seguimiento demasiado cortos.

Los autores destacan que esta investigación abre nuevas perspectivas en la prevención de la demencia.

Al reducir la pérdida de audición, los audífonos disminuyen la carga cognitiva, lo que permite que el cerebro se esfuerce menos en procesar los sonidos y, por ende, reserva más recursos para otras tareas como la atención y la memoria. Además, los audífonos alivian la privación sensorial, otro factor que contribuye al desarrollo de demencias.

Considerando los resultados de este estudio, junto con la disminución de precios de los audífonos y la disponibilidad de su venta sin necesidad de prescripción médica en algunos países, como Estados Unidos, la implementación de estos dispositivos podría representar un gran avance en la lucha contra la demencia. En otros lugares, todavía se requiere una prescripción médica o audiológica para obtenerlos.

Esperamos que en el futuro se realicen más estudios con un gran número de participantes y períodos de seguimiento prolongados para poder confirmar los resultados observados en esta prometedora investigación.


Fuente: Mente Asombrosa

miércoles, 26 de abril de 2023

Tipos de Psicosis

¿Cómo actúa una persona con psicosis? La sintomatología que presentan algunos trastornos de salud mental son ideas delirantes, discurso desorganizado y comportamiento extraño. Todas estas alteraciones, históricamente vinculadas a la locura, son los llamados trastornos del espectro psicótico.

Esquizofrenia

La esquizofrenia no tiene un cuadro clínico único, sino que hay múltiples síntomas característicos y diversificados entre emociones, personalidad, cognición y actividad motora. Concretamente, se trata de una enfermedad multisistémica en la que también podemos observar alteraciones cerebrales a nivel estructural.

Si te preguntabas cuál es la psicosis más común, quizá este tipo sea uno de los trastornos psicóticos más estudiados y más conocidos popularmente hasta la fecha. A continuación, los síntomas clásicos de la psicosis.

Clasificaciones de los síntomas de la esquizofrenia

Algunos autores distinguen que pueden aparecer dos grandes grupos de síntomas en las personas con esquizofrenia:

  • Síntomas positivos: todo aquello que aparece de nuevo desde que se tiene la enfermedad, distorsiones o exageraciones de funciones normales. Entre ellos, podemos encontrar alucinaciones, ideas delirantes, discurso desorganizado y comportamiento extraño.
  • Síntomas negativos: la disminución de funciones normales, es decir, todo lo que ha perdido la persona desde la aparición de la enfermedad. Podemos encontrar alogia, aplanamiento afectivo, abulia o apatía y anhedonia.

Otros autores clasifican los síntomas en 3 dimensiones:

  • Síntomas psicóticos: ideas delirantes y alucinaciones.
  • Síntomas desorganizados: lenguaje disgregado, conducta desorganizada y afectividad inapropiada.
  • Síntomas negativos: pobreza del lenguaje, abulia, anhedonia, aplanamiento afectivo.

Tratamiento de la esquizofrenia

El tratamiento de la esquizofrenia es crónico, debido a la naturaleza del trastorno, y consta de dos partes indispensables:

  • Terapia biológica: incluye terapia electroconvulsiva, cada vez más en desuso, y la terapia farmacológica, con la administración de neurolépticos (antipsicóticos) y anticolinérgicos para contrarrestar los efectos secundarios consecuencia de los antipsicóticos.
  • Terapia psicosocial: integra la terapia familiar social y psicológica, las habilidades sociales y grupos de autoayuda.

Por lo que un tratamiento ideal sería el que integra y trabaja los siguientes aspectos:

  • Diferenciación cognitiva.
  • Percepción social.
  • Comunicación verbal.
  • Habilidades sociales.
  • Resolución de problemas interpersonales.
  • Psicoeducación y terapia familiar.
  • Manejo social del caso.
  • Rehabilitación cognitiva.
  • Rehabilitación profesional.
  • Detección e intervención precoz.

Tratamientos alternativos de la esquizofrenia

Existen tratamientos alternativos a los convencionales que han demostrado eficacia a la hora de tratar la esquizofrenia si se implantan conjuntamente:

  • Penicilina: disminuye la endotoxemia.
  • Curas del sueño: permiten aumentar el sueño de ondas lentas y reducir las exigencias enérgicas del Sistema Nervioso Central (SNC).
  • Cambra hiperbárica de oxígeno: una mega dosis de oxígeno.
  • Dióxido de carbono: a través de ejercicios hipopresivos o respirar en una bolsa de cartón, ya que favorece la eliminación de glutamato y aspartato.
  • Acetazolamida: un fármaco reconocido por su efectividad en el cáncer que, pese a tener algunos efectos secundarios, se podría considerar.
  • Litio: por su efecto calmante.
  • Vitaminas A, C, D y E.
  • Aspirina por su efecto antiinflamatorio.
  • Hormonas tiroideas: aumentan la disponibilidad de energía y retienen el sodio y magnesio.
  • Sodio y magnesio: contrarrestan el potasio y calcio.

Trastorno esquizofreniforme

El trastorno esquizofreniforme presenta el mismo cuadro clínico que la esquizofrenia con la única diferencia de que los síntomas están presentes durante un período menor a los 6 meses. Por lo general, existe una vuelta al funcionamiento premórbido una vez resuelto el episodio psicótico.

Síntomas del trastorno esquizofreniforme

Las principales manifestaciones sintomáticas de este tipo de psicosis son:

  • Delirios.
  • Alucinaciones.
  • Desorganización.
  • Catatonia.
  • Aplanamiento.
  • Apatía.
  • Anhedonia.
  • Afectación cognitiva en la atención, la memoria y las funciones ejecutivas.
  • Sintomatología afectiva: disforia, depresión y autolisis.
  • Alteraciones de la conducta: disfunción sociolaboral, familiar e interpersonal y perdida de autonomía.

Tratamiento del trastorno esquizofreniforme

Al tratarse de un período menor de la presencia de los síntomas, el tratamiento acostumbra a ser farmacológico y durante un período acotado de un año.

Trastorno psicótico breve

Uno de los tipos de psicosis que tiene un inicio abrupto y una duración de entre 1 día y un mes. Una vez resulto el brote psicótico, se observa una vuelta al estado de funcionamiento premórbido.

Por otra parte, existe una vulnerabilidad previa por historial familiar y hay un factor precipitante que normalmente es un factor externo. Además, el trastorno psicótico breve puede cursar con labilidad emocional y conductas extravagantes, teniendo la presencia de 1 o más síntomas.

Síntomas del trastorno psicótico leve

Los principales síntomas más comunes del trastorno psicótico leve son:

  • Ideas delirantes.
  • Alucinaciones.
  • Lenguaje desorganizado.
  • Comportamiento catatónico o gravemente desorganizado.

Tratamiento del trastorno psicótico leve

Cuando aparece un único episodio psicótico, el tratamiento más utilizado es la administración de ansiolíticos de forma inmediata, así como antipsicótico durante un día al detectar la crisis.

Además, también es recomendable la ingesta de suplementos vitamínicos, un control de la dieta, realizar ejercicio físico, atención psicológica y psicoeducación sobre el suceso y tener un seguimiento por parte de los equipos médicos por si el episodio se repitiera o requiriera de una atención psicológica más personalizada.

Trastorno delirante

Otro de los tipos de psicosis es el trastorno delirante, el cual se manifiesta de forma principal en la existencia de la idea delirante. Estas suelen ser ideas "no extrañas" y sistematizadas muy bien construidas en el paciente. Ahora bien, en el trastorno delirante se da en una ausencia de otros síntomas psicóticos presentes en la esquizofrenia, por lo que el tratamiento se centra en la aparición de alucinaciones ligadas a la temática delirante.

Síntomas del trastorno delirante

La sintomatología que se presenta en los casos de trastorno delirante es la siguiente:

  • Estado afectivo en consonancia con la temática delirante.
  • Ausencia de juicio de enfermedad.
  • Áreas de funcionamiento afectadas según el contenido del delirio.
  • No hay un deterioro significativo de la actividad psicosocial.

Tratamiento del trastorno delirante

El tratamiento del trastorno delirante es muy complejo debido a la irracionalidad de la idea central. Pese a esto, se sigue el tratamiento desde la orientación cognitivo-conductual, a través de la reestructuración cognitiva y la confrontación.

La finalidad es aumentar la capacidad de juicio racional de la persona hacia ella misma e intentar desmontar la construcción que ha hecho alrededor de la idea delirante. En caso de ser necesario, sobre todo si hay alucinaciones, se tratará de manera farmacológica con antipsicóticos.

Trastorno esquizoafectivo

El siguiente en nuestra lista de tipos de psicosis es el trastorno esquizoafectivo, el cual muestra síntomas de esquizofrenia y, a su vez, también manifiesta signos de un trastorno afectivo. Cabe decir, además, que puede haber dos subtipos: bipolar o depresivo.

Síntomas del trastorno esquizoafectivo

El trastorno esquizoafectivo se manifiesta mediante los siguientes síntomas:

  • Síntomas depresivos o maníacos, junto a síntomas de esquizofrenia.
  • Síntomas delirantes o alucinaciones, en ausencia de sintomatología afectiva.
  • Síntomas afectivos, como componente importante de la enfermedad.

Tratamiento del trastorno esquizoafectivo

El tratamiento a seguir en este caso dependerá del subtipo de trastorno esquizoafectivo del que estemos hablando, así como de los síntomas concretos manifiestos. Así pues, se seguirá el tratamiento de la esquizofrenia, junto al tratamiento depresivo o bipolar en caso de ser también necesario, a nivel farmacológico y psicológico. Asimismo, no será extraño que nos encontremos pautas de medicación con antipsicóticos y antidepresivos.

Catatonía

La catatonía es un síndrome neuropsiquiátrico caracterizado por la manifestación de anomalías motoras que se presentan en asociación con alteraciones de consciencia, afecto y pensamiento. Además, es uno de los tipos de psicosis en los que se da una ausencia de voluntad y movilidad.

Síntomas de la catatonía

Para hablar de catatonía, necesitaremos observar 3 o más signos característicos, los cuales pueden estar asociados a otro trastorno mental o pueden ser debidos a otra afectación médica. A continuación, vemos los más comunes:

  • Estupor.
  • Catalepsia.
  • Flexibilidad cérea.
  • Mutismo.
  • Negativismo.
  • Adopción de una postura.
  • Manierismo.
  • Agitación no influenciada por estímulos externos.
  • Muecas.
  • Ecolalia.
  • Ecopraxia.

Tratamiento de la catatonía

El tratamiento inicial de elección para la catatonia son las benzodiacepinas y barbitúricos, en especial el Lorazepam en las primeras 48-72 horas de forma oral y, en caso de no observar respuesta, de forma intravenosa. En pacientes que no responden al uso de Lorazepam, se ha indicado la terapia electroconvulsiva.

En el diagnóstico de respuesta al tratamiento, siempre es bueno que se intervenga en el período agudo, sin embargo, el uso de antipsicóticos está contraindicado, ya que usualmente empeoran el pronóstico. Para saber más de este tipo de psicosis, consulta nuestro artículo sobre la Catatonia: significado, síntomas, causas y tratamiento.

Trastorno psicótico inducido por sustancias o medicamento

Entre los tipos de psicosis, el inducido por sustancias o medicamentos, por un lado, se caracteriza por el desarrollo de los síntomas durante o después de una intoxicación, ya sea en estado de abstinencia de la sustancia o después de la exposición a un medicamento. Así pues, el fármaco tiene la capacidad de producir alguno de los signos característicos de este trastorno psicótico.

Por otro lado, para identificar el trastorno psicótico inducido por sustancias o medicamento tiene que presentarse 1 o más de los síntomas comunes como alucinaciones o delirios.

En estos casos, a diferencia de un trastorno psicótico no inducido por ninguna sustancia, el tratamiento del trastorno psicótico inducido por sustancias o medicamento consistirá en la privación de la sustancia que ha sido la causante del episodio psicótico para que remita toda la sintomatología manifiesta.

Trastorno psicótico compartido

Para saber qué tipo de trastorno es la psicosis compartida, hay que tener claro que se manifiesta por el desarrollo de una idea delirante en un sujeto en el contexto de una relación estrecha con otras personas que ya tenían una idea delirante establecida.

Esta idea delirante es parecida en su contenido a la de otra persona que ya tenía la idea delirante. De esta manera, la alteración no se explica mejor por la presencia de otro trastorno psicótico o de un trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos. Además, cabe decir que el establecimiento de la idea delirante no se debe a efectos fisiológicos de una sustancia o enfermedad médica.

Los síntomas del trastorno psicótico compartido incluyen un estado afectivo en consonancia con la temática delirante, la ausencia de juicio de enfermedad y afectaciones en áreas de funcionamiento según el contenido del delirio. En estos casos, el tratamiento de este tipo de psicosis será el mismo que seguiremos en el trastorno delirante.

Delirium

En el delirium, pese a que las alucinaciones y delirios son comunes, no se realiza un diagnóstico a parte del trastorno psicótico debido a otra afectación médica.

Síntomas del delirium

Los principales síntomas del delirium son los siguientes:

  • Alteración del nivel de consciencia y atención que fluctúan en el tiempo.
  • Alteración de la esfera cognitiva.
  • Alteración perceptiva: alucinaciones visuales, normalmente.
  • Alteraciones del contenido del pensamiento: ideas delirantes de persecución.
  • Alteración de la esfera afectiva.
  • Alteración a nivel motor.
  • Alteración de los ritmos sueño-vigilia.

Signos y síntomas somáticos como incontinencia, hipertensión, trastorno de la marcha, sudoración, etc.

Tratamiento del delirium

Los síntomas del síndrome confusional o delirium se tratan con antipsicóticos por el médico o psiquiatra. A la vez, se trata la causa orgánica que lo ha provocado y, si esta no tiene tratamiento, se efectúan tratamientos paliativos.

Por último, cabe mencionar que algunas enfermedades e incluso otros trastornos mentales, como la depresión o la demencia, pueden cursar con algunos de los síntomas psicóticos, como en los casos del trastorno depresivo mayor con características psicóticas.

Este artículo es meramente informativo…

Fuente: Psicología - Online

Referencias

Roder, V., Mueller, D. R., Mueser, K. T., & Brenner, H. D. (2006). Integrated psychological therapy (IPT) for schizophrenia: is it effective?. Schizophrenia bulletin, 32(suppl_1), S81-S93.

Bibliografía

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Carlson, N. R. (2014). Fisiologia de la conducta. Madrid. Pearson Education, S.A.

Crespo, M. L., & Pérez, V. (2005). Catatonía: un síndrome neuropsiquiátrico. Revista Colombiana de Psiquiatría, 34(2), 251-266.